lunes, 24 de junio de 2024

Los secretos de la Transición española .

                                                                                   


Los secretos de la Transición, contados por el ‘espía’ que Kissinger envió a España


El libro del ensayista Jorge Urdánoz indaga en los verdaderos motivos de algunas de las decisiones más trascendentales tomadas por Suárez tras la muerte de Franco

 

Guillermo Martínez.

Después de examinar miles de cables diplomáticos enviados a Washington por Wells Stabler, el embajador de Estados Unidos en España durante la Transición, el filósofo del derecho Jorge Urdánoz da a conocer sus conclusiones en un pequeño y pedagógico libro. En La Transición según los espías (Akal, 2024), el autor desmitifica algunos relatos tan enquistados como interesados sobre la convulsa época política que comenzó con la muerte de Franco.

 Ni el PCE fue legalizado por la muestra de contención en las calles tras el atentado de la ultraderecha contra los abogados de Atocha, ni el Senado se configuró como una Cámara territorial, ni la ciudadanía pudo elegir la institucionalidad del nuevo régimen que acababa de nacer. Y todo eso lo sabía Stabler, el diplomático estadounidense que informaba del más mínimo movimiento en la política y la sociedad española a su jefe directo en Washington, el recientemente fallecido Henry Kissinger.

 Uno de los principales mitos que el exhaustivo estudio de Urdánoz echa por tierra es la legalización del Partido Comunista de España (PCE) y los entresijos que la permitieron. “Siempre se nos ha contado que la demostración de orden en el funeral de los abogados laboralistas asesinados en Atocha en enero de 1977 aupó al partido a la legalidad. La versión oficial nos dice que Adolfo Suárez, impresionado por esa contención de los comunistas, los ve como gente de fiar y los legaliza”, comenta el autor.

 La decisión de legalizar al PCE ya estaba tomada

 En cambio, los cables que revelan las conversaciones entre Stabler y Suárez, presidente del Gobierno en aquel entonces, afirman que eso no es cierto. “Aunque nos han inculcado esa versión por tierra, mar y aire, unos diez días antes de los asesinatos Suárez ya pidió permiso al embajador para legalizar al PCE”, explica Urdánoz. En un primer momento, la respuesta por parte del estadounidense fue tan diplomática que el político español le pidió que hablara de forma franca: “El embajador terminó diciéndole que entendía las particularidades que aconsejaban legalizar al PCE, por lo que Suárez tenía ya la decisión tomada antes de los atentados de la calle Atocha”.

 Urdánoz considera que la legalización del PCE estuvo mucho más relacionada con su presencia en los centros de trabajo que con cualquier muestra de contención o madurez

 De esta forma, aunque la reacción popular y el apoyo que los comunistas recibieron en las calles tras la masacre de Atocha ayudaron a Suárez de cara a la opinión pública, no puede considerarse el motivo por el cual los legaliza. Según Urdánoz, “hemos recibido una historiografía que encajaba muy bien en la visión idealizada de la Transición, tanto para la derecha y el tardofranquismo como para el marco mental de la izquierda”.

 Desde su punto de vista, “no es que unos engañaran a otros, es que todos nos hemos autoengañado, en cierta forma, porque era un marco muy cómodo en el que estar”. Tras conocer los cables del espía de Kissinger, Urdánoz considera que la legalización del PCE estuvo mucho más relacionada con su presencia en los centros de trabajo que con cualquier muestra de contención o madurez.

 El Senado, una bala en la recámara institucional

 El segundo de los elementos que la investigación ayuda a desmitificar fue el sistema de elección de las cámaras legislativas en España. “Que tengamos un parlamento bicameral se debe al diseño concebido por Fraga a finales de 1975, algo que se mantiene hasta el momento constitucional y al que nunca nadie ha planteado una alternativa”, introduce.

 En este sentido, una curiosidad saltó a la vista de Urdánoz a medida que leía los cables del embajador: “Aunque el Senado inicialmente aparece como una cámara de representación territorial, no lo es en absoluto. Siempre estuvo pensada como una cámara de protección de las élites de la dictadura”, señala. Él lo denomina en su libro “una bala en la recámara institucional”, gracias a la cual el poder constituido en la dictadura siguió manteniendo el control de la situación mediante una “cámara de bloqueo”, como también denomina al Senado.

 Debido a la información que se desvela de los cables de Stabler, ahora podemos saber que el estadounidense conoció casi mes a mes los planes para establecer el sistema legislativo español. “En todo momento él supo que el Senado sería una cámara para la vieja élite”, comenta. Lo más que pudo conseguir la oposición con el Senado fue vaciarlo casi de poder.

 Un sistema proporcional contra Fraga

 En cuanto al Congreso de los Diputados, la cuestión radica en que siempre se ha contado como la primera Cámara en España elegida mediante sistema proporcional y no mayoritario. “Se nos ha dicho que Suárez cedió la proporcionalidad porque la oposición democrática se lo exigía para que entraran en el juego democrático, pero en los cables de Stabler queda claro que no existe tal transacción ni nada similar”, cuenta Urdánoz.

 El Senado actuaría como una cámara de bloqueo para evitar cualquier reforma constitucional que no fuera vista con buenos ojos por los herederos del franquismo

 En el momento de plantear la proporcionalidad en el Congreso de los Diputados, la oposición ni siquiera había empezado a negociar, arguye el ensayista. A ojos del investigador, lo que realmente motiva a Suárez a establecer ese sistema es protegerse frente a Fraga, que lideraba Alianza Popular, que estaba fuera del gobierno y a quien las encuestas daban como claro ganador de las siguientes elecciones.

 La relectura de las conversaciones entre el embajador estadounidense y los diferentes líderes políticos durante la Transición española arroja una clara conclusión sobre la Cámara Alta. A pesar de que el Senado está supeditado al Congreso, a la hora de modificar la Constitución actuaría como una cámara de bloqueo para evitar cualquier reforma que no fuera vista con buenos ojos por los herederos del franquismo.

 Para verlo con mayor claridad, el filósofo ilustra esta realidad atendiendo a la actualidad en el Congreso de los Diputados, donde hay mayoría progresista junto con los grupos nacionalistas, y el Senado, donde goza de mayoría absoluta el PP. Tal y como resume, “el Senado no se ideó para representar a los territorios, sino para beneficio de la clase política de la dictadura y eso, en 40 años, se ha convertido en un sesgo muy claro y favorable hacia el PP”.

