viernes, 29 de enero de 2016

Los barones.


Nobleza política
¿Tras las bambalinas del escenario político qué hay?



"Toda mi vida he intentado subir en la escala social. Quería llegar al lugar en el que todo sería legal y honrado, pero cuanto más alto subo más podrido está el ambiente. ¿Dónde demonios acaba todo?”
El Padrino III
 Los barones
Son poder oculto, están tras los partidos y, algunos medios, se interesan mucho por lo que ellos piensan y dicen, como barones. Se entiende que son los encargados de salvaguardar el panteón del partido. Representan la jerarquía de la casta, sobreviven a los candidatos y ocupan una cómoda segunda fila desde la cual con un chasquido a coro aúpan o hunden a los posibles candidatos.
No son dirigencia del partido, sino, los llamarían dirigentes, son eso, los barones o las baronesas. Defienden los valores de sus partidos, la tradición socialista, o la tradición del partido popular o la tradición del partido provincial al que pertenecen. Representan la foto de esa decadente parte de la democracia, que está detrás de las cajas de ahorro que quebraron, los dispendios fastuosos en obras sin culminar instrumentadas en las comunidades, y los movimientos de hilos que permiten que alguna que otra figura, que parece nueva, se la presente como presidenciable.
Los barones son la clase alta dentro de la clase política. Los barones son quienes mueven a esas marionetas, llamados candidatos de la clase política española. Ellos establecen los matrimonios de conveniencia en las alianzas políticas, apuntan con el dedo y el candidato se casa con unos u otros. Y, si se revela el candidato, -que no la candidata porque además son machistas- generan los trascendidos o rumores necesarios para que caigan.
Son aquellos que tiran la piedra y esconden la mano. Son aquellos que están pero no se nombran. O, ¿ es que acaso hay una lista de barones?. No, son ellos genéricamente hablando. Los barones deciden, con cierta aureola y fama, y deciden en nombre de lo que ellos defienden, que no es España, es salvaguardar el partido de los malos pastos, los hierbajos y las piedras que entorpecen el camino. Su propio camino.
Ya sea un candidato de derecha o izquierda, deciden o no, que ya no sirve a los objetivos del partido. Son el comité de entrada y de salida. Anteponiendo los intereses de los partidos a los intereses nacionales, a los intereses de todos. Anteponiendo los intereses de cuestiones partidistas o nacionalistas a cuestiones que afectan a todo un país. Son los que sacan el talonario y las calculadoras a la hora de negociar. Son los que hacen y reciben las llamadas telefónicas de la banca y las empresas. Son los contactos de los lobbys. Son nuestra propia troika en casa. Son los que no permiten el cambio porque supone perder sus privilegios de barones, son los que están desde siempre cobijados en los butacones escondidos del parlamento o del senado. Son corporativos, es decir salvaguardan a sus colegas de la oposición porque necesitan de los otros barones para sobrevivir, tiene conciencia de superclase, y no les interesa que se sepa. Los barones tienen miedo, porque a fin de cuentas son tan humanos como los humanos, y perciben que los nuevos partidos, al menos por ahora, sustentan su poder con otra arquitectura y no encuentran sus referentes en ellos. Entonces se sienten perdidos porque se ha cambiado el lenguaje político.
Los medios hablan de ellos, los barones, y nos cuentan de si ellos están de acuerdo en tal o cual cuestión y, a partir de allí, los candidatos pueden continuar su carrera o, en caso contrario, veremos a esos candidatos, con esa natural actitud de corregirse la corbata si las cosas apuntan mal. Luego, a los barones, les hacen reportajes y les preguntan qué opinión tienen de esto o aquello, y los barones contestan, sin mojarse mucho, ya que saben en su fuero interno, que después de la cena, luego del postre, ya casi con el puro en la mano, y una copa que los mira desde la mesa, decidirán qué se hace con el candidato. Todo esto no es verdad, pero podría ser así.


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 La crisis política de fin de ciclo.



lunes, 25 de enero de 2016

Los problemas de la justicia en España.


Para Perfecto Andrés Ibáñez, magistrado emérito del Tribunal Supremo, no hay "democracia constitucional sin una sólida justicia independiente"
"En la lucha contra la corrupción estamos en situación crítica"

Alternativas Económicas


Si nos atenemos a la máxima de Couture de que "el pueblo es el juez de los jueces", la situación de la Justicia en España es más bien desalentadora: los barómetros nacionales e internacionales coinciden en la abrumadora desconfianza de la ciudadanía respecto de aquella. Sin embargo, también hay jueces y fiscales independientes que contra viento y marea comparten los postulados de Von Ihering: "Todos tenemos la misión y el deber de pisotear la hidra de la arbitrariedad y de la ilegalidad donde quiera que se hace presente. Todo el que disfruta de las bendiciones del derecho debe contribuir con su parte para mantener el respeto a la ley. En una palabra: cada cual es un combatiente innato por el derecho en interés de la sociedad".
Curtido en estas lides durante sus más de 40 años como juez, Perfecto Andrés Ibáñez, magistrado emérito de la Sala Segunda del Tribunal Supremo y uno de los juristas más prestigiosos de nuestro país, ha publicado hace unos meses en 'Tercero en discordia' (Trotta) sus lúcidas reflexiones sobre la Justicia, su difícil aceptación por los otros poderes del Estado y las fuertes resistencias de muchos políticos a su efectiva aplicación y desarrollo.








