miércoles, 27 de junio de 2018

El paso del caballo de Atila de Rajoy .

 
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Rajoy no deja un país mejor que el que encontró



Una de las últimas frases que pronunció M. Rajoy desde la tribuna de oradores del Congreso, tras saber que la moción de censura había acabado con su indecente Gobierno, fue la siguiente: "Es un honor saber que dejo un país mejor que el que encontré". Frase que nos provocaría un ataque de risa, a no ser porque, por incierta y cínica, lo que nos provoca es un ataque de profunda indignación. Rajoy no se va dejando un país mejor que el que encontró, ni siquiera igual, sino que deja un país muchísimo peor, un país "hecho unos zorros" diríase coloquialmente. Es más, podríamos concluir sin temor a equivocarnos que ningún aspecto de nuestra sociedad, ninguna faceta de nuestra vida, ninguna institución del Estado, acaba mejor que antes de los 6 años de infructuoso, intolerante, antisocial, mezquino y detestable Gobierno del PP de Rajoy. Ni en economía, ni en pensiones, ni en política exterior, ni en derechos y libertades, ni en igualdad, ni en servicios públicos, ni en medio ambiente, ni en justicia, ni en cultura... no hay parcela alguna que pueda registrar un saldo positivo tras el paso del caballo de Atila de Rajoy y sus perversas políticas. En justicia, hasta los colectivos de profesionales se han manifestado en contra de las reformas del Gobierno de Rajoy, que eliminó la justicia universal, que no ha dotado de mejores medios materiales ni humanos a la Administración de Justicia, y que ha acortado los plazos de instrucción de los procesos. Asímismo, mediante la famosa Ley Mordaza, ha eliminado el derecho a la tutela judicial efectiva, cuando se dan circunstancias de limitación de libertades públicas básicas.
Reformó el Código Penal y la Ley de Enjuiciamiento Criminal, que junto con la ya referida Ley Mordaza, limitan grandemente nuestro anterior sistema de derechos y libertades. Asimismo, el Gobierno saliente de Rajoy se ha caracterizado por utilizar y poner a su servicio las más altas Instituciones del Estado, como el Tribunal Constitucional, judicializando una serie de procesos que debían haberse tratado únicamente por cauces políticos, tal como el conflicto nacional catalán. Como nos cuenta este reciente editorial del medio digital Contexto: "Deja Rajoy unos derechos fundamentales erosionados, expuestos a una percepción de la seguridad ciudadana, de la tranquilidad pública y de la respuesta a la delincuencia que sólo provocan más sufrimiento en términos colectivos, más cárcel y más temor en el ejercicio de conductas hasta hace poco consideradas derechos sin más, además de un rosario de agravios con sed de sentencia ejemplarizante". En efecto, sin ir más lejos, y sin actividad armada alguna de la banda terrorista ETA, las denuncias y condenas por enaltecimiento del terrorismo se han visto elevadas frente a anteriores períodos. A ello han contribuido también los medios de comunicación dominantes del sector privado, todos ellos adalides del neoliberalismo más salvaje, y por supuesto, la degradación a la que ha estado sometido el ente público Radio Televisión Española, que ha alcanzado con el Gobierno de Rajoy unos niveles de manipulación informativa nunca antes vista, así como una involución de su programación general que le ha alejado seriamente de su carácter y función como servicio público, y que la ha relegado a una herramienta de propaganda del Gobierno y un instrumento al servicio de la alienación cultural.
El asunto catalán ha sido otro de los caballos de batalla del expresidente que afirmó "dejar un país mejor que el que encontró", pero sin embargo, lejos de reconocer la responsabilidad de su partido en el encono del asunto (pues los orígenes se remontan al recurso que interpuso el PP ante el TC sobre el famoso Estatut de 2006), ha sido absolutamente incapaz de establecer vías de diálogo y negociación con los sucesivos gobiernos de la Generalitat, dejando que el tema se enquistara en la sociedad catalana hasta alcanzar límites desorbitados, que tuvieron como cénit la jornada de violenta represión a la ciudadanía que participó en el referéndum del pasado 1 de Octubre. Rajoy no sólo ha sido un presidente antidemocrático, sino completamente inepto para abordar problemas políticos desde la política, traspasando dichos asuntos a la órbita de la justicia. Bien es verdad que para estas tareas ha tenido como compañeros de viaje al partido que ahora gobierna de nuevo, el PSOE de Pedro Sánchez y a esa nueva derecha de Ciudadanos, que aunque pretende aparecer como renovada y moderna, sigue siendo fiel a los postulados más ultraconservadores. Incluso la Corona desempeñó su detestable papel en este asunto. Pero de dicha institución ya sabemos que nada puede esperarse, salvo su disolución y la transformación de nuestro Estado en una República Federal. El culmen de dicho proceso ha sido la aplicación del artículo 155 de la Constitución, que ha dejado como resultado un montón de políticos catalanes presos o en el exilio. Un balance absolutamente lamentable.
La mano de Rajoy también se ha dejado sentir en varias Leyes que han sido completamente ninguneadas e ignoradas por su Gobierno, tales como la Ley de Memoria Histórica (sobre la cual se jactaba incluso de haber dedicado "0 euros" a su financiación), la Ley de Violencia de Género, o la Ley de la Dependencia, que han sido igualmente despojadas de presupuesto, lo cual es sinónimo de hacerlas inviables, y por tanto, suponen otra forma de incumplirlas. Tampoco ha sabido o querido dejar solución para algunos temas urgentes de carácter estatal, tal como el sistema de financiación autonómica, que tras muchos años de demanda de las diversas autonomías (incluidas las gobernadas por su propio partido), no han visto satisfechas sus demandas de una mejor financiación. Más bien al contrario, el Ministerio del ex Ministro Montoro se ha dedicado a practicar la guerra interna contra las Administraciones autonómicas, controlando sus cuentas mediante mecanismos como el FLA (Fondo de Liquidez Autonómica), y exigiéndoles unos niveles de déficit público que les obligaban a no poder financiar el conjunto de sus servicios públicos. Las mujeres han sido otro saldo negativo del ex Presidente, aunque él mantuvo que dejaba "un país mejor que el que encontró". Huelgas feministas, brecha salarial, feminización de la pobreza y de la precariedad, y sobre todo, incremento de los crímenes machistas han sido los principales saldos del Gobierno de M. Rajoy en asuntos de igualdad. La visión transversal de género ha sido una carencia fundamental en las políticas del PP de Rajoy. Su desinterés por las mismas también.