 Dar la vuelta a los votos

 El tercer elemento que Urdánoz aborda en su corto pero ameno y esclarecedor libro está íntimamente relacionado con la institucionalidad en España, lo que remite a las Cortes Constitutivas elegidas en 1977. Si uno atiende a los datos, a los votos sin filtrar por el sistema electoral, se puede comprobar que la entonces oposición democrática obtuvo el 55% de los respaldos. En el Senado ocurrió algo parecido, aunque más acentuado. Los progresistas se hicieron con el 60% de los apoyos, y el centro derecha de Suárez y la rama más profranquista de la política se quedaron con el 40% restante.

 En cambio, el sistema electoral aprobado por los franquistas en la Ley de Reforma Política provocó que las mayorías estuvieran trucadas en los resultados de 1977. “Las mayorías están cambiadas, y es con esos representantes con los que se aprueba la Constitución”, apunta Urdánoz. En este punto, el investigador pone el acento en que la mayoría del arco parlamentario quería caminar hacia una democracia, aunque nunca especifiquen a qué tipo de democracia se refieren.

 “Eso nunca lo pusieron en duda, tenía que ser monárquica, no había alternativa posible. Y la planteaban muy centralizada, algo que después cambió gracias a las movilizaciones populares”, agrega el ensayista. En este sentido, las decisiones trascendentales en toda democracia, tales como si la jefatura del Estado recaería en una monarquía o en una república, si el sistema electoral sería representativo o mayoritario, o si sería una democracia centralista o descentralizada, ya estaban tomadas antes de que la ciudadanía pudiera elegir hacia dónde encaminarse.

 Stabler describe a la monarquía como uno de los mayores aliados de Estados Unidos

 En sus telegramas, Stabler describe a la monarquía como uno de los mayores aliados de Estados Unidos. “La intenta beneficiar, sin lugar a dudas. En sus cables, el embajador elogia al rey y presta su apoyo al proceso. Por su parte, la Casa Real cuenta todos sus planes al embajador porque tenían la necesidad de complacerle y agradarle”, incide Urdánoz, quien afirma que con quien mejor relación tenía Stabler era con el rey Juan Carlos y con Adolfo Suárez.

 Al autor de esta obra le sorprende la escasa trascendencia que ha tenido la desclasificación de estos cables por parte de Estados Unidos. El profesor de la Universidad Pública de Navarra ha analizado miles de ellos, enviados entre 1973 y 1979, aunque se ha centrado en los correspondientes al periodo 1976-1978. El autor invita a otros historiadores a indagar en esta información que precisa de mucho tiempo y capital humano para ser desgranada. “La web está en abierto. Cualquier persona puede acceder a los cables, y ojalá este pequeño libro sirva de acicate para los demás investigadores”.

 

 https://ctxt.es/es/20240601/Politica/46753/wells-stabler-pce-jorge-urdanoz-transicion-espias.htm#md=modulo-portada-bloque:4col-t2;mm=mobile-medium

 

 

 

 

 

jueves, 20 de junio de 2024

Los cinco explosivos secretos de Von der Leyen

                                                                                  


 Los cinco explosivos secretos de Von der Leyen


El corresponsal del berlinés Die Tageszeitung en Bruselas, Eric Bonse, raro caso de periodista independiente de un diario del establishment alemán, resume aquí los cinco sucios secretos de la nefasta presidenta de la Comisión Europea.

 Autor: Eric Bonse

 Siendo una de las principales candidatas de la CDU (derecha alemana), la líder de la UE, Von der Leyen, arrastra unos cuantos asuntos desagradables que podrían estallar en cualquier momento. «Follow the Money»  Five secret files Ursula von der Leyen’s Commission does not want you to see – Follow the Money – Platform for investigative journalism (ftm.eu)   ha rastreado cinco de ellos.

 La página web enumera cinco casos en los que la Comisión de la UE se niega a facilitar información. Por eso apenas se lee ni se oye hablar de ellos en los medios de comunicación. Aquí están:

 1- El asunto SMS-Pfizer. Se trata de vacunas por valor de miles de millones que von der Leyen habría encargado al jefe de Pfizer, Bourla, por SMS. Hay varios procedimientos judiciales en curso, y la Fiscalía Europea también está investigando.

 2- El asunto Pegasus. Se trata de un programa informático de espionaje llamado Pegasus, que también se habría utilizado para espiar a eurodiputados. Al parecer, Polonia, España y Grecia están implicadas, pero la Comisión Europea lo mantiene todo en secreto.

 3- Actas secretas de las reuniones de la Comisión. Algunos documentos se guardan bajo llave durante 30 años, a pesar del interés público. Porque hubo varios casos en los que los Comisarios de la UE chocaron con von der Leyen.

 4- Los viajes de lujo del Comisario de la UE Schinas. Entre otras cosas, el griego estuvo de invitado en Qatar, país implicado en un asunto de corrupción en el Parlamento de la UE que aún no se ha resuelto («Qatargate»). Sin embargo, no quiere revelar sus viajes y los costes de los mismos. Vonder Leyen le cubre.

 5- El uso de los miles de millones de la UE del fondo de recuperación de la pandemia. La Comisión de la UE se niega a facilitar información sobre las condiciones que impone a los Estados de la UE para el desembolso, y sobre el uso del dinero. Decenas de miles de millones de euros están en juego.

Todos los detalles en la web «Follow the money».

 P.S. Según informan los medios belgas, von der Leyen y Bourla tendrán que responder ante un tribunal de Lieja el 17 de mayo por el caso «Pfizergate». Hungría y Polonia habrían sido admitidas como demandantes conjuntas.

 El escrito de demanda consta de 1.800 páginas, informa «Pan». Pfizergate : Ursula von der Leyen devant la justice belge le 17 mai (volet 6) – Pan.be

 (Publicado en el blog Lost in Europe. Von der Leyens fünf brisante Geheimnisse – Lost in EUrope )

 

https://rafaelpoch.com/2024/05/04/los-cinco-explosivos-secretos-de-von-der-leyen/

miércoles, 19 de junio de 2024

La derrota de Occidente

 

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El desmoronamiento de Occidente

 

Por Fernando G. Jaén Coll 


| 19/06/2024 |   

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El antropólogo, historiador y demógrafo Emmanuel Todd, ha publicado un sugerente libro: La Derrota de Occidente (Ediciones Akal, S. A., 2024. Título original La Défaite de l’Occident, Éditions Gallimard, París, 2024. Escrito con la colaboración de Baptiste Touverey). Versa sobre la inevitable derrota de Estados Unidos y sus países vasallos en Ucrania, dada su incapacidad para comprender la evolución del mundo y particularmente de Rusia, y hay que decir que a resultas de la cumbre celebrada en Suiza buscando pretendidamente la paz sin la presencia de Rusia, no nos cabe duda de la desorientación de ese Occidente amplio dirigido por los estados Unidos, que intenta camuflarse utilizando a otros países e instituciones como la OTAN, a la que ahora se le hace plantear cuántas cabezas nucleares deben activarse, en lugar de decirlo abiertamente el Pentágono.

