viernes, 5 de junio de 2015

La crisis del status quo del 78 y la gobernabilidad perdida.



Los “males” de la fragmentación.


  José Errejón

Unos días antes de las elecciones El País, en su condición de productor del sentido común progresista del régimen del 78 y beligerante en defensa vergonzante del bipartidismo, expresaba su alarma ante lo que califica de difícil gobernabilidad consecuencia de la fragmentación del mapa electoral y la “rigidez” de los partidos emergentes para garantizar la labor de gobierno. Un enunciado así merece un análisis detallado de sus componentes que a continuación se intenta.
Se olvida que la primera en amenazar la gobernabilidad fue la presidenta en funciones de la Junta de Andalucía quien, para frenar a Podemos y alimentar su carrera a la secretaría general del POSE, no dudó en disolver el parlamento y convocar elecciones solo un mes después de haberse promulgado la ley de presupuestos para 2015, sin duda la mejor expresión de la estabilidad de un gobierno. Los políticos del régimen no llevan bien eso de tener que hablar con los demás y escuchar otros puntos de vista y enseguida claman por la gobernabilidad perdida. Con ello ponen de manifiesto sus efectivas concepciones sobre el gobierno en democracia; si hay algo que es consustancial a la democracia es la diferencia y el conflicto, en ello reside su diferencia radical con el totalitarismo, aunque se disfrace de gobierno parlamentario. Gobernar, en democracia, es acordar después de escuchar, así que tenemos que recomendar a los políticos del régimen que se entrenen para escuchar y comprender; les costará, pero con paciencia y mirando a la gente normal tal vez consigan aprender.
El fantasma de la ingobernabilidad es usado con frecuencia cuando la pasividad y la resignación entre las clases subalternas son rotas por algún episodio en el que las mismas, o una parte de ellas, emergen para afirmar su condición de personas y su deseo de conquistar la ciudadanía. La condición forzosamente minoritaria de estos episodios, derivada de la fuerza inercial de la subalternidad, hace que los mismos sean vividos por la mayoría de las clases populares como algo ajeno a su vida cotidiana, demasiado ocupada en sobrevivir a la oleada de infortunio con la que es castigada por los de arriba.
El énfasis en la función gobernante puede hacer olvidar la condición fundamental de la democracia política, la toma del destino de la gente en sus manos y, por ahí, el afloramiento de las singularidades existentes que ninguna prematura voluntad popular puede asfixiar. Así J.I Torreblanca arranca su artículo en El País del pasado 18 de mayo afirmando “La función principal de las elecciones es formar gobierno”. Y más adelante “el deber de todo partido que ha pedido el voto a la ciudadanía es intentar formar gobierno ó estar en él”. Para culminar con esta perla “ya que ese papel (la vigilancia y control del gobierno desde el parlamento) se reserva a los perdedores de las elecciones”. Esta idea de ganadores y perdedores y de que son estos, los derrotados, a los que se les reserva la función de vigilancia, resulta una auténtica perversión de cualquier contenido primigenio de la democracia, incluyendo la idea de que es el conjunto de los electos el que representa la soberanía popular.
Y más adelante “En este rechazo a gobernar se priva a los votantes de ese instrumento esencial para cambiar las cosas que llamamos gobierno”.
Para continuar, “La experiencia enseña que los sistemas electorales proporcionales y los gobiernos de coalición no necesariamente mejoran la calidad de la democracia porque pueden ser el terreno abonado para un mercadeo constante entre fuerzas políticas que ambicionan mantenerse en el poder y no rendir cuentas de su gestión”.
Así que no terminamos de saber si el articulista critica la falta de ambición gobernante, el sistema proporcional, los gobiernos de coalición ó el atrevimiento mismo de haber fundado nuevos partidos sin pedir permiso a los profesores de ciencia política que no participan en ellos. Todo valía con tal de deslegitimar el intento de una parte de la sociedad de dar voz a los sin voz, amenazándoles con el estigma de “producir ingobernabilidad y fragmentación/1
Pero, ¿en qué consiste ese terrible mal público conocido como ingobernabilidad?. La forma más sencilla de responder sería la prolongada ausencia de gobierno después de celebrarse unas elecciones. ¿Cuál es la naturaleza de los males asociados a este mal general?
Por lo demás no debería provocar escándalo la ausencia de gobierno durante un tiempo más ó menos prolongado. No creo que pueda ser tildado de liberalismo recordar que Bélgica se ha tirado más de un año sin gobierno y… no ha pasado nada. ¿No disponemos de administraciones complejas con cometidos claros, ejerciendo sus cometidos de garantizar el ejercicio de los derechos mediante la prestación de los servicios públicos que la Constitución reconoce y consagra? ¿Dejan de pagarse las pensiones, de atenderse a los enfermos en los hospitales públicos, de impartir sus clases los profesores en los institutos o, en un muy distinto orden de cosas, de ejercer las labores de vigilancia y represión los cuerpos policiales? ¿A qué mejor ocupación pueden dedicarse las maquinarias políticas que a urdir el tejido de gobierno que mejor pueda expresar la voluntad popular? ¿Por qué no, mientras se procede a formar el gobierno, el legislativo no va haciendo su tarea y se van debatiendo las líneas maestras del programa político de la legislatura que luego el ejecutivo se encargará de concretar? ¿No ha sido el personal de los partidos, con las participaciones de la sociedad civil que hayan querido o podido incorporar, los que han elaborado el programa político que ha merecido el apoyo mayoritario, en su caso, de la ciudadanía?
La anterior cadena de interrogantes tiene por objeto recordar algunos principios elementales del gobierno democrático que podrán resumirse en el carácter instrumental, delegado del poder ejecutivo y de la primacía de la representación popular. Que esta verdad tan sencilla deba ser recordada da idea del nivel de deterioro alcanzado por las “democracias representativas contemporáneas” en las que la constitución de un pequeño colegio de personas encargado de la gobernación del país se puede llegar a considerar el objetivo primordial de las elecciones como hemos podido ver en la cita anterior de Torreblanca.
Destacan en la urgencia con la que reclaman gobierno los sectores económicos más poderosos. Alegan que la marcha de la actividad económica y social no puede esperar los largos plazos de la deliberación política y de ahí que ensalcen aquellos procedimientos que minimizan estos plazos.
¿Es verdad que el procedimiento de elección del gobierno puede alterar de forma significativa la actividad económica del país? Se suele citar para probarlo la ralentización de la actividad económica derivada de la paralización de las licitaciones y adjudicaciones de obras públicas a la espera de la designación del nuevo titular del ramo. Cualquiera con cierta experiencia de gestión administrativa puede atestiguar, al contario, que los ritmos de licitación y adjudicación de obras es mucho más independiente de la coyuntura política de lo que pueda parecer, entre otras cosas porque la extensión de los procedimientos difícilmente permite que coincidan con los comienzos de legislaturas, más bien ocurre, como estamos viendo en la presente, que el gobierno saliente pueda acelerar el ritmo de dichos procedimientos con el inconfesado fin de determinar lo más posible la acción del futuro gobierno. Es más que evidente además, que los nuevos equipos no vienen con la cartera de proyectos debajo del brazo y que dedican buena parte de sus primeros tiempos de gobierno a enterrase de lo que va el departamento que les ha caído en suerte.
¿A qué entonces, las prisas de estos sectores de poder, especialmente en los departamentos económicos? Es fácil contestar a esto observando que las primeras entrevistas de los ministros recién designados son con los más poderosos representantes de los intereses económicos. Al respecto, el ejemplo del Ministerio de Fomento es paradigmático. En sus primeras visitas (después serán figuras secundarias las que mantendrán el contacto), los representantes de las grandes empresas del sector de la construcción acuden no a escuchar sino a ser escuchados, no a oír las políticas que van a desarrollar los nuevos equipos ministeriales sino a transmitir sus propias propuestas, casi siempre, no importa el color del partido gobernante, llevadas a la práctica cambiando el logotipo del SEOPAN por el del Ministerio de Fomento. Lo mismo sería fácil comprobar para el Ministerio de Industria con las eléctricas, el de Defensa con las empresas de armamento o el de Economía con los bancos o las compañías de seguros. O el Ministerio de Interior en el que la prestación de sus servicios parece reclamar que no exista solución de continuidad en el ejercicio del mando jerárquico sobre la policía
