domingo, 17 de julio de 2022

Ucrania: un callejón bélico sin salida .

 Ucrania: un callejón bélico sin salida 

Más allá de la grandilocuencia de la propaganda bélica, la realidad retrata a dos ejércitos exhaustos por una guerra que ya dura cinco meses, con operaciones de desgaste que, por ahora, parecen favorecer a la maquinaria militar del Kremlin. 

 

La guerra de Ucrania ha llegado a una nueva fase, con anuncios del Gobierno de Kíev y de la inteligencia occidental que hablan de una inminente contraofensiva ucraniana sobre el 20% del territorio que controla ya Rusia. Sobre el terreno y más allá de la grandilocuencia de la propaganda bélica, la realidad parece ser otra: la de dos ejércitos exhaustos por una guerra que ya se prolonga cinco meses, con operaciones de desgaste que, por el momento, parecen favorecer a la maquinaria militar del Kremlin. Rusia parece más preparada para este tipo de contienda ralentizada e imparable como un incendio, al tiempo que no tiene las premuras que la paralela guerra económica está marcando para Ucrania y sus aliados occidentales. 

Las noticias del frente bélico parecen acompasarse a las decisiones tomadas en los gabinetes de poder en Europa y Estados Unidos para afrontar la agresión rusa. Este viernes la Comisión Europea ha presentado la propuesta de alargar medio año más las sanciones ya en marcha, hasta enero de 2023. Al tiempo se ha propuesto prohibir la importación de oro ruso, medida que sigue al acuerdo ya alcanzado por el poderoso G-7 para suspender esas ventas de oro rusas. Estos pasos, que sin duda enfurecerán más a Moscú, se han tomado con la espada de Damocles de la suspensión total de los suministros de gas rusos oscilando sobre la maltrecha economía europea al borde de la recesión. Los ecos de los cañonazos en el Donbás no se escuchaban esta semana en Bruselas porque los políticos europeos están ensimismados sobre la forma de abatir a Rusia en el tablero de ajedrez de la economía obviando lo más evidente: Ucrania es ya un estado fallido, colapsado política y financieramente, donde los ingentes recursos que está aportando la Unión Europea de sus propios y depauperados almacenes se derraman en una guerra que se vaticina muy larga. 

Ucrania solo resiste ese esfuerzo militar con la inyección de armas y dinero de Washington y Bruselas. ¿Pero está capacitado Occidente no solo para resistir, sino para imprimir un giro sustancial a la guerra que ponga punto final al lento, pero inexorable avance ruso en el este y sur del país sin ahogarse en ese esfuerzo y en los peores momentos para la economía europea del último medio siglo? ¿Puede Europa parar la expansión del incendio ucraniano más allá de las fronteras del viejo continente y atajar la terrible hambruna que se avecina en el cuerno de África, donde son indispensables los cereales rusos y ucranianos que no se están exportando? ¿Se puede ganar la guerra económica y atajar la infección de la imparable inflación en Europa mientras fracasa la respuesta militar a Rusia? Las respuestas no son, ciertamente, muy halagüeñas. 

"Rusia no tiene coraje para admitir la derrota" y sus militares "ya no tienen poder estratégico, carácter o comprensión de lo que están haciendo aquí, en nuestra tierra. No hay un ápice de coraje para admitir la derrota y retirar las tropas del territorio ucraniano", aseveró hace unos días el presidente ucraniano, Volodimir Zelenski, en un mensaje dirigido al exterior, aunque en el exterior ya pocos crean sobre la capacidad actual del ejército ucraniano para revertir a medio plazo las conquistas rusas, que ya alcanzan una quinta parte del territorio de Ucrania, en el este, en la zona de Donbás, y la franja costera que lleva a la península de Crimea, anexionada ilegalmente por Rusia en 2014 y convertida en un amenazador bastión militar sobre el Mar Negro y el sudeste de Europa. 

Victoria rusa en Lugansk 

Hace unos días, Rusia completó, con la toma de Lysychansk, el dominio de la provincia de Lugansk, y se afianzó en su ofensiva para apoderarse de todo el Donbás. La captura rusa de la última ciudad bajo control de Kíev en Lugansk fue un hito en esta guerra, pese a su alto coste en vidas y material militar, y ha abierto el camino para nuevos avances del ejército ruso hacia Bakhmut, Sloviansk y Kramatorsk. La superioridad rusa se está demostrando en las pequeñas ofensivas. No hay grandes batallas, pero el avance es implacable, pedazo a pedazo de territorio ucraniano. 

Rusia controla más de dos tercios de la región del Donbás. En esta zona del este de Ucrania se desató la guerra en 2014, tras la revolución antirrusa de la plaza de Maidán, en Kíev, y cuando paramilitares separatistas prorrusos apoyados por Moscú trataron de establecer un gobierno autónomo en las zonas de Lugansk y Donetsk. Es en esta última provincia donde se han abierto nuevas puntas de lanza de la ofensiva rusa tras la sumisión de Lugansk. 

