lunes, 3 de febrero de 2020

La verdad sobre la economía de Trump



   La verdad sobre la economía de Trump

Joseph Stiglitz
Nueva sociedad


En Estados Unidos se está instalando la idea de que será difícil derrotar electoralmente a Donald Trump porque, independientemente de las reservas que los votantes puedan tener sobre él, ha sido bueno para la economía estadounidense. Pero no hay nada más alejado de la verdad.



Ahora que las élites empresariales del mundo viajan a Davos para su reunión anual, es un buen momento para hacernos una pregunta simple: ¿se habrán curado de la fascinación con el presidente estadounidense Donald Trump?

Hace dos años, muy pocos líderes empresariales estaban preocupados por el cambio climático o molestos por la misoginia y el fanatismo de Trump. Pero la mayoría celebraba los recortes de impuestos a multimillonarios y corporaciones, y aguardaba con esperanzas sus iniciativas de desregulación de la economía, que permitirían a las empresas contaminar más el aire, enganchar a más estadounidenses a los opioides, tentar a más niños a comer productos que inducen diabetes y entregarse a tejemanejes financieros como los que provocaron la crisis de 2008.

Hoy muchos directivos de empresas siguen hablando del crecimiento continuado del PIB y de los récords bursátiles. Pero ni el PIB ni el índice Dow Jones son buenos indicadores del desempeño económico: ambos callan en relación con lo que acontece a los niveles de vida de la ciudadanía de a pie, y no dicen ni una palabra sobre sostenibilidad. De hecho, el desempeño económico de Estados Unidos en los últimos cuatro años es el principal argumento contra la confianza en esos indicadores.

Para hacernos una imagen correcta de la salud económica de un país, hay que empezar por mirar la salud de sus ciudadanos. Si son felices y prósperos, tendrán vidas sanas y más largas. Y en este aspecto, Estados Unidos es el país desarrollado con el peor desempeño. La expectativa de vida de los estadounidenses (que ya era relativamente baja) se redujo en cada uno de los dos primeros años de la presidencia de Trump, y en 2017, la tasa de mortalidad en la mediana edad alcanzó su nivel máximo desde la Segunda Guerra Mundial. No sorprende, porque ningún presidente hizo tanto para aumentar la cifra de estadounidenses que no tienen seguro de salud. Millones se han quedado sin cobertura, y en sólo dos años la proporción de estadounidenses sin seguro médico creció del 10,9% al 13,7% .

Una razón de la disminución de la expectativa de vida en Estados Unidos es lo que Anne Case y el premio Nobel de economía Angus Deaton denominan «muertes por desesperación», causadas por el alcohol, la sobredosis de drogas y el suicidio. En 2017 (el año más reciente para el que hay datos confiables), esas muertes fueron casi cuatro veces más que en 1999 .

La única vez que vi algo parecido a estos retrocesos sanitarios (quitando guerras o epidemias) fue cuando siendo economista principal del Banco Mundial hallé que los datos de mortalidad y morbilidad confirmaban lo que sugerían nuestros indicadores económicos en relación con el triste estado de la economía rusa postsoviética.

Tal vez Trump sea un buen presidente para el 1% más rico (y sobre todo, para el 0,1% más rico), pero no lo ha sido para nadie más. De implementarse en su totalidad, la rebaja impositiva de 2017 generará aumentos de impuestos para la mayoría de los hogares en los quintiles de ingresos segundo, tercero y cuarto.

Puesto que los recortes impositivos benefician sobre todo a los ultrarricos y a las corporaciones, no debería sorprender a nadie que entre 2017 y 2018 (también los años más recientes con datos confiables) la mediana del ingreso disponible de las familias estadounidenses se haya mantenido prácticamente igual . Los hogares más ricos también se llevan la parte del león del crecimiento del PIB. La mediana de la remuneración semanal real está apenas 2,6% por encima del nivel que tenía al inicio del gobierno de Trump, y ese aumento no compensa largos períodos anteriores de estancamiento salarial. Por ejemplo, la mediana salarial de un estadounidense varón que trabaja a tiempo completo (y trabajar a tiempo completo ya es tener suerte) sigue siendo más de 3% inferior al valor de hace 40 años . Tampoco hubo mucho avance en la reducción de las disparidades raciales: en el tercer trimestre de 2019, la mediana de remuneración semanal de los varones negros que trabajan a tiempo completo fue menos de tres cuartas partes de esa misma cifra para los varones blancos.