La Ley de la Dependencia ha sido también objeto de acoso y derribo. Rajoy presupuestó 1.400 millones de euros para esta partida, lo que supone un 6,7% menos que en 2011. En 2017 un total de 38.000 personas dependientes fallecieron en nuestro país sin haber recibido prestación alguna. Dos de cada tres dependientes son mujeres, y el 90% de las personas que se ocupan de los cuidados, también. El grave deterioro de la economía que ya sufríamos con los últimos años del Gobierno de Zapatero tampoco fue corregido con Rajoy, por mucho que éste presumiera del "crecimiento económico y el empleo", coletilla que usaba como un mantra incuestionable de sus políticas. Nada más lejos de la triste realidad. El crecimiento económico únicamente ha servido en estos últimos años para acrecentar el número de ricos en nuestro país, para afianzar los beneficios empresariales, y para consolidar una hegemonía de los poderes económicos, que salieron inmensa y mayoritariamente beneficiados con la Reforma Laboral de 2012, toda una contrarreforma que acabó con los (ya mermados) equilibrios anteriores. El "empleo creado" no ha sido tal, sino una transformación de nuestro mercado laboral anterior, una reconversión hacia un mercado mucho más inestable y precario, dependiente de los deseos, necesidades y objetivos de los patronos. Con Rajoy la precariedad se ha convertido en modelo de vida, en norma cotidiana, en registro vital. Incluso los trabajadores y trabajadoras veteranos/as pierden sus puestos de trabajo sin mayores problemas, para que sus empresas contraten después "recursos humanos" jóvenes y precarios. La devaluación salarial ha sido continua, la pérdida de poder adquisitivo en todos los sectores laborales una constante, y el desmontaje de la Seguridad Social (incluso aunque durante algunos períodos haya aumentado el número de cotizantes puntualmente) y del Sistema Público de Pensiones, sus consecuencias más directas. Para una radiografía más completa de los destrozos económicos de Rajoy, véase el artículo de Emilio de la Peña para el medio digital Ctxt.
En el "país mejor" que deja Rajoy, se despide más fácilmente, el Fondo de Reserva de la Seguridad Social ha sido vaciado, y los pensionistas están en pie de guerra debido a sus míseras pensiones. En el "país mejor" que deja Rajoy, sólo la mitad de los desempleados están cobrando prestaciones, y los jóvenes no tienen expectativa vital de futuro, ya que están abocados a depender de sus familias, de la precariedad, o del exilio laboral. En el "país mejor" que deja Rajoy, la cultura y la ciencia han sido atacadas y desmanteladas, y los artistas tampoco pueden vivir de su trabajo. En el "país mejor" que deja Rajoy, las pocas empresas públicas que quedaban han sido absolutamente privatizadas, los bancos rescatados, las personas desahuciadas de sus viviendas, los clientes estafados, los estudiantes expulsados de la Universidad, y los servicios públicos básicos (sanidad, educación, etc.) disminuidos en recursos y en personal. Un conjunto de Mareas ciudadanas han sido la constante en su expresión de protesta ante los ataques, recortes, privatizaciones y desmantelamientos que estaban sufriendo sus respectivos sectores. En el "país mejor" que deja Rajoy, las políticas destinadas a la mejora y conservación del medio ambiente y a contrarrestar los gravísimos efectos del cambio climático han brillado por su ausencia. Una gran parte de la legislación ambiental existente se derogó, se privatizaron recursos naturales (montes, ríos, playas, costas...), y en el plano energético, ha destacado el freno a la implantación y desarrollo masivo de las energías renovables, dando por el contrario impulso a las prospecciones petrolíferas, facilidades al fracking y mayores poderes al oligopolio eléctrico, lo cual se ha traducido en mayores ganancias para las empresas, incremento del coste de los suministros básicos, y aumento de la pobreza energética.
Pero todavía hay más puntos negros en la España que deja Rajoy. Las cuotas de refugiados no se han cumplido, y ese "país mejor" se ha caracterizado por una agresión constante por todos los medios (tierra, mar y aire) a los migrantes que han intentado llegar a nuestra tierra, desplegando los más execrables mecanismos para impedirlo. La insensibilidad y la inhumanidad han llegado a límites insospechables. Las políticas de Defensa han sido absolutamente desastrosas, aumentando los presupuestos para armamento de forma obscena, multiplicando por tres los gastos dedicados a la celebración del Día de las Fuerzas Armadas, y plegándose a los requerimientos de la OTAN y de los Estados Unidos de Trump descaradamente. Y por si todo ello fuera poco, Rajoy se atreve a proclamar que deja "un país mejor que el que encontró", cuando la radiografía de la corrupción nos dibuja un paranoma absolutamente deprimente. La corrupción durante los años de Rajoy se ha convertido en realidad cotidiana, y de hecho, como sabemos, él mismo no ha tenido la dignidad suficiente como para dimitir como máximo responsable de su partido, cuando éste está salpicado hasta las cejas por cientos de casos que afectan a dirigentes de su formación. Jamás asumió sus propias responsabilidades, se limitó a mirar para otro lado, a desfigurar la vomitiva realidad, y a atacar a todos los demás para disculpar las indecentes prácticas de su formación política. Tuvo que ser desalojado del Gobierno por una Moción de Censura, cuando la situación era ya de plena salud democrática, de harto insostenible. Rajoy, como decíamos arriba, no ha dejado un país mejor que el que encontró. Pero él, desde su plaza de Registrador de la Propiedad en Santa Pola, seguirá pensando que sí. Ya sabemos por tanto la visión de un "país mejor" que tiene el Partido Popular.
Blog del autor: http://rafaelsilva.over-blog.es

