martes, 25 de febrero de 2020

Italo Calvino: En el laberinto de lo extraordinario .

 Italo Calvino: su vida y cambios de ruta en su escritura ( I )

Por Iñaki Urdanibia
Kaosenlared
Notas biográficas
« Precisiones biográficas: formo parte de los que creen todavía – como Croce- que para un autor, cuentan solamente sus obras ( cuando ellas cuentan, naturalmente). De modo que precisiones biográficas no ofrezco y si las ofrezco son falsas, o más todavía trato de modificarlas de una vez a la siguiente. Pregúnteme pues lo que desee saber, yo le responderé. Pero jamás le diré la verdad»
  Carta de 9 de junio de 1964 a Germana Pescio Bottino
Nace, por cosas del azar, en Santiago de Las Vegas, La Habana, en 1923, de padres italianos. Su madre, Giuliana Luigia Evelina Mameli, naturalista y profesora de micología y botánica en la Università de Cagliari, y autora de varios estudios sobre flora y protección de las aves y de la naturaleza en revistas especializadas, en especial en Il Giardino Fiorito, publicación que dirigió entre 1931 y 1947 con su marido, y padre del escritor, Mario Calvino, agrónomo y botánico que estudió la flora y conoció en directo la naturaleza tropical en México, Brasil o la isla de Cuba en la que trabajó como científico durante años; más tarde la familia vuelve a Italia y se instala en Liguria, en San Remo; allí su padre ocupará la dirección de un establecimiento experimental de floricultura, Orazio Raimondi, hasta su fallecimiento en 1951 , sustituyéndole su madre en dicho puesto hasta 1959. ( el mismo escritor subrayará la huella dejada por sus padres: « he pasado la infancia y la juventud en medio de la naturaleza. Mi padre era agrónomo y su trabajo consistía en hacer experimentos agrícolas. Mi madre era una botánica y genetista. Vivimos en San Remo, en una villa llena de plantas exóticas…»; pueden verse en especial las referencias a tal aspecto en su texto , casi, testamentario: Palomar además de en diferentes textos y entrevistas) *[ a los temas señalados con asterisco les dedicó mayores precisiones abajo].
En 1941, Italo se inscribe en Agronomía en la facultad de Turín. Desde el 8 de setiembre de 1943, fue llamado a filas, mas, no acudiendo a la llamada del ejército fascista se une a la segunda división de la Brigate d´assalto Garibaldi, combatiendo en la Resistencia en la zona de los Alpes marítimos; sus padres mientras tanto quedaban como rehenes de los alemanes. En otoño de 1945 va a vivir en Turín en donde se matricula en Letras, obteniendo la licencia en 1947 con una tesis sobre Josef Conrad. Milita en el PCI, partido que abandona en 1957 con motivo de la invasión soviética de Hungría y ante el silencio e inoperancia del partido ante las denuncias del informe de Kruschev al XX Congreso del PCUS ( asunto que narrará en su La gran bonanza de las Antillas); mientras pertenecía al partido colaboraba asiduamente en su publicación , L´Unità, escribiendo relatos, llegando a convertirse en redactor de las páginas culturales.
Al poco de finalizar la guerra entra en contacto con la editorial Einaudi y con sus más destacados colaboradores ( Cesare Pavese, Natalia Ginzburg y Elio Vittorini), publicando en tal editorial su primera novela, El sendero de nidos de araña y una recopilación de relatos: Por último, el cuervo; ambos libros responden al estilo neo-realista, en boga en las letras italianas de la época, y están ubicados en la lucha contra el fascismo de la resistencia partisana. A pesar de la etiqueta nombrada , en estas primeras incursiones pueden verse ya ciertos tonos fantásticos , cuestión que algunos críticos con mayor tendencia a los matices señalaron y con los que el propio autor mostraría su acuerdo. De 1950 hasta 1961 trabaja en la nombrada editorial, llegando a ocupar el puesto de director literario; en tal editorial publicó la mayoría de sus libros, no rompiendo los lazos con ella y convirtiéndose, de por vida, en selecto consejero y lector de los originales que le eran enviados para su publicación* . En los años cincuenta abre una nueva vía en su escritura, entre la fábula y lo fantástico, con su El vizconde demediado ( 1952), libro al que seguirán El barón rampante ( 1957) y El caballero inexistente ( 1959), agrupados, en 1959, bajo el rótulo de Nuestros antepasados. En el prólogo de esta obra , Calvino escribía: « …el único camino para estar con los otros de verdad era estar separado de los otros, imponer tercamente a sí y a los otros esa incómoda singularidad y soledad en todas las horas y en todos los momentos de su vida, como es la vocación del poeta, del explorador, del revolucionario» – y en una entrevista posterior, refiriéndose más en concreto al barón, Cósimo Piovasco de Rondó , completa- « fue después de escribirla cuando descubrí que el personaje se me parecía bastante…, porque el barón es un personaje que participa en la vida de todo el mundo, pero guarda una distancia, porque ocurre que los poetas pueden ser también revolucionarios; es una distancia necesaria que permite ver mejor las cosas, estar fuera y dentro de ellas al mismo tiempo». Estas fábulas de aires volterianos, mirando y tomando impulso en