miércoles, 23 de junio de 2021

El camino a Siracusa de Fernando Savater . 2ª Parte .

 El camino a Siracusa de Fernando Savater. 

LDM

La verdad es que queda uno totalmente sorprendido por un texto de Savater contra los indultos publicada en el País. (1)  Aunque después del apoyo a Ayuso (2) , nada debía sorprender , la sorpresa esta  siempre en  sus  argumentaciones  si el apoyo  a Ayuso  era como una entrega del creyente ante  la revelación divina .No votaba al PP votaba a Ayuso . En este nuevo texto se explaya   en términos religiosos católicos ,  viene a decir algo así como que  no hubo arrepentimiento no puede haber absolución de la culpa  y el indulto les está dando indulgencia plenaria .

Fijémonos en primer lugar en su teología católica  no precisamente cristiana luterana , no solo por la mención a las indulgencias sino al  arrepentimiento .  Lutero ataco las indulgencias  porque no podían darlas los curas y  menos salvar  almas a cambio de una moneda en el cepillo  , por ese camino solo se salva el rico y el pobre bienaventurado  al infierno  y el arrepentimiento no era  lo que decía el libro en griego del Evangelio  sino que estaba mal traducido en la Biblia latina y la palabra era cambio , y así poco importa que te arrepientas  sino cambias ,  frente a la culpa la respuesta es el cambio y no repetir lo mismo.

 Él además toma los indultos  como una victoria de los independentistas , cuando ellos lo que pedían era amnistía  general . Y  en el indulto además  permanecen  además inhabilitados por el tiempo de la condena .

Para el entonces la justificación del Gobierno de que son un medio para “fomentar la convivencia en Cataluña” es peor que los indultos mismos; lo que fomenta la convivencia democrática es el respeto y el temor a la norma compartida .  Extraña forma fundamentalista  de ver la convivencia cuando es clave  la tolerancia . la cohabitación, y la  coexistencia. Como la convivencia  mutua dentro de la discrepancia . No olvidemos el pacifismo  y anti violencia independentistas  .

Los independentistas  han pecado y así  dice” No conozco la psicología de Dios, pero creo que tiene fama de magnánimo(¿) : sin embargo, no rogamos de su magnanimidad que convierta lo malo en bueno, sino que nos dé la oportunidad a quienes hemos resbalado por la tentadora ladera del mal de trepar de nuevo hasta la posibilidad de lo mejor. La indulgencia que esperamos no consiste en borrar la ley, sino en borrar de nuestra alma las consecuencias de haberla transgredido.”  .. Fijémonos la carga como  de ley  divina que lleva . La ley entonces no es interpretable  es  fundamentalista . Para el no hay diferencia entre ley  y justicia .  La ley es como de Dios y la justicia lo mismo . Lo humano no existe.

Y carga primero contra los independentistas: “Si los arrebatos, pasiones y obcecaciones identitaria de un grupo de ciudadanos que no admiten ser iguales a los demás (y que entienden su libertad como la de no ser iguales a los otros) adquiere tanto peso en la convivencia como la pauta constitucional, la democracia legal queda suspendida —o abolida, quién sabe— para verse sustituida por una olla podrida sentimentaloide en la que bullen leyendas históricas, agravios más o menos imaginarios, diferencias culturales acuñadas como irreductibles por quienes cobran por ello, etc.” .El no cobra es voluntario .Y el catalán no es una lengua milenaria como el castellano . 

No obviemos “un grupo de ciudadanos” que son mayoría electoral  dice .  Y más del 70%  lo que quieren  en Cataluña  es referéndum pactado   .

Y luego carga contra Sánchez :  “ Sus corifeos y coriguapos mediáticos (?) le jalean en este dilema entre exaltados, apoyando los indultos, la mesa de diálogo y lo que venga después. Cuanta desvergüenza. La culpa de la derecha en el problema catalán es la misma que la de la izquierda, falta de resolución al aplicar las medidas legales, educativas y mediáticas efectivas que habrían podido detener el desarrollo del mal cuando aún se encontraba en sus primeras etapas. Ahora se presentan los indultos como la única respuesta al “algo habrá que hacer” frente al conflicto.”   Uno se pregunta de qué medidas  legales constitucionales  y  legales  habla , que no fueran aplicadas  . ¿ Educativas? . La inmersión lingüística es  legal  . Aunque  al final lo dice: ”  a quienes insistan en la sublevación de hecho, les espera el 155, los tribunales, la condena y una pena de cárcel sin indultos”. Contradiciendo todo lo dicho y que era por donde debía haber empezado  .Y termina   “Lo demás es una pérdida de tiempo y un indebido menosprecio a los catalanes que se saben y se quieren españoles.” Encima habla por los no independentistas   . Y para eso tanta teología católica apostólica y romana . Y nacional católica española de unidad en la universal .

Y que precisamente el indulto  que les quita razones a los independentistas de eso no dice nada .Y sobre todo a sus votantes , después de la alta abstención  de las ultimas elecciones  .  Solo palo y tiente tieso y se debía hacer antes  .  Lo contrario seria precisamente darle apoyo a la retorica actual independentistas   Sabiendo de sobra que el repetirlo es imposible y un nuevo fracaso . Y lo  que se abre es una vía política  y de dialogo que nunca debió abandonarse

A  todo esto las sentencias de los tribunales europeos  no existen y menos todavía que el día antes  el Consejo de Europa  de Derechos Humanos apoyo el indulto, sin arrepentimiento , el sacar las extradiciones  y la reforma  del código penal  respecto a  la sedición y rebelión . (3) Y el Congreso ya por dos veces esta semana apoyo los indultos . Pero 190 diputados no valen . " Un indebido menosprecio a los catalanes que se saben y se quieren españoles" .

Español es él  con Vox Cs y  Ayuso  por el que votó  y pidió el voto.. Su España  ya  parece  la reserva espiritual de Occidente, unidad de cuartelillos de la Guardia Civil en lo Universal.

A todo esto ,en vez  de culpas  y arrepentimientos  podría decir alguna cosa practica  e inteligente , como proponer cambiar la ley  electoral   en Cataluña y los independentistas  no tendrían mayoría parlamentaria . En vez de proponer evangelizarlos a base de doctrina.

Así  al leerlo da la impresión de estar leyendo las banalidades  de  un cura   jesuita de Trento haciendo campañas de  conversión   al  servicio de un Imperio donde  no se ponía el Sol. 

Lo mas curioso es  que coincida con el Arzobispo de  Toledo  , que rompe con los  obispos por apoyar los indultos  ya que no hay arrepentimiento ni propósito de enmienda .  (4) .