Esta labor de advertencia de los males de la fragmentación pluripartidista y la ingobernabilidad se ha aprovechado para equiparar a Ciudadanos con Podemos, siendo así que el primero es una botadura del IBEX 35 para frenar el proceso constituyente y prolongar la vida del régimen/2. Esta operación de amalgama pretende diluir el carácter constituyente del actual ciclo electoral, en la insulsa pelea entre bipartidismo y multipartidismo, entre gobernabilidad y representatividad. En el arsenal de las derechas políticas, ha sido un arma de uso recurrente el recurso a enmarañar los debates para obtener ventajas sobre sus adversarios. En el presente se pretende hurtar la esencia del debate verdadero (que no es otro que continuar con el modelo de crecimiento, el patrón de reparto de la riqueza y las cargas, el modelo de representación política y de rendición de cuentas a la ciudadanía que resumimos en el concepto “régimen del 78”) o abrir un período indeterminado en el tiempo de refundación de los lazos sociales y las reglas del juego que nos permitan ubicarnos como pueblo en la perspectiva de la autoconstrucción democrática. Para obtener ventaja, la derecha no duda en azuzar todas las pulsiones conservadoras y hasta reaccionarias que anidan en el imaginario popular, atemorizado por el miedo desatado por la crisis a perder lo que se consideraban “conquistas del Bienestar”. La fragmentación es mala, pero si la hay –es decir, si aparece un partido que pone en cuestión las reglas del juego del régimen–, entonces la oligarquía bota su propio partido, contribuyendo así a propagar esa estupidez de ”la vieja y la nueva política”, una forma de reconducir el debate que verdaderamente les preocupa, el que afecta las bases y los fundamentos mismos de la convivencia social, el debate constituyente.
No se quiere advertir que la difícil gobernabilidad es una de las expresiones de la crisis del régimen detrás de la cual hay un proceso de desafección creciente tanto en el seno de las clases subalternas como en el de las clases medias, una parte de las cuales desconfían de las elites políticas que lo han gestionado hasta aquí. Y que esa desafección tiene por efecto una desarticulación de las alianzas que venían funcionando como soporte del bloque histórico que encarna el régimen del 78. En efecto, la gobernabilidad es una función del grado de confianza entre los ciudadanos y los gobiernos, y en los últimos años esta variable ha experimentado un descenso más que notable
Igualmente no quieren entender que ya no se trata de actores políticos, que una parte de la sociedad española, tal vez la parte más dinámica y con más visión de futuro, se ha hecho consciente de que las cosas no pueden seguir como hasta ahora y se ha puesto en marcha, exigiendo y asumiendo el protagonismo que le corresponde como ciudadanía en la que reside la soberanía popular. Esta es una consecuencia del grado de madurez de las sociedades, al contrario de lo que suponían los filósofos liberales que identificaban tal madurez con el desentendimiento de la cosa pública delegada en quienes habían sido designados para ocuparse de ella. Los asuntos de la comunidad aparecen, de ese modo, como formando parte indistinguible con los aspectos más “domésticos” de la vida de cada uno y es por ello que la confianza otorgada al representante se estima siempre sometida al derecho de revisión del mandato. Si la frontera entre gobernantes y gobernados se hace entonces más tenue, es comprensible que los avatares del gobierno estén más expuestos no solo a la opinión sino también al ejercicio constante de evaluación por parte de la ciudadanía
En una posición distinta, Vallespín y Gª Delgado han glosado las excelencias de la culturas del pacto y reconociendo los méritos, la contribución de los partidos emergentes a la renovación y la relegitimación del sistema político/3. De nuevo se pretende aquí hurtar lo más esencial del actual debate político, oponiendo las ventajas del pacto político a la estabilidad de los gobiernos monocolor de mayoría absoluta. “Los partidos en el Gobierno que necesitan el apoyo de otros partidos son menos corruptos que los que tiene mayorías absolutas; la fragmentación es beneficiosa porque conduce a reformas más eficientes, menor corrupción y Estados del Bienestar más robustos/4. Es verdad que puede verificarse esta afirmación en la experiencia política de los países de nuestro entorno pero, hay que repetirlo una vez más, no es eso lo que ahora está en juego. El objeto del litigio va más allá de la gobernabilidad del sistema político, se trata de encontrar las claves por las que se puede producir una incorporación plebeya al propio sistema político, lo que, en la época de máxima banalización de la democracia a manos del poder financiero, presenta un alcance que no puede ser desconocido.
Claro que los esquemas de representación y gobierno están siendo contestados en pos de una mejor “calidad de la democracia”; pero dejarla reducida al funcionamiento de las instituciones y no ver las potencialidades que la misma encierra para la concepción de un ordenamiento alternativo del conjunto de la vida social, es rebajar los anhelos de los que esta expresa.
Ahora bien, no se puede negar que esta posición puede ganar adeptos en el campo constituyente. Es comprensible que una mejora en el funcionamiento de las instituciones vigentes pueda merecer el apoyo de una buena parte de la sociedad después de estos años en los que ha funcionado en beneficio exclusivo de la casta política y financiera. Esa es la tensión que caracteriza hoy los anhelos de la mayoría de la población favorable a la defensa y profundización de la democracia; la tensión entre las mejoras de las instituciones de la Constitución del 78 y la innovación institucional que postulan sus sectores más avanzados. El acontecer político está poniendo de relieve la existencia de una fructífera dialéctica entre ambos polos que nos evita falsas disyuntivas. La gentes está defendiendo en la calle y en las urnas las instituciones del 78 de mayor potencialidad democrática, alguna de las cuales, en la medida que son utilizadas, ponen de relieve sus insuficiencias para dar respuesta a los problemas más acuciantes de la sociedad española. El proceso constituyente que algunos postulamos desde hace tiempo se puede concretar en la potenciación de las mejores figuras de la constitución del 78 y su transformación para su adaptación a las necesidades de la sociedad actual.
La denostada fragmentación está sirviendo así para la entrada en la escena pública de nuevos actores y, lo que es mas importantes, nuevas temáticas que los partidos del régimen tenían excluidas de la agenda política. Esa es la mayor y mejor aportación de Podemos, su efectiva contribución al proceso constituyente. Que se hable de lo que nunca se ha hablado, que aparezcan en primer plano los problemas, las necesidades y los anhelos de la gente trabajadora, que esas razones aspiren, con todo justicia, a convertirse en el interés general.
1/06/2015
Notas
1/ El sueño unificador y totalitario siempre aparece en estos demócratas permanentemente tentados por excomulgar a los demás como “antidemócratas” o “enemigos de la democracia”
2/ La condición de su dirigente como antiguo militante del PP en Catalunya en dónde hay una oferta de derecha más “europea” es elocuente respecto a su catadura ideológica. Por mucho esfuerzo de tolerancia que nos impongamos, es imposible meter en el mismo saco a quien procede del franquismo político (en Catalunya especialmente, dónde algunos de sus representantes ha llegado a defender el golpe de Estado de Franco) con la gente de Podemos, por crítica que sea la actitud hacia ellos. Lo más importante, sin embargo, es que quien oficia de gurú en materia económica, el Sr Garicano, un mediocre economista, debe su condición de tal a haber oficiado de intelectual orgánico de las mayores empresas del Ibex 35, en cuya condición ha abogado por el contrato único, una fórmula para abaratar aún más el despido con el pretexto de acabar con la dualidad del mercado de trabajo en España, responsable según él de los altos niveles de desempleo.
3/ No repetiré lo dicho más arriba respecto de la amalgama Ciudadanos/Podemos, ahora parece que todos han partido a la misma hora y en las mismas condiciones y que sus intenciones fueran las mismas, mejorar las deficiencias del sistema bipartidista. Y tampoco gastaré mucho esfuerzo en distinguir, en contra de lo que pretenden los glosadores, el concepto de sistema político del de régimen político. Con bastante más precisión, hace tiempo que Pérez Royo o Ramoneda vienen utilizando el término “régimen” para referirse al entramado institucional público/privado que rige los destinos del país desde hace tres decenios.
4/ ”Elogio de la fragmentación”. Víctor Lapuente, El País 19/5/2015).