La novedad del enfoque que utiliza Todd y adónde apunta, que intenta llegar a los fundamentos del poder (p. 223), hace que ensanche los horizontes de búsqueda de las causas más allá de las concreciones geopolíticas y económicas habituales. Mis artículos sobre el enfrentamiento entre Rusia y Estados Unidos en Ucrania, publicados en Rebelión.org, (véanse en https://rebelion.org/autor/fernando-g-jaen-coll/ y https://rebelion.org/autor/fernando-g-jaen-2/), que tratan diversos aspectos en momentos diferentes, son complementarios y todos válidos hasta la fecha, pero no son óbice para que me seduzca adentrarme en las causas remotas o causas últimas que Todd lanza a la palestra en este interesante libro, en el que pone a la religión en el centro de su modelo (p. 120)

Las herramientas conceptuales que utiliza Todd provienen de disciplinas conocidas: la antropología, la demografía y la historia, que le permiten un análisis de “tiempo largo” con conclusiones aplicables al “tiempo corto”. Las interrelacionándolas para dar fundamento a sus opiniones, que él considera científicas (en el marco de lo que se considera en las ciencias sociales), si bien no las articula en forma de tratado sistemático sino de ensayo que, al decir de Ortega y Gasset, viene a ser la ciencia sin la prueba, pero utilizando indicadores y razonamientos contundentes. Religión, mortalidad, educación y dinero recorren el libro, aplicados a los diversos países que están involucrados: Rusia, Estados Unidos, China, Alemania, Reino Unido, Francia, los países escandinavos y los bálticos, pero también la India, Irán o Sudáfrica, por su relevancia individual o por sus interacciones en aglutinadores institucionales (el ascenso de los BRICS, las adhesiones a la OTAN, por ejemplo).

El trasfondo es el agotamiento de las religiones entre quienes han dominado el mundo, que han eliminado una componente moral que incidía en su comportamiento racional y en la aglutinación de sus pueblos. Siguiendo la estela de Max Weber, analiza en qué se han convertido el protestantismo y el catolicismo, que habiendo pasado de su etapa activa a la etapa “zombi” (así la califica él, refiriéndose a la que todavía mantiene los ritos principales entre la población, pero sin asistir ya a la iglesia), se ha instalado en la etapa “cero” y ha desnortado a el juicio de los pueblos y de los dirigentes frente a un mundo que ha cambiado desde el desmembramiento de la URSS (Unión de Repúblicas Socialistas Soviéticas).; ahora, nos dice el autor, las decisiones de los Estados Unidos no son morales o racionales (p. 267) esto es lo que Putin y el Kremlin están manifestando una y otra vez desde su Operación Militar Especial. El análisis racional, realista desde el punto de vista geopolítico, conduciría a un rápido final de la intervención de Rusia en Ucrania, ahorrando muchas vidas, pero el enfoque absurdo, reflejado claramente en el condicionante impuesto a Ucrania: “hasta el último ucraniano”, conduce, como ha dicho un importante militar chino, a la absurda situación de hacer una guerra para no lograr nada para su población, que habrá desaparecido. Esto hace aflorar el concepto “nihilismo”, que el autor sitúa como causa de la derrota: “La existencia de un componente nihilista en Estados Unidos y de otro en Ucrania, de distinta naturaleza, excluye a priori una interpretación racional de la Historia. Nuestro único consuelo será ver cómo la fusión de los dos nihilismos, el estadounidense y el ucraniano, conduce a una derrota, revancha última de la razón en la Historia.” (p. 268)

La riqueza de asuntos y de análisis sintéticos de diversos países, empezando por Rusia (capítulo en el que se apoya en el magnífico libro de David Teutrie, RUSSIE. Le retour de la puissance (Armand Colin, marca de Dunod Éditeur, 2021), del que publiqué mi reseña en SYN@PSIS N. º 104 Agosto de 2022), y acabando con Estados Unidos, poniendo las informaciones de actualidad (las sanciones, la rusofobia, la tecnología, la industria, etc.) en el marco conceptual general que maneja, considerando algunos indicadores determinantes del declive de las potencias mundiales, nos permite situarnos del lado de la razón antes que del lado del juicio sentimental aquiescente y superficial.

Dr. Fernando G. Jaén Coll. Profesor Titular del Departamento de Economía y Empresa de la Universidad de Vic-Universidad Central de Cataluña.

https://rebelion.org/el-desmoronamiento-de-occidente/



sábado, 15 de junio de 2024

Implosión del orden económico liberal.

 El orden económico liberal se está desmoronando.

18 mayo, 2024  

Alvaro Garcia Linera

La retórica de la “eficiente asignación de recursos del mercado” ya solo queda para los incautos y, ante lo inevitable, el FMI hace sugerencias para unas “eficientes” subvenciones que no “agraven” aún más la geofragmentación

Continúan los lamentos del prestigioso semanario económico conservador The Economist. La edición del 9 de mayo, le dedica investigación, tinta y abundante frustración para comprobar, lo que califican, como el “lento desmoronamiento del orden internacional liberal” que predominó durante 40 años

El rosario de quejas se inicia con la parálisis de la Organización Mundial del Comercio (OMC), considerada hasta hace poco como la portaestandarte y guardián del globalismo mercantil.

Desde hace 5 años, deliberadamente han quedado acéfalas las representaciones de las grandes potencias, dejando al “libre” albedrío de los gobiernos el rechazo a la apertura de sus mercados.

En las siguientes páginas The Economist desmenuza la sucesión de “desglobalizaciones” que han proliferado en el mundo, comenzando por la guerra de aranceles, no solo entre China y EU, sino ahora también, entre la Unión Europea (Ue) y China que, vaticinan, habrá de recrudecer en los siguientes meses.

La UE está a punto de imponer elevados aranceles para impedir la presencia arrasadora de los automóviles eléctricos chinos, que son más eficientes y baratos que los de la pesada industria europea. Por su parte, el gobierno del Reino Unido acaba de impedir que empresarios chinos compren una fábrica de chips y, tragándose la retórica del libre mercado, han decidido, por “seguridad nacional”, vendérsela a inversionistas norteamericanos, claramente menos competitivos.

Por si fuera poco, el candidato Trump, que amenaza a los estadounidenses con un “baño de sangre” si no gana las elecciones, ha anunciado que subirá los aranceles a los productos chinos, del 25 al 60%. Para no quedarse atrás, Biden acaba de subir al 100% los impuestos a la importación de autos chinos. La libertad de comercio ya no arrastra votos. Hoy lo hace el “made in EU”.

