jueves, 22 de agosto de 2024

Venezuela, el sabotaje electoral y la intoxicación informativa .

 Venezuela, el sabotaje electoral y la intoxicación informativa

GUSTAVO VEIGA

El anuncio de que el sistema de transmisión de datos fue vulnerado desde el exterior ha sido ratificado por la empresa estadounidense Netscout y también por la multinacional Kaspersky

Venezuela es a esta etapa del siglo XXI lo que Cuba fue en el XX desde la década de 1960. Un país demonizado en la sociedad capitalista, cruzado por la intoxicación informativa, tan desproporcionada que por momentos saca de foco al genocidio palestino en desarrollo o a la guerra entre Rusia y Ucrania. Esta actualidad exacerbada por la alianza tácita del capitalismo 2.0 y las extremas derechas, alimenta un conflicto de intereses que oculta el núcleo del problema en la patria de Simón Bolívar. Un estado soberano sometido a asedio constante por su principal recurso no renovable: el petróleo.

Cualquier arma disponible, incluido el sabotaje a un sistema electoral elogiado hasta por los propios detractores de Hugo Chávez y Nicolás Maduro, ha sido crucial para intentar que la correlación de fuerzas en el mundo de la comunicación digital se inclinara hacia la derecha liderada por la aristócrata María Corina Machado. Como si no bastaran el poder militar coercitivo de EEUU, la Unión Europea, la OTAN y el organismo regional más dócil a las políticas de Washington, la OEA. Incluso las recientes críticas de Lula y Gustavo Petro al presidente venezolano que lo apoyaron en otras circunstancias.

Después de un sábado con marchas chavistas y algunas contramarchas en Venezuela y otros países, de que Machado autoproclamara la victoria opositora subida a un camión luego de una efímera "clandestinidad" y de la kilométrica movilización por la paz del chavismo que recorrió las avenidas de Caracas y otras calles del país, el desenlace electoral sigue estancado.

El anuncio oficialista de que el sistema de transmisión de datos fue vulnerado desde el exterior ha sido ratificado por una empresa que es referente de la seguridad informática, la estadounidense Netscout. Uno de los modus operandi fue la utilización de IPS maliciosas, o sea direcciones de internet para atacar servidores en el país. Hubo otro: el uso de bots sincronizados que distribuyeron virus y hackearon información sensible. Y el más nocivo fue el envío de tráfico masivo para saturar redes y servidores hasta bloquearlos.

Ekaitz Cancela, escritor vasco y autor del libro Utopías Digitales, un especialista en nuevas tecnologías, dio su opinión: “El sabotaje de más de 325 portales institucionales, incluida la Presidencia de la República, la Asamblea Nacional y la policía y la Dirección General de Contrainteligencia Militar, revela la fragilidad digital del Estado venezolano”. El colectivo de hackers Anonymous, en una versión no confirmada, se habría atribuido los ataques a través de la red social X.

Cancela también explicó que “un ciberataque es un mecanismo más suave de bloqueo. Ilustra que un grupo hacker puede jugar un rol clave en la geopolítica. Para bien o para mal. Pero sobre todo existe el poder desigual en la esfera digital. Esto no le puede pasar a EEUU, China o Rusia tan fácilmente. Los países del bloque regional latinoamericano, que aspiren o hayan tenido un rol central en la hegemonía del bloque, contraria a los intereses de los centros de poder occidentales, estarán más expuestos en el futuro a este tipo de inseguridades”.

Netscout y también Kaspersky, una multinacional rusa dedicada al mismo rubro de los antivirus y que tiene filiales en doscientos países, coincidieron en que Venezuela fue la nación más atacada del mundo durante julio y agosto, a razón de 30 millones de ciberataques por minuto. El dato lo corroboró la ministra de ciencia y Técnica, Gabriela Jiménez.

Desde Caracas, una fuente cercana al gobierno consultada por este medio, admitió: “Ellos (por la derecha) necesitaban que no se diera la totalización de los datos o retrasarlos lo más posible. El ataque duró una hora, y retrasó el veredicto oficial. No fue tanto un ataque físico, sino emocional. Era anular la posibilidad de certidumbre que brinda el sistema electrónico. La táctica era sacar al Consejo Nacional Electoral del juego. Quisieron minar la confianza de nuestro pueblo en el sistema electoral, con 31 elecciones en 25 años. Fue un golpe muy inteligente”.

