domingo, 28 de agosto de 2022

Indignación en Francia por una entrevista a Pío Moa .

Indignación en Francia por una entrevista a Pío Moa en la que acusa a la izquierda de provocar la Guerra Civil

A nadie le molestó la publicación, el 28 de julio, de una larga entrevista de ocho páginas en la apertura de la última edición especial de Figaro Histoireque pasó casi desapercibida. Pero el debate se desbordó en las redes sociales en los primeros días de agosto, después de que el vídeo de promoción de la entrevista fuera publicado en Internet por Isabelle Schmitz, que lo codirigió desde Madrid.

La periodista, redactora jefa adjunta de Figaro Hors-Série, promete "una versión totalmente nueva de la Guerra Civil española, respaldada por hechos y citas de sus principales protagonistas". Se refiere a los años de guerra entre los republicanos y Franco, de 1936 a 1939, preludio de los treinta y cinco años de dictadura franquista. El ensayista con el que habló la periodista, y que tanto entusiasmo despierta en ella, se llama Pío Moa.

Nacido en 1948, este gallego es autor de numerosos textos de divulgación muy controvertidos sobre el pasado violento de España, entre los que destaca el best-seller Los mitos de la Guerra Civil (La Esfera de los Libros, 2003, unos 300.000 ejemplares vendidos). Casi veinte años después, un editor francés consideró necesario publicar una traducción al francés (bajo el título Les Mythes de la guerre d'Espagne) de este texto, que está lleno de matices revisionistas.

Su tesis central, ya presente en un primer texto publicado en 1999, Los orígenes de la Guerra Civil española, editado por Encuentro, es espectacular: las fuerzas de la izquierda son las únicas responsables del estallido de la guerra civil en 1936. "La derecha no era violenta antes de la guerra, mientras que en la izquierda el terror ya había comenzado en 1931", asegura Le Figaro. Y añade: "La Falange [fundada en 1933 por José Antonio Primo de Rivera], que era muy minoritaria dentro de la derecha, y que se presentaba fuera de España como una organización fascista violenta, sólo era violenta muy ocasionalmente.”

Pío Moa absuelve así a Franco y a su régimen de cualquier responsabilidad por el golpe de Estado de julio de 1936, así como por la violencia que siguió. Posteriormente, minimizó la magnitud de las masacres perpetradas por el bando nacional, incluidas las de Badajoz, en la frontera con Portugal, en el verano de 1936, y la de Gernika, la ciudad vasca bombardeada en 1937 por los aviones alemanes enviados en apoyo de Franco.

Contactados por Mediapart, cinco historiadores, franceses o españoles, especialistas en la Segunda República (a partir de 1931), la Guerra Civil (de 1936 a 1939) o el régimen de Franco hasta la muerte del Caudillo en 1975, dicen estar "horrorizados", "estupefactos" o "pasmados" por el tratamiento editorial que se ha dado al libro. Para ellos, este texto es una "falsificación", según la historiadora Charlotte Vorms, o una reescritura reaccionaria de la historia.

Mercedes Yusta, profesora de historia contemporánea de España en la Universidad París-8, considera que el conjunto -el libro, la entrevista y el vídeo- es "alucinante": "Este libro, publicado en 2003, se presenta como innovador. Pero eso no era así en absoluto en 2003, y lo es aún menos en la actualidad.” Y añade: "Es difícil entender el proyecto de esa traducción al francés, a no ser que se sitúe en un contexto político e ideológico más amplio de rearme de la extrema derecha a nivel europeo".

Un divulgador nostálgico del franquismo

Aunque el número especial del Figaro presenta a Pío Moa como una figura destacada de la disciplina, los académicos describen a un personaje mucho más dudoso, sin ninguna relación con el mundo académico. "No es un historiador profesional, sino un ensayista o propagandista, con fuertes vínculos con los círculos intelectuales de la extrema derecha", afirma el franco-español Nicolas Sesma, profesor titular de la Universidad de Grenoble-Alpes y especialista en el franquismo. Sesma denuncia a Moa, antiguo militante maoísta de los Grapo en los años 70, por su método de "cherry picking", que consiste en retener sólo los hechos que confirman su propia tesis.

“Él se presenta como un historiador censurado, un denunciante, solo contra todos, convencido de que todo lo que se ha escrito antes es falso", añade Pierre Salmon, profesor e investigador y autor de una tesis sobre el tráfico de armas suministradas durante la Guerra Civil española. “Pero para hacer historia hay que cotejar las fuentes, cosa que él nunca hace, y tener en cuenta lo que se ha escrito y establecido en el pasado, lo que da autoridad.”

"Moa supo ocupar ese nicho en España, entre la divulgación y la nostalgia del franquismo, en un momento, a principios de la década de 2000, en el que estaban muy animados los debates sobre la ley de memoria histórica [aprobada en 2007 bajo el gobierno socialista de Zapatero]", dice Nicolás Sesma. "Su libro aportó argumentos para contrarrestar la aparición [durante la década de 2000] de una narrativa sobre la guerra civil y el franquismo que finalmente ponía en el centro a los vencidos de la guerra civil y a las víctimas del franquismo", lamenta Mercedes Yusta.

Sin pretender ser exhaustivos, podemos identificar cinco puntos clave en el argumento de Pío Moa, tal como lo desarrolla en particular en la entrevista con Le Figaro.

1 - ¿Tesis innovadoras?

Según la periodista Isabelle Schmitz, la tesis de Moa es "totalmente nueva". En realidad, se trata de "un refrito de tesis de extrema derecha", resume Nathan Rousselot, doctorando en historia de la Universidad de Nantes, que está escribiendo una tesis sobre la Guerra Civil española. Los escritos de Moa no hacen más que actualizar una vieja cantinela, la del complot comunista, perfeccionada a lo largo de las décadas por los historiadores del franquismo.

"Cuando la comunidad internacional debatía sobre una posible intervención en la guerra de España en 1937, el régimen de Franco ya había planteado la idea de un amenazante complot comunista. Su movimiento fue ‘preventivo’ porque querían contrarrestar el riesgo de un golpe comunista. Pío Moa retoma la propaganda de guerra de Franco, sin aportar ninguna prueba", explica Nicolás Sesma.

"Para defender al régimen contra la acusación de estar en el origen del conflicto, la historiografía franquista elabora la ficción de una guerra preventiva desencadenada para alejar la amenaza de una revolución comunista en ciernes", escriben las académicas Élodie Richard y Charlotte Vorms en un artículo de referencia publicado en la revista Vingtième Siècle.

2 - ¿Un golpe de estado en 1936 para bloquear una intervención de Moscú?

¿En qué consistió exactamente esa "política de invasión" de Iósif Stalin en España en los años 30? “La amenaza de un golpe de Estado dirigido por la URSS es totalmente imaginaria", argumenta el historiador Pierre Salmon. “Este tipo de construcción por parte de la extrema derecha se da en otros países de la época, incluida Francia. Se agita la amenaza de una conspiración desde Moscú, se fabrican pruebas falsas.”