Después de que la segunda fase de la guerra movilizara al ejército ruso sobre el Donbásse olvidara de sus iniciales avances hacia Kíev y en el oeste de Ucrania, Rusia ha actuado como una máquina de cortar césped sobre las zonas controladas por las fuerzas ucranianas: ataques de artillería y misiles masivos y continuados, y toma de pueblo tras pueblo de una manera sistemática e imparable. Al tiempo paró sendos contraataques ucranianos en torno a la ciudad de Jerson, que abre las puertas de Crimea, y en Jarkov, en el norte del país, la segunda urbe más importante de Ucraniana. 

Tercera fase de la guerra 

Ahora, la inteligencia occidental habla de la entrada en una tercera fase de la guerra, en este mes de julio, con una inminente contraofensiva ucraniana en Jerson que no acaba de concretarse y con los dos ejércitos casi agotados y sin capacidad para asestar golpes sonados que pudieran llevar a un alto el fuego y unas negociaciones con visos de cierto éxito. Esta semana, la viceprimera ministra ucraniana, Iryna Vereshchuk, en declaraciones a la televisión, llamaba a la población de Jerson y de otras zonas del sur de Ucrania, como Zaporizhia, a abandonar esas localidades ante la inminencia de esa contraofensiva de las fuerzas de Kíev que la segunda autoridad del país no quiso concretar cuándo se produciría. 

Según explicó en el podcast War on the Rocks el experto estadounidense Michael Kofman, director del área de estudios rusos en el think tank CNA (Center for Naval Analyses), la clave está en cuánto tiempo pueden aguantar militarmente cada una de las partes y cómo pueden reponer su fuerza humana, algo en estos momentos mucho más importante que las ganancias territoriales de cada ejército. La captura rusa de Severodonetsk y Lysychansk fue un duro revés para las fuerzas ucranianas, pero también las victoriosas tropas rusas pagaron un alto precio. 

La clave está en cuánto tiempo pueden aguantar militarmente cada una de las partes y cómo pueden reponer su fuerza humana 

Ucrania posee ya cohetes de largo alcance suministrados por Estados Unidos, los llamados HIMARS (High-Mobility Artillery Rocket Systems), con los que podría torcer el brazo ruso y atacar con éxito su logística y el suministro a las tropas. Pero también podrían servir para apoyar la citada contraofensiva en la zona de Jerson y así amenazar Crimea y lograr una diversificación de las fuerzas rusas hacia el sur, aliviando la presión sobre la zona de Donetsk. 

La cuestión, según Kofman, estaría en la capacidad de Ucrania para usar ese armamento occidental con precisión (hay dificultades para preparar a los artilleros con estos misiles de alta tecnología) sin que sea destruido por Rusia (ya está ocurriendo) y, además, movilizar un número sostenible de tropas para garantizar la ocupación de zonas ahora dominadas por los rusos. Esto ya no está tan claro. Y es también el problema con el que se encuentran las fuerzas rusas. En este sentido, la batalla de Kramatorsk y Sloviansk, dos ciudades pequeñas, pero convertidas en sendos bastiones del ejército ucraniano, podría reclamar un coste en efectivos que Rusia no podría soportar, salvo que el presidente Vladímir Putin ordenara la movilización general y el reclutamiento forzoso. 

Ucrania, al borde del desmantelamiento económico 

En estos momentos, Rusia afronta unas dificultades económicas de una envergadura que no se conocían desde la caída de la URSS. Pero el caso de Ucrania es peor, mucho peor, con su economía básicamente desmantelada por la invasión rusa. La exportación de grano se ha bloqueado y la propia producción de cereales ha caído en picado, con un panorama muy negro de cara a la alimentación este otoño e invierno de la población, que habrá de depender de la asistencia occidental. Ello llevará a elevar el coste de la ayuda europea a Ucrania a unos niveles difícilmente soportables. Precio que se dispara si se añade el del armamento y munición suministrados. 

 

La clave estará en el comportamiento de Rusia en caso de que logre tomar todo el Donbás. ¿Seguirá la guerra en dirección del río Dniéper para asegurar una zona de contención frente a sus territorios conquistados?¿O accederá a un alto el fuego? ¿Y el Gobierno de Zelenski? ¿Estará dispuesto a negociar con más de una quinta parte del territorio de su país en manos rusas? ¿Y la Europa debilitada por la recesión? ¿No presionará por un final del conflicto antes de que la recuperación económica de la Eurozona sea una quimera? Muchas preguntas de nuevo y pocas respuestas en un conflicto cuya solución es, cada día que pasa, más incierta. 

Ucrania: un callejón bélico sin salida | Público (publico.es)

sábado, 16 de julio de 2022

La dictadura de Bruselas sobre la UE .

 

La dictadura de Bruselas sobre la UE, fuera de control.

 Humberto Mazzei


La Comisión de Bruselas se enseñorea de Alemania, Francia e Italia dentro del G7, un caso de dictadura instructivo, porque la Gran Bretaña regresó al estatus de país insular sin intrascendencia económica o militar.

Cada año se emiten hasta 60 «directrices» europeas que no son debatidas en el Parlamento Europeo que es el verdadero órgano representante de la población de la Unión Europea. Estas directrices se transponen imperativamente al derecho interno de cada Estado miembro, sin debate en el respectivo parlamento, un privilegio típico de las dictaduras.