el siglo XVIII, van a coincidir con el inmenso trabajo, en el que se sumergió por los mismos años, de selección y re-escritura de las Fábulas italianas ( obra publicada por Siruela en dos volúmenes, 1990, bajo el título de Cuentos populares italianos , en cuya introducción se lee: « yo me sumergía en este mundo submarino sin estar armado con el arpón del especialista, desprovisto de las antiparras doctrinales, ni siquiera pertrechado con ese tanque de oxígeno que es el entusiasmo […] , al comenzar a trabajar…poco a poco me sentí presa como de un frenesí, de una voracidad, de una insaciabilidad de versiones y variantes, de una fiebre comparativa y clasificatoria[…] había sido capturado por la naturaleza tentacular, arácnea, de mi objeto de estudio […] . Durante dos años viví en medio de bosques y palacios encantados […]. Poco a poco me pareció que, de la mágica caja que había abierto, la extraviada lógica que gobierna el mundo de los cuentos de hadas se había desencadenado para imperar una vez más sobre la tierra»), que le supuso un impulso para explorar esas nuevas geografías, en las que hallaba una sedimentación de la lenta rumia de las conciencias campesinas, y saliendo con la convicción de que existía en tales cuentos una sustancia unitaria y « una infinita posibilidad de metamorfosis de todo lo que existe». Años más tarde, en 1983, le sería encargada la tarea de realizar una antología de relatos fantásticos del XIX ( obra editada en dos volúmenes, por Siruela en 1987: Cuentos fantásticos del siglo XIX ) en cuyo prefacio al autor de la recopilación afirma: « es en el terreno de la especulación filosófica entre finales del XVIII y principio del XIX cuando nace el relato fantástico: su tema es la relación entre la realidad del mundo que habitamos y la realidad del mundo del espíritu que habita en nosotros determinándonos. El problema de la “realidad” misma de lo que se ve: cosas extraordinarias que no son quizá sino proyecciones alucinadas de nuestro espíritu; cosas banales que disimulan quizá su apariencia más banal, una segunda naturaleza, más inquietante, más misteriosa, más terrorífica ese problema, pues, constituye la esencia de la literatura fantástica».
Como señalado ha quedado, habiendo interrumpido en 1956 sus relaciones con L´Unità, comienza su colaboración con otras publicaciones: periódicos y revistas. Viaja durante seis meses a Estados Unidos, y en 1963 publica una novela corta, La jornada de un escrutador, inspirada en su experiencia como candidato de relleno, en las listas electorales del partido comunista; puede considerarse el libro el último coletazo de la fase neo-realista de su obra. Tras un periodo en Roma, marcha a La Habana en donde, en 1964, contrae matrimonio con una argentina de origen ruso que se dedica a la traducción e interpretación, Esther Judith Singer, con quien al año siguiente tuvo una hija, Giovanna; se marcha a París en donde establece contacto con los ambientes de la revista Tel Quel y del Oulipo *, permaneciendo en la capital del Sena hasta 1980; sus viajes a Roma para cumplir con sus dedicaciones editoriales son constates.
Una nueva orientación asoma en su escritura, el de la ciencia-ficción: Cosmicómicas en 1965 ( obra que complementaría en 1984 con nuevas cosmicómicas ), y Tiempo cero en 1967; dedicando posteriormente tres obras en las que experimenta el análisis de la narración: El castillo de los destinos cruzados ( 1969 / 1973), Las ciudades invisibles ( 1972) y Si una noche de invierno un viajero en 1979. En 1983, publica Palomar, obra autobiográfica y que se puede considerar como casi testamentaria , en la que expone su visión del mundo, de la vida y de la literatura.
Falleció en Siena en 1985 a causa de una hemorragia cerebral; más tarde vieron la luz algunas obras póstumas: Bajo el sol jaguar ( 1986) que respondía al proyecto de hablar sobre los cinco sentidos, quedándose en tres ( vista, oído y olfato) y unas lecciones americanas traducidas por acá bajo el título de Seis propuestas para el próximo milenio ( 1989), que quedaron en cinco ( Levedad, Rapidez, Exactitud, Visibilidad y Multiplicidad / quedando fuera Consistencia).
* ) Con respecto a la influencia de sus padres en su vida y en su obra, en El camino de San Giovanni habla con claridad: « Para mi padre las palabras debían servir para confirmar las cosas, y para marcar la posesión […] El vocabulario de mi padre se dilataba en el catálogo interminable de los géneros, de las especies, de las variedades del reino vegetal – cada nombre era una diferencia aprehendida en la densidad compacta del bosque, con la fe de haber ampliado el dominio del hombre- y en la terminología técnica, en la que la exactitud de las palabras acompaña la exactitud de la operación, del gesto».
« Que la vida puede ser también un derroche, eso mi madre no lo admitía: es decir, la vida para ella debía ser en especial pasión. Es por lo que ella no salía nunca del jardín etiquetado planta por planta, de la casa tapizada de buganvillas, del despacho con el microscopio baja la campana de cristal y los herbarios. Sin incertidumbres, ordenada, transformaba las pasiones en deberes y vivía de eso».