Aunque  un filosofo , que empezó siendo un nihilista solo le quedaba  dos caminos o terminar siendo  anarquista libertario o un  nacional católico o similar  ayusista  y se ve que escogió lo segundo  .

Nota -1 ..https://elpais.com/opinion/2021-06-22/en-contra-de-los-indultos-indulgencia-plenaria.html   

Nota-2... -..                 https://www.blogger.com/blog/post/edit/6085611839229964808/7800843657054604120

Nota -3. .https://www.eldiario.es/catalunya/asamblea-parlamentarios-consejo-europa-pide-excarcelacion-condenados-1-reformar-sedicion-retirar-euroordenes_1_8059973.html

 Nota  - (4)..https://periodicoclm.publico.es/2021/06/24/arzobispo-toledo-rompe-conferencia-episcopal-opone-indultos-no-haber-arrepentimiento/

 

martes, 22 de junio de 2021

La pandemia como arma de guerra contra Venezuela.

EEUU bloquea las vacunas del Covid para Venezuela

María Páez Victor

La enfermedad como arma

Según el secretario general de las Naciones Unidas Antonio Guterres, el 75% de las vacunas distribuidas desde febrero de 2021 han ido a parar a los 10 países más ricos del mundo. En la reunión de la hermandad del G7 la pasada semana, los dirigentes se comprometieron a “compartir” hasta 2.000 millones de dosis de sus vacunas “sobrantes”. La OMS ha declarado que no son suficientes, pues se necesitan 11.000 millones de dosis (1). La organización World Vision también teme que sea muy poco y llegue muy tarde (2).

 Biden promete apenas medio millón de dosis, pero ninguna para Venezuela (3). Y no solo eso, sino que EE.UU. está intentando por todos los medios que no llegue ninguna vacuna al país. Si esto no es un crimen contra la humanidad, nada lo es.

 EEUU ha intentado derribar el gobierno del presidente Nicolás Maduro con golpes de Estado, ciberataques, sabotajes a las infraestructuras, intentos de asesinato, invasiones “humanitarias”, invasión por paramilitares y mercenarios, manipulación de la moneda nacional, financiación de bandas urbanas violentas y una infame campaña mediática de calumnias.

 Ahora, en mitad de una pandemia, EEUU no vacila a la hora de utilizar la enfermedad como arma. Ha presionado a la alianza COVAX de la ONU, cuya única misión es facilitar el acceso a las vacunas a países de renta baja y media, para que no permita que lleguen a Venezuela. EEUU ha bloqueado cuatro transferencias de Venezuela a la COVAX por valor de 10 millones de dólares pendientes de cobro, del total de 120 millones destinado a pagar 11 millones de dosis. Esta despreciable interferencia ha sido confirmada por la propia COVAX y por la Organización Panamericana de la Salud (4).

 El presidente Maduro lo ha llamado robo. El banco suizo UBS alega con desvergüenza que se limita a seguir los requisitos legales y reguladores, lo cual es una farsa y un embuste, pues las llamadas sanciones de EE.UU. son ilegales, unilaterales y coactivas, y no tienen ninguna base en el derecho internacional. Pero los bancos suizos no tienen ningún escrúpulo en aceptar el blanqueo de dinero, el dinero de criminales, mafiosos y narcotraficantes, pero cumplen servilmente las medidas de odio de EE.UU. contra un país que solo pretende comprar vacunas en mitad de una pandemia devastadora de alcance mundial.

 Así que mientras los “líderes” se comen una barbacoa y posan para las fotos en la pintoresca localidad de Cornualles, mientras descargan su bilis contra China y Rusia, no hacen sino adoptar una pose sobre cómo dirigen el mundo, mientras los acontecimientos reales les pasan de largo.

 China y Rusia les eclipsan a todos ellos en términos de solidaridad internacional y humana. Desde los mismos inicios de la pandemia Rusia y China han compartido medicinas, mascarillas, oxígeno, equipamiento médico y ahora vacunas, con las naciones pobres. Rusia y China han donado millones de vacunas a los países más necesitados. Casi la mitad de los 250 millones de dosis producidas en China han sido enviadas a 49 países (118 millones). Rusia ha donado a 22 países: Italia, Serbia, China, Irán, Corea del Norte, las naciones de la antigua Unión Soviética y, por supuesto, Venezuela. Y está cooperando con Sudáfrica para la producción de la Sputnik V. Comparemos estos datos con EEUU, donde de los 164 millones de dosis producidas, solo han ofrecido 4 millones a México, y son las sobrantes, que EE.UU. no necesita (5).

La historia ya ha reservado un lugar para estos hombres y mujeres del G7 por su incapacidad para dirigir. Deberían abrir los ojos y ver lo que está escrito en la pared: su actuación es muy deficiente. Pretenden actuar como Lady Bountiful, que daba limosna a los pobres, cuando lo que deberían hacer es renunciar a las patentes –llamadas eufemísticamente derechos de propiedad intelectual– y colaborar con los países para que pudieran producir ellos mismos las vacunas. Pero eso desmerecería el gran espectáculo humanitario de su supuesta generosidad.

La sitiada Venezuela no puede comprar o vender en el mercado internacional. Se le ha despojado de los activos que posee en 33 bancos internacionales, EEUU le ha robado su compañía petrolera CITGO, le han incautado ilegalmente sus depósitos de oro en Gran Bretaña y ni siquiera puede vender su propio petróleo. La crisis económica no tiene parangón, y no ha sido causada por el socialismo sino por las sanciones económicas y financieras y la manipulación de la moneda de EEUU –que ha sido admitida abiertamente por el senador Murphy (6) y por el New York Times (7).

En medio de esta crisis económica y ahora de la pandemia de coronavirus ¿de dónde ha venido la ayuda? De Rusia, China y Cuba. Ya han llegado a Venezuela 2.730.000 dosis de vacunas en 9 remesas: 7 de Rusia y 2 de China. En unas pocas semanas se espera que lleguen otras 900.000 dosis de Rusia y 1,3 millones de China. Y cuando empezó la pandemia estos países donaron a Venezuela todo tipo de medicamentes y equipos que eran necesarios. Irán también ayudó con alimentos y especialmente con la muy necesaria gasolina.

Pero lo mejor de todo es que estos países verdaderamente humanitarios van a ayudar a Venezuela a producir sus propias vacunas. El país acaba de firmar un contrato con la compañía rusa GeoPharm para producir 10 millones de dosis de la EpiVacCorona, la segunda vacuna rusa tras la Sputnik V. Además Venezuela fabricará también la vacuna cubana Abdala en un laboratorio de Caracas ya identificado.

 Hay 77 puntos de vacunación en todo el país y ha habido un alto nivel de participación en el proceso de vacunación. Casi el 11% de la población ha recibido ya la primera dosis de la vacuna Sputnik V o la VeroCell china.

