Thierry Meyssan analiza los acontecimientos alrededor de los
hechos en Gaza
por Thierry Meyssan
Libre de distingos sectarios hacia quienes le solicitan una
entrevista, Thierry Meyssan analiza lo que está sucediendo alrededor de los
hechos de Gaza.
Monika Berchvok: Usted piensa que la versión del “ataque por
sorpresa” del 7 de octubre es difícil de creer. ¿Cuáles son las incoherencias
que le hacen pensar en un escenario similar al del 11 de septiembre?
Thierry Meyssan: El gobierno de coalición de Benyamin
Netanyahu había sido alertado un año antes por un informe de los servicios de
inteligencia militar, como se publicó en el New York Times. Pero no hizo nada.
Este verano [de 2023], cuando su ministro de Defensa le llamó la atención sobre
el asunto en pleno consejo de ministros, [Netanyahu] lo revocó [al ministro],
como reveló Haaretz. Aunque lo reintegró al cargo poco después, debido a la
presión de su partido.
Después de eso, diferentes informes siguieron llegando a la
oficina [de Netanyahu]. Entre esos informes había uno de la inteligencia, y ese
informe, que [Netanyahu] devolvió a su autor como “poco creíble”, le fue
reenviado dos veces con introducciones de otros oficiales.
También hubo 2 informes de la CIA y además un aviso de uno
de sus amigos personales, el director del MEMRI [1]. Y, como si todo eso fuese
poco, también hubo una llamada telefónica del jefe de la inteligencia egipcia
[2].
Netanyahu no sólo no hizo nada sino que además actuó para
facilitar el ataque: decidió desmovilizar a los guardafronteras, de manera que
nadie pudo intervenir a tiempo cuando comenzó el ataque.
Fíjese que el papa Francisco hace la misma lectura que yo de
los acontecimientos. En su mensaje de Navidad, el Santo Padre calificó, dos
veces, la guerra en Gaza de «locura inexcusable». Pero poco después mencionó
«el odioso ataque del 7 de octubre», lo cual significa que no pensaba que la
guerra israelí fuese una respuesta a ese ataque. El Papa pidió entonces un cese
de los combates y la solución de la cuestión palestina.
MB: ¿Habría entonces una fractura tan importante en el seno
del poder israelí? ¿Qué objetivo tendría entonces el clan Netanyahu con esta
operación?
TM: Durante los meses anteriores al ataque de la resistencia
palestina, Israel vivió un golpe de Estado. Israel no tiene Constitución sino
una serie de Leyes Fundamentales que rigen un equilibrio otorgando a la
justicia la capacidad de neutralizar las rivalidades entre el gobierno y el
parlamento.
Bajo la influencia del Law and Liberty Forum, financiado por
el straussiano estadounidense Elliott Abrams, la comisión de leyes del
parlamento de Israel, presidida por Simtcha Rothman –quien es también
presidente del Law and Liberty Forum–, desorganizó las instituciones israelíes.
Durante el verano [de 2023], fueron en aumento las manifestaciones
multitudinarias. Sin tenerlas en cuenta, el equipo de Netanyahu modificó las
reglas sobre la adopción de leyes, eliminó la clausula de «razonabilidad» de
las decisiones, reforzó el poder de nominación del primer ministro y debilitó
el papel de los consejeros jurídicos de los ministerios. En definitiva, la Ley
Fundamental sobre la Dignidad Humana y la Libertad se convirtió en un simple
reglamento. El racismo se convirtió en una opinión como cualquier otra y los
ultraortodoxos obtuvieron enormes subvenciones y diferentes privilegios.
Israel ya no es el mismo país que hace 6 meses.
MB: La sociedad civil israelí está dividida y parece
exhausta. ¿Piensa usted que el modelo sionista ha muerto?
TM: El sionismo es una ideología de otro siglo. Es un
nacionalismo judío al servicio del Imperio británico. Los judíos se opusieron
al sionismo durante siglos, antes de que Theodor Hertzl lo convirtiera en el
ideal de una minoría.