"Antes del comienzo de la guerra civil, los vínculos con el comunismo eran tenues. Los anarquistas estaban más presentes, mejor implantados, sobre todo en Cataluña", continua Salmon. Unas semanas después del estallido de la guerra, los soviéticos proporcionaron una ayuda material que permitió a la República Española resistir. Pero se demostró insuficiente y discontinua con el tiempo. En parte porque Stalin eligió apoyar a los comunistas en China y no en España.”. "En definitiva, nunca hubo voluntad de instaurar una dictadura comunista por parte de Stalin en España, como pretenden hoy estos pensadores neofranquistas", insiste Pierre Salmon.

3. ¿La guerra civil ya en 1934?

Ansioso por hacer recaer la responsabilidad de la guerra civil en lo que él llama "la izquierda", para Moa la guerra civil comienza con la insurrección de Asturias de 1934, una revuelta de trabajadores anarquistas, comunistas y socialistas que fue masivamente reprimida. "Es cierto que 1934 fue un punto de inflexión en la historia de la Segunda República, un punto de inflexión en la polarización tanto de la extrema derecha como de la extrema izquierda, pero fue después, con la victoria del Frente Popular en febrero de 1936, cuando sectores de la derecha conservadora decidieron que había que acabar con esta república", afirma Mercedes Yusta.

“También en este caso, fechar el inicio de la guerra civil en 1934 lleva al comienzo del franquismo", dice Charlotte Vorms. “Pero hoy ya no se discute en el mundo académico que fue el golpe de Estado de julio de 1936 el que rompió la legalidad republicana.”

4. ¿Se opuso Franco durante mucho tiempo a un golpe de Estado?

En la entrevista concedida a Le Figaro, Pío Moa afirma: "Ciertamente, ante la inacción del gobierno para restablecer el orden público, la derecha había empezado a organizarse y a conspirar con el ejército. Pero Franco había rechazado tres veces la idea de un golpe de Estado. De hecho, Franco parecía más cauto que otros generales cuando se organizaban conspiraciones, “porque no quería dar un golpe de Estado que no tuviera garantías de funcionar, sin la participación de la Guardia Civil y la Guardia de Asalto", explica Nathan Rousselot.

"En este punto, Pío Moa no se equivoca del todo, pero las intenciones golpistas de Franco existen, y fue uno de los generales que hablaron de un golpe de Estado en diciembre de 1935, y luego en febrero de 1936, en el momento de la proclamación del Frente Popular, para impedir el regreso de la izquierda al poder", continúa Rousselot.

5. Sobre las fosas comunes

Al final de la entrevista concedida a Le Figaro, el ensayista termina mencionando la exhumación de fosas comunes, un proyecto doloroso en España, emprendido por asociaciones que se quejan desde los años 2000 de la falta de recursos financieros, debido a la falta de un compromiso claro del Estado.

Tras minimizar los resultados de las exhumaciones realizadas "durante veinte años con dinero público", Pío Moa continúa: "Estos descubrimientos se escenifican de forma espectacular y sin retrospectiva", asegurando que en 2003, cerca de Granada, se habían confundido "huesos de cabras y perros" con restos humanos de víctimas republicanas. ¿Qué sentido puede tener esta anécdota, de ser cierta, dada la importancia de lo que está en juego con las exhumaciones, unas 4.000 fosas con alrededor de 100.000 desaparecidos?

¿Qué influencia tiene en la derecha española?

Los historiadores con los que ha contactado Mediapart confirman también que la Segunda República Española sigue siendo objeto de un vivo y rico debate dentro de la comunidad científica. En particular, sobre la mecánica perversa de la cadena de violencia, entre revolución y reacción, a partir de 1934.

“Algunos historiadores, que se basan en gran medida en los discursos de los actores, hacen hincapié ahora en la violencia de la izquierda y consideran que habría sido posible una república de derechas [tras las elecciones de 1933], y que no se les dio una oportunidad", describe Charlotte Vorms. “Otros historiadores más de izquierdas, como Rafael Cruz, han demostrado que los métodos de actuación no eran los mismos, entre la violencia de derechas y la de izquierdas.” Y continúa: "Los debates sobre la Segunda República son muy vivos, pero es una discusión con argumentos bien fundados, posiciones antagónicas de historiadores, que utilizan métodos científicos. No tiene nada que ver [con las tesis de Moa]".

Tras el gran éxito del ensayo de Pío Moa de 2003, algunos académicos, como los españoles Enrique Moradiellos y Ángel Viñas y el británico Paul Preston, se sumaron a la causa para criticarlo. Esa labor de zapa, realizada por respetados historiadores, ha empañado la imagen de Moa en España, pero no impidió que este revisionismo franquista floreciera, a partir de finales de los años 90, en una parte de la clase política española anclada en la derecha.

En una entrevista concedida a InfoLibre (socio de Mediapart en España), el historiador Francisco Espinosa lamentaba en 2021 "la victoria de los 'Moa'", en alusión a los argumentos de Pío Moa y otros pseudohistoriadores nostálgicos del franquismo, que ahora se pueden escuchar en el Congreso de los Diputados, en boca de los diputados del derechista PP y del ultraderechista Vox.

Francisco Espinosa destaca el papel decisivo del conservador José María Aznar en este asunto. Entre 1996 y 2004, el jefe del Gobierno del PP se apoyó en las teorías revisionistas popularizadas por Moa y otros para contrarrestar la historiografía de la represión franquista que entonces estaba en pleno apogeo en las universidades españolas, así como las demandas de la sociedad civil para la exhumación de fosas comunes. En 2003, Aznar citó el bestseller de Moa -que acaba de ser traducido al francés- entre sus lecturas de verano.

Como prueba de la intensidad de estos debates hoy en España, el Ayuntamiento de Madrid, en manos de la derecha, retiró en 2020, a propuesta de Vox, la placa de una calle de la capital con el nombre de Francisco Largo Caballero, sindicalista y figura del Partido Socialista, que gobernó entre 1936 y 1937. Un "delincuente" y un "antidemócrata", dijo un diputado madrileño de Vox para justificar su propuesta, retomando el argumento desarrollado por Moa en particular. Desde entonces, muchos historiadores han expresado su oposición a la retirada de la placa, y a finales de julio pasado, dos años después, los tribunales han exigido finalmente su reposición.

