viernes, 20 de octubre de 2023

El belicismo de los medios .

 

Los medios occidentales actúan como promotores de la guerra.

   Por Jonathan Cook 




Es sencillamente asombroso el modo en que muchos periodistas occidentales, incluidos los reporteros de la BBC, por lo general prudentes, están adulando con descaro a las jóvenes que preparan cócteles molotov en las calles de ciudades ucranianas como Kiev.

De pronto, fabricar explosivos improvisados resulta sexy, al menos si los medios de comunicación te consideran blanco, europeo y “civilizado”. 

Esto podría sorprender a otros movimientos de resistencia más establecidos, especialmente en Oriente Medio. Siempre han sido tachados de terroristas por hacer lo mismo.

La dificultad de contención de los periodistas occidentales a la hora de identificarse con la “resistencia” civil ucraniana y apoyarla debe exasperar a los palestinos de la pequeña Gaza, por ejemplo, que llevan décadas encerrados en una jaula de metal a causa de un invasor militar israelí. Los palestinos de Gaza fabrican sus propios cócteles molotov. Pero como no pueden acercarse al ejército israelí, tienen que empaquetarlos en globos que sobrevuelan la barrera de acero que rodea Gaza para adentrarse en Israel, a veces incendiando campos.

Nadie de la BBC ha celebrado estos “globos incendiarios” como un pequeño acto de resistencia. Instintivamente, se culpa al grupo gobernante de Gaza, Hamás, cuya rama política recientemente ha sido declarada organización terrorista por parte del gobierno británico.

Doble rasero

Durante los últimos quince años, los palestinos de Gaza también han sufrido por parte de Israel un bloqueo comercial expresamente diseñado para hacerles pasar hambre. Los manifestantes, entre los que se encuentran mujeres, niños y personas en silla de ruedas, han acudido regularmente a lanzar una piedra en dirección a los lejanos francotiradores israelíes, ocultos tras las fortificaciones, como forma simbólica de exigir su libertad. Con frecuencia, estos manifestantes han recibido como respuesta los disparos del ejército israelí. 

Los medios de comunicación occidentales a menudo se angustian por las vidas perdidas o las piernas amputadas de los que han sido blanco de los francotiradores. Pero ninguno de ellos vitorea esa “resistencia” palestina como lo hace con la ucraniana. De hecho, los manifestantes son tratados como incautos o provocadores de Hamás. 

A diferencia de Ucrania, Gaza no tiene ejército, y sus combatientes, también a diferencia de los de Ucrania, no reciben armamento de Occidente.

El periódico The Guardian llegó a censurar a su viñetista Steve Bell cuando quiso representar a una de las víctimas de los francotiradores israelíes, Razan al-Najjar, una enfermera, que había intentado ayudar a los heridos. El periódico insinuó que la caricatura –de la entonces primera ministra británica, Theresa May, recibiendo en Londres a su homólogo israelí, Benjamin Netanyahu, con al-Najjar como víctima del sacrificio en la chimenea que aparece detrás de ellos– era antisemita.

Dando por sentado que en el pasado los medios de comunicación han sido reacios a animar a la gente corriente a enfrentarse a soldados bien armados –para evitar víctimas civiles–, ¿por qué de repente se ha abandonado esa política en Ucrania?

El doble rasero es evidente y está en todas partes. No es posible afirmar que los periodistas que hacen esto ignoran las convenciones periodísticas en otros lugares, pues en su mayoría son veteranos de las zonas de guerra de Oriente Medio, bien acostumbrados a cubrir Gaza, Bagdad, Nablus, Alepo y Trípoli. 

Alimentar el fuego

Gran Bretaña y otros Estados europeos han optado por alimentar el fuego de la resistencia en Ucrania, enviándole armas que sólo pueden provocar una mayor pérdida de vidas, especialmente de civiles atrapados en el fuego cruzado. Se podría esperar que los medios de comunicación británicos examinaran las implicaciones éticas de dicha política, y la hipocresía. Pero no está sucediendo.