En 'Tercero en discordia' , usted afirma que la Revolución Francesa fue un punto de no retorno en el largo camino al ideal del "gobierno de las leyes". ¿Por qué?
La Revolución Francesa fue en cierta medida una reacción contra el omnímodo poder de los jueces ancien régime. Por eso la Asamblea Constituyente resultó ser un interesante crisol de ideas en materia de reforma del proceso penal. A ella se debe también la consagración de uno de los ejes del moderno constitucionalismo en el artículo 16 de la Declaración de los Derechos del Hombre y del Ciudadano, que mira a circundar el ejercicio del poder de límites de legalidad para evitar su degradación autocrática: sin garantía de derechos y separación de poderes no hay Constitución. Se entiende que Goebbels proclamase como tarea del nacionalsocialismo borrar 1789 de la historia.
En su lectura de pensadores de la Ilustración como Montesquieu, Constant o Tocqueville, usted pone de manifiesto que coinciden en la necesidad de controles externos de la política debido a una incapacidad de esta para controlarse a sí misma.
Son tres autores a los que se debe, cada uno en su estilo, una reflexión que es parte importante de nuestra actual cultura en la materia. La desmitificación del poder tiene una larguísima historia. Aristóteles, con menos experiencia que nosotros, ya vio en él un componente de "animalidad". Cierto, pues no hay poder bueno per se. El poder lleva inscrita en su ADN la propensión al abuso; y lo que pueda haber en él de bueno lo ponen las garantías, los frenos. Mi amigo Paco Fernández Buey, con su acerada lucidez, escribió (en 1993): "Sabíamos que el poder corrompe, pero hoy sabemos que también corrompe a los que fueron nuestros amigos", apuntando a esa dimensión connatural del poder que se expresa con implacable elocuencia en la acreditada transversalidad de la corrupción política.
¿Por qué los jueces en Europa no pudieron detener la llegada al poder del fascismo?
La justicia del momento en Europa era de estirpe napoleónica. Y Napoleón la había articulado según el patrón de la organización militar, integrando a los jueces en una estructura vertical gobernada por el Ejecutivo. En este (anti)modelo, la justicia era un simple instrumento de gobierno. Por eso los jueces se integraron de una forma natural en aquellas experiencias autoritarias. Hubo claro, excepciones, pero muy minoritarias. La administración de justicia en Alemania, Italia, España fue funcional a esas situaciones: prácticamente no hubo que tocar nada de las legislaciones orgánicas. Y es que el sistema producía, sencillamente, jueces del poder. En 'Tercero en discordia' reproduzco una cita de Luis Vivas Marzal, un antiguo magistrado, de sinceridad encomiable: "Cuando en España no había más que una política, muchos de nosotros la hemos servido, incluso con entusiasmo". Quien así hablaba, en 1976, era uno de aquellos jueces sedicentemente apolíticos y, como es de ver, paradigma de la peor de las politizaciones.
En el año 2013, la Asociación de Magistrados chilena hizo una declaración pública pidiendo perdón por sus "omisiones" en la dictadura de Pinochet. ¿Hubo en España declaración pública de la magistratura por sus omisiones en la dictadura de Franco?
Ni por sus omisiones ni por sus acciones. Habría que aclarar, no obstante, que la implicación más directa fue la de la cúpula judicial y de algún sector activamente politizado de los jueces y fiscales, reclutados por el franquismo para cubrir puestos dentro de sus cuadros, incluidos los de la jurisdicción de Orden Público. Hubo una parte minoritaria de la judicatura, la fiscalía y el secretariado que, a finales de los 60, se organizó en la clandestinidad como Justicia Democrática . Lo hizo por entender que una jurisdicción digna de su nombre requería un contexto de estado de derecho. Algo ciertamente no sentido por la inmensa mayoría, que no se movió de su sitio hasta el momento de formar la Asociación Profesional de la Magistratura, para trasladar su hegemonía a la entonces nueva institución del Consejo General del Poder Judicial.
En su libro señala al sistema de oposiciones en la carrera judicial como una supervivencia del franquismo. ¿Por qué?
El sistema de oposiciones viene de antes del franquismo, pero a este le fue muy útil. Como procedimiento de selección no tiene nada de inocente: produce un tipo de juez fonográfico, formado en la memorización, asimilación acrítica que predispone a la pasividad. Desarrolla una única facultad, la memoria, pero no otras imprescindibles, como la capacidad de reflexión. Esto se refleja muy bien en un dicho de preparador de opositores: "Ahora a estudiar, que de pensar ya tendrás tiempo". Creo que como propuesta de método formativo es una aberración que no propicia el tipo de juez que precisa una sociedad como la actual, ni se corresponde con la especial complejidad de ordenamientos como el vigente. Esto no quiere decir que todos los profesionales de la justicia estén cortados miméticamente por ese recusable patrón, pero en lo que no lo estén, habrá sido gracias a su personal esfuerzo. Curiosamente, el sistema de selección se ha mantenido con las sucesivas mayorías políticas: debe haber un porqué.
Durante la campaña electoral, todas las asociaciones de jueces y magistrados firmaron un documento conjunto, 'La Justicia no puede seguir siendo la gran olvidada', reclamando atención y reformas. ¿Cuál es su opinión al respecto?