Al “indignante” incremento mundial de regímenes de regulación y control estatal de las inversiones extranjeras, The Economist incorpora, con sobria resignación, los reveladores gráficos del declive del comercio mundial, de la retracción de los capitales transfronterizos e incluso del comercio de servicios.

Abatido ante este derrumbe del orden global liberal, el semanario enumera otras dos medidas de esta inevitable catástrofe: la primera, la acelerada divergencia de precios de los mismos bienes en países diferentes.

La añorada utopía de un mercado único planetario con un precio estampilla, queda aplastada por la realidad de un mundo fragmentado por mercados regionalizados y lealtades geopolíticas en la que cada país impone políticamente la diferencia de precios.

 Y la segunda, el reverdecer de “políticas industriales”, esto es, subsidios estatales para crear empresas, privadas o estatales, en suelo patrio a fin de garantizar “soberanía” y “autonomía” nacional en esos rubros.

 Curiosamente, y a propósito de esta “tragedia” del ascenso del “nacionalismo económico” el FMI ha publicado la investigación “The return of industrial policy in data 2024”.

 Parece que la retórica de la “eficiente asignación de recursos del mercado” ya solo queda para los incautos y, ante lo inevitable, el FMI hace sugerencias para unas “eficientes” subvenciones que no “agraven” aún más la geo fragmentación.

 Enumera que, mientras en el año 1990, las acciones de política industrial no llegaban ni a 70, y eran solo en países periféricos, el 2023, se han producido más de 2.500 intervenciones de políticas industriales en el mundo que, esta es una joyita lingüística del FMI, “discriminan” intereses extranjeros.

 Y lo peor, es que estas medidas no las encabezan países marginales, engullidos por populismos desenfrenados, sino los baluartes del capitalismo moderno: EU, Europa y China, que ahora compiten en subsidios con las llamadas “economías emergentes”.

 Al final, el FMI se inclina por un tipo de orden global híbrido en el que el proteccionismo y las subvenciones selectivas en la industria se combinen con liberalizaciones de la relación salarial y de la inversión extranjera “amiga”.

 Pero no solo las grandes instituciones económicas defensoras del antiguo orden global liberal constatan su lenta fosilización, sino que son también las elites políticas occidentales las que salen a justificar esta nueva oleada soberanista.

 No ha sido un comunista “trasnochado” quien ha arrojado al “infierno” el libre comercio, sino el presidente Biden en su discurso ante los sindicalistas norteamericanos en Springfield, el 25 de enero del 2023.

 Y ha sido el mismísimo Jake Sullivan, Consejero de Seguridad Nacional de EU, que recibió al presidente electo de Argentina Milei en visita a Estado Unidos en noviembre del 2023, el que semanas antes había expuesto la “estrategia industrial estadounidense” para garantizar su “seguridad nacional”.

 Tengo curiosidad de saber qué habrá hecho Milei, con sus acartonadas frases paleolibertarias aprendidas de Murray Rothbard, al chocarse con el ferviente defensor de un “patio pequeño y valla alta”, es decir, proteccionista, para las tecnologías estratégicas estadounidenses en las áreas de inteligencia artificial, microprocesadores, computación cuántica y las llamadas energías verdes.

 Para no quedar muy cortos ante la historia, los políticos europeos, fervientes defensores del liberalismo económico, ahora también están mudando de ropaje y asumiendo el alegato soberanista.

 Se trata de un travestismo ideológico obligado por la inferiorizacion económica frente a China. En un extenso discurso pronunciado el 25 de abril en La Sorbona, el presidente francés Macron, ha expuesto de manera sistemática el fin del orden globalista y el regreso a la política de las fronteras para que la vieja Europa “no muera”.

 En palabras solemnes, la Europa que “compraba su energía y sus fertilizantes a Rusia, tenía su producción en China y delegaba su seguridad en Estados Unidos ha terminado”.

 Hay que abandonar la “ingenuidad” de las políticas comerciales de fronteras abiertas ya que “las dos principales potencias internacionales han decidido dejar de respetar las reglas del comercio”, sentencia Macron.

Y para que Europa no muera, propone que hay que “ser soberanos”. Para ello, hay que aumentar “la capacidad de defensa” europea, incluida la atómica y el despliegue de “una economía de guerra” para el rearme. Como ya lo había adelantado el secretario general de la OTAN, J. Stoltelberg, los mercados no traen la armonía; solo “las armas son el camino a la paz”.

 Paralelamente, argumenta Macron, se debe impulsar una política industrial “made in Europa”. Esta mala palabra hace 7 años, cobra hoy protagonismo estratégico para el presidente francés.

 Y lo hace de la mano de la defensa de las “subvenciones” a empresas estratégicas, la “derogación de la libre competencia” en sectores productivos claves. Ante productos extranjeros más baratos, “hay que proteger a nuestros productores” y no “ceder ante la desindustrialización”, aseveró Macron en La Sorbona.

 Para rematar este arrebato de proteccionismo iliberal, propone proteger aún más a los agricultores europeos de la “desleal” competencia externa y un “golpe de inversión pública” que dinamice la economía continental. ¿Y el déficit fiscal?, no es problema para él.

 Hay que subir los impuestos, comenta Macron ante la mirada horrorizada de los defensores del libre comercio. “Impuestos fronterizos” a las importaciones, “impuestos a las transacciones financieras”, “impuestos a las multinacionales”.

 Ni la CEPAL anteriormente dirigida por Alicia Bárcenas lo habría dicho mejor. Y si hay dudas de este revival del nacionalismo económico, Macron se encarga de disiparlas anunciando el control de inversiones “no-europeas” en sectores sensibles. Con razón el The Economist se ahoga en un mar de lágrimas ante el irreversible derrumbe del viejo orden global.

 Ciertamente no es un regreso a los tiempos del norteamericano New Deal de Roosevelt, ni a la quinta república de Charles de Gaulle; pero claramente es el globalismo neoliberal que cede su paso a un modelo anfibio de soberanismos regionales, liberalismos selectivos y oleadas de subvenciones y déficits fiscales elevados.

 Sin embargo, nunca faltan en el teatro político, los anacrónicos, como los Milei y los mileis andinos, que evocan a un “occidente” globalista y de libre mercado que ya solo existe en la insignificancia de su furiosa retórica.

 Son los melancólicos esperpentos de una curiosidad colonial, que pretenden llevar a sus países a una economía de enclave o dual: un paraíso para un puñado de empresas extractivistas de materias primas de exportación, en medio de un mar de servicios precarizados.