De hecho, gran parte de los medios de comunicación, no solo han actuado como grupos de presión para que se envíen más armas al ejército ucraniano, sino que han alentado el apoyo para que los civiles en el Reino Unido se involucren más en la lucha.

Este ha sido el caso incluso después de que el Nº 10 de Downing Street se distanciara de los comentarios de Liz Truss, la ministra de Asuntos Exteriores, de que se debería animar a los británicos a presentarse como voluntarios para las llamadas “brigadas internacionales” de Ucrania, supuestamente para defender a Europa.

Su postura entraba en conflicto con la práctica habitual del gobierno, que ha tratado a los que se dirigen a luchar a zonas de guerra en Oriente Medio como terroristas. A Shamima Begum, que fue a Siria con 15 años, le retiraron su ciudadanía británica y le negaron el derecho a regresar por hacer lo que Truss ha propuesto en Ucrania.

No obstante, eso no disuadió a la BBC de viajar a Essex para conocer a “Wozza”, un proveedor de excedentes de equipamiento del ejército británico que ha estado vendiendo a bajo precio a los ucranianos en Gran Bretaña para que puedan dirigirse al frente de batalla. Wozza apareció arrancando las insignias de la Union Jack de los uniformes para que los milicianos ucranianos pudieran utilizarlas.

Compárese esto con el trato que recibe una forma de resistencia totalmente pacífica por parte de occidentales en solidaridad con los palestinos, el movimiento internacional Boicot, Desinversiones y Sanciones (BDS). No se les ha tratado mejor que a los terroristas, con prohibiciones de apoyo al BDS en toda Europa y Estados Unidos. 

Una “imparcialidad” comprometida

Es difícil recordar, con todo el alboroto mediático generado alrededor de Ucrania, que esta cobertura favorecedora va en contra de sus convenciones periodísticas. Es inconcebible, por supuesto, que Gran Bretaña envíe armas para ayudar, por ejemplo, a la liberación de Gaza.

Por esa razón, los medios de comunicación nunca tendrán la oportunidad de ejercitar sus cuerdas vocales para indignarse ante tal acontecimiento. 

De hecho, los medios de comunicación occidentales suelen hacerse eco de la oposición de los gobiernos occidentales a cualquier tipo de ayuda a Gaza, incluso del simple envío de materiales de construcción como cemento para reconstruir el enclave tras alguna de las intermitentes oleadas de destrucción por parte de Israel. Esto se debe a que los reporteros tratan acríticamente las afirmaciones israelíes de que la ayuda humanitaria será reutilizada por Hamás y reforzará el “terrorismo”. 

En 2010, por ejemplo, un programa de Panorama de la BBC no mencionó que un ataque naval israelí contra un convoy de ayuda humanitaria que se dirigía a la asediada Gaza se llevó a cabo ilegalmente en aguas internacionales. Nueve activistas que trataban de entregar a Gaza artículos de primera necesidad, como medicinas, a bordo del barco Mavi Marmara fueron asesinados por comandos israelíes, pero las entrevistas con estos hombres enmascarados carecían, en gran medida, de sentido crítico. La BBC mostró muy poca simpatía hacia ese acto de resistencia contra un cruel ocupante.

Un año antes la BBC rompió con la tradición y se negó a retransmitir un llamamiento de ayuda porque, en esta ocasión, se trataba de proporcionar alimentos y refugio a Gaza tras un ataque israelí que había destruido franjas del enclave. La BBC justificó la decisión alegando que comprometería su “imparcialidad”, algo que parece no importarle en absoluto en Ucrania. 

En el momento de la publicación de este artículo, la BBC no había respondido a las preguntas sobre estas incoherencias.