Para colmo de males, el crecimiento habido no ha sido ambientalmente sostenible, y lo es todavía menos gracias a la destrucción, por parte de la administración Trump, de regulaciones que habían pasado por estrictos análisis de costo/beneficio. El resultado será un aire menos respirable, agua menos potable y un planeta más expuesto al cambio climático. De hecho, las pérdidas relacionadas con el cambio climático en Estados Unidos se dispararon, con una cifra de daños materiales que en 2017 llegó a un 1,5% del PIB , más que en cualquier otro país.

Se suponía que las rebajas impositivas alentarían una nueva oleada de inversiones. En vez de eso, generaron un récord histórico de recompras de acciones (unos 800 000 millones de dólares en 2018) por parte de algunas de las empresas estadounidenses más rentables, y llevaron a un déficit récord en tiempos de paz (casi un billón de dólares en el año fiscal 2019) en un país que supuestamente está cerca del pleno empleo. (1) E incluso con la poca inversión que hubo, Estados Unidos tuvo que tomar prestado al extranjero sumas ingentes: los datos más recientes muestran un endeudamiento externo cercano a los 500 000 millones de dólares al año, con un aumento de más del 10% en la posición deudora neta de Estados Unidos en un solo año.

Asimismo, pese a tanta alharaca, las guerras comerciales de Trump no redujeron el déficit comercial de Estados Unidos, que en 2018 fue una cuarta parte más que en 2016. El déficit de 2018 en comercio de bienes fue el más grande de la historia . Incluso con China el déficit comercial creció casi una cuarta parte respecto de 2016. Lo que sí consiguió Estados Unidos es un nuevo tratado comercial para América del Norte, sin las disposiciones en materia de inversión que quería la asociación empresarial Business Roundtable, sin las cláusulas sobre aumento de precios de medicamentos que querían las farmacéuticas y con una mejora de las normas laborales y ambientales. Este acuerdo ligeramente mejorado fue posible porque Trump, el autoproclamado maestro negociador, perdió en casi todos los frentes en las negociaciones con los congresistas demócratas.

Y pese a las cacareadas promesas de Trump de repatriar empleos fabriles a Estados Unidos, la creación de puestos de trabajo en ese sector es menor a la que hubo con su predecesor, Barack Obama, al afianzarse la recuperación post2008, y sigue siendo muy inferior a lo que era antes de la crisis. Incluso el mínimo en 50 años de la tasa de desempleo enmascara una fragilidad económica. La tasa de empleo para hombres y mujeres en edad de trabajar, a pesar de haber aumentado, lo hizo menos que durante la recuperación de tiempos de Obama, y todavía es considerablemente inferior a la de otros países desarrollados. Y la tasa de creación de empleo también es marcadamente menor a la de Obama.

De nuevo, la baja tasa de empleo no sorprende (en particular, porque sin salud no se puede trabajar). Además, las personas que cobran prestaciones por discapacidad, las que están en prisión (la proporción de población carcelaria en Estados Unidos creció a más del séxtuplo desde 1970, y hoy hay unos dos millones de personas tras las rejas) (2)y las que se desalentaron al punto de dejar de buscar empleo activamente no cuentan como «desempleadas»; pero por supuesto, tampoco están empleadas. Tampoco sorprende que un país que no provee guarderías accesibles ni garantiza la licencia familiar tenga menos empleo femenino que otros países desarrollados (más de diez puntos porcentuales menos al ajustar la cifra según la población).

