Migraciones y geoestrategia del caos del Imperio Occidental
9 septiembre, 2024
«Se denuncia un fuerte aumento del número de inmigrantes ilegales que llegan a España. Así, Tenerife está repleta de inmigrantes y refugiados, entre los cuales, por primera vez, la mayoría son hombres que huyeron de la guerra civil en Sudán».
Este es un titular cualquiera de la prensa española de este
verano.
Lo que no dice ni dirá ningún artículo de esa misma prensa,
como de cualquier otra europea, es que el Imperio Occidental lleva más de 500
años saqueando las tierras y poblaciones del mundo, a las que convirtió en
«Periferias» del que constituiría como Sistema Mundial capitalista. Por
supuesto, gran parte de esa historia de masacre, sometimiento y explotación la
protagonizaron las formaciones socioestatales de Europa occidental, las cuales
en el siglo XX fueron relevadas en su protagonismo, que no en su accionar, por
EE.UU.
Sin embargo, las poblaciones del planeta tuvieron un
contrapeso en la URSS que les ayudó en sus esfuerzos de «descolonización
parcial» o «independencia formal», que no económica ni en muchos casos
política, pero que permitió también la consolidación de proyectos de soberanía
y de cooperación mutua (Conferencia de Bandung, Grupo de los 77,
Tricontinental, No Alineados…).
Con la caída del Bloque Soviético o «Segundo Mundo», todo
ello se desmoronó o sufrió un grave retroceso, al tiempo que la ofensiva contra
las «Periferias» o «Tercer Mundo» se recrudecería. Así, «Tratados de Libre
Comercio», «Planes de Ajuste Estructural», endeudamiento masivo e imposición de
agendas draconianas de destrucción de sus servicios sociales y de protección
ciudadana, incremento del trasvase de sus recursos hacia las sociedades
imperiales y, cuando fue necesario, golpes de Estado, generación de «guerras
civiles» e invasiones militares. A ello se ha sumado recientemente el
terrorismo directo: la infiltración de paramilitares, mercenarios y yihaddistas
en la desestabilización y ruina de sociedades enteras. Todo acompañado también
por el bombardeo y la destrucción de las mismas (véanse Irak, Siria, Yemen,
Somalia, Sudán, Libia…), y, por supuesto «revoluciones de colores» de distinto
pelaje, con ciberguerra por medio.
Y es que cuando buena parte de la población mundial se ha
hecho «excedente», ya no requerida ni como fuerza de trabajo ni como ejército
de reserva, pasa directamente a convertirse en «desechable». Es decir,
suprimible, eliminable. Las políticas de exterminio, por tanto, no hacen sino
multiplicarse por doquier.
Por si todo eso fuera poco, el sostenimiento de la
civilización capitalista-occidental (urbano agro-industrial) requiere de un
enorme flujo de energía de las Periferias a los Centros del Sistema, algo cada
vez más difícil debido a que se está llegando a los picos de extracción de los
combustibles, así como a los de distintos compuestos imprescindibles, como el
fósforo y los nitratos, amén de las tierras fértiles y de la propia agua
potable. Todo concomitante con el desequilibrio
cada vez menos reversible de los ecosistemas.
Es decir, que se ha convertido a la mayoría del planeta en
un CAOS inviable, una barbarie de explotación, miseria, precariedad, represión,
masacres, genocidios y opresión del que miles de millones de seres humanos
quieren escapar: se calcula que al menos 4.000 millones de personas están en
eso que se llama tan eufemísticamente, «disponibilidad migratoria» (incluida
una buena parte de la juventud española), constituyendo una fuerza de trabajo
migrante global, un inacabable ejército laboral de reserva para el capital
también global.
A los «primermundistas occidentales» les parece terrible que
esas masas quieran venir a toda costa, y como sea, a sus territorios. Poco se
acuerdan ya de cómo sus antepasados se expandieron colonizadoramente por el
mundo, apropiándose de los territorios de los demás o poniéndolos al servicio
del capital europeo, y de cómo centenares de millones de europeos anegaron el
planeta huyendo del capitalismo salvaje de la Primera y Segunda Revoluciones
Industriales, hasta bien entrado el siglo XX. El flujo migratorio mundial desde
el siglo XIV fue siempre de las metrópolis, luego «Centros» del Sistema, a sus
«Periferias». Sólo tras la Segunda Guerra Mundial comenzó a cambiar el sentido
mayoritario de los mismos, invirtiéndose el flujo, una vez se consolidó y
extendió el proceso de proletarización mundial.
Muros, vallas, alambradas, fosos, se multiplican hoy por el planeta para frenar el libre movimiento de seres humanos, al que la ONU reconoce como un derecho inalienable. Nunca la humanidad hasta hoy había sufrido tamaño impedimento a moverse, justo en el momento en que las mercancías y sobre todo el capital han gozado de la mayor libertad de movimiento [en este enlace expliqué por qué (1) ) y para mayor detalle (2) .
