Prepárate para odiar a los estibadores-
Cada vez que un colectivo "privilegiado" pierde derechos, el efecto mariposa laboral nos acaba golpeando a todos
El diario.es.
Pero estamos de enhorabuena, porque en los próximos días nos van a
echar un nuevo hueso: los estibadores de puerto. No sabíamos nada de
ellos hasta ahora, solo que son los que cargan y descargan barcos; pero
resulta que también son unos privilegiados. Ahora el Gobierno prepara un
decreto para liberalizar la actividad, y los trabajadores están dispuestos a ir a la huelga
para defender sus derechos. Perdón, quiero decir que "los privilegiados
están dispuestos a chantajearnos para defender sus privilegios".
La secuencia es la habitual, la hemos visto muchas veces:
1.- Cogemos un colectivo que todavía no haya sucumbido a reformas laborales y precarización.
2.- Anunciamos recortes de sueldos y derechos, porque "lo manda
Europa", y con el argumentario habitual: liberalizar, ganar
competitividad, modernizar, crear empleo…
3.-
Señalamos a los trabajadores como "privilegiados", "restos de un modelo
anacrónico" (a ser posible del franquismo, para odiarlos más), y por
supuesto "aristocracia sindical".
4.- Informamos a la ciudadanía de los privilegios (sueldos altos, eso lo primero).
5.- Rompemos la negociación, por muy avanzada que esté, y no les dejamos más salida que la huelga.
6.- Acusamos a los huelguistas de dañar un "sector estratégico".
7.- Lanzamos una campaña de desprestigio por tierra, mar y aire.
Además, hay que asegurarse de que los representantes sindicales no
tengan voz, que ya sabemos lo manipuladores que son: si les dejamos,
dirán que lo suyo no son privilegios sino derechos ganados en décadas de
lucha, que la suya es una profesión especialmente dura y con alta
siniestralidad, que hay otras opciones para cumplir con Europa, que los
puertos son rentables y lo único que buscan gobierno y patronal es abaratar costes laborales (rebaja salarial ¡del 60%!, más horas de trabajo, flexibilidad laboral…).
Nada, ni caso. No escuchen a los trabajadores, que son capaces de
convencernos. Yo ayer lo hice, atendí a sus razones, y me entraron
dudas: a ver si van a tener razón… A ver si en realidad no son unos
privilegiados… A ver si es que el único "privilegio" que tienen (el
mismo "privilegio" que controladores, mineros o funcionarios; el mismo
"privilegio" que hemos perdido la mayoría; el que les quieren quitar) es
el "privilegio" de ser capaces de defender sus derechos, de tener
conciencia de clase, organización y capacidad de lucha.
Tantas dudas me entraron que miré a ver qué sindicato
es ese de los estibadores y descubrí que tiene unos principios que no
parecen los propios de una mafia ni de una aristocracia insolidaria: una coordinadora que se define de
clase, democrática, asamblearia, internacionalista y que defiende la
solidaridad con toda la clase trabajadora (como demuestra su
participación en sucesivas huelgas generales).
Uf, me
ablandé, lo reconozco. Empecé a pensar que deberíamos apoyar la lucha
de los estibadores. No por ellos, sino por nosotros: porque cada vez que
un colectivo "privilegiado" pierde derechos, el efecto mariposa laboral
nos acaba golpeando a todos. No ganamos nada y, a cambio, perdemos
espacios de organización sindical que todavía resisten y que sirven como
ejemplo.
Nada, un día tonto, en seguida se me pasa.
En cuanto vea dos telediarios recordándome el sueldazo de los
estibadores me sumaré otra vez al pelotón de odiadores. Hacedme sitio,
que voy.
VER .
No hay comentarios:
Publicar un comentario