MB: La situación en Gaza se ha convertido en una depuración
étnica. ¿Es el ejército de Israel capaz de tomar totalmente el control de ese
territorio y de expulsar de allí a la población?
TM: La idea de una depuración étnica no es nueva. Tiene sus
raíces en las posiciones del ucraniano Vladimir [Zeev] Jabotinsky, quien tiene
como seguidores, en Israel, a Menahem Begin, Yitzhak Shamir y a la familia
Netanyahu, y en Estados Unidos, a Leo Strauss y Elliott Abrams. Ese grupo de
supremacistas judíos afirma que Palestina es «una tierra sin pueblo para un
pueblo sin tierra». Según ese principio, los palestinos autóctonos ni siquiera
existen. Tienen que irse o ser masacrados. 9
Ese grupo es, que yo sepa, el único en el mundo que
preconiza el genocidio públicamente.
MB: Del lado de los palestinos, el Hamas también parece
dividido entre dos tendencias antagonistas.
TM: El Hamas es la rama palestina de la Hermandad Musulmana.
Su nombre es el acrónimo de «Movimiento de la Resistencia Islámica», que
corresponde a la palabra árabe que significa “celo”. Su ideología no tiene nada
que ver con la liberación de Palestina sino con el establecimiento de un
califato. Su divisa es: «Dios es su objetivo, el Profeta es su modelo y el
Corán su constitución. La Yihad es su camino y la muerte por el amor de Dios es
el más elevado de sus deseos.» Desde su creación tuvo toda la ayuda de la
familia Netanyahu, que lo veía como una alternativa frente al movimiento laico
al-Fatah de Yaser Arafat. El príncipe de Gales y actual rey Carlos III fue uno
de los protectores de la Hermandad Musulmana. Barack Obama metió un agente de
la Hermandad Musulmana en el Consejo de Seguridad Nacional de Estados Unidos.
Un dirigente de esa cofradía fue incluso recibido en la Casa Blanca en junio de
2013.
Pero, ante el fracaso de la Hermandad Musulmana durante la
llamada «primavera árabe», una facción del Hamas se distanció de la cofradía. O
sea, ya no hay un solo Hamas sino dos. El Hamas histórico recibe órdenes de
Mahmud Al-Zahar, el Guía de la Hermandad Musulmana en Gaza. Bajo sus órdenes
están el millonario Khaled Mechaal, en Qatar, y Yahya Sinwar, en Gaza. La rama
del Hamas que se ha unido a la resistencia palestina está encabezada por Khalil
Hayya.
Los medios occidentales no hablan de esa división del Hamas,
sólo la mencionan algunos medios árabes. En octubre de 2022, el presidente
[sirio] Bachar al-Assad se reconcilió con Khalil Hayya, pero se negó a recibir
a Khaled Mechaal. [Assad] considera, y yo también, que el primer ministro de
Gaza, Ismail Haniyyeh, organizó el ataque contra la ciudad de refugiados
palestinos en Siria, Yarmuk, en 2012. En aquel momento, hombres del Hamas y de
al-Qaeda entraron en Yarmuk para eliminar a los «enemigos de Dios», actuando
bajo las órdenes de oficiales del Mosad israelí, penetraron en casas de los
cuadros del FPLP [Frente Popular de Liberación de Palestina] y los asesinaron.
Un amigo mío fue asesinado. El presidente Bachar al-Assad acaba de pronunciar
hace unos días un discurso en contra del Hamas histórico y a favor del que se
ha unido a la resistencia palestina.
MB: ¿Qué representa para usted la auténtica resistencia
palestina?
TM: La resistencia palestina no tiene nada que ver con el
oscurantismo de la Hermandad Musulmana, ni con el oportunismo de los
millonarios del Hamas. Es un movimiento de liberación nacional frente al
colonialismo de los supremacistas judíos.
MB: ¿Puede usted hablarnos de la historia de la Hermandad
Musulmana? ¿Esa sociedad secreta está tratando de volver a la palestra después
de sus derrotas en Siria y en Egipto?