La niebla de la guerra

El campo de batalla es bien conocido por quedar rápidamente envuelto en la niebla de la guerra. Esa es una de las razones por las que los editores advierten a los periodistas inexpertos para que esperen las pruebas y estén atentos a la propaganda. En la práctica, sin embargo, se puede apreciar dónde están las simpatías de los medios de comunicación –ocultas tras endebles afirmaciones de objetividad– observando cuándo y en beneficio de quién se abandonan estas normas de precaución, y qué narrativas del bando se aceptan rápida y acríticamente.

Está claro que las afirmaciones de Estados Unidos, Europa e Israel en Oriente Medio se amplifican con demasiada facilidad, incluso cuando su veracidad está puesta en duda. 

Estas mentiras alimentadas por los medios de comunicación han sido múltiples. Que Israel instó a los palestinos que expulsó en 1948 a volver a casa. Que las tropas de Saddam Hussein arrebataron bebés de las incubadoras en Kuwait y que el líder iraquí colaboró con su archienemigo, Al Qaeda, en los atentados del 11-S. Que los soldados de Muammar Gadaffi en Libia tomaron Viagra para violar a civiles en Bengasi. Que Rusia pagó recompensas a los talibanes para que mataran a soldados estadounidenses en Afganistán. 

Estos engaños e invenciones acapararon los titulares cuando fueron útiles como propaganda y sólo se retiraron discretamente mucho después. 

En el caso de Ucrania parece estar surgiendo un patrón similar. Los medios de comunicación occidentales informaron de forma generalizada, incitante y totalmente ficticia, de que las tropas rusas habían masacrado a un contingente de trece soldados ucranianos en la isla de la Serpiente, en el Mar Negro. Se difundió una cinta de audio falsa en la que, supuestamente, los ucranianos maldecían a los invasores rusos. El gobierno ucraniano prometió a cada uno de ellos el título de Héroe de Ucrania. 

Sin embargo, en esta ocasión eran ciertas las informaciones de los medios de comunicación rusos. Había ochenta y dos soldados ucranianos y se habían rendido. Todos estaban sanos y salvos. En otro ejemplo, se divulgó ampliamente un clip de un videojuego en el que aparecía un heroico y solitario piloto de combate ucraniano, apodado el Fantasma de Kiev, derribando aviones y helicópteros rusos. 

La desinformación se ha compartido de forma aún más agresiva en las cuentas de las redes sociales occidentales, y la mayor parte de ella está diseñada para provocar la simpatía por Ucrania y la hostilidad hacia Rusia.

Operación de blanqueamiento ideológico

Pero lo que estamos viendo es algo más que el apetito de los medios de comunicación por las historias sin pruebas y las falsedades siempre y cuando estén dirigidas contra Rusia. Y se trata de algo más que la simpatía de los medios de comunicación por la “resistencia” ucraniana, negada a otros grupos que luchan contra sus opresores cuando esos opresores son Occidente y sus aliados.

Los medios de comunicación están repletos de comentaristas aún más tribales que los gobiernos occidentales y los generales militares. El coro de los medios de comunicación a favor de “más guerra” parece estar sirviendo a una operación de blanqueamiento ideológico que despeja el camino a los gobiernos mientras se preparan para una propaganda más extrema y medidas antidemocráticas.

Junto con muchos otros, Dan Hodges, comentarista del Mail on Sunday, ha estado pidiendo una zona de exclusión aérea sobre Ucrania que incluso Boris Johnson ha rechazado por razones muy obvias. Llevaría a Europa a una confrontación directa con las fuerzas aéreas rusas y supondría un riesgo de enfrentamiento con una potencia nuclear.  

Sin embargo, Hodges ha calificado cualquier rechazo a esta idea como “un acto de apaciguamiento no diferente a nuestro apaciguamiento de Hitler en 1938”. La invasión rusa ha tenido lugar tras casi una década de instigación por parte de Estados Unidos, que ha utilizado a la OTAN como tapadera para forjar unas relaciones militares cada vez más estrechas con su vecino.