“Se está produciendo una reescritura de la historia, que consiste en decir que la izquierda es responsable de los peores males del siglo XX", observa Nathan Rousselot. “El movimiento es bastante similar al que conocemos con Éric Zemmour en Francia. La traducción al francés del libro de Pío Moa está en consonancia con el momento de banalización de la extrema derecha al que asistimos en estos momentos en la Asamblea Nacional.” El historiador continúa: "En el vídeo del Figaro, la periodista Isabelle Schmitz habla de Calvo Sotelo [asesinado en julio de 1936] como una figura de la derecha moderada, cuando él procede de la extrema derecha monárquica. Todo lo que está pasando es muy revelador.”..  Fuente Infolibre  ..Indignación en Francia por una entrevista a Pío Moa en la que acusa a la izquierda de provocar la Guerra Civil (infolibre.es)


sábado, 27 de agosto de 2022

Guantánamo en Polonia.

 Guantánamo en Polonia  

Iouso  Perales

La Unión Europea (UE) se viene abajo como proyecto político democrático y fuente de valores. Ni la derecha tradicional ni la socialdemocracia quieren verlo.

La UE ni siquiera se respeta a sí misma y acepta de manera asombrosa que un país miembro viole los derechos humanos con total impunidad.

Lo que están haciendo los jueces polacos en cuyas manos está la suerte de Pablo González, cruza las líneas rojas. A ver si se enteran los demócratas pusilánimes: no hay nada que pueda justificar su aislamiento que incluye la prohibición de visitas familiares y de su propio abogado. Y si alguien no actúa, debiendo hacerlo, por tener dudas sobre la inocencia de Pablo, debe saberlo: nada justifica que no se respeten sus derechos. Nada.

Después de seis meses de reclusión los jueces acaban de prolongar su prisión otros tres meses más. ¿Saben por qué? Porque no encuentran pruebas para fundamentar una acusación homologable. Pablo González es hoy un rehén, una víctima utilizada por el gobierno polaco que sirve a la derecha en el poder para extender un sentimiento de país atacado por Rusia que necesita defenderse de enemigos que incluso están dentro de sus fronteras. Saldrán perdiendo las libertades de un régimen que no respeta el principio de presunción de inocencia. Todo huele a una detención que se quiere exhibir como vuelta de tuerca hacia un mayor autoritarismo.

Andrzej Duda, actual presidente de la República de Polonia es el responsable de la detención del periodista vasco cuando estaba cubriendo el éxodo de refugiados ucranianos hacia Polonia, como freelance, durante los primeros días de la invasión rusa. Andrzej Duda no quiere testigos en sus conflictivas fronteras y ha dado un serio aviso a los corresponsables que cubren la guerra desde Polonia. La realidad es que los jueces polacos no tienen pruebas contra Pablo y antes que ponerlo en libertad prefieren alargar su prisión y ya se verá si finalmente aparece algún indicio de culpabilidad. Claro que, en el tiempo transcurrido, desde su detención, ahora hace seis meses, ha habido tiempo para fabricar pruebas falsas que salven las decisiones judiciales (políticas) tomadas. Veremos.

La pregunta es, ¿cómo la UE acepta que el régimen de Polonia incumpla con los principios básicos del derecho y de la democracia? ¿cómo y por qué silencia lo que debieran ser críticas severas y sanciones? Lo cierto es que este caso muestra la ruta que sigue la UE hacia la relativización de las libertades atacadas desde la extrema derecha.

Polonia, su gobierno y sus jueces, ningunea al gobierno español y a su presidente Pedro Sánchez cuya tímida voz se ha limitado a decir que respeta a la justicia polaca. Estoy persuadido que Sánchez ha doblado la rodilla ante presiones de algunos actores que con frecuencia le recuerdan a quien pertenece Ceuta y Melilla. Puede parecer inverosímil, pero es que los pulsos geopolíticos son así. El chantaje está presente en el tablero de la política donde se mueven fichas inesperadas. ¿Saben cuanta presión exterior recibió Sánchez para pasarse a la posición marroquí sobre el Sahara? Toda y más. Piensen en una gran potencia mundial y acertarán.

La Asociación Pro Derechos Humanos de España (APDHE) ha instado también al Gobierno español y a los organismos de la Unión Europea a actuar en defensa de los derechos de Pablo González y de la libertad de prensa. Por su parte, las Federaciones Internacional y Europea de Periodistas han afirmado que la detención de González es un ataque a la libertad de prensa y a la democracia, pidiendo al Gobierno polaco su puesta en libertad. También, Reporteros Sin Fronteras denuncia la detención y pide al gobierno polaco su liberación..

«Yo he hablado con la Seguridad polaca y se les nota muy seguros de la impunidad con la que están actuando», denuncia su abogado, Gonzalo Boye. El relativo alivio que ha supuesto el anuncio del presidente español de amparar consularmente a Pablo González no se ha traducido en la liberación del periodista detenidoSu letrado insiste en que su detención es irregular, sin ‘luz ni taquígrafos’, por acusaciones desconocidas hasta el momento y con absoluta indefensión.

Sabido es que el gobierno de Polonia está impulsando una presión brutal contra la prensa, hasta el punto de que la Comisión Europea expresó su preocupación en diciembre de 2021, por la aprobación del parlamento polaco de una polémica ley que golpea a los medios más críticos, restringiendo la libertad de prensa. Por su parte, los eurodiputados volvieron a debatir y aprobar (502 votos a favor» y 149 votos en contra, incluyendo a toda la extrema derecha), una resolución sobre el deterioro del Estado de Derecho en Polonia y, en particular, de la libertad de prensa. Críticos europeos que siguen las políticas gubernamentales en Polonia, dicen que las medidas contra los grupos de medios de comunicación forman parte de una agenda cada vez más autoritaria, que ha puesto a Varsovia en conflicto con Bruselas en relación con los derechos del colectivo LGBT y las reformas judiciales.

El contexto de persecución de medios extranjeros es inquietante para el caso de Pablo González, pues ahora mismo su prisión simboliza el endurecimiento del gobierno polaco contra la libertad de prensa. Es un hecho que el encarcelamiento de Pablo González está fuera del marco legal de la Unión Europea. Pero la Comisión no se pronuncia. Otra vez la cobardía europea, esa misma que nos está haciendo insignificantes.

Por cierto, el Tribunal Europeo de Derechos Humanos ya resolvió en 2014 que el gobierno polaco se confabuló con la Agencia Central de Inteligencia (CIA) estadounidense para montar en Stare Kiejkuty una prisión secreta que estuvo en funcionamiento entre 2002 y 2005. En ese lugar, a 180 km al norte de Varsovia, los detenidos permanecían recluidos en detención secreta y eran torturados. Sucedió durante el gobierno socialdemócrata de Leszkek Miller Kwasniewski que en 2004 logró la adhesión de Polonia a la Unión Europa. La UE lo celebró, y eso que ya la noticia de la cárcel secreta había salido a la luz. Algunas voces dirán ¿qué tiene que ver esto con la prisión de Pablo? Tiene que ver: está en manos de gente peligrosa.

jueves, 25 de agosto de 2022

La Francáfrica

 

Mali ante las contradicciones de Francia

Manlio Dinucci
Los problemas de Mali vienen del ataque ilegal de la OTAN a Libia. En cuanto a los grupos yihadistas, ‎son orquestados... por los servicios secretos de Francia

Al igual que EEUU en el Medio Oriente, en Mali los franceses son al mismo tiempo bomberos e incendiarios. Ahora, Francia retira sus tropas de Mali... pero a la vez prepara con Washington una guerra de mayor envergadura en el Sahel.