miércoles, 3 de junio de 2015

Lydia Cabrera . - "El monte" y su influencia en la cultura cubana .







Respeto y admiración para "El monte" de Lydia Cabrera



Saber nunca está delante, está detrás. (Es fruto de la experiencia). Sabio no puede volverse bruto; el bruto puede volverse sabio. No búca viví, sino sabé viví. De la prisa no se saca más que el cansancio. La haraganería refuerza el cansancio. […] To corazón son colorao. Negro sómo, no tiznamo, corazón tenemo. Categoría es categoría. Respeto quiere distancia. Si el buey no nace, el negro jala carreta. Los nietos de la negra el dinero los blanquea. Mula y mulato un rato. Odio mata pero no hereda. […] El rico compra esclavo pero no compra vida. La fuerza siempre tiene esclavo. El pobre es esclavo del rico, el rico es esclavo de su dinero, y los dos son esclavos de la muerte. Un esclavo tiene padre y madre. Con Dió me acueta, con Dió me levanta, pero ¡cabué Dió, que yo no tenga que trabajá tanto! [1]
De la prisa no se saca más que el cansancio
La habanera Lydia Cabrera nació en la calle Galiano el 20 de mayo de 1899 y falleció a los 92 años en Miami, el 19 de septiembre de 1991.
Ella fue la benjamina de una familia de intelectuales. Don Raimundo, su padre, había sido uno de los jóvenes abogados del Partido Autonomista en la década de 1880. Era famoso como autor del ensayo político “Cuba y sus jueces”. Con el inicio de la Revolución de 1895, se alineó con el independentismo. En París, trabajó con el patriota puertorriqueño don Ramón Emeterio Betances. Se estableció en Nueva York, donde fundó en 1897 la revista Cuba y América, vocera de las comunidades de emigrados en los EE.UU., México y Centroamérica. Volvió a ser famoso cuando publicó la novela Mi vida en la manigua. Memorias del coronel Ricardo Buenamar, con estructura de folletín en su revista.