TM: La Hermandad Musulmana fue fundada, en 1928, por Hassan
el-Banna, en Egipto. Una parte de mi último libro está dedicada a su historia
internacional pero no he podido aclarar los apoyos que tuvo en sus inicios.
En todo caso, después de la Segunda Guerra Mundial [la
Hermandad Musulmana] se convirtió en un instrumento del MI6 británico y
posteriormente de la CIA estadounidense. Se dotó de un «Aparato Secreto» que se
especializó en los asesinatos políticos en Egipto. Un francmasón egipcio,
Sayyed Qutob, se convirtió en su teórico de la yihad. La organización de la
Hermandad Musulmana fue copiada de la Gran Logia Unida de Inglaterra. La
cofradía se extendió a Pakistán con el yerno de Al-Banna, Said Ramadán –el
padre de Tariq Ramadan– y con el filósofo Sayyid Abul Ala Maududi.
Posteriormente, [Said] Ramadan se fue a trabajar para la CIA
en Múnich, en Radio Free Europe, junto con el ucraniano Stepan Bandera,
organizador de grandes masacres de judíos.
La Hermandad Musulmana inició su acción militar en los años
1960, durante la guerra de Yemen del Norte, contra los nacionalistas árabes de
Gamal Abdel Nasser. Pero fue con Zbigniew Brzezinski [3] que la Hermandad
Musulmana se convirtió en un actor indispensable de la estrategia de Estados
Unidos en Afganistán. [Estados Unidos] puso en el poder en Pakistán la
dictadura del general Zia-ul-Haq [miembro de la Hermandad Musulmana] y en
Afganistán lanzó contra los soviéticos a los combatientes del millonario
saudita Osama ben-Laden [otro miembro de la Hermandad Musulmana].
En aquella época, Arabia Saudita utilizaba la Liga Islámica
Mundial para armar a la Hermandad Musulmana dedicándole un presupuesto superior
al que asignaba al propio ejército saudita.
La Hermandad Musulmana trató, sin éxito, de tomar el poder
en varios países, como en Siria durante la operación de Hama. Está implicada en
la guerra de Bosnia Herzegovina, donde creó la Legión Árabe. Osama ben-Laden se
convirtió en consejero militar del presidente [bosnio] Alija Izetbegovic, quien
tenía como consejero diplomático al straussiano estadounidense Richard Perle y
al francés Bernard-Henri Levy, como consejero en comunicación.
Pero la “gran obra” de la Hermandad Musulmana llegó con
al-Qaeda y Daesh [4]. Esas organizaciones yihadistas, en todo comparables con
el Hamas histórico, fueron utilizadas por la CIA y el Pentágono, principalmente
en Argelia, en Irak, en Libia, en Siria, en Egipto y en Túnez, para destruir
las capacidades de resistencia de los países árabes.
Francia, que había dado asilo a los dirigentes de la
Hermandad Musulmana durante la guerra fría, los combatió después con la alianza
entre Francois Mitterrand [5] y Charles Pasqua [6] [porque] se dio cuenta de
que el Grupo Islámico Armado (GIA) [7] era una maniobra británica para sacarla
del Magreb.
Pero hoy nadie entiende que la Hermandad Musulmana es sólo
un instrumento para manipular a las masas. Nuestros dirigentes –desde [el
presidente] Emmanuel Macron hasta [el opositor] Jean-Luc Melenchon– se dejan
embaucar por su discurso, lo toman al pie de la letra y la tratan como una
organización religiosa, lo que no es.
MB: El papel de Qatar es más que turbio. ¿Qué lugar ocupa en
esta conspiración?
TM: Al principio, Qatar se posicionó como una potencia
neutral, aportando sus buenos oficios. Pero muchos se inquietaron porque
alberga la rama política del Hamas, porque algunos [dirigentes del Hamas que
viven en Qatar] son amigos personales del emir y porque [Qatar] paga los
funcionarios del Hamas en Gaza.