  y ver  ...



https://www.eldiario.es/politica/Gobierno-Rajoy-ACS-FCC-Acciona_0_784621912.html
 

 Nota .- Es sorprendente como  la prensa de  derechas    incluido el País  no dedica ni un artículo a analizar  el periodo de  Mariano Rajoy .

martes, 26 de junio de 2018

El mito de Occidente

 Resultado de imagen de Europa y el mito de Occidente.


Georges Corm, Europa y el mito de Occidente. La construcción de una historia. Ediciones Península, Madrid, 2010.
Una reseña de Christian Rubí, 

El concepto de Occidente es ante todo un concepto geográfico o astrológico,  de origen latino. El lugar donde se pone el sol podría cambiar dependiendo de la situación de la persona que lo observa, es una cuestión de emplazamiento. Pero esta idea se ha convertido en la señal de una barrera infranqueable, en una encrucijada de sentimientos especiales, un eslogan portador de esperanzas humanistas. Y es en Europa en dónde se ha producido esta alquimia. ¿Cómo y por qué? Estas son las preguntas a las que este libro trata de dar respuesta. El concepto de Occidente, a partir de una construcción específica tuvo tamaño peso que podría ser tomado por un concepto mítico globalizante. Una vez más, ¿por qué? ¿Y por qué se le asigna la construcción de un universo mental, abriendo la puerta a la extrema violencia que se infligieron los pueblos de Europa dos veces consecutivas en el siglo XX? Por último, ¿cómo podemos conectarlo con los sistemas filosóficos que han ejercido siempre una fuerte influencia en la lengua, en los programas y en los objetivos de los partidos políticos, así como en cualquier producción cultural?
Inicialmente, el autor insiste en que estuvo tentado de llevar a cabo una historia de la aparición del concepto de Occidente, sus usos filosóficos, históricos, sociológicos. El pretendía explicar cómo un concepto geográfico simple había podido convertirse en un concepto polisémico y conflictivo. Al mismo tiempo, se hacía necesario explicar también cómo se fortalece, durante los dos últimos siglos, de manera casi obsesiva, el uso de ese concepto, en particular a partir de los extravíos de la imaginación histórica y geográfica. Pero Georges Corm abandonó esta búsqueda por otra diferente: explicar las modalidades de uso, más intensivo cada vez, de dicha noción. De hecho, en el siglo XIX el concepto de Occidente sirvió como polarizador emocional en los diferentes universos mentales, visiones y percepciones del mundo que agitaban Europa. El concepto de Occidente se propaga desde el mismo momento en el que las contradicciones entre visiones históricas y políticas del mundo se agudizan.
Antes de ahondar más profusamente en el análisis de la génesis de la mitología de Occidente, concebido como una masiva identidad totalizadora, es preciso recordar que el autor ya había estudiado los conceptos de Oriente y Occidente en otro trabajo, haciendo de las "mega-identidades" formas específicas de lo que Marc Crépon denomina exitosamente las "geografías de la mente." En una reedición de su libro, va aún más lejos. Se examina en primer lugar el componente mítico del concepto de Occidente, los modos y técnicas de su desarrollo, su funcionamiento y las funciones que cumple en las diferentes áreas donde se utiliza (la política, la literatura, la música, la historia. ..).

La identidad occidental
En todos los casos, el uso del concepto de Occidente, junto con una mirada de menosprecio hacia Oriente — sobre el cual Corm hubiese podido citar alguna célebre inversión de mirada, siempre "occidental" (Friedrich Nietzsche, por ejemplo, o François Jullien) – se corresponde con una estilización y una idealización de la historia del continente europeo. Su objetivo es eliminar la diversidad de situaciones en Europa, para evacuar los conflictos internos y en su lugar construir la oposición – bloque contra bloque – frente al resto del mundo. Este concepto se crea para referir una unidad trascendente, un « espíritu » de Europa, una « civilización » europea, que se piensa, a veces, única y específica, y que se cree que ocupa un lugar central en la historia del mundo.
Sin embargo este uso — centrado en una Europa unida y homogénea — no puede ocultar por completo « la variedad de los contactos mantenidos con otros pueblos del mundo, con toda la variedad de pueblos, costumbres, ciencias, tecnologías y niveles de civilización fuera de Europa ». Las relaciones con otros pueblos existían ya durante el período griego, la Edad Media e incluso el Renacimiento, y rechazan siempre la imagen de una Europa replegada sobre sí misma.
Pero esta no es la « verdad » que va a originar el mito. Este quiere fortalecer las separaciones. Obviamente, en el corazón de todas las cuestiones planteadas, la del Islam y su estatuto, llega rápidamente a un primer plano, sobre todo porque muchos libros (incluyendo recientemente: Samuel P. Huntington, Bernard Lewis) atacan con vehemencia al mundo islámico, alegando la idea del fracaso de su civilización.
Otras preguntas, sobre las que volveremos, son planteadas en este libro, pero todos convergen en la misma idea: ¿se imaginan el enorme potencial para el renacimiento de la cultura y del pensamiento en Europa si los cánones del discurso occidentalista fueran abandonados? El autor del libro, al igual que el autor de estas líneas, tendería a responder favorablemente a tal pregunta.
Nadie niega, sin embargo, que "su expansión mundial, la efervescencia de Europa, su deseo de pensar lo universal, sus diversos modelos políticos..." la conviertan en imprescindible para comprender lo que sucedió en el mundo. Durante siglos, su historia también explica la de otros continentes. El autor va más allá: « no hay nada en el mundo que no haya sido afectado por Europa y, sobre todo, por las formas en la que los europeos han contado la historia del mundo » y que se contaron a sí mismos, al menos para (auto)explicar su genio, sus éxitos, sus fracasos, "en breve lo que consideran su destino excepcional en la historia del mundo." También es necesario insistir en el lado oscuro que muchos dejan de lado: el genocidio, la esclavitud, la explotación, la opresión colonial, los estallidos de las pasiones nacionalistas ...  « Es notable observar el paralelismo entre la violencia que los europeos se han infligido entre ellos y aquella que han ejercido sobre otros pueblos » (a menos que ello ya no constituya un paralelismo sino una serie de « disparos de prueba »). Y el autor explica: « Fue, por tanto, difícil de conciliar la violencia y la crueldad con los clichés de una Europa, o de un Occidente, como lugar privilegiado de la aparición del reino de la razón y del humanismo universal » .
En el banquillo, en primer lugar, G.W.F. Hegel y Max Weber. « Son probablemente los filósofos y sociólogos alemanes, con Hegel y Weber a la cabeza (destacamos también al antropólogo francés Louis Dumont), los que han contribuido mayoritariamente a formar la conciencia de un destino « occidental » común a los pueblos europeos. « A ellos, sobre quienes el autor vuelve reiteradas veces, hay que añadir el romanticismo alemán y la mística. Probablemente habría que tomar más precauciones para afirmar esta hipótesis, en todo caso, habría que señalar paradojas más centrales, relacionadas con la Ilustración, antes de correr el riesgo de ser demasiado unilateral. Sin embargo, es precisamente en los textos de dichos filósofos en los que se observa la construcción de una supra-identidad. Decir "Occidente" es tener una visión histórico-filosófica de un continuo territorial e histórico (construido por completo), una identidad supuesta de trascender todas las diferencias entre los pueblos europeos, a pesar de las guerras y los conflictos religiosos, nacionalistas e ideológico. "El Occidente se convierte en una entidad mitológica, una imaginación exuberante, y también en un formidable espíritu de frontera, una máquina para crear una fuerte alteridad, incluso radical e insalvable, entre los pueblos, naciones,  culturas y civilizaciones. »
Por otra parte, esta idea de Occidente tan aceptada y arraigada desde hace tiempo hace que cualquier crítica, cualquier deconstrucción de la imaginación mitológica suscite reacciones hostiles. La evidencia fue puesta de manifiesto durante los debates sobre las "raíces" de Occidente y de Europa, durante las discusiones que terminaron acumulando de forma indiscriminada, por satisfacer a todos: la racionalidad griega, la herencia del derecho romano, el monoteísmo, las tribus germánicas, la Ilustración... pretenden la aceptación de todos, de una genética europea única y específica, que se remonta a los albores del tiempo, pese a la imposibilidad técnica de conciliar todas estas "fuentes" .
Observando cuidadosamente los textos de referencia, uno se da cuenta, y el autor sigue su lectura línea por línea, de que la invención del "genio de Occidente" parece no haber estado nunca en deuda con otras culturas. Todo el mundo quiere demostrar que esa construcción es puramente endógena, de naturaleza casi esencialista, que no debe nada a los contactos bien con África bien con el mundo oriental musulmán (Philippe Nemo, Sylvain Gougenheim, Jacques Ellul). En este sentido, el papel del filósofo e historiador Ernest Renan (1823-1892) fue decisivo. Según el autor, Renan fue el creador de la primera implementación flagrante del concepto. A partir de este punto focal, la palabra "Occidente" comenzó una fulgurante carrera: « La palabra mágica, la palabra favorita, la palabra tótem en torno a la cual se reúnen las diversas tribus europeas. » En torno a ella, la organización de un mundo binario: el bien y el mal, el creyente y el hereje, lo civilizado y lo bárbaro... que encuentran expresión en los textos y cursos de François Guizot, a saber cuando construyó su discurso épico sobre la historia europea identificada con LA civilización.