 Estaba previsto que COVAX enviara más vacunas en julio y agosto. Venezuela ya ha pagado la mayor parte de los 64 millones de dólares necesarios para sufragar 11 millones de dosis, que cubrirían otro 20% de la población. Sin embargo, los 10 millones que constituían la última cantidad adeudada han sido retenidos por el banco suizo UBS por orden de EEUU. Con las dosis del COVAX, Venezuela esperaba completar la vacunación del 70% de la población.

 Pero Venezuela es un caso singular, pues tiene uno de los datos de contagio más bajos de la región. Las estadísticas internacionales de Worldometer a fecha de 15 de junio de 2021 indican que Venezuela, con una población de 28,5 millones había tenido 252.883 casos de covid-19 y 2.845 muertes. Eso significa 8.917 casos por millón de habitantes y solo 100 muertes por millón.

 El número de casos en los países de la región son del orden de millones y el número de muertes por millón es incluso más desastroso. Perú encabeza la lista con 5.655 muertes por millón de habitantes y el resto de los países están entre 1.000 y más de 2.000 por millón (véase el cuadro )                                                                                

 Si la economía venezolana se encuentra en una situación tan deplorable y el gobierno ha perdido el 90% de los ingresos por petróleo ¿cómo pueden ser sus estadísticas tan envidiables en comparación con las de los países vecinos? ¿Cómo obtiene unos resultados tan buenos un país bloqueado que no puede comprar medicamentos o equipos médicos en el mercado internacional? ¿Por qué ha habido tan pocos casos y muertes en Venezuela, muchos menos que en los países vecinos?

 Estos datos indican que las medidas preventivas adoptadas para salvaguardar a la población venezolana parecen haber dado muy buenos resultados, a pesar del bloqueo económico que EE.UU., Canadá y la Unión Europea le han impuesto ilegalmente y a pesar de no contar con suficientes vacunas. Corrobora la lección de que, aunque sea importante y necesario, tener equipo y servicios médicos no es suficiente.

 Las investigaciones muestran de manera consistente que la salud de una población se basa en la organización de su sociedad, en el modo en que se distribuyen los recursos y en el apoyo y los cuidados de que dispone la colectividad. A estos factores clave se les denominan los determinantes sociales de la salud y entre ellos están no solo los servicios sanitarios y médicos específicos, sino también la seguridad alimentaria, la educación y la alfabetización, la vivienda, la renta, una red de protección social y respaldo comunitario, así como la eliminación de la exclusión y la desigualdad social y un sentido de pertenencia social.

 Durante los últimos 21 años, la transformación social experimentada en Venezuela con la Revolución Bolivariana ha actuado más concertadamente sobre estos determinantes sociales de la salud general de la población. No ha logrado por completo alcanzar sus metas, ha sufrido serios contratiempos, algunos debidos a la ardua tarea de transformar un país arruinado política y económicamente por las élites que utilizaban la inmensa riqueza petrolera en beneficio propio, dejando a la abrumadora mayoría de la población en la pobreza. Pero, además de ese tremendo desafío, los gobiernos de Chávez y de Maduro han tenido que defenderse continuamente de la agresión económica y política del imperio más poderoso de la Tierra, EEUU, Canadá y sus otros aliados. A esa agresión externa ha contribuido desde el interior una élite supremacista, rica y antidemocrática, empeñada en debilitar los avances de la revolución y aliada con los enemigos del país con la esperanza de que estos les retornen al poder.

 Venezuela ha sido capaz de hacer frente a la pandemia mejor que los países vecinos con una economía centrada en el mercado por muchas razones:

 * Tiene un gobierno cohesionado que ha centralizado la campaña contra el covid-19 siguiendo los mejores consejos de sus expertos médicos y epidemiológicos.

 * Ha promovido la cooperación de todas las jurisdicciones: gobernadores, alcaldes y consejos municipales.

 * Ha desarrollado durante dos decenios un sistema público de salud accesible e integral, desde las clínicas de barrio y de pueblo hasta los hospitales secundario y terciario, financiados íntegramente por el Estado.

 * Ha obtenido la cooperación de las clínicas privadas con los hospitales públicos, lo cual, en un entorno polarizado políticamente, ha sido una auténtica bendición para la población.

 * Ha compartido las medicinas y equipos médicos que ha sido capaz de obtener con pacientes de la sanidad privada: todas las medicinas para el covid-19 son gratuitas para los individuos.

 * Las escuelas, todas las instituciones públicas, la radio y la televisión, el ejército, los bomberos y la policía han desarrollado una incansable campaña de salud pública para informar a la población sobre la enfermedad y sus medidas de protección.

 * Innumerables organizaciones de voluntarios se han unido a esta campaña: consejos comunales, comunas, todo tipo de colectivos, organizaciones de base y comités de barrio.

 * El sistema de confinamiento 7×7 ha demostrado su eficacia: siete días de confinamiento absoluto seguidos por otros siete de menores restricciones pero, en cualquier caso, manteniendo la distancia social y las mascarillas.

 * Las calles y los edificios públicos se limpian y desinfectan regularmente; los visitantes extranjeros que llegan a los aeropuertos u otros puntos de entrada al país se someten a un examen médico y deben pasar cuarentena. Hay un seguimiento y rastreo de todos los pacientes covid.

 * Ha promovido la agyricultura y realizado fuertes inversiones en seguridad alimentaria.

 * El gobierno ha sido capaz de desempeñar estas funciones gracias a la admirable dedicación y trabajo de voluntarios y organizaciones populares.

 Pero todo este trabajo no quita que, por culpa de las sanciones de EE.UU. y sus aliados, los venezolanos diabéticos no puedan conseguir insulina, los pacientes con glaucoma sus gotas oculares esenciales, los enfermos de sida los antirretrovirales y muchas operaciones quirúrgicas no puedan realizarse por falta de los medicamentos necesarios. El Dr. De Zayas, experto en Derechos Humanos de la ONU, ha afirmado que más de 100.000 venezolanos han muerto directamente a causa de la falta de medicinas producto de las sanciones ilegales de EE.UU.

 (8).

 El presidente Biden, que se presenta como demócrata y católico, tiene sus manos manchadas de sangre venezolana, lo mismo que su predecesor, pues está continuando su agresión asesina contra un país que no ha causado ningún daño a EEUU o a su pueblo.

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 Notas:

 [1] TELESUR, https://www.telesurenglish.net/news/G7-Vaccine-Donation-Is-Not-Enough-To-Fight-COVID-19-WHO-Says-20210615-0003.html.