En 2010, durante la crisis de Costa de Marfil, Francia cambió de política en África. El apoyo que el entonces presidente Nicolas Sarkozy aportó al candidato Alassane Ouattara no coincidía con los intereses de Costa de Marfil ni con los de las grandes empresas francesas, que trataron inútilmente de oponerse a las acciones de Sarkozy. Washington solicitaba a París que sacara del poder al presidente Laurent Gbagbo, un ex colaborador de la CIA convertido en nacionalista.

Al año siguiente se dio una situación similar en Libia. El presidente francés Nicolas Sarkozy creyó al parecer que podría construir un imperio petrolero gracias a un cambio de régimen. En realidad Sarkozy no sirvió a los intereses libios ni a los franceses. Sólo se alineó junto a EEUU y la OTAN.

Pero Muammar el Kadhafi era la única persona en África que había logrado que árabes y negros colaboraran entre sí, después de siglos de guerras y de esclavismo. Además, Kadhafi había utilizado los ingresos provenientes del petróleo para tratar, junto al presidente Amadou Toumani Touré, de construir un mínimo de Estado en Mali (el antiguo «Sudán francés») según el modelo de los socialistas franceses del siglo XIX (Proudhon y Fourier) y de la Yamahiriya Árabe Libia.

Al derrocar al Guía de la Revolución libia, la OTAN desató también el caos en Mali. Hecho extraordinario, el comandante del AfriCom estadounidense se rebeló contra el apoyo de Washington a al-Qaeda contra Libia, provocando así un giro en los objetivos de la OTAN.

Durante los siguientes meses se produjo en Mali un reinicio de la rebelión tuareg, pero a partir de entonces grupos yihadistas respaldados por la Hermandad Musulmana libia -o sea, por los servicios secretos anglosajones- desempeñaron un papel mucho más importante en esa rebelión. Carentes de los medios materiales necesarios para enfrentarse a los yihdistas, los militares malienses se amotinaron. Los servicios secretos de Francia y EEUU aprovechan entonces la ocasión para derrocar al presidente de la República, Amadou Toumani Touré, a sólo semanas del fin de su mandato, y ponen en su lugar al presidente de la Asamblea Nacional, Doincounda Traoré. Esta maniobra fue legalizada por la Comunidad Económica de Estados de África Occidental (CEDEAO), presidida en aquel momento por Alassane Ouattara, instalado en el poder el año anterior en Costa de Marfil... precisamente por las tropas francesas.

Los yihadistas atacaron entonces la ciudad maliense de Konna y extendieron la aplicación de la charia al norte del país. El presidente títere Dioncounda Traoré solicitó la intervención del ejército francés, que no esperaba otra cosa. Por supuesto, el presidente francés Francois Hollande se apresuró a proponer la ayuda de Francia para contrarrestar la influencia de los yihadistas -respaldados estos últimos por los aliados anglosajones y qataríes de Francia- y garantizar de paso su propio aprovisionamiento en uranio.

Así comenzó la "Operación Serval", aprobada por el Consejo de Seguridad de la ONU. Se trataba claramente de un regreso a la vieja política colonial de Francia. En 2014, se firmó un acuerdo secreto que permitió a Francia desplegar tropas no sólo en Mali y en Chad sino en todo el Sahel y no en contra de los anglosajones sino junto a ellos y con el conjunto de las potencias europeas en contra de los yihadistas... a los que, sin embargo, Francia seguía respaldando. Así comenzaba la "Operación Barkhane".

Al cabo de un periodo de confusión, finalmente se realizó en Mali una elección presidencial que puso legalmente en el poder al presidente Ibrahim Boubacar Keita. Aunque se presentaba como laico, Ibrahim Boubacar Keita recurrió al apoyo de Arabia Saudita -que se había puesto en contra de la Hermandad Musulmana- frente a Qatar -que había pasado a respaldar la Hermandad Musulmana.

 

En 2013, el influyente diario francés "Le Monde" asume abiertamente el carácter neocolonial de la operación del presidente Francois Hollande en Mali. Sin complejos, "Le Monde" anuncia en primera plana que "El ejército francés toma Tombuctú".

Las contradicciones francesas ya eran evidentes. El presidente Francois Hollande se había visto obligado a retrasar el despliegue de las fuerzas de la "Operación Serval" para dar tiempo a que sus aliados qataríes retiraran los consejeros militares que habían enviado a los yihadistas. Después, los yihadistas que trataban de derrocar el gobierno sirio -con el apoyo de Francia- protestaron contra los «traidores franceses» que luchaban contra sus «hermanos» yihadistas en Mali. Y cuando el ministro de Exteriores de Rusia, Serguei Lavrov, interrogó a su homólogo francés, Laurent Fabius, sobre aquel enredo, Fabius se limitó a responderle, entre risas: «¡Esa es nuestra realpolitik!»

Las primeras acciones del ejército francés en Mali fueron militarmente inaceptables: las víctimas civiles de sus bombardeos fueron 7 veces más numerosas que los yihadistas muertos. Lógico resultado: la opinión de los malienses se volvió en contra de Francia.

La primera víctima de esa estúpida y bárbara política de París fue el presidente maliense Ibrahim Boubacar Keïta, derrocado en 2020 por un nuevo movimiento militar. En definitiva, un grupo de militares inspirado en el ejemplo del revolucionario burkinabés Thomas Sankara (1949-1983) constituyó un gobierno de transición alrededor del coronel Assimi Goita.

El 8 de octubre de 2021, el primer ministro maliense Choguel Kokalla Maiga concede una entrevista a la agencia RIA-Novosti.

El ejército maliense no tardó en revelar lo que estaba sucediendo. El 8 de octubre de 2021, en entrevista concedida a la agencia RIA-Novosti, el primer ministro de Mali, Choguel Kokalla Maiga, denunciaba el doble juego de Francia, aportando incluso detalles sobre el entrenamiento de los yihadistas en la región de Kigal, donde las tropas de Mali no habían podido entrar... porque el ejército francés había prohibido que lo hicieran.

Por supuesto, ningún medio francés reportó aquella entrevista. La prensa occidental en general prefería dedicar el máximo espacio a las conversaciones del gobierno de Mali con Rusia que podían conducir a un despliegue de la empresa militar privada rusa Wagner.

El 23 de diciembre de 2021, Francia dirigía a Mali una nota -firmada también por Bélgica, Reino Unido, Países Bajos, Dinamarca, Alemania, Italia, Canadá, Lituania, Noruega, Portugal, Rumania, Chequia y Suecia- deplorando la posibilidad de que el gobierno de Mali pudiese decidir recurrir a Wagner.