Se trata de que quienes salven esos «obstáculos» (entre los
millares y millares que no lo logran cada año –casi 30.000 muertos o
desaparecidos desde 2014 sólo en el Mediterráneo reconocen cifras oficiales,
ridículamente cortas respecto a la realidad), lo hagan en condiciones de
clandestinidad, sin derechos ni posibilidades de protesta o reivindicación,
listos para aceptar cualquier condición laboral (antes había que ir a hacer esclavos
y asumir los costos de su traslado,
ahora, una vez desposeídas la mayor parte de las poblaciones
del mundo de sus fuentes y medios de vida, ellas mismas «se costean» su
traslado). Mano de obra extrabarata y «dócil». Ejército laboral de reserva inagotable
y, en principio, autodisciplinado. El paraíso del empresariado global.
No hace falta explicar cómo el «poder social de negociación»
de la fuerza de trabajo en cada lugar queda así reducido significativamente, y
con ello la degradación de las condiciones laborales y salariales en casi todo
el planeta. La fuerza de trabajo es la
única mercancía que en el mercado mundial capitalista no adquiere el mismo
precio, precisamente para que sea más barato al empresariado emplearla de
distintas procedencias y con desiguales protecciones sociales.
Eso quiere decir que las políticas de inmigración de las
sociedades centrales están diseñadas en función de los mercados de trabajo, que
son profundamente desregulados en su aspecto social. En consecuencia, se
concibe a la población inmigrante exclusivamente desde su condición de fuerza
de trabajo. Una fuerza de trabajo que se quiere lo más vulnerable posible, para
que se inserte de manera «aproblemática» en los cada vez más despóticos
mercados laborales del capitalismo degenerativo (aumento de la jornada laboral,
disminución de la estabilidad de la ocupación, deslocalización, pérdida de la
contratación colectiva, desregulación – flexibilidad – informalidad – sumersión –
economía gris – economía delictiva… son hoy algunas de sus
señas distintivas).
De hecho, las disposiciones jurídicas y gubernamentales
sobre la inmigración van destinadas a obtener la precarización y vulnerabilidad
de esa fuerza de trabajo migrante global. La ausencia de verdaderas políticas
de integración responde al imperio de mercado, en el que la mayor parte de la
inmigración no está protegida. Incluidos los menores, que quedan en condiciones
poco compatibles con supuestos «Estados de derecho» e incluso a menudo son
devueltos sin más. Toda la actual polémica en torno a ellos en el Reino de
España se explica porque precisamente no están dentro del mercado laboral y por
tanto, no hay políticas de integración para ellos.
Por eso, la solución a todo esto no pasa precisamente por
evitar que las personas migren, sino por que tengan los mismos derechos y su
hora de trabajo la misma retribución. De esa manera, el empresariado no podría
usar a las poblaciones del mundo como «ejército laboral de reserva».
Las migraciones masivas se pueden utilizar también como arma
para desestabilizar países (los mayores porcentajes de personas migradas sobre
«autóctonas» no están precisamente en las formaciones centrales del Sistema).
EE.UU. la está empleando contra Europa (a la que se decidió a destrozar como
potencial futuro competidor con su moneda única, mediante guerras en su propio
suelo –Yugoeslavia y Ucrania), sembrando también de guerras toda la zona
alrededor de este pseudocontinente.
Con ello, más y más el tema migratorio se convierte en
elemento estrella de las contiendas electorales y de las pugnas políticas,
coadyuvando a los procesos de renazificación de Europa y de cierres
identitarios autocentrados, sin viabilidad alguna por supuesto a medio plazo,
porque la necesidad de fuerza de trabajo (sobre todo barata e indefensa)
seguirá imperando por sobre las tan brutales como estúpidamente simplistas
proclamas de cada vez más parte de las fuerzas políticas y, desgraciadamente,
de crecientes sectores de las clases trabajadoras que ven desmoronarse su
«Estado de Bienestar» y anhelan inútilmente preservar lo que queda del mismo
para sí en exclusividad.
Esto se manifiesta en el despiadado incremento de las
políticas de represión y de mantenimiento selectivo de las fronteras, incluida
la violación del derecho al tránsito en aguas internacionales (lo que
constituye actos flagrantes de piratería). También se muestra en el permanente
desplazamiento de la frontera europea hacia el Sur, para control sobre el
propio terreno de las sociedades exportadoras de fuerza de trabajo, aumentando
asimismo, de paso, la injerencia en ellas, a las que se chantajea
frecuentemente con el arma de la «cooperación» o «ayuda al desarrollo», para
que colaboren en la represión.
Mientras, las fuerzas «progres» reeditan el mercado de
fuerza de trabajo «periférico-central» (al menos en lo que queda que esos
términos puedan seguir teniendo sentido, dado que el Mundo Emergente liderado
por China y Rusia está empezando a cambiar las cosas de nuevo y pronto
posiblemente también lo que signifique la propia «centralidad»), para legalizar
la importación de esa fuerza de trabajo extra barata y luego devolverla tras su
explotación ad hoc, y así no tener que hacer apenas frente a salarios
indirectos y sobre todo diferidos.
De ahí, por ejemplo, el reciente viaje del presidente de
gobierno español a varios países africanos…
https://www.elviejotopo.com/topoexpress/migraciones-y-geoestrategia-del-caos-del-imperio-occidental/
NOTAS DEL BLOG .
Nota 1 .-
Nota 2 .-
https://studylib.es/doc/6989368/cap%C3%ADtulo-vii-significado-de-las-migraciones
Lo mismo pero en otro enlace