Las directivas de Bruselas se incorporan a la legislación interna sin haber habido algún debate en el proceso de convertir las directivas en leyes nacionales europeas.

Además hay más de 10.000 ‘fallos’ europeos, emitidos por ‘expertos’ de la Comisión Europea en Bruselas con ‘recomendaciones’ a cada gobierno, cuyo contenido proviene del canon neoliberal, con respecto al gasto público, impuestos y recolección de ingresos públicos a cualquier nivel y las ‘reformas’ a integrar en la legislación existente (sobre salud, educación, pensiones).

En ese clima dictatorial las elecciones en todos los países miembros de la UE no tienen sentido ni relevancia.

Los jefes de los gobiernos nacionales (Macron, Scholz, Draghi) son meros ejecutores. No se permite ningún debate democrático, la «democracia» a la europea no existe, al igual que los cacareados «valores de la UE», que sólo son cortinas de humo retóricas para esconder la obediencia supina a las órdenes de Washington.

El gobierno real lo ejerce un puñado de apparatchiks elegidos por compromisos entre las partidocracias de los partidos predominantes entre los poderes ejecutivos de los países miembros, un modo de actuar opaco que favorece complicidades y que sólo responde a los intereses de los partidos cómplices de Washington.

La Comisión Europea está fuera de cualquier tipo de control democrático. Así fue como una asombrosa mediocridad como Úrsula Von der Leyen, quien fuera la peor ministra de Defensa de la Alemania moderna, fue catapultada hacia la Presidencia de la UE seguramente por concesiones hechas a Washington como Antonio Gutérres en las Azores antes que ella. 

Von der Leyen actúa como la Führer de la política exterior de la CE, una política suicida que no se diferencia de la política de la OTAN, que no parece tener otro objetivo que provocar a Rusia y después de la Cumbre de Madrid provocar también a China.

El papel de la Comisión no parece ser otro que dictar órdenes que sirven el interés de la oligarquía internacional norteamericana, tal como quedó claro durante la pandemia al excluir las otras vacunas que no fuese las caras e inútiles vacunas Made in USA.

La dictadura de Bruselas sobre la UE, fuera de control – Rebelion

viernes, 15 de julio de 2022

La unilateralidad de los medios de comunicación es peligroso para la democracia.

La unilateralidad de los medios de comunicación  es peligroso para  la democracia.

Robin Delobel

Entrevistamos a Paul Delmotte, profesor jubilado de Política Internacional e Historia en el IHECS [Instituto de Altos Estudios en Comunicación Social, Bruselas]. Habla del tratamiento mediático de la guerra en Ucrania, a la vez que denuncia la falta de matices y verificación, así como el sesgo en la lógica de la OTAN.


 

En primer lugar, en lo que respecta a Finlandia, hay varias similitudes en la historia entre lo que está ocurriendo ahora y lo que ha ocurrido durante varias décadas con Rusia. ¿Puede dar algunos elementos interesantes para la gente que nos lee?

 

Sí, lo primero –no quiero decir “obvio” porque desgraciadamente no somos muy geopolíticos en general–, sobre todo en nuestros medios de comunicación, es que una dimensión común a lo que ocurre hoy en Ucrania y a lo que ocurrió en Finlandia es el hecho de que estos dos países están muy cerca, incluso bloquean el acceso a los mares de Rusia, ya sea la Rusia imperial, la soviética o la de Putin. En este caso, el Mar Negro para Ucrania y el Mar Báltico para Finlandia, país que está a pocos kilómetros de San Petersburgo. Si Finlandia entra en la OTAN, junto con Suecia, esto significa que el Mar Báltico se convertirá en un lago de la OTAN. Eso está claro. 

Por otro lado, el Mar Negro siempre ha sido, y la fórmula es bien conocida en la historia, el acceso a los mares cálidos de Rusia. Aquí es donde los rusos pudieron, tras hacer retroceder a los tártaros, cruzar al Mar Negro y luego al Mediterráneo. Ha sido vital para ellos desde Catalina la Grande en el siglo XVIII. Desde la caída del Muro, podemos observar que los países ribereños del Mar Negro se han incorporado a la OTAN. Antes sólo teníamos a Turquía, miembro de la OTAN desde 1952. Hoy, Rumanía y Bulgaria se han incorporado a la OTAN. Así que ya está, podemos decir lo que queramos, pero es un estrangulamiento de Rusia.

 También hubo una cuestión muy importante durante la Segunda Guerra Mundial, precisamente relacionada con la proximidad entre Finlandia y Rusia, como lo vimos con Annie Lacroix-Riz. ¿Puede hablarnos un poco de las bases militares que utilizó la Alemania nazi?

 Stalin, aunque había concluido un acuerdo, más bien, el pacto germano-soviético, es decir, un pacto de no agresión mutua con la Alemania nazi, desconfiaba de Alemania y de sus ambiciones. Así, Alemania intentaba que Finlandia formara parte de su zona de influencia y por eso los soviéticos pidieron, en caso de guerra con Alemania, que Finlandia les permitiera utilizar ciertas bases, lo que los finlandeses rechazaron. Entonces, los rusos atacaron Finlandia, lo que se denominó la “Guerra de Invierno” de 1939, que duró unos meses. En eso, hay algo que se parece mucho a la actual “Operación Especial” de Putin. Y bueno, los finlandeses perdieron, pero se convirtieron un poco en héroes para Occidente porque resistieron al espantapájaros soviético de entonces. Es muy similar a lo que está sucediendo ahora. Me refiero a la visión que tiene la gente. El heroísmo de los finlandeses frente al ogro ruso ha sido claramente destacado.