En enero de 2022, el gobierno de transición de Mali -la «junta», según la terminología francesa- denunció una violación del espacio aéreo nacional por parte de los militares franceses. El general francés Laurent Michon, jefe de la fuerza denominada Barkhane, argumentó entonces que los militares franceses habían actuado en aplicación de las prerrogativas concedidas por el presidente títere Dioncounda Traoré al iniciarse la Operación Serval y fingió creer que tales prerrogativas se extendían a Barkhane.

Llegados a este punto no queda más remedio que reconocer que los esfuerzos de los militares franceses, independientemente del papel de los servicios secretos franceses en sentido opuesto -a favor de los yihadistas- ha sido reconocido como un fracaso por todos los observadores.

Al no poder distinguir entre "buenos" y "malos", el gobierno de transición pidió a los franceses que se fueran. París trató de presionar al gobierno de Mali a través de la CEDEAO, cuyos miembros decidieron cerrar sus fronteras con Mali y congelar los fondos de ese país depositados en el Banco Central de Estados del África Occidental. Pero, al fin y al cabo, los franceses tuvieron que resignarse a emprender la retirada.

El 11 de mayo EEUU organizaba en Marruecos una reunión de la llamada coalición global contra Daesh. En ese encuentro participaron los ministros de Exteriores de 85 países... bajo la presidencia de la subsecretaria de Estado estadounidense Victoria Nuland. El objetivo de esa reunión fue preparar la próxima guerra en Sahel... con el armamento que supuestamente se envía a Ucrania y que en realidad se almacena en Kosovo y Albania.

A mediados de junio de 2022, mientras que los militares franceses preparan su retirada, el gobierno de transición de Mali contrata la empresa militar privada rusa Wagner para que los reemplace. En Francia se hace campaña contra esos intrusos, sobre todo contra uno de sus dirigentes, Evgueni Prigozhin. La editorial francesa Michel Lafon publica el testimonio de un ex comandante de Wagner en el Donbass y en Siria. El grupo también está presente en la República Centroafricana y en Libia y se le acusa de ciertos abusos, por cierto menos graves que los cometidos por soldados franceses. También se acusa a Prigozhin de tener una empresa informática y de haber manipulado la elección presidencial en EEUU. Esa propaganda se repite incansablemente a pesar de que una investigación judicial estadounidense no ha logrado comprobar absolutamente nada de eso. También se dice que Prigozhin sirve de consejero a Saif al-Islam Kadhafi, hijo del asesinado líder libio, y que apoya organizaciones de defensa de los derechos humanos que se enfrentan a los gobiernos occidentales.

El 3 de julio la CEDEAO, temiendo ganarse la hostilidad de Rusia, acaba anulando discretamente las sanciones que había impuesto a Mali.

El 6 de julio el gobierno de transición de Mali entrega al Consejo de Seguridad de la ONU un calendario detallado de las reformas democráticas que ha planificado para aplicarlas antes de la elección del próximo presidente de la República, prevista para febrero de 2024. Es evidentemente que ese calendario ha sido preparado con el concurso de consejeros rusos.

El 21 de julio, el general francés al mando de la fuerza Barkhane acusa al grupo Wagner de explotar 3 minas de oro como pago de su intervención.

El 9 de agosto, la Federación Rusa entrega al ejército de Mali un importante lote de aviones y helicópteros.

El 16 de agosto, Mali solicita al Consejo de Seguridad de la ONU la convocación de una reunión especial sobre el apoyo de Francia a los yihadistas. En su solicitud, Mali precisa que dispone de pruebas que demuestran el doble juego de Francia.

Ese mismo día, Francia envía al Consejo de Seguridad un comunicado sobre la retirada de la fuerza Barkahne de Mali. Sin mencionar la responsabilidad de Francia en la destrucción de Libia y en el apoyo a los yihadistas, el presidente francés se felicita en ese documento del "trabajo" realizado durante 9 años y recuerda que 59 soldados franceses murieron por la seguridad de las poblaciones europeas y malienses.

Hay varias interrogantes:

 ¿Por qué el ejército francés tiene tan malos resultados en África En contraste, el balance del grupo Wagner en la República Centroafricana, donde está presente desde 2018, es positivo. Se dice que los hombres de Wagner han cometido abusos -ciertamente menos que los militares franceses- pero se reconoce que han logrado restaurar la paz. El hecho es que, en situación de combate, el ejército francés ya no cuenta con los medios que exigen sus ambiciones. No logra derrotar a los yihadistas y, según la Asamblea Nacional francesa, en un conflicto de alta intensidad los militares franceses serían barridos en 2 días.

 ¿Por qué el ejército francés acepta luchar contra yihadistas respaldados por Francia En la práctica, Francia no tiene una política exterior propia desde 2007, sino que se ha limitado a realizar "jugadas" en función de aprovechar oportunidades. Esos acciones improvisadas de Francia en el exterior tienen repercusiones en suelo francés, donde los yihadistas ya no vacilan en prolongarlas. La Hermandad Musulmana, que parecía ser un temible ejército en tiempos de la guerra fría, hoy se ha convertido en un enemigo interno.

 ¿Por qué los dirigentes franceses regresaron en 2011 a la política colonial del siglo XIX a pesar de que el pueblo francés siempre ha condenado aquella política

il Manifesto 

miércoles, 24 de agosto de 2022

La utopía jesuítica del Paraguay .

 

La República de Platón y los Guaraníes de José Manuel Peramás

Cavilaciones y contradicciones de un jesuita del siglo XVIII



Durante el siglo XVII, la selva que riegan el Paraná y el Uruguay vio a los indios guaraníes levantar pueblos de arenisca roja hermosos y austeros para que les sirvieran de morada.

Padres jesuitas lideraban su empeño de una nueva vida, con anuencia de reyes y virreyes, pero bajo la mirada reprobadora de los que sólo veían en el indio mano de obra esclava para sus plantaciones y minas.

Así vivieron muchos años decenas de miles de almas, agrupadas en treinta comunidades en las que se practicaba un socialismo confesional y sin estridencias, se editaban libros en guaraní y se componía y cantaba música indo-barroca. Era aquél un oasis en el que se abolió la pena de muerte, la jornada laboral era de seis horas diarias y se cultivaban con esmero casi todas las artes. Los padres de la Compañía reinterpretaron las creencias de los indios, y el catolicismo sirvió de molde para el aguyé de los guaraníes, su ancestral búsqueda de una “tierra sin mal”.

Lamentablemente, el espíritu del capital conspiraba contra todo aquello y al fin logró echarlo por tierra, aunque sin conseguir que su memoria se desvaneciera y dejemos de buscar claves y lecciones en una experiencia cargada de ellas. ¿Cómo era en realidad la vida en aquellos falansterios clericales y selváticos? Los testimonios de los que la vivieron resultan preciosos, y por ello me gustaría recordar aquí el de José Manuel Peramás, uno de aquellos jesuitas temerariamente dispuestos a construir un paraíso en la tierra.