La situación actual es tremenda. Ahora, sobre todo, por la enorme carga de trabajo que pesa sobre un gran número de órganos judiciales infradotados. Y por el desánimo que el estado de cosas y las sucesivas erráticas políticas de la justicia han inducido en los jueces. Los problemas son muchos, debidos a la falta de un compromiso de la política con los valores constitucionales de la jurisdicción, a la falta de proyecto y al exceso de oportunismo.
¿Es plausible una solución al problema de la justicia a corto plazo?
Dificilísimo, por no decir imposible. Primero, por la demostrada ausencia de voluntad al respecto. Pero es que, además, no hay uno solo de los grandes problemas de la justicia cuya eliminación quepa en una legislatura, que es el horizonte de las políticas. Y en hipótesis, aunque se diera un cambio en las posiciones de partida, a la luz de la experiencia: ¿puede alguien imaginar un pacto político en aquella dirección, suscrito y mantenido con lealtad?
¿ Es ineficaz la justicia en la lucha contra la corrupción?
Creo que no ha habido ineficacia, sino una eficacia limitada, por las propias limitaciones en la capacidad operativa de la instancia judicial. Y me parece que, vista esta retrospectivamente, se entiende mejor el acreditado interés en mantenerla bajo mínimos. Estamos en situación muy crítica. Con todas las formaciones políticas que han ocupado posiciones de gobierno, literalmente, en el banquillo; con amplísimas zonas del país devoradas por la corrupción. Y con una estadística de criminalidad de la que resulta que las instituciones y la política han competido durante años con la calle en la producción de delincuencia. Los datos son del Consejo General del Poder Judicial: 1.600 procesos por corrupción, 300 de ellos macro-procesos. Esto cuando se sabe que en esta clase de crímenes la cifra oscura suele ser grande. No hay quien dé más.
Volviendo a la pregunta, diré que la justicia penal, que no es muy eficaz frente a la delincuencia generada por la necesidad y la miseria, sí lo es, y mucho, cuando delinquir resulta ser una especie de lujo. Por eso, la persecución penal en este ámbito está también justificada por su real eficacia disuasoria.
En 'Tercero en discordia' usted sostiene que la instancia jurisdiccional "se encuentra en la imposibilidad objetiva de procesar, en tiempo y con eficacia, toda esa magmática mole de gravísimas conductas desviadas, con la consiguiente carga de deslegitimación y de desgaste". ¿Por qué?
La de los sujetos públicos es una delincuencia de una complejidad extraordinaria. Primero porque se produce desde el poder, con muchos recursos. Segundo, porque mueve ingentes sumas de dinero, que hoy viaja en tiempo real a cualquier parte, con algunos golpes sobre un teclado. Tercero, porque cuando se delinque desde posiciones de poder son los propios autores o sus próximos los que disponen de la información relevante, y la destruyen o no la sueltan. Todo hace que los delitos de que se trata sean de muy difícil persecución, y que esta requiera mucho tiempo, lo que pone al alcance de los implicados un fácil instrumento de deslegitimación de la administración de justicia. Y con frecuencia eficaces vías de escape.
Según Soraya Sáenz de Santamaría el gobierno "ha puesto en marcha el plan más importante de la democracia" contra la corrupción. ¿Cuál es su opinión?
Se habrán introducido ciertas medidas legales, pero en absoluto el cambio sustancial y de raíz que se necesita, que tendría que empezar por la franca asunción de la responsabilidad de todo lo sucedido. Que el segundo de la lista del PP por Segovia [en las elecciones del 20 de diciembre del 2015] hubiera sido ponente en la elaboración legislativa de alguna de aquellas, mientras se enriquecía con el cobro de comisiones ilegales, es una buena metáfora de lo que hay. Pero es que, además, el estado de cosas tiene una raíz muy profunda, que permanece intacta: es el modo de ser actual del partido político y de la propia política que genera y de la que vive la que le ha llevado, entre otras cosas, a ser un agente de captación ilegal de rentas, como fuente de financiación. Un modo de operar esencialmente corruptor, que ha irradiando sus efectos perversos hacia las instituciones.
Usted apunta que el alto nivel de corrupción se debe a “gravísimos incumplimientos de precisos deberes legales, y antes o a la vez con un intolerable déficit de controles o con la pasividad culpable de ciertas instituciones”...
De no haber fracasado estruendosamente los mecanismos preventivos de control, parlamentarios y político-administrativos, constitucional y legalmente previstos, no se habrían producido las situaciones que padecemos. Hoy se han denunciado fracasos de esta índole en todo un cúmulo de instituciones, desde el Banco de España al Tribunal de Cuentas, pasando por la Comisión Nacional del Mercado de Valores, como instanciastocadas por la degradada política en acto. Lo sucedido en estos años en la Mallorca de Matas, en el País Valenciano de Camps, en la Andalucía de los Ere, en el Madrid de la Púnica, en la Cataluña de los Pujol y Convergencia, en la gestión municipal del urbanismo en tantos espacios del territorio, etcétera, etcétera, habla por sí solo.
Es claro que, en presencia de indicios de delito, la justicia tiene que hacerse cargo de toda esa fenomenología criminal. Pero es también obvio el coste y lo frustrante de la empresa, porque resulta imposible remediar a golpe de procesos tanto descalabro. La justicia penal está pensada para dar respuesta a ocasionales acciones delictivas producidas en medios públicos, en circunstancias de normalidad institucional, no para suplir los masivos incumplimientos de la legalidad registrados en toda una constelación de instancias oficiales y paraoficiales.