La alteridad de Oriente
Es sobre esta base sobre la que se inventa, de modo inverso, Oriente. Oriente se está convirtiendo en una necesidad ineludible en el discurso mitológico occidental. Sin Oriente, por supuesto no hay Occidente. Pero sin Oriente, no existe punto de tensiones ni temores, no existe despliegue militar ni defensa del "mundo libre". Así G. Corm añade: « Poco importa la realidad y la coherencia de ese Oriente. Lo esencial es crearlo, también, en la imaginación ». Y Oriente varía en contenido según los problemas enfrentados: después de haber sido eslavo o amarillo, se convirtió en musulmán. Las imágenes que se han cristalizado en la imaginación occidental condensan una serie de disparates sobre los que se podría narrar toda una serie de historias: las mujeres esclavizadas, el gusto por el terrorismo y la sangre, las faltas de valores individuales, el fanatismo, el odio hacia el hombre occidental, barbas asquerosas, sacrificios, dictadores sangrientos... Evidentemente, encontramos muchos autores que denuncian esta función despectiva de la literatura europea sobre Oriente (Edward Said, Lucette Valensi, Jack Goody y el propio Georges Corm).
Sería injusto no mencionar también la existencia de una crítica occidental del discurso occidentalista, sin hablar de los rechazos exteriores de dicho discurso. Y en el que el autor explora esas modalidades que se diversifican en: discursos denigrantes, discursos críticos o discursos despectivos
Incluso la crítica más fuerte del mito —cualquier discurso anestesiante entendido como espíritu crítico — viene menos de los discursos que de las mismas prácticas de Occidente. Desde que la barbarie se descubre intrínseca en Europa en lugar de extrínseca (lo primitivo, lo salvaje), el narcisismo de Occidente se convierte en un hecho insostenible. En un pasaje sobre la música europea, el autor profundiza sobre dicho aspecto. De hecho se requiere razonar sobre ese punto: o bien Occidente es la vanguardia de la humanidad, la civilización que ocupa el centro de la aventura humana, y en este caso, esa súbita barbarie, después de siglos de progreso y refinamiento, sólo puede seguir siendo inexplicable y misteriosa, escapando a la misma razón que Occidente afirma encarnar; o bien esa barbarie tiene sus raíces en la propia historia de Europa, que, por lo tanto, no es menos « salvaje » que los que le han otorgado ese adjetivo peyorativo.
Sin embargo, para llegar al final del debate iniciado por Corm, ¿no se estaría sustituyendo dicho mito por un fenómeno de desplazamiento, desde Occidente a Europa? Es cierto, señala el autor que Europa ahora « disfruta » del mismo tipo de promoción que procede de generalizaciones masivas, de una búsqueda de raíces profundas, y del mito de la unidad. La emergencia del discurso sobre « el alma de Europa » o sobre el tesoro inexpugnable de su historia, es típico en ese sentido. ¡El oficio de ideólogo tiene aún un futuro por delante! Esta es la conclusión Corm, siguiendo las ideas del historiador Jean-Baptiste Duroselle (La idea de Europa en la historia, París, Denoël, 1965).
Después de todo, Corm podría tratar de enfrentar mito y realidad. ¿Hubiese sido productiva tal experiencia ? Es difícil de determinar. Lo que es cierto es que el autor continúa realizando los comentarios necesarios ante los acontecimientos (mal) citados en los textos de referencia. Hecho eficaz. Sin embargo, la deconstrucción no se detiene ahí. Se abren muchas perspectivas de investigación: La de la auto-celebración de Europa a partir de la idea de la ciencia, la del gusto occidental por los viajes, la de la curiosidad intelectual acerca del otro, la de la generación del capitalismo comercial en Europa, etcétera, etcétera.


  http://cafeuropa.e-monsite.com/es/blog/libros-para-debatir/un-libro-para-pensar.html

lunes, 25 de junio de 2018

La guerra opaca genocida de Yemen


 
Los cuatro motivos del bloqueo informativo sobre la guerra genocida de Yemen

Ya sabemos que en una guerra la verdad es la primera víctima, pero ¿qué pasa si nos ocultan la propia guerra? 28 millones de yemeníes están siendo bombardeados desde el 2015 por las potencias extranjeras, y sometidos a un bloqueo aéreo y marítimo criminal que impide el suministro de alimentos, medicamentos y combustibles al país. Cada 10 minutos muere un niño por el colapso de todos los servicios básicos (Unicef), pero su tragedia ni se ve ni se oye y, al contario de sus hermanos sirios y gazatíes, muere en la absoluta soledad y una inquietante indiferencia del mundo. La guerra contra Yemen ni ha movilizado a los que luchan por los derechos de los palestinos o los kurdos, ni tampoco a la propia “umma”, la supuesta hermandad universal musulmana. La defensa selectiva de los derechos humanos, bajo cualquier pretexto, pone en cuestión nuestros principios y nuestra integridad ética.
El 5 de junio, la coalición liderada por EEU-Arabia Saudí, bombardeó la sede de los Médicos Sin Fronteras, y lanzó 30 ataques en media hora sobre los 600.000 habitantes la ciudad portuaria de Hodeidah, el principal punto de importación de alimentos y suministros básicos en Yemen. Los soldados de ocupación, los mercenarios de Al Qaeda y otros grupos terroristas impiden la atención a las víctimas: pueden morir, según la ONU, hasta 250.000 personas por el asedio. Miles de niños y adultos aterrados se han refugiado en el desierto, sin comida ni agua.
Los crímenes contra la humanidad, en cifras
La coalición ha provocado en Yemen la mayor crisis humanitaria del mundo. Decenas de miles de yemeníes han sido asesinados; 21 millones de personas (el 80% de la población), necesitan ayuda humanitaria.;15 millones no tienen acceso a la atención médica básica; 3,2 millones han sido desplazados.