Qatar ha respondido que todo eso lo hace a pedido de Estados
Unidos, como lo hizo antes con los talibanes.
En realidad, después de haber derrocado la dictadura de
Mohamed Morsi [otro miembro de la Hermandad Musulmana], a pedido del pueblo egipcio
–40 millones de egipcios salieron a las calles [pidiendo al ejército que
derrocara a Morsi]–, Abdel Fattah al-Sissi [actual presidente de Egipto]
informó a Arabia Saudita que la Hermandad Musulmana estaba preparando un golpe
de Estado contra el rey Salman. Bruscamente, la cofradía, que tantas atenciones
había recibido durante años, se convirtió en enemiga del reino [saudita]. Qatar
asumió entonces públicamente su papel de padrino del islamismo mientras que el
príncipe heredero [saudita] MBS trata de abrir su país.
Cuando Donald Trump pronunció en Riad su discurso contra el
terrorismo, en 2017, Arabia Saudita exigió a Qatar que pusiera fin
inmediatamente a sus relaciones con la Hermandad Musulmana y con las milicias
de esa cofradía, al-Qaeda y Daesh. Esa fue la razón de la crisis del Golfo.
Las cosas se hicieron más claras hace poco. El emir [de
Qatar] Al-Thani envió una de sus ministros, Lolwah Al-Khater, a Tel Aviv. La
ministro qatarí se reunió con el gabinete de guerra israelí para allanar
dificultades sobre el acuerdo para la liberación de los rehenes. Pero no
entendió que en el gabinete de guerra había políticos contrarios a la dictadura
de Benyamin Netanyahu –como el general Benny Gantz– y se mostró como lo que
realmente es: no como una negociadora neutral sino como una autoridad capaz de
tomar decisiones en nombre del Hamas. Es por eso que Joshua Zarka, el
vicedirector general de Asuntos Estratégicos del ministerio de Exteriores [de
Israel], declaró después de la reunión que Israel «ajustará cuentas con Qatar»
cuando ese país haya terminado su papel como mediador.
En el gabinete de guerra, los adversarios de Netanyahu han
comenzado a preguntarse si todo esto, el golpe de Estado del verano y el ataque
del 7 de octubre, ha sido orquestado por la administración Biden.
MB: Entonces, Estados Unidos estaría detrás de todo. ¿Cuál
sería la estrategia de Biden en la región?
TM: Joe Biden no tiene pleno uso de sus facultades. En
Estados Unidos hay incluso un programa de televisión semanal dedicado a sus problemas
de salud y sus “ausencias” intelectuales. A la sombra de Biden, un pequeño
grupo ha retomado la estrategia de George W. Bush y de Barack Obama: destruir
las estructuras políticas del «Medio Oriente ampliado», exceptuando las de
Israel.
Eso es lo que está sucediendo en Libia, en Sudán, en Gaza y
lo que todavía sucede en Yemen.
La administración Biden dice querer el cese de la masacre en
Gaza, pero mantiene el suministro de obuses y de bombas que permite continuar
la masacre. Dice querer mantener la libre navegación en el Mar Rojo, pero forma
una coalición internacional contra Ansar Allah, movimiento al que califica
engañosamente de antisemita. Washington acaba de forzar la suspensión de la
firma del tratado de paz para Yemen, que iba a firmarse bajo los auspicios de
la ONU. De hecho, Washington reactiva una guerra que ya había terminado.
MB: Ante todo este caos, ¿cuál sería el balance de Trump en
la geopolítica del Medio Oriente? ¿Podría su regreso aportar otra vía para
salir del conflicto?
TM: Donald Trump es un ovni político. Se inspira en el
ejemplo del ex presidente [estadounidense] Andrew Jackson (1829-1837) y no
tiene ninguna relación con las ideologías de los partidos republicano y
demócrata. Su primera decisión, cuando llegó a la Casa Blanca, fue sacar al
director de la CIA del Consejo de Seguridad Nacional. Eso provocó sus primeros
problemas y fue causa de la renuncia forzosa del general Mike Flynn.