 ¿Y los finlandeses que apoyaron a Hitler?

 Los finlandeses perdieron esa “Guerra de Invierno” y tuvieron que ceder territorio. Eso explica por qué se aliaron con Alemania en la Segunda Guerra Mundial. Pero nunca tuvieron, por ejemplo, el comportamiento de los alemanes con los judíos. Eso es algo que hay que recordar. En todo caso, los finlandeses estuvieron del lado de la Alemania nazi hasta 1944.

 ¿No estaban allí desde antes?

 Antes había, como diríamos hoy, un lobby alemán. Eso es evidente, porque históricamente, Finlandia siempre ha estado atrapada entre Rusia, por un lado, y Suecia y lo que iba a ser Alemania, por otro. Eso ocurre desde la Edad Media. Finlandia siguió siendo sueca hasta 1809. Luego pasó a formar parte de Rusia. Así que, aparte de los suecos, que se volvieron neutrales en 1814, se produjo el ascenso de Alemania. Los alemanes querían hacer de Finlandia, al menos, una zona de influencia. Incluso querían convertir a Finlandia en una monarquía alemana, ya que en un momento dado se propuso que un príncipe, primo de Guillermo II, se convirtiera en rey de Finlandia. Los finlandeses no lo querían. 

Esto es lo que tenemos que pensar cuando hablamos de la pertenencia de Finlandia a la OTAN. Finlandia es más importante para la OTAN, en mi opinión, que Suecia, porque Finlandia tiene un ejército mucho más desarrollado y experimentado que Suecia. Y tiene una frontera con Rusia, una frontera muy larga: ¡1340 km!

Esto significa que la OTAN estará aún más estrechamente vinculada a Rusia que antes. Y sabemos que esto es algo que molesta mucho a los rusos, independientemente de quién esté en el poder en Rusia. Tener fronteras directas con la OTAN es realmente peligroso para ellos.

 Es bastante comprensible, como a veces se plantea la comparación con la crisis de los misiles en Cuba.

 En 1962, sí, la crisis de los misiles. Pues sí, sigue siendo lo mismo. Es cierto que Jrushchov tenía misiles instalados en Cuba desde los que podía llegar a Estados Unidos muy fácilmente. Eso era inadmisible para los estadounidenses y es comprensible. Entonces nos arriesgamos a la guerra, pero Jrushchov se echó para atrás, lo que en mi opinión le costó el puesto un poco más tarde.

 Voy a utilizar una palabra que usted ha utilizado para hacer la transición al tratamiento de los medios de comunicación. Usted habla de la neutralidad de Finlandia. Esta mañana, RFI [Radio Francia Internacional] también hablaba de la neutralidad de Finlandia, decía que ya ha terminado. ¿Podemos decir que los medios de comunicación están en guerra junto a la OTAN, muy a menudo del lado de sus gobiernos?

 ¿Está usted hablando de Finlandia o de Ucrania?

 Me refiero a los medios de comunicación en general. Tanto en Finlandia como en Ucrania, durante los últimos meses.

 Creo que hay una evolución. Hablaremos de ello, por supuesto. Pero hay una evolución en los medios de comunicación que no sólo los hace absolutamente parciales. De hecho, hay un sesgo indiscutible y creo que nunca antes había visto tal nivel de sesgo. También hay un lado belicista al que nos enfrentamos como público. Hay una fascinación hasta tal punto, que creo que es muy, muy peligrosa. Acabo de leer que dos mil periodistas han ido a Ucrania desde el comienzo del conflicto. Dos mil es mucho.

 ¿Dos mil periodistas de Europa?

 Periodistas europeos, sí. Bueno, seguramente de otros países también, pero dos mil periodistas han estado sobre el terreno en Ucrania desde el comienzo del conflicto, desde finales de febrero.

 Sí, y también escuchamos a veces que para que una noticia esté bien cubierta, hay que estar sobre el terreno. Y sin embargo, escuchamos siempre el mismo discurso.

 Están en el terreno, pero del mismo lado. ¿Cuántas veces hemos visto a periodistas hacer su trabajo del lado de los, como ellos dicen, “prorrusos”, del lado de las autoproclamadas repúblicas y del lado ruso? Muy rara vez. Hay un medio de comunicación, Donbass Insider, que es el único en el que he visto informes del otro lado.

 Hay que investigar, y este medio no es realmente un medio autorizado.

 ¿Un medio no autorizado? No lo sé. En todo caso, se opone a los demás. Así que creo que hay un nivel de parcialidad nunca antes visto en nuestros medios de comunicación y hay un lado muy preocupante, porque este lado unilateral de los medios de comunicación es realmente algo peligroso para la democracia. Digámoslo ya que siempre nos jactamos con la “democracia”. Es peligroso para la democracia, incluido el lado belicista de estos políticos arrogantes que hacen de valientes. Pienso en el señor Charles Michel, por ejemplo.