En febrero del 2018, el Consejo de Seguridad renovó el embargo de armas (¡sólo las destinadas a los Huzíes!), y la coalición ha impuesto al pueblo un bloqueo parecido al que mató en Irak a dos millones de niños y adultos. Además, los precios de los alimentos se han disparado, extendiendo la hambruna. Riad se niega a levantarlo: “alentaría a los Huzíes a ignorar su obligación en deponer las armas”, argumenta su representante ante la ONU. Aquí, hay una confesión: el castigo colectivo es un crimen de guerra. La Cruz Roja ha retirado a 71 miembros de su personal de Saná ante las continuas intimidaciones, y ha deteniendo su programa de ayuda de emergencia.
El termino nebuloso de “combatiente/terrorista” sirve a la coalición atacar zonas no militares como barrios, mercados, escuelas y hospitales, destruyendo las redes eléctricas, las tuberías de agua, los depósitos de alimentos, las granjas de animales y cultivos. 7,5 millones de niños se enfrentan una “desnutrición aguda severa”.
  • En un ataque aéreo (5/05/2016) a la boda de su hija en Saada, Walid Al-Ibbi perdió a su padre, su esposa, cuatro hijas y otros 21 miembros de la familia.
  • 10 niños mueren en el bombardeo (13/08/2016) de una escuela en Saná. 21 quedan heridos Aquí mismo, el 10/01/2017, otros 8 niños son sepultados bajo las bombas en la escuela Al-Falah.
  • Octubre del 2017, el bombardeo de un funeral en Saná mata a entre 114 y 140 personas, hiriendo a 600, que morirán por otro bombardeo en la sala funeraria, donde estaban siendo atendidos.
  • El mercado de Alaf en Sahar es atacado (2/11/2017): 29 muertos, 9 heridos y 7 desaparecidos bajo los escombros. Otro ataque a un mercado en Taiz (27/12/2017) arranca la vida de 23 personas. En Al Hudayda, 20 civiles son asesinados en un bombardeo al mercado (1/01/2018).
  • Una lluvia de bombas (23/04/2018) cae sobre una boda en Saná, mata a 40 personas y hiere a 60. El video del “niño de camisa verde” que con llanto se agarra al cadáver de su padre, es estremecedor.
  • Un millón de yemeníes sufre el cólera, causado por la destrucción de las depuradoras de agua y el bloqueo. El 55% de las 1.500 personas que murieron eran niños.

Algunas razones de este silencio ensordecedor
No es cierto que ésta es una guerra del Reino de Arabia Saudí (RAS) y sólo respaldada por Occidente. En realidad, los nueve regímenes árabes implicados hacen de “proxy” de EEUU para dominar este estratégico país y operan bajo el mando del Pentágono. Su pretexto es desarmar a los Huzíes, una milicia de derecha fundamentalista chií, acusada falsamente de ser peón de Irán. Es otra guerra imperial con la falsa métrica chiita-sunnita.

Una manifestación de la Primavera de Yemen, 2011. Yemen Sur fue gobernado por los marxistas entre 1967 y 1990.
Una manifestación de la Primavera de Yemen, 2011. Yemen Sur fue gobernado por los marxistas entre 1967 y 1990.
El apagón informativo sobre la masacre de Yemen se debe a que:
1) El suculento negocio de armas: motivo de alargar la agresión ilegal de 14 países contra una nación indefensa.
  • EEUU:  La administración Obama vendió armas a RAS por 60.000 millones de dólares. Trump, batió este récord, sacando al RAS unos 110.000 millones. Estas armas servirán a los sátrapas árabes no sólo convertir a Yemen en un mega cementerio, sino también para una guerra contra Irán. El aumento de las bajas civiles se debe a que “el Pentágono ha duplicado el número de asesores en Yemen para proporcionar una inteligencia mejorada en los ataques aéreos“, aclara Los Angeles Times. Los drones multiplicaron sus ataques por tres durante el primer año de gobierno de Trump. EEUU tiene bases en los puertos Lahij y Mukalla, ambos en el Golfo de Adán. Mukalla “curiosamente” está administrado por Al Qaeda que según Reuters “gana hasta 2 millones de dólares por día en impuestos sobre los bienes que ingresa al puerto“. Por otro lado, el banco central saudí, propietario de parte de las deudas de EEUU, tiene una reserva de divisas de 584.000 millones de dólares. Hoy, cerca de la mitad de las inversiones en las refinerías de EEUU es de Arabia. Según la CNN, Riad amenazó con vender los activos estadounidenses si Obama aprobaba un proyecto de ley que permitía a las víctimas del 11S demandar a RAS.
  • Reino Unido: Sólo en los primeros tres meses de la guerra, las ventas de armas del RU aumentaron de 9 a 1.000 millones de libras esterlinas. Luego, los sucesivos gobiernos de la Su Majestad vendieron a RAS unos 8.000 millones en armas, y enviaron a sus fuerzas especiales para entrenar a los saudíes e identificar los objetivos para ser atacados. Los negocios de la élite británica con los jeques forzaron a Theresa May impedir la publicación del informe de la inteligencia británica que acusa a RAS de financiar al extremismo sunita. Tony Blair censuró la investigación sobre la comisión millonaria que recibieron los saudíes por un acuerdo de armas con BAE Systems: le habían amenazado con sufrir otro 7/7.
  • Francia: en 2015 entregó armas a RAS por 2.000 millones de euros. Paris, además, gana miles de millones instalando centros culturales en los países árabes agresores: un Louvre en Abu Dhabi y otro en Arabia más un parque arqueológico, por ejemplo.
  • Rusia: firmó en 2017 un acuerdo de venta armas con RAS, entre ellos misiles S-400 por el valor de 2.500 millones de dólares.
  • España, incrementó en 2017 su venta de armas a Riad en un 133%, y ganó 2.000 millones de euros por cinco corbetas. Entre 2014 y 2016, le entregó 900 millones de euros en armas.
  • Alemania: ha paralizado, desde el 2017, el suministro de armas a RAS por la presión social, al igual que Noruega.
¡Y acusan a Irán de enviar unos cuantos misiles a Arabia!
2) El bloque mediático: Desde que en octubre del 2016 varios grandes medios enviaran desde Yemen imágenes de niños esqueléticos y hogares bombardeados al mundo, la coalición empezó a denegar el permiso de entrada de los periodistas a Yemen bajo el pretexto de “no poder garantizar su seguridad”. El 10 de febrero de 2017, el periodista de investigación de 35 años, Mohammed al-Absi en Yemen, fue asesinado. El 18 julio del 2017, la coalición impidió el vuelo de la ONU a Yemen por llevar a tres periodistas de la BBC a bordo. Es asombroso el control de los saudíes sobre los medios: El empresario Sultan Abuljadayel tiene el 30% de las acciones del diario británico Independent. Según Vox, los think tanks de la avenida Massachusetts de Washington, DC, reciben grandes fondos de los estados árabes del Golfo Pérsico. En su viaje del marzo del 2018 a EEUU, el Príncipe Mohammad Bin Salman, el Trump saudí, se reunió con los directivos de New York Times, Washington Post, y con Mike Bloomberg, fundador de Bloomberg, medios que escriben más sobre el permiso para conducir de las mujeres en Arabia que sobre esta sus crímenes de guerra. Otro príncipe, Alwaleed bin Talal tiene una participación de 300 millones de dólares de Twitter, es acciones en Twenty-First Century Fox (de Rupert Murdoch), es dueño de 4.300 millones de dólares de Citigroup, la mayor empresa financiera del mundo, y patrocina los principales diarios árabes como Al-Sharq al-Awsat, Al-Sharq, Al-Hayat y Arab News, así como el imperio Rotana (cine, revista, TV, radio, música, además de hoteles).
3) La complicidad de la ONU: Arabia amenazó con retirar su ayuda a UNICEF cuando su informe responsabilizó a Riad de asesinar al 60% de los cerca de 5.000 niños muertos en la guerra de Yemen. Ban Ki-Moon sacó en 2016 a Arabia de la lista de los países que dañan a la infancia en las guerras, por la presión de “varios países”, dijo. ¡Claro, aquellos niños no eran sus hijos!
4) La invisibilidad de refugiados yemeníes: Yemen es como Gaza, una gran prisión en la que millones de desplazados no pueden salir del país. Sus aeropuertos y puertos están bajo la ocupación, y la frontera que comparte con la propia Arabia está amurallada. El 29 de marzo del 2017, un helicóptero de la coalición acribilló a 40 hombres, mujeres y niños refugiados somalíes (con estatuto) que iban en un bote de Yemen a Sudan ¡a otro país en guerra!
El dominio sobre un estratégico país
Si el ataque al puerto de Hodeidah ha tenido el objetivo de sabotear los esfuerzos del enviado de la ONU para Yemen, Martin Griffiths para alcanzar un alto el fuego, y alargar la guerra, la estrategia de EEUU es dominar todos los puertos del país en el Mar Rojo y el Golfo de Adán, una de las siete gargantas más importante del mundo. Someter a este país bicontinental, que une Asia con África, le permite a EEUU hacerse con el control completo del cuerno de África. Estas operaciones además sirven de ejercicio para una “OTAN “sunnita” (contra Irán) y sus ‘fuerzas de despliegue rápido’.
Quienes como Trump afirman que “Mucha gente tiene su trabajo debido a los saudíes” no sólo justifican el negocio de guerra que deja millones de niños huérfanos, mujeres violadas y naciones enteras destruidas, sino muestran su deficiencia intelectual en crear ingeniosos y puestos de trabajo honestos.
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Italia se ha vuelto xenófoba .

