viernes, 15 de julio de 2022

La unilateralidad de los medios de comunicación es peligroso para la democracia.

La unilateralidad de los medios de comunicación  es peligroso para  la democracia.

Robin Delobel

Entrevistamos a Paul Delmotte, profesor jubilado de Política Internacional e Historia en el IHECS [Instituto de Altos Estudios en Comunicación Social, Bruselas]. Habla del tratamiento mediático de la guerra en Ucrania, a la vez que denuncia la falta de matices y verificación, así como el sesgo en la lógica de la OTAN.


 

En primer lugar, en lo que respecta a Finlandia, hay varias similitudes en la historia entre lo que está ocurriendo ahora y lo que ha ocurrido durante varias décadas con Rusia. ¿Puede dar algunos elementos interesantes para la gente que nos lee?

 

Sí, lo primero –no quiero decir “obvio” porque desgraciadamente no somos muy geopolíticos en general–, sobre todo en nuestros medios de comunicación, es que una dimensión común a lo que ocurre hoy en Ucrania y a lo que ocurrió en Finlandia es el hecho de que estos dos países están muy cerca, incluso bloquean el acceso a los mares de Rusia, ya sea la Rusia imperial, la soviética o la de Putin. En este caso, el Mar Negro para Ucrania y el Mar Báltico para Finlandia, país que está a pocos kilómetros de San Petersburgo. Si Finlandia entra en la OTAN, junto con Suecia, esto significa que el Mar Báltico se convertirá en un lago de la OTAN. Eso está claro. 

Por otro lado, el Mar Negro siempre ha sido, y la fórmula es bien conocida en la historia, el acceso a los mares cálidos de Rusia. Aquí es donde los rusos pudieron, tras hacer retroceder a los tártaros, cruzar al Mar Negro y luego al Mediterráneo. Ha sido vital para ellos desde Catalina la Grande en el siglo XVIII. Desde la caída del Muro, podemos observar que los países ribereños del Mar Negro se han incorporado a la OTAN. Antes sólo teníamos a Turquía, miembro de la OTAN desde 1952. Hoy, Rumanía y Bulgaria se han incorporado a la OTAN. Así que ya está, podemos decir lo que queramos, pero es un estrangulamiento de Rusia.

 También hubo una cuestión muy importante durante la Segunda Guerra Mundial, precisamente relacionada con la proximidad entre Finlandia y Rusia, como lo vimos con Annie Lacroix-Riz. ¿Puede hablarnos un poco de las bases militares que utilizó la Alemania nazi?

 Stalin, aunque había concluido un acuerdo, más bien, el pacto germano-soviético, es decir, un pacto de no agresión mutua con la Alemania nazi, desconfiaba de Alemania y de sus ambiciones. Así, Alemania intentaba que Finlandia formara parte de su zona de influencia y por eso los soviéticos pidieron, en caso de guerra con Alemania, que Finlandia les permitiera utilizar ciertas bases, lo que los finlandeses rechazaron. Entonces, los rusos atacaron Finlandia, lo que se denominó la “Guerra de Invierno” de 1939, que duró unos meses. En eso, hay algo que se parece mucho a la actual “Operación Especial” de Putin. Y bueno, los finlandeses perdieron, pero se convirtieron un poco en héroes para Occidente porque resistieron al espantapájaros soviético de entonces. Es muy similar a lo que está sucediendo ahora. Me refiero a la visión que tiene la gente. El heroísmo de los finlandeses frente al ogro ruso ha sido claramente destacado.

 ¿Y los finlandeses que apoyaron a Hitler?

 Los finlandeses perdieron esa “Guerra de Invierno” y tuvieron que ceder territorio. Eso explica por qué se aliaron con Alemania en la Segunda Guerra Mundial. Pero nunca tuvieron, por ejemplo, el comportamiento de los alemanes con los judíos. Eso es algo que hay que recordar. En todo caso, los finlandeses estuvieron del lado de la Alemania nazi hasta 1944.