 ¿Puede ilustrar esto un poco? Cuando se refiere a Charles Michel.

 Siempre se le oye adoptar las posturas más radicales. También está el Sr. De Croo, que luce un lacito azul y amarillo en la solapa y se muestra como un perro fiel de la OTAN. Y también en los medios de comunicación hay una especie de embarque en el campo de la OTAN.

 Sí, y esto también se puede ver cuando se hace un análisis de prensa de los medios de comunicación franceses o belgas. A menudo los expertos son antiguos miembros de la OTAN o personas vinculadas a ella.

 No he investigado al respecto, pero es muy probable. Hay muchos generales que hablan en los canales franceses, antiguos generales de la OTAN.

 Como si fueran la voz de la razón, automáticamente. Pero usted habla de democracia, precisamente, como hubo elecciones presidenciales en Francia, tengo la impresión de que esto ayudó un poco a Macron, como sabemos, a evitar una verdadera campaña sobre los temas de la elección. También recuerdo a Mali y a François Hollande, los medios de comunicación diciendo “por fin tiene su talla presidencial”. Los grandes medios de comunicación, los “grandes editorialistas”, están encantados con esta supuesta estatura que se dan los presidentes. Pero al mismo tiempo, el tratamiento mediático no es muy diferente en Bélgica. ¿Está de acuerdo con eso?

 No me atrevería a comentar sobre el tratamiento mediático en Francia, pero en Bélgica no veo ninguna diferencia vital o decisiva. En cualquier caso, bueno, la primera aclaratoria que voy a hacer es que no tengo una visión general de toda la cobertura mediática en Occidente. La cobertura que conozco es la de los telediarios de la RTBF [Radio Televisión Belga Francófona] y France 2 que veo por la noche en la televisión, o los artículos de Le Monde que leo regularmente. Además de toda una serie de artículos que obtengo de muchas otras fuentes. En particular, de un pequeño grupo de expertos que trabajan en el tema y que me comunican sus impresiones e intercambios.

Así que no pretendo tener una visión general y dominante de toda la cobertura mediática. Probablemente sea diferente en otros lugares. Ciertamente es diferente en el Sur, en los países del Sur, eso está claro. Me baso en lo que, para ser muy breve, escucho en las noticias de la noche.

 Y allí, ¿ve usted ejemplos, anécdotas de cosas que se han dicho, que le han impactado, que le han resultado chocantes?

 Exactamente, ayer o anteayer, vi algo que me sorprendió mucho y que demuestra la ignorancia de los periodistas. No quiero meterlos a todos en el mismo saco, pero observo la falta de conocimiento de los periodistas en materia internacional y en relación con Ucrania. Una periodista de France 2, en este caso, se sorprendió bastante porque había conocido a personas en Ucrania, en el Donbass, que decían que esperaban impacientemente a los rusos, que estaban a favor de los rusos y que las cosas irían mejor con los rusos, etc. 

Todo el mundo sabe que hay un problema con los rusos. Todo el mundo sabe que hay una parte de la opinión ucraniana que es pro-rusa. Se redujo con la ofensiva de Putin, eso está claro. ¡Ese es otro de los errores de Putin! Pero es evidente que hay gente que se siente más cerca de Rusia que del régimen de Kiev.

 Sobre un tema que es fundamental, que es decir que la guerra, o al menos lo que llevó a la guerra, comenzó en 2014, ¿cree que los medios de comunicación han hablado lo suficiente de ello?

 Creo que no han hablado sobre eso o apenas lo han hecho, aparte de uno o dos programas que recuerdo, que señalaron esa conexión. Ya que hablamos de periodistas y cobertura mediática, yo di clases en el IHECS durante varios años y recuerdo que uno de mis últimos cursos, en 2014, fue sobre Ucrania y Maidan precisamente. Había esbozado lo que el geoestratega estadounidense Brzezinski, que no era realmente un fan de Putin, decía sobre Ucrania. ¿Y qué dijo Brzezinski? Clasificó a este país entre lo que llamó “pivotes geopolíticos”, es decir, países que no son tan importantes por sí mismos, pero que lo son por su ubicación. Y contó como pivote geopolítico a Ucrania, por supuesto, pero también a Azerbaiyán. Así que cuando se observa el conflicto que tuvo lugar entre armenios y azeríes no hace mucho tiempo, es interesante.

Ahora, Ucrania, “pivote geopolítico”, ¿por qué es tan importante? Porque Ucrania controlaba casi toda la costa norte del Mar Negro, de nuevo. Y si se le quita Ucrania a Rusia o a la influencia rusa, como quiere la OTAN, significa que Rusia retrocede hacia el este y se convierte necesariamente en una potencia asiática y en una potencia secundaria.

Eso explica la importancia de Ucrania a los ojos de los rusos. Y explica –no digo que justifique– por qué Vladimir Putin se apoderó de Crimea con, seamos claros, la aprobación de la mayoría de los habitantes de Crimea. Por lo tanto, lo que Brzezinski nos decía es muy importante. Eso implicaba también algo así como 52 millones de nacionales menos para Rusia… Ahora bien, Brzezinski, que, como he dicho, estaba lejos de ser “putiniano”, simplemente quería dar “recetas” para mantener la hegemonía estadounidense. Y dijo que era necesario apoderarse de Ucrania para debilitar a Rusia. ¡Y aquí estamos!