Un humanista en la selva

José Manuel Peramás nació en Mataró el 7 de marzo de 1732 y con quince años ingresó en la Compañía de Jesús, en la que realizó estudios de literatura y filosofía. En 1754, atraído por la labor evangelizadora de su orden en América, viajó al Virreinato del Río de la Plata, y tras concluir su formación y ser ordenado, a finales de 1758 fue destinado a la misión guaraní de San Ignacio Miní. En ella se entregó con otros tres padres a la cristianización de los indios.

Peramás sólo permaneció un año y medio en la selva, pues en seguida fue encargado de la cátedra de retórica de Córdoba, que ocupó hasta la expulsión de los jesuitas de los reinos hispanos en 1767. Establecido después en Faenza (Italia), desarrolló una extensa producción literaria en latín, en la que destacan biografías de miembros de su orden, misioneros en las tierras americanas; el poema De invento novo OrbeAnnus patiens, su relato de las vicisitudes del destierro sufrido; y De administratione guaranica comparate ad Republicam Platonis commentarius, de 1793, donde contempla las ciudades levantadas en la selva con ojos de humanista y responde a los difamadores de la Compañía. Esta obra fue vertida al castellano en Argentina por Emecé en 1946 como La República de Platón y los Guaraníes, con prólogo del historiador y jesuita argentino Guillermo Furlong y traducción y notas de Juan Cortés del Pino.

¿Comunismo guaraní?

En La República de Platón y los Guaraníes, Peramás contrasta la doctrina platónica y la realidad guaranítica para distintos aspectos de la vida. Somete así a escrutinio la ubicación de las ciudades, la construcción de las casas, los ciudadanos, los templos y sacrificios, la comunidad de bienes, los casamientos, la educación de la juventud, la música, los bailes, el trabajo colectivo, las comidas públicas, las artes y su desarrollo, el comercio, las relaciones con los extranjeros, el vestido e indumentaria, los magistrados, las leyes, el orden público, las penas, los funerales y los entierros. En cada uno de estos capítulos hallamos datos de interés sobre la vida en las misiones, al tiempo que las normas y costumbres establecidas en ellas quedan adornadas de referencias clásicas.

La fuente de inspiración de los misioneros estuvo sin duda más en las Leyes de Indias que en el filósofo ateniense, con lo que las semejanzas descritas por Peramás se deben sobre todo a coincidencias o paralelismos en cuestiones lógicas y de buen sentido, con valor universal. En cualquier caso, las analogías expuestas se leen con placer, por su amable erudición y su reivindicación de una sociedad armoniosa, que al final nos parece como idealizada en un tiempo mítico: “No había entre ellos un solo soldado profesional. Sin embargo, llegado el caso, todos estaban en condiciones de actuar como soldados. En esto seguían el ejemplo de Platón, el cual, como arriba dijimos, deseaba que todos los ciudadanos, incluso las mujeres, estuviesen debidamente adiestrados para el caso de una guerra forzosa.”

Tiene especial interés lo que se detalla sobre la organización de la vida. En las misiones cada año se atribuía a cada familia un campo para que lo cultivara en su beneficio, mientras otras tierras eran de la comunidad: “Con este sistema, todas las familias eran casi iguales y poseían los mismos bienes, a no ser que alguno cultivase su campo con mayor diligencia y obtuviese mayores cosechas. Pero esto introducía una desigualdad insignificante, y más bien constituía un estímulo (…). Por lo demás, entre los guaraníes no había un solo mendigo; porque si alguien no podía trabajar, era alimentado públicamente, y si podía, era obligado al trabajo.”

Contra los que habían afirmado que los indios eran esclavos de los jesuitas, argumenta Peramás lo raro de que nunca hubiera sublevaciones contra amos tan escasos en número e indefensos, y aduce el testimonio de un noble español que vivió entre los guaraníes y tras observar la labor infatigable de los misioneros llegó a decir: “No son los indios esclavos del misionero; son los misioneros esclavos de los indios.”

Una selva de opiniones

La obra aporta también una aproximación a las interpretaciones de diversos autores sobre las misiones. El abate Raynal, historiador, enciclopedista y fustigador del colonialismo en su Histoire des deux Indes (1770), dedica sin embargo alabanzas a la comunidad de bienes y la forma de vida establecida por los jesuitas. Peramás se queja, no obstante, de que Raynal vea en esta sociedad sólo un reflejo de una filosofía humana y no el plegado a las directrices evangélicas, lo que hace que lo apostrofe: “Raynal, el bien de la sociedad no puede derivar de las doctrinas pestilentes de los filósofos modernos (entre los cuales estás incluido), sino de la doctrina y preceptos de Jesucristo.”

Entre los que vieron aquello con buenos ojos están también Buffon, Ladouceur, Haller, Büsching o Montesquieu. Peramás menciona también detractores, como el holandés Cornelius de Pauw, aunque, en general, sus invectivas son tan irreales que provocan más risa que otra cosa. En un próximo artículo recogeré más valoraciones sobre la obra de los hijos de Loyola en Paraguay.

Jesuitas: entre La misión y La araña negra

Quizá lo más chocante de La República de Platón y los Guaraníes sea su capítulo postrero, titulado: “Apóstrofe a los filósofos liberales”, en el que Peramás afirma tajantemente que la ordenación social descrita no sería aplicable a los territorios europeos, en los que, una vez establecida la desigualdad de clases, pretender eliminarla equivaldría a crear en los pueblos un horrible estado de confusión. Sin duda las noticias que llegaban de Francia aquellos días afianzaban esta opinión.

Además, según el otrora evangelizador de los guaraníes: “No hay precepto natural que diga que todos somos iguales, ni Dios exigió jamás semejante cosa para el buen gobierno de los pueblos.” Y no es menos cierto para él que: “¡Cuántas y cuán variadas dificultades crea esta platónica comunidad de bienes e igualdad de todos! En ninguna parte, hasta ahora, ha existido ciudad alguna que se rigiera por estas instituciones, ni creo que podrá existir jamás en el futuro.” ¿Acaso no recuerda el autor de esta frase lo que él mismo contribuyó a crear en América? Por lo visto, no.

Peramás se explaya citando todas las diferencias sociales y pecuniarias sancionadas por la divinidad en las sagradas escrituras, y concluyequeDios aprueba la desigualdad y ésta es legítima, siendo a la par necesaria, pues, como se vio, otra cosa es imposible. Colectivista en América, nuestro reverendo padre se transfigura en Europa en un furioso reaccionario. Y en todo momento encuentra apoyo en la biblia para sus afirmaciones, tan diversas. Así da gusto.