En 2004, el comandante Chávez, adelantándose a los problemas de hoy, declaró: “Es muy importante la creación del software, nuestro software, software libre” y ordenó migrar a sistemas operativos GNU/Linux. Aunque el gobierno actual sigue promoviendo ese uso, la tarea nunca se habría completado en todo el aparato del Estado. La ministra Jiménez explicó esta semana que el 65,32% de los ataques fue por denegación de servicios. “De modo tal que ninguno de nosotros podamos tener acceso a los portales de la República, a la Cancillería, al SAIME (Servicio Administrativo de Identificación, Migración y Extranjería), al Instituto Venezolano de los Seguros Sociales (IVSS), al Sistema Patria”, describió.

Las guerras en curso de cuarta generación incluyen como ingrediente el cibergolpismo. Algunos multimillonarios, obscenos financistas de aventuras para depredar recursos en beneficio propio, lo explican sin mediatintas. Elon Musk, el propietario de X, desnudó ese sentimiento impune cuando ocurrió el golpe contra Evo Morales en Bolivia en 2019. “Derrocaremos a quien queramos” escribió en su cuenta cuando todavía era Twitter. Hoy trata de “burro” a Maduro en las redes, respalda con decenas de millones de dólares la candidatura de Donald Trump en EEUU y hasta simpatiza con los neonazis de Alternativa para Alemania. Cuando interactúa no es uno más. Quiere condicionar el futuro de los gobiernos que no le gustan y si no puede, voltearlos.

El Consejo Nacional Electoral (CNE), integrado por cinco miembros – tres oficialistas y dos de la derecha – es el área de competencia en los comicios del 28 de julio de acuerdo al artículo 293 de la constitución bolivariana. La OEA, con la misma celeridad que reconoció al gobierno golpista de Jeanine Áñez en Bolivia hace casi cinco años, lo instó a publicar “de manera expedita las actas con los resultados de la votación de las elecciones presidenciales a nivel de cada mesa electoral”. Exigencia que no se le hace a ningún otro país.

La difusión asimétrica de noticias, con las armas tecnológicas al servicio de una construcción de sentido global que por ahora se impone en los países de Occidente – la del “dictador” Maduro y la “democracia” representada en la derecha – volvió invisibles o distorsionados hechos gravísimos que ocurrieron estos días en Venezuela. Un grupo de veedores electorales argentinos le enviaron una carta a la Comisión de DDHH del Parlasur con una cronología de los hechos violentos que derivaron en asesinatos, atentados y actos vandálicos contra dependencias del Estado, transporte público y ataques a sedes del Partido Socialista Unido de Venezuela (PSUV).

 Entre los episodios más cruentos informaron los crímenes de dos mujeres militantes de base del PSUV, Cirila Isabel Gil y Mayauri Coromoto Silva el 2 y 3 de agosto. La violencia que campea en Venezuela lleva la marca de agua de la derecha, que solo atribuye al aparato del Estado más y más represión con su mirada de cíclope.

 Luis Britto García, reconocido escritor, dramaturgo e intelectual venezolano de 83 años escribió en un artículo reciente sobre las graves dificultades que atravesó el sistema electoral desde el 28 de julio: “¿Se puede obstaculizar la transmisión de resultados? Desde luego. En su libro ‘Vigilancia permanente’, Edward Snowden cita al director de tecnología de la CIA, Ira Hunt, quien afirma que los servicios de inteligencia estadounidenses conocen el contenido de cualquier sistema informático del mundo. Sus aliados no sólo pueden paralizar transmisiones y redes: lo han hecho en repetidas oportunidades en Venezuela”.

Página 12

 Texto completo en: https://www.lahaine.org/mundo.php/venezuela-el-sabotaje-electoral-y

miércoles, 21 de agosto de 2024

Andrée Blouin , la Pasionaria africana .

