martes, 10 de octubre de 2017

La Constitución de 1978 obsoleta en el articulo 155 .





 Artículo 155, reflejo de la Constitución obsoleta




Se acerca la hora en la que la Generalitat podría dar el paso de la Declaración Unilateral de Independencia (DUI) y la vicepresidenta del Gobierno, aún continuando con las amenazas veladas, ya ha dejado caer que el Gobierno acudirá al Senado, lo que parece indicar la puesta en marcha del manido artículo 155.
Este artículo de la vanagloriada Constitución es tan escueto como ambiguo:
    1. Si una Comunidad Autónoma no cumpliere las obligaciones que la Constitución u otras leyes le impongan, o actuare de forma que atente gravemente al interés general de España, el Gobierno, previo requerimiento al Presidente de la Comunidad Autónoma y, en el caso de no ser atendido, con la aprobación por mayoría absoluta del Senado, podrá adoptar las medidas necesarias para obligar a aquélla al cumplimiento forzoso de dichas obligaciones o para la protección del mencionado interés general.
    2. Para la ejecución de las medidas previstas en el apartado anterior, el Gobierno podrá dar instrucciones a todas las autoridades de las Comunidades Autónomas.
Eso es todo. ¿Qué son “las medidas necesarias para obligar al cumplimiento forzoso de dichas obligaciones”? Es una horquilla demasiado grande en la que puede entrar desde la suspensión de la Autonomía a la entrada de tanques en Barcelona. No aclara si se procede a la encarcelación de quienes no hayan cumplido las obligaciones de la Constitución, en qué plazo se convocarán nuevas elecciones y quié gobernará la Catalunya durante ese período…
El artículo 155 es un despropósito en sí mismo. No está desarrollado, a pesar de ser un artículo de una importancia tan vital. Así las cosas, supone un reflejo más de los males de esta Constitución caduca, obsoleta y, en gran parte, inservible. Dicho de otro modo, los constitucionalistas están siendo víctimas de su propia dejadez, de su inoperancia, de su gravísima falta de responsabilidad. A la cabeza, PP y PSOE, que son quienes han llevado las riendas de este país durante décadas y no han querido asumir un nuevo proceso constituyente que le hace falta a España como respirar.
España, hoy por hoy, es una película de Berlanga y, con la aplicación del artículo 155 que tanto demandan Albert Rivera y quienes hacen el saludo fascista envueltos en la bandera española, aún más, con Todos a la cárcel en mente… porque ya me dirán ustedes qué Comunidad cumple con el artículo 35 de la Constitución, ese que establece que, además del “deber de trabajar y el derecho al trabajo”, tod@s l@s español@s tienen derecho a “una remuneración suficiente para satisfacer sus necesidades y las de su familia, sin que en ningún caso pueda hacerse discriminación por razón de sexo”. Hala, artículo 155 YA.


 







Nota .- El artículo 116: los estados de alarma, excepción y sitio .La suspensión de derechos fundamentales requiere la aprobación por el Congreso de los Diputados.


 Pero además  se está generando otro problema , no  por decirlo UP es menos cierto .



http://blogs.publico.es/otrasmiradas/11203/cataluna-y-como-rajoy-se-disparo-en-los-pies/

 No es ajeno a eso que Guindos haya ido   a ver  a los mandos reales de  UE  para garantizar el pago de los prestamos y la deuda   , reconociendo además que hubo rescate   de España ..

 https://www.elconfidencial.com/espana/2017-10-09/mensaje-guindoseurozona-no-habra-independencia_1458021/


Hasta el FMI llama   a la negociación ..





lunes, 9 de octubre de 2017

Del nacionalismo constitucional a la mayoria silenciosa .





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La revuelta democrática catalana y la reacción de Rajoy

Daniel Raventós  ,Gustavo Buster
 08/10/2017
 Cuarenta y ocho horas después de la jornada del referéndum del 1 de octubre, Catalunya vivió lo que unos llamaron huelga general y otros paro cívico, pero que en cualquier caso movilizó a centenares de miles de personas y en algunas ciudades las concentraciones fueron de una masividad desconocida hasta ahora. El referéndum del 1 de octubre, pase lo que pase en los próximos días y semanas, será recordado, y no sólo en Catalunya, como una de las jornadas más espectaculares de lucha pacífica de la población por el derecho a la autodeterminación, y en contrapartida, también como una de las más contundentes represiones de las fuerzas policiales contra los derechos de reunión, expresión y voto.  Incluso en medios políticamente tan moderados como The Economist podía leerse en un reciente editorial: “Si el señor Rajoy pensaba que rompiendo cabezas pondrían fin al secesionismo, no podía estar más equivocado.”

Si bien la participación en el referéndum no llegó al 50%, lo que resulta memorable es que precisamente votaran más de 2 millones de personas en las condiciones de represión que hubo. Hacer especulaciones sobre la gente que hubiera votado en condiciones normales es inútil, pero nadie puede dudar que el número de participantes hubiera sido mucho mayor. Aventurar que todas las personas que no votaron eran contrarias al referéndum no puede ser mantenido con la más mínima plausibilidad. Es más, cuando después de una intensa campaña los partidos contrarios al referéndum han conseguido movilizar en Barcelona a la resucitada “mayoría silenciosa” –con autocares traídos de todo el Reino- las cifras, sin dejar de ser importantes, son las que son: 350.000 personas. La propia “Sociedad Civil Catalana”, la organización instrumental que ha organizado la manifestación habla continuamente de los catalanes contrarios a la autodeterminación como de una minoría “acosada”.