Incluso según el criterio del PIB, la economía de Trump es deficiente. El crecimiento del último trimestre fue sólo 2,1%, mucho menos que el 4%, 5% incluso 6% que prometió Trump, e incluso menos que el 2,4% promedio del segundo mandato de Obama. Es un desempeño notoriamente malo si se tiene en cuenta el estímulo provisto por el billón de dólares de déficit y los bajísimos tipos de interés. No es casualidad, ni cuestión de mala suerte: las características distintivas de Trump son la incertidumbre, la volatilidad y la ambigüedad, mientras que para el crecimiento se necesitan confianza, estabilidad y certeza. Y también igualdad , según el Fondo Monetario Internacional.

Así que además de fallar en asignaturas esenciales como defender la democracia y proteger el planeta, Trump también se merece un «desaprobado» en economía.



Project Syndicate.Traducción: Esteban Flamini

Fuente: https://nuso.org/articulo/la-verdad-sobre-la-economia-de-trump


NOTA DEL BLOG (1).-

Esto solo es   parte  de la  historia , me sorprende  que no cite la pobreza , ( 40 millones ?)ni el numero real  de desocupados  ( ?) ya que  las cifras de paro   es de los que escriben en el y no  de los que del total  que renunciaron  a hacerlo .



La trampa está en que cuando un estadounidense en edad laboral no tiene trabajo, las estadísticas federales lo insertan en uno de estos dos grupos: “desempleado” o “no en la fuerza laboral” (el formado por aquellas personas que no tienen empleo ni  lo buscan), y es necesario sumar los incluidos en ambos para obtener el número total de estadounidenses en paro.

Durante la última década, el número de personas encuadradas en la categoría de “desempleados” ha disminuido, al tiempo que, en paralelo, el número de las “que no forman parte de la fuerza laboral”, compuesto por las personas que han renunciado a buscar trabajo, crecía .


La tasa de participación en la fuerza laboral es la proporción de la población de 15 años y más que es económicamente activa: todas las personas que proporcionan mano de obra para la producción de bienes y servicios durante un período específico.
Tampco sabemos nada  de los emigrantes ni  y menos de los sin papeles de residencia .




  Ver %  del  Banco Mundial pero no pone cifras.





Nota del blog  ( 2)  Hoy   los mencionados  son 2.300.0000. Siendo negros el 12,6% de estadounidenses, son negros también el 39% de los reclusos. Son tasas incluso de esclavismo  carcelario peores que en los años de segregación racial. Ahi esta en negocio carcelario .Y es que los estudios demuestran que “Los afroamericanos son encarcelados a una tasa seis veces mayor que la de los blancos.” Y con los hispanos   también .



 

domingo, 2 de febrero de 2020

Brexit - .Portadas amargas

 The Economist


Con el Brexit, la UE se hace desmontable
Ludovic Lamant

Mediapart .

Mientras el preámbulo del Tratado de Roma hablaba de una « unión cada vez más estrecha entre los pueblos de Europa », la salida de Reino Unido de la Unión Europea, tres años y medio después del referéndum, demuestra que es posible deconstruir Europa. ¿El riesgo de propagación es creíble?

El enorme éxito de Boris Johnson en las elecciones parlamentarias de diciembre en Reino Unido acababa con el suspense que se había creado desde la victoria del Brexit en junio de 2016 y que mantuvo despiertos a muchos eurócratas de Bruselas. ¿Puede un Estado miembro dar marcha atrás y salir de la Unión Europea? Ahora sabemos que la respuesta es sí; los diputados de Westminster aprobaron finalmente el « Brexit Bill » el 22 de enero. Un seísmo en la historia de la integración europea.

« Europa ha sido considerada durante mucho tiempo como un proceso irreversible que sólo podía avanzar. En el peor de los casos, la máquina se paralizaba. Pero no podía haber vuelta atrás », dice Nicolas Leron del Centro de Estudios Europeos de Ciencias Políticas. La UE ha crecido constantemente con cada ampliación, la última vez, en 2013 con la llegada de Croacia.