* ) De sus labores como crítico y lector, da sobrado testimonio su correspondencia con diferentes autores primerizos y consagrados; no me resisto a detenerme en la relación concreta que mantuvo con Primo Levi.
Comenzaré diciendo que con ocasión de la publicación en octubre de 1947 de Si esto es un hombre, por la pequeña editorial De Silva, el libro es saludado, uno de los pocos que lo hace, por Italo Calvino quien en L´Unità del 6 de mayo de 1948 aclama su aparición: « Primo Levi nos ha entregado sobre los campos de exterminio un magnífico libro […], no es únicamente un testimonio extremamente eficaz. Hay páginas de una auténtica potencia narrativa que permanecerán en nuestra memoria entre las páginas más bellas de la literatura sobre la segunda guerra mundial […] Levi no se limita a dejar hablar a los hechos , los comenta sin forzar la voz, pero sin usar tampoco el tono frío del estudio. Estudia con una calma llena de tristeza lo que queda del humano que ha sido sometido y en el que nada queda de humano ». Es de destacar que las ventas del libro de Levi, la tirada había sido de 2500 ejemplares, flojean …la obra había sido rechazada por Einaudi ya que según decían «la gente no quería oír hablar de los campos», a lo que cabe añadir que la publicación había coincidido con la puesta en librería de Los senderos de los nidos de araña de Italo Calvino, que obtenía un gran éxito, a pesar de que el escritor no cedía a los esquemas al uso acerca del heroísmo positivo.
A partir de entonces, los dos escritores lejos de convertirse en adversarios entablaron una estrecha y duradera amistad, mostrando ambos que se pueden probar escrituras de tipo diferente sin que ello empañe los lazos amistosos. Calvino se convirtió en consejero de Levi en la tarea de escribir, no habiendo un solo libro que Primo Levi escribiese que no lo hiciese pasar primeramente por las manos de su amigo. En diferentes cartas pueden verse los consejos para que distinga entre las ficciones-biológicas y los textos que tratan de la experiencia concentracionaria, y los elogios que prodiga: « evolucionas en una dimensión de inteligente divagación por los márgenes de un panorama cultural-ético-científico que debería ser el de la Europa en la que vivimos. Tus novelas cortas me gustan sobre todo porque presuponen una civilización común que es sensiblemente diferente de lo que se presenta mayoritariamente en la literatura italiana[…] . En suma , hay una dirección en la cual te animo a que sigas trabajando» ( carta del 22 de noviembre de 1961).
Decidido a dedicarse de lleno a la escritura Italo Calvino es sustituido en la dirección de la editorial, mas acompaña al nuevo director, Davico Bonino, durante un año , tiempo en el que la editorial acepta publicar La tregua de Levi, que sería galardonada con el prestigioso Premio Campiello . Gracias al apoyo de Calvino, Primo Levi se encuentra de facto entre los grandes de la literatura contemporánea italiana, sin que las luminarias de tal panorama le invitasen a excepción, reitero, de Calvino.
Las visitas de Levi a la sede de la editorial siempre iban precedidas de una previa llamada a Calvino ( que vivía entre París, Roma y Turín); éste leía escrupulosamente el original presentado y no se privaba de hacerle indicaciones y sugerencias con el fin de mejorar el texto. Levi casi nunca discutía ya que decía: « yo no soy un escritor, tú lo eres y he de escucharte».
Las aportaciones son recíprocas ya que el oficio de químico de Levi hacen que su plan se imponga, ante alguna sugerencias de Calvino acerca del orden de los elementos, en la versión definitiva de El sistema periódico; concediendo al final Calvino de que el resultado era un libro realmente logrado, subrayando a la vez que el libro había sabido reunir química y literatura, suponiendo un puente entre dos culturas, objetivo que era el deseable para su concepción de la literatura. No oculta Calvino tampoco la ayuda que recibió por parte de Levi con ocasión de la traducción al italiano de la Pequeña cosmogonía portátil de Raymond Queneau , con las certeras respuestas a las preguntas que el desconocimiento le hacían plantear. Alude de pasada a la obra Primo Levi en La cosmogonía de Queneau: « sigue a la edición bilingüe del texto una pequeña guía a la “Pequeña cosmogonía”, escrita por Italo Calvino que fue amigo y discípulo del autor ( ¡ y cuántos dejes queneaunianos se encuentran en sus libros, de las Cosmogonías en adelante !) […] Calvino ha hecho un trabajo de filólogo, ha ido en busca de las fuentes, ha consultado los comentarios de Jean Rostand, el célebre biólogo y amigo de Queneau, ha interrogado a naturalistas y químicos…».Ver las imágenes de origen
En 1981, el libro de Levi, A la búsqueda de las raíces ve la luz con una elogiosa recensión de Calvino que había escrito el prefacio a la obra en el que destaca que en la obra se descubre un esquema ovoide, calificándolo de elipse o esferoide, mantenido por cuatro curvas designadas como sigue: « salvar el saber, la grandeza del hombre, [ denunciar] el sufrimiento injustificado del hombre, salvar el reír».
Ver las imágenes de origen