 [2] Palabras del portavoz de World Vision Michael Messenger, citado in M. Brewster, “G7 meeting ends with promise on covid-19, climate, mentions China”, CBC News, 13 junio 2021)

 [3] Biden afirma “No Strings Attached” to Vaccine Donations, But Venezuela Is Blocked from Getting Any”, Democracy Now, 11 June 2021

 [4] “Outrage as COVAX Reports Blocked Vaccine Payments, US Sanctions Blamed”, Paul Dobson, Venezuelanalysis.com, 15 June 2021

 [5] https://www.nbcnews.com/news/world/russia-china-are-beating-u-s-vaccine-diplomacy-experts-say-n1262742, https://healthpolicy-watch.news/russia-and-chinas-bilateral-vaccine/

 [6] “US-Venezuela Policy has been an unmitigated disaster”, https://www.murphy.senate.gov/newsroom/press-releases/murphy-us-venezuela-policy-has-been-an-unmitigated-disaster-we-played-all-our-cards-on-day-one-and-its-been-an-embarrassment-ever-since , 4 agosto 2020

 [7] “Even The New York Times Now Admits That It’s US Sanctions, Not Socialism, That’s Destroying Venezuela” Peter Bolton, 8 junio 2021, COUNTERPUNCH

 [8] Alfred De Zayas, “ Former Un Rapporteur on Human Rights: US Sanctions Have Killed more than 100,000 Venezuelans”, Black Agenda Report, 4 marzo 2020, https://www.blackagendareport.com/former-un-rapporteur-human-rights-us-sanctions-have-killed-more-100-thousand-venezuelans

 * María Páez Víctor es una socióloga nacida en Venezuela y residente en Canadá. counterpunch.org. Traducido para Rebelión por Paco Muñoz de Bustillo

lunes, 21 de junio de 2021

Las cumbres de Biden

 Las cumbres de  Biden .

Rafael Poch

La ambigüedad de la cruzada de Estados Unidos contra China solo es superada por la total inconsistencia de la Unión Europea como sujeto autónomo.

Las cuatro cumbres de Biden de la tercera semana de junio -el domingo 13 con el G-7, el lunes con la OTAN, el martes con la UE y el miércoles con Putin en Ginebra- han expresado una mezcla de ansiedad e impotencia. ¿Ha funcionado su objetivo manifiesto de reclutar aliados para el “todos contra China”? La impresión es ambigua.

La semana anterior se habían izado en Washington las banderas de guerra. Por un lado la directiva del secretario de Defensa Lloyd Austin, declarando, una vez más, a China como primer foco de la atención militar de Estados Unidos y por otro la aprobación en el Senado de la “China competitiveness bill”, un paquete de 250.000 millones de dólares destinado a subsidios a empresas y sanciones para, entre otras cosas, repatriar a Estados Unidos la producción estratégica deslocalizada, especialmente la de semiconductores particularmente sensibles a la alta tecnología y sus aplicaciones militares.

Las cuatro cumbres europeas venían acompañadas de una fuerte presión propagandística, con todas las leyendas desplegadas al viento: la del virus de Wuhan (desechada por la OMS), los atropellos a los uigures magnificados en crímenes contra la humanidad (que no convencen ni a Jeffrey Sachs), las telenovelas sobre democracia de Hong Kong y Taiwán, así como las “amenazas militares” de China. Repasen los diarios de los últimos quince días y reconocerán esa música por doquier.

Todo ese conjunto de medidas es, “el reconocimiento más explícito de que la profunda desconfianza de Washington hacia Pekín no era un mero rasgo de la administración Trump, sino que refleja un consenso ampliamente compartido en el Congreso de que Estados Unidos debe trabajar urgentemente para superar a China o perder su estatus como la nación más poderosa del mundo”, señalaba el South China Morning Post, el principal diario prooccidental de Hong Kong. Eso ya lo sabíamos, pero la novedad con Biden es la consciencia de que tal cruzada precisa de la movilización, política y militar, de los aliados, incluida cierta rebaja del tono en la agresividad hacia Rusia. Y toda la panoplia de medidas y declaraciones sugiere una gran ansiedad que está forzando la maquina al máximo. Pero, ¿alcanza?

El G-7 ya no da la talla

Empecemos por el domingo. El G-7 ya no da la talla como “gobierno mundial”. Todo el mundo sabe que lo que importa es el G-20 y no el G-7. Precisamente por eso se invitó a la cumbre a India, África del Sur (dos BRICS) y a Corea del Sur. Cuando el G-7 se creó en los setenta del siglo pasado, las economías que lo integraban pesaban alrededor del 70% del conjunto global. Hoy no llegan al 35% y es el Sur global quien representa ese 70%. A partir de ahí pretender ganarse a los aliados para la cruzada contra China exige que éstos pierdan de vista la realidad.

Ese club venido a menos ha amagado con contramedidas a la estrategia de proyección mundial y exportación de sobrecapacidad china, la Belt & Road Initiative. Han bautizado la respuesta como Build Back Better World, una campaña de inversiones “transparentes y sostenibles” en países en desarrollo. Pero, ¿Dónde está el dinero? Las economías occidentales están endeudadas y sus sectores privados no invertirán en nada que no arroje sustanciales beneficios. La simple realidad es que no hay capacidad para competir con los proyectos de infraestructuras integradoras de China. Todo huele un poco a improvisación desesperada ante la evidencia de que China ha salido mucho mejor librada de la pandemia, como ocurrió con la crisis de 2008, y de que su economía crece con mayor dinamismo. Pero si la economía no alcanza, echemos mano de lo militar.

El Atlántico se va al Pacífico

La cumbre de la OTAN del lunes ha expresado esa impotencia. Se han olvidado ya los tiempos en que el secretario general de la Alianza proclamaba que el bloque, “no tiene la ambición política, ni la capacidad militar, ni el dinero para ser el gendarme del mundo”. “Nunca habrá una OTAN global en el papel de una especie de Naciones Unidas”. Eso era en 2008, en vísperas de la cumbre de Bucarest. Entonces el secretario general era Jaap de Hoop Scheffer. Hoy el noruego Jens Stoltenberg dice que la OTAN siempre estuvo un poco “out of area”, por ejemplo en Afganistán, así que puede perfectamente ocuparse no solo de asuntos noratlánticos sino también “indo-pacíficos”. Los socios europeos han tosido.

“En mi atlas no figura que China esté en el espacio atlántico, pero puede que mi mapa esté equivocado”, ha dicho Macron. “No creo que nadie en esta mesa desee caer en una nueva guerra fría contra China”, ha dicho Boris Johnson. “No hay que exagerar” ( la amenaza que representa China), “tenemos que encontrar el equilibrio correcto”, ha dicho Merkel. Han tosido, pero ninguno de ellos se ha plantado y ha sido capaz de decir “no”.