Con razón o sin ella, Moscú interpretó el comportamiento de la OTAN como una maniobra agresiva de Estados Unidos y sus aliados en su “esfera de influencia”. La idea de que no se podía, ni se puede, hacer ninguna concesión a Rusia –que la única “opción moral”, como la llama Hodges, es arriesgarse a una posible guerra nuclear– debe entenderse como la provocación beligerante que claramente es.

El principal corresponsal de NBC News, Richard Engel, tuiteó lo que consideraba un “cálculo de riesgos” y un “dilema moral”: ¿debería Occidente bombardear un convoy de tanques rusos en su camino hacia Kiev? Aparentemente preocupado por la inacción actual, preguntó: “¿Occidente observa en silencio mientras pasa?”.

Hipocresía absoluta

Condeleeza Rice, artífice de la criminal invasión de Irak, no ha sido cuestionada por los medios de comunicación por su absoluta hipocresía al defender que “invadir una nación soberana es un crimen de guerra”. Si ese es el caso –y el derecho internacional dice que lo es– entonces la propia Rice debería ser juzgada en La Haya.

O, ¿qué decir del horror de los medios de comunicación esta semana ante el bombardeo de Járkov​​, la segunda ciudad de Ucrania, donde se informó de que habían muerto “docenas” de personas? Compárese con el sensacional entusiasmo de los medios de comunicación por la campaña de bombardeo “Shock and Awe” que probablemente mató a miles de personas en las primeras horas de la invasión estadounidense de Irak en 2003.  

¿Y qué hay del silencio cómplice de los medios de comunicación durante muchos años de bombardeos saudíes –con aviones y bombas británicos– contra civiles en Yemen, que han provocado una catástrofe humanitaria apenas imaginable? Los que resisten en Yemen al espectáculo de horror saudí no son héroes para nuestros medios de comunicación, sino que simplemente se les tacha de marionetas de Irán.

El veterano periodista de la BBC Jeremy Vine, por su parte, expresó la opinión de que los soldados rusos reclutados “merecen morir” cuando se ponen el uniforme del ejército ruso. “Así es la vida”, dijo a una persona sorprendida que llamó a su programa.

¿Cree Vine que las tropas británicas y estadounidenses –soldados profesionales, a diferencia de los reclutas rusos– también merecían morir cuando sus ejércitos invadieron ilegalmente Irak? Y si no, ¿por qué no?

El trasfondo racista de gran parte de la cobertura occidental –con comentaristas y entrevistados que insisten regularmente en que los refugiados ucranianos son “europeos”, “civilizados”, “de pelo rubio y ojos azules”– es difícil de pasar por alto. 

Propaganda estatal

Y en medio de esta desenfrenada, y a menudo desquiciada propaganda bélica occidental, gran parte de ella procedente de la cadena estatal británica, Europa ha prohibido la emisión de la cadena estatal rusa RT, al tiempo que Silicon Valley elimina su presencia de Internet. 

No hay duda de que RT generalmente promueve una línea editorial que simpatiza en gran medida con los objetivos de la política exterior de Moscú, de la misma manera que la BBC, invariablemente, promueve una línea editorial que simpatiza en gran medida con los objetivos de la política exterior británica. 

El problema para el público occidental no es su exposición a la propaganda estatal rusa. Es su constante exposición a la implacable propaganda estatal occidental. 

Si buscamos la paz –y de momento hay pocos indicios de ella–, necesitamos que los medios de comunicación occidentales rindan cuentas por su patrioterismo sin sentido, sus exageraciones, su credulidad, su doble moral y sus engaños. Pero ¿quién va a actuar como vigilante del supuesto vigilante del Cuarto Poder?

En estos momentos necesitamos voces de Rusia para entender lo que Putin piensa y quiere, no lo que los “principales corresponsales internacionales” de la BBC creen que quiere. Necesitamos fuentes de información preparadas para desafiar rápidamente las “noticias falsas” tanto occidentales como rusas.