No le dolían prendas a Calvino para confesar las influencias recibidas, como lo deja expuesto en sus cartas: y así junto a Conrad, Lucrecio, Ovidio, Ariosto, Borges, Pavese, Queneau…muestra su deuda con el propio Primo Levi.
* ) Los años franceses marcaron , qué duda cabe, la escritura de Calvino y su modo de concebirla. Por una parte, estaban su contacto con las publicaciones del nouveau roman y de la nouvelle critique, la frecuentación de los círculos de la revista Tel Quel y del estructuralismo; en lo que hace a esto último ha de señalarse su asidua asistencia a los seminarios de Roland Barthes con quien establecería estrechos lazos de amistad que se dejan ver en los comentarios elogiosos mutuos ( hablaba este último de la escritura de su amigo como máquina encantadora ); también asistió a seminarios del lingüista Greimas, etc. No obstante, en donde la huella se antoja más honda es en la relación con Raymond Queneau, con su hermano Georges Perec, y con el Oulipo ( Ouvroir de Littérature Potentielle) [ en la foto puede verse a Calvino en primer lugar sentado a la izquierda, Queneau está sentado con un papel en la mano y Perec, con su imagen inconfundible, de pie conserva con otros miembros de la reunión]. Tal influencia puede observarse con absoluta claridad en las obras que respondían a la lógica oulipiana ( El castillo de los destinos cruzadosLas villas invisibles y Si una noche de invierno un viajero…), y a la huella de Queneau ( Cosmicómicas y Tiempo cero) del que estaba traduciendo varias obras, entre ellas La petite cosmogonie portative ; « yo soy cada vez más favorable a una literatura que tienda hacia la abstracción geométrica, hacia la composición de máquinas novelescas que funcionen de manera automática, anónimas en la medida en que sea posible. Todo lo que se pretende existencial, expresionista, “lleno de vida”, todo esto me resulta extraño», afirma en una carta del 10 de julio de 1965.

