sábado, 28 de abril de 2018

Una cosa es la ley , otra la justicia

 

Los jueces se pronuncian por unanimidad contra las protestas populares por la sentencia de ‘La Manada’



Por Kaos. Estado Español
Previsible reacción corporativa de un aparato judicial del régimen monárquico cuya visión patriarcal ha quedado una vez más en evidencia en la sentencia de los violadores de la Manada.
Previsible reacción corporativa de un aparato judicial del régimen monárquico cuya visión patriarcal ha quedado una vez más en evidencia en la sentencia de los violadores de la Manada. El aparato judicial está para juzgar en función del cumplimiento o no de las leyes de un determinado orden social y político. El monárquico, capitalista y patriarcal en este caso, heredero directo además del viejo aparato franquista que nunca fue depurado. Pretender que son una instancia superior, independiente y que aplica una justicia universal es una pura quimera. Por eso temen a la reacción popular porque pone al descubierto quiénes son y qué intereses sirven y reaccionan ‘todos a una’ en defensa de su privilegiado estatus.



Además del Tribunal Supremo y del Consejo General del Poder Judicial, los representantes de las cuatro asociaciones de jueces y magistrados de España han recordado además que hay dos oportunidades de revisión de la resolución de la Audiencia de Navarra por la vía de los recursos.
Los representantes de las cuatro asociaciones de jueces y magistrados de España ven en general desproporcionada la respuesta contra la sentencia que ha condenado a nueve años de prisión a cada uno de los cinco integrantes de ‘La Manada’ por abusar sexualmente de una joven durante los Sanfermines de 2016.
Además han recordado que hay dos oportunidades de revisión de la resolución de la Audiencia de Navarra por la vía de los recursos, primero ante el Tribunal Superior de Justicia navarro y, en su caso, después ante el Tribunal Supremo.
A los representantes de los jueces les parecen desmedidas algunas reacciones que se produjeron ayer de forma inmediata nada más conocerse el fallo como las manifestaciones y concentraciones de protesta, la recogida de firmas para pedir la inhabilitación de los magistrados y las declaraciones de políticos.
La Audiencia Provincial condenó a cada uno de los cinco acusados a nueve años de cárcel por delito continuado de abuso sexual con prevalimiento y no por agresión sexual, al no apreciar violencia contra la joven, unos hechos por los que la Fiscalía pidió que fueran condenados a veintidós años de prisión.



El portavoz de la Asociación Profesional de la Magistratura (APM), Celso Rodríguez Padrón, ha señalado que “en una sociedad democrática las sentencias y las demás resoluciones judiciales son susceptibles de ser criticadas” y entiende que las críticas se produzcan en “un tema tan sensible”.
“Ahora bien hay que tener en cuenta que esas críticas se produjeron de manera inmediata cuando deberían tener un sustento reflexivo tras un estudio más o menos técnico y no sé hasta qué punto las primeras reacciones partieron de una lectura de la sentencia que tiene más de 300 folios”, ha añadido.
Ha recordado que el ordenamiento jurídico “diseña un sistema de recursos garantista para que las resoluciones que puedan considerarse injustas por cualquiera de las partes puedan ser revisadas”.
En este caso, “con dos oportunidades, una ante el Tribunal Superior de Justicia y otra posterior ante el Tribunal Supremo, con lo que no se ha producido ningún daño irreparable a la sociedad ya que el proceso no ha terminado”.



De cualquier forma ha recordado que “son penas de 9 años de prisión y aunque hay quienes hubiesen deseado otras mayores no es una sentencia vacía y está muy elaborada aunque pueda estar o no acertada en sus razonamientos”.
El portavoz de Jueces para la Democracia, Ignacio González Vega, ha recordado que “es legítimo que la sociedad se indigne” con una sentencia pero ha estimado que “la crítica pública debe estar fundamentada con un cierto rigor” y no basada en “falacias o falsedades”.
Ha añadido que “los juicios no se ventilan en un mitin sino en una sala de vistas en la que se garantizan los derechos tanto de los acusados como de las víctimas”, y además es una sentencia condenatoria contra la que caben recursos en varias instancias.
El portavoz de la asociación “Francisco de Vitoria”, Raimundo Prado, estima que “es una actuación del poder judicial que puede ser corregida vía recursos”.
Para Raimundo Prado “se ha producido una reacción desproporcionada que demuestra una falta de educación general y cultura democrática que recuerda a la ley de linchamientos del Oeste”.
“Los que han salido a protestar a lo mejor no se han leído la sentencia y son manifestaciones fuera de tono que no benefician a España ya que parece más propio de la cultura de otros países”.
Ha estimado que los medios de comunicación juegan un papel muy importante “para bien y para mal” y ha lamentado que el periodismo en ocasiones provoque “juicios paralelos que no son buenos”.


Raimundo Prado ha coincidido en que “las resoluciones judiciales pueden ser criticadas pero con fundamentos, de manera racional y no violenta”, así como que la sentencia se puede recurrir.
La portavoz de Foro Judicial Independiente, Concepción Rodríguez, ha indicado que hay que respetar a las víctimas pero también a las resoluciones judiciales.
Además, “se trata de tipos penales ambiguos y mal redactados y el derecho penal se rige por el principio de mínimos y por la presunción de inocencia”. Es una sentencia “trabajada y fundamentada” contra la que caben recursos, ha concluido.