Nada de esto debe extrañarnos. Comprometida a muerte con el antiguo régimen que garantizaba sus privilegios, la iglesia católica miraba con horror el igualitarismo que predicaban los abanderados del nuevo orden social. Ello no fue óbice, sin embargo, para que enfrentados al reto de extender su fe en tierras lejanas, los jesuitas fueran capaces de crear, inspirados por lo mejor de la doctrina cristiana y sacando todo el provecho posible de las Leyes de Indias, un milagroso oasis de colectivismo y coexistencia armoniosa en las selvas de Sudamérica. El sueño no duró demasiado, pero aún nos ilumina.

El padre Peramás falleció en Faenza el 23 de mayo de 1793 tras una breve y dolorosa enfermedad. Entre sus papeles más íntimos encontraron unas líneas en las que confesaba su voto al oficiar diariamente el sacrificio de la misa: “Pro America; Pro Indis et Nigris; Pro Juventute.”

Blog del autor: http://www.jesusaller.com/. En él puede descargarse ya su último poemario: Los libros muertos.

martes, 23 de agosto de 2022

Occidente ha sido derrotado, que se entere el gallinero

 

Occidente ha sido derrotado, que se entere el gallinero

Augusto Zamora R.
 Ahora EEUU lo sabe. Se acabaron los juegos de abalorios y se iniciaron los de guerra. China y Rusia han mostrado su voluntad de poder y toca a EEUU recoger -o no- el guante

Decía Clausewitz, en su célebre obra De la guerra, tan citada como poco leída, que la guerra es la continuación de la diplomacia por otros medios. Dice bastante más cosas, pero nos quedaremos con algunas, que esto quiere ser un artículo, no una introducción a la obra. En su capítulo 1, Clausewitz refiere que "la guerra constituye... un acto de fuerza que se lleva a cabo para obligar al adversario a acatar nuestra voluntad". La guerra, por tanto, es un duelo de voluntades, que, en sí mismo, no basta, pues una cosa es querer y otra poder. No interviene quien quiere, sino quien puede, como se dice en Derecho Internacional. Para imponer nuestra voluntad hacen falta recursos, en una cantidad que supere los que pueda reunir nuestro adversario, en primer lugar la energía.

Tucídides, en su magistral Historia de la Guerra del Peloponeso (quizás el más grande manual de guerra jamás escrito), dice y repite que las guerras son, sobre todo, cuestión de dinero: "la guerra no es cosa de armas, las más de las veces, sino de dinero, gracias al cual las armas son eficaces y en especial a unos continentales frente a unos marinos". Esparta era la potencia terrestre; Atenas la potencia marítima. Halford Mackinder compendió esta rivalidad en 1904, pero fue Tucídides quien narró, de forma portentosa, las ventajas de la potencia terrestre sobre la marítima, hace 2.400 años.

2.400 años después se hace menester adecuar a Tucídides. En su época, y antes, durante y aun hoy, era necesario disponer de dinero fundamentalmente para dos cosas. Una, para garantizar el suministro de las tropas, pues, a fin de cuentas, el alimento no es otra cosa que energía. Sin alimento -energía- no era posible mover tropas y animales, como hoy no es posible mover los blindados sin combustible. Dos, para garantizar, sobornar o comprar aliados, pues las guerras son, de general, ruinosas, y era preciso asegurar, al menos, la reposición de recursos de los mismos (es lo que está haciendo la OTAN con Ucrania, para que no huyan los serviles). Por eso el antropólogo Marvin Harris escribió, en su delicioso libro Bueno para comer (no es libro de recetas, aclaramos), que el control de la energía es el control del poder. Dicho esto, podemos volver al siglo XXI, más exactamente a este año 2022, haciendo recordatorio de hechos recientes y calientes.

Rusia había pedido, insistentemente, negociar un nuevo marco de seguridad europeo (¿lo recuerdan?), a lo que la OTAN (en realidad, EEUU), respondió con una bofetada política, diciendo que Ucrania era libre y soberana de ingresar en la organización atlántica y que no había nada que negociar. Cuando se cierra el camino a la política se abre el camino de la guerra. En esa estamos. El atlantismo, desde la soberbia y una suicida incapacidad cerebral, menospreció la voluntad y recursos de Rusia y sobrevaloró los propios.

Rusia fue a la guerra, pero resultó que la OTAN no podía ir a ella. Nadie va a la guerra contra una superpotencia nuclear, a menos que quiera el suicidio. Es una cuestión elemental y básica, que solo los muy estúpidos evaden. Como amenazar con un palo a quien tiene una ametralladora. Los hechos han puesto en evidencia que de esos estúpidos estamos llenos. La respuesta atlantista ha sido llenar al gobierno marioneta de Ucrania de dinero y armas, que son mucho ruido y pocas nueces. Si creen que con eso será derrotada Rusia, es urgente hacerles una evaluación psicológica y neuronal (a propósito de eso, los 'hermanos' polacos están comprando la cebada ucraniana de nueva cosecha a 30 dólares/tonelada, cinco veces por debajo del costo real del producto).

La realidad de los hechos es que el gallinero ha entrado en crisis económica, inflación, estancamiento económico y, dentro de pocas semanas, en frío, mucho frío, mientras en Rusia hacen guasa por las zozobras atlantistas. Hasta sacaron un video (Time to move to Russia -está en Youtube), en el que, recordando Juego de Tronos, avisan que Winter is coming, que viene el invierno, así que, para no pasar frío, hay que irse a Rusia, donde no hay, ni habrá, restricciones de gas. Cierto es, porque en este calor atroz que sufre Europa, están apurados los gobiernos aplicando restricciones al consumo energético, para no pasar frío el próximo invierno. Y eso que la fiesta apenas está comenzando (se acaban de enterar de que sancionar el titanio que produce Rusia paralizaría Airbus). Rusia, mientras tanto, tendrá un superávit monetario casi histórico (pedimos desde aquí, formalmente, el premio Nobel de Economía para los estrategas del gallinero).

Viajemos al mar de la China. EEUU, desde 1949, ha convertido Taiwán es su mayor portaaviones frente a las costas de la Republica Popular. Mientras China no podía, ni debía, cambiar las cosas, mantener tal estatus era posible. En los últimos años, dentro de su estrategia de supremacía militar en el océano Pacífico, EEUU ha estado atiborrando de armas a Taiwán, así como a Japón y Corea del Sur. Recientemente incorporó a Australia y Gran Bretaña a su estrategia de contención contra China. Pero lo que era posible hace unos años ya no es posible hoy. China ha construido un poder militar, económico y comercial que en muchos campos ha sobrepasado al de EEUU. Como consecuencia del cambio de correlación de fuerzas, los países de Asia-Pacífico han virado en su postura, de obediencia y lealtad a Washington a una posición de respeto y neutralidad con China. Solo un ciego no se daría cuenta del cambio trascendental en la región más importante del mundo (que no es Europa) y de lo que ello significa.