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Roberto Saviano explica por qué Italia se ha vuelto xenófoba
El diario

Roberto Saviano, el autor de “Gomorra”, no es optimista respecto de la actual ola de xenofobia que domina Italia. Cree que las cosas han llegado demasiado lejos

Roberto Saviano, el autor de “Gomorra”, no es optimista respecto de la actual ola de xenofobia que domina Italia. Cree que las cosas han llegado demasiado lejos, que demasiada gente, incluida no poca que hasta hace poco se consideraba de izquierdas, ha asumido las posiciones más intolerantes respecto de los inmigrantes, los que están llegando y los que ya llevan mucho tiempo en Italia, como para que esa tendencia pueda revertirse en un horizonte previsible de tiempo. Y culpa también a Europa, a la política europea, de haber llevado las cosas a un disparadero en el que la ultraderecha se ha llevado el gato al agua. Le Monde publica un largo artículo de Saviano al respecto, en el que se dice:
“El que nunca haya pecado que tire la primera piedra. Nadie en Europa puede hacerlo. Nadie en Europa tiene la conciencia tan limpia como para indicar a los demás el camino a seguir para resolver la tragedia de los inmigrantes que arriesgan su vida para llegar a Europa. Nadie puede hacerlo, porque Europa no solo ha dejado a Italia llevar sola el peso de una responsabilidad que manifiestamente no podía llevar, sino porque ha cometido los mismos errores de comunicación que en Italia han llevado al poder a las fuerzas de derecha, xenófobas e incapaces de garantizar la cohesión social”.
“Italia está en campaña electoral desde 2013. ¿Saben ustedes lo que eso quiere decir? Que todo es comunicación política y la comunicación política es una cosa muy distinta de la política misma: es comunicación, vulgarización, simplificación. Eso significa que los italianos están rodeados, asediados, aplastados por el peso de una política que, lejos de ser real, se hace en los debates televisivos y en las redes sociales. Eso significa que, para permanecer en el mercado, la prensa y la televisión dan cabida a cualquiera que de forma más o menos provocadora hable a ciudadanos que furiosos y devastados por décadas de berlusconismo, de antiberlusconismo o de recesión, creen que el mundo les debe algo, que Europa les debe algo. Eso significa que los que hablan de los emigrantes como de una plaga que hay que erradicar obtienen visibilidad, sobre todo si se han ganado su credibilidad en los ambientes llamados “de izquierdas”. Eso significa que los que hablan de Europa como una utopía fallida y de un sistema pérfido son considerados como realistas, al contrario de los que hablan de Europa de Europa como un proyecto común que hay que modelar y mejorar”.
“Y mientras todo eso ocurre en Italia, ¿qué hace exactamente Europa? ¿Dónde está la Europa solidaria? Alguien ha dicho, justamente, que Italia, primero con Berlusconi y luego con Renzi, aceptó acoger emigrantes a cambio de una cierta tolerancia económica. ¿Pero es posible que Europa no se diera cuenta de que eso no podía funcionar? ¿Es posible que los jefes de estado europeo infravaloraran hasta ese punto los efectos de sus políticas ineficaces, si no criminales? El acuerdo entre Alemania y Turquía para cerrar la ruta de los Balcanes abrió la vía al acuerdo entre Italia y Libia: miles de millones de euros han sido entregados a gobiernos antidemocráticos para crear auténticos campos en los que se ha practicado la tortura y los malos tratos. Esos fondos podrían haber servido para la ayuda y el acogimiento. Pero parece ser que preferimos pagar a torturadores para mantener los problemas lejos de nosotros que buscar soluciones reales”.
“Pero las consecuencias de todo eso nosotros las vivimos en Italia en donde la guerra que está a punto de jugarse es una guerra fratricida, entre italianos que lo son desde hace generaciones y emigrantes que en situación regular o irregular viven en nuestro país y que trabajan con frecuencia a cambio de una miseria, en condiciones próximas al esclavismo. El mal principal es que la ola de odio que algunos alimentan hacia los africanos que todavía no han pisado Italia también se vuelca contra los inmigrantes que ya viven aquí. Asistimos a una regresión de los lazos sociales, al crecimiento de una ola nacionalista y racista hacia todo lo que se percibe como un cuerpo extranjero. La triste verdad es que, pese a todo, este gobierno gusta –y sus apoyos se multiplican- porque indica objetivos, enemigos a lapidar, categorías de personas contra las que volcarse”.
Fuente: https://www.eldiario.es/miradaalmundo/Roberto-Saviano-explica-Italia-xenofoba_6_784681566.html



 

domingo, 24 de junio de 2018

Trump y y la política del terror contra los migrantes .