 ¿No estaban allí desde antes?

 Antes había, como diríamos hoy, un lobby alemán. Eso es evidente, porque históricamente, Finlandia siempre ha estado atrapada entre Rusia, por un lado, y Suecia y lo que iba a ser Alemania, por otro. Eso ocurre desde la Edad Media. Finlandia siguió siendo sueca hasta 1809. Luego pasó a formar parte de Rusia. Así que, aparte de los suecos, que se volvieron neutrales en 1814, se produjo el ascenso de Alemania. Los alemanes querían hacer de Finlandia, al menos, una zona de influencia. Incluso querían convertir a Finlandia en una monarquía alemana, ya que en un momento dado se propuso que un príncipe, primo de Guillermo II, se convirtiera en rey de Finlandia. Los finlandeses no lo querían. 

Esto es lo que tenemos que pensar cuando hablamos de la pertenencia de Finlandia a la OTAN. Finlandia es más importante para la OTAN, en mi opinión, que Suecia, porque Finlandia tiene un ejército mucho más desarrollado y experimentado que Suecia. Y tiene una frontera con Rusia, una frontera muy larga: ¡1340 km!

Esto significa que la OTAN estará aún más estrechamente vinculada a Rusia que antes. Y sabemos que esto es algo que molesta mucho a los rusos, independientemente de quién esté en el poder en Rusia. Tener fronteras directas con la OTAN es realmente peligroso para ellos.

 Es bastante comprensible, como a veces se plantea la comparación con la crisis de los misiles en Cuba.

 En 1962, sí, la crisis de los misiles. Pues sí, sigue siendo lo mismo. Es cierto que Jrushchov tenía misiles instalados en Cuba desde los que podía llegar a Estados Unidos muy fácilmente. Eso era inadmisible para los estadounidenses y es comprensible. Entonces nos arriesgamos a la guerra, pero Jrushchov se echó para atrás, lo que en mi opinión le costó el puesto un poco más tarde.

 Voy a utilizar una palabra que usted ha utilizado para hacer la transición al tratamiento de los medios de comunicación. Usted habla de la neutralidad de Finlandia. Esta mañana, RFI [Radio Francia Internacional] también hablaba de la neutralidad de Finlandia, decía que ya ha terminado. ¿Podemos decir que los medios de comunicación están en guerra junto a la OTAN, muy a menudo del lado de sus gobiernos?

 ¿Está usted hablando de Finlandia o de Ucrania?

 Me refiero a los medios de comunicación en general. Tanto en Finlandia como en Ucrania, durante los últimos meses.

 Creo que hay una evolución. Hablaremos de ello, por supuesto. Pero hay una evolución en los medios de comunicación que no sólo los hace absolutamente parciales. De hecho, hay un sesgo indiscutible y creo que nunca antes había visto tal nivel de sesgo. También hay un lado belicista al que nos enfrentamos como público. Hay una fascinación hasta tal punto, que creo que es muy, muy peligrosa. Acabo de leer que dos mil periodistas han ido a Ucrania desde el comienzo del conflicto. Dos mil es mucho.

 ¿Dos mil periodistas de Europa?

 Periodistas europeos, sí. Bueno, seguramente de otros países también, pero dos mil periodistas han estado sobre el terreno en Ucrania desde el comienzo del conflicto, desde finales de febrero.

 Sí, y también escuchamos a veces que para que una noticia esté bien cubierta, hay que estar sobre el terreno. Y sin embargo, escuchamos siempre el mismo discurso.

 Están en el terreno, pero del mismo lado. ¿Cuántas veces hemos visto a periodistas hacer su trabajo del lado de los, como ellos dicen, “prorrusos”, del lado de las autoproclamadas repúblicas y del lado ruso? Muy rara vez. Hay un medio de comunicación, Donbass Insider, que es el único en el que he visto informes del otro lado.

 Hay que investigar, y este medio no es realmente un medio autorizado.