Ver las imágenes de origen

Con respecto a Queneau, se ha de tener en cuenta que Calvino lo leyó con detalle, lo tradujo, lo editó y lo comentó, prologando algunas obras suyas y refiriéndose a él con frecuencia; asomando sus referencias a la complicidad oulipiana con él y a su abierta inspiración para algunas de sus obras ( la fuerza inspiradora de la cosmogonía citada y Los ejercicios de estilo, en especial ) no se disimula; en el caso de la mirada al momento de la creación y la posterior evolución , y las dudas del personaje, Qfwfq, Calvino afirmaba que en aquel momento « entraba en una fase en la que los intersticios del vacío, de los silencios, las lagunas, los nudos que faltaban, las conexiones en el tejido del tiempo me parecían conservar un sentido y un valor. Espiaba a través de estas fisuras el gran reino del no-ser, y allí reconocía mi única y verdadera patria a la que sentía haber traicionado a causa del una ceguera temporal de mi conciencia». Amplió la mirada que sobre él ponía el acento en textos humorísticos y en su presencia germanoprantine , desvelando el engaño que reducía la obra de su amigo, subrayando el carácter enciclopédico desbordante, sus particulares estilo y retórica y el uso de la combinatoria sistematizada . Es destacada igualmente la capacidad de convertir en novela los materiales más insignificantes y variopintos, sin obviar la elaboración de listas ( aspecto en el que Perec completaba con creces la faena). El espíritu lúdico en la utilización queneaunianas de nombres se ve plasmada en los juegos de las estructuras calvinistas. La atracción era fuerte también en lo que hace a una exigencia de conocimiento totalizador que se completaba con un escepticismo radical; en lo referente a la marcha unida de la literatura y la ciencia es un punto común de inevitable referencia, sin obviar las tendencias a penetrar en los discursos filosóficos. Así, la voluntad de saber iba de la mano con el gai saber. Ahí están su combinatoria de Las ciudades invisibles, los distintos modos, diez, de iniciar una historia, mostrando las diferentes tendencias de la novela de su tiempo, en Si un día de invierno un viajero o las diferentes historias decididas e impulsadas en base a las cartas del tarot en Los castillos de los destinos cruzados….siempre en un juego de intertextualidad abundante.
Las simpatías hacia tal tendencia literaria quedaban bien explicitadas : « comparto con el Oulipo varias ideas y predilecciones: la importancia de las restricciones en la obra literaria, la meticulosa aplicación de reglas de juego muy estrictas, el recurso a procedimientos combinatorios, la creación de obras nuevas utilizando materiales preexistentes. El Oulipo no admite más que operaciones utilizadas con rigor, en la confianza de que el valor poético puede liberarse de estructuras extremamente restrictivas». En noviembre de 1972, Calvino participó por iniciativa de Queneau, como invitado de honor, por primera vez en el desayuno habitual, que celebraban los miembros del Oulipo, los miércoles en casa de François Le Lionnais; en febrero de 1973 ( miércoles y día de San Valentín), en medio de una unanimidad entusiasta se decidió que Italo Calvino fuese considerado miembro extranjero de pleno derecho. Diré de paso que otro extranjero fue invitado a unirse al grupo, mas Julio Cortázar rechazó la oferta al considerar que el grupo se movía en parámetros apolíticos inaceptables para él, cuestión que, con todos los respetos, resulta un tanto sorprendente si se tiene en cuenta el carácter netamente lúdico de algunas de sus obras más señeras, y me refiero a Cronopios y famas, La vuelta al día en ochenta mundos Los autonautas de la cosmopista…Podría traerse a colación aquello que dijese Calvino en una entrevista: « creo en la eficacia política de todo lo que no es directamente político»Ver las imágenes de origen
Los aires de familia entre el escritor y el grupo eran anteriores a la inclusión de Calvino en éste: así en un texto de 1967, Cibernética y fantasmas, escribía: « La literatura tal y como yo la conocía era una paciente serie de tentativas para hacer que casase una palabra detrás de otra siguiendo ciertas reglas definidas, o, las más de las veces, de reglas no definidas ni posibles de definir, pero que se puede extrapolar de una serie de ejemplos, o de reglas que se inventar para la ocasión, es decir derivadas de otras reglas seguidas por otros escritores»; en paralelo puede verse que el Oulipo desde su fundación en 1960, estaba formado por escritores y científicos ( el mismo Queneau era matemático), y se había marcado como tarea proponer a los escritores nuevas estructuras, el escritor oulipiano siendo aquel que añadía, a las reglas del lenguaje comúnmente admitidas, sus propias reglas o restricciones ( contraintes ), tomadas de modelos científicos o matemáticos, y el uso de palíndromos, lipogramas, criptogramas, caligramas,   y otras yerbas.