Retornó a La Habana en 1899. Reestructuró Cuba y América para una segunda etapa. Tenía buenos amigos entre los dirigentes del Partido Liberal, aunque oficialmente no hacía política. Mantuvo el prestigio como narrador, ensayista y presidente de la Sociedad Económica de Amigos del País.
En 1908, Fernando Ortiz se casó con Esther, una de las hermanas mayores de Lydia. Ambos multiplicaron los alcances de la hermandad, porque a los vínculos familiares se sumaron las búsquedas investigativas.
Lydia eligió ser una autodidacta. Creció rodeada de intelectuales que le facilitaron las opciones para convertirse en periodista adolescente, pintora apadrinada por Leopoldo Romañach y copropietaria exitosa de Alyds (decoración de interiores, taller de ebanistería y tienda para vender muebles 0antiguos). Con las ganancias, viajó por España e Italia y decidió residir en París (1927).
El 6 de enero de 1923, participó en la fundación de la Sociedad de Folclor Cubano que presidía su cuñado Ortiz. Hizo amistad con José María Chacón y Calvo (uno de los vicepresidentes), quien se convirtió en uno de sus maestros para el aprendizaje de las técnicas investigativas filológicas e historiográficas.
En 1925, conoció a la narradora venezolana Teresa de la Parra. Juntas recorrieron Italia y España al año siguiente.
En mayo de 1927, Ortiz decidió reorganizar la Sociedad de Folclor porque resultaba estratégico privilegiar las búsquedas en torno al legado de los esclavos africanos y sus descendientes. Se apoyaba en las cifras alarmantes del último censo. Exhortaba a todas las personas sensibles a que entrevistaran a los ancianos; transcribieran sus relatos y hasta los difundieran con la mayor rapidez posible. Para dar el ejemplo, escribió y publicó “Cuento de ambecó y aguatí”.
En marzo de 1928, Teresa retornó a La Habana para asistir al congreso de la prensa latina. Se alojó con los familiares de Lydia. Como se interesaba por la vida cotidiana de los negros pobres, estableció contactos con la Sociedad de Folclor. La llevaron al barrio obrero de Pogolotti, donde conoció y retrató a la anciana Calixta Morales (Oddedei), quien a partir de 1930 se convertiría en una de las más famosas informantes de Lydia.
Por sus relaciones con la familia del presidente Gerardo Machado, Lydia consiguió que se le otorgara una beca a su amiga Amelia Peláez. Las dos realizaron estudios sobre artes plásticas contemporáneas y aprendieron técnicas con la rusa Alejandra Exter.
Probablemente con la cercanía, descubrió que no tenía la gran creatividad de Amelia y decidió abandonar la pintura. Como alumna de la escuela del Museo del Louvre (1927-1930), se concentró en la historia del arte oriental. Así, descubrió las múltiples alternativas que podría tener la investigación folclórica comparada. Se autoenrolaba en el proyecto de Ortiz.
Por la correspondencia de Lydia con Chacón y Teresa, por fichas de entrevistas en su archivo, se confirma que comenzó a trabajar con informantes en el barrio obrero de Pogolotti en 1930.
Teresa enfermó de tuberculosis y Lydia decidió acompañarla en distintos sanatorios. Para entretenerla escribió textos, que fueron discutidos entre ambas. Algunos circularon traducidos en revistas francesas (1933). La colección fue publicada bajo el nombre de Cuentos negros de Cuba (1936, París, traducción al francés; 1940, La Habana, con prólogo de Ortiz).
En 1937, Lydia retornó a su ciudad natal, porque con la Guerra Civil Española ya había comenzado la Segunda Guerra Mundial en Europa. Vivió hasta el 24 de julio de 1960 en la Quinta San José, propiedad de María Teresa de Rojas, quien le facilitó la holgura económica para dedicarse profesionalmente a la investigación.










Negro sómo, no tiznamo, corazón tenemo


La génesis de El Monte podría remontarse a mayo de 1927, cuando Fernando Ortiz publicó el “Cuento de ambecó y aguatí”. En la polémica generada por la restructuración de la Sociedad de Folclor, se delinearon dos opciones:
Los hispanistas (como Chacón y Carolina Poncet), quienes prosiguieron el acopio del legado español.
Los interesados en el aporte africano, quienes también querían legitimar la pasión vanguardista internacional por los imaginarios de los negros. A ellos se asociaban, minoritariamente, quienes indagaban sobre lo tributado por los chinos, los judíos y otros grupos étnicos.
El historiador Ramiro Guerra difundió Azúcar y población en las Antillas también en mayo de 1927. De este modo, la actualización historiográfica coincidía con otras ramas de las ciencias sociales y de las humanidades.
Lydia optó por el autodidactismo con la máxima profesionalidad. Estaba muy bien asesorada (Chacón, Ortiz). Dominaba el inglés y el francés. Sabía orientarse en instituciones francesas y españolas. Había profundizado en estrategias sicológicas y en las distintas técnicas de entrevistas. Podía cruzar informaciones, decantarlas. Había conseguido ya que los informantes (“documentos vivos”) se sintieran cómodos, relajados, porque dialogaban con una amiga confiable y agradecida, que respetaba los acuerdos. Avanzaba hacia la construcción de una red, o primera alternativa de equipo, en la que los propios informantes ayudaban a conseguir y a entrenar a otros.
La preservación de las fichas de 1930 indicaba que Lydia había vencido en la primera etapa de su formación como investigadora. Quedaba por resolver un aspecto estratégico: el del financiamiento. No fue hasta 1937 que logró solucionarlo. Ya podía disponer de una secretaria que le mecanografiaba textos y podía viajar en busca de informantes a los pueblos y ciudades de las provincias de La HabanaPinar del RíoMatanzas y Las Villas.
La construcción de una familia fue mutuamente enriquecedora. María Teresa se había convertido en fotógrafa; estaba apasionada por la investigación en torno a los muebles antiguos y a la creación de un museo; acudía al Archivo Nacional para consultar documentos del primer siglo colonial.
Josefina Tarafa, con más dinero que María Teresa, también auxiliaba a Lydia como fotógrafa, o haciendo grabaciones de cantos rituales, y hasta podía organizar un trabajo de campo en la laguna sagrada matancera San Joaquín en las cercanías de uno de sus ingenios.