 ¿Un medio no autorizado? No lo sé. En todo caso, se opone a los demás. Así que creo que hay un nivel de parcialidad nunca antes visto en nuestros medios de comunicación y hay un lado muy preocupante, porque este lado unilateral de los medios de comunicación es realmente algo peligroso para la democracia. Digámoslo ya que siempre nos jactamos con la “democracia”. Es peligroso para la democracia, incluido el lado belicista de estos políticos arrogantes que hacen de valientes. Pienso en el señor Charles Michel, por ejemplo.

 ¿Puede ilustrar esto un poco? Cuando se refiere a Charles Michel.

 Siempre se le oye adoptar las posturas más radicales. También está el Sr. De Croo, que luce un lacito azul y amarillo en la solapa y se muestra como un perro fiel de la OTAN. Y también en los medios de comunicación hay una especie de embarque en el campo de la OTAN.

 Sí, y esto también se puede ver cuando se hace un análisis de prensa de los medios de comunicación franceses o belgas. A menudo los expertos son antiguos miembros de la OTAN o personas vinculadas a ella.

 No he investigado al respecto, pero es muy probable. Hay muchos generales que hablan en los canales franceses, antiguos generales de la OTAN.

 Como si fueran la voz de la razón, automáticamente. Pero usted habla de democracia, precisamente, como hubo elecciones presidenciales en Francia, tengo la impresión de que esto ayudó un poco a Macron, como sabemos, a evitar una verdadera campaña sobre los temas de la elección. También recuerdo a Mali y a François Hollande, los medios de comunicación diciendo “por fin tiene su talla presidencial”. Los grandes medios de comunicación, los “grandes editorialistas”, están encantados con esta supuesta estatura que se dan los presidentes. Pero al mismo tiempo, el tratamiento mediático no es muy diferente en Bélgica. ¿Está de acuerdo con eso?

 No me atrevería a comentar sobre el tratamiento mediático en Francia, pero en Bélgica no veo ninguna diferencia vital o decisiva. En cualquier caso, bueno, la primera aclaratoria que voy a hacer es que no tengo una visión general de toda la cobertura mediática en Occidente. La cobertura que conozco es la de los telediarios de la RTBF [Radio Televisión Belga Francófona] y France 2 que veo por la noche en la televisión, o los artículos de Le Monde que leo regularmente. Además de toda una serie de artículos que obtengo de muchas otras fuentes. En particular, de un pequeño grupo de expertos que trabajan en el tema y que me comunican sus impresiones e intercambios.

Así que no pretendo tener una visión general y dominante de toda la cobertura mediática. Probablemente sea diferente en otros lugares. Ciertamente es diferente en el Sur, en los países del Sur, eso está claro. Me baso en lo que, para ser muy breve, escucho en las noticias de la noche.

 Y allí, ¿ve usted ejemplos, anécdotas de cosas que se han dicho, que le han impactado, que le han resultado chocantes?

 Exactamente, ayer o anteayer, vi algo que me sorprendió mucho y que demuestra la ignorancia de los periodistas. No quiero meterlos a todos en el mismo saco, pero observo la falta de conocimiento de los periodistas en materia internacional y en relación con Ucrania. Una periodista de France 2, en este caso, se sorprendió bastante porque había conocido a personas en Ucrania, en el Donbass, que decían que esperaban impacientemente a los rusos, que estaban a favor de los rusos y que las cosas irían mejor con los rusos, etc. 

Todo el mundo sabe que hay un problema con los rusos. Todo el mundo sabe que hay una parte de la opinión ucraniana que es pro-rusa. Se redujo con la ofensiva de Putin, eso está claro. ¡Ese es otro de los errores de Putin! Pero es evidente que hay gente que se siente más cerca de Rusia que del régimen de Kiev.

 Sobre un tema que es fundamental, que es decir que la guerra, o al menos lo que llevó a la guerra, comenzó en 2014, ¿cree que los medios de comunicación han hablado lo suficiente de ello?