Los europeos juegan a considerar a China a la vez “socio, competidor y rival sistémico”, pero esa no es la posición de Washington, que piensa en términos de enfrentamiento directo, sin contemplaciones. Mientras Estados Unidos quiere repatriar empresas para cortarle a China los accesos a la alta tecnologías, la Unión Europea no quiere volar los puentes con su principal socio comercial (desde 2020). Una encuesta de la Cámara de Comercio Europea en Pekín revela que el 60% de las empresas europeas establecidas en China quieren ampliar sus negocios allá este año y la tendencia va al alza. No hay un interés europeo en una escalada con China como la que pretende movilizar Estados Unidos. La Unión Europea puede tener “diferencias sistémicas” con China, pero sus relaciones económicas son estrechas y tiene una necesidad estratégica de cooperación con Pekín. Y sin embargo se callan.

Cinismo inaudito

No solo se callan sino que suscriben un documento de la OTAN, redactado al dictado de Washington, en el que China, por primera vez, es mencionada, y nada menos que una docena de veces. La Alianza que ha violado sistemáticamente el derecho internacional en la mayoría de sus intervenciones militares y cuyos miembros son la principal minoría bloqueadora en las votaciones de las Naciones Unidas, afirma que China presenta “desafíos sistémicos al orden internacional basado en normas”. Los responsables del mayor arsenal nuclear mundial reprochan a China la modernización del suyo y la “opacidad” de su gasto militar que es casi seis veces inferior al de la OTAN. Quienes han destruido con sus guerras media docena de sociedades y estados entre Afganistán y Libia, ocasionando varios millones de muertos, instan a China a “actuar responsablemente en el sistema internacional” y censuran el maltrato a sus minorías musulmanas. Un nivel de cinismo inaudito.

Los europeos han suscrito la leyenda del virus escapado de laboratorio en Wuhan, se comprometen con los “derechos humanos” en Hong Kong y con la “estabilidad” de Taiwán, prevén enviar barcos de guerra al Mar de China Meridional, suscriben la fantasmada del “Build Back Better World”…En resumen, suscriben una estrategia de Estados Unidos diseñada para complicar sus propias relaciones con su socio chino.

El portavoz de la misión china ante la UE ha respondido diciendo que, “está más claro que el agua de quien son esas bases militares desplegadas por todo el mundo y a quien pertenecen los portaviones que se pasean exhibiendo músculo militar”. Su comunicado recuerda que los miembros de la OTAN tienen veinte veces más armas nucleares que China y les pregunta cuando piensan sumarse al compromiso chino de no usar primero armas nucleares en cualquier lugar y circunstancia y cuando se comprometerán sin condiciones a no usar ni amenazar con usar armas nucleares contra países o regiones que no disponen de ellas, como señala la doctrina de Pekín en la materia, sin duda la menos demencial de las potencias nucleares del mundo.

Suavizando a Putin

La guinda del pastel ha sido el encuentro con el Presidente ruso en Ginebra. En vísperas de su encuentro con Putin, quien fuera caracterizado como “asesino” por Biden pasó a ser “brillante” y “digno adversario”. Eso tampoco alcanza para ser tomado en serio.

Si hubiera en Washington una verdadera estrategia en materia china, cortejar a Rusia para ganársela, es decir reconocer sus intereses nacionales y de seguridad, sería el primer movimiento, pero, ¿cómo hacerlo sin contribuir a la integración entre Rusia y el resto del continente europeo que siempre se ha intentado conjurar desde Washington? De momento no se ha pasado de suavizar el insulto y de restablecer embajadores.

La ambigüedad de la cruzada de Estados Unidos contra China solo es superada por la total inconsistencia de la Unión Europea como sujeto autónomo.

(Publicado en Ctxt)

domingo, 20 de junio de 2021

El legado de J.A. Hobson

                                               



J. A. Hobson, un precursor de la heterodoxia (II)

La lectura de este manifiesto permite comprobar que Hobson efectivamente había evolucionado desde el liberalismo al socialismo

 Hobson fue uno de esos precursores, en gran parte ignorado hoy, pero que ha ejercido una influencia sobre muchos economistas, aunque sea difícil de evaluar. Encontramos rastros de ella esparcidos a lo largo del tiempo, teniendo en cuenta la longevidad y la prolijidad de Hobson [ver parte I: De Lenin a Keynes].

El legado de Hobson

Michael Kalecki estaba interesado en las tesis de Hobson sobre el impacto desestabilizador del acaparamiento. En un artículo de 1932, publicado en Polonia bajo el seudónimo de Henryk Braun, escribió: “para evitar una catástrofe del sistema y prolongar su vida por un tiempo determinado, el Sr. Hobson cree que son necesarios el apoyo coordinado a nivel internacional en forma de crédito a los países deudores y la estabilidad de los precios mundiales”[i]. Finalmente, en una reseña del libro de Roy Harrod[ii], Joan Robinson escribió en 1949 que “proporciona el eslabón perdido entre Keynes y Hobson”[iii].Pero otros solo se refieren a Hobson para demolerlo. Este es el caso de Joseph Schumpeter, que asumió claramente la postura del mandarín y rechazó cualquier punto de vista de clase entre los economistas dominantes: “Hobson había elegido ser un autodidacta en economía, lo que le permitió ver aspectos que los economistas de formación se negaron a ver, pero le impidió apoderarse de otros que ellos daban por sentados. Nunca logró comprender por qué los profesionales no tomaron en consideración su mensaje y, como muchos otros de su género, de ninguna manera se opuso a esa cómoda explicación de que sus oponentes marshallianos estaban impulsados por una propensión inquisitorial a aplastar cualquier disidencia, incluso por un interés de la clase. La posibilidad de que por su inadecuada formación, muchas de sus proposiciones, en particular sus críticas, sean manifiestamente erróneas y sólo puedan explicarse por una incomprensión nunca se le ha ocurrido, aunque a menudo se le había señalado”[iv]. Se observa el condescendiente desprecio de Schumpeter. Pero no explica por qué Alfred Marshall, como veremos a continuación, sintió la necesidad de tener en cuenta las críticas que le dirigió Hobson.

Contribuciones multifacéticas

La obra monumental de Hobson es frecuentemente repetitiva y, a veces, oscura. Este es sin duda uno de los motivos, junto a la hostilidad de los ortodoxos, del relativo olvido en la que se la ha sumergido. Aunque Hobson es un arquetipo del subconsumismo, se pueden encontrar en sus contribuciones intuiciones a menudo deslumbrantes y premonitorias.