Donald Trump quería resolver los problemas internacionales
no por las armas sino mediante el comercio. Eso puede considerarse una ilusión
pero [Trump] es el único presidente estadounidense que nunca inició una guerra.
Interrumpió bruscamente el uso de intermediarios terroristas por parte de
Washington, principalmente de al-Qaeda y Daesh. Cuestionó el papel de la OTAN,
una alianza militar, que según palabras de su primer secretario general tiene
como objetivo «Mantener a los estadounidenses dentro, a los rusos afuera y a
los alemanes bajo tutela».
Si estuviese en el poder, [Trump] ayudaría la mayoría de los
ciudadanos israelíes a deshacerse de los sionistas revisionistas, o sea del
grupo de Benyamin Netanyahu. [Trump] continuaría la aplicación de los Acuerdos
de Abraham y pondría fin al apoyo occidental a la Hermandad Musulmana; ayudaría
la mayoría de los ucranianos a deshacerse de Volodimir Zelenski y haría la paz
con Rusia, etc.
Pero Donald Trump no ha sido electo aún y el equipo en el
poder trata actualmente de obligarlo a renunciar a su programa para poder
llegar a la Casa Blanca.
MB: Al final, ¿el Occidente representado por el eje
americano-sionista está condenado a morir?
TM: Usted califica de «americano-sionista» el grupo que
dirige actualmente el Occidente político. Es una manera de ver las cosas. Yo
pienso, sin embargo, que ese grupo no está vinculado a un Estado. Esa gente
está en el poder en Estados Unidos y en Israel, pero podrían estar en otra
parte. Dicen defender el nacionalismo judío, pero no son nacionalistas. Son
supremacistas, rechazan la igualdad entre las personas y consideran
insignificante el hecho de masacrar humanos masivamente. Para ellos, «para
hacer la tortilla hay que romper los huevos».
Esa es la manera de pensar que llevó a la Segunda Guerra
Mundial, con sus gigantescas masacres de civiles.
Hoy numerosos dirigentes del mundo se dan cuenta de que esa
gente no es diferente de los nazis y que están trayendo los mismos horrores. El
Tercer Mundo tiene ahora educación y es miembro de la ONU. Y ya no puede seguir
soportando el poder de esa gente. Rusia aspira a restablecer el Derecho
Internacional que el zar Nicolás II había creado junto con el francés premio
Nobel de la Paz Leon Bourgeois en la conferencia de La Haya, en 1899. China
aspira a la Justicia y ya no tolerará «tratados desiguales».
Me parece que esa forma de “gobernanza” ya está muerta. En
las Naciones Unidas, la resolución anual que exige el fin del bloqueo contra
Cuba se adoptó con los votos favorables de 197 Estados contra 2 (Estados Unidos
e Israel). La resolución exigiendo un alto al fuego inmediato y duradero en
Gaza fue aprobada por 153 Estados –un poco menos pero lo que está en juego es
mucho más grande. En todo caso, podemos ver que existe una mayoría contraria a
la política de esa gente. Cuando ceda la barrera, y estamos cerca de ese
momento, el Occidente político se derrumbará. Tenemos que desprendernos de esa
balsa antes de que se hunda.
https://www.voltairenet.org/article220237.html
[3] Consejero de Seguridad Nacional del presidente estadounidense James Carter. Nota de Red Voltaire.
[4] Designado en Occidente como “Estado Islámico” (EI), “Estado Islámico de Irak y el Levante”, “Estado Islámico de Irak y Siria”, etc. y por siglas en inglés como IS (Islamic State) e ISIS. Nota de Red Voltaire.
[5] Presidente de Francia desde 1981 hasta 1995. Nota de Red Voltaire.
[6] Ministro del Interior de Francia bajo la presidencia de Francois Mitterrand. Nota de Red Voltaire.
[7] Grupo yihadista que operó contra el Estado argelino entre 1993 y 2004. Nota de Red Voltaire.
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