Para Nicolás Leron, la materialización del Brexit el 1 de febrero marca una « ruptura con el método de Jean Monnet », uno de los padres fundadores de Europa, defensor de los « pequeños pasos » en la construcción de Europa: « Cuanto más concretos eran los vínculos entre los Estados, sobre el carbón o los derechos de aduana, más costoso resultaba retroceder. La apuesta al principio era que el coste de retroceder se había vuelto demasiado alto. Pero esta suposición está siendo manipulada ».

El preámbulo del Tratado de Roma (1957) habla de una « unión cada vez más estrecha entre los pueblos de Europa ». La fórmula hizo que muchos británicos se pusieran nerviosos en el período previo al referéndum de 2016: implicaba que su adhesión a la UE debía ir acompañada de una profundización inalterable de las competencias de la UE en su país. Este concepto irreversible de integración se ha hecho añicos.

« Hay un síndrome de Mowgli en el Brexit; es más fácil salir de la selva que que la selva salga del corazón de Mowgli », bromea Antoine Vauchez. El sociólogo de la Universidad París-1 se refiere al « costoso y conflictivo proceso de salida »de Reino Unido desde 2016: « El Brexit muestra que Europa ha transformado los Estados, sus élites, su legislación, su relación con las fronteras, que la UE los ha transformado desde dentro ».

Por encima de todo, estas negociaciones del Brexit han revelado la profunda naturaleza de la Unión, continúa Vauchez. La UE es ante todo un mercado, mucho más que una unión política exitosa. « En las negociaciones con Londres, vimos que el punto duro, la dimensión no negociable, era el acceso al mercado único », señala Vauchez.

Los próximos meses deberían confirmar este análisis. A partir del 1 de febrero, la UE y Reino Unido iniciarán la enésima etapa, de duración incierta, durante la cual negociarán, en la jerga oficial, su « nueva relación », es decir, redactarán un acuerdo de libre comercio. Londres espera llegar a un acuerdo antes del 31 de diciembre de 2020, pero este calendario se considera poco realista en Bruselas, dada la magnitud de la tarea.

En lugar de un acuerdo formal, Londres, que ha citado repetidamente el CETA, el acuerdo de libre comercio entre la UE y Canadá (negociado durante casi una década), podría conformarse con una serie de acuerdos sectoriales, desde la salud hasta la banca, a corto plazo. A los europeos les preocupa especialmente que Reino Unido empiece a aplicar el dumping fiscal a partir del próximo año.
En esta etapa, una pregunta permanece abierta: si el Brexit prueba que Europa puede dar marcha atrás, ¿es éste el comienzo de un proceso de desintegración más amplio? Después de 60 años de ampliaciones sucesivas, ¿vamos a pasar las próximas décadas deshaciendo el continente, empezando por el Este y los países de Visegrado? « No lo creo », responde Nicolas Leron, que no cree en la hipótesis de un « método Monnet invertido ».

« La pertenencia a la UE no es sólo una cuestión de intereses. Hay algo más profundo en juego, que afecta al pacto político europeo », insiste Leron. « No hay más que mirar a los griegos, que tenían interés en salir del euro, pero no lo hicieron [en 2015], porque la mayoría de la población no lo quería », añade.

¿Cómo se puede medir este riesgo de propagación del Brexit a otros países? Parte de la respuesta radica en la capacidad de Europa para responder a los desafíos que plantea la victoria del Brexit: desigualdades crecientes en el continente, falta de transparencia de las instituciones de la UE, aumento del discurso racista... desde 2016, no se ha producido ningún estallido particular en el seno de las instituciones, lo que implicaría, por ejemplo, una reforma de los tratados y una « profundización » de la integración europea, en particular mediante el establecimiento de un presupuesto específico para la zona del euro, como pidió París.

Ya en septiembre de 2016, la Declaración de Bratislava, adoptada por las 27 capitales como reacción al Brexit, descartó cualquier reescritura de los Tratados. A lo sumo, se refirió a la necesidad de endurecer el tono sobre la migración y de fortalecer la cooperación en materia de seguridad interna frente al terrorismo. Desde entonces, ha surgido poca acción. La nueva comisión de Ursula von der Leyen, que quiere pasar la página del Brexit lo antes posible, ha hecho del acuerdo ecológico y del mercado único digital sus dos prioridades.