Fuente: Agencias

 Nota  .- "La sentencia de un Tribunal es otra cosa. Una sentencia no puede ser una lotería.  Que una mujer se tope con cinco energúmenos es una desgracia, pero que los jueces hagan una descripción en los hechos probados de la sentencia de lo que no puede ser nada más que una violación y a continuación no la califiquen jurídicamente como tal, es mucho peor que una desgracia. Es una destrucción de la confianza en el proceso de administración de justicia".





Otros jueces y fiscales sí ven intimidación a la víctima de 'la manada' y confían en la revisión del caso


viernes, 27 de abril de 2018

Jueces en manada






Jueces en manada
David Torres  

Derecho es la carrera más torcida que existe. También la más retorcida. Después de leer con suma atención, varias veces, la sentencia íntegra contra la Manada, he sacado dos conclusiones impepinables. La primera, que no tengo la menor idea de Derecho Penal español; la segunda, que el Derecho Penal español no tiene nada que ver con el sentido común. La descripción de los hechos, según la sentencia, acredita sin ningún género de dudas que “la denunciante” fue obligada entrar en un portal por cinco maromos, donde “se sintió impresionada y sin capacidad de reacción” (como crítico literario en mis ratos libres debo señalar que me impresiona mucho el verbo elegido aquí: “impresionar” da la impresión de que la chica los estuviera admirando). A continuación, la desnudaron a tirones, la manosearon y la penetraron por diversos orificios, sin preservativo, mientras ella mantenía los ojos cerrados “en actitud de sometimiento y pasividad” y uno de los chavalotes grababa el asunto para la posteridad. Después se marcharon uno a uno, no sin antes robarle el movil .
Lo que sigue, en numerosos folios de prosa intrincada y gongorina, resulta tan incomprensible como la valoración final de que, con semejante descripción, los jueces no apreciaran ni violencia ni intimidación. Es otro de los misterios gozosos del Código Penal español, el hecho de que exista violencia en vestir una camiseta amarilla o tuitear una gilipollez pero no en arrinconar entre cinco verracos a una muchacha y penetrarla a coro. Lo de que tampoco advirtieran señal alguna de intimidación ya escapa por completo a mi capacidad de raciocinio. Leyendo la sentencia, suerte ha tenido la muchacha de que no la condenen por violación a ella. Y más suerte todavía de que no le hayan aplicado la ley antiterrorista, teniendo en cuenta que entre los acusados hay un guardia civil y un militar.
En términos estrictamente literarios, la sentencia podría definirse con las mismas palabras con las que Oscar Wilde respondió al juez que lo había condenado y qué le preguntó qué le parecía la suya: “Que está mal escrita”. La redacción es un fracaso estético y epistemológico de la primera línea a la última, un escrito torpe, deslavazado, incongruente y pedorro que, a fuerza de intentar desmenuzar los hechos a cámara lenta, lo único que consigue es difuminar el horror de los actos, su bestialidad, su carnalidad, sus consecuencias. Recuerda aquellas novelas ilegibles del Nouveau roman donde, para contar cómo un personaje entraba por una puerta, el narrador necesitaba trece páginas. Alain Robbe-Grillet, el buque insignia del movimiento, sobrevivió una vez a un aterrizaje forzoso y, cuando le entrevistaron, describió la angustia y las emociones del accidente como lo hubiera hecho cualquier escritor clásico. Un periodista le preguntó entonces por qué no había empleado la técnica dilatoria y aséptica del Nouveau roman, demorándose en los detalles de la tapicería y los arañazos de las ventanillas. La respuesta era fácil: porque le iba la vida en ello.
En términos estrictamente éticos, la sentencia ha resultado ejemplar: ejemplar para los violadores, que no tienen más que seguir el ejemplo. Más le vale a la próxima mujer que se atreva a salir sola por ahí llevar un buen revólver. Quienes dicen que no existe tal cosa como la cultura patriarcal, ahí la tienen sentada, con toga y todo, pidiendo la absolución para los acusados. ¿Para qué está una mujer en el mundo sino para que los hombres disfruten?
Ninguno de los tres jueces fue capaz de ver una violación, ni de creer a una mujer cuando hay sexo por en medio. Era una golfa, una guarra, ella se lo había buscado. Y si le hubieran quitado el bolso en lugar de la ropa y la dignidad, probablemente habrían argumentado que era una chica muy generosa. Además la muchacha, rodeada por una horda de machos en celo, no se defendió, no gritó, no se atrevió a abrir la boca más que para acoger el miembro que le presentaban al tiempo que por detrás le presentaban otro. “Lo que me sugieren sus gestos, expresiones y sonidos que emite es excitación sexual” dijo el juez Ricardo González en referencia a la denunciante después de ver el video de la Manada en acción. Lo que me sugieren a mí estas palabras sobre el deterioro del sistema judicial en España me lo voy a callar. Por el asco y el miedo.

http://blogs.publico.es/davidtorres/2018/04/27/jueces-en-manada/

  y ver
   http://www.publico.es/sociedad/juristas-urgen-formar-perspectiva-genero.html
 y ver ..

ENTREVISTA | Encarna Bodelón, jurista
"La sentencia de la manada les dice a las mujeres que deben sufrir violencia extrema para ser agredidas"
 
 https://www.eldiario.es/sociedad/Entrevista-manada-sentencia_0_765024549.html