 

 Resultado de imagen de TRUMP   Y LOS MIGRANTES TIMES




Trump, los migrantes y la política del terror


Desde que llegó a la Casa Blanca, Donald Trump pretende aterrorizar a los migrantes para contentar a sus bases y conseguir la aprobación de una ley que financie el muro de separación con México. Pero la última ocurrencia de Trump, separar a las familias en la frontera, ha suscitado una inmensa indignación.
Donald Trump a veces hace milagros. Así es como ha conseguido resucitar una especie de nostalgia extraña por la familia Bush. Desde que es presidente de Estados Unidos, la dinastía de los dos jefes de Estado se ve, por contraposición, como el sumun de la distinción y de la moderación política. De modo que el célebre clan de Texas se permite incluso dar lecciones de moral.
El pasado fin de semana, Laura Bush criticaba con dureza la política migratoria de Trump, juzgándola como «cruel e inmoral», sin medias tintas. «Tengo el corazón partido», llegó a decir en The Washington Post la esposa de George W. Bush, 43º presidente, el mismo que declaró la guerra a Irak con mentiras y sembró el caos en Oriente Medio. «Estas imágenes nos recuerdan de forma siniestra a los campos de internamiento para japoneses-norteamericanos de la Segunda Guerra Mundial, uno de los episodios más vergonzosos de nuestra historia».
¿La causa de su ira? La política migratoria de «tolerancia cero» de la Administración Trump, que ha declarado la guerra a la inmigración ilegal, el tema favorito de los electores republicanos. Y, sobre todo, su decisión más discutida: la separación arbitraria de los padres de sus hijos.
Esta política migratoria, instaurada de forma discreta en los últimos meses, se aplica ahora de forma oficial. Según las últimas cifras dadas a conocer al Senado, 2.342 niños, a veces de corta edad, fueron separados de sus padres entre el 5 de mayo y el 9 de junio.
En teoría deben ser confiados a personas cercanas y a familias de acogida, pero son internados en centros. La coordinación entre los servicios de inmigración y los servicios sociales es prácticamente inexistentes, no tienen ninguna garantía de encontrar a sus padres... encarcelados o devueltos a toda velocidad a sus países de origen por una justicia expeditiva basada, y desde hace mucho tiempo, en las reglas internacionales que rigen el derecho al asilo.
La separación de las familias, anunciada el 7 de mayo por el attorney general (ministro federal de Justicia), ha desencadenado la repulsa nacional. Y, por una vez, el revuelo es tan grande que Donald Trump, maestro de la contraprogramación improvisada, no consigue desviar la atención.
Cada día las protestas van a más. Proceden de asociaciones que trabajan en la defensa de los derechos humanos (Amnistía Internacional habla de «tortura»), de la oposición demócrata, de simples ciudadanos que tuitean frenéticamente, recaudan millones de dólares en Facebook para ayudar a las asociaciones de ayuda a los inmigrantes, participan en protestas a lo largo y ancho del país... o de un exdirector de la CIA que ha comparado a Trump con Hitler.
También proceden de Naciones Unidas, de la asociación de pediatras de Estados Unidos que ha hablado de «maltrato infantil», de las iglesias e incluso de una parte de los evangélicos protestantes ultras, que hasta ahora habían aplaudido todas las actuaciones de Trump. Incluso figuras conservadoras como Bill O'Reilly, el que fuera estrella de la cadena ultraconservadora Fox News, amigo de Trump despedido por agresión sexual, han manifestado su desacuerdo.
Donald Trump, aconsejado en la Casa Blanca por Stephen Miller, asesor presidencial muy de derechas –protegido de Steve Bannon, amigo americano de los Le Pen–, había previsto que la medida obligaría a los demócratas a aceptar en el Congreso una ley muy dura contra la inmigración, incluida la financiación del muro con México, la famosa barrera prometida en campaña.
Aunque, de momento, lo que ha provocado ha sido indignación. Y el acuerdo legislativo esperado parece alejarse: los demócratas no están dispuestos a ceder al chantaje y los republicanos se encuentran divididos entre los defensores de la línea dura presidencial y los más moderados, que temen pagar el precio del fanatismo presidencial en las elecciones de mediados de mandato de noviembre.
La nueva doctrina tiene como objetivo encerrar y perseguir ante la Justicia a todos los migrantes que han cruzado la frontera de forma ilegal, aun cuando aspiran a realizar una demanda de asilo por sufrir persecuciones en su país, a menudo en Estados de América Central como Honduras, El Salvador o Guatemala, lugares arrasados por la violencia y minados por la pobreza.
Hasta la fecha, lo más habitual era que quedasen en libertar hasta que llegaba el momento de revisar su estatus. Ahora, el objetivo explícito es juzgarlos lo antes posible y devolverlos a su país de origen. Cada semana pasan por los tribunales un millar de migrantes. Un ritmo infernal que, según la ONG WOLA, corre el riesgo de suponer, de inmediato, el colapso de los juzgados, las prisiones y los « puertos de entrada », donde los migrantes pueden pedir asilo, al menos en la teoría. Pero es en ellos donde se produce la separación familiar. Según la ley, los niños no pueden ser encerrados en centros de detención, ni siquiera en las prisiones federales donde se retiene a los adultos. Pero, a pesar de que han llegado con sus respectivas familias, la Administración ha decidido enviarlos a centros de retención especiales para menores aislados, centros gestionados por los servicios sociales.
Según los grupos de apoyo a los inmigrantes, la separación se lleva a cabo en condiciones terribles. « A veces los guardias de fronteras les dicen a los padres: “Nos llevamos a vuestro hijo” y cuando éstos preguntan que cuándo vuelve el menor, les responden: “No podemos decírselo”. La justificación nunca es clara », cuenta en The Texas Monthly Anne Chandler, directora en Houston (Texas) de la ONG Tahirih Justice Center.
« A veces no se les dice nada de nada. O, muy a menudo, hay oficiales que les responden: “Su niño va a bañarse”. Entonces, el niño se marcha y media hora más tarde, el padre pregunta: “Dónde está mi pequeño?” de cinco años, de siete años... “El baño es largo”... y es entonces cuando se les dice: “No volverá a ver a su hijo”. Las madres lloran, los niños gritan y vomitan, se prohíbe a su padre consolarlos [...]. El oficial les dice: “Tienen que dejar que se marchen, de lo contrario, se presentarán cargos contra usted”. [...] Los padres no son informados sobre sus derechos para poder comunicarse con sus hijos, no se les dice cómo encontrarlos ».
La Biblia como refuerzo
Hace una semana que los medios de comunicación publican relatos desgarradores de familias separadas, de madres desoladas o la tragedia de un padre, llamado Marco Antonio Muñoz, demandante de asilo procedente de Honduras, que se suicidó de desesperación, tras haber sido separado de su hijo de tres años.
La página de investigación ProPublica publicaba el lunes una grabación realizada recientemente en un edificio del Customs and Border Protection (CBP), la agencia de aduana de Estados Unidos. En ella se oye a niños recién separados de sus padres gritar, llorar, llamar a sus progenitores. « Menuda orquesta tenemos », bromea entonces un guardia de fronteras...
Los periodistas y los parlamentarios autorizados a visitar algunos de los centros para menores, en McAllen o Brownsville, dos ciudades situadas en la zona meridional de Texas, describen a cientos de niños, algunos traumatizados o llorando, detenidos, tras los barrotes de un recinto que se asemeja a una jaula, envueltos en mantas, bajo una luz que no se apaga nunca, retenidos en el interior buena parte del tiempo (se pueden leer diferentes relatos, que concuerdan, en Associated PressThe New York TimesThe Washington Post o The Nation).
Los testigos no han podido tomar fotos, grabar, ni hablar durante mucho tiempo con los detenidos, pero el CBP ha publicado imágenes oficiales que confirman el relato.
A 1.200 km de allí, en la ciudad texana de Tornillo, cerca de El Paso, en el desierto donde la temperatura alcanza los 40º en este mes de junio, se construye un nuevo campamento de tiendas (climatizadas) para adolescentes. En unos días serán algo más de 400. El campamento podrá acoger, a largo plazo, diez veces más.