El primer capítulo de su libro es una recopilación de varios ataques por parte de la clase política a la instancia jurisdiccional.
La historia de estos años es elocuente. Empezó con el caso Linaza y la juez Huerta en un aparatosísimo supuesto de torturas donde ésta, no obstante lo irreprochable de su actuación, fue literalmente atropellada por la mayoría política. Esto marcó entre nosotros el inicio de una práctica de las "estrategias de ruptura" teorizadas por Jacques Vergès, ahora en versión de nuevo cuño. Este autor las había estudiado donde solían darse, es decir, en los medios de los sujetos antisistema, que se defendían, no en, sino contra el proceso, para hacerlo saltar, con la propia instancia judicial. Aquí, en estos años, hemos visto este modo de operar puesto en juego por sujetos políticos de primer plano. Su imagen, tirando contra actuaciones judiciales cargadas de razón legal, fundadas en sólidos indicios de delito, se ha convertido en una desoladora estampa de nuestro paisaje político. Sobre tal clase de actitudes en relación con los jueces, recuerdo un supuesto bastante ilustrativo. El de Rajoy tachando de "equivocada e injusta" —¡nada menos!— una sentencia como la del Tribunal Europeo de Derechos Humanos en el caso Parot que estaba ciertamente cantada. En vista de cosas así: ¿puede pedirse al ciudadano de a pie que respete las resoluciones judiciales?
¿Los ataques de la clase política a la independencia judicial tiene costes para la democracia ?
Durante mucho tiempo hablar de jurisdicción no era hablar de democracia. Pero hoy la democracia constitucional no se concibe sin una sólida justicia independiente. Ésta, como instancia de tutela de los derechos, es una condición sine qua non de democracia. La democracia, es obvio, se hace, en vía primaria, en las urnas, pero la garantía de los valores democráticos y de los derechos constitucionales frente a las ocasionales (o no tan ocasionales) desviaciones criminales de la política, no puede dejarse en manos de ésta. Exige límites claros de derecho y una instancia autónoma capaz de hacerlos valer. Por otra parte, cuando se enarbola la falacia infracultural del "gobierno de los jueces", la respuesta es por demás fácil: estos no tendrían nada que hacer en ese campo si la propia política se encargase, como es su deber constitucional, de mantenerlo limpio de ilegalidades. Así de simple, así de fácil.
¿Qué nivel de independencia tienen los jueces en España?
Creo que, aun sin ser el ideal, el estatuto del juez español garantiza un nivel razonable su independencia. En España, el marco legal permite a un juez ser tan independiente como él decida serlo. Lo que ha fallado de una manera gravísima, debido a su politización partidista, es el CGPJ como órgano de garantía de la independencia. La independencia es un principio incómodo, nunca asumido como valor en la política de composición del Consejo en los sucesivos mandatos, ni, consecuentemente, en la política de nombramientos y en las actividades de este. De ahí que la calidad de independencia dependa, sobre todo, de la predisposición del juez a complicarse la vida y de su compromiso con los valores constitucionales de la función. Son muchas las ocasiones en que los jueces implicados en causas de trascendencia política han echado de menos con sobrada razón un Consejo beligerante en la defensa de sus actuaciones. Y, es claro, una experiencia tan desoladora como la del Consejo en España no puede darse sin consecuencias.
¿En qué ha fallado el CGPJ?
El CGPJ en el modelo constitucional, en contra de lo tantas veces sugerido para justificar su colonización política, no encarna un poder del estado. Es una institución de garantía de la independencia de la jurisdicción, ésta sí instancia de poder, de un poder difuso, fundado en el derecho, que reside en cada juez que ejerce su competencia en el caso concreto. Al Consejo le corresponde gestionar con lealtad constitucional y sin ataduras el estatuto judicial, sin más interés que el de asegurar la calidad constitucionalidad de esa función frente a todos. Un momento de particular importancia dentro de ese papel es el de la línea de nombramientos, a través de la cual se propone y propicia un modelo ideal de juez. Para ello, el Consejo debería operar, con transparencia, con los solos criterios de capacidad y mérito. Pero no ha habido tal, nunca ha sido sensible a esos valores y sí, en cambio, al juego de diversas influencias, políticas y de otra índole. No hace falta que diga lo desmoralizador y desmovilizador que esto resulta para los buenos profesionales de la justicia, que son muchos. Este no es el único fallo del Consejo, pero me parece que sugiere bien lo que cabe responder a la pregunta sobre calidad de su papel real en estos años.
¿Qué solución propone?