En otoño, Emmanuel Macron rechazó enérgicamente la apertura de conversaciones sobre la adhesión de Serbia y Macedonia a la UE, una posición muy criticada en Berlín, pero adoptada por París, que quiere dar la prioridad a la « profundización » en lugar de a « la ampliación » de Europa. Sobre todo, se están aclarando los contornos de una convención sobre el futuro de la UE, que se lanzará el próximo 9 de mayo, Día de Europa, aunque todavía no se conoce el estado de los trabajos que se formalizarán allí.

El foro, que podría estar presidido por el ex primer ministro belga Guy Verhofstadt, debería permitir al Parlamento Europeo defender la constitución de listas transnacionales para las próximas elecciones europeas, o exigir el derecho de iniciativa. « Todo esto está muy bien, pero está muy por debajo del poder de la marea ascendente del populismo, no estamos en absoluto en la misma escala... », dijo Nicolás Leron.

No cree que la solución sea institucional: « Es un problema de poder público. Un sentimiento de impotencia pública desmonetiza la votación de los ciudadanos. Tenemos que reconfigurar las coordenadas del debate europeo, y la única manera de hacerlo es a través de un presupuesto real ».

Antoine Vauchez también se muestra cauteloso con esta convención sobre el futuro de Europa: « Cada institución inyectará su programa. Esto aclarará las agendas de los jugadores. Pero no cambiará el juego, como parece confirmar la hipótesis de una presidencia de Verhofstadt », insiste Vauchez, que aboga por un tratado destinado a democratizar el funcionamiento de la UE (« TDem »).

Y para resumir el actual punto muerto: « Estamos en una situación en la que la razón para mantener la UE reside más en el temor a los costes de la desintegración que en verse atrapado en una dinámica común ».

Versión española : Mariola Moreno, infoLibre, socio editorial de Mediapart. Edición Irene Casado Sánchez.


Ludovic Lamant
Corresponsal de Mediapart en el Reino de España, es autor de Squatter le pouvoir, Les mairies rebelles d'Espagne, Editions Lux, 2016.
Fuente:
https://www.mediapart.fr/es/journal/international/300120/con-el-brexit-la-ue-se-hace-desmontable

 y ver ...




sábado, 1 de febrero de 2020

En pos del Milenio, de Norman Cohn .


Resultado de imagen de en pos del milenio norman cohn

Reseña de En pos del Milenio, de Norman Cohn
Revolucionarios milenaristas y anarquistas místicos de la Edad Media



Norman Cohn (1915-2007) tuvo que interrumpir su formación como historiador en la universidad de Oxford para servir durante la Segunda guerra mundial en el British Army, donde pronto sus habilidades en lenguas modernas hicieron que se le asignaran trabajos de inteligencia. Destinado en Viena en los primeros años de postguerra, escuchó numerosos testimonios de víctimas del nazismo, y éstos resultaron fundamentales para perfilar el que habría de ser el tema de estudio principal en su dilatada trayectoria investigadora posterior: un análisis de las condiciones históricas que propician persecuciones y genocidios, y de los mecanismos por los que determinadas minorías llegan a convertirse en “chivos expiatorios” y concentrar sobre ellas la frustración de las masas. Publicado en su edición original inglesa en 1957, En pos del Milenio ofrece un estudio exhaustivo de los movimientos que se desarrollaron entre los siglos XI y XVI en la Europa del norte y central, y que espoleados por interpretaciones milenaristas y apocalípticas propiciaron una agitación social que hoy vemos como precursora de las revoluciones de los siglos XIX y XX. Pronto la obra se convirtió en referencia esencial sobre estos asuntos y en la más influyente y conocida de Norman Cohn. La edición de Pipas de Calabaza que aquí se reseña es de 2015 y presenta una traducción de Julio Monteverde de la tercera y definitiva versión inglesa de 1970.
Base ideológica: profecías apocalípticas y herejías
El primer elemento ideológico a considerar son los relatos sobre el fin de los tiempos que son una tradición en el judaísmo y posteriormente también en el cristianismo. El Apocalipsis de san Juan, con sus conmovedores pasajes sobre la derrota del Anticristo y la restitución del reino de Dios fue interpretado muchas veces de forma literal durante los primeros siglos en que los fieles sufrían persecución, aunque después, tratadistas como Orígenes o san Agustín resaltan su carácter alegórico. Son importantes asimismo los documentos conocidos como oráculos sibilinos, de gran difusión en la Edad Media, que ofrecen relatos proféticos sobre el fin de los tiempos no muy diferentes de los de san Juan.
El segundo sustrato para estos movimientos lo proporcionan algunas de las interpretaciones ajenas a la norma, consideradas heréticas, que jalonan la historia del cristianismo. Entre éstas, tienen especial relevancia las promovidas por reformadores que se presentaban como abanderados de un genuino espíritu evangélico y arremetían contra el lujo y la lujuria del clero. Eran santos milagreros, sedicentemente ungidos por la gracia divina, que en seguida acaudillaban rebaños iletrados. Se describen ejemplos ya desde el siglo VI en Francia y luego también en los Países Bajos, pero es sobre todo a partir del XI cuando estos mensajes van a calar profundamente entre los pobres y oprimidos desencantados de la iglesia oficial.
