Muchas especulaciones se han hecho con la reacción de China ante la visita de la presidenta de la Cámara de diputados, Nancy Pelosi, a Taiwán, pero, para quien haya seguido los cambios en esa región, hay una respuesta obvia. Xi Jinping le expreso personalmente a Biden que esa visita era una línea roja (Rusia dijo que Ucrania lo era, hagan comparaciones). A la señora Pelosi le dio igual. Se ha argüido que el Congreso es independiente del Ejecutivo -lo que es cierto-, pero no es menos cierto que Biden afirmó, no hace mucho, que EEUU defendería a Taiwán, aunque luego su secretario de Estado matizara la afirmación. Lo cierto es que la visita de la congresista ha servido en bandeja a China la ocasión que esperaba para demostrar su voluntad de poder.

Estas demostraciones no se sirven en frío. Hay que preparar bien el escenario y, luego, dar el mazazo. China, simple, lisa y llanamente, ha querido dejar en claro que tiene poder y que está dispuesta a usarlo. Lleva meses anunciándolo (esto lo saben quienes visitan el diario Global Times, del Partido Comunista de China). Así que, sorprendidos, solo los desinformados. Ahora EEUU lo sabe. Se acabaron los juegos de abalorios y se iniciaron los de guerra. China ha mostrado su voluntad de poder y toca a EEUU recoger -o no- el guante. A considerar, en este caso, que China juega en su charco y que EEUU está a 12.000 kilómetros de distancia. Sin apoyo terrestre, EEUU poco tiene que hacer. Es como poner a competir a un corredor y a un nadador. ¿Quién ganaría la carrera?

Veamos otra cuestión: la incorporación de Suecia y Finlandia a la OTAN. El atlantismo ha celebrado este hecho como una victoria sobre Rusia y como culminación del dominio atlantista sobre la península europea, lo que es cierto. Ahora bien, para situar en su cabal contexto esta cuestión precisamos recordar este dato: Europa es una península de Eurasia y esta península tiene un territorio limitado. Sumando a Rusia y Bielorrusia la península europea tiene 10,5 millones de kilómetros cuadrados. Sin estos dos países (y admitiendo provisionalmente que Ucrania seguirá tal cual), la península se queda en 6,3 millones de kilómetros2. Pero Eurasia tiene un total de 54,7 millones de kilómetros cuadrados, de los cuales casi 18 millones corresponden a Rusia y China. ¿Siguen el razonamiento?

Pues bien, con la incorporación de Suecia y Finlandia, el atlantismo ha alcanzado su máxima expansión posible. Ya no hay más países ni territorios sobre los cuales extender su dominio (bueno, Macedonia del Norte y Kosovo, qué miedo). Quiere esto decir que la cúspide del atlantismo marca y define su límite máximo de expansión. Ya no queda más. Como la botella que llenamos de lo que sea, la OTAN alcanzó su culmen y ese culmen es, al tiempo, el inicio de su declive. Al sur está África, al este Asia, al norte el polo y al oeste el océano Atlántico. Hasta aquí llegamos, dijo Lucas.

Miremos ahora Eurasia desde el ángulo de Rusia y China. Exceptuando la península europea, toda Eurasia está a su alcance. De hecho, ambos países llevan, desde junio de 2001, aplicados a la tarea. Ese 2001, China, Rusia, Kazajistán, Kirguistán, Tayikistán y Uzbekistán crearon la Organización de Cooperación de Shanghái (OCS), que, desde entonces, no ha cesado de crecer. Hoy la integran China, Rusia, India, Kazajstán, Pakistán, Uzbekistán, Kirguistán y Tayikistán, a los que se sumará este 2022 Irán.

No se detendrá aquí su expansión. Desde la OCS se ha informado que "hasta diez países han solicitado que se considere elevar su estatus en la OCS, incluidos representantes del mundo árabe: Siria, Egipto, Arabia Saudita, Qatar y Emiratos Árabes Unidos. Además, EAU solicitó que se permita su membrecía inmediata en el grupo. En cuanto al Sudeste Asiático, Myanmar, Camboya y Nepal buscan la adhesión, y también hay ofertas de los países vecinos: Armenia y Azerbaiyán. Vemos un nivel de interés sin precedentes en la OCS". Dicho de otro modo, la OTAN llegó a su tope, mientras que Rusia y China no se acercan, ni de lejos, al suyo. ¿Cuántos países se han acercado al gallinero europeo para sumarse a su cruzada antirusa? Quien quiera entender que entienda, y si no, tururú.

Ahora juguemos a las hipótesis, que sería buen ejercicio mental para este gallinero de neuronas oxidadas. Imaginemos que mañana (o dentro de diez años), se vuelcan las tornas y Rusia y China imponen sanciones al gallinero. El poder es un orden cambiante y los que hoy están arriba mañana estarán abajo, nos dice la rueda del tiempo. Así que deciden que no se venda nada, en primer término gas y petróleo, a los países atlantistas, amenazando con severos castigos a quienes violen las sanciones (esa música les sonará). Si uno toma en cuenta que hay suficiente número de países aliados o dependientes de China y Rusia (combustibles, granos, fertilizantes, manufacturas, préstamos, mercado, etc.), sería razonable pensar que buena parte de ellos se uniría a las sanciones. Agreguemos la rabia acumulada de siglos de imperialismo y colonialismo y tendremos la tormenta perfecta.

Argelia, aliada histórica de Rusia, podría sumarse, encantada, de que al fin llegara la hora de cobrarse los agravios de España y de Francia. O Arabia Saudí, cada día más alejada de Occidente y más vinculada a Rusia y China. Kazajistán seguro, y continuamos y no terminamos. De la venganza de Moctezuma se habla en México. Sin gas de Rusia y con suministradores menguantes de otras partes del mundo, ¿que hará este gallinerito? Y el comercio. Desde hace casi una década China es el socio comercial más importante de Alemania. Tan así que las 30 principales empresas del índice bursátil DAX alemán realizan una media del 15% de sus ventas a China. Cerrado el mercado chino, ¿dónde colocarían sus productos? ¿En EEUU, su rival comercial? Pues, eso, que se lo imaginen, que lo que vale para el ganso vale para la gansa, foie gras incluido.

Podríamos seguir, pero se nos duerme el personal, más ahora, cuando las luces del gallinero brillan por su ausencia (y no hablamos de las que iluminan los monumentos). Terminamos recordando el primer principio de la termodinámica, que dice que la energía no se crea ni se destruye, sólo se transforma. Lo que no sabemos es en qué. No lo olviden, Winter is coming. Nosotros nos vamos al trópico. Ustedes tienen Rusia al lado. Con Tchaikovski, Borodin, Mussogorsky o Stravinski, censurados en el gallinero  .

FUENTE..

Occidente ha sido derrotado, que se entere el gallinero – Otras miradas (publico.es)