No búca viví, sino sabé viví


En la Revista Bimestre Cubana, dirigida por Ortiz, Lydia publicó el ensayo “Eggue o vichichi nfinde” (1947, volumen LX), versión de los primeros capítulos de El monte.
En la revista Orígenes, dirigida por José Lezama Lina y José Rodríguez Feo, apareció “El sincretismo religioso de Cuba. Santos. Orishas. Ngangas. Lucumís y congos” (1954, número 36). En abril de ese mismo año, está fechado el prólogo de El monte.
Bajo las iniciales C. R. (¿Cabrera Rojas?), ellas fundaron un sello editorial, que hacía más rentable la producción de sus libros.
Probablemente, la tirada de la primera edición de El monte sobrepasó los 500 ejemplares, pero no alcanzó los mil. Se trataba de una inversión riesgosa porque se manifestaban públicamente los prejuicios religiosos. Además, la impresión se encarecía por la calidad especial del papel para el pliego con 86 fotografías. Se organizaron subconjuntos temáticos y se indicaron las autorías de las imágenes. No se volvió a reeditar hasta 1968, en Madrid, cuando su amiga Amalia Bacardí la financió.
Lydia estudió las pautas metodológicas de Ortiz en los prólogos a La africanía de la música folklórica cubana (1950), Los bailes y el teatro de los negros en el folklore de Cuba (1951) y Los instrumentos de la música afrocubana (1952-1955).
En El monte, ella explicó las dos partes asimétricas que lo conformaban. En la primera se podía admirar un ensayo, en el que se involucraban todas las libertades ficcionales, temáticas y composicionales de las narraciones. En la segunda se ofrecía un diccionario de botánica, en el que se detallaban las funciones para los rituales religiosos; seguía apareciendo la digresión narrativa.
Agradeció y dio crédito público a los colaboradores e informantes. Con justicia, le dedicó el libro a Ortiz. Reiteró los fines comunes de justicia cultural. Precisó con fina y sutil ironía que ella no era una científica social. Afirmó la originalidad de su obra. Sabía que existía una pluralidad de lectores con los más variados intereses cognoscitivos y que —probablemente— demoraría una aceptación mayoritaria.
Cuando se analiza la estructura profunda de El monte, queda demostrado que sí hubo objetivos metodológicos de naturaleza científica plenamente cumplidos.
Se trataba de un texto innovador al adelantar las audacias cognoscitivas dentro de los imaginarios culturales. Se avanzaba en una historia de las creencias, una modalidad de la historia de las mentalidades. Estas categorías no se utilizaban en la Cuba de los 50.
Se explicaba la historicidad de los sistemas de creencias religiosas. Se describían las formas simultáneas de espiritualidad, los sincretismos, justipreciando que podían ser acciones individuales, colectivas, grupales, etc.
Se partía de Ortiz y de la validación de su categoría de los procesos transculturales permanentes.
Se había diseñado un corpus minucioso de temas bien jerarquizados, articulados y desglosados, para contrapuntear matices individuales y tendencias de opiniones.
Se aspiraba a una claridad expositiva, con fines didácticos. No obstante, en las mejores páginas del libro este propósito se abandonaba. A continuación, emergieron algunos bloques narrativos caracterizados por un ordenamiento caótico. Se yuxtaponían los narradores- personajes. Cambiaban con rapidez los puntos de vista; la autora implícita como narradora veía disputada su hegemonía por otros narradores-personajes.
Podía suceder que se alternaban roles y funciones. En una escena, un personaje-informante podía ser el narrador y poco después la función de contar había pasado a otro personaje y ninguno de los dos había desaparecido de la escena.
El planeamiento metodológico, pormenorizado, de las entrevistas favorecía las preguntas reiteradas de múltiples formas a numerosas personas.
Las decenas de informantes estaban debidamente clasificados. Se construyeron perfiles sicológicos y de saberes para jerarquizarlos. Se organizó un archivo con carpetas ya temáticas, ya de individualidades, en el que se materializaban las prioridades.
La autora implícita mostraba sus preferencias por algunos personajes-narradores en los capítulos.
Esta labor confirmaba un dominio adecuado de las técnicas modernas de investigación social, a las cuales Lydia accedió por las variantes del autodidactismo, o por el intercambio con colegas.
Se ofrecían cosmovisiones individuales en diálogo con las colectivas. Para lograrlo, se yuxtaponían puntos de vista; se diseñaban collages y secuencias narrativas para argumentarlas.
Se organizaba un texto coral, polifónico.
Se operaba con un sistema de personajes-narradores (mayoritariamente equiscientes, de manera excepcional omniscientes), de personajes-testigos o no, los cuales desempeñaban funciones y roles. La autora implícita (el personaje Lydia) sugería las coordenadas del intercambio de puntos de vista en cada capítulo (o unidad temática); los que se subdividían en capitulillos (motivos) y epígrafes. Podría ilustrarse con los capítulos dedicados a los bilongos, a la ceiba y a la palma real.
El sistema de narradores garantizaba la co-creación como principio democrático de justicia cultural. Había que respetar los imaginarios de las creencias en la exposición de los más variados puntos de vista. Podrían asumirse o no como inverosímiles, o como eficientes o no, para exaltar la originalidad artística de una imagen surrealista. Su amado informante el personaje-narrador José Calazán Herrera le decía al personaje Lydia:
«Vi se lo juro por mi alma […], la cabeza de un negrazo, peludo como una araña, que le salían los pies de las orejas, guindando por una pata de una rama». [2]
Se operaba con la multiespacialidad (interiores y exteriores) y la multitemporalidad (subjetiva y objetiva). La autora implícita, a veces, pretendía ordenarlas; a veces, promovía la digresión para el realce de una información histórica sorprendente y hasta inédita. Podría ilustrarse con la secuencia de la historia de la ceiba del central Socorro en Matanzas, la cual había sobrevivido a las acciones para cortarla; se transitaba al comentario breve de otro intento fallido en una ceiba del pueblo de Cimarrones; por último, el personaje Lydia relataba:
«La del Parque de la Fraternidad tiene su leyenda. Se pretende que algunos hombres, entonces prominentes, enterraron bajo esta ceiba sus “macutos”. Y “no habrá tranquilidad ni orden en este país, hasta que no se saque de allí y se desmonte la nganga que el general Machado enterró hace unos veinte años. Está tan fuerte esta prenda, y tan herida, que todo lo tiene revuelto, aunque no lo parezca y costará mucha sangre”. Otras aseguran que esa prenda se encargará de vengar a su dueño de la ingratitud del pueblo cubano. (Debería considerarse suficientemente vengada)».
«Para todos los creyentes —esotéricos y exotéricos— los actos oficiales que se celebraron con motivo de la inauguración de la Plaza de la Fraternidad de La Habana, en el que se convirtió el antiguo y señorial Campo de Marte, tenían, abiertamente un carácter mágico. ¡Con razón! Las flechas de hierro que adornan la verja que rodea a la ceiba en medio de la plaza son las de Oggún, Elegguá, Ochosí, Allágguna, Changó, y con signos de palo monte, de Nkuyo. Nsasi, Siete Rayos; las tierras —veintiuna— que se trajeron para sembrarla, las monedas de oro que se arrojaron en el hoyo, la supuesta injerencia del famoso Sotomayor, un mayombero amigo de algunos políticos influyentes de aquel tiempo, son indicios elocuentísimos de que allí “hay algo” y algo muy poderoso: “Una mañunga muy fuerte”». [3]
El personaje Lydia, usando comillas, narraba intercalando otras opiniones que aludían a momentos de historicidad diferentes. De manera consciente, ella simultaneaba para construir un tiempo de la memoria que oscilaba entre 1926- 1927 (inicio de la construcción del Parque de la Fraternidad), su inauguración (20 de mayo de 1929) y los momentos posteriores al 12 de agosto de 1933 (huida de Machado), que llegaban hasta el tiempo de la escritura de esa página (el final de los 40, o inicios de los 50).
Se trataba de una técnica composicional, porque Lydia la repitió con una intencionalidad parecida en el libro Otán iyebiyé. Las piedras preciosas(1970). Hablando de los rubíes, los tipos, símbolos y funciones, acudió a la digresión histórica:
«Aniceto Abreu, alias Bejuco, hijo de Changó, famoso e influyente santero villaclareño, padrino de un buen presidente de Cuba muy querido del pueblo, poseía un anillo con un bellísimo sangre de pichón, al que se atribuían grandes poderes». [4]
Respeto quiere distancia
El monte fue concebido como un libro-madre, de permanente consulta, de infinitas recepciones, al modo de la Africanía…, o Los bailes… de Ortiz. Lydia recreaba fragmentos para otros proyectos, como el de los abacuás, los glosarios, los refranes, las piedras preciosas, etc. Esta gran ventaja estratégica, ha sido y será continuamente alabada.
En los ensayos de Tientos y diferencias (1964), Alejo Carpentier elogiaba la categoría musical de las variaciones y la refuncionalizaba para los textos escriturales. Las afinidades electivas con el libro-madre de Lydia podrían ser el objeto de un ensayo autónomo. Menciono algunos ejemplos:
Miguel Barnet, uno de los mejores alumnos de Lydia, describió poéticamente la universalidad de la comunión entre el protagonista Esteban Montejo y los otros seres naturales. Son páginas memorables de su novela Biografía de un cimarrón (1966). Insistió en la noveleta Fátima o Parque de la Fraternidad (2007), cuando detalló las formas simultáneas de praxis religiosa en el protagonista bifurcado en dos roles Fátima y Manolito.
Lázara Menéndez (también buena alumna) organizó en Rodar el coco (2002) una retrospectiva muy novedosa sobre la evolución de las prácticas de la santería entre los 60 y los 90. Modernizó las estrategias analíticas.
Natalia Bolívar (otra buena alumna) y su hija Natalia del Río, elaboraron la novela La muerte es principio no fin. Quintín Bandera (2004), en la que el general mambí fue caracterizado como palero y abacuá. Se ha ofrecido una nueva opción para la búsqueda historiográfica.
Agenor Martí sorprendió con la novela Mis porfiados oráculos (1992), en la que su protagonista defendió la simultaneidad de creencias y de prácticas religiosas. Ha trascendido por la singularidad temática.
En el libro conmovedor Hablen paleros y santeros (1994), Tomás Fernández Robaina hizo reaparecer a José Calazán Herrera para empalmar con Arcadio en una saga abarcadora de los 50 a los 90. Lydia supo utilizar muy bien los recursos del melodrama y Tomasito los reactualizó.
Joel James Figarola defendió apasionadamente las repercusiones filosóficas, la universalidad de la cosmovisión palera, en el ensayo “Cuba la gran nganga. Algunas prácticas de brujería” (2012).
En Asere núncue itiá ecobio enyené abacuá. Algunos documentos y apuntes para una historia de las hermandades abacuá de la ciudad de La Habana (2014), Tato Quiñones ha proseguido tributando al objetivo estratégico de Lydia. Recomiendo dos textos con informaciones novedosas: “Los recuerdos de Juan Manuel” y “Luces y sombras de Simón González (también conocido por “Gran Diablo”)”.
El monte continúa teniendo repercusiones, suscitando respeto y admiración. Se mantiene como un clásico del siglo XX cubano. No debe olvidarse que: Categoría es categoría.