 

                                                                        



Andrée Madeleine Blouin (16 de diciembre de 1921 - 9 de abril de 1986 República Centroafricana) fue una activista política, defensora de los derechos humanos y escritora.123

Biografía

 

Andreé fue hija de Josephine Wouassimba, una niña banziri de catorce años, y Pierre Gerbillat, un colonizador francés de cuarenta años.4​ A los tres años de edad, su padre y madrastra Henriette Poussart separaron a Andrée de su madre y la internaron en un orfanato para niñas mestizas. En este vivió abuso y maltrato por las hermanas de San José de Cluny.5678​ Este orfanato fue creado para encubrir la evidencia de las "costumbres libertinas" de los europeos (incluido el delito de violación directa) y para "proteger a los niños parcialmente blancos de vivir en condiciones africanas supuestamente primitivas".9​ A los 15 años de edad, las monjas intentaron presionarla para que contrajera un matrimonio arreglado.8​ Pasó 14 años en el orfanato antes de que ella y otras dos niñas huyeran en 1938.67

Desde su juventud mostró diversas formas de activismo. Con frecuencia iba a cines exclusivos para gente blanca hasta que la dejaran entrar. En las tiendas pedía artículos en francés, pero los comerciantes deliberadamente “respondían en lingala o kikongo para humillarla”.10​ Aunque tenía la ciudadanía francesa, no tenía un "derecho" real para usar ese idioma.10

Al escapar del orfanato, Andrée volvió con su madre y comenzó a trabajar como costurera. Durante un viaje por el río Congo, conoció a un aristócrata belga llamado Roger Serruys.7​ Sin embargo, por su cargo y posición económica Serruys buscaba que su relación fuera secreta a lo que Andreé no estuvo de acuerdo y regresó con su madre. Dio a luz a su hija Rita cuando cumplió 19 años, el 16 de diciembre de 1940.7

Posteriormente conoció a Charles Greutz con quien tuvo un hijo. A los dos años el niño enfermó de malaria, pero en los hospitales locales le negaron la medicación de quinina porque “la administración colonial francesa insistió” en que era “solo para europeos”.5​ Blouin “suplicó” al alcalde que hiciera una excepción, pero se negó y al poco tiempo el niño murió por complicaciones relacionadas con la enfermedad.578​ Andrée decidió que Rita no creciera en el África colonial y se mudó a Francia con la familia de Greutz.

Posteriormente tuvo dos hijos, un hijo llamado Patrick y una hija llamada Sylviane con André Blouin 7

A partir de la muerte de su hijo, Blouin se convirtió en activista.6​ Si este hubiera sido atendido adecuadamente, su muerte habría podido evitarse. Como Andreé Blouin fue clasificada como mestiza por su madre africana y su padre europeo, esto le impidió a su hijo recibir el tratamiento contra la malaria.11​ Así es como Blouin lanzó una campaña contra la Ley de la Quinina que prohibía a las personas de ascendencia africana en el África Ecuatorial Francesa recibir medicamentos adecuados para tratar la malaria.6

En la década de 1950, viajó a Guinea para apoyar el movimiento independentista del país.6​ Blouin se unió a Sékou Touré, líder del Partido Democrático de Guinea, en la lucha por la independencia de Francia.2​ En 1958, Guinea fue el único territorio francés que optó por la independencia. A través de este trabajo, conoció a muchos otros activistas, como al Primer Ministro Kwame Nkrumah de Ghana y Félix Houphouet-Boigny.8​ Fue expulsada de Guinea por el presidente francés Charles de Gaulle debido a su activismo político. Regresó a África Central para apoyar la lucha independentista. Andrée organizó y movilizó a mujeres para el Partido de la Solidaridad Africana (PSA),212​ una organización del Congo Belga cuyo objetivo era liberar a África del dominio colonial. Blouin describió cómo después de un mes, en mayo de 1960, inscribió a 45.000 miembros en la PSA. Algunas de sus peticiones fueron:

  • Alfabetizar a todas las mujeres, sin importar la edad.
  • Promover campañas sobre salud e higiene.
  • Combatir el alcoholismo.
  • Trabajar por los derechos de las mujeres.
  • Trabajar por la protección de la mujer y las infancias
  • Trabajar por el progreso social de los africanos.10

