lunes, 23 de octubre de 2023

El “derecho a defenderse» y la hipocresía occidental .

 

                                             

El “derecho a defenderse» y la hipocresía occidental

 “Pronunciado en lo que correctamente calificó de punto de inflexión en la historia, los comentarios del presidente reflejan el riesgo que supondría que Estados Unidos pudiera abandonar a sus amigos mientras las guerras se propagan en Ucrania e Israel”, escribía el editorial del sábado de The Washington Post. El influyente medio estadounidense se refiere al discurso de Joe Biden en el que afirmó que “Hamas y Putin representan diferentes amenazas, pero ambos quieren aniquilar completamente a la democracia vecina”. Dirigiéndose a la nación desde el despacho oval, Biden quiso vincular ambas guerras en una lucha global en la que Estados Unidos debe hacer valer su posición como nación excepcional. Además de movilizar a la opinión pública hacia la defensa de dos guerras que implican un alto grado de peligro de escalada -un conflicto directo con Rusia implicaría un enfrentamiento nuclear, mientras que el peligro de una guerra regional en Oriente Medio puede tener consecuencias gravísimas para la zona-, Biden busca garantizar la financiación para ambos proyectos.

Las cifras, Ucrania se llevaría alrededor del 60% de los fondos solicitados, y las necesidades dejan ver que financiar a Kiev sigue siendo la prioridad del Partido Demócrata. La fatiga de la guerra se ha hecho notar en los últimos meses e incluso el presidente ucraniano, generalmente adverso a admitir las realidades incómodas, lo ha denunciado. Los argumentos que en febrero y marzo de 2022 movilizaron la solidaridad internacional con los refugiados ucranianos que huyeron de la guerra hacia el oeste ya no son suficientes para convencer de que la guerra debe continuar a toda costa y bajo cualquier condición, por lo que Biden se ha visto obligado a modificar el discurso. Aprovechándose de la situación en Gaza, el Gobierno de Estados Unidos ha adoptado el argumento ucraniano de presentar los conflictos actuales como una única lucha contra la democracia y ha creado un nuevo eje del mal que, en realidad, podría parecer más una red. No se trata del eje Hamas-Moscú, sino también el Moscú-Pyonyang o Moscú-Teherán, argumentos utilizados indistintamente dependiendo de las necesidades.

En esta labor, Estados Unidos, al igual que sus socios europeos, se ha encontrado con las irremediables contradicciones que existen entre las situaciones de Israel y de Ucrania, que han puesto de manifiesto una hipocresía que ha estado presente desde el inicio del conflicto ucraniano. Desde el 7 de octubre, momento en el que Tel Aviv sustituyó a Kiev como punto prioritario de la agenda política occidental, la idea del derecho de Israel a defenderse ha sido el lema más repetido por las autoridades estadounidenses y europeas, que se han unido de la misma manera que lo hicieran en febrero de 2022 para denunciar a una parte y apoyar incondicionalmente a la potencia ocupante. Todo ello a pesar de que contradice abiertamente el razonamiento por el que se ha legitimado la necesidad de defender a Ucrania hasta la victoria final en la guerra.

Desde febrero de 2022, el argumento del rechazo al uso de la fuerza por parte de Rusia ha sido uno de los elementos centrales para justificar el apoyo incondicional a Ucrania. Kiev tenía derecho a defenderse de una invasión no provocada y Occidente tenía la obligación de apoyar al país en el momento de necesidad, cuando existía el riesgo de desaparición del país. La idea de que si Rusia deja de luchar se acabaría la guerra, mientras que si Ucrania dejara de luchar desaparecería ha sido otro de los grandes argumentos de la guerra. El razonamiento -más que cuestionable, ya que la retirada rusa no eliminaría el conflicto civil existente en Ucrania ni Rusia ha mostrado interés por ocupar todo el país- otorga a la intervención militar rusa un matiz totalitario y quizá incluso genocida que las autoridades ucranianas han querido explotar al máximo. Kiev ha llegado a calificar de limpieza étnica el traslado de menores de Donbass a campamentos de Bielorrusia para pasar el verano.

La captura rusa de amplias zonas del sur de Ucrania, sumada a Crimea, bajo control ruso desde 2014, y a las Repúblicas Populares de Donetsk y Lugansk, evidentemente prorrusas desde que comenzara la rebelión de Donbass, ha supuesto para Occidente la posibilidad de explotar el derecho que la legislación internacional otorga a las poblaciones ocupadas a luchar contra el ocupante. De esta forma, la asistencia militar, económica, política y diplomática no solo era necesaria para Occidente, sino que se convertía en una obligación moral. Ese mismo argumento, el de la lucha contra la potencia ocupante, es utilizado para justificar bombardeos ucranianos contra la población civil -algo que ha aumentado desde 2022, pero que comenzó durante la guerra de Donbass, cuando las tropas rusas ni siquiera ocupaban el territorio-, asesinatos selectivos en los territorios bajo control ruso, privación del derecho a obtener salarios y pensiones e incluso cortes de agua.

Ninguno de esos derechos se ha hecho extensible al pueblo palestino, bajo ocupación desde el año 1948 y sin que las autoridades israelíes hayan querido jamás buscar un acuerdo. Israel y Ucrania no solo comparten el desprecio por la población que les hace frente -el pueblo de Donbass ha cumplido para Zelensky y Poroshenko el papel del pueblo palestino para Tel Aviv- sino el rechazo absoluto a cumplir con los compromisos adquiridos. De esta forma, los acuerdos de Oslo o la solución de los dos Estados no son más que la aplicación de la lógica ucraniana de los acuerdos de Minsk: exigir todo al enemigo sin ofrecer nada a cambio. Nada de eso sería posible sin el apoyo prácticamente incondicional de las potencias occidentales, que han protegido a Kiev y Tel Aviv de las críticasy, en el caso israelí, también de la posibilidad de ser investigados por la Corte Penal Internacional pese a los repetidos ejemplos de crímenes de guerra.

En este contexto, los casos en los que alguna autoridad europea se ha alejado del discurso oficial han sido escasos y generalmente se han dirigido a aspectos concretos y por motivos no siempre completamente humanitarios. Desmarcándose ligeramente de la autoritaria postura de Úrsula von der Leyen, que ha secuestrado la política exterior de la Unión Europea para subordinar sus intereses a los de Estados Unidos, Josep Borrell se mostró crítico con Israel tras el anuncio del corte de electricidad y suministro de agua a Gaza. “Lo hemos dicho en Ucrania y lo decimos en Gaza: no se puede cortar el agua y todos los servicios a una población”, afirmó el Alto Representante de la Unión Europea para la Política Exterior y de Seguridad en una entrevista concedida a El País. En realidad, en el caso de Ucrania, las denuncias han llegado solo cuando la situación ha afectado a la parte correcta de Ucrania, no a las poblaciones de Donbass o Crimea.

Estos días se ha recordado también la denuncia de von der Leyen o la calificación de “barbarie” de los ataques rusos contra las infraestructuras ucranianas que, al contrario que en Gaza, nunca han dejado a la población sin suministro eléctrico o sin agua potable. Sin embargo, todos ellos olvidan un detalle: esas condenas, los calificativos y las exigencias de una actuación civilizada nunca se produjeron cuando fue Ucrania quien construyó un muro para impedir el paso del agua del Dniéper al canal de Crimea-Norte, principal fuente de agua de la península. Tampoco hubo críticas a Ucrania durante los siete años en los que negó a la población más vulnerable de Donbass sus  pensiones y prestaciones sociales, ni cuando Ucrania asedió ciudades o implantó un bloqueo comercial que se sumaba al bloqueo bancario y de transporte.

Durante años, Ucrania y sus socios condenaron, calificando de invasión, los convoyes de ayuda humanitaria que Rusia enviaba a Donbass para impedir una catástrofe humanitaria en la región, asolada por las consecuencias económicas de la guerra. No hubo quejas cuando Ucrania mentía repetidamente y acusaba a Rusia de bombardear las ciudades de Donbass que supuestamente ocupaba. Esos bombardeos ucranianos eran considerados el derecho de Ucrania a defenderse de la misma manera que los ataques aéreos israelíes, que han destruido barrios enteros, son defendidos incluso destacando la “moderación” israelí, capaz de causar aún más víctimas.

La hipocresía de las autoridades occidentales ha sido tan evidente que incluso desde la propia Unión Europea han surgido preocupaciones. Eso sí, generalmente se refieren a la mala imagen de las instituciones y, sobre todo, a la posibilidad de que impliquen pérdida de poder blando. Este aspecto es especialmente importante en el caso de la guerra de Ucrania, en la que Occidente ha tratado de atraer a los países no occidentales a la postura de enfrentamiento con Rusia. “Definitivamente hemos perdido la batalla por el Sur Global”, afirma un diplomático de alto nivel de un país del G7 citado por The Wall Street Journal, que añade que “todo el trabajo que hemos hecho con el Sur Global [sobre Ucrania] se ha perdido. Olvidaos de las normas, olvidaos del orden mundial. Nunca más volverán a escucharnos”, añade. Las prioridades están claras y entre ellas no está la defensa de la población civil frente a los bombardeos ni tampoco del derecho a defenderse ante el ocupante si este es aliado occidental.