  Segunda  parte 

El mito de la «revolución siria» .

El mito de la «revolución siria» fabricado ‎por el Reino Unido

por Thierry Meyssan


Se han filtrado nuevos documentos sobre la organización de la propaganda británica ‎contra Siria. Esos documentos permiten entender cómo fue posible que periodistas que ‎actuaban de buena fe fuesen engañados durante largo tiempo por el mito de la ‎‎«revolución siria» y por qué el Reino Unido se retiró de Siria, a pesar del éxito de ‎su operación. ‎

RED VOLTAIRE

La democracia incluye la posibilidad de poder debatir honestamente en público. ‎Por consiguiente, la propaganda sería sólo cosa de los regímenes no democráticos. ‎Sin embargo, la Historia nos enseña que la propaganda moderna se concibió durante la Primera ‎Guerra Mundial en el Reino Unido y en Estados Unidos mientras que la URSS y la Alemania nazi ‎no pasaron de ser pálidos imitadores. ‎
Desde el inicio de la guerra contra Siria, hemos explicado a menudo que la realidad en ‎el terreno no tenía nada que ver con la imagen que existía en Occidente sobre este conflicto. ‎Hemos denunciado repetidamente la fabricación de “pruebas” por parte de los servicios secretos ‎estadounidenses, británicos, franceses y turcos, que trataban de esconder la agresión ‎de Occidente contra Siria y de hacer creer que existía una revolución contra una dictadura. ‎
Ahora que el Reino Unido ya no está en el terreno, desde 2018, el periodista Ian Cobain acaba ‎de publicar en la publicación online ‎Middle East Eye varios documentos oficiales británicos que nos permiten ver más ‎claramente de qué manera Londres intoxicó masivamente a un gran número de periodistas de ‎buena fe y después se retiró del conflicto [1]. En 2016, Ian Cobain ya había publicado en el diario británico The Guardian‎ cierto número de ‎revelaciones sobre cómo el MI6 organizó esta‎ operación contra Siria [2].‎
Primero que todo, es importante recordar que los británicos no perseguían el mismo objetivo que ‎sus aliados estadounidenses. El Reino Unido, esperaba recuperar la influencia que había ejercido ‎en la época colonial, al igual que Francia. Londres no creyó que Estados Unidos ‎pretendiese destruir las estructuras de los Estados en los países de todo el Gran Medio Oriente (o ‎Medio Oriente ampliado), como se estipula en la estrategia Rumsfeld/Cebrowski [3]. Así que Londres concibió la operación de las ‎llamadas «primaveras árabes» según el modelo de la «Gran Revuelta Árabe», organizada en ‎otra época por Lawrence de Arabia, sólo que en la versión actual fue la Hermandad Musulmana la ‎encargada de interpretar el papel asignado a los wahabitas en tiempos de la Primera Guerra ‎Mundial. Debido a ello, la propaganda británica fue concebida siguiendo un guión sobre la ‎creación de una “nueva Siria” alrededor de la Hermandad Musulmana, mientras que lo que realmente ‎querían –y aún quieren– Estados Unidos y la CIA era desmembrar el país.‎
La opinión pública occidental ya había sido convencida de que en Túnez, en Egipto y en Libia ‎se habían producido revoluciones, y esa convicción errónea facilitaba la tarea de venderle otra ‎‎“revolución”, esta vez en Siria. ‎
Periodistas que actuaban de buena fe fueron llevados por supuestos revolucionarios –en realidad ‎eran agentes que trabajaban para los servicios secretos de Turquía y de la OTAN– a visitar una ‎‎“aldea revolucionaria”, Yabal al-Zauia, en suelo sirio. Allí se organizaban para ellos mítines del ‎‎«Ejército Sirio Libre» que podían filmar a sus anchas. Fueron muchos los periodistas así ‎engañados que creyeron que realmente existía un levantamiento popular. Cuando el periodista ‎español Daniel Iriarte denunció la farsa en el diario español ABC –porque reconoció a varios ‎yihadistas libios en la “aldea revolucionaria” siria [4]– ‎la prensa se negó a reconocer que se había dejado engañar. La incapacidad de los periodistas ‎para reconocer sus errores, incluso cuando son colegas quienes denuncian esos errores, sigue ‎siendo la mejor carta de triunfo de quienes se dedican a este tipo de propaganda. ‎
Como siempre, los británicos de la RICU (la Research, Information and Communications Unit) ‎recurrieron a un científico –en este caso un antropólogo– para que supervisara su operación de ‎propaganda. Y la ejecución estuvo en manos de varios “contratistas”, entre ellos un ‎‎«ex» oficial del MI6, el coronel Paul Tilley –la denominación de «ex oficial» resulta aquí muy ‎importante ya que se trata de poder refutar cualquier vinculación con el asunto si la operación ‎sale mal. Para estar más cerca del terreno, los intermediarios o contratistas del MI6 abrieron ‎‎3 oficinas en Estambul y Reyhanli (Turquía) y en Amman (Jordania), mientras que la CIA operaba ‎desde Alemania. ‎
Esta operación se inició con el asunto del ataque químico, atribuido al gobierno sirio, en el verano ‎de 2013, cuando la Cámara de los Comunes –recordando cómo había sido engañada en el ‎momento de la guerra contra Irak– prohibió estrictamente al ministerio de Defensa el despliegue ‎de tropas británicas en Siria. El gobierno británico evadió la prohibición incrementando el ‎presupuesto inicial de su ministerio de Exteriores, incremento que fue transferido a agencias canadienses y ‎estadounidenses para que se encargaran de la operación. ‎
A pesar de la prohibición emitida por la Cámara de los Comunes, la operación se desarrollaba ‎bajo el mando de un oficial del MI6, Jonathan Allen, quien acabó convirtiéndose en número 2 de ‎la delegación diplomática del Reino Unido en el Consejo de Seguridad de la ONU. ‎
‎La originalidad de esta operación, ejecutada entre otros por Innovative Communications ‎& Strategies (InCoStrat), reside en el hecho de haber sido presentada como una asociación ‎comercial no vinculada a las autoridades del Reino Unido. Los sirios que participaban en ella ‎no tenían la impresión de estar traicionando su país sino sólo de haber encontrado una buena ‎oportunidad de ganar dinero para sobrevivir a pesar de la guerra. Por supuesto, en comparación con ‎el nivel de vida normal de esos sirios, las remuneraciones que recibían eran considerablemente ‎elevadas. ‎
El sistema de los llamados «periodistas ciudadanos» resultaba sin embargo muy económico en ‎relación con el medio millón de libras esterlinas mensuales del presupuesto británico (entre 50 y ‎‎200 dólares por un video, entre 250 y 500 dólares por colaboraciones regulares) destinado a la ‎búsqueda de «informaciones» o de «pruebas» que demostrasen la represión del «régimen» ‎sirio contra su propio pueblo. Después de ser sometidos a una selección, el MI6 enviaba esos ‎materiales a la BBC, Sky News arabic, Al-Jazeera y Al-Arabiya, cuatro medios de difusión que ‎participan plenamente en el «esfuerzo de guerra» occidental, a pesar de que Al-Jazeera y Al-‎Arabiya pertenecen respectivamente a Qatar y a Arabia Saudita y de que esa actividad viola las ‎resoluciones de la ONU que prohíben la propaganda de guerra. Los colaboradores sirios tenían que ‎ comprometerse por escrito a mantenerse anónimos –con excepción de los que ‎contaban con una autorización expresa para darse a conocer– y no divulgar sus vínculos con ‎ninguna empresa. ‎
Los periodistas occidentales que actuaban de buena fe no podían llegar hasta los «periodistas ‎ciudadanos» sirios para verificar el contexto de los videos ni de otras «pruebas» –trabajo de ‎verificación que constituye la esencia misma de la actividad periodística– y simplemente ‎se dejaban convencer por el “ruido” de las cuatro televisoras antes mencionadas. ‎
Los documentos revelados por Ian Cobain demuestran que, además de apuntar a la opinión ‎pública internacional, esta operación estaba dirigida también contra la opinión pública siria. ‎Londres esperaba provocar en la opinión siria un cambio de actitud que debía favorecer a los ‎‎«moderados» ante los «extremistas». Sobre ese punto en particular, Middle East Eye ‎no parece haberse dado cuenta de que esas palabras no deben interpretarse siguiendo el ‎sentido que suelen tener sino en función de las decisiones del primer ministro británico Tony ‎Blair. ‎
Durante la elaboración del plan de las llamadas «primaveras árabes», Tony Blair había planteado ‎que el gobierno británico debía considerar como aliados a los líderes y grupos «moderadamente ‎antimperialistas», como la Hermandad Musulmana, mientras que los adversarios eran los ‎‎«antimperialistas extremistas», como el régimen nacionalista del partido Baas sirio [5].‎
El antropólogo que supervisaba el programa indicaba por demás que era necesario crear en el ‎terreno algunos servicios de urgencia –como la Free Police y los White Helmets ‎‎(“Cascos Blancos”) del «ex» oficial del MI6 James Le Mesurier– no tanto para ayudar a la ‎población sino para darle confianza en las instituciones que habrían de crearse después de la ‎derrota de la unión nacional surgida alrededor del Baas. Sobre ese punto, mencionó el plan de ‎rendición total e incondicional que se pretendía imponer a Siria, plan redactado por el alemán ‎Volker Perthes para el segundo principal funcionario de la ONU, el estadounidense Jeffrey ‎Feltman [6] y que los británicos interpretaron en forma errónea. ‎
Este desacuerdo fue la principal causa de los fallos de esta operación, cuando Washington trató ‎de crear el «Sunnistán», que debía ser gobernado por el Emirato Islámico (Daesh) y el «Kurdistán ‎libre», con el PKK (el partido kurdo surgido en Turquía) y el PDK (partido kurdo de Irak). ‎Considerando que aquello ya no era la guerra que ellos habían concebido, los británicos ‎decidieron salirse del juego. ‎
El programa del MI6 planteaba 3 aspectos diferentes:
- Identidad siria:
«Unir a los sirios mediante la afirmación positiva de culturas y prácticas comunes y restablecer la ‎confianza entre vecinos, aunque poniendo de relieve la fuerza numérica de los sirios.»‎
- Siria libre:
«Actuar para fortalecer la confianza en una futura Siria sin régimen extremista.»‎
- Socavamiento:‎
«Actuar para debilitar la eficacia de las redes extremistas violentas (EV) en Siria socavando la ‎credibilidad de las historias y de los actores EV y aislando a las organizaciones EV de la ‎población.»‎
Según los documentos que revela Ian Cobain, los contratistas o intermediarios del MI6 también ‎formaron a los voceros de la oposición siria, desarrollaron cuentas en las redes sociales y ‎organizaron oficinas de prensa que funcionaban las 24 horas del día. Los documentos ‎no mencionan el diseño de logos identificativos de grupos ni el montaje de las escenas ‎hollywoodenses que nosotros denunciamos a través de este sitio web, como el “desfile militar” ‎de un grupo armado, montado en la periferia de Damasco, con tanques y “combatientes” que ‎pasaban una y otra vez ante la cámara (ver video). ‎
El trabajo de las oficinas de prensa consistía en poner a los voceros de la oposición siria en ‎contacto con periodistas occidentales y en instruir a esos voceros sobre lo que debían decir en las ‎entrevistas. De esa manera, la prensa occidental creía obtener sus informaciones de fuentes ‎independientes y con un bajo costo. ‎
Al principio, durante la fase de desestabilización –que duró hasta mediados del año 2012–, todos ‎los medios de prensa internacionales enviaban reporteros al terreno, reporteros que ‎los británicos lograban manipular de la manera aquí descrita. Ahora ya no envían reporteros. ‎Los medios de prensa occidentales se han acostumbrado a aceptar como buena la “información” ‎que les ofrece la agencia de prensa creada en Londres por el MI6 y la Hermandad Musulmana –el ‎Observatorio Sirio de los Derechos Humanos (OSDH)– a pesar de que esa “fuente” carece de los ‎recursos necesarios para tener conocimiento de los “hechos” que dice reportar. ‎
[1] “REVEALED: The British government’s covert ‎propaganda campaign in Syria”, Ian Cobain y Alice Ross, Middle East Eye, ‎‎20 de febrero de 2020.
[2] “How Britain funds ‎the ’propaganda war’ against Isis in Syria”, Ian Cobain, Alice Ross, Rob Evans, Mona Mahmood, The Guardian, 3 de ‎mayo de 2016.
[3] «El proyecto ‎militar de Estados Unidos para el mundo», por Thierry ‎Meyssan, Red Voltaire, 22 de agosto de 2017.
[4] «Islamistas libios se desplazan a Siria para ‎‎“ayudar” a la revolución», por Daniel Iriarte, ABC (España), 17 de diciembre de 2011.
[5Sous nos ‎yeux. Du 11-Septembre à Donald Trump, Thierry Meyssan, éditions Demi-Lune.
[6] «Alemania y la ONU contra Siria», por Thierry Meyssan, Al-‎Watan (Siria), Red Voltaire, 28 de enero de 2016. “Draft Geneva Communique Implementation ‎Framework”, “Confidence Building Measures”, “Essential Principles”, “Representativness and ‎Inclusivity”, “The Preparatory Phase”, “The Transitional Governing Body”, “The Joint Military ‎Council and Ceasefire Bodies”, “The Invitation to the International Community to Help Combat ‎Terrorist Organizations”, “The Syrian National Council and Legislative Powers during the ‎Transition”, “Transitional Justice”, “Local Governance”, “Preservation and Reform of State ‎Institutions”, “Explanatory Memorandum”, “Key Principles revealed during Consultations with ‎Syrian Stake-holders”, “Thematic Groups”, United Nations Department of Political Affairs (DPA), ‎‎2012-2014 (no publicado).