Cuanto más crece la contestación, más persevera la Administración. Jeff Sessions, el ministro de Justicia, un ultrarreligioso de Alabama, ha reabierto las críticas citando la Epístola a los Romanos que « pide », dice: « Obedecer a las leyes gubernamentales porque Dios ha ordenado al Gobierno para ese fin ». Un pasaje discutido de la Biblia, según recuerda The Washington Post, empleado en el pasado por los contrarios a la revolución americana y por los partidarios de la esclavitud…
Por su parte, Donald Trump considera, por supuesto, estas políticas « horribles » y su mujer Melania las ha condenado. Pero es él quien las ha aplicado y lo único que tiene que hacer es anularlas. Pero, en lugar de eso, el presidente de Estados Unidos repite que se trata de una « ley » demócrata que prevé la separación de los niños, algo que es falso. Asegura que sólo les corresponde a ellos sentarse para hablar de inmigración. Cómico, sin duda, cuando Trump ha rechazado en varias ocasiones un acuerdo bipartidista sobre la inmigración negociado en el Senado por considerarlo demasiado blando…
En realidad, de cara a unas elecciones de mitad de mandato que se anuncian difíciles para él, Trump ha decidido utilizar la suerte de los niños como instrumento político. Su objetivo es aprobar por fin una ley sobre inmigración que recoja sus promesas de campaña. Y, a falta de dicha ley, quiere demostrar a las bases, caldeadas, que cumple sus promesas.
Desde la llegada de Donald Trump a la Casa Blanca, se han multiplicado las políticas antimigrantes. El decreto presidencial que fija el marco de lo que sucede a día de hoy se firmó cinco días después de su investidura. Después, Trump, suprimió el programa Daca, creado por Barack Obama y que garantiza a 700.000 niños crecidos en Estados Unidos, de padres extranjeros, que no serán devueltos a su país de origen (sigue en vigor por decisión judicial). La Administración Trump persigue en los tribunales a las ciudades santuario que se niegan a que su Policía colabore en las operaciones de expulsión. Quiere prohibir también que los migrantes detenidos accedan al aborto.
Ya muy activos con Obama, un presidente que expulsó la cifra récord de 2,5 millones de inmigrantes ilegales entre 2009 y 2015, los servicios aduaneros y de la inmigración (Immigration and Customs Enforcement, ICE) multiplican las batidas contra los trabajadores migrantes, expulsan a sin papeles presentes en sus ficheros o incluso detenidos en accidentes de coches o banales controles, algo inédito.
A comienzos de junio, un padre de familia ecuatoriano, casado con una estadounidense, era detenido cuando entregaba una pizza en un edificio del Ejército en Brooklyn: el caso se ha convertido en un símbolo del miedo ciego de los sin papeles en todo el país.
Hace una semana, Jeff Sessions, otra vez él, anunciaba que las víctimas de las bandas o de la violencia doméstica sólo obtendrían asilo en Estados Unidos si demostraban que las autoridades de su país de origen se negaban a prestarles auxilio. En la práctica, dicha condición corre el riesgo de resultar imposible de cumplir.
Desde su llegada a la Casa Blanca, Donald Trump alimenta lo que el think tank Migration Policy Institute de Washington denomina un « narrativo de la frontera en crisis ».
Describe a los candidatos al asilo como miembros de bandas, envía a la guardia nacional a la frontera, hace levantar prototipos de su futuro muro en la frontera mexicana, lucha contra una caravana de migrantes que avanza hacia la frontera, trata a algunos de ellos como « animales », denuncia a los inmigrantes procedentes de « países de mierda » y prevé devolver a sus países de origen, a partir del año que viene, a 400.000 ciudadanos de Haití, de El Salvador o de Honduras que se beneficiaban hasta la fecha de protecciones temporales.
El objetivo de esta agitación también es « disuadir » por todos los medios a los candidatos al asilo, asustándolos. Sin embargo, contrariamente a lo que podrían llevar a pensar estas declaraciones incendiarias, el número de arrestos en la frontera de Estados Unidos (40.000 al mes) es estable.
En cuanto a las estrategias de « disuasión » de la inmigración lanzadas desde los 90 con la Administración Clinton, amplificadas desde esa fecha por Bush y por Obama, y ahora a punto de ser industrializadas por Trump –sobre todo los procesos judiciales cada vez más expeditivos o las restricciones continuas del derecho de asilo–, tienen, en la práctica, débil influencia sobre los flujos: éstos están mucho más relacionados con la situación económica, política y social de los países de origen.
Ocupado por estimular a sus bases republicanas, obsesionadas por los inmigrantes, Donald Trump se burla de esta realidad; piensa que la inmigración puede ser su as en la manga para movilizar a las bases republicanas en las elecciones del 6 de noviembre. Y ello bien vale varios miles de niños en jaulas.
Versión española : Mariola Moreno, infoLibresocio editorial de Mediapart. Edición Irene Casado Sánchez.

Historiador, politólogo y periodista, es el corresponsal de Mediapart en EEUU. Autor de Tunis Connection, enquête sur les réseaux franco-tunisiens sous Ben Ali (Seuil 2012), con Lénaïg Bredoux; y Macron & Cie, enquête sur le nouveau président de la République (Don Quichotte, 2017).
Fuente:
https://www.mediapart.fr/es/journal/international/200618/trump-los-migrantes-y-la-politica-del-terror