Quizás la más sorprendente sea este pasaje (p. 85-6) del libro de Hobson y Mummery, donde analizan el efecto dominó del aumento del consumo en la inversión, presagiando así lo que se llamará la teoría del acelerador, cuya formulación más elaborada será la de John M. Clark[v]. Es uno de los pocos lugares en los que Hobson esboza un modelo cuantificado, y podría decirse que su fuerza y su debilidad se encuentran sin duda en haber formulado un razonamiento coherente en términos literarios en lugar de presentarlos de una manera más formalizada.

Un buen ejemplo lo da un artículo de 1891[vi] en el que Hobson analiza el lugar de Inglaterra en la economía mundial, a partir de una comparación con la India. Compara la evolución relativa en cada país de los salarios y la productividad del trabajo (que él llama eficiencia) según un razonamiento perfectamente lógico que hoy expresaríamos en ecuaciones.

Pero este no es el único interés de este artículo porque explora de forma premonitoria una posible evolución de la economía mundial. Hobson se burla del comerciante británico para quien todo está muy bien: “La India debería ser, por toda la eternidad, un enorme campo de cultivo de cereales y algodón exportado a Inglaterra y pagado con productos manufacturados. ¡Qué solución más sencilla y agradable se podría imaginar! Pero, ¿y si no es el destino eterno de la India proporcionarnos granos y materias primas baratos? […] ¿Está realmente excluido que India pueda convertirse en el Lancashire del Imperio Británico, o tal vez con China convertirse en el taller del mundo?” ¡El taller del mundo! La fórmula anticipaba los desarrollos posteriores en la economía mundial.

La respuesta de Hobson puede parecer, incluso en nuestros días, muy utópica. Se basa en un alegato, que podría calificarse de internacionalista, a favor de “la cooperación internacional encaminada a preservar y mejorar las normas laborales en todos los países” que también tendría la ventaja “de distribuir el producto de manera más igual y más equitativa entre los trabajadores y las otras partes interesada .                                       

Contra la teoría neoclásica de la distribución

En sus primeros escritos, Hobson utilizó la teoría de la productividad marginal para establecer lo que llamó la “ley de las tres rentas”[viii]. Sin embargo, este mismo número del Quarterly Journal of Economics publicó un artículo de otro Jhon que también se refería a una “ley de la renta”[ix]. Esta coincidencia llevó a los editores de la revista a explicar la publicación de dos artículos “con conclusiones esencialmente idénticas”: “después de enviar a la imprenta el artículo del Sr. Hobson, el profesor Clark nos informó que estaba escribiendo un artículo sobre la extensión de la conocida doctrina de la renta diferencial, que él puso a nuestra disposición. Por lo tanto, parecía que los dos autores, trabajando sobre el mismo tema de forma independiente y sin que ninguno de los dos conociera las investigaciones del otro, habían logrado simultáneamente una modificación importante de todas las teorías precedentes de la distribución”.

John Bates Clark escribirá unos años más tarde un libro que puede considerarse como fundador de la teoría neoclásica de la distribución[x]. En su prefacio, Clark menciona “muchas contribuciones específicas a la literatura de la teoría de la distribución” que no “tiene el placer de discutir” por falta de espacio. Obviamente, cita a Alfred Marshall y Frank W. Taussig pero también a Hobson.

El artículo de 1891 de Hobson fue seguido unos meses más tarde por otro que introdujo un “elemento de monopolio”[xi], apartándose así de la hipótesis de la competencia pura y perfecta. Unos años más tarde, Hobson expuso su propia teoría de la distribución en The Economics of Distribution[xii], publicado en 1900. No hizo alusión a Clark y centró su crítica en Eugen Böhm-Bawerk[xiii], otro promotor del valor-utilidad, al que dedica todo un apéndice en el que encontramos este juicio definitivo: “declarar que es evidente que el valor de los bienes de producción depende de la utilidad marginal de los bienes de consumo que se utilizan para fabricar, es uno de los las peticiones más curiosamente atrevidas que me he encontrado en los anales de la carencia de lógica”.

La crítica de Hobson a la teoría de la distribución neoclásica se basa en dos argumentos esenciales, que no han perdido nada de su pertinencia. La primera es que no se puede distinguir la contribución de cada factor de producción: “cuando es esencial para la productividad que la tierra, el capital y el trabajo cooperen, es imposible atribuir a uno de ellos un producto basado en el supuesto de productividad distinta”.

Esta objeción de Hobson a la que Mark Blaug vuelve en detalle en su magistral retrospectiva[xiv] llevó a Alfred Marshall, el principal economista de la época, a reformular ciertas proposiciones de sus Principios[xv], en los que dedica varias notas críticas a Hobson. Su irritación con este “engreimiento” aparece en una carta del 13 de mayo de 1900 dirigida al economista estadounidense Edwin R.A. Seligman: “Hobson es hábil, pero su prisa desalentadora molesta a quien trabaja lentamente. En consecuencia, he añadido más explicaciones sobre este tema, en la cuarta edición”[xvi].

La segunda crítica de Hobson es que la distribución del excedente resulta de las relaciones de fuerzas (bargaining power) que conduce a situaciones de monopolio en lugar de una competencia pura y perfecta. Por lo tanto, “la teoría de que el interés propio ilustrado de los productores mantiene los precios normales al nivel de los costos de producción y que, por lo tanto, todos los beneficios de las mejoras industriales modernas se transmiten a la comunidad de consumidores, debe considerarse completamente infundada”. Una vez más, ¿cómo no hacer una relación con los estudios contemporáneos sobre los efectos, particularmente en Estados Unidos, de la concentración de empresas en la distribución de la riqueza producida?[xvii]

Hobson volverá a esta crítica en 1914 en Work and Wealth[xviii]Parte de una cita de Chapman, uno de los defensores de la teoría marginalista, quien extrae de ella el núcleo sustantivo: “la teoría se limita, por tanto, a afirmar que todo individuo tenderá a recibir un salario igual, ni más ni menos, a su valor, es decir, al valor de su producto marginal. Para obtener más, debe incrementar su valor, por ejemplo, trabajando más duro, es decir, aumentando su contribución a la producción”[xix].

El comentario de Hobson es mordaz y adopta un punto de vista de clase: “Esta teoría renueva el argumento en contra de los trabajadores que asaltan los baluartes del capital. La amplia aceptación que ha ganado el marginalismo en la academia se explica, según Hobson, por el hecho de que sus defensores deducen del mismo “preceptos prácticos bastante aceptables para los dirigentes políticos y los hombres de negocios que buscan señalar la imperfección, los efectos perversos, y, en última instancia, la inutilidad de todos los intentos de las clases trabajadoras de obtener salarios más altos u otras mejoras costosas de sus condiciones de empleo”.