Edicción inglesa de 1957

Base social y económica
Pero quiénes son estos pobres a los que va a llegar el mensaje de los nuevos mesías. En el siglo XI, en Flandes y el valle del Rin comienza una incipiente industrialización que, unida a la superpoblación en el campo, va a propiciar la emigración a las ciudades. Cuando éstas son incapaces de absorber estos flujos, crecen el desarraigo y el desequilibrio social, y la miseria afecta a amplias capas de la población. La organización de la Primera Cruzada a partir de 1095 dio lugar a “ejércitos de pobres” que buscaban la égida de caudillos en los que identificaban a los monarcas universales de los relatos apocalípticos. Unía a estos pauperes su reivindicación del “reino de Dios” y su odio a los infieles, y pronto destacaron por la persecución a las comunidades judías que hallaban a su paso, aunque las clases pudientes y los clérigos de la iglesia oficial, considerados corruptos, tampoco se libraron de sus iras.
La protesta de las masas hundidas en la miseria toma así un cariz netamente religioso y en los siglos siguientes va a extenderse, junto a la industrialización y los flujos de población, por Francia, Holanda y Alemania, al tiempo que las sucesivas cruzadas que se predican sirven de fermento aglutinador. Un personaje fundamental es el emperador Federico II (1154-1250), que con su oposición al papado fue reivindicado por los que buscaban construir una nueva iglesia espiritual, en la estela de las enseñanzas de Joaquín de Fiore. En Francia, la agitación de los pauperes se prolonga hasta finales del siglo XIV, cuando la Guerra de los 100 años favorece una consolidación del poder real y la ruina de la industria induce una reducción de la población, pero en Alemania seguirá hasta principios del XVI, aferrada a profecías que prometían el regreso escatológico de Federico II como monarca universal.
Flagelantes y herejías del Libre Espíritu
En los movimientos descritos, dos tendencias presentan un interés particular. La autoflagelación se encuentra en Europa entre ermitaños de Italia a comienzos del siglo XI, y en el siguiente son comunes ya en el país procesiones de flagelantes, que en aquellos años de guerra, hambre y peste, y en una sociedad dominada por la religión, pueden considerarse un intento desesperado de impetrar la gracia divina. Poco después estas prácticas aparecen en Alemania, y se extenderán luego por el sur de Europa, aunque será sobre todo al norte de los Alpes donde tendrán carácter herético y estarán ligadas a visiones esotéricas y escatológicas, con pogromos y persecución de clérigos y propietarios que alcanzan su máxima expresión en el gran movimiento de flagelantes de mediados del siglo XIV.
El culto del Libre Espíritu surge hacia 1200 en la influyente universidad de París con los denominados amaurianos, seguidores del filósofo Amaury de Bène, panteístas místicos en la estela neoplatónica, que son perseguidos con cárceles y hogueras. Sus enseñanzas se extienden, sin embargo, y, pronto incorporan rasgos apocalípticos y una devoción a la indigencia, como estandarte contra el incipiente capitalismo que creaba aberrantes desigualdades. Son conocidos después como begardos o Fraternidad del Libre Espíritu, pobres voluntarios que viven de la mendicidad y representan la versión laica y herética de lo que los franciscanos defendían dentro de la ortodoxia. Las beguinas fueron comunidades de mujeres con ideas similares a las de los begardos, y que mantenían estrecha relación con ellos.
Cohn describe en detalle las doctrinas de estos movimientos y la historia de su propagación, así como la dura represión que sufrieron, a partir del siglo XVI por parte también de los protestantes. Se entrelazan en ellos misticismo de alto nivel con autodeificación y egoísmo exacerbado, amoralidad, promiscuidad sexual y delirios aristocratizantes. Todo ello desemboca a veces en prácticas revolucionarias: expropiaciones y comunidad de bienes, más allá de la tutela de familia y estado, algo que puede ser descrito como un anarquismo místico y cuya estela puede trazarse en Europa hasta el siglo XVII. A estos epígonos dedica el autor la parte final de la obra.
El milenarismo igualitario como anarquismo místico
En Grecia y Roma era bien conocido el mito de una antigua Edad de oro o reino de Saturno, fraternal e igualitaria, sin propiedad privada ni explotación. Estas ideas encuentran eco en los estoicos, que defienden la igualdad esencial de los seres humanos, y son incorporadas siglos después al cristianismo. De todas formas, dentro de éste, mientras autores como San Agustín sostenían esto mismo, lo cierto es que la iglesia oficial participaba del sistema esclavista imperante. En el siglo XIII el mito renace en un poema de Jean de Meun, Le roman de la rose, que alcanza gran difusión, y hacia 1370 impregna y guía los anhelos de los campesinos y artesanos insurgentes de Flandes, el norte de Francia y, en seguida, de Inglaterra.