Notas:

1. Lydia CabreraRefranes de negros viejos, Ediciones C.R., Miami, 1971. La primera edición es de 1955. 2. Lydia CabreraEl monte, EditorialLetras CubanasLa Habana, 1989, p. 22. 3.Lydia CabreraEl monte, Editorial Letras CubanasLa Habana, 1989, pp. 242-243. 4. Lydia Cabrera:Otán iyebiyé. Las piedras preciosas, Mnemosyne Publishing, Miami, 1970, p. 16. Estaba aludiendo al general José Miguel Gómez, presidente de la República entre 1909 y 1912.

El tratado comercial global TiSA.


Trade in Services Agreement (TiSA), un acuerdo todavía más antidemocrático de intercambio de servicios entre medio centenar de países, incluida España.

(El amigo Pablo me envía está nota) ...


De no haber antecedentes de Wikileaks podríamos decir que esto no es creíble. Sólo se publica (hoy) en un puñado de periódicos del mundo, aparte de Público (de donde copio el artículo): The Age (Australia), Süddeutsche Zeitung (Alemania), Kathimerini (Grecia), Kjarninn(Islandia), L'Espresso (Italia), La Jornada (México), Punto24(Turquía), OWINFS (Estados Unidos) [No lo encuentro] y Brecha (Uruguay).
Y a lo mismo pero de algunos de los otros periódicos:
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 Nota del blog ....

Al mismo tiempo .....

El socialismo con las multinacionales‏

Los socialistas se movilizan para ocultar su apoyo al blindaje de las empresas en el TTIP

 Es la denuncia de organizaciones civiles y europarlamentarios, que les acusan de mentir sobre sus líneas rojas en el polémico acuerdo. Los socialistas intentan rebatir su mensaje en las redes sociales, y piden renovar este mecanismo de blindaje






Ada Colau se les sigue atragantando.

Ada Colau se les sigue atragantando
El editorial de la maduración del global-imperial