 Se trata de exóticos fósiles tratados con indulgente conmiseración por un “occidente” hoy cada vez más soberanista y proteccionista, que se distrae con sus agraciados malabarismos discursivos vintage, a modo de rancio recuerdo de los dorados años de un globalismo extinto.

  https://observatoriocrisis.com/2024/05/18/gracia-linera-el-orden-economico-liberal-se-esta-desmoronando/  

Nota del blog .- Viendo  hoy la declaración final del G7(1)  en Italia este articulo de Linera era bien profético ..en donde las  amenazas China se ven mas  que su  fuerza su gran debilidad.

 Hace una semana fue el Foro Económico Internacional de San Petersburgo y se reunieron 139 países  apoyando a Rusia y marcando su futuro desde los  BRICS  a los de Shanghái  y otros , con su  propio  banco mundial dirigido por expresidenta  brasileña Dilma .  .

(1) https://www.eldiario.es/internacional/g7-amenaza-china-e-iran-acciones-importantes-si-siguen-apoyando-rusia-frente-ucrania_1_11450827.html


miércoles, 12 de junio de 2024

La OTAN reescribe la historia del día “D” .

 La OTAN reescribe la historia del día “D”

11 junio, 2024  

Thierry Meyssan

 Acabamos de ver una gran operación de reescritura de la Historia tendiente a manipular a la opinión pública para justificar la innegable agresividad de la OTAN contra Rusia. Una visión falsificada del desembarco del 6 de junio de 1944 ha tenido como resultado la conmemoración de acontecimientos que simplemente no ocurrieron de la manera como nos han sido presentados.

 Según los organizadores de la conmemoración –léase, según la OTAN, la “compañía” que trajo a la mayoría de los comparsas que participaron en esta farsa, incluyendo a jefes de Estado y de gobierno– los Aliados estaban unidos en la lucha contra el nazismo y la defensa de la libertad.

 Pero el desembarco anglosajón en Normandía no tuvo como objetivo liberar a los franceses sino sustituir la ocupación nazi imponiendo a Francia el Allied Military Government of Occupied Territories (AMGOT), o sea el “Gobierno Militar Aliado de los Territorios Ocupados”.

 Aunque el gobierno británico aceptó la presencia en Londres del general Charles de Gaulle y de sus “franceses libres”, el gobierno de Estados Unidos nunca reconoció al general como líder de la resistencia francesa contra la ocupación nazi. En Washington incluso se mantuvo una embajada del régimen colaboracionista de Vichy hasta el 24 de abril de 1942 –o sea hasta 4 meses después de la entrada en guerra de Estados Unidos.

 Después, el 22 de noviembre de 1942, el gobierno de Estados Unidos negoció un acuerdo con el almirante Francois Darlan, representante del régimen colaboracionista de Vichy. Según aquel acuerdo, había que impedir la presencia del general de Gaulle en el norte de África y Darlan –en nombre del mariscal colaboracionista francés Philippe Petain– transferiría a Estados Unidos la autoridad colonial de Francia al final de la guerra.

 Los anglosajones ya habían impuesto el AMGOT a Italia y habían intentado instalarlo también en los territorios coloniales de Francia en el norte de África, mientras se disponían a extenderlo a Noruega, los Países Bajos, Luxemburgo, Bélgica y Dinamarca. Con ese objetivo formaban administradores civiles en Charlottesville y en Yale.

 Informado sobre lo que los anglosajones estaban preparando, Charles de Gaulle regresa de Argel a Londres. Tres días antes del desembarco, el 3 de junio de 1944, de Gaulle convierte el Comité Francés de Liberación Nacional (CFLN), que él mismo presidía, en un Gobierno Provisional de la República Francesa (GPRF), sostiene una dura disputa con el primer ministro británico Winston Churchill y se niega a grabar el discurso que los anglosajones habían escrito para él –cuyo texto presentaba la visión anglosajona del desembarco.

 El general de Gaulle se niega también a enviar con las tropas del desembarco 120 oficiales de enlace que debían garantizar el contacto con los combatientes de la resistencia francesa en el terreno (las Fuerzas de la Francia Libre o FFL).

 De Gaulle rechaza al mismo tiempo el esquema anglosajón para la creación de la Organización de las Naciones Unidas (ONU), que instituiría un directorio británico-estadounidense sobre el resto del mundo [1]. Aquel proyecto resurgiría en 1950 –con la guerra de Corea–, en 1991 –con la Operación “Tormenta del Desierto”– y en 2001 –con los atentados del 11 de septiembre en Estados Unidos.

 Finalmente, justo antes del desembarco en Normandía, Charles de Gaulle acepta grabar un breve mensaje de tibio apoyo al desembarco, pero no al AMGOT, y reduce a 20 el envío de oficiales de enlace. También logrará hacer fracasar el proyecto anglosajón para la ONU [2].

 En sus Memorias de guerra, Charles de Gaulle escribe:

 «El presidente [Roosevelt], en efecto, mantenía, de mes en mes, encima de la mesa el documento [la proposición de acuerdo entre el Comité Francés de Liberación Nacional (CFLN) y los Aliados para la Liberación de Francia]. Mientras tanto, en Estados Unidos, se montaba un “Allied Military Government” (AMGOT), destinado a encargarse de administrar Francia. Veíamos afluir a esa organización todo tipo de teóricos, técnicos, hombres de negocios, propagandistas o bien franceses de ayer convertidos en ciudadanos yanquis.

 Los trámites que [Jean] Monet y [Henri] Hoppenot creían tener que hacer en Washington, las observaciones que el gobierno británico dirigía a Estados Unidos, las demandas insistentes que Eisenhower enviaba a la Casa Blanca, no aportaban ningún cambio. Como era necesario, sin embargo, llegar finalmente a algún texto, Roosevelt se decidió, en abril, a impartir a Eisenhower instrucciones según las cuales sería el Comandante Supremo quien ostentaría el poder supremo en Francia. Como Comandante Supremo [Eisenhower] tendría que escoger él mismo las autoridades francesas que colaborarían con él. Pronto supimos que Eisenhower suplicaba al presidente que no pusiera sobre sus espaldas aquella responsabilidad política y que los ingleses desaprobaban un procedimiento tan arbitrario. Pero Roosevelt, modificando sólo un poco aquellas instrucciones, mantuvo lo esencial.