Lo hemos dicho muchas veces en Sin Permiso: un referéndum legal en Catalunya sobre cómo quiere vivir políticamente y cómo quiere relacionarse con los demás Estados sería el final técnico del régimen de 1978. Solamente así puede entenderse la intransigente y violenta oposición del gobierno y partidos dinásticos a la autodeterminación catalana legal y pactada.

La reacción del gobierno Rajoy



 sigue ......


http://www.sinpermiso.info/textos/la-revuelta-democratica-catalana-y-la-reaccion-de-rajoy
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Emmanuel Macron, la nueva “esperanza blanca” antisocial .

 
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El lenguaje antiobrero e insultante de monsieur Emmanuel Macron, la nueva “esperanza blanca” de la UE merkeliana



Lo comentó el pasado sábado, 7 de octubre. Marc Bassets, en el global imperial [1]. Vale la pena recordar y valorar lo señalado. Monsieur Macron visitó la primera semana de octubre el departamento de Corrèze [2]. Un grupo de trabajadores de una fábrica en dificultades “protestaban en un ambiente de tensión” (¿cómo si no?). Podemos imaginar sus razones: despidos, malas condiciones de trabajo, desesperación ante lo que se les avecinaba, etc. Reunido con políticos profesionales locales, monsieur Macron apuntó en un lenguaje soez-elitista, el suyo: “Algunos, en vez de montar follón, deberían ir a ver si puede buscar trabajo ahí [en otra fábrica cercana], porque además están cualificados para hacerlo”. La palabra usada, bordel (follón, lío, quilombo) tiene connotaciones vulgares, nos recuerda Bassets.
Hace unas semanas, como seguramente recordamos, el mismo monsieur Macron llamó “vagos” a las personas que se oponían y enfrentaban a su (contra)reforma laboral. No es imposible que, entre otras, la española del PP le haya servido de inspiración. Los neoliberales confesos aprenden siempre de lo peor.
Monsieur Macron se excusó en el segundo caso, creo que no en el primero. Se quiso referir, explicó, “a los políticos que durante décadas se habían quedado de brazos cruzados en vez de reformar Francia”. Si fuera así, si fuera esa la referencia real de sus “vagos”, ¿encajaría bien el calificativo? ¿Los políticos que se han opuesto a las contrarreformas laborales francesas son unos “vagos”? ¿Monsieur Macron es, por el contrario, el ejemplo de político laborioso?
Pero hay más antecedentes nos recuerda Bassets.
Cuando era ministro de Economía con el presidente Hollande, monsieur Macron usó el término de “iletrados” para referirse a los trabajadores de un matadero que iba a cerrar sus puertas. En la misma línea y en esa misma época, en una discusión con unos trabajadores huelguistas que “le reprochaban tener suficiente dinero para pagarse un traje elegante como el que el ministro llevaba”, les respondió sin más miramientos: “La mejor manera de pagarse un traje es trabajar”. ¿Lo entendieron? ¿Les quedó claro a los trabajadores lo que hay que hacer para vestirse como hay que vestirse?
Volvamos a Corrèze y recordemos su comentario: “Algunos, en vez de montar follón, deberían ir a ver si puede buscar trabajo ahí [en otra fábrica cercana], porque además están cualificados para hacerlo”. ¿Despiste, un mal momento, un enfado circunstancial? Nada de eso, por supuesto que nada de eso. Rascando un poco, irrumpe, una vez más, la cosmovisión neoliberal, impía y antihumanista. Los trabajadores, que ellos llaman o suelen llamar “mano de obra” o “mano de obra no cualificada”, reflejados en su contabilidad como “gastos de personal” al lado de sus gatos energéticos por ejemplo, los trabajadores, decía, son una mercancía, sin apenas derechos, una mercancía, como casi todo en la civilización del capital, que debe acomodarse a los planes “creativos” del capital. Sin huelgas, si reuniones, sin manifestaciones, sin organizaciones. Donde el capital ordene, allí hay que ir y basta. El capital manda en plaza. En todas las plazas. Y si hay paro por razones “estructurales” o de “supervivencia de las empresas” a buscar cualquier tipo de trabajo y donde sea, cerca o a 1.000 km de casa. O, si no hay más remedio, a esperar la buena nueva. Sin rechistar y en nuevos ciclos de nuevos reciclajes.
Mientras tanto, a prepararse y a usar, cuando sea el momento, un lenguaje delicado, elitista, exquisito, nada de “follones”, un lenguaje como el que usa monsieur Macron, la esperanza blanca de esta UE merkeliana que se saca la careta salvaje antiobrera a la primera del turno.
El lenguaje dice mucho de nosotros; los insultos antiobreros dicen mucho de monsieur Macron y de lo que realmente representa.

Notas
1) https://elpais.com/elpais/2017/10/06/opinion/1507302599_985794.html
2) Viejo feudo, señala Bassets, no sé si de forma contradictoria o a título descriptivo, “de los presidentes Jacques Chirac y François Hollande”.