Ada Colau y Barcelona en Comú lo siguen haciendo de maravilla. Basta leer el editorial que le ha dedicado el global-imperial (tengo alguna conjetura sobre el autor: probablemente el mismo que escribe en la página 2 de la edición de ese día) el pasado martes 2 de junio. 
Empecemos por el título: “Conviene madurar”. Tan masculino, tan de señores mayores, tan de ciudadano de orden ubicado en posición superior, mirando y aparentando reflexionar desde sus años de experiencia y saber no discutible de lo que es posible e imposible, desde la racionalidad inamovible de lo que encaja en el sistema. Lo otro es utopía infantil o adolescente.
El subtítulo transita por el mismo camino: “Barcelona aprovechará la nueva fase si se respetan la ley y la economía”. ¿Está claro? ¡Todo bien si se respetan la ley (que es neutral y al servicio del bien común como todas sabemos) y la economía del desorden, el paro estructural, la precariedad permanente y la desigualdad creciente! En síntesis: todo a las mil maravillas si se hace lo que toca hacer, sin moverse una coma del guión establecido por los Amos ¡Lo que está mandao desde la noche de los tiempos!
Los nueve puntos del editorial:
1. Uno de los efectos colaterales positivos de las elecciones del 24-M es la demostración de que el actual marco constitucional -bien que necesitado de mejoras- es suficientemente flexible como para incorporar a partidos, movimientos y dirigentes que se sienten desligados del mismo, o son abiertamente partidarios de su completa sustitución.
Aprovechando que el Ebro pasa por Sevilla, una apología de la Constitución de 1978, un latigazo contra los que abonamos un nuevo proceso constituyente en toda España. ¿Se imaginan una constitución que no tuviera estas características? Por lo demás, ¿qué querrá decir “incorporar” movimientos y dirigentes en este contexto? ¿Formar parte de la trama hegemónica y no modificable de la usurpación de lo común? 
2. También lo remacha así el que la más que probable próxima alcaldesa barcelonesa, Ada Colau, se haya permitido el error de elogiar la infracción de las normas, al afirmar que “si hay que desobedecer leyes que parezcan injustas, se desobedecen”. ¿También habrá que desobedecer sus futuros decretos y circulares? Algo que sería difícil escuchar de labios de otra significada alcaldable (por Madrid) de parecida sensibilidad, la exjuez Manuela Carmena.
Aparte de las ramas de cizaña lanzadas para separar lo que está muy y muy bien unido, el nuevo dueto Barcelona-Madrid, ¿no resulta obvia la reflexión de Colau? ¿No han oído hablar nunca los del global de la desobediencia civil?
¡Y claro que habría que desobedecer sus decretos y circulares si fueran injustos! Lo dicho vale para todos, también para uno mismo aunque desde luego no es ni remotamente posible ni concebible unas prácticas de ese tipo. 
3. El traspié se comprenderá quizá si lo sostiene un grupo marginal; pero en modo alguno debe preconizarlo una aspirante a una responsabilidad institucional, aunque su entorno esté tan contaminado por el mal ejemplo del presidente de la Generalitat, Artur Mas, habitual en quebrantar la ley que ampara el ejercicio de su cargo.
¿Entorno contaminado por las acciones de don Mas? ¿Qué tendrá que ver el entorno de Ada Colau con el del hijo político del molt ex honorable, uno de los mandatarios, superando incluso a su maestro, más neoliberales de la historia reciente y no tan reciente de Cataluña? ¿Qué concepto tendrán de responsabilidad institucional? 
4. El episodio ilustra cómo Colau y otros dirigentes están en tránsito desde los movimientos de protesta hasta las poltronas del poder, y hasta qué punto conviene que maduren aceleradamente, interioricen la nueva situación y empiecen a actuar con plena responsabilidad.
¿Poltronas de poder? ¿Hacia ese lodazal de porquería piensan que están en tránsito Ada Colau y los otros representantes de Barcelona en Comú? ¿Pensarán el ladrón y el hombre y la mujer del sistema que todos son de su condición, que no hay otra, que lo único razonable es su interesada irracionalidad?
“Conviene que maduren aceleradamente, interioricen la nueva situación y empiecen a actuar con plena responsabilidad”. ¿En qué maduración piensan? ¿Qué deben interiorizar? ¿De qué responsabilidad hablan? ¿Pretenden absorber lo que no va a ser absorbido? Expanden la tinta pensando que va a alcanzar a todos. Y no: Barcelona en comú está hecha con otros materiales. 
5.A diferencia de lo que sostienen desde las voces ultras hasta los nacionalistas perdedores, la entrada en los salones de los poderes democráticos de representantes de plataformas emergentes en las grandes ciudades conlleva algunos beneficios: dota de aire fresco a un paisaje humano muy reiterativo; incorpora al sistema a gentes tentadas por el saboteo de ese mismo sistema; dota de mayor viveza a las instituciones y conecta con algunas preocupaciones de la gente que han sido, en ocasiones, menos tenidas en cuenta, como la desigualdad y las situaciones de emergencia social.
Ahora la lección supuestamente equilibrada: salones de los poderes, plataformas emergentes, beneficios, paisaje humano muy reiterativo, mayor viveza, conexión con algunas preocupaciones sociales. Lo esencial de repite: incorporar al sistema gentes antisistema. ¡Lo tienen claro! ¡No saben… o sí que saben lo que tienen delante! Lo suyo es la estética, no la ética. Han olvidado el aforismo de José María Valverde: “Nulla aesthetica sine ethica. Ergo apaga y vámonos”. Y se fue, dejó la cátedra y se exilió. En solidaridad con García Calvo, Aranguren, Tierno Galván y su amigo Manuel Sacristán.
De su conocido cinismo basta con leer este paso: “algunas preocupaciones de la gente que han sido, en ocasiones, menos tenidas en cuenta, como la desigualdad y las situaciones de emergencia social”. ¡Lo dicen ellos, precisamente ellos, que son fanáticos partidarios de un sistema que genera todo eso (y mucho más) cada milésima de segundo sin apenas excepciones! 
6. Todo ello es cabal siempre que se haga operativo mediante la poda de los excesos del sistema económico-urbanístico (por ejemplo, en Barcelona, la sobresaturación de licencias hoteleras y pisos turísticos), y no mediante el olvido de sus principios y de los intereses —también para el empleo— del dinamismo empresarial, que no puede ser tributario de la discrecionalidad administrativa.
Lo intocable de nuevo: los intereses del dinamismo empresarial que “no puede ser tributario de la discrecionalidad administrativa”. Podemos hablar de algunas excesos pero el núcleo de su sistema operativo no se altera. Ni hablar de eso. 
7. Las infrecuentes irregularidades, los excesos abundantes y algunos abusos no deben constituir caldo de cultivo para ninguna sospecha global contra un modelo eficaz, aunque haya ido declinando en los últimos tiempos. El municipio de Barcelona ha estado durante casi cuatro décadas relativamente libre de grandes casos de corrupción, y ha contribuido a catapultar a la ciudad como una de las más envidiadas y habitables del mundo.
¿Ninguna sospecha contra un modelo eficaz? ¿Eficaz? ¿De qué tipo de eficacia? Eso sí, son así de flexibles, “ha declinado en los últimos tiempos”. ¡Ha declinado! ¿Conocen los datos sociales básicos de la actual rosa de fuego, nunca más su millor botiga del món!
¿Libre Barcelona de grandes casos de corrupción? ¿De qué hablan? ¿Dónde viven? ¿Qué nos cuentan? ¿No saben de regidoras que fueron amenazadas de muerte (y tuvieron que huir de su casa) por denunciar corrupciones y hoteles de lujo-lujísimos? 
8. El uso de ese prestigio, y del poder de una metrópoli que ha realizado muchas funciones de sustitución de otros poderes que la desatendieron, debe realizarse con cautela. Algunas de las medidas del plan social urgente pueden ser muy convenientes, siempre que no acaben justificando el absentismo de otros niveles de gobernanza (rentas a familias desatendidas) y no comprometan unas cuentas saneadas (que deben contabilizarse bien).
Cautela, prudencia, no hacer mucho, tranquilos, muy tranquilos, etc etc. ¿Qué medidas del plan social urgente con convenientes? ¿Qué hay que hacer entonces? ¿Esperar que el gobierno neoliberal de Mas y sus compinches se pongan en tareas que nunca van a realizar por declaración, interés y finalidades? ¿Quién ha hablado de comprometer unas cuentas saneadas, unas cuentas que ahora apoyan asuntos tan sustantivos como la Fórmula I o el más que imprescindible torneo de tenis de los Godó al servicio de las clases hegemónicas y exquisitas asuntos jamás criticados en las páginas del global? 
9. La lista de Colau se colocó en primer lugar el 24-M, para disgusto de los que tratan de deslegitimarla o seducirla para la causa de la secesión. Pero solo supone un 25% del cuerpo de concejales. Si quiere hacer sostenible su alcaldía, no debe imponer su programa electoral, sino negociarlo y retocarlo a fondo para convertirlo en un programa de mayorías. Solo así se hará real su promesa de gobernar para todos los barceloneses.
Otros, ellos como es obvio, la intentan seducir para la causa del “sistema de la eficacia”. Ni unos ni otros desde luego.
BenC, además, no supone el 25% sino el 27,4% de los concejales del consistorio.
Luego el consejo del sabio: no se trata imponer ningún programa, se trata de retocarlo a fondo pata hacer otro programa que no el suyo, “un programa de mayorías”, como, por ejemplo, el del señor Trias. Es decir, traicionar a las gentes que les hemos apoyado. Hacernos entrar en razón, en la sinrazón quería decir.
Gobernar para todos los barceloneses no significa gobernar respetando siempre el interés crematístico de todos los barceloneses, sobre todo de sus sectores más privilegiados. Confunden porque quieren confundirnos. 
¡Ánimo Ada! ¡Intentan hacer contigo lo mismo que intentaron con algunos dirigentes de izquierda antisistema en los primeros años de transición! ¡El Palace era entonces el instrumento! ¡Intentaban hacerlos suyos con lujos y sandeces! Pero no podrán, contigo y Barcelona en comú no podrán. Comú suena a palabra muy hermosa y una tradición admirable. 