 ¿Desde cuándo sucede esto?

 Desde principios de los años 90, en “El Gran Tablero de Ajedrez”. Pero no he oído mencionar a Brzezinski ni una sola vez en las noticias. ¡Ni una sola vez! Considero que es fundamental entender lo que está sucediendo ahora.

 Incluso antes de 2014, Ucrania ya era codiciada.

 Sí, 2004, y luego 2014, por supuesto, lo que se llamó la “revolución europea” de Maidán, que todo el mundo ha olvidado que tuvo aspectos muy, muy turbios. Por ejemplo, los líderes bálticos y europeos dijeron que se encontraron las mismas balas en los cuerpos de los manifestantes de ambos bandos, los que estaban a favor del llamado presidente prorruso y los opositores. Se encontraron las mismas balas en los cuerpos de ambos bandos. Por eso muchos consideran que Maidan fue un golpe de Estado, llevado a cabo, entre otros, por grupos neonazis ucranianos. 

Y así, a partir de Maidán, las cosas se han ido poniendo cada vez más tensas. Hoy en día, los ucranianos se resisten a la invasión rusa y eso es admirable. Pero, desde 2014, los ucranianos han sido abastecidos con armas modernas por Estados Unidos y esto también explica en parte su capacidad de resistencia. Sin esto, Ucrania habría caído inmediatamente, aunque el ejército ruso también está en muy mala forma. Lo vimos con la sedimentación de los tanques rusos en el barro cerca de Kharkiv.

Todo esto es algo que no se dice a menudo. Me parece que no hay una visión informativa de nuestros medios de comunicación. No intentan hacernos entender lo que está pasando, intentan meternos en un bando y conmovernos. Emoción, esa es la gran palabra. De eso se trata, de conmovernos con imágenes sangrientas, con situaciones de gases lacrimógenos, etc. No digo que no haya que mostrar lo que ocurre, pero es tan evidente el sesgo que creo que la gente empieza a darse cuenta.

 Y eso no mejora la situación política.

 Oh, no, lo hace. Se corre el riesgo de prolongar la guerra. El entorno del señor Zelensky está contento con esta situación porque siente que puede hacer cualquier cosa.

Cuando digo después de 2014, me refiero al suministro masivo de armas modernas a Ucrania. También está el hecho de que hubo sangrientas ofensivas del ejército ucraniano contra el Donbass y contra las llamadas regiones prorrusas que querían ser autónomas. Porque hay importantes divisiones lingüísticas en Ucrania y, además, todavía hay una nostalgia por la URSS: a veces vemos banderas rojas en los convoyes de los separatistas y cosas similares.

Así que hubo ofensivas muy fuertes, intolerancia radical, de los ucranianos contra el Donbass. Se suprimió el ruso como segunda lengua. Está claro que esto sólo hizo que las cosas se pusieran más tensas. Esto empezó en 2014 y si creo lo que leo, no se mencionó –o casi nunca– en los medios de comunicación. Justo antes de la ofensiva de Putin, parece que en Kiev se había tomado la decisión de lanzar una gran ofensiva contra el Donbass. Lo he leído. Por supuesto, nunca se sabe si lo que se lee es cierto. Hay una guerra de información, eso está claro. Y soy muy consciente de que no sabemos si algo es cierto. Una persona dice algo que es inmediatamente contradicho por otra al día siguiente. 

No puedo saber con certeza, por ejemplo, quiénes son los responsables de las muertes en Bucha. Había cosas muy extrañas en el relato de Bucha, algunas acusaciones recíprocas bastante graves. Todos los argumentos de negación rusos fueron supuestamente desmentidos por los servicios de la OTAN y por los servicios de información ucranianos. Pero hay una cosa, un argumento que, en mi opinión, nunca ha sido rebatido. Es el hecho de que, cuando el ejército ruso abandonó la ciudad, el alcalde de Bucha pronunció un discurso absolutamente ditirámbico, alegrándose porque los rusos se habían ido, porque la paz iba a volver y dijo que todos deberían estar orgullosos de ese día, etc. Pero en ese momento, no dijo ni una palabra sobre los muertos que se encontraron en su ciudad. ¿Había estado fumando, el alcalde, o qué? No lo sé. 

Así que este es un argumento que no se trató, junto con todos los demás, que los “muertos” se habían movido, pero que era una ilusión óptica debido a un reflejo en un espejo retrovisor. Bueno, ustedes han visto todo eso. En resumen, lo que quiero decir es que no pretendo saber quién mató en Bucha. ¿Fueron los rusos o los ucranianos radicales del batallón Azov? Tal vez todo el mundo mató, como todo el mundo en una guerra. Los crímenes de guerra están por todas partes. ¿Quién habla de los crímenes de guerra del ejército ucraniano? Cuando hay crímenes de guerra en el contexto ucraniano, sólo se habla de los de los rusos. Esto también es algo que podríamos reprochar a nuestros medios de comunicación.