                                                                         


Crítica de la apología

Hobson denunció constantemente el carácter apologético de la economía oficial de su época. En Free-Thought in the Social Sciences[xx], cita una posición categórica de Wicksteed (“el autor de la presentación más completa e ingenua del marginalismo” según él): “no hay una sola persona capaz de comprender los hechos, que podría argumentar que después de que cada factor de producción haya sido remunerado según la distribución marginal, quedaría un residuo o un excedente que podría distribuirse o apropiarse. Las concepciones tan vagas como apasionadas de un residuo inapropiado deben ser desterradas para siempre al limbo de las fantasías etéreas”[xxi].

A este intento de excomunión, la respuesta de Hobson es mordaz e insiste en el carácter apologético del marginalismo: “¡Dejemos de lado por el momento la cuestión de la verdad o falsedad de esta doctrina, y consideremos cuán perfectamente responde a las exigencias del conservadurismo! ¡Qué desmentido de las ganas y el odio de clase de los trabajadores, y qué iluminación de la locura y futilidad de sus huelgas de celo [ca ‘canny]! ¡Qué alivio por la compasión fuera de lugar que cruza la mente de muchos hombres poderosos cuando consideran la condición de las clases más pobres!”.

La teoría marginalista de Clark, Böhm-Bawert o Wicksteed hace un gran servicio a las clases propietarias: “el éxito de este nuevo método no se explica solo por la sed de conocimiento de los hombres de ciencia. Su conservadurismo inmanente se adapta no solo a las mentes académicas tímidas, sino también a las clases ricas en su conjunto: incluso si son indudablemente incapaces de captar todas las sutilezas, son lo suficientemente inteligentes como para apreciar sus conclusiones generales, ya que son popularizadas por la prensa […] Esta nueva doctrina les sirve sobre todo para desestimar la acusación que se hace contra los capitalistas de explotar al trabajo”.

No se podría decir mejor, y este comentario no ha perdido nada de su relevancia. También es cierto, quizás aún más hoy, del papel de las formalizaciones matemáticas a favor de un conservadurismo inmanente que no sería difícil de encontrar en la enseñanza contemporánea de la microeconomía: “No es indiferente observar que un gran número de jóvenes economistas de Inglaterra y Estados Unidos han recibido formación académica en matemáticas. El espíritu matemático, dedicado al estudio de las curvas de oferta y demanda, condujo rápidamente a la construcción de un sistema económico abstracto basado en las interacciones de unidades idénticas e infinitesimales que conducen a una nueva armonía económica”.

Un teórico del crecimiento

En una revisión de la Teoría general, Alvin Hansen cita los cáusticos comentarios de Keynes sobre el libro de Hobson y Mummery (“concesiones temporales a la razón”) y agrega este pérfido comentario: “Algunos podrían decir que esta caracterización del Sr. Keynes podría aplicarse a su propio libro”[xxii]. Hansen volverá sobre la contribución de Hobson más adelante, señalando que destacó, “mejor que sus predecesores, el papel del crecimiento, los cambios en la tecnología y el crecimiento de la población en la creación de oportunidades de mercado para la inversión”[xxiii] pero, curiosamente, le reprocha su tratamiento del consumo que no lograría relacionar con los ingresos. Este reproche es tanto más injustificado por cuanto que Hobson había explicado correctamente que la propensión a consumir depende del nivel de ingresos: “La proporción del ahorro generalmente está directamente relacionada con los ingresos, los más ricos ahorran el mayor porcentaje de sus ingresos, los más pobres el más pequeño”[xxiv]. De este modo, anticipó un elemento clave de la teoría keynesiana.

Hobson fue más allá al introducir la noción de equilibrio dinámico, sin duda inspirándose en la crítica dirigida a la teoría neoclásica por su amigo Thorstein Veblen (a quien había conocido en Estados Unidos y al que dedicó un libro[xxv]). Veblen comenta[xxvi] el libro de Clark sobre teoría económica[xxvii], constatando que la teoría marginalista es esencialmente estática. Baste citar a Clark: “una configuración dinámica es aquella en la que el organismo económico cambia rápidamente y, sin embargo, en todo momento durante sus cambios, permanece relativamente cerca de un determinado modelo estático”. Veblen ve bien lo que tiene de artificial esta pseudo-dinamización que no deja lugar a un desarrollo no proporcional al equilibrio inicial: “cuanto más dinámica es una sociedad, más tiende hacia el modelo estático hasta que, gracias a la acción de una competencia sin fricción se alcanza el estado estático, aunque su tamaño haya aumentado: dicho de otra forma, el estado dinámico acabado coincidiría con el estado estático”.

Para Hobson, por el contrario, el crecimiento equilibrado supone que existe una proporción adecuada entre ahorro y consumo que conduce a la “tasa máxima de consumo”. Pero la obtención de esta proporción no está garantizada automáticamente, porque el excedente ilegítimo (unearned), compuesto por rentas y superbeneficios, conduce a una mala distribución de la renta y a un exceso de ahorro que genera sobreinversión y reducción del poder adquisitivo. Es la fuente de recesiones y un “despilfarro económico”, cuyo resultado temporal es proporcionado por la inversión y las ventas en los mercados extranjeros. Así, los tres pilares del sistema económico de Hobson (excedente, subconsumo, imperialismo) están estrechamente relacionados, lo que permite a David Hamilton -de quien tomamos prestada esta presentación simplificada- observar que este diagrama teórico está “mucho más integrado que el de los economistas más famosos”[xxviii].

El libro sobre el imperialismo ya contenía críticas acerbas al sistema económico. Hobson evoca así un estado de la sociedad en el que “la distribución no está ligada a las necesidades, sino que depende de otros factores que atribuyen a determinadas personas un poder adquisitivo que supera con creces sus necesidades e incluso sus posibles usos, mientras que otros se ven privados de los medios para satisfacer ni siquiera las necesidades de la integridad física”. El tema central de Hobson del exceso de ahorro y el superávit “no ganado” (unearned) -y por lo tanto ilegítimo- se refiere a las estructuras sociales, porque este exceso de ahorro está “constituido de rentas, de beneficios de monopolio y otras fuentes de ingresos que no son el fruto de un trabajo manual o intelectual y, por tanto, no tienen una razón legítima de ser”.

Este concepto de excedente se acerca bastante al que desarrollarán más tarde Baran y Sweezy en su análisis del capitalismo monopolista[xxix], aunque no se refieran a Hobson. Esto se evidencia en este pasaje: “El abuso o uso antieconómico del excedente es fuente de todo tipo de disfunciones […] El principal problema de la civilización industrial moderna es concebir medidas para asegurar que todo el excedente se dedique al progreso económico y social”[xxx].