martes, 2 de junio de 2015

Informe sobre malas prácticas en los informativos de TVE marzo-abril 2015.

El Consejo de Informativos de TVE correspondiente a los meses de marzo y abril de 2015. En él, los representantes de los trabajadores de informativos recopilan hasta 24 ejemplos de malas prácticas y donde denuncian que "cada vez son más numerosas las informaciones omitidas, censuradas o tergiversadas", que "el diario ABC es usado como referencia informativa", que "el amarillismo crece" y que "la redacción paralela" se carga de las informaciones más "sensibles".


lunes, 1 de junio de 2015

Código penal y excepcionalidad procesal .


 Hipertrofia: operaciones contra anarquistas


Por Daniel Amelang
El autor explica cómo las reformas del Código Penal han dejado el concepto de terrorismo sin concreción, dependiente de la interpretación judicial.
Los delitos de terrorismo son, de acuerdo con nuestro ordenamiento jurídico, algunos de los más graves que se pueden cometer. La legislación española en esta materia se caracteriza por la dureza de sus penas, con hasta 40 años de prisión por algunos delitos y, a partir del 1 de julio –con la entrada en vigor de la última reforma del Código Penal–, con la prisión permanente revisable, o cadena perpetua. También con su excepcionalidad procesal –se puede decretar la detención incomunicada, por ejemplo–. Su instrucción y enjuiciamiento se encuentran en manos de un órgano jurisdiccional específico, la Audiencia Nacional. Numerosas autoras, como la profesora de la Universidad Carlos III Carmen Lamarca Pérez, señalan que “es en la legislación antiterrorista donde el Estado democrático muestra de modo más patente una tendencia autoritaria que lesiona gravemente la eficacia de las garantías individuales”. Lamarca señala que “las leyes antiterroristas forman parte de la propia lógica del terrorismo y que, en cierto modo, expresan una autonegación del Estado de Derecho”.A pesar de que se trata de penas muy elevadas, el Código Penal es extremadamente vago e impreciso a la hora de definir lo que es una organización o un acto terrorista. Al no existir concreción en el concepto normativo de terrorismo, se depende de la interpretación judicial, que no es estable ni congruente en el tiempo. Por ello, lo que ayer no era terrorismo, hoy puede serlo.
Al no existir concreción en el concepto normativo de terrorismo, se depende de la interpretación judicial, que no es estable ni congruente en el tiempo
El Código Penal de 1995 perseguía y castigaba los delitos de pertenencia a banda armada, haciendo hincapié en el hecho de que un grupo debía estar armado para considerarse peligroso. Sin embargo, la reforma del Código Penal aprobada en 2010 sustituyó la banda armada por la organización terrorista y estableció que el terrorismo ha de ostentar una finalidad política de subvertir el orden constitucional, unos medios violentos y ha de ser organizado. Es decir, el elemento característico y objetivo de las armas se dejó de lado, priorizando el elemento subjetivo de la subversión del orden constitucional.
Esta definición resulta sumamente ambigua. ¿Qué significa subvertir el orden constitucional o la paz pública? ¿Un texto incendiario puede lograr ese fin? ¿Qué grado de violencia se requiere para que una conducta se califique como terrorista?
Durante años, la principal preocupación del Estado fueron ETA, GRAPO y Al-Qaeda. La actuación de otras personas o colectivos rara vez captaba la atención de jueces y policías, pasando a ser calificada como delito común. El fin de la actividad armada de las dos primeras llevó a las Fuerzas y Cuerpos de Seguridad a cambiar su foco de atención. En los últimos tiempos hemos asistido a tres operaciones antiterroristas contra anarquistas: el caso Mateo Morral –noviembre de 2010–, la Operación Pandora –diciembre de 2014– y la Piñata –30 de marzo de 2015–. Dos personas siguen en prisión provisional por la primera. Hoy se ha ordenado la libertad sin fianza de tres de las personas detenidas en la segunda operación mencionada, y se está a la espera de que la Audiencia se pronuncie sobre la libertad de las otras dos personas que siguen en prisión preventiva desde que fueron detenidas el 30 de marzo.¿Qué terribles conductas se atribuyen a estas personas? Todas están imputadas porpertenencia a una supuesta organización terrorista y algunas por sabotajes de baja intensidad de algunos cajeros automáticos, considerados daños terroristas.
Con esta novedosa interpretación se pretende que todo acto de violencia tenga carácter terrorista, lo que supone una extensión del concepto que vacía de contenido otros tipos penales y no cuantifica, en su justo término, la auténtica entidad de las infracciones penales que se dicen cometidas, ni las tipifica adecuadamente.
Todas estas operaciones fueron precedidas por una intensa campaña mediática de criminalización, con titulares tendenciosos contra el anarquismo y los ‘antisistema’ en general. Con este panorama, el próximo 1 de julio entra en vigor la reforma del Código Penal –y la Ley de Seguridad Ciudadana–. Con ella llegará la prisión permanente revisable, “obviando una reflexión […] acerca de su compatibilidad con los derechos fundamentales”, según señala el abogado penalista Julián Ríos. Esto ha sido posible gracias a la deshumanizanción de los terroristas y de quienes ostentan ideas radicales realizada desde los medios de comunicación. No se les considera ciudadanos que gozan de unos derechos fundamentales.
Son percibidos como el paradigma del enemigo del Estado que, en consecuencia, incrementa de forma desmesurada el punitivismo, presentado como defensa ante ellos. La finalidad es su inocuización por “lo que se es” en lugar de por “lo que se hace”, y en el proceso, se obvian sus derechos fundamentales.
https://www.diagonalperiodico.net/libertades/26870-hipertrofia-operaciones-contra-anarquistas.html




España tras el 15-M

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