El movimiento también estableció líneas generales de sedes en todas las provincias y empoderó a las mujeres locales para que asumieran roles de liderazgo en el movimiento.13​ Ese mismo año se convirtió en jefa de protocolo del gobierno de Patrice Lumumba, formado tras la independencia congoleña de Bélgica.105​ Redactaba discursos y era el enlace diplomático con los gobiernos europeos durante la transición a la independencia del Congo.10​ Cuando Lumumba fue asesinado, Blouin se convirtió en un objetivo.5​ Su hija Eve cuenta cómo su madre fue condenada a muerte y obligada a huir del Congo.5

En 1973 se instaló en París.8​ Ahí continuó su trabajo como defensora de la igualdad social y de género, así como de la justicia económica en varios países africanos.614

Su activismo fue criticado; la administración Eisenhower y las autoridades belgas se preocuparon por sus supuestos vínculos comunistas y el New York Times la llamó “defensora del nacionalismo africano extremo”.8​ Sin embargo, se describió a sí misma como una socialista comprometida con el nacionalismo africano.

Obras literarias

 

La autobiografía de Blouin, «Mi país, Africa: Autobiografía de una mujer negra» se publicó en inglés en 1983.615​ Jean MacKellar colaboró con Blouin y realizó entrevistas y la edición del libro.10​ Sin embargo, Blouin rechazó el libro e intentó demandar a MacKellar para bloquear la publicación porque no estaba satisfecha con la presentación de la historia en “términos sociopsicológicos” en lugar de como un “testamento político”.10

Referencias

 

  1.  Internet Archive, Andrée; MacKellar, Jean Scott (1983). My country, Africa : autobiography of the black pasionaria. New York : Praeger Publishers. ISBN 978-0-03-062759-0. Consultado el 30 de julio de 2024.
  2. ↑ Saltar a:a b c «Andrée Blouin»Francophone African Women Writers. University of Western Australia.
  3.  «Andrée Blouin». Consultado el 25 de noviembre de 2018.
  4.  Bouwer, Karen (2010), «Peck'S Hollywood Lumumba: A Masculine Hero»Gender and Decolonization in the Congo (New York: Palgrave Macmillan US): 167-190, ISBN 978-1-349-37925-5doi:10.1057/9780230110403_8, consultado el 7 de junio de 2022.
  5. ↑ Saltar a:a b c d e f «Who was the woman behind Lumumba?»africasacountry.com (en inglés estadounidense). 9 de abril de 2019. Consultado el 7 de junio de 2022.
  6. ↑ Saltar a:a b c d e f g Beverly Ormerod; Jean-Marie Volet (1 de febrero de 1996). «Ecrits autobiographiques et engagement: le cas des Africaines d'expression française». The French Review 3 (3): 426-444.
  7. ↑ Saltar a:a b c d e f Blouin, Andree; MacKellar, Jean (1983). My Country Africa: Autobiography of the Black Pasionaria. New York, NY: Praeger. ISBN 978-0-03-062759-0.
  8. ↑ Saltar a:a b c d e f Reid, Stuart A. (14 de febrero de 2020). «Overlooked No More: Andrée Blouin, Voice for Independence in Africa»The New York Times (en inglés estadounidense)ISSN 0362-4331. Consultado el 7 de agosto de 2020.
  9.  Reid, Stuart A. (14 de febrero de 2020). «Overlooked No More: Andrée Blouin, Voice for Independence in Africa»The New York Times (en inglés estadounidense)ISSN 0362-4331. Consultado el 7 de junio de 2022.
  10. ↑ Saltar a:a b c d e f g Bouwer, Karen (2010). Gender and Decolonization in the Congo: The Legacy of Patrice Lumumba. Springer. pp. 82-83. ISBN 978-0230316294.
  11.  Joseph-Gabriel, Annette K., Reimagining Liberation: How Black Women Transformed Citizenship In the French Empire.
  12.  Joseph-Gabriel, Annette. «Remembering the Congolese women who fought for independence»www.aljazeera.com. Consultado el 7 de agosto de 2020.
  13.  Joseph-Gabriel, Annette. «Remembering the Congolese women who fought for independence»www.aljazeera.com (en inglés). Consultado el 7 de junio de 2022.
  14.  Sheldon, Kathleen (2005). Historical Dictionary of Women in Sub-Saharan Africa. Scarecrow Press. pp. 34-35. ISBN 978-0810865471.
  15.  «African literature»Reading Women Writers and Literatures. Consultado el 25 de noviembre de 2018.