En esta época, ideas similares se extienden por Bohemia y a finales del siglo, con la predicación de Jan Hus, desbordan sus fronteras. Tras la ejecución de éste en 1415, el movimiento se divide y su ala izquierda, los taboritas, profetiza el alba de una nueva sociedad igualitaria, de pobreza apostólica y pureza moral, pero cuya materialización acarreaba con frecuencia miseria y violencia. La persecución de los taboritas degeneró en una guerra a la que ellos dieron tintes milenaristas y apocalípticos, y culminó con su derrota y exterminio en la batalla de Lipany (1434), aunque sea posible identificar ecos suyos en la centuria siguiente, en la misma Chequia y en regiones próximas.
En 1474 Hans Böhm comienza en Niklashausen, cerca de Würtzburg, una predicación que recuerda las de las cruzadas de pobres de unos siglos antes, pero con el milenarismo de aquéllas sustituido por una invocación al “estado de naturaleza” de los taboritas radicales, que va sazonada con ataques furibundos a la Avaritia y Luxuria del clero. Aunque muy pronto se le condena a la hoguera, otros tomarán el relevo en los años siguientes, y entre ellos destaca Thomas Müntzer, un sacerdote de Turingia con una amplia instrucción, que desarrolla una mística con influencias taboritas y predica contra clérigos corruptos y gobernantes ateos una guerra apocalíptica de la que habría de emerger el nuevo milenio igualitario. Errante por Alemania y violentamente enfrentado con Lutero, Müntzer es uno de los inspiradores de la revuelta campesina que estalla en mayo de 1525. Derrotada ésta es decapitado el 27 de ese mes.
En los años posteriores se extiende por Suiza y Alemania un nuevo movimiento, caracterizado por su despreocupación teológica y por centrar su interés en una ética de fraternidad social, crítica con la propiedad privada. Son los anabaptistas, esencialmente pacíficos, pero que enseguida incuban dentro de ellos el virus escatológico, y no dudan en ocasiones en recurrir a la violencia para traer el reino de Dios. Estos radicales son los que toman el poder en Münster en 1534 y establecen una comuna que es minada luego por disensiones internas y acaba degenerando en monarquía. La ciudad cae en junio de 1535, y con el exterminio de sus líderes, el anabaptismo milenarista sufre un rápido declive.
Reflejos del pasado en el presente
Los movimientos descritos en el libro canalizaban su protesta contra penosas situaciones de explotación y miseria a través de profecías apocalípticas o mitos de la antigüedad clásica. De esta forma, la liberación de la opresión tomaba un carácter religioso de salvación que involucraba además una transformación radical del mundo. La iglesia oficial, dominada por Luxuria y Avaritia, y cómplice de la expoliación se convertía en enemigo a batir, al tiempo que la indefensión de los débiles buscaba siempre la égida de reyes justos y poderosos, monarcas escatológicos del dogma milenarista. Se observa también que los que aceptan el mensaje eran sobre todo los sectores marginados, arrojados por los cambios sociales a una situación insostenible. El desencadenante de las revueltas eran muchas veces catástrofes naturales.
Cohn concluye su obra buscando ecos en el siglo XX de la historia descrita, y es aquí donde podemos encontrar algunos aspectos discutibles. No resulta difícil estar de acuerdo con él en que los mecanismos de demonización de los judíos son similares en las dos épocas, pero su identificación de los movimientos revolucionarios del siglo XX con las fantasías milenaristas de taboritas, müntzerianos y anabaptistas radicales parece en exceso simplista. La edición reseñada incluye también las conclusiones de la primera edición inglesa de 1957, que son en este sentido aún menos admisibles, pues se equipara sin matices el anticapitalismo con el pensamiento del comunismo autoritario, ignorando la lucha que ha existido, ya desde la primera internacional, entre tendencias autoritarias y libertarias dentro del campo revolucionario.
El libro nos adentra en las convulsiones de un tiempo lejano en el que ciertamente no es difícil ver rasgos del presente, aunque el dominio absoluto por entonces de una religión llena de mitos y verdades reveladas hace que aquello nos parezca más que nada una sombría caricatura de lo de hoy. En nuestro tiempo, las profecías se han vestido de ciencia y son bastante más sutiles, aunque no por ello menos peligrosas. Con esta perspectiva, hay que decir que resulta muy oportuna, con su aguda ironía, la visión que se nos ofrece de los sectores más historicistas y dogmáticos del anticapitalismo en el espejo de los apóstoles de la Jerusalén celestial, afianzada más allá de cualquier duda por profecías sagradas y maestros infalibles.