Y, sobre todo, necesitamos acabar con nuestra visión racista del mundo, en la que nosotros siempre somos los Buenos y ellos los Malos, y en la que nuestro sufrimiento importa y el de los demás no.

Jonathan Cook es autor de tres libros sobre el conflicto palestino-israelí y ganador del premio especial de periodismo Martha Gellhorn.

Este artículo se publicó originalmente en Middle East Eye. Traducción: Paloma Farré.

Fuente: https://ctxt.es/es/20220301/Firmas/39043/ucrania-rusia-guerra-bbc-jonathan-cook-gaza-palestina-israel-doble-rasero.htm

lunes, 16 de octubre de 2023

Las monarquías esclavistas .

                                                                               


 

Marcus Rediker: “Todas las monarquías estuvieron profundamente involucradas en la trata de esclavos y se beneficiaron enormemente de ella”

Marcus Rediker

10/10/2023

 [Reproducimos a continuación la entrevista a Markus Rediker que realizó el colectivo republicano catalán Debats pel Demà con la colaboración de Sin Permiso. La entrevista se puede leer en catalán en https://debatspeldema.org/] 1

 A primera hora de la tarde del 16 de septiembre de 2023, Marcus Rediker llegó a la Nau Bostik (Barcelona) para ser entrevistado por historiadores y dar una conferencia en la Escola d’Estiu de la CUP. Su apariencia era veraniega, ya que el clima del Mediterráneo se está volviendo tropical. En sus manos desnudas no llevaba nada, ni una libreta ni un bolígrafo; su rostro de larga carrera de historiador tenía “un aspecto sereno”. No mostró ninguna presuntuosidad, ningún sentido de jerarquía sobre nosotros, los jóvenes. De hecho, como señaló uno de nosotros, “podría ser parte de nuestro grupo de cervezas de después del trabajo”. Cuando se sentó en las sillas de hierro sin pintar, comenzamos a hablar de forma que parecía que estuviéramos continuando una conversación que interrumpimos la semana pasada. Al principio nos olvidamos de traer un elemento muy importante del proceso de la entrevista. Comenzó a hablar e inmediatamente se dio cuenta de que tenía sed. Pidió agua y le llevamos agua del grifo embotellada. Se volvió hacia el grumete y le agradeció “por traerla”. Luego, con su permiso, comenzamos a hablar de todo lo que ha estado investigando a lo largo de su vida y que se puede leer en sus libros, La hidra de la revolución (Crítica, 2005; Traficantes de Sueños, 2022), Barco de esclavos (Capitán Swing, 2023) o Villanos de todas las naciones (Traficantes de Sueños, 2023), por solo mencionar algunos de los más importantes.

 I. ESCLAVITUD, MEMORIA Y REPARACIÓN

 En cuanto al tema de las reparaciones conmemorativas, vemos ahora que la cuestión de la esclavitud está cada vez más en la agenda. Aquí, en Cataluña, hemos tenido una especie de debate debido a la proyección de un documental sobre los “Negrers” en la televisión nacional catalana. Como reacción, tuvimos a los clásicos nacionalistas ofendidos, que pretendían enmascarar la participación de catalanes en el comercio y el enriquecimiento de esclavos; la visión academicista, que infravaloraba el debate público sobre este tema[1]; y los que opinaban que era un debate groseramente exportado desde Estados Unidos. Pero también desencadenó toda una opinión progresista con la que muchas personas empezaron a ser conscientes de todo esto. ¿Qué ejemplos de reparaciones en otros países conoces que podrían guiar futuras medidas conmemorativas?