https://es.wikipedia.org/wiki/Andr%C3%A9e_Blouin

 Nota del blog .-   No hay traducción al español de su libro , y el autor del blog   ya esta en contacto con traductora y  editorial para hacerlo , merece la pena . al igual no  se encontró ningún artículo  sobre ella  fuera de la wiki . El autor del blog llego a saber  de ella  a través   del  interesante libro , de Kevin  Ochieng Okoth,   África roja   , recuperando la política negra revolucionaria  ,donde da una visión fascinante de su vida  

https://traficantes.net/libros/%C3%A1frica-roja

 

 

domingo, 18 de agosto de 2024

Actas de la oposición venezolana .

 

Las actas presentadas por la oposición venezolana  estan falsificadas

 

Román Cuesta 

Desmontando la página web Resultados con VZLA donde la oposición venezolana colgó las supuestas actas que le daban la victoria.

El gobierno venezolano, que ya ha entregado las que obraban en su poder al Tribunal Supremo, todavía no las ha publicado (la ley le otorga un plazo de 30 días tras los comicios), sería pertinente que lo hiciese para poder cotejar todos los datos.

Antes de empezar a desmontar dichas actas creo necesario explicar, brevemente, cómo se vota en el país caribeño y qué elementos permiten blindar estos documentos para evitar que se manipulen los resultados.

Es preferible empezar por el enlace 2  ya que explica como y cuando empezó a analizarlas

https://www.diario.red/articulo/america-latina/como-manipulo-actas-oposicion-venezuela/20240814145150033966.html


https://www.diario.red/articulo/america-latina/graves-irregularidades-supuestas-actas-publicadas-oposicion-venezuela/20240809101947033778.html.


Resumiendo   https://youtu.be/KKWNZ9wTICI?si=euFYiwoud4KBNglc 


 Contraste entre manifestaciones de apoyo ..


Al gobierno https://www.youtube.com/watch?v=uLXeG0iA1NU&t=2s

A la oposición  . https://x.com/VNVenezuelanews/status/1824838450501013753?ref_src=

lunes, 12 de agosto de 2024

En torno a Judith Butler .

 

En torno a Judith Butler .

Experiencia, identidad y sujeto feminista (I)

 

Por Carmen Heredero, Antonio Antón 

 

 07/08/2024 |  

 Con ocasión de la publicación del último libro de Judith Butler, ¿Quién teme al género?, en esta primera parte, tratamos dos aspectos del pensamiento feminista: el valor del feminismo y la identidad feminista, y cómo avanzar en la liberación y la igualdad femenina. En una segunda parte abordaremos otros dos temas: el sujeto social, imprescindible para la transformación colectiva, y la relevancia de la experiencia vivida e interpretada.

 El valor del feminismo y la identidad feminista

 Hay que diferenciar identidad de género e identidad feminista. La mujer, las mujeres -a veces con una larga y variada tipología-, no son el sujeto del feminismo. No existe un sujeto previo a la experiencia emancipadora, sino que se constituye con ella, con esa práctica sociocultural.

 Ya Simón de Beauvoir decía que la ’mujer se hace, no nace’, poniendo el énfasis en la experiencia vital en la formación de la identificación que, más tarde, se definió de género y que, muchas veces, conllevaba una actitud progresista y liberadora, en el marco de la segunda ola feminista de los años sesenta y setenta.

 Aquí, sin la connotación existencialista, desde un cierto constructivismo social, multidimensional y vital, le damos un contenido sociohistórico y político-cultural, y lo aplicamos al feminismo, como sujeto social, no a la feminidad (o la masculinidad) en cuanto identidad de género. Se es feminista no por ser mujer, sino por participar en los procesos igualitarios por la liberación femenina, y de todas las personas discriminadas por su opción sexual y de género. La composición empírica mayoritaria del feminismo es de mujeres, las más directamente afectadas y sensibles, pero también de varones solidarios. Su identificación feminista, o su ‘orgullo’ de pertenencia, deriva de su comportamiento, su práctica relacional, no de la adscripción a un sexo, género u opción sexual.