Blog del autor: http://www.jesusaller.com/

  ver en pdf




 Nota del Blog  .-


Este libro se lo indique yo a Barral editores que lo tradujera  era difícil de encontrar incluso en inglés y lo hizo. Luego lo edito Alianza y ahora Pepitas de calabaza.



 Norman Cohn  tiene otros libros de obligada lectura como el Mito de la conspiración judía mundial sobre los Protocolos de  los sabios de Sión .O otro , Los demonios familiares en Europa, sobre  la persecución de los heréticos cristianos   como los valdenses o los fraticelli.



 Sin embargo ellos sembraron el futuro . Y no estoy muy acuerdo con las conclusiones   finales del   artículo ,  Ver por ejemplo el libro de Enzo Traverso . Melancolía de la Izquierda , como revolucionarios  teóricos   de izquierda de tradición marxista esperan la futura revolución  como el Gran acontecimiento y reviven el mesianismo de W. Benjamín como Daniel Bensaid u otros y como la crisis de  la utopías se trasforma en  distopías..



 Recuerdo que cuando leía el Nombre de la rosa  de Umberto Eco , mi imaginación  se me disparaba    tan fuerte  que no  lo daba leído  , ni paraba de leerlo .



 Resultado de imagen de enzo traverso melancolia de la izquierda