 ¿Cómo se puede explicar esto? ¿Es peor ahora? Este sesgo es aún más fuerte que antes, más fuerte que en Irak o Libia ¿Cómo podemos explicar esta evolución?

 En Irak, el tratamiento de la figura de Saddam Hussein no fue inocuo. Bueno, ya no tengo una visión tan precisa de aquellos acontecimientos. Se remontan a mucho tiempo atrás. Pero en primer lugar, es cierto que la imagen de Putin no es muy positiva en nuestros países, especialmente gracias a nuestros medios de comunicación. Así que no comento mucho al respecto. Lo que quiero decir es que al principio había una imagen absolutamente negativa de Putin que tiene una influencia muy fuerte. Y luego, creo que están todos los recuerdos más o menos conscientes de la Guerra Fría, que todavía influyen poderosamente.

 ¿Con el macartismo?

 Es cierto que hay algo de macartismo en la forma en que se trata a las personas que se atreven a hacer preguntas, que hacen observaciones sobre la visión dominante. Si haces un comentario, inmediatamente te tildan de “pro-Putin”, lo cual es grotesco. Así que eso tiene un aire macartista, efectivamente. Nací al inicio de la Guerra Fría, toda mi infancia y adolescencia tuvo lugar durante la Guerra Fría, así que recuerdo cómo era el ambiente.

Y así los recuerdos juegan un papel importante. No puedes ser pro-ruso si estás aquí. Y cuando se tiene un conflicto –y esta es otra de las torpezas que se le pueden atribuir al señor Putin–, el primero en atacar es el principal culpable. ¡Putin fue el primero en atacar! Es como en el patio de recreo: nadie pregunta qué pasó antes, por qué pegó el que primero lo hizo. Así que este es también un aspecto que nos hace ver las cosas de esta manera. Ucrania se presentó como un pequeño David que se enfrenta a un enorme Goliat, lo que hay que relativizar, como acabo de decir. Y creo que todo esto explica que la opinión pública se haya inscrito completamente en un consenso pro-OTAN.

 Una última pregunta, usted ha enviado cartas o artículos para hacer algunas observaciones sobre las faltas de ética en la prensa o los medios de comunicación belgas, ¿ha obtenido alguna respuesta?

 Envié una pequeña carta sobre uno de los titulares de la RTBF, de Sacha Daoust, que tenía ese lado macartista que acabas de mencionar y que atacaba violentamente, e incluso expresaba “asco”, hacia las personas que tenían una visión del conflicto diferente a la suya. Escribí un pequeño artículo sobre eso. También faltaba algo, que era todo el alboroto que había con los refugiados ucranianos. Y el señor Sammy Mahdi, ahora presidente del CD&V [Partido Cristiano-Demócrata y Flamenco], que trató a estos refugiados ucranianos de una manera completamente diferente a los refugiados del Sur o de Oriente Medio. Esto me pareció escandaloso, al igual que a mucha gente del Sur. Fue algo que realmente me impactó. La diferencia de trato entre los refugiados ucranianos, los “blancos” y los “morenos”.

 Usted tituló esto en un artículo.

 Sí, lo titulé “La guerra de los blancos”. La gente puede pensar lo que quiera sobre ese título, pero decía lo que quería decir. Y bueno, creo que es algo que impactó a muchas personas, este asunto, estos dobles estándares en el tratamiento de los refugiados. He recibido reacciones de personas que han emigrado. También es muy revelador de nuestros países, de la inconsciencia de nuestros conciudadanos.

 Algo que también hay que poner en perspectiva es cuando nos hablan de la “comunidad internacional”.

 En primer lugar, este término “comunidad internacional”, también lo discutí en mis clases, lo recuerdo. El término “comunidad internacional” es una fórmula que proviene directamente, como han demostrado los autores, del poder blando estadounidense.

 ¿Puede explicarlo?

 El término se remonta al Salvaje Oeste, a la comunidad. La diligencia ha sido atacada y toda la gente del pueblo, todos los hombres del pueblo, saltan sobre sus caballos para perseguir a los bandidos. Todos cierran filas contra estos bandidos. Este es el origen estadounidense, quiero decir, de la imagen de la “comunidad internacional”. Cuando, en la ONU, tuvimos a este muy, muy denostado presidente iraní…

¿Ahmadinejad?Sí. Cuando Ahmadinejad subió al podio de la ONU, todos los representantes occidentales abandonaron la sala. Todos los demás se quedaron. ¿Qué es la comunidad internacional? Así que es una fórmula absolutamente polémica y una fórmula que no es neutral. Y obviamente, todos nuestros periodistas lo han utilizado… ¡Ya no hay forma de hablar, de tener un artículo o un programa que no hable de la “comunidad internacional”! Sin embargo, si nos fijamos bien, las relaciones entre Estados son cualquier cosa menos las de una “comunidad unida”: ¡no son más que rivalidades de intereses! Esto también es importante. En eso consiste el poder blando. Significa que utilizamos argumentos que provienen de un país y que están orientados.

 Traducido por América Rodríguez para Investig’Action

Fuente: Investig’Action

Medios de destrucción

Medios de  destrucción

Wolfgang Streeck 

En 2021, el año anterior a su invasión de Ucrania, Rusia gastó 65,9 millardos de dólares (constantes de 2020) en sus fuerzas armadas, lo que equivale al 4,1 por 100 de su PIB. Alemania, con una población de poco más de la mitad de la de Rusia, gastó 56 millardos, o sea, el 1,3 por 100 de su PIB. Las cifras respectivas para el Reino Unido, Francia e Italia fueron 68,4 millardos (2,2 por 100 del PIB), 56,6 millardos (1,9 por 100 del PIB) y 32 millardos (1,5 por 100 del PIB). En conjunto, los cuatro mayores Estados miembros de la UE gastaron algo más de tres veces en defensa que lo gastado por Rusia. El gasto militar de Estados Unidos, equivalente al 38 por 100 del total mundial, superó el gasto ruso por un factor de doce y si lo combinamos con el de los cuatro grandes países europeos de la OTAN por un factor de quince (datos de  SIPRI Fact Sheets, abril de 2022).


Las cifras sobre el gasto militar son menos fiables que las relativas, por ejemplo, a las temperaturas medias. Pero aunque los datos proporcionados por el SIPRI, el instituto de investigación más reputado en la materia, sean válidos sólo a medias, la invasión rusa plantea la cuestión de por qué una potencia evidentemente menor se habría arriesgado a una confrontación con un bloque mucho más fuerte como es el liderado por Estados Unidos. El hecho de que Rusia atacara desde una posición de debilidad también queda constatado por el hecho de que, en opinión de los expertos militares, su fuerza de invasión, estimada en 190.000 efectivos en febrero de 2022, era demasiado pequeña para lograr su presunto objetivo, la conquista de Ucrania, un país de 40 millones de personas dotado de una masa terrestre casi el doble que la de Alemania, cuya consecución hubiera exigido, de acuerdo con la estimación mayoritaria, multiplicar por dos el contingente empleado. Y aunque el presupuesto de defensa ucraniano en 2021 ascendió a menos de 6 millardos de dólares (o el 3,2 por 100 del PIB de uno de los países más pobres de Europa), ello suponía un impresionante aumento del 142 por 100 del gasto militar ucraniano respecto a 2012, que implicaba, de lejos, la mayor tasa de crecimiento registrada entre los cuarenta países que más invierten en gasto militar en el mundo. Es un secreto sólo para los medios de comunicación europeos dichos de calidad que este aumento se debió a la amplia ayuda militar estadounidense, destinada a la obtención de la "interoperabilidad" del ejército ucraniano con el ejército estadounidense. Según fuentes de la OTAN, la interoperabilidad se logró en 2020, lo cual en realidad convirtió a Ucrania en un miembro de facto, si bien no de iure, de la OTAN.

SIGUE...


https://www.sinpermiso.info/textos/medios-de-destruccion

Los bulos patrios de la ultra derecha franquista.

Los bulos patrios de la extrema derecha patria

La batalla de Lepanto y la conquista de América

Jagoba Álvarez Ereño 


A lo largo del año suele haber efemérides que elevan el espíritu patrio de la extrema derecha española. Lo que sucede es que la extrema derecha hace un uso torticero de estas efemérides para construir todo un hilo ideológico nacionalista.

En esa dirección habló Alejandro García Sanjuán, profesor de Historia Medieval de la Universidad de Huelva y autor de La conquista islámica de la península Ibérica y la tergiversación del pasado, en abril de este mismo año: “La ultraderecha sigue la misma táctica en todos los asuntos y, respecto al pasado, adopta la misma estrategia que respecto a la violencia machista o a la inmigración: propagar bulos”.

El motivo de esta frase tuvo que ver con la decisión del Ayuntamiento de Badajoz (gobernado por el PP con el apoyo de Vox y Ciudadanos) de declarar el 19 de marzo como día de la ciudad en homenaje a su conquista en 1230 por el rey leonés Alfonso IX. Un intento de querer borrar de la historia la fundación de la ciudad por del caudillo musulmán Ibn Marwan al-Yiliqi en el año 875.

No es una táctica nueva, tal y como explica Julián Casanova, catedrático de Historia Contemporánea en la Universidad de Zaragoza, esta manipulación de la historia por parte de la extrema derecha es “una tendencia europea, donde hay una forma extrema de nacionalismo etnicista”. En el caso español, “intenta construir la identidad española como una combinación entre nacionalismo y catolicismo, vinculado a la percepción de que España tuvo una identidad católica que se alzó contra los protestantes, contra los herejes o contra los comunistas”.

Gran parte de su mensaje obedece a una divulgación ya existente durante la dictadura franquista, e incluso anterior a ella, en la que se elevaron a la categoría de verdad falsas nociones sobre diferentes personajes históricos (El Cid, Pelayo, los Reyes Católicos, los tercios) o sucesos (Reconquista, Lepanto, conquista de América). La extrema derecha se ha encargado de propagar estos bulos casi a diario. De todos ellos he decidido centrarme en dos que recibieron mucho bombo durante el mes de octubre: la batalla de Lepanto y la conquista de América.


sigue ...

 https://ctxt.es/es/20211001/Culturas/37697/bulos-batalla-de-lepanto-imperio-otomano-conquista-de-america.htm