En dos semanas, según datos de Naciones Unidas, dos tercios de la población gazatí se ha visto internamente desplazada. Los refugiados -muchos de ellos en Gaza como refugiados de la limpieza étnica de 1948 o sus descendientes- no disponen de decenas de países dispuestos a acogerles temporalmente hasta el final de la guerra, ni tampoco de proveedores que suministren enormes flujos de armamento y munición para defenderse contra el ocupante, que ha ordenado un asedio medieval, roto tan solo por el acuerdo para dar acceso ayer a una veintena de camiones de carga. Naciones Unidas afirma que sería necesario un centenar al día para cubrir las necesidades más básicas de los más de dos millones de personas sitiadas mientras el mundo occidental defiende a quien ha impuesto unas condiciones inhumanas, amenaza abiertamente incluso a hospitales y anuncia una futura incursión terrestre tras la que “el territorio de Gaza será mucho más pequeño”. En este tiempo, Israel ha asesinado a más del doble (se aproxima rápidamente al triple) de niños y a más periodistas que en un año y medio de guerra en Ucrania (sumando los menores muertos a ambos lados del frente). Sin embargo, Israel, como Ucrania, es definido como una democracia que se defiende de una agresión.

Pese a las contradicciones, en su respuesta a los dos conflictos, hay una línea de continuidad marcada por el apoyo absoluto a los actos del aliado propio. Las declaraciones de todas y cada una de las autoridades políticas de Estados Unidos, el Reino Unido, la Unión Europea y otros países aliados como Canadá, hace un mes noticia por su homenaje a un veterano de las SS, han buscado, ante todo, defender a ultranza a Israel. Ha sido así incluso en los casos en los que se ha pedido, de la forma más educada posible y sin intentar hacer de ello una exigencia, cierta moderación hacia los ataques contra la población civil o la posibilidad de entregar ayuda humanitaria. Incluso en esos casos, las autoridades occidentales han querido insistir en presentar a la población de Gaza -olvidando completamente a la de Cisjordania, donde Israel ha asesinado a más de 80 personas desde el 7 de octubre pese a la completa ausencia de Hamas, grupo contra el que Occidente afirma que luchan las autoridades israelíes-, como víctimas de Hamas y no de la ocupación, asedio y bombardeos israelíes.

La hipocresía de los países occidentales se ha puesto de manifiesto ante la población palestina y árabe en general, que han comprendido que el derecho de los pueblos a la autodeterminación y a la defensa contra el ocupante se aplica únicamente a aquellos pueblos elegidos y que luchan contra un enemigo designado por Occidente. Pero la actuación occidental muestra también la continuidad de un apoyo incondicional al aliado al que se le consiente y se le justifica todo. En este caso, ha sido necesario borrar del relato todo lo ocurrido en Palestina antes del 7 de octubre de 2023, de la misma forma que eliminar de la memoria los ocho años anteriores a la invasión rusa del 22 de febrero de 2022 hizo posible la narrativa de Ucrania como víctima inocente de un ataque no provocado.  

https://slavyangrad.es/2023/10/22/el-derecho-a-defenderse-y-la-hipocresia-occidental/#more-28407

domingo, 22 de octubre de 2023

Hacia la solución final sionista

 

Hacia la solución final

 PEPE ESCOBAR

 Lo que ya está claro es que la guerra de la OTAN contra Rusia en Ucrania y la “guerra contra el terror" israelí en Gaza no son más que frentes paralelos de una única guerra global

 Robaste los huertos de mis antepasados

 Y la tierra que cultivé

 Y no nos dejaste nada

 Excepto estas piedras…

 Si tengo hambre

 La carne del usurpador será mi alimento.

 Mahmoud Darwish, poeta nacional palestino

 Ya se ha confirmado que la inteligencia egipcia advirtió a sus homólogos israelíes tres días antes de Tormenta de Al-Aqsa de que algo “grande" venía de Hamás. Tel Aviv, su multimillonario aparato de seguridad y las FDI, “el ejército más fuerte del mundo", optaron por ignorarlo.

  Esto establece dos vectores principales.

 1) Tel Aviv obtiene su pretexto de “Pearl Harbor" para poner en marcha una remezclada “guerra contra el terror" como una especie de Solución Final al “problema de Gaza" (ya en marcha).

 2) El Hegemón cambia bruscamente la narrativa a la inminente e inevitable humillación cósmica conjunta de la Casa Blanca y la OTAN en las estepas de Novorossiya, una derrota estratégica que da forma a la humillación anterior en Afganistán como un baile de máscaras en Disneylandia.

El bloqueo total de los “animales con forma humana" ('copyright' del Ministerio de Defensa israelí) de Gaza, en realidad una población civil de 2,3 millones de personas, se impuso el lunes pasado. No hay alimentos, ni agua, ni combustible, ni artículos de primera necesidad.

 Se trata de un crimen de guerra y un crimen contra la humanidad, contrario a los cuatro principios básicos de la Ley de Conflictos Armados (LOAC), todo ello debidamente aplaudido o, en el mejor de los casos, completamente ignorado por la OTANstán y sus medios de comunicación afines controlados por la oligarquia 

Cristianos, musulmanes, judíos y otros grupos étnicos vivieron pacíficamente en Palestina durantesiglos hasta la imposición del racista Proyecto Sionista, con todos los atributos de “divide y vencerás" del colonialismo de colonos.

La Nakba es un antiguo recuerdo de hace 75 años. Ahora estamos mucho más allá del apartheid y nos adentramos en la exclusión y expulsión totales de los palestinos de su patria.

En enero de 2023, el propio primer ministro israelí Netanyahu subrayó que “el pueblo judío tiene un derecho exclusivo e incuestionable a todas las zonas de la Tierra de Israel".

 Ahora, las FDI han enviado nada menos que una orden a la ONU para evacuar completamente a todos los residentes del norte de Gaza, 1,1 millones de personas, al sur de Gaza, cerca de Rafah, el único paso fronterizo con Egipto. Esta deportación forzosa masiva de civiles sería el preludio del arrasamiento de todo el norte de Gaza, junto con la expulsión y confiscación de las tierras ancestrales palestinas, acercándose así a la Solución Final sionista.

  Bienvenido a Sociópatas Unidos

 Netanyahu, un sociópata con un historial probado, sólo puede salirse con la suya con crímenes de guerra en serie gracias al apoyo total de la Casa Blanca, el combo “Biden" y el Departamento de Estado, por no mencionar a los vasallos inconsecuentes de la UE.

 Acabamos de ser testigos de cómo un Secretario de Estado estadounidense, un funcionario de bajo coeficiente intelectual fuera de sí en todos y cada uno de los temas, iba a Israel a apoyar el castigo colectivo “como judío también“.

 Dijo que su abuelo “huyó de los pogromos en Rusia" (eso fue en 1904). Luego vino la conexión directa -nazi- con “mi padrastro sobrevivió a Auschwitz, Dachau y Majdanek“. Impresionante, son tres campos de concentración seguidos. El secretario ignora obviamente que la URSS liberó los tres.

 Luego vino la conexión Rusia-Nazis-Hamas. Al menos está todo claro.

  Internamente, Netanyahu sólo puede seguir siendo Primer Ministro gracias especialmente a dos rabiosos socios de coalición ultrasionistas, racistas y supremacistas. Nombró a Itamar Ben-Gvir ministro de Seguridad Nacional y a Bezalel Smotrich ministro de Finanzas, ambos encargados de facto de hacer proliferar los asentamientos en toda Cisjordania a escala industrial.

 Smotrich ha declarado públicamente que “no existen los palestinos porque no existe el pueblo palestino“.

Ben-Gvir y Smotrich, en un tiempo récord, van camino de duplicar la población de colonos en los cantones de toda Cisjordania, de 500.000 a un millón. Los palestinos, no ciudadanos de facto, son 3,7 millones. Los asentamientos ilegales, no aprobados formalmente por Tel Aviv, están apareciendo por todas partes.

 En Gaza, donde la pobreza ronda el 60% y el desempleo juvenil es masivo, las agencias de la ONU advierten desesperadamente de una catástrofe humanitaria inminente.

 Más de 1 millón de personas en Gaza, en su mayoría mujeres y niños, dependen de la ayuda alimentaria de la ONU. Decenas de miles de niños van a las escuelas de la UNRWA (la agencia para los refugiados palestinos).

 Tel Aviv los está matando ahora, de a poco. Esta última semana han sido asesinados al menos 11 trabajadores de la UNRWA (entre ellos profesores, un médico y un ingeniero), al menos 30 niños en sus escuelas, además de 5 miembros de la Cruz Roja Internacional y de la Medialuna Roja.

  Para colmo de males, está el ángulo de Pipelinestan, como el robo de gas de Gaza. Al menos el 60% de las vastas reservas de gas descubiertas en 2000 a lo largo de la costa de Gaza-Israel pertenecen legalmente a Palestina.

Una consecuencia clave de la Solución Final aplicada a Gaza se traduce en que la soberanía sobre los yacimientos de gas pasará a Israel, en otro atropello masivo del derecho internacional.

 La Mayoría Global es Palestina

 Ante la horrible perspectiva de que Israel despoble toda la mitad norte de Gaza, en directo por televisión y jaleado por hordas de zombis de la OTAN, no es descabellado considerar la posibilidad de que Turquía, Egipto, Siria, Irak, Irán, Líbano, Yemen y las monarquías del Golfo se unan, a diversos niveles, para crear una presión abrumadora contra la aplicación de la Solución Final sionista. Prácticamente todo el Sur Global/Mayoría Global está con Palestina.

Turquía, problemáticamente, no es una nación árabe y ha estado demasiado cerca ideológicamente de Hamás en el pasado reciente. Suponiendo que la actual banda de Netanyahu se dedicara a la diplomacia, el mejor equipo de mediación posible estaría formado por Arabia Saudí, Qatar y la diplomacia egipcia. India acaba de clavarse un puñal en la cabeza como líder de la Mayoría Global: a sus dirigentes parece que se les pone dura cuando se enfrentan a Israel.

Luego están los Grandes Soberanos: la asociación estratégica Rusia-China.

 Rusia-Irán están a su vez conectados por una asociación estratégica, incluso a todos los niveles militares de vanguardia. El acercamiento entre Irán y Arabia Saudí, mediado y remachado por China, ha llevado esta semana a Mohammad bin Salman y Ebrahim Raisi a hablar por teléfono, por primera vez, coordinando su apoyo inquebrantable a los derechos legítimos del pueblo palestino. El sirio Bashar al-Assad acaba de visitar China, recibido con todos los honores.

La sofisticación diplomática característica de China, mucho más allá de Tormenta de Al-Aqsa, equivale a apoyar los legítimos derechos palestinos. Todo el mundo árabe y las tierras del Islam lo sienten claramente, mientras que Israel y la OTAN son impermeables a los matices.

 Con Rusia llegamos al territorio del heavy metal. A principios de esta semana, el embajador de Israel en Rusia, Alexander Ben Zvi, fue finalmente recibido, tras varios intentos, por el viceministro de Asuntos Exteriores, Mikhail Bogdanov. Fue Israel quien prácticamente suplicó una reunión.

 Bogdanov fue al grano, sin rodeos: Ben Zvi fue advertido de que el plan de las FDI de destruir literalmente Gaza, expulsar a la población autóctona y practicar la limpieza étnica de esos “animales humanos" estaba “cargado de las consecuencias más devastadoras para la situación humanitaria de la región."

Eso avanza un escenario bastante posible, cuyas consecuencias pueden ser igualmente devastadoras: Moscú, en colaboración con Ankara, lanzando una operación de bloqueo contra Israel apoyada por el Sur Global.

 No es ningún secreto, aparte del modus operandi, que Putin y Erdogan han hablado de un posible convoy naval humanitario turco a Gaza, que estaría protegido de un ataque israelí por la Armada rusa desde su base de Tartous, en Siria, y por la Fuerza Aérea rusa desde Hmeimim. Eso elevaría las apuestas a niveles imprevistos.

Lo que ya está claro es que la guerra por poderes de la Hegemonía contra Rusia en Ucrania y la “guerra contra el terror" israelí remezclada en Gaza no son más que frentes paralelos de una única guerra global en horrible evolución.

 * Columnista de The Cradle y redactor jefe de Asia Times

 Strategic Culture Foundation / observatoriodetrabajadores.wordpress.com

 Texto completo en: https://www.lahaine.org/mundo.php/hacia-la-solucion-final

sábado, 21 de octubre de 2023

La geopolítica occidental se agrieta a marchas aceleradas .

 La geopolítica occidental se agrieta a marchas aceleradas .

La guerra entre Israel y Gaza constituye la enésima pieza de ajedrez del mundo occidental en el tablero geopolítico, equivalente a esas otras ya utilizadas, y en su mayoría fallidas y rotas, como Afganistán, Irak, Libia, Egipto, Siria, Ucrania…

 Juan Laborda

Resulta absolutamente descorazonador observar cómo languidecen nuestras democracias. Especialmente triste y desolador resulta otear cmo los dirigentes europeos hacen un seguidismo genuflexo hacia una visión del mundo, la anglosajona, que es absolutamente incompatible con la búsqueda de una paz global. El mundo multipolar en el que ya nos encontramos, por mucho que les pese a algunos dirigentes occidentales, requiere de una cooperación que respete la heterogeneidad de los pueblos. Pero eso es incompatible con la actual clase dirigente política y económica de los Estados Unidos, temerosa de perder el control del planeta. Aún no se han dado cuenta, pero ya lo han perdido. Muchos países ya han peridido el miedo a no seguir las consignas dictadas desde Washington y Londres.

 La guerra entre Israel y Gaza constituye la enésima pieza de ajedrez del mundo occidental en el tablero geopolítico, equivalente a esas otras ya utilizadas, y en su mayoría fallidas y rotas, como Afganistán, Irak, Libia, Egipto, Siria, Ucrania… El problema es que antes, desde Occidente, se podía manipular a la audiencia bajo una cortina de humo, simulando la recreación de Hollywood en esa magnífica película, 'Wag the Dog' ('Cortina de humo', en España). Tratar de reducir el brutal atentado terrorista de Hamás a un guion donde se nos presenta como los buenos del mismo a quienes llevan décadas incumpliendo las resoluciones de la ONU, montando un apartheid contra todo un pueblo, el palestino, resulta, como mínimo, grotesco.

 Occidente y las democracias tienen mucho que perder en este conflicto. Si no ponen límites a los crímenes de lesa humanidad que está perpetrando Israel y continúan haciendo una distinción entre muertos de primera y de segunda, nuestro declive se acelerará, muy especialmente el de los Estados Unidos. Se están cumpliendo dos escenarios políticos aditivos. Por un lado, la anticipación política de Frank Biancheri, politólogo francés, uno de los padres de las becas Erasmus, hecha allá por 2010, y según la cual nos encaminábamos a un conflicto global por no deshacerse Europa del yugo anglosajón. Por otro lado, y, como consecuencia de lo anterior, no descarto que al final también se cumpla el pronóstico del matemático y sociólogo noruego Johan Galtung, que anticipó la pérdida del poder global de Estados Unidos en la década que nos encontramos.

 Las previsiones de Frank Biancheri y Johan Galtung

 Pero vayamos por partes. Europa tuvo la oportunidad de cambiar la hoja de ruta, de impulsar un modelo cooperativo global, lo que pasaba sin duda por desligarse definitivamente del diktat anglosajón. Ese momento fue la Gran Recesión. Pero no lo hizo. Como consecuencia entramos en un escenario alternativo de conflicto. Recomiendo la lectura atenta de un libro visionario, del gran Franck Biancheri, uno de los impulsores de las becas Erasmus, 'The World Crisis: The Path to the World Afterwards'. Biancheri detallaba dos escenarios: cooperación o caos. Y quien decidía era Europa. Al final, la senda seguida por Europa nos encamina a un mundo en conflicto, que Bianchieri predijo con más de 10 años de antelación (Afganistán, Libia, Egipto, Siria, Ucrania… o lo que ahora puede acontecer en Oriente Próximo).

 El problema de fondo es que el imperio dominante, el estadounidense, se encuentra bajo la certeza de que en poco tiempo va a perder su hegemonía en favor de otro, el chino. Detrás de todo, una realidad: nadie puede competir con China, que aprovechó el hueco y la oportunidad que le dio Occidente. Va a recuperar el trono mundial que ejerció durante milenios. Los últimos 150 años son, en la interpretación china, un paréntesis del que han aprendido los errores. Lo que estamos viendo se puede resumir en la frase: “China is not emerging. It is re-emerging.” Estados Unidos lo sabe y trata de ganar tiempo e influencia para, llegado el momento, no quedar descolocado, o, peor todavía, esparcir conflictos en distintas áreas del mundo que podrían terminar en una escalada de guerra global.

 Este razonamiento lo mantengo desde que empecé a analizar las derivadas políticas del sistema de gobernanza actual, el Neoliberalismo, del Totalitarismo Invertido Actual al Fascismo. El impulso tecnológico y educativo de China es tan potente que es imparable. Nadie puede competir con un país con un desarrollo tecnológico como es el caso de China, que además tiene un control estatal de la tierra y de la banca y una planificación estratégica de largo plazo. Solo un conflicto de orden militar puede frenar aquello que es inevitable. El peligro es que desde los Estados Unidos se haga esta interpretación.

 Ello me permite introducir, finalmente, la Teoría de Conflictos del sociólogo y matemático noruego Johan Galtung, quien predijo, entre otras cosas, el colapso de la Unión Soviética y advirtió que el poder global de Estados Unidos colapsará en la década actual. Galtung hace ya muchos años desarrolló una teoría del conflicto, basada en la idea de sincronizar y reforzar mutuamente las contradicciones, y que utiliza para hacer sus pronósticos. El modelo se fundamenta en comparar el ascenso y la caída de 10 imperios históricos. En 1996, escribió un artículo científico publicado por el Instituto de Análisis y Resolución de Conflictos de la Universidad George Mason advirtiendo que Estados Unidos pronto seguiría el mismo camino que las construcciones imperiales anteriores: declinan y caen. Pero el libro principal que establece el pronóstico de Galtung lo publicó en 2009, 'The Fall of the American Empire', donde presenta las 15 contradicciones que se sincronizan y refuerzan mutuamente, y que afligen al país norteamericano y que, según él, conducirán a que el poder global de Estados Unidos termine en esta década. El problema es que durante esta fase de decadencia es probable que Estados Unidos pase por una fase de “fascismo” reaccionario que provendría de la capacidad de una tremenda violencia global; una visión de la excepción estadounidense como la “nación más apta”; una creencia en una próxima guerra final entre el bien y el mal. Pero si sus aliados dejen de comportarse como tales, tendrán que valerse por sí mismos. Lo que predice Galtung es que el apoyo de sus otrora aliados no continuará más allá de la década actual. Veremos.

https://www.eldiario.es/opinion/zona-critica/geopolitica-occidental-agrieta-marchas-aceleradas_129_10608089.html

 

Nota del blog .- USA  sin Europa ya no es nadie por eso  el atentado a los oleoductos ruso-alemanes  es de cañonera  clásica anglo  . El Imperio americano  se sostiene  subordinando a las dos potencias derrotadas en la Segunda  Guerra mundial  ,Alemania  y Japón pero si en 1945   USA tenía el 50%  del  PIB mundial y hoy solo tiene    + - el 15% y el bloque atlántico ya ha sido superado por eso sin Europa ya no es  hegemónica  . En este último discurso de Biden . no solo  se debía únicamente a mostrar una vez más el incondicional apoyo de Estados Unidos a Israel, algo que las autoridades norteamericanas y europeas han hecho a diario desde el pasado 7 de octubre. El objetivo real era instalar el discurso de una guerra justa en la que Estados Unidos, el país excepcional, debe implicarse completamente, aunque sea de manera indirecta, luchando por medio de dos proxis esta batalla que aglutina las dos guerras, la Guerra Fría contra  Rusia y la guerra contra el terrorismo de George W. Bush,   que los dos partidos políticos estadounidenses han apoyado en el pasado. Po eso  busco  una retórica de la creación de un nuevo relato de guerra justa que busca siempre un fin económico y el discurso de Biden no fue una excepción. No es un secreto que el presidente de Estados Unidos lleva meses luchando con la mayoría republicana en el poder legislativo, donde una pequeña minoría del ala trumpista amenaza con bloquear la financiación de la guerra de Ucrania. Vincular la lucha de Ucrania con la de Israel, aunque sea con la única coherencia de que Kiev y Tel Aviv comparten aliados, ya ha conseguido parte de lo que buscaba. Tras el discurso, especialmente por la mención a la defensa de Israel y de la seguridad nacional, (incluso Fox News, el canal de noticias más cercano a Trump, elogiaba a Joe Biden). Así reeditar la catastrófica guerra contra el terrorismo -que ha destruido varios países y ha asesinado o desplazado a millones de personas- es la táctica con la que Joe Biden ha decidido apelar al Partido Republicano en busca de financiación para Ucrania. Aunque para ello hiciera falta recuperar la idea del eje del mal de George Bush.  Si   consigue los 105 millones de dólares para financiar sus guerras, no solo la de Ucrania y la de Israel, sino también la “defensa” de Taiwan y la lucha contra la inmigración en su frontera sur.

Ver  como los mandos  de la UE van   y  apoyan en la Casa Blanca  a Biden  y así a Netanyahu   contra el  terrorismo de  Hamas   es  repetir su historia una vez mas

 ver... https://www.eldiario.es/internacional/lideres-europeos-escenifican-casa-blanca-unidad-biden-defensa-israel-ucrania_1_10616910.html

  






 

viernes, 20 de octubre de 2023

El belicismo de los medios .

 

Los medios occidentales actúan como promotores de la guerra.

   Por Jonathan Cook 




Es sencillamente asombroso el modo en que muchos periodistas occidentales, incluidos los reporteros de la BBC, por lo general prudentes, están adulando con descaro a las jóvenes que preparan cócteles molotov en las calles de ciudades ucranianas como Kiev.

De pronto, fabricar explosivos improvisados resulta sexy, al menos si los medios de comunicación te consideran blanco, europeo y “civilizado”. 

Esto podría sorprender a otros movimientos de resistencia más establecidos, especialmente en Oriente Medio. Siempre han sido tachados de terroristas por hacer lo mismo.

La dificultad de contención de los periodistas occidentales a la hora de identificarse con la “resistencia” civil ucraniana y apoyarla debe exasperar a los palestinos de la pequeña Gaza, por ejemplo, que llevan décadas encerrados en una jaula de metal a causa de un invasor militar israelí. Los palestinos de Gaza fabrican sus propios cócteles molotov. Pero como no pueden acercarse al ejército israelí, tienen que empaquetarlos en globos que sobrevuelan la barrera de acero que rodea Gaza para adentrarse en Israel, a veces incendiando campos.

Nadie de la BBC ha celebrado estos “globos incendiarios” como un pequeño acto de resistencia. Instintivamente, se culpa al grupo gobernante de Gaza, Hamás, cuya rama política recientemente ha sido declarada organización terrorista por parte del gobierno británico.

Doble rasero

Durante los últimos quince años, los palestinos de Gaza también han sufrido por parte de Israel un bloqueo comercial expresamente diseñado para hacerles pasar hambre. Los manifestantes, entre los que se encuentran mujeres, niños y personas en silla de ruedas, han acudido regularmente a lanzar una piedra en dirección a los lejanos francotiradores israelíes, ocultos tras las fortificaciones, como forma simbólica de exigir su libertad. Con frecuencia, estos manifestantes han recibido como respuesta los disparos del ejército israelí. 

Los medios de comunicación occidentales a menudo se angustian por las vidas perdidas o las piernas amputadas de los que han sido blanco de los francotiradores. Pero ninguno de ellos vitorea esa “resistencia” palestina como lo hace con la ucraniana. De hecho, los manifestantes son tratados como incautos o provocadores de Hamás. 

A diferencia de Ucrania, Gaza no tiene ejército, y sus combatientes, también a diferencia de los de Ucrania, no reciben armamento de Occidente.

El periódico The Guardian llegó a censurar a su viñetista Steve Bell cuando quiso representar a una de las víctimas de los francotiradores israelíes, Razan al-Najjar, una enfermera, que había intentado ayudar a los heridos. El periódico insinuó que la caricatura –de la entonces primera ministra británica, Theresa May, recibiendo en Londres a su homólogo israelí, Benjamin Netanyahu, con al-Najjar como víctima del sacrificio en la chimenea que aparece detrás de ellos– era antisemita.

Dando por sentado que en el pasado los medios de comunicación han sido reacios a animar a la gente corriente a enfrentarse a soldados bien armados –para evitar víctimas civiles–, ¿por qué de repente se ha abandonado esa política en Ucrania?

El doble rasero es evidente y está en todas partes. No es posible afirmar que los periodistas que hacen esto ignoran las convenciones periodísticas en otros lugares, pues en su mayoría son veteranos de las zonas de guerra de Oriente Medio, bien acostumbrados a cubrir Gaza, Bagdad, Nablus, Alepo y Trípoli. 

Alimentar el fuego

Gran Bretaña y otros Estados europeos han optado por alimentar el fuego de la resistencia en Ucrania, enviándole armas que sólo pueden provocar una mayor pérdida de vidas, especialmente de civiles atrapados en el fuego cruzado. Se podría esperar que los medios de comunicación británicos examinaran las implicaciones éticas de dicha política, y la hipocresía. Pero no está sucediendo.

De hecho, gran parte de los medios de comunicación, no solo han actuado como grupos de presión para que se envíen más armas al ejército ucraniano, sino que han alentado el apoyo para que los civiles en el Reino Unido se involucren más en la lucha.

Este ha sido el caso incluso después de que el Nº 10 de Downing Street se distanciara de los comentarios de Liz Truss, la ministra de Asuntos Exteriores, de que se debería animar a los británicos a presentarse como voluntarios para las llamadas “brigadas internacionales” de Ucrania, supuestamente para defender a Europa.

Su postura entraba en conflicto con la práctica habitual del gobierno, que ha tratado a los que se dirigen a luchar a zonas de guerra en Oriente Medio como terroristas. A Shamima Begum, que fue a Siria con 15 años, le retiraron su ciudadanía británica y le negaron el derecho a regresar por hacer lo que Truss ha propuesto en Ucrania.

No obstante, eso no disuadió a la BBC de viajar a Essex para conocer a “Wozza”, un proveedor de excedentes de equipamiento del ejército británico que ha estado vendiendo a bajo precio a los ucranianos en Gran Bretaña para que puedan dirigirse al frente de batalla. Wozza apareció arrancando las insignias de la Union Jack de los uniformes para que los milicianos ucranianos pudieran utilizarlas.

Compárese esto con el trato que recibe una forma de resistencia totalmente pacífica por parte de occidentales en solidaridad con los palestinos, el movimiento internacional Boicot, Desinversiones y Sanciones (BDS). No se les ha tratado mejor que a los terroristas, con prohibiciones de apoyo al BDS en toda Europa y Estados Unidos. 

Una “imparcialidad” comprometida

Es difícil recordar, con todo el alboroto mediático generado alrededor de Ucrania, que esta cobertura favorecedora va en contra de sus convenciones periodísticas. Es inconcebible, por supuesto, que Gran Bretaña envíe armas para ayudar, por ejemplo, a la liberación de Gaza.

Por esa razón, los medios de comunicación nunca tendrán la oportunidad de ejercitar sus cuerdas vocales para indignarse ante tal acontecimiento. 

De hecho, los medios de comunicación occidentales suelen hacerse eco de la oposición de los gobiernos occidentales a cualquier tipo de ayuda a Gaza, incluso del simple envío de materiales de construcción como cemento para reconstruir el enclave tras alguna de las intermitentes oleadas de destrucción por parte de Israel. Esto se debe a que los reporteros tratan acríticamente las afirmaciones israelíes de que la ayuda humanitaria será reutilizada por Hamás y reforzará el “terrorismo”. 

En 2010, por ejemplo, un programa de Panorama de la BBC no mencionó que un ataque naval israelí contra un convoy de ayuda humanitaria que se dirigía a la asediada Gaza se llevó a cabo ilegalmente en aguas internacionales. Nueve activistas que trataban de entregar a Gaza artículos de primera necesidad, como medicinas, a bordo del barco Mavi Marmara fueron asesinados por comandos israelíes, pero las entrevistas con estos hombres enmascarados carecían, en gran medida, de sentido crítico. La BBC mostró muy poca simpatía hacia ese acto de resistencia contra un cruel ocupante.

Un año antes la BBC rompió con la tradición y se negó a retransmitir un llamamiento de ayuda porque, en esta ocasión, se trataba de proporcionar alimentos y refugio a Gaza tras un ataque israelí que había destruido franjas del enclave. La BBC justificó la decisión alegando que comprometería su “imparcialidad”, algo que parece no importarle en absoluto en Ucrania. 

En el momento de la publicación de este artículo, la BBC no había respondido a las preguntas sobre estas incoherencias.

La niebla de la guerra

El campo de batalla es bien conocido por quedar rápidamente envuelto en la niebla de la guerra. Esa es una de las razones por las que los editores advierten a los periodistas inexpertos para que esperen las pruebas y estén atentos a la propaganda. En la práctica, sin embargo, se puede apreciar dónde están las simpatías de los medios de comunicación –ocultas tras endebles afirmaciones de objetividad– observando cuándo y en beneficio de quién se abandonan estas normas de precaución, y qué narrativas del bando se aceptan rápida y acríticamente.

Está claro que las afirmaciones de Estados Unidos, Europa e Israel en Oriente Medio se amplifican con demasiada facilidad, incluso cuando su veracidad está puesta en duda. 

Estas mentiras alimentadas por los medios de comunicación han sido múltiples. Que Israel instó a los palestinos que expulsó en 1948 a volver a casa. Que las tropas de Saddam Hussein arrebataron bebés de las incubadoras en Kuwait y que el líder iraquí colaboró con su archienemigo, Al Qaeda, en los atentados del 11-S. Que los soldados de Muammar Gadaffi en Libia tomaron Viagra para violar a civiles en Bengasi. Que Rusia pagó recompensas a los talibanes para que mataran a soldados estadounidenses en Afganistán. 

Estos engaños e invenciones acapararon los titulares cuando fueron útiles como propaganda y sólo se retiraron discretamente mucho después. 

En el caso de Ucrania parece estar surgiendo un patrón similar. Los medios de comunicación occidentales informaron de forma generalizada, incitante y totalmente ficticia, de que las tropas rusas habían masacrado a un contingente de trece soldados ucranianos en la isla de la Serpiente, en el Mar Negro. Se difundió una cinta de audio falsa en la que, supuestamente, los ucranianos maldecían a los invasores rusos. El gobierno ucraniano prometió a cada uno de ellos el título de Héroe de Ucrania. 

Sin embargo, en esta ocasión eran ciertas las informaciones de los medios de comunicación rusos. Había ochenta y dos soldados ucranianos y se habían rendido. Todos estaban sanos y salvos. En otro ejemplo, se divulgó ampliamente un clip de un videojuego en el que aparecía un heroico y solitario piloto de combate ucraniano, apodado el Fantasma de Kiev, derribando aviones y helicópteros rusos. 

La desinformación se ha compartido de forma aún más agresiva en las cuentas de las redes sociales occidentales, y la mayor parte de ella está diseñada para provocar la simpatía por Ucrania y la hostilidad hacia Rusia.

Operación de blanqueamiento ideológico

Pero lo que estamos viendo es algo más que el apetito de los medios de comunicación por las historias sin pruebas y las falsedades siempre y cuando estén dirigidas contra Rusia. Y se trata de algo más que la simpatía de los medios de comunicación por la “resistencia” ucraniana, negada a otros grupos que luchan contra sus opresores cuando esos opresores son Occidente y sus aliados.

Los medios de comunicación están repletos de comentaristas aún más tribales que los gobiernos occidentales y los generales militares. El coro de los medios de comunicación a favor de “más guerra” parece estar sirviendo a una operación de blanqueamiento ideológico que despeja el camino a los gobiernos mientras se preparan para una propaganda más extrema y medidas antidemocráticas.

Junto con muchos otros, Dan Hodges, comentarista del Mail on Sunday, ha estado pidiendo una zona de exclusión aérea sobre Ucrania que incluso Boris Johnson ha rechazado por razones muy obvias. Llevaría a Europa a una confrontación directa con las fuerzas aéreas rusas y supondría un riesgo de enfrentamiento con una potencia nuclear.  

Sin embargo, Hodges ha calificado cualquier rechazo a esta idea como “un acto de apaciguamiento no diferente a nuestro apaciguamiento de Hitler en 1938”. La invasión rusa ha tenido lugar tras casi una década de instigación por parte de Estados Unidos, que ha utilizado a la OTAN como tapadera para forjar unas relaciones militares cada vez más estrechas con su vecino.

Con razón o sin ella, Moscú interpretó el comportamiento de la OTAN como una maniobra agresiva de Estados Unidos y sus aliados en su “esfera de influencia”. La idea de que no se podía, ni se puede, hacer ninguna concesión a Rusia –que la única “opción moral”, como la llama Hodges, es arriesgarse a una posible guerra nuclear– debe entenderse como la provocación beligerante que claramente es.

El principal corresponsal de NBC News, Richard Engel, tuiteó lo que consideraba un “cálculo de riesgos” y un “dilema moral”: ¿debería Occidente bombardear un convoy de tanques rusos en su camino hacia Kiev? Aparentemente preocupado por la inacción actual, preguntó: “¿Occidente observa en silencio mientras pasa?”.

Hipocresía absoluta

Condeleeza Rice, artífice de la criminal invasión de Irak, no ha sido cuestionada por los medios de comunicación por su absoluta hipocresía al defender que “invadir una nación soberana es un crimen de guerra”. Si ese es el caso –y el derecho internacional dice que lo es– entonces la propia Rice debería ser juzgada en La Haya.

O, ¿qué decir del horror de los medios de comunicación esta semana ante el bombardeo de Járkov​​, la segunda ciudad de Ucrania, donde se informó de que habían muerto “docenas” de personas? Compárese con el sensacional entusiasmo de los medios de comunicación por la campaña de bombardeo “Shock and Awe” que probablemente mató a miles de personas en las primeras horas de la invasión estadounidense de Irak en 2003.  

¿Y qué hay del silencio cómplice de los medios de comunicación durante muchos años de bombardeos saudíes –con aviones y bombas británicos– contra civiles en Yemen, que han provocado una catástrofe humanitaria apenas imaginable? Los que resisten en Yemen al espectáculo de horror saudí no son héroes para nuestros medios de comunicación, sino que simplemente se les tacha de marionetas de Irán.

El veterano periodista de la BBC Jeremy Vine, por su parte, expresó la opinión de que los soldados rusos reclutados “merecen morir” cuando se ponen el uniforme del ejército ruso. “Así es la vida”, dijo a una persona sorprendida que llamó a su programa.

¿Cree Vine que las tropas británicas y estadounidenses –soldados profesionales, a diferencia de los reclutas rusos– también merecían morir cuando sus ejércitos invadieron ilegalmente Irak? Y si no, ¿por qué no?

El trasfondo racista de gran parte de la cobertura occidental –con comentaristas y entrevistados que insisten regularmente en que los refugiados ucranianos son “europeos”, “civilizados”, “de pelo rubio y ojos azules”– es difícil de pasar por alto. 

Propaganda estatal

Y en medio de esta desenfrenada, y a menudo desquiciada propaganda bélica occidental, gran parte de ella procedente de la cadena estatal británica, Europa ha prohibido la emisión de la cadena estatal rusa RT, al tiempo que Silicon Valley elimina su presencia de Internet. 

No hay duda de que RT generalmente promueve una línea editorial que simpatiza en gran medida con los objetivos de la política exterior de Moscú, de la misma manera que la BBC, invariablemente, promueve una línea editorial que simpatiza en gran medida con los objetivos de la política exterior británica. 

El problema para el público occidental no es su exposición a la propaganda estatal rusa. Es su constante exposición a la implacable propaganda estatal occidental. 

Si buscamos la paz –y de momento hay pocos indicios de ella–, necesitamos que los medios de comunicación occidentales rindan cuentas por su patrioterismo sin sentido, sus exageraciones, su credulidad, su doble moral y sus engaños. Pero ¿quién va a actuar como vigilante del supuesto vigilante del Cuarto Poder?

En estos momentos necesitamos voces de Rusia para entender lo que Putin piensa y quiere, no lo que los “principales corresponsales internacionales” de la BBC creen que quiere. Necesitamos fuentes de información preparadas para desafiar rápidamente las “noticias falsas” tanto occidentales como rusas.

Y, sobre todo, necesitamos acabar con nuestra visión racista del mundo, en la que nosotros siempre somos los Buenos y ellos los Malos, y en la que nuestro sufrimiento importa y el de los demás no.

Jonathan Cook es autor de tres libros sobre el conflicto palestino-israelí y ganador del premio especial de periodismo Martha Gellhorn.

Este artículo se publicó originalmente en Middle East Eye. Traducción: Paloma Farré.

Fuente: https://ctxt.es/es/20220301/Firmas/39043/ucrania-rusia-guerra-bbc-jonathan-cook-gaza-palestina-israel-doble-rasero.htm

lunes, 16 de octubre de 2023

Las monarquías esclavistas .

                                                                               


 

Marcus Rediker: “Todas las monarquías estuvieron profundamente involucradas en la trata de esclavos y se beneficiaron enormemente de ella”

Marcus Rediker

10/10/2023

 [Reproducimos a continuación la entrevista a Markus Rediker que realizó el colectivo republicano catalán Debats pel Demà con la colaboración de Sin Permiso. La entrevista se puede leer en catalán en https://debatspeldema.org/] 1

 A primera hora de la tarde del 16 de septiembre de 2023, Marcus Rediker llegó a la Nau Bostik (Barcelona) para ser entrevistado por historiadores y dar una conferencia en la Escola d’Estiu de la CUP. Su apariencia era veraniega, ya que el clima del Mediterráneo se está volviendo tropical. En sus manos desnudas no llevaba nada, ni una libreta ni un bolígrafo; su rostro de larga carrera de historiador tenía “un aspecto sereno”. No mostró ninguna presuntuosidad, ningún sentido de jerarquía sobre nosotros, los jóvenes. De hecho, como señaló uno de nosotros, “podría ser parte de nuestro grupo de cervezas de después del trabajo”. Cuando se sentó en las sillas de hierro sin pintar, comenzamos a hablar de forma que parecía que estuviéramos continuando una conversación que interrumpimos la semana pasada. Al principio nos olvidamos de traer un elemento muy importante del proceso de la entrevista. Comenzó a hablar e inmediatamente se dio cuenta de que tenía sed. Pidió agua y le llevamos agua del grifo embotellada. Se volvió hacia el grumete y le agradeció “por traerla”. Luego, con su permiso, comenzamos a hablar de todo lo que ha estado investigando a lo largo de su vida y que se puede leer en sus libros, La hidra de la revolución (Crítica, 2005; Traficantes de Sueños, 2022), Barco de esclavos (Capitán Swing, 2023) o Villanos de todas las naciones (Traficantes de Sueños, 2023), por solo mencionar algunos de los más importantes.

 I. ESCLAVITUD, MEMORIA Y REPARACIÓN

 En cuanto al tema de las reparaciones conmemorativas, vemos ahora que la cuestión de la esclavitud está cada vez más en la agenda. Aquí, en Cataluña, hemos tenido una especie de debate debido a la proyección de un documental sobre los “Negrers” en la televisión nacional catalana. Como reacción, tuvimos a los clásicos nacionalistas ofendidos, que pretendían enmascarar la participación de catalanes en el comercio y el enriquecimiento de esclavos; la visión academicista, que infravaloraba el debate público sobre este tema[1]; y los que opinaban que era un debate groseramente exportado desde Estados Unidos. Pero también desencadenó toda una opinión progresista con la que muchas personas empezaron a ser conscientes de todo esto. ¿Qué ejemplos de reparaciones en otros países conoces que podrían guiar futuras medidas conmemorativas?

 Permitidme comenzar diciendo que la negación es fuerte. La gente pasa tiempo en Estados Unidos, y en muchas otras partes del mundo, fingiendo que no tiene la historia que realmente tiene. Superar la negación es algo muy importante y creo que hay un paso antes de las reparaciones que debe darse: debe haber un reconocimiento de esa historia. Es necesario que se reconozca que algunas personas sufrieron los efectos multigeneracionales de la esclavitud en la trata de esclavos y, en mi experiencia, esto es algo muy importante para la comunidad negra: tener el reconocimiento, que la sociedad en general admita que es verdad, que esto pasó. esto ha empeorado mucho hoy en día, porque hay una lucha terrible por la enseñanza de la historia. Las mejores historias de los últimos 30 o 40 años ya no se pueden enseñar en lugares como Texas y Florida, porque eso ofende la sensibilidad de los nacionalistas blancos de derecha. Necesitamos reconocer mientras reparamos.

 La cuestión de las reparaciones ha logrado avances extraordinarios en los últimos años. Creo que hay varias razones para esto. En 2007, cuando publiqué Barco de esclavos, como recordareis, una de las conclusiones que saqué fue la necesidad de realizar reparaciones; que, si no afrontamos esta historia, nuestras perspectivas de una sociedad más justa se verán perjudicadas. El asesinato de George Floyd fue un punto de inflexión, cuando una protesta enorme y furiosa estalló en Estados Unidos y en todo el mundo en lo que probablemente fue el mayor momento de antirracismo en la historia mundial. Estas protestas asustaron a la clase dominante estadounidense. Entonces, ¿qué hicieron? Inmediatamente prometieron donar dinero a causas de justicia racial. Ahora bien, estos actos no fueron, estrictamente hablando, reparaciones, sino que pretendían ser una especie de expiación por siglos de prejuicios y malos tratos. Bueno, ¿qué han hecho realmente las corporaciones? Gastan el dinero en ellos mismos, para diversificar sus consejos de administración. En otras palabras, quieren que sus juntas corporativas estén compuestas por un 12% de negros y un 12% de hispanos, así como un 50% de mujeres. Haces esos cambios y no pasa nada, ¿verdad? El capitalismo no ha cambiado. Estas “reformas” se convierten en una forma de evitar realizar cambios significativos. Muchos están enojados ahora porque esta postura sobre la justicia racial nunca llegó a nada.

 Mientras tanto, la lucha por las reparaciones ha continuado y el debate se ha vuelto cada vez más sofisticado. Sandy Darity, de la Universidad de Duke, ha publicado un libro importante sobre la variedad de programas de reparación. Ahora mismo, en Estados Unidos —no estoy muy familiarizado con lo que está pasando en otros países—, existen dos enfoques principales. Uno es exigir pagos en efectivo a los descendientes directos de los esclavizados. El otro enfoque, que podría resultar más prometedor a largo plazo, es exigir importantes inversiones económicas en las comunidades pobres. Uno de los efectos residuales del racismo fue la denegación de préstamos a los negros que querían comprar sus propias casas. Se tratad del denominado redlining. Se ha dicho que lo que necesitamos para los barrios negros pobres de Estados Unidos es algo parecido al Plan Marshall de finales de la Segunda Guerra Mundial: inversiones masivas, que en realidad mejorarían la calidad de vida de toda la sociedad. La ciudad de Evanston, Illinois, se convirtió en el primer municipio en promulgar un programa de reparaciones. Y lo que han hecho es reservar 25 millones de dólares destinados a personas que han vivido en Evanston durante 20 años o más para superar una discriminación de vivienda de larga duración. El estado de California ha creado ahora una comisión de reparaciones para estudiar el asunto. También necesitamos un comité nacional o federal para estudiar el asunto, pero la derecha está aterrorizada por las conclusiones que se puedan sacar, por eso rechazan continuamente la idea en el Congreso.

 Las reparaciones se están produciendo, poco a poco. El movimiento realmente despegará solo cuando la cuestión pase a formar parte de varios movimientos desde abajo, organizados por los descendientes de las personas que más sufrieron. Esa es la mejor manera de presionar a las autoridades municipales, estatales y federales. Esta agitación podría alcanzar el nivel nacional. No lo podemos prever en este momento, pero nadie pudo prever tampoco las protestas después del asesinato de George Floyd. Esta es una de las cosas de la historia desde abajo. Te sorprende. Nunca se sabe cuándo va a explotar. De todos modos, es un tema esperanzador. Podría añadir que algunos intelectuales negros se oponen a las reparaciones. Algunos dicen que crea divisiones innecesarias y que hay mejores maneras de crear igualdad social. Adolph Reed es una persona que asume esta posición. En cualquier caso, me alienta que el tema parece haber cobrado fuerza.

 Otro debate que ha suscitado toda esta cuestión es el que trata de examinar la importancia de la esclavitud en los orígenes del capitalismo y el desarrollo europeo. Tú has dicho que “el barco negrero fue para las primeras etapas del capitalismo lo que sería la máquina de vapor en fases más avanzadas del mismo”. ¿Cuál es la relevancia exacta de la esclavitud —a veces jurídica, otras fáctica— para el capitalismo, la industrialización y el desarrollo europeo?

 Permitidme comenzar con una anécdota personal. He hablado de este libro, Barco de esclavos, más de cien veces. Y en muchas de estas presentaciones, durante el turno de preguntas y respuestas, alguien siempre levanta la mano y dice: “mi familia llegó a los Estados Unidos en 1900 desde Irlanda o Europa del Este o dondequiera que sea. No tuvimos nada que ver con eso”. Esta es una forma que adopta la negación. Suelo respodner haciendo preguntas: “¿por qué su familia emigró a los Estados Unidos? ¿Fue para encontrar mejores trabajos?” Bueno, sí, casi todas las migraciones son migraciones laborales, ¿no? “¿Por qué crees que eligieron Estados Unidos? ¿Fue porque era un país rico?” Bueno, sí. “¿De dónde crees que vino toda esa riqueza?” Gran parte provino de la esclavitud. Incluso si tu familia vino más tarde y no estuviste directamente implicado en el período de esclavitud real, tú también estás implicado en todo esto. He oído a académicos en Gran Bretaña decir que, a largo plazo, la esclavitud representa aproximadamente el 10% de la riqueza nacional. La esclavitud fue un factor dinámico de crecimiento. Ese 10% se ramifica en muchas direcciones diferentes.

 Las ganancias de la esclavitud y la trata de esclavos se trasladan de manera oculta a muchas otras empresas económicas. Catherine Hall y sus colegas del University College de Londres han creado el proyecto Legacies of British Slavery, en el que estudian el dinero que pagó el gobierno británico a las personas que perdieron esclavos y capital cuando tuvo lugar la abolición. Luego han seguido el rastro del dinero para ver adónde fue. Fue a todas partes. El trabajo de Catherine está demostrando que Eric Williams tenía razón en ese famoso libro llamado Capitalismo y esclavitud, publicado en 1944. Se equivocó en algunas cosas, pero acertó en gran parte de la historia.

 Ahora, en Estados Unidos, el porcentaje sería mucho mayor que el 10% porque la esclavitud era una institución doméstica. En Gran Bretaña era una institución imperial. Entonces el número sería muchísimo mayor. No sé cuál es la cifra actual, pero puedo decir esto: durante muchos años, los historiadores económicos negaron que la esclavitud tuviera algo que ver con el surgimiento del capitalismo. Estaban siguiendo a Adam Smith, quien dijo que el trabajo asalariado es superior al trabajo esclavo. La esclavitud era considerada una fuerza regresiva que frenaba al capitalismo. Ya no se puede decir eso. Esa idea ha sido refutada. Edward Baptist y Sven Beckert han dejado claro que la esclavitud fue fundamental para el surgimiento del capitalismo estadounidense. Ya no se puede negar eso. Esto crea un nuevo consenso y base para la discusión en el futuro. Si hay algo en lo que los estudiosos de la esclavitud estadounidense han coincidido en los últimos 50 años es en que la esclavitud es fundamental para la historia estadounidense. Simplemente no puedes pretender lo contrario ahora.

 En tu libro, Barco de esclavos, mencionas la participación de la corona real británica a través de la Royal African Company. Marx escribió sobre la participación de los Borbones en la trata de esclavos hasta el punto de afirmar que, hacia 1850, España era “el principal sostén de ese nefasto tráfico” (Karl Marx, “El gobierno británico y la trata de esclavos”, The New York Daily Tribune, 18 de junio de 1858). ¿En qué medida fueron las monarquías europeas beneficiarias de la trata de esclavos?

 Estuvieron profundamente involucradas y se beneficiaron enormemente. No hay otra manera de decirlo. El caso que mejor conozco es el de Inglaterra. El hermano del rey, James, duque de York, presidía la Royal African Company. La familia real estaba involucrada al más alto nivel. De hecho, el duque de York esclavizó a personas marcándolas a fuego con sus iniciales, DY. ¡La prueba de la participación real está en los cuerpos de los mismos esclavos! Permitidme mencionar también que Brooke Newman, una muy buena académica, está estudiando ahora la participación de la familia real británica en la esclavitud y el comercio de esclavos. Y ya ha recibido muchas críticas por este trabajo. Mucha gente está furiosa. La negación es dura, pero creedme, las familias reales estaban metida hasta el cuello en ello.

 ¿Tiene esto algo que ver con que estés en contra del “terracentrismo”? ¿Qué quieres decir con ello? ¿Qué alcance tiene y qué beneficios puede ofrecer para la investigación y la acción política?

 Durante muchos años estudié a los trabajadores del mar. Seguí tratando de descubrir por qué tanto los académicos como el público en general no podían verlos, como si de alguna manera no fueran parte de la historia. No eran parte de las narrativas nacionales. Cuando comencé mi investigación sobre marineros, le contaba a la gente en qué estaba trabajando. Decían: “ay, esa gente marginal”. Y yo diría: “¿marginal a qué? No son marginales en la construcción del capitalismo global. Son absolutamente fundamentales”. Mientras seguía tratando de entender esta invisibilidad, de repente me di cuenta de que había una especie de ceguera en funcionamiento aquí, un sesgo cultural: la gente literalmente no podía ver que la historia sucedió en los océanos del mundo. Cuanto más pensaba en ello, más me daba cuenta de que en realidad se trataba de un aspecto de la historia nacionalista.

 La historia nacionalista dominó la escritura de la historia durante los últimos 300 años. Su premisa ha sido que la historia ocurre en la tierra, en el Estado-nación, que es la forma natural de la historia. Y, por tanto, implícitamente, los mares son vacíos históricos. La historia no sucede allí. Ahora bien, ello es cierto para todos los tipos de historia, como la historia naval, obviamente, y la historia de la exploración, un tema muy importante para España. Ambas saben que la historia ocurre en el mar. Pero lo que quiero decir es que este sesgo terracéntrico impide que la gente vea que procesos históricos muy importantes ocurrieron en el mar. Permitidme dar tres ejemplos: (1) Formación de clases: los marineros eran una vanguardia de la clase trabajadora en los siglos XVII y XVIII. (2) Formación racial: las identidades raciales se imponen en el mar en los barcos de esclavos. (3) Formación cultural: en las cubiertas inferiores de los barcos de esclavos, los africanos multiétnicos aprendieron a cooperar entre sí y a construir un nuevo sistema cultural. Si miras este proceso de formación cultural desde el lado africano, es un sistema panafricano. Si lo miras desde el lado del Atlántico occidental, son los orígenes de Afro-américa. Y me refiero a Estados Unidos en un sentido hemisférico, no nacional. Afrobrasileño, afrocaribeño, afroamericano. Estas son algunas de las cuestiones olvidadas por la historia terracéntrica. Pero sí creo que la historia del Atlántico, la historia del Océano Índico y la historia mundial han logrado grandes avances contra el terracentrismo en los últimos años.

 En La hidra de la revolución, explicas los vínculos entre las luchas por la liberación de las mujeres o los esclavos y los ideales de emancipación, como hicieron Mary Wollstonecraft o Thomas Spence, dos autores que eran partidarios de instaurar la República en Gran Bretaña y en el mundo. ¿Qué papel crees que jugaron las ideas republicanas en esta intersección de pensadores feministas, abolicionistas y anticapitalistas?

 Definitivamente. Creo que jugaron un papel importante. Peter Linebaugh y yo habíamos planeado originalmente al escribir La hidra de la revolución llegar a la política republicana de principios del siglo XIX para mostrar cómo la visión internacional fue suprimida en favor de un republicanismo nacionalista. Una de las ideas del republicanismo —el concepto de “terrateniente”— es que el pueblo tiene una herencia del suelo nacional. Peter y yo no pudimos terminar esa parte del libro. Pero os recomiendo encarecidamente un trabajo de un antiguo estudiante de doctorado mío, ahora colega, llamado Nicholas Frykman, que escribió un libro titulado The Bloody Flag, sobre los motines que estallaron en las armadas británica, francesa y holandesa en la década de 1790. El poder combinado de estos motines rivalizó con el de la Revolución francesa. Cientos de miles de marineros se levantaron.

 Pero ese momento radical se dividió de modo que los historiadores británicos solo conocieron la parte británica de la historia; los historiadores franceses solo conocían la parte francesa; y los historiadores holandeses solo conocían la parte holandesa. Frykman muestra un republicanismo específicamente marítimo que se conformó a bordo de estos barcos, una mezcla de las ideas republicanas de la época, principalmente de la Revolución francesa, combinadas con las tradiciones marítimas democráticas e igualitarias, que se ven en Villanos de todas las naciones y La hidra de la revolución. El republicanismo fue crucial para la era de la revolución y la variante particular del mismo entre los marineros fue realmente importante.

 ¿Qué es lo que hace que los piratas sean tan atractivos y magnéticos? Hasta el punto de que, para ponerte un ejemplo de la historia española y catalana, en 1836 nos encontramos que uno de nuestros revolucionarios del siglo XIX, Ramón Xaudaró (el “Marat de Barcelona”, como se le conocía entonces), colaboró en un periódico republicano llamado El Corsario cuyo subtítulo decía “dedicado especialmente a defender los derechos e intereses del pueblo” ¿Cuáles son los intereses principales que has tenido al abordar el tema de la piratería en tus obras, como Entre el deber y el motín (Levanta Fuego, 2019) y Villanos de todas las naciones?

 Permitidme comenzar diciendo que los piratas siempre han sido extremadamente populares, lo que inmediatamente encendió la imaginación popular. En otras palabras, se escribían libros populares sobre piratas mientras todavía estaban en alta mar capturando barcos. Para ilustrar este punto: un grupo de piratas fue capturado y llevado a Boston, Massachusetts, para ser juzgado en 1717. El famoso ministro puritano Cotton Mather predicó en la horca ante una multitud de miles de personas. Más tarde escribió en su diario: “¿por qué toda esa gente considera héroes a los piratas?” Los piratas eran héroes de la clase trabajadora de su época. Esta fascinación ya existía en aquel entonces. Pero, además, sucedió algo realmente importante cuando Robert Louis Stevenson escribió La isla del tesoro. En ese momento, la piratería entró en la literatura infantil. Y entonces lo que ocurre es que debido a, por ejemplo, este poema que mencionaste [se refiere a “La canción del pirata”, de José de Espronceda], Stevenson y otros cuentos, como Peter Pan, los niños crecen con los piratas como parte de su imaginario. Y los aman. ¿Celebráis Halloween en España?

 Más o menos. Cada vez es más común.

 Bueno, en Estados Unidos muchos niños se disfrazan de piratas. Los piratas se convierten en parte de su vida de fantasía. Luego la industria cultural toma el relevo y produce libros, películas y juguetes de todo tipo. Esta es una de las principales razones por las que tantas personas en todo el mundo están obsesionadas con los piratas. La otra cosa fundamental es que no importa cuánta historia real conozca la gente, todavía puede ver que los piratas se enfrentaron a las personas más poderosas de su época. Hay una especie de respeto que surge de eso. Y creo que eso es parte de lo que hace que los piratas sean una figura romántica. Los piratas se enfrentaron a las personas más poderosas de la época y lo pagaron con sus vidas.

 Los piratas de los siglos XVII y XVIII perdieron la batalla. Fueron ahorcados por centenares. Y cuando los ahorcaban, sus cuerpos solían dejarse colgando a la entrada del puerto para que los marineros recibieran el mensaje de las autoridades: “si os atrevéis a oponeros a nosotros, esto es lo que os haremos”. Esta es una suerte de disciplina de clase. Pero... aunque los piratas perdieron la batalla, ganaron la guerra en el sentido de que la gente todavía está muy interesada en ellos. Todavía estamos hablando de ellos. Eso no es cierto para las personas que los ahorcaron. No estamos hablando de ellos, aunque sí de su uso del poder.

 Cuando publiqué por primera vez un artículo sobre piratas en 1981, probablemente antes de que ninguno de vosotros naciera, el teléfono no dejaba de sonar: recibí llamadas de novelistas, dramaturgos, artistas y cazadores de tesoros. Siempre me divertí con los cazadores de tesoros. Sabía que, si pensaban que los piratas enterraban tesoros, no habían leído mi trabajo porque los piratas no enterraban tesoros. Ese es un mito del siglo XIX. Entonces fingía que tenía mapas secretos. Con el tiempo me cansé de estas interminables llamadas telefónicas. Entonces decidí escribir Villanos de todas las naciones. Puse todo lo que sabía en ese libro y, en un principio, iba a dejar aparcada la cuestión. Me despediría de los piratas, dije. Pero luego descubrí que no se puede hacer eso. Una vez que los piratas te atrapan, te quedas atrapado con ellos para siempre. Aquí estamos, 42 años después de que escribiese ese artículo, todavía hablando de piratas.

 II. HISTORIOGRAFÍA E HISTORIA DESDE ABAJO

 Algunos críticos han dicho que la historia desde abajo puede dar una imagen idealizada de las masas populares, las cuales poseerían ideas políticas progresistas innatas. ¿Dirías que estos críticos pueden tener parte de verdad?

 No tienen parte de verdad. No tienen nada de verdad. Y he aquí por qué lo creo. Algunos han dicho que La hidra de la revolución es una presentación romántica de la clase trabajadora. No le tengo miedo a la palabra “romántico”. Entonces mi pregunta siempre es: ¿qué quieres decir con romántico? ¿Quieres decir falso? Si quieres decir falso, muéstranos en qué es falso. Nadie ha podido hacer eso.

 Si te refieres a una definición diferente de “romántico”, esto es, como el descubrimiento de ideales altos en lugares bajos, entonces sí, los piratas tenían ideales altos. Realizaron un extraordinario experimento social a bordo de sus barcos. Más democrático e igualitario que el que puedas encontrar en cualquier otro lugar. Votaron para elegir a sus capitanes en una época en la que los pobres no tenían derecho a votar en ningún lugar del mundo. Puedes llamar a este retrato “romántico” si quieres, pero tengo los documentos que lo demuestran. O como dicen en la jerga [slang] en Nueva York, “yo tengo los recibos, cariño” [risas] —esto es de mi hija, que es profesora de secundaria en Nueva York; ella me mantiene al tanto de la jerga más reciente—. Tengo los recibos. Esto es lo que hicieron. Puede que no te guste, pero es lo que hicieron. ¿De acuerdo? Entonces, en mi opinión, la última parte de vuestra pregunta implicaba que había algo innato en los ideales progresistas entre la clase trabajadora. Nada podría estar más lejos de mi enfoque. Estudio la historia de estos trabajadores. Demuestro que estos ideales democráticos e igualitarios surgieron de la experiencia laboral de los marineros. No eran innatos a nadie, en ningún lugar. Fueron aprendidos. Eran herramientas de supervivencia. Eran cosas que la gente hacía para intentar vivir. El famoso historiador E. H. Carr dijo una vez: cuando alguien empieza a hablar de la naturaleza humana, inmediatamente sospecho de una baja vitalidad intelectual. Las personas son malas por naturaleza y así es la naturaleza humana, dicen muchos. Lo siento, eso simplemente no es cierto.

 Otra crítica que se ha hecho a esta perspectiva histórica es la que dice que la historia desde abajo tiene que tener cuidado de no convertirse en una “historia de los de abajo”, es decir, que en algunos puntos se puede perder la perspectiva del cuadro completo de una época que se está estudiando y no se logra ver cuándo los de abajo van más allá del resistencialismo y llegan a estar “arriba” por algún tiempo o ser parte determinante del tronco central de la historia. ¿Qué piensas sobre esto?

 Yo respondería que algunos practicantes de la “historia desde abajo” hacen lo que vosotros habéis descrito: se concentran tanto en un retrato de cualquier grupo que estén estudiando que dejan de lado todo el contexto circundante. Ese no es mi enfoque. La “historia desde abajo”, desde mi perspectiva, siempre tiene que ver con el poder. ¿Quién tiene poder? ¿Cómo se despliega el poder? ¿Cuáles son las múltiples formas de poder? En esa medida, la historia desde abajo siempre está ligada a la historia desde arriba. Los ricos organizaron los barcos de la Royal Navy y la industria del transporte marítimo mercante y dotaron a los capitanes de barcos de un poder extremo para poder mover las mercancías del mundo. Esto es fundamental para el surgimiento del capitalismo. Esas personas tomaron decisiones basadas en sus intereses económicos. Edward Thompson solía decir: “¿quién le hace qué a quién? ¿Qué-quién?". Peter Linebaugh y yo siempre humanizamos las acciones y mostramos la dinámica del poder desde arriba y desde abajo. Esto se puede ver claramente en los barcos negreros, que están diseñados para evitar resistencia de cualquier tipo, desde las cadenas hasta las redes alrededor de las bordas del barco, pasando por las barricadas [barricado] con los cañones montados en la parte superior. Pero aun así los esclavizados resistieron. Las huelgas de hambre eran comunes. De hecho, la trata de esclavos fue en cierto modo una huelga de hambre de 400 años. Las insurrecciones, los levantamientos eran crónicos. Se ve una dialéctica de poder desde arriba y desde abajo. Permitidme agregar: el antropólogo Eric Wolf dijo una vez que, si abstraes una parte de la experiencia humana de la totalidad para investigarla y no la devuelves a esa totalidad, has falsificado lo que estudiaste. Tienes que entender el todo si quieres entender la causalidad, por qué la historia sucede como sucede.

 III. RUEDA DE RECONOCIMIENTO

 a. E. P. Thompson

 Thompson fue probablemente el historiador más creativo del siglo XX. A cada tema que tocaba aportaba algo fundamentalmente nuevo. Poseía unas cualidades mentales extraordinarias.

 b. Peter Linebaugh

 Mi querido amigo y camarada desde hace casi 50 años. Peter tiene una inteligencia histórica inusual y ciertamente es un discípulo de E. P. Thompson en el mejor sentido. Una sensibilidad poética, una capacidad de idear cosas que son completamente nuevas y que nadie más descubrió. Robin D. G. Kelly, otro historiador muy conocido, dice con frecuencia que Peter es el mejor historiador que ejerce en cualquier parte del mundo en este momento.

 c. Christopher Hill

 Se trata de la persona más importante para mí; probablemente el historiador con más conocimientos que he conocido. Había leído todo sobre la Inglaterra del siglo XVII y fue muy modesto en la presentación de ese saber. De hecho, corría el rumor de que había leído todas las fuentes publicadas, pero sé que no es cierto porque leí una que él no había leído. Solía burlarme de él por eso [risas].

 d. Howard Zinn

 Es, en muchos sentidos, el historiador desde abajo de mayor éxito al escribir La otra historia de los Estados Unidos. Fue un modelo de activista académico y llegó a millones de personas con este tipo de historia tan diferente.

 e. C. L. R. James

 Es alguien de quien aprendí mucho. En mi charla en l’Escola d’Estiu de la CUP me oiréis hablar de Thompson, Hill, James y W. E. B. Du Bois. Creo que James era un pensador extremadamente talentoso y alguien que, aunque se ha vuelto mucho más famoso en los últimos 35 o 40 años, todavía no recibe el reconocimiento suficiente por sus ideas teóricas. James es una persona muy importante.

 f. Josep Fontana

 He oído que podría ser el historiador catalán más grande de todos los tiempos.

 El catalán más grande, diríamos [risas].

 Nunca lo llegué a conocer, lamento decirlo. Pero en mi charla voy a mencionar el hecho de que, cuando La hidra de la revolución salió a la luz y fue objeto de una crítica asesina por parte de un historiador muy famoso, Josep Fontana acudió en nuestra ayuda como buen camarada. Me emocioné mucho y desde entonces lo tengo en la más alta estima.

 [1] “Entre 1525 y 1867 llegaron a los dominios españoles en América un total de 2 072 300 cautivos africanos. Eso coloca a España como el segundo actor más importante en la trata atlántica, solo superado por Brasil (a donde llegaron 4 703 000 africanos), aunque algo por encima del Caribe británico (2 051 000) y bastante por encima del Caribe francés (1 101 200), de los Estados Unidos (388 700), del Caribe holandés (328 800) y de las islas danesas en el Caribe (61 200). Además, que 1 026 100 de aquellos cautivos africanos fueron embarcados en pabellón español” (Martín Rodrigo y Alharilla, Del olvido a la memoria. La esclavitud en la España contemporánea, Barcelona, Icària, 2022, p. 8).

 Marcus Rediker  profesor del Departamento de Historia de la Universidad de Pittsburgh y especialista en historia marítima social, de la piratería y de la esclavitud, es autor, junto a Peter Linebaugh de “La hidra de la revolución. Marineros, esclavos y comuneros en la historia oculta del Atlántico” (Traficantes de sueños, Madrid, 2022). En castellano se han publicado también “Entre el deber y el motín” (Antipersona, 2019), “El barco de esclavos. La trata a través del Atlántico” (Capitán Swing, Madrid, 2021) y en Traficantes de Sueños “Villanos de todas las naciones” (2023).

https://www.sinpermiso.info/textos/marcus-rediker-todas-las-monarquias-estuvieron-profundamente-involucradas-en-la-trata-de-esclavos-y.


 Y ver  ... https://www.elsaltodiario.com/historia/entrevista-marcus-rediker-barco-esclavos-piratas

domingo, 15 de octubre de 2023

Milonga Del Moro Judío .


                                                                       


 

Milonga Del Moro Judío ..

Jorge Drexler

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Por cada muro un lamento

En Jerusalén la dorada

Y mil vidas malgastadas

Por cada mandamiento.

Yo soy polvo de tu viento

Y aunque sangro de tu herida,

Y cada piedra querida

Guarda mi amor más profundo,

No hay una piedra en el mundo

Que valga lo que una vida.


Yo soy un moro judío

Que vive con los cristianos,

No sé que dios es el mío

Ni cuales son mis hermanos.


No hay muerto que no me duela,

No hay un bando ganador,

No hay nada más que dolor

Y otra vida que se vuela.

La guerra es muy mala escuela

No importa el disfraz que viste,

Perdonen que no me aliste

Bajo ninguna bandera,

Vale más cualquier quimera

Que un trozo de tela triste.


Y a nadie le dí permiso

Para matar en mi nombre,

Un hombre no es más que un hombre

Y si hay dios, así lo quiso.

El mismo suelo que piso

Seguirá, yo me habré ido;

Rumbo también del olvido

No hay doctrina que no vaya,

Y no hay pueblo que no se haya

Creído el pueblo elegido.