 En realidad, las intenciones del presidente me parecían de la misma naturaleza que los sueños de Alicia en el país de las maravillas. Roosevelt ya se había arriesgado en el norte de África, en condiciones mucho más favorables a sus deseos, a una empresa política análoga a la que meditaba para Francia. Pero nada quedaba de aquel intento. Mi gobierno ejercía, en Córcega, en Argelia, en Marruecos, en Túnez, en el África negra, una autoridad total. Los personajes con quienes Washington podía contar para poner obstáculos a aquella autoridad habían desaparecido de la escena.

 Nadie se ocupaba del acuerdo Darlan-Clark [el traspaso de los poderes del imperio colonial francés a Estados Unidos], que el Comité de Liberación Nacional consideraba carente de valor legal, acuerdo sobre el cual yo había declarado claramente, desde la tribuna de la Asamblea Consultativa, que, para Francia, no existía. Que el fracaso de su política en África no pusiese fin a las ilusiones de Roosevelt era algo que yo deploraba, por él y por nuestras relaciones. Pero yo estaba seguro de que su proyecto, de haber sido aceptado por la Metrópoli, ni siquiera hubiese podido comenzar a aplicarse. En Francia, los Aliados sólo hubiesen podido reunirse con los ministros y funcionarios que yo habría instaurado. No hubiesen encontrado más tropas francesas que aquellas que me tenían por jefe. Sin vanidad alguna, yo podía retar a Eisenhower a tener una relación que valiera la pena con alguien que no hubiese sido designado por mí. Además, ni él mismo se planteaba tal cosa.»

 En definitiva, entre los 30 000 soldados que participaron en el desembarco del 6 de junio de 1944 hubo sólo 177 franceses (los infantes de marina del capitán Kieffer). No fue hasta el 1º de agosto que los 20 000 hombres de la 2ª división blindada (la 2ª DB), del general Philippe Leclerc de Hauteclocque, desembarcaron en Normandía, entre Sainte-Marie-du-Mont y Quineville, punto que los Aliados denominaban Utah Beach. Aquella fuerza avanzó a toda marcha hacia París, que se sublevó y se liberó.

 El juramento de los soldados “ucranianos” durante la Segunda Guerra Mundial

 “Fiel hijo de mi Patria, me uno voluntariamente a las filas del Ejército de Liberación Ucraniano y, con alegría juro que combatiré fielmente el bolchevismo por el honor del pueblo. Esa lucha la libramos junto a Alemania y sus aliados contra un enemigo común. Con fidelidad y sumisión incondicional, creo en Adolf Hitler como dirigente y comandante supremo del Ejército de Liberación. En todo momento, estoy dispuesto a dar mi vida por la verdad.”

 LA MEZCOLANZA CON LA GUERRA EN UCRANIA

 El presidente estadounidense Joe Biden y su maestro de ceremonias, el presidente francés Emmanuel Macron, trataron de aprovechar la conmemoración de su versión falsificada del desembarco para inventar un increíble paralelismo con su presentación –igualmente falsificada– de la actual guerra en Ucrania.

 Para que las cosas estén bien claras, Rusia no fue invitada a la celebración del desembarco aliado. En cambio, el ejército de los ucranianos que lucharon del lado de los nazis sí fue invitado. Joe Biden y Emmanuel Macron presentaron a Estados Unidos como el ganador de la Segunda Guerra Mundial, a pesar de que fue la Unión Soviética quien tomó Berlín y venció al III Reich. Joe Biden y Emmanuel Macron ignoraron el sacrificio de 27 millones de soldados soviéticos. Pero concentraron su versión en los 292 000 soldados estadounidenses muertos –que además murieron principalmente luchando contra Japón… después de la derrota de los nazis. Se trata de dos esfuerzos de guerra absolutamente incomparables.

 De paso, Joe Biden y Emmanuel Macron recordaron el asesinato de 6 millones de judíos perpetrado por los nazis, ya sea durante la llamada «Shoa a balazos» como, a partir de 1942, en los campos de concentración. Pero nada dijeron sobre los 18 millones de civiles eslavos soviéticos –no contabilizados entre los 27 millones de soldados soviéticos muertos antes mencionados– igualmente considerados como «sub-hombres» y designados objetivos principales del proyecto nazi de exterminio. Tampoco dijeron ni una palabra sobre todos los demás pueblos designados por los nazis como objetivos de sus planes de exterminio, como otras poblaciones eslavas y los gitanos.

 Dirigiéndose a Volodimir Zelenski, el presidente estadounidense Joe Biden declaró: «Ucrania está siendo invadida por un tirano y nunca la abandonaremos (…) No podemos renunciar ante dictadores, eso es inimaginable (…) Los soldados del Día-D cumplieron con su deber. ¿Cumpliremos nosotros con el nuestro? (…) No debemos perder lo que se hizo aquí.»

 ¿Es necesario recordar que, lejor de ser un «dictador», el presidente ruso, Vladimir Putin, acaba de ser reelecto en marzo con el 88,5% de los votos válidos en una elección que se desarrolló de forma honesta, incluso si, según las potencias occidentales, la campaña electoral dejó poco espacio a la oposición.

 Por el contrario, el mandato presidencial de Volodimir Zelenski expiró el 21 de mayo y Zelenski ha prohibido los 12 partidos políticos opositores [3], alejó del país a su rival –el general Valeri Zalujni– enviándolo como embajador al Reino Unido y no está organizando elecciones. Sólo se mantiene en el poder. En el mejor de los casos, Zelenski podría ser considerado hoy jefe de un gobierno provisional ucraniano, pero ha dejado de ser un “presidente electo”.

 Zelenski dirige ilegalmente las fuerzas armadas de su país, que tienen como principales jefes a una serie de nacionalistas integristas. Esos elementos se presentan públicamente como seguidores del fundador del «nacionalismo integral», Dimitro Dontsov [4], y de su esbirro, el nazi ucraniano Stepan Bandera. Durante la Segunda Guerra Mundial, Dontsov fue administrador del Instituto Reinhard Heydrich, a cargo de la aplicación de la «Solución final» de la cuestión judía y de la cuestión gitana, mientras que Bandera, a la cabeza de la Organización de los Nacionalistas Ucranianos (OUN), liquidó al menos 1,6 millones de ucranianos, principalmente en la región de Donbass y en la Novorrosiya.

 En resumen, fue como continuador de los nazis ucranianos que el ex presidente Volodimir Zelenski participó en esta farsa.

[1] «¿Cuál orden internacional?», por Thierry Meyssan, Red Voltaire, 7 de noviembre de 2023.

 [2] “Revealed: Churchill’s unsent letter that could have changed the course of history”, Daniel Boffey, The Guardian, 31 de mayo de 2024.

 [3] «Kiev prohíbe el último partido de oposición que quedaba en Ucrania», Red Voltaire, 25 de octubre de 2022.

 [4] «¿Quiénes son los nacionalistas integristas ucranianos?», por Thierry Meyssan, Red Voltaire,  

 https://observatoriocrisis.com/2024/06/11/la-otan-reescribe-la-historia-del-dia-d/

 Nota del blog  .

80 años después los nazis vuelven a Normandía y poco a poco se expanden por Europa.* Profesor de la universidad Jaume I

  https://www.lahaine.org/mundo.php/acabamos-de-ver-una-gran

lunes, 10 de junio de 2024

Algo está saliendo mal en Occidente

 Algo está saliendo mal en Occidente

 Alejandro Marcó del Pont

 10/06/2024  

 El asunto más básico no es qué es lo mejor, sino quién debe decidir qué es lo mejor (Thomas Sowell)

 Tres noticias han captado la atención del mundo económico en las últimas semanas, reflejando cambios significativos en la dinámica global. Los últimos datos de la Oficina Europea de Estadística (Eurostat) han evidenciado una disminución en la participación de las economías occidentales en la economía global, fenómeno que podría estar relacionado con las ideas presentadas en el libro «La derrota de Occidente» de Emmanuel Todd. El autor analiza el declive de la hegemonía occidental en el ámbito económico y político mundial. Este descenso acentúa la creciente influencia de las economías emergentes y plantea desafíos estratégicos para las potencias tradicionales de Occidente.

 Paralelamente, Beijing ha advertido que tomará represalias si la Unión Europea sigue adelante con la imposición de nuevos aranceles a los vehículos eléctricos chinos. Esta situación es una muestra más de las tensiones comerciales y del proteccionismo en la economía global. Aunque esta dinámica no es nueva, recalca cómo el capitalismo contemporáneo funciona en una estructura que, aunque se presenta como un mercado libre, en realidad está fuertemente influenciada por economías planificadas y controladas por grandes monopolios respaldados por el Estado. Esta idea está bien desarrollada en el libro «Capitalismo buitre» de Grace Blakeley, que describe cómo las grandes corporaciones y las políticas estatales se entrelazan para controlar el mercado a su favor.

 Por último, el Banco de Reserva de la India ha trasladado más de 100 toneladas de oro desde el Reino Unido a sus bóvedas nacionales. Este movimiento puede interpretarse como el preludio de la nueva moneda respaldada con oro de los BRICS+, si es que se vuelva realidad que estas economías emergentes pueden desafiar el dominio del dólar estadounidense y establecer una alternativa sólida en el sistema financiero global. El traslado de reservas de oro es una señal de la creciente autonomía financiera de los países BRICS y su intención de fortalecer sus posiciones en la economía mundial.

 Estas noticias reflejan un panorama económico global en constante evolución, donde el equilibrio de poder se desplaza y las estrategias de los Estados y las grandes corporaciones adaptan sus tácticas para mantenerse competitivos en un entorno cada vez más complejo y multipolar.

 La publicación de Eurostat mencionada, que incluye estadísticas sobre el peso de la UE en la economía mundial, llama poderosamente la atención, sobre todo por la pérdida de participación tanto de EE.UU. como de la UE. En el año 2000, la economía estadounidense representaba el 20,18% del total de la economía mundial. Era un porcentaje algo menor al de 1980-1990 (en ambos casos, alrededor del 21,5%). Y se intuía que la tendencia seguiría siendo a la baja, ya que, al parecer, los demás lo estaban haciendo mejor, especialmente en Asia. De esta manera, en el año 2023 la cifra había pasado a ser del 15,56%. Un descenso notable del 23%.

 Pero si lo de EE.UU. es llamativo, una mirada a Europa hace que las cosas se vean significativamente peor. En el año 2000, la economía de la UE (en realidad, la suma de los países que ahora forman la UE) suponía el 20,12% de la mundial. En 2023, esa cifra había caído al 14,46%. Lo llamativo es que, en los años 2000, la participación UE era casi la misma que la estadounidense, una especie de empate técnico. Lo más llamativo es que la crisis financiera de 2007-2008 golpeó especialmente a EE.UU. Es decir, no estamos hablando de unos años mágicos de la economía estadounidense, sino más bien al contrario. Pues bien, Europa ni siquiera mantiene ese ritmo y desde 2022 ha acelerado su destrucción. Alemania, la locomotora de la UE, ha pasado de representar el 4,72% del PBI de la economía mundial al 3,15%, una caída del 33%. Italia, del 3,27% al 1,85%, un descenso del 43%.

 Gran parte de esta caída estara relacionada con el alineamiento europeo a EE.UU. Todd da una serie de razones posteriores al 24 de febrero de 2022, cuando Vladimir Putin apareció en las pantallas de televisión de todo el mundo. “La continua expansión de la infraestructura de la Alianza del Atlántico Norte y el desarrollo militar del territorio de Ucrania son inaceptables para nosotros”. Se había cruzado una “línea roja”; no se trataba de permitir que se desarrollara una “anti-Rusia” en Ucrania; era una cuestión, insistió, de autodefensa.

 Entre las sorpresas enumeradas en el libro se encuentra la resistencia económica de Rusia. “Nos habían dicho que las sanciones, en particular la exclusión de los bancos rusos del sistema de intercambio interbancario Swift, pondrían al país de rodillas” y eso no pasó, pero Europa sintió el golpe de la falta de energía y de su costo. También fue sorpresa que Estados Unidos, la potencia militar dominante, manifestara oficialmente en numerosos informes y artículos, en junio de 2023, que la industria militar estadounidense es deficitaria; la superpotencia mundial es incapaz de garantizar el suministro de proyectiles -o de cualquier otra cosa- a su protegido ucraniano.

 La última sorpresa se materializa ahora, en la actualidad y con cualquier indicador a la vista: la derrota de Occidente. Tal afirmación puede resultar sorprendente cuando la guerra aún no ha terminado. Pero esta derrota es una certeza porque Occidente se está destruyendo a sí mismo en lugar de ser atacado por Rusia.

 El juego de castigar el comercio con China, tanto de Europa como de EE.UU., es una muestra de las magnitudes del problema puntualizado con anterioridad. No sólo ha agudizado la guerra de comercialización con China, si no que muestra su dependencia. El “proteccionismo” será la moneda de cambio de Occidente y no la cooperación con China en el futuro cercano.

 El retraso del anuncio de la UE para imponer aranceles demostró que la advertencia de represalias de China ha tenido sus efectos. El 8 de mayo, altos ejecutivos de BMW y Volkswagen advirtieron contra la imposición de derechos de importación de la UE a los vehículos eléctricos chinos. Dijeron que los aranceles adicionales conducirán a represalias por parte de China y alimentarán el proteccionismo en el comercio global. “Podrías pegarte un tiro en el pie muy rápidamente«, dijo el director general de BMW. La fábrica importa Mini EV de fabricación china y el iX3 fabricado en China por BMW para Europa.

 Al igual que sus rivales alemanes, Volkswagen y Mercedes-Benz, BMW está fuertemente vinculado a los ingresos de su negocio en China. Y el país asiático es el segundo mercado más grande de BMW, después de Europa, y representa casi el 32% de las ventas en el primer trimestre. Estas idas y venidas por beneficios queda reflejado en el libro  «Capitalismo buitre» de Grace Blakeley.

 El capitalismo actual, sostiene Blakeley, es en realidad una economía planificada, controlada por grandes monopolios y respaldada por el Estado. Los monopolios planifican estrategias e inversiones en conjunto con los gobiernos; y las pequeñas empresas y los trabajadores deben obedecer: “en realidad, las economías capitalistas existentes son sistemas híbridos, basados ​​en un cuidadoso equilibrio entre mercados y planificación. Esto no es un problema técnico resultante de la implementación incompleta del capitalismo o de su corrupción por parte de una élite malvada y todopoderosa. Así es simplemente como funciona el capitalismo”.  Entiendo que esto significa que los grandes monopolios, las finanzas y el Estado ahora planifican el mundo y evitan el impacto de los altibajos de los mercados (libres o no), que ahora son básicamente irrelevantes.

 Michael Roberts lo deja claro en su blog: “Las grandes empresas pueden, en gran medida, ignorar la presión ejercida por el mercado y, en cambio, actuar para moldear las condiciones del mercado por sí mismas».

Si algo sale mal y hay una crisis, los grandes monopolios y el Estado trabajan juntos para resolverla, con poco impacto para ellos mismos. “Dentro del capitalismo realmente existente –un híbrido de mercados y planificación central– las instituciones más grandes y poderosas de los sectores público y privado pueden trabajar juntas para salvar su propio pellejo. En lugar de soportar las consecuencias de las crisis que han creado, estos actores trasladan los costos de su codicia a aquellos con menos poder: los trabajadores, particularmente aquellos en las partes más pobres del mundo…  así los monopolios se combinan con el Estado para resolver este tipo de crisis. Esta idea, no madura en Argentina, donde una “democracia corporativa” mata al Estado en vez de compartir un papel clave para que éste sea la solución de los problemas de acción colectiva del capital.

 Por otro lado, y en un avance estratégico significativo, el Banco de India trasladó 100 toneladas de oro del Reino Unido a la bóveda de su país, movimiento que no se había realizado desde 1991 y, al parecer, según el periódico The Times of India, podrá efectuarse nuevamente en pocos meses. La pregunta sería ¿cuáles son las razones? La respuesta técnica brindada en principio por las autoridades encierra una parte de la verdad. Quieren un almacenamiento diversificado del oro, una parte queda en custodia en Inglaterra, banco al que se paga por la tenencia y otra parte, en la India, como mecanismo de gestión de reservas.

 En principio se ahorran la tarifa de almacenamiento, pero también es verdad que India, desde el 2018 en adelante, al igual que China y Rusia, están acumulando oro. Esta idea está siendo una estrategia de los bancos centrales para salvaguardar los intereses de cada nación dados los riesgos geopolíticos. En tiempos de incertidumbre, donde las potencias occidentales congelan activos de los países y disponen de sus intereses, tener reservas en los países occidentales no parece una buena medida, mantener activos tangibles en oro dentro de cada país resulta un régimen más conservador y acertado.

 Pero hay en el aire otra mirada teórica relacionada con el movimiento de oro. Es sabido, y confirmado a partir de agosto del 2023, que los BRIC+ quieren lanzar una moneda para competir con el dólar americano. También es conocido que las especulaciones están a la orden del día. Si la moneda será virtual, si era sólo para comercio, si es el renminbi (yuan) y por qué no, qué respaldo tendría. Bueno, lo que se sabe es que al menos tendría un 50% de respaldo en oro, y el resto en una canasta de monedas de los países integrantes del grupo.      

 Se sabe que incluir una nueva moneda no es un tema sencillo, se necesitan otros activos para que los países ahorren en ella, bonos, por ejemplo, y estos bonos necesitan una calificación y en el mundo sólo hay tres calificadoras líderes: son Moody’s, Standard & Poor’s y Fitch Ratings. Por lo tanto, también habría que crear una y confiable, amén de poner el valor del Nuevo Banco de los BRICS+.

 En caso de darse en el mediano plazo, éste será el mayor trastorno en las finanzas internacionales desde 1971. Está apuntando directamente al dólar. Sencillamente, el mundo no está preparado para esta onda de choque geopolítica. Como dijimos parece probable que la nueva moneda BRICS+ esté vinculada al oro. Esto aprovecha las fortalezas de Rusia, China e India miembros del BRICS. Estos países son los que cuentan con mayores reservas de oro del mundo y ocupan el quinto, sexto y octavo lugar, respectivamente, entre las 100 naciones con reservas de dicho metal.

 Muchos creen realmente que la única manera de medir el valor del dólar es sabiendo cuánto cuesta el oro, y esto resolvería cualquier enigma de valoración de la siguiente manera:

 1. La fortaleza del dólar sólo puede medirse adecuadamente en oro.

 2. El oro es dinero, pero también es una mercancía.

 3 Los BRICS son pobres en dólares pero ricos en materias primas.

 Lo cierto es que desde el inicio de la operación rusa a Ucrania, el oro ha subido más de un 30%, todos los compradores y almacenadores de oro se están beneficiando Aun así, el impacto sobre los inversores no terminará cuando se lance la nueva moneda BRICS+. Las implicaciones para el mercado de una nueva moneda agitarán los tipos de cambio y los mercados de capital en los próximos años. Así que el colapso del dólar realmente produciría una inflación más alta y un precio en dólares mucho más alto para el oro. Eso significa que los precios de otras materias primas aumentarán al mismo tiempo. En términos generales, un auge de las materias primas favorece a los BRICS.

 Como se ve, Occidente esta en apuros y haciendo todo al revés de lo que indican los libros. Las elecciones en Europa y en EE.UU. quizás pongan a pensar a sus líderes que las hipótesis barajadas no han salido muy bien. Pérdida de capacidad económica, caída industrial, deterioro del PBI y del poder de compra y la creación de una guerra europea, no son buenos indicadores. 

 

Fuente: https://eltabanoeconomista.wordpress.com/2024/06/09/algo-esta-saliendo-mal-en-occidente/