El CGPJ fue frustrado en su función de garantía antes de nacer. La derecha judicial hizo, en 1980, un primer desarrollo constitucional fraudulento. A este siguió la ley orgánica socialista de 1985, que lo entregó directamente a los partidos. Y estos se apoderaron de él, contando lamentablemente con la colaboración de los propios jueces en los sucesivos mandatos. Con excepciones, ciertamente pocas. Ahora, ¿cuál es el problema? Pues que se han perdidos años cruciales para el desarrollo constitucional ambicioso necesario. El mal está hecho y no hay manera de rebobinar y poner el contador a cero, en el supuesto de que existiera alguna voluntad de hacerlo, que no la hay en absoluto. Lo demuestra la última reforma, que ha desnaturalizado más aún la institución, para mayor desolación de los jueces. Por eso, siendo realista, no veo solución. Aunque sí podría darse un cambio importante si, ya que no los políticos, los propios jueces experimentasen un cambio radical de actitud en la materia.
¿Está preparada nuestra Constitución para hacer frente a los poderes económicos?
El inaugurado en Italia con la Constitución de 1948, asumido luego en otras constituciones, creo que es un buen diseño, pensando en el tipo de poder político presente en ese momento. El problema es que este evolucionó enseguida con la entrada en escena del Ejecutivo intervencionista, para cuyo modo de operar en la intersección de la política con la economía no se habían previsto controles eficaces. Además, la reforma constitucional se había quedado a las puertas del partido político. Así, estas dos carencias, de democracia interna en los partidos y de controles preventivos desde el derecho para ese poder enorme, capaz de adoptar decisiones de extraordinario relieve económico, contribuyeron a formar el caldo de cultivo de la corrupción, que se ha apoderado del sistema. Para salir de tal atolladero haría falta refundar el Estado constitucional, poniendo su régimen de garantías a la hora de la verdadera realidad actual del poder, incluyendo un constitucionalismo de derecho privado, en la línea de lo sugerido por Ferrajoli para frenar a los que con razón trata de "poderes salvajes".
En cuanto a los poderes del mercado, en este momento, la smithiana "mano invisible" es como nunca una mano al cuello de los más desfavorecidos. La mano de una política directamente gobernada por la economía. Por ese poder financiero transnacional insaciable que se alimenta de auténticos sacrificios humanos. Pero el problema, como tantas veces, es quién pone el cascabel al gato. Al menos por ahora, no parece vislumbrarse un sujeto histórico a la altura de este papel imprescindible.
En el año 2013, el fiscal general de EE.UU. dijo que algunos banqueros que habían delinquido eran "demasiado poderosos para ir a la cárcel". ¿Es cierto?
El fiscal tenía razón, pero dentro de la lógica a la que acabo de referirme, y por la claudicación y la dependencia de la política. Si esta decidiera ser otra, dejar de ser el brazo ejecutor de las estrategias neoliberales, EEUU, como la propia Unión Europea, podrían, con importantísimos apoyos ciudadanos, contribuir a dar un giro a la situación. El "no podemos" del fiscal yanqui es, en realidad un "no queremos". El mismo "no queremos" que reina en esta patética UE, la de un Juncker que, luego de haber orquestado un fraude fiscal de dimensiones planetarias, pasó a presidir la Comisión. Todo un símbolo.
En 'Tercero en discordia' recuerda que "ningún derecho es para siempre".
Se sabe bien. La historia de los derechos es una historia de avances siempre limitados y frecuentes retrocesos, aunque algo quede. Y sí, ningún derecho está ganado para siempre, y la evidencia la tenemos ahora mismo en nuestras constituciones, vaciadas de contenido en aspectos importantísimos de su parte dogmática, sorteando los procedimientos previstos para su reforma. Luciano Gallino, un lucidísimo sociólogo italiano, habla de "golpe de Estado a plazos". Cierto. Hasta ahora,el golpe de estado clásico pasaba primero por desarbolar la parte orgánica de la Constitución. Pero sucede que la parte dogmática es, por lo menos, tan importante, y si nuestras constituciones tienen un cimiento, está en la pretensión de efectividad de los derechos fundamentales. Hoy estos empiezan a ser ya irreconocibles. Un buen ejemplo lo brinda el derecho al trabajo. Ganado con un esfuerzo ímprobo en decenios, está siendo desmontando sin tocar formalmente un precepto constitucional. De seguir esa marcha volveremos no tardando a la regulación del trabajo asalariado mediante los tres o cuatro artículos del Código Civil napoleónico.
Citando al filósofo Paolo Flores d’Arcais, usted señala que "una política de la legalidad sería hoy la más radical de las revoluciones posibles, además de la primera de las revoluciones deseables"...
Es algo bien real. Acabamos de ver a líderes con posiciones de poder, en campaña electoral, haciendo profesión de fidelidad a valores y principios, luego de haber hecho bien patente que las fuerzas que encabezan precisan de un coeficiente de ilegalidad para llevar a cabo políticas, que no soportan su propio derecho. Y no se trata de infracciones ocasionales, lo que tenemos ante los ojos, cualquiera que sea el punto cardinal hacia el que se mire, es una grave ruptura del orden jurídico. Por eso dotar de vigencia real, con sentido constitucional, a esa legalidad defraudada, sería algo radicalmente transformador. Por poner un ejemplo gráfico: ¿se imagina un sistema impositivo eficaz, progresivo y sin fraude, y una gestión de los recursos públicos así obtenidos no depredadora, igualitaria y racional, al servicio del interés común? Esto, que el revolucionario histórico habría tachado de "reformismo", tendría hoy el efecto de una revolución profunda. Así estamos.
[Este artículo pertenece a la revista Alternativas Económicas. Ayúdanos a sostener este proyecto de periodismo independiente con una suscripción]