 Creo que no han hablado sobre eso o apenas lo han hecho, aparte de uno o dos programas que recuerdo, que señalaron esa conexión. Ya que hablamos de periodistas y cobertura mediática, yo di clases en el IHECS durante varios años y recuerdo que uno de mis últimos cursos, en 2014, fue sobre Ucrania y Maidan precisamente. Había esbozado lo que el geoestratega estadounidense Brzezinski, que no era realmente un fan de Putin, decía sobre Ucrania. ¿Y qué dijo Brzezinski? Clasificó a este país entre lo que llamó “pivotes geopolíticos”, es decir, países que no son tan importantes por sí mismos, pero que lo son por su ubicación. Y contó como pivote geopolítico a Ucrania, por supuesto, pero también a Azerbaiyán. Así que cuando se observa el conflicto que tuvo lugar entre armenios y azeríes no hace mucho tiempo, es interesante.

Ahora, Ucrania, “pivote geopolítico”, ¿por qué es tan importante? Porque Ucrania controlaba casi toda la costa norte del Mar Negro, de nuevo. Y si se le quita Ucrania a Rusia o a la influencia rusa, como quiere la OTAN, significa que Rusia retrocede hacia el este y se convierte necesariamente en una potencia asiática y en una potencia secundaria.

Eso explica la importancia de Ucrania a los ojos de los rusos. Y explica –no digo que justifique– por qué Vladimir Putin se apoderó de Crimea con, seamos claros, la aprobación de la mayoría de los habitantes de Crimea. Por lo tanto, lo que Brzezinski nos decía es muy importante. Eso implicaba también algo así como 52 millones de nacionales menos para Rusia… Ahora bien, Brzezinski, que, como he dicho, estaba lejos de ser “putiniano”, simplemente quería dar “recetas” para mantener la hegemonía estadounidense. Y dijo que era necesario apoderarse de Ucrania para debilitar a Rusia. ¡Y aquí estamos!

 ¿Desde cuándo sucede esto?

 Desde principios de los años 90, en “El Gran Tablero de Ajedrez”. Pero no he oído mencionar a Brzezinski ni una sola vez en las noticias. ¡Ni una sola vez! Considero que es fundamental entender lo que está sucediendo ahora.

 Incluso antes de 2014, Ucrania ya era codiciada.

 Sí, 2004, y luego 2014, por supuesto, lo que se llamó la “revolución europea” de Maidán, que todo el mundo ha olvidado que tuvo aspectos muy, muy turbios. Por ejemplo, los líderes bálticos y europeos dijeron que se encontraron las mismas balas en los cuerpos de los manifestantes de ambos bandos, los que estaban a favor del llamado presidente prorruso y los opositores. Se encontraron las mismas balas en los cuerpos de ambos bandos. Por eso muchos consideran que Maidan fue un golpe de Estado, llevado a cabo, entre otros, por grupos neonazis ucranianos. 

Y así, a partir de Maidán, las cosas se han ido poniendo cada vez más tensas. Hoy en día, los ucranianos se resisten a la invasión rusa y eso es admirable. Pero, desde 2014, los ucranianos han sido abastecidos con armas modernas por Estados Unidos y esto también explica en parte su capacidad de resistencia. Sin esto, Ucrania habría caído inmediatamente, aunque el ejército ruso también está en muy mala forma. Lo vimos con la sedimentación de los tanques rusos en el barro cerca de Kharkiv.

Todo esto es algo que no se dice a menudo. Me parece que no hay una visión informativa de nuestros medios de comunicación. No intentan hacernos entender lo que está pasando, intentan meternos en un bando y conmovernos. Emoción, esa es la gran palabra. De eso se trata, de conmovernos con imágenes sangrientas, con situaciones de gases lacrimógenos, etc. No digo que no haya que mostrar lo que ocurre, pero es tan evidente el sesgo que creo que la gente empieza a darse cuenta.

 Y eso no mejora la situación política.

 Oh, no, lo hace. Se corre el riesgo de prolongar la guerra. El entorno del señor Zelensky está contento con esta situación porque siente que puede hacer cualquier cosa.

Cuando digo después de 2014, me refiero al suministro masivo de armas modernas a Ucrania. También está el hecho de que hubo sangrientas ofensivas del ejército ucraniano contra el Donbass y contra las llamadas regiones prorrusas que querían ser autónomas. Porque hay importantes divisiones lingüísticas en Ucrania y, además, todavía hay una nostalgia por la URSS: a veces vemos banderas rojas en los convoyes de los separatistas y cosas similares.

Así que hubo ofensivas muy fuertes, intolerancia radical, de los ucranianos contra el Donbass. Se suprimió el ruso como segunda lengua. Está claro que esto sólo hizo que las cosas se pusieran más tensas. Esto empezó en 2014 y si creo lo que leo, no se mencionó –o casi nunca– en los medios de comunicación. Justo antes de la ofensiva de Putin, parece que en Kiev se había tomado la decisión de lanzar una gran ofensiva contra el Donbass. Lo he leído. Por supuesto, nunca se sabe si lo que se lee es cierto. Hay una guerra de información, eso está claro. Y soy muy consciente de que no sabemos si algo es cierto. Una persona dice algo que es inmediatamente contradicho por otra al día siguiente. 

No puedo saber con certeza, por ejemplo, quiénes son los responsables de las muertes en Bucha. Había cosas muy extrañas en el relato de Bucha, algunas acusaciones recíprocas bastante graves. Todos los argumentos de negación rusos fueron supuestamente desmentidos por los servicios de la OTAN y por los servicios de información ucranianos. Pero hay una cosa, un argumento que, en mi opinión, nunca ha sido rebatido. Es el hecho de que, cuando el ejército ruso abandonó la ciudad, el alcalde de Bucha pronunció un discurso absolutamente ditirámbico, alegrándose porque los rusos se habían ido, porque la paz iba a volver y dijo que todos deberían estar orgullosos de ese día, etc. Pero en ese momento, no dijo ni una palabra sobre los muertos que se encontraron en su ciudad. ¿Había estado fumando, el alcalde, o qué? No lo sé. 

Así que este es un argumento que no se trató, junto con todos los demás, que los “muertos” se habían movido, pero que era una ilusión óptica debido a un reflejo en un espejo retrovisor. Bueno, ustedes han visto todo eso. En resumen, lo que quiero decir es que no pretendo saber quién mató en Bucha. ¿Fueron los rusos o los ucranianos radicales del batallón Azov? Tal vez todo el mundo mató, como todo el mundo en una guerra. Los crímenes de guerra están por todas partes. ¿Quién habla de los crímenes de guerra del ejército ucraniano? Cuando hay crímenes de guerra en el contexto ucraniano, sólo se habla de los de los rusos. Esto también es algo que podríamos reprochar a nuestros medios de comunicación.

 ¿Cómo se puede explicar esto? ¿Es peor ahora? Este sesgo es aún más fuerte que antes, más fuerte que en Irak o Libia ¿Cómo podemos explicar esta evolución?

 En Irak, el tratamiento de la figura de Saddam Hussein no fue inocuo. Bueno, ya no tengo una visión tan precisa de aquellos acontecimientos. Se remontan a mucho tiempo atrás. Pero en primer lugar, es cierto que la imagen de Putin no es muy positiva en nuestros países, especialmente gracias a nuestros medios de comunicación. Así que no comento mucho al respecto. Lo que quiero decir es que al principio había una imagen absolutamente negativa de Putin que tiene una influencia muy fuerte. Y luego, creo que están todos los recuerdos más o menos conscientes de la Guerra Fría, que todavía influyen poderosamente.

 ¿Con el macartismo?

 Es cierto que hay algo de macartismo en la forma en que se trata a las personas que se atreven a hacer preguntas, que hacen observaciones sobre la visión dominante. Si haces un comentario, inmediatamente te tildan de “pro-Putin”, lo cual es grotesco. Así que eso tiene un aire macartista, efectivamente. Nací al inicio de la Guerra Fría, toda mi infancia y adolescencia tuvo lugar durante la Guerra Fría, así que recuerdo cómo era el ambiente.

Y así los recuerdos juegan un papel importante. No puedes ser pro-ruso si estás aquí. Y cuando se tiene un conflicto –y esta es otra de las torpezas que se le pueden atribuir al señor Putin–, el primero en atacar es el principal culpable. ¡Putin fue el primero en atacar! Es como en el patio de recreo: nadie pregunta qué pasó antes, por qué pegó el que primero lo hizo. Así que este es también un aspecto que nos hace ver las cosas de esta manera. Ucrania se presentó como un pequeño David que se enfrenta a un enorme Goliat, lo que hay que relativizar, como acabo de decir. Y creo que todo esto explica que la opinión pública se haya inscrito completamente en un consenso pro-OTAN.

 Una última pregunta, usted ha enviado cartas o artículos para hacer algunas observaciones sobre las faltas de ética en la prensa o los medios de comunicación belgas, ¿ha obtenido alguna respuesta?

 Envié una pequeña carta sobre uno de los titulares de la RTBF, de Sacha Daoust, que tenía ese lado macartista que acabas de mencionar y que atacaba violentamente, e incluso expresaba “asco”, hacia las personas que tenían una visión del conflicto diferente a la suya. Escribí un pequeño artículo sobre eso. También faltaba algo, que era todo el alboroto que había con los refugiados ucranianos. Y el señor Sammy Mahdi, ahora presidente del CD&V [Partido Cristiano-Demócrata y Flamenco], que trató a estos refugiados ucranianos de una manera completamente diferente a los refugiados del Sur o de Oriente Medio. Esto me pareció escandaloso, al igual que a mucha gente del Sur. Fue algo que realmente me impactó. La diferencia de trato entre los refugiados ucranianos, los “blancos” y los “morenos”.

 Usted tituló esto en un artículo.

 Sí, lo titulé “La guerra de los blancos”. La gente puede pensar lo que quiera sobre ese título, pero decía lo que quería decir. Y bueno, creo que es algo que impactó a muchas personas, este asunto, estos dobles estándares en el tratamiento de los refugiados. He recibido reacciones de personas que han emigrado. También es muy revelador de nuestros países, de la inconsciencia de nuestros conciudadanos.

 Algo que también hay que poner en perspectiva es cuando nos hablan de la “comunidad internacional”.

 En primer lugar, este término “comunidad internacional”, también lo discutí en mis clases, lo recuerdo. El término “comunidad internacional” es una fórmula que proviene directamente, como han demostrado los autores, del poder blando estadounidense.

 ¿Puede explicarlo?

 El término se remonta al Salvaje Oeste, a la comunidad. La diligencia ha sido atacada y toda la gente del pueblo, todos los hombres del pueblo, saltan sobre sus caballos para perseguir a los bandidos. Todos cierran filas contra estos bandidos. Este es el origen estadounidense, quiero decir, de la imagen de la “comunidad internacional”. Cuando, en la ONU, tuvimos a este muy, muy denostado presidente iraní…

¿Ahmadinejad?Sí. Cuando Ahmadinejad subió al podio de la ONU, todos los representantes occidentales abandonaron la sala. Todos los demás se quedaron. ¿Qué es la comunidad internacional? Así que es una fórmula absolutamente polémica y una fórmula que no es neutral. Y obviamente, todos nuestros periodistas lo han utilizado… ¡Ya no hay forma de hablar, de tener un artículo o un programa que no hable de la “comunidad internacional”! Sin embargo, si nos fijamos bien, las relaciones entre Estados son cualquier cosa menos las de una “comunidad unida”: ¡no son más que rivalidades de intereses! Esto también es importante. En eso consiste el poder blando. Significa que utilizamos argumentos que provienen de un país y que están orientados.

 Traducido por América Rodríguez para Investig’Action

Fuente: Investig’Action

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