lunes, 24 de febrero de 2020

La CIA y el Sáhara Occidental .

La CIA desclasifica la razón por la que España “abandonó” el Sáhara Occidental

Los informes de estrategia y cables diplomáticos secretos reflejan la visión e influencia de la inteligencia norteamericana sobre el devenir del país en un momento clave de su historia como fue la Transición.
Según los documentos, Juan Carlos I se convirtió en uno de los informantes más valiosos de EE.UU, revelando información confidencial a su contacto en Madrid, el embajador norteamericano Wells Stabler.
Además, Juan Carlos habría pactado la entrega del Sáhara Occidental a Marruecos. Todo a cambio del apoyo norteamericano para convertirse en Rey.
Mediados de la década de los 70. La Revolución de los Claveles triunfa en Portugal. En Italia, los comunistas están muy cerca de llegar a formar parte del Gobierno.
En Grecia la dictadura militar se desmorona. Y en España, el dictador Francisco Franco está en las últimas. El panorama es muy preocupante para los intereses norteamericanos, que ven como sus aliados pierden fuerza.
Además del propósito global de frenar al comunismo y al socialismo, para EE.UU esta zona es especialmente importante a nivel geoestratégico.
En 1973 por ejemplo, los aviones norteamericanos que se dirigían a Oriente Medio para apoyar a Israel en la guerra del Yon Kippur solo consiguen autorización portuguesa para repostar, y es probable que a partir de ahora ya no sea así. Hay que hacer algo.
En 1975 se pone en marcha un proyecto secreto de la CIA que tiene como objetivo arrebatar la provincia número 53 de España: el Sáhara Occidental.
Se trata no solo de un un territorio rico en fosfatos, hierro, petróleo y gas, sino que es muy valioso a nivel geoestratégico.
La inestabilidad en España debido a la enfermedad del dictador Francisco Franco es clave para llevar a cabo esta operación, que consiste en invadir la provincia española mediante una marcha de unos 350.000 ciudadanos marroquíes que se harían pasar por antiguos habitantes de la zona.
Se trata evidentemente de la famosa Marcha Verde.
El 6 de octubre de 1975, los servicios de Inteligencia del Ejército español informan al dictador Francisco Franco de estos planes de “invasión pacífica” del Sáhara Occidental y le piden que mueva ficha.
Y aquí es donde entra en juego Juan Carlos I, que se convirtió en confidente de EE.UU, enviando información secreta de todos los movimientos que Franco realizaba en la provincia del Sáhara.
Es decir, el entonces príncipe Juan Carlos reveló información confidencial sobre los planes de España en el conflicto del Sáhara a una potencia extranjera que estaba jugando un papel clave en dicho conflicto.
Hay quien lo denominaría alta traición.
De este modo, Juan Carlos I se convirtió en aquel momento clave de la historia del país en informante de EE.UU, con la esperanza de lograr así el apoyo norteamericano tras la muerte de Franco.
Lo consiguió, y probablemente la historia de España sería muy diferente de no haber tomado esta decisión.
El contacto del entonces Príncipe era el embajador norteamericano en España, Wells Stabler, que tenía contacto directo con la Casa Blanca y con el jefe del Departamento de Estado, Henry Kissinger, quien le comunicó a este respecto en uno de los documentos ahora desclasificados:
“Tus contactos con el príncipe deben ser tratados con la mayor discreción. Estos informes tienen un grandísimo valor para EEUU y haremos lo que esté en nuestra mano para asegurarnos de que en el futuro se manejen de manera apropiada” – Henry Kissinger
31 de octubre de 1975, Juan Carlos asume la jefatura en funciones del Estado debido a la enfermedad del dictador Francisco Franco.
Uno de los temas más urgentes que debe tratar es respecto a la decisión del rey Hasan II de Marruecos de lanzar una ofensiva para reclamar una provincia española: el Sáhara Occidental.
El mismo día de la toma de posesión de su nuevo cargo, Juan Carlos preside su primer Consejo de Ministros, y muestra su intención de ponerse al cargo del asunto del Sáhara..
Pero no informa de que ya había enviado a Washington a su hombre de confianza, Manuel Prado y Colón de Carvajal, con la finalidad de conseguir el apoyo norteamericano y evitar así un conflicto con Marruecos que le podría costar su añorada Corona.
De este modo, Kissinger media con Hassan II y finalmente se firmaría el pacto secreto por el que Juan Carlos entregaría el Sáhara español a Marruecos, a cambio de que EE.UU se convierta en su aliado en el complejo futuro que tiene por delante.
El 2 de noviembre, Juan Carlos viaja a la capital del Sáhara Occidental, El Aaiiún, donde asegura ante las tropas españolas:
“Se hará cuanto sea necesario para que nuestro Ejército conserve intacto su prestigio y su honor”.
Hasta se permite decirles a los oficiales de sus tropas: “España no dará un paso atrás, cumplirá todos sus compromisos, respetará el derecho de los saharauis a ser libres”.
Y también: “No dudéis que vuestro comandante en jefe estará aquí, con todos vosotros, en cuanto suene el primer disparo”.
Sin embargo, sabía que estaba mintiendo. Ya había pactado con Hassan II los términos de la entrega del Sáhara. En uno de los documentos desclasificados, el embajador de EE.UU en España comunica a Washington:
“Madrid y Rabat han acordado que los manifestantes sólo entrarán unas pocas millas en el Sáhara español y que permanecerán un corto periodo de tiempo en la frontera, donde ya no hay tropas españolas (…) El príncipe [Juan Carlos] ha añadido que una delegación representativa de unos 50 marroquíes tendrán permitido entrar en la capital territorial de El Aaiún”.
En el documento también se puede apreciar el temor de la inteligencia nortemericana a que se descontrolara la situación:
“La zona en la que no está prevista que caminen los manifestantes está claramente marcada como campos de minas. Juan Carlos dijo que las fuerzas españolas usarán cualquier medio a su disposición para evitar que los marroquíes crucen esta línea” …”Una vez que los manifestantes crucen la frontera, la situación puede descontrolarse fácilmente”.
Finalmente, el 6 de noviembre de 1975 la Marcha Verde invade la provincia española.
Todo estaba preparado de antemano. Los campos de minas y los legionarios se retiraron de la frontera. La ONU, atónita ante los acontecimientos, urge a Hassan II a retirarse y a respetar la legalidad internacional.
El Consejo de Seguridad se pronunció aprobando la resolución 380, en la que «deplora la realización de la marcha» e «insta a Marruecos a que retire inmediatamente del territorio del Sáhara Occidental a todos los participantes en la marcha», así como volver a hacer un llamamiento al diálogo.
Sin embargo, todo estaba pactado ya.
En plena Guerra Fría, Estados Unidos y Francia anhelaban la anexión marroquí del territorio, puesto que Argelia y el Frente Polisario eran cercanos a la Unión Soviética.
Hassan II, que atravesaba una compleja situación política interna, marcaba un tanto por la escuadra. Y España perdía un territorio clave, pero Juan Carlos I ganaba un reinado. Todos contentos.
Excepto, claro está, los habitantes del territorio en cuestión, que fueron las víctimas colaterales de este pacto/traición, y cuyo sufrimiento generado se ha alargado hasta nuestros días.
Este es un artículo original de Juan Teixeira, y ha sido extraído del portal informativo independiente Eulixe.
Fuentes: CIA // WikiLeaks // El Español // El Confidencial Saharaui
Fuente: ECSaharaui 
Para leer bien los textos ver el artículo original