El método del periodismo de desecho.


Tele locuta, causa finita



¿Por qué hay gente que se traga todo lo que le cuentan las TV sin la menor sospecha? Pido a la fiscalía del Estado que investigue si el ministerio del Interior ha cometido algún delito.
Lo de Antena 3 esta semana ha sido la gota que ha colmado el vaso en lo que a mancillar y ultrajar el código deontológico del periodismo en España. Y es que ya no hablamos de medios fascistas o pasquines partidistas como son los casos de 13TV, COPE o Radio María, ligados a la Iglesia; ni de las TV regidas por los partidos en el poder como TeleMadrid o TeleCospe; ni de libelos subvencionados o que se regalan para crear “afectos” como La Razón u Ok Diario; ni de sicarios de la información como Inda, Marhuenda o Jimenez Losantos… sino de uno de los canales privados de más audiencia en España, que si bien siempre ha barrido para la casa que le paga, nunca antes se había atrevido a tanto como para dar a todo trapo una falsa exclusiva a partir de la extrapolación malintencionada de unos hechos públicos –ninguna exclusiva- con datos accesibles a todo el mundo –ningún secreto- y de 15 meses atrás –ninguna actualidad- que nunca tuvieron relevancia para ningún medio como ocurrió con el falso caso de Monedero, que tan buen rédito dio a los viejos tramposos del sistema.No quiero reproducir las pueriles barbaridades que se han difundido como información veraz (sólo la conexión con un reportero en Barajas para decir que por esos pasillos embarcaron los señalados 15 meses atrás ya es de risa), por parte de una saga de medios ruines y “prevaricadores” puesto que sabían de la inconsistencia de la burra que compraban. Probablemente se les va a volver en contra, tanto a ellos, como presumiblemente –y hasta con consecuencias penales- a los urdidores de la trama: policías imputados muy amigos del PP como Cospedal, Del Hierro y cía, http://www.publico.es/politica/interior-ascendio-cupula-policial-al.html o al mismísimo ministerio del Interior, a quienes podrían imputárseles presuntos delitos como el de prevaricación, revelación de secretos o malversación de caudales públicos, que espero estudien los servicios jurídicos de quien corresponda.
A continuación relacionaré sólo algunas informaciones que desmienten la falsa exclusiva y lo hago porque demasiada gente amiga, próxima e incluso cercana a Podemos que nos ha llamado escandalizada, a fuerza de oírlo tanto y en tantos sitios, ha llegado a darla por buena o a tener serias dudas. En verdad difama que algo queda.
Después de esto, espero que quitéis Antena3 de vuestros mandos, a ver si reaccionan.
P.D. Y para cerrar lo que podría ser una clase práctica de la escuela de periodismo, DOS explicaciones que nos permiten entender el fraude de la falsa exclusiva y una cita:
* Presionar al PSOE para aceptar la gran coalición. Ya en un primer momento denuncié mediante un tuit personal que el objetivo de toda esta operación era presionar al PSOE en la cara de Podemos para que pacte con el PP la gran coalición.https://twitter.com/luigiaguilar/status/690147371758571520 idea en la que coincide al día siguiente el gran politólogo y amigo Iñigo Errejón:https://twitter.com/ierrejon/status/690216895103004672
* Tapar el nuevo escándalo o trama de cada día. En esta ocasión #AcuaMed Así se levanta una cortina de humo y casi no se habla de este escandalazo que afecta a una empresa pública y al propio Estado. https://twitter.com/robetorre/status/690135557301784576
* La directora de informativos de Antena 3, Gloria Fernández-Lomana, esposa del exministro Josep Piqué, debería pedir perdón al gremio de periodistas y a la opinión pública, al primero porque hoy la profesión es un poco más indigna, más irrisoria, más manipulada, más vergonzosa y menos responsable, y a la segunda porque no se puede tratar a la audiencia como si fuera boba, como si fuese a picar en el cebo de convertir una mera anécdota periodística en un alegato antiizquierda disfrazado de exclusiva mundial al nivel del Pulitzer. No cuela. Del ya citado Ventano. Alejandro López Menacho.
Luis Ángel Aguilar Montero es miembro de la dirección Estatal de PODEMOS 
Su blog es: LA TERCA UTOPIA http://luisangelaguilar.blogspot.com.es/
https://twitter.com/luigiaguilar

------------- Y entonces aparecen cosas como estas ..http://cort.as/bAtl que además reproduce la prensa sin más ..y Podemos  cuanto más le atacan mas sube en las encuestas ya esta por encima del psoe y dentro de poco del pp...http://cort.as/bBUe.. la misma táctica que con el nacionalismo catalán.

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 Y como bien explican aquí nada que ver ..

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El ‘viaje secreto’ de la CUP y Podemos a Venezuela que Anna Gabriel contó en un artículo
Anna Gabriel y los miembros de Podemos acudieron a Venezuela a un foro de intelectuales y artistas en defensa de la humanidad.
Antonio Maestre

redaccion@lamarea.com


MADRID// El informativo de Antena 3 de este miércoles por la noche anunció que poseía en exclusiva las imágenes que prueban la relación de Podemos, la CUP y ETA con el régimen venezolano presidido por Nicolás Maduro. El tremendo documento eran unas imágenes de Anna Gabriel Sabaté y algunos miembros de Podemos de Castilla-La Mancha subiendo a un avión en el aeropuerto de Barajas con destino a Caracas.
El secretismo del viaje que El Mundo ha llevado a su portada era tal que Anna Gabriel dejó escritotodo lo que se hizo en el encuentro en un artículo publicado originalmente en la revista ONGC. La jornada a la que asistió la representante de la CUP se llamaba Encuentro de la red de intelectuales, artistas y movimientos sociales en defensa de la humanidad (La Red)Telesur explicaba en diciembre de 2014 que dicho encuentro internacional se celebró en la Galería de Arte Nacional del 11 al 15 de diciembre.
El evento organizado por el gobierno de Venezuela contó con la participación de más de 300 representantes de todo el mundo. Gabriel asistió junto a María José Aguilar (Podemos) al foro Crisis migratoria como expresión de la crisis del capitalismo, un atentado a los derechos humanos. Asimismo, formaron parate del mismo James Cockcroft, profesor de la Universidad de New York; el sacerdote católico Miguel D´Escoto, que llegó a ser presidente de la Asamblea General de las Naciones Unidas, y la exsenadora colombiana Piedad Cordoba, entre muchos otros.
El encuentro multidisciplinar contó incluso con representación de la revista de información españolaPikara Magazine. Uno de los asistentes al foro fue Tomás Nativí, militante del UPR que recibió dl gobierno de Holanda el premio Tulipán de los Derechos Humanos. Entre el resto de asistentes españoles destacan la escritora y profesora de Filología de la Universidad de Santiago de Compostela Teresa Moure, que también publicó un artículo en Sermos Galiza sobre el encuentro, y el politólogo Carles Badenes.
Anna Gabriel escribió incluso el momento en que dejaron el país: “Marchábamos de Venezuela justo en el momento en que se iniciaban las vacaciones de navidad, y atrás dejábamos miradas de Sur, de personas que nos agradecían la visita, que alzaban el puño y que nos transmitían una sensación de las que ponen la piel fría; una vez finalizadas las vacaciones de navidad, todas afirmaban que volverían las guarimbas”.