El análisis dinámico de Hobson será desarrollado más – y puesto en ecuaciones – por Roy Harrod y Evsey Domar, los primeros teóricos del crecimiento[xxxi]. Domar rindió un fuerte homenaje a Hobson: “Los escritos de Hobson contienen tantas ideas interesantes que es una lástima que no se le lea con más frecuencia”[xxxii]. Domar hace un punto importante: Hobson, “contrariamente a la creencia popular”, no sostiene que la propensión a ahorrar sea siempre demasiado alta. Lo que propone es reducirla a un nivel “compatible con las necesidades de capital determinadas por el progreso tecnológico, una idea interesante y razonable”.

Como resultado, la comparación con Keynes sería incluso más ventajosa para Hobson: “Aunque Keynes y Hobson estudiaron el desempleo, en realidad abordaron dos problemas diferentes. Keynes analizó lo que sucede cuando los ahorros (del período anterior) no se invierten. El resultado es el desempleo, pero plantear el problema de esta forma fácilmente podría dar la impresión errónea de que si se invirtieran los ahorros, se aseguraría el pleno empleo. Por el contrario Hobson fue más allá y planteó el problema de esta forma: supongamos que los ahorros se invierten. ¿Podrán las nuevas fábricas vender sus productos? Esta forma de plantear el problema no era en absoluto, como pensaba Keynes, un error. Fue el planteamiento de un problema diferente, y quizás también más profundo”.

Otro economista va incluso más allá en su análisis detallado de la teoría del desempleo de Hobson: “[Él] analizó el problema del desempleo directamente desde el ángulo de los aspectos dinámicos del crecimiento [mientras que] el análisis de Keynes fue esencialmente de naturaleza estática”. En resumen, Hobson “puede haber visto la verdad de una manera oscura e imperfecta [como dijo Keynes en la Teoría General], pero parece haberla visto más completamente de lo que Keynes pensaba”. Finalmente, el socialista G.D.H. Cole, íntimo amigo de Hobson, llegó incluso a escribir: “en lo que a mí respecta, considero que lo que comúnmente se llama la revolución introducida por Keynes en el pensamiento económico y social fue más bien una revolución hobsoniana”[xxxiii].

Por una humanización de la economía

Hobson había sido influenciado por el humanismo de John Ruskin, a quien dedicó un libro[xxxiv] y encontramos rastros de él en el lugar que atribuye a la economía. Hobson aboga por reemplazar una “economía cuantitativa grosera” por una “economía más cualitativa basada en las capacidades adaptativas del arte humano”[xxxv]. Para él, “una economía política que tenga en cuenta el aumento directo de la riqueza material, pero no los efectos físicos y morales de este cambio en la comunidad, no puede pretender ser una ciencia capaz de producir verdades de importancia práctica para cualquier Estado o cualquier individuo”[xxxvi].

En Wealth and Life, aboga por una “humanización de la ciencia económica”. Nuevamente desafía “la tendencia general de los economistas de incluir sólo bienes materiales en la definición de riqueza” y propone un mejor criterio para evaluar el bienestar humano, que sería la cooperación social. “Los sentimientos, las creencias, los intereses, las actividades y las instituciones que llevan a los hombres a cooperar más estrecha, consciente y voluntariamente en trabajos lo más variados posible […] enriquecen la personalidad humana mediante el pleno desarrollo de su sociabilidad”[xxxvii]. Hobson introduce la noción de “Ley humana de distribución” que permite determinar la distribución óptima que conduce al máximo de utilidad humana. También en este tema Hobson prefigura debates completamente actuales sobre los fines de la actividad humana y sobre la medida del bienestar.

En Free-Thought in the Social Sciences[xxxviii], Hobson retoma una fórmula famosa: “el verdadero principio económico se expresa, por tanto, en la máxima De cada cual según sus capacidades (powers), a cada cual según sus necesidades”[xxxix] y esta es la función que asigna Hobson a la economía política: su “arte debe obviamente orientarse hacia el desarrollo de métodos que permitan la aplicación más completa posible de este principio”.

Un economista comprometido

Finalmente, Hobson no separó las elaboraciones teóricas de las propuestas programáticas. Su análisis de la distribución le llevó, por ejemplo, a concluir que no hay razón para “temer la expansión del gasto público financiado con un aumento de la fiscalidad, y que existen razones para nacionalizar los monopolios privados”[xl].

En 1925, el Partido Laborista Independiente publicó un libro programático que describía el “socialismo de hoy”[xli], firmado por Henry Brailsford, uno de los principales teóricos del ILP. Brailsford rindió homenaje a Hobson[xlii], así como a Sidney y Beatrice Webb, E.M.H. Lloyd[xliii] y Otto Bauer[xliv]. Este programa era radical: salario decente (living wage), nacionalizaciones (bancos, minas, energía, transporte, tierra), control sobre las importaciones y los precios de los alimentos.

Más tarde, en 1926, Hobson liderará el desarrollo, para el Independent Labour Party, de un manifiesto a favor de un salario decente[xlv] (living wage) que no será asumido por el Partido Laborista (al que el ILP estaba afiliado). La lectura de este manifiesto permite comprobar que Hobson efectivamente había evolucionado desde el liberalismo al socialismo.

Un llamamiento a la heterodoxia

Ciertamente Hobson no era marxista. Por ejemplo, desafió la teoría marxista del valor con argumentos bastante débiles (y contradictorios con su crítica de la teoría neoclásica): “Marx tenía razón al insistir en la idea de plusvalía [pero] no ha conseguido explicar por qué el factor trabajo por sí solo debe considerarse la fuente de todo el valor de las mercancías”[xlvi]. Asimila el valor-trabajo con el valor-utilidad: “debido a que no distingue entre las diferentes formas de ejercicio de la fuerza de trabajo, el tiempo de trabajo ya no es una medida de costo. Esa satisfacción abstracta es una medida de la utilidad”.

¡Nadie es perfecto! Sin embargo, este homenaje a Hobson está justificado: debería ocupar un lugar importante en la línea de economistas heterodoxos que han sacudido la ortodoxia económica dominante mostrando su dimensión apologética a favor del mantenimiento del orden social.

Este término ortodoxia fue, probablemente por primera vez, utilizado en este contexto por Sismondi, al que aparentemente Hobson no leyó. También él había decidido atacar “una ortodoxia, una empresa peligrosa tanto en filosofía como en religión”. Ya denunciaba a los científicos cuyas teorías “bien podrían incrementar la riqueza material, pero reducir la masa de los goces reservados a cada individuo […] tendían a hacer más rico al rico, [pero] también al pobre más pobre, más dependiente y más desfavorecido”[xlvii].

( Para ver las notas  picar  ahí )

http://alencontre.org/economie/histoire-economie-j-a-hobson-un-precurseur-de-lheterodoxie-2.html

Traducción: viento sur

Y ver  ...https://es.wikipedia.org/wiki/John_A._Hobson