 Permitidme comenzar diciendo que la negación es fuerte. La gente pasa tiempo en Estados Unidos, y en muchas otras partes del mundo, fingiendo que no tiene la historia que realmente tiene. Superar la negación es algo muy importante y creo que hay un paso antes de las reparaciones que debe darse: debe haber un reconocimiento de esa historia. Es necesario que se reconozca que algunas personas sufrieron los efectos multigeneracionales de la esclavitud en la trata de esclavos y, en mi experiencia, esto es algo muy importante para la comunidad negra: tener el reconocimiento, que la sociedad en general admita que es verdad, que esto pasó. esto ha empeorado mucho hoy en día, porque hay una lucha terrible por la enseñanza de la historia. Las mejores historias de los últimos 30 o 40 años ya no se pueden enseñar en lugares como Texas y Florida, porque eso ofende la sensibilidad de los nacionalistas blancos de derecha. Necesitamos reconocer mientras reparamos.

 La cuestión de las reparaciones ha logrado avances extraordinarios en los últimos años. Creo que hay varias razones para esto. En 2007, cuando publiqué Barco de esclavos, como recordareis, una de las conclusiones que saqué fue la necesidad de realizar reparaciones; que, si no afrontamos esta historia, nuestras perspectivas de una sociedad más justa se verán perjudicadas. El asesinato de George Floyd fue un punto de inflexión, cuando una protesta enorme y furiosa estalló en Estados Unidos y en todo el mundo en lo que probablemente fue el mayor momento de antirracismo en la historia mundial. Estas protestas asustaron a la clase dominante estadounidense. Entonces, ¿qué hicieron? Inmediatamente prometieron donar dinero a causas de justicia racial. Ahora bien, estos actos no fueron, estrictamente hablando, reparaciones, sino que pretendían ser una especie de expiación por siglos de prejuicios y malos tratos. Bueno, ¿qué han hecho realmente las corporaciones? Gastan el dinero en ellos mismos, para diversificar sus consejos de administración. En otras palabras, quieren que sus juntas corporativas estén compuestas por un 12% de negros y un 12% de hispanos, así como un 50% de mujeres. Haces esos cambios y no pasa nada, ¿verdad? El capitalismo no ha cambiado. Estas “reformas” se convierten en una forma de evitar realizar cambios significativos. Muchos están enojados ahora porque esta postura sobre la justicia racial nunca llegó a nada.

 Mientras tanto, la lucha por las reparaciones ha continuado y el debate se ha vuelto cada vez más sofisticado. Sandy Darity, de la Universidad de Duke, ha publicado un libro importante sobre la variedad de programas de reparación. Ahora mismo, en Estados Unidos —no estoy muy familiarizado con lo que está pasando en otros países—, existen dos enfoques principales. Uno es exigir pagos en efectivo a los descendientes directos de los esclavizados. El otro enfoque, que podría resultar más prometedor a largo plazo, es exigir importantes inversiones económicas en las comunidades pobres. Uno de los efectos residuales del racismo fue la denegación de préstamos a los negros que querían comprar sus propias casas. Se tratad del denominado redlining. Se ha dicho que lo que necesitamos para los barrios negros pobres de Estados Unidos es algo parecido al Plan Marshall de finales de la Segunda Guerra Mundial: inversiones masivas, que en realidad mejorarían la calidad de vida de toda la sociedad. La ciudad de Evanston, Illinois, se convirtió en el primer municipio en promulgar un programa de reparaciones. Y lo que han hecho es reservar 25 millones de dólares destinados a personas que han vivido en Evanston durante 20 años o más para superar una discriminación de vivienda de larga duración. El estado de California ha creado ahora una comisión de reparaciones para estudiar el asunto. También necesitamos un comité nacional o federal para estudiar el asunto, pero la derecha está aterrorizada por las conclusiones que se puedan sacar, por eso rechazan continuamente la idea en el Congreso.

 Las reparaciones se están produciendo, poco a poco. El movimiento realmente despegará solo cuando la cuestión pase a formar parte de varios movimientos desde abajo, organizados por los descendientes de las personas que más sufrieron. Esa es la mejor manera de presionar a las autoridades municipales, estatales y federales. Esta agitación podría alcanzar el nivel nacional. No lo podemos prever en este momento, pero nadie pudo prever tampoco las protestas después del asesinato de George Floyd. Esta es una de las cosas de la historia desde abajo. Te sorprende. Nunca se sabe cuándo va a explotar. De todos modos, es un tema esperanzador. Podría añadir que algunos intelectuales negros se oponen a las reparaciones. Algunos dicen que crea divisiones innecesarias y que hay mejores maneras de crear igualdad social. Adolph Reed es una persona que asume esta posición. En cualquier caso, me alienta que el tema parece haber cobrado fuerza.