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 El recurso del método........ http://www.publico.es/politica/cupula-policial-filtro-eduardo-inda.html

Interior ascendió a la cúpula policial al comisario de Barajas tras la grabación a Podemos y la CUP Carlos Salamanca estuvo imputado por la Audiencia Nacional por su relación con la mafia china de Gao Ping pero en noviembre de 2014, un mes antes del vídeo sobre el viaje a Venezuela, le retiraron los cargos..http://cort.as/bCcz..



Obligados a rectificar ..http://www.lamarea.com/2016/01/25/otra-exclusiva-sobre-podemos-que-resulto-ser-falsa

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 Un resumen.






domingo, 24 de enero de 2016

Cuando el Sha nos financiaba la transición.






Javier Gil GuerreroProyecto ‘Religión y sociedad civil', Instituto Cultura y Sociedad

El dinero del Shah, la influencia del rey y la UCD

17/09/14 Publicado en Universidad de Navarra
Los diarios del ministro de la corte y confidente del Sha, Asadollah Alam, resultaron ser una bomba de relojería para la reputación de la familia real y de la alta sociedad iraní. Alam recogía meticulosamente las idas y venidas del palacio, así como sus conversaciones privadas con el Sha y otros dignatarios. Nadie sabía de sus diarios, celosamente guardados en una caja fuerte tras su muerte en 1978. No fue hasta mucho después de la revolución islámica de Irán cuando se supo de ellos.
Entre las miles de anécdotas que albergan los diarios (traducidos y editados en inglés hace unos años por su amigo Alinaghi Alikhani) nos encontramos con la reproducción de una carta que el entonces rey Juan Carlos envió al Sha desde Zarzuela en junio de 1977. Dirigiéndose al monarca Iraní como "hermano", D. Juan Carlos afirma que la dictadura de Franco había hecho muchas cosas buenas por España. No obstante le advierte de la fuerza del PSOE, un partido al que define como "marxista" y que ve como un riesgo para la "seguridad" de España. El rey se lamenta de que la derecha cuenta con el apoyo de la banca española mientras que los socialistas cuentan con el apoyo financiero de  Venezuela y otros países, lo que deja a sucandidato, Alfonso Suárez, sin recursos suficientes para hacerles frente.
Por ello, para preservar la monarquía en España y la civilización occidental, el entonces rey le pide ayuda económica al Sha. "En nombre" de Suárez, se toma la libertad de solicitar al Sha diez millones de dólares para financiar la campaña electoral de Suárez en las municipales, algo que ayudará al "fortalecimiento de la monarquía española". Informa al Sha de que, en caso de que acceda a su petición, enviará a Teherán a su hombre de confianza y amigo, Alexis Mardas, para gestionar el dinero.
En un intento de diversificar las fuentes de ingresos para la UCD, mientras el rey enviaba la carta, también se apresuraba a coordinar la visita de Suárez a Arabia Saudita, donde, acompañado de otro hombre de confianza del rey, pediría otro préstamo a la monarquía de Saud para financiar la campaña electoral.
No era la primera vez que algún líder europeo o americano acudía a la monarquía iraní o audita para obtener una fuente de ingresos extra. Los diarios de Alam recogen también la visita de algunos delegados de Nixon de cara a las elecciones presidenciales. Pero, al contrario que Juan Carlos, estas peticiones se solían cursar de forma oral, discreta e implícitamente. Lo que asombró y asustó al Sha fueron las toscas maneras de Juan Carlos: su manera de pedirlo directamente, sin rodeos, y por escrito. Más precavido, el Sha contestó a su carta sin aludir al tema, ya que prefería no dejar constancia de ello y tratarlo cara a cara con el enviado de Juan Carlos.
La corte iraní seguramente disculpó el atrevimiento de Juan Carlos. Al fin y al cabo era todavía un novato en estas cuestiones y apenas llevaba unos años en el cargo. Lo sorprendente es que tras décadas en el trono, los Borbones hayan proseguido con la misma candidez y falta de desparpajo estos asuntos. Desde la transición a nuestros días poco ha cambiado. Los españoles seguimos quedándonos al margen de todas las intrigas palaciegas. 


miércoles, 20 de enero de 2016

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