 Sin embargo, no hay que infravalorar la experiencia vivida. La conexión con la realidad discriminatoria es lo que acerca más a las mujeres y personas con opciones sexuales y de género no normativas a esa sensibilidad, conciencia y actitud transformadora. Pero, para mantener una conducta transformadora, son decisivas su conformación subjetiva, su experiencia relacional, su actitud moral respecto de los tres grandes valores progresistas: libertad, igualdad y solidaridad.

 La conformación del sujeto no deriva mecánicamente de la existencia de una realidad sociodemográfica discriminatoria, tal como dicen las teorías estructuralistas o deterministas, dominantes en décadas pasadas. O sea, la mujer, por su condición objetiva, biológica o de subordinación, no es el sujeto del feminismo; el sujeto del feminismo son las personas que, práctica y sociohistóricamente, han rechazado y combatido, individual y/o colectivamente, una realidad de discriminación y dominación, y han adquirido una experiencia emancipadora, igualitaria y solidaria que refuerza su conciencia feminista.

 Desde este punto de vista, hay que intensificar, no diluir, la identificación feminista, opuesta al machismo. Esta identificación no constriñe una voluntad transformadora, sino que, con espíritu crítico, la refuerza, favorece el sentido de pertenencia colectiva, con articulación de apoyos y alianzas, y es capaz de renovar sus propias características identificadoras y estratégicas.

 La identidad de género femenino (o masculino o indefinido) puede ser ambivalente: negativa, si es que refleja una trayectoria rígida de subordinación resignada o impuesta; o positiva, en la medida que exprese un papel sociocultural, económico-laboral y reproductivo más igualitario y libre, en combinación con otras identificaciones particulares interseccionales con impacto variable en su experiencia vital.

 Una identidad fuerte de género tradicional -de ama de casa dependiente o con la normativización esencialista heterosexual… y dentro del matrimonio- sí se puede decir que constriñe la libertad individual para explorar y cambiar de experiencia, estatus e identificación. Una identidad de género débil o casi nula permite la transición sin ataduras a la nueva personalidad, opción sexual y de género y posición social; es más abierta y ofrece más oportunidades.

 Existen diversas tipologías femeninas: desde la mujer ‘tradicional’, ama de casa, esposa y madre, pero subordinada a una estructura patriarcal y dependiente de una función social subalterna, que el feminismo apuesta por transformar; hasta la mujer ‘liberada’ que se ha ido abriendo paso igualitario y que es objeto de toda la ofensiva conservadora y reaccionaria como causa de la destrucción de su orden social y moral dominador.

 Pero aquí hablamos, sobre todo, de identidad feminista como refuerzo solidario, igualitario, emancipador, como pertenencia colectiva, con una trayectoria transformadora; opuesta al machismo, a su identificación y a la prepotencia relacional, como expresión de dominación y privilegios, o sea, vinculado al poder opresivo y, a veces, violento del orden establecido. En ese sentido, una identidad sociopolítica liberadora y una ética fuerte, anclada en los derechos humanos y la democracia, favorece el compromiso cívico por la igualdad y la libertad; es positiva para las mujeres y para la humanidad, es decir, encierra un contenido universal.

 No se trata, por tanto, de la diferenciación o simple interacción entre géneros más o menos marcados y plurales, con distintas feminidades y masculinidades y posibilidades combinatorias, sino de la diferenciación entre feminismo y machismo y, por otra parte, entre un feminismo elitista o solo retórico, centrado en romper los ‘techos de cristal’, y un feminismo popular, que apuesta por superar los ‘suelos pegajosos’.

 Cómo avanzar en la liberación y la igualdad femenina

 Pues bien, Judith Butler ha tenido y tiene la prioridad por la superación del género y la heteronormatividad obligatoria, como sistema divisivo, discriminatorio y limitador de la libertad humana, la cual debería estar asentada en la propia voluntad. Su enorme aportación crítica ha ido hacia la deslegitimación de las principales trayectorias opresivas contra la libre elección de sexo/género y opción sexual, con garantías para una vida digna.

 Al ir ‘deshaciendo el género’, se terminaría el problema de la desigualdad de género. Seríamos personas indiferenciadas por sexo/género, es decir, éste no sería un factor relevante, lo cual garantizaría la liberación. Se rompería el pretexto del poder establecido para imponer la división social… aunque ello no evitase la imposición de nuevas segmentaciones y discriminaciones, en particular, a las propias minorías sexuales o de género no binario. La duda es el alcance generalizador de la indiferenciación por sexo/género frente al sistema divisivo en tal categoría sobre la que se asienta el orden establecido, y una vez garantizado el derecho a la libre determinación.

 Pero esa lógica liberadora ya estaba inscrita en el pensamiento feminista y la acción progresista, al menos, desde el siglo XVIII. Se trataba del impulso emancipador e igualitario del revalorizado estatus de ciudadanía, de los derechos humanos y civiles y más tarde políticos y sociales… independientemente del sexo/género, es decir, sin discriminación por sexo, según dictaminan las constituciones modernas. Sabemos, por la experiencia de estos más de dos siglos, que ese relativo igualitarismo retórico, jurídico o formal ha costado mucho esfuerzo feminista y solidario para implementarlo y que queda mucho por hacer.

 No obstante, ese enfoque emancipador sigue siendo acertado: hay que consolidar unas relaciones igualitarias y libres de dominación, independientemente del sexo/género (la raza, el origen nacional o la clase social…), o sea, destacando el elemento común de las personas: los derechos humanos. Así, se supera el sexo/género como factor de desventaja o discriminación, aunque se mantenga la diversidad identitaria.

 Todavía hoy persisten graves lacras sociales que perjudican a la mayoría de mujeres y opciones no normativas sexuales y de género, empezando por la violencia de género, acerca de la que la autora tiene una sensibilidad especial. Precisamente, la indignación cívica y la respuesta feminista, apoyada y legitimada por unos dos tercios de mujeres y un tercio de varones, ha generado en España la cuarta ola feminista, con la prioridad de combatir la violencia machista y garantizar la libertad sexual y el libre consentimiento en las relaciones sexuales e interpersonales en general.

 Junto con ese primer nivel de conciencia feminista existe, propiamente el movimiento feminista, compuesto por unos cuatro millones de personas, la mayoría mujeres, que han participado en las movilizaciones feministas, entre ellas las miles de activistas más estables, pertenecientes a grupos diversos e impulsoras del movimiento social. Esos tres niveles son los que configuran el sujeto colectivo feminista.

 Todo ello ha puesto de relevancia la necesidad de un avance en condiciones y derechos feministas, de la articulación del propio sujeto feminista y, también, del impulso de una teoría crítica que fundamente esta nueva fase de conformación feminista.

 Por tanto, el pensamiento posestructuralista de Judit Butler tiene sus límites para hacer frente a los desafíos que suponen la consecución de la igualdad y la libertad de las mujeres. Desde distintas corrientes feministas se están realizando muchas contribuciones interesantes. Por citar otra feminista eminente, contamos con su colega estadounidense Nancy Fraser, con aportaciones críticas significativas sobre el papel subordinado de las mujeres en la reproducción social y de cuidados y su vinculación con la segmentación capitalista y la división racista.

 Evidente es la situación en España. Por un lado, hemos asistido a una gran movilización feminista y de colectivos LGTBIQ+, masiva y viva, particularmente contra la violencia machista y por la libertad sexual y la igualdad, con una gran participación de base social y asociativa, y hemos conseguido reformas significativas en el ámbito institucional.

 Pero, por otro lado, el movimiento feminista presenta una dinámica fragmentada y sin liderazgos consolidados, lo cual agudiza ciertas tendencias -también desde la política- elitistas, unilaterales, sin arraigo sólido, a apropiarse del movimiento, a hablar en nombre del (no) sujeto social ‘objetivo’ y pasivo, pugnando por su orientación y articulación.

 En definitiva, en el campo feminista hay una rica y variada experiencia, pero bastantes deficiencias en la articulación orgánica y de liderazgo. A ello hay que añadir una relativa orfandad y retraso teórico que el feminismo debería abordar desde un enfoque crítico, multidimensional y relacional.

 Carmen Heredero es feminista y sindicalista, autora del libro Género y coeducación (Morata, 2019). Antonio Antón es sociólogo y politólogo, autor de Feminismos. Retos y teorías (Dyskolo, 2023). 

https://rebelion.org/experiencia-identidad-y-sujeto-feminista-i/

Segunda parte

https://rebelion.org/experiencia-identidad-y-sujeto-feminista-y-ii/