 Otro debate que ha suscitado toda esta cuestión es el que trata de examinar la importancia de la esclavitud en los orígenes del capitalismo y el desarrollo europeo. Tú has dicho que “el barco negrero fue para las primeras etapas del capitalismo lo que sería la máquina de vapor en fases más avanzadas del mismo”. ¿Cuál es la relevancia exacta de la esclavitud —a veces jurídica, otras fáctica— para el capitalismo, la industrialización y el desarrollo europeo?

 Permitidme comenzar con una anécdota personal. He hablado de este libro, Barco de esclavos, más de cien veces. Y en muchas de estas presentaciones, durante el turno de preguntas y respuestas, alguien siempre levanta la mano y dice: “mi familia llegó a los Estados Unidos en 1900 desde Irlanda o Europa del Este o dondequiera que sea. No tuvimos nada que ver con eso”. Esta es una forma que adopta la negación. Suelo respodner haciendo preguntas: “¿por qué su familia emigró a los Estados Unidos? ¿Fue para encontrar mejores trabajos?” Bueno, sí, casi todas las migraciones son migraciones laborales, ¿no? “¿Por qué crees que eligieron Estados Unidos? ¿Fue porque era un país rico?” Bueno, sí. “¿De dónde crees que vino toda esa riqueza?” Gran parte provino de la esclavitud. Incluso si tu familia vino más tarde y no estuviste directamente implicado en el período de esclavitud real, tú también estás implicado en todo esto. He oído a académicos en Gran Bretaña decir que, a largo plazo, la esclavitud representa aproximadamente el 10% de la riqueza nacional. La esclavitud fue un factor dinámico de crecimiento. Ese 10% se ramifica en muchas direcciones diferentes.

 Las ganancias de la esclavitud y la trata de esclavos se trasladan de manera oculta a muchas otras empresas económicas. Catherine Hall y sus colegas del University College de Londres han creado el proyecto Legacies of British Slavery, en el que estudian el dinero que pagó el gobierno británico a las personas que perdieron esclavos y capital cuando tuvo lugar la abolición. Luego han seguido el rastro del dinero para ver adónde fue. Fue a todas partes. El trabajo de Catherine está demostrando que Eric Williams tenía razón en ese famoso libro llamado Capitalismo y esclavitud, publicado en 1944. Se equivocó en algunas cosas, pero acertó en gran parte de la historia.

 Ahora, en Estados Unidos, el porcentaje sería mucho mayor que el 10% porque la esclavitud era una institución doméstica. En Gran Bretaña era una institución imperial. Entonces el número sería muchísimo mayor. No sé cuál es la cifra actual, pero puedo decir esto: durante muchos años, los historiadores económicos negaron que la esclavitud tuviera algo que ver con el surgimiento del capitalismo. Estaban siguiendo a Adam Smith, quien dijo que el trabajo asalariado es superior al trabajo esclavo. La esclavitud era considerada una fuerza regresiva que frenaba al capitalismo. Ya no se puede decir eso. Esa idea ha sido refutada. Edward Baptist y Sven Beckert han dejado claro que la esclavitud fue fundamental para el surgimiento del capitalismo estadounidense. Ya no se puede negar eso. Esto crea un nuevo consenso y base para la discusión en el futuro. Si hay algo en lo que los estudiosos de la esclavitud estadounidense han coincidido en los últimos 50 años es en que la esclavitud es fundamental para la historia estadounidense. Simplemente no puedes pretender lo contrario ahora.

 En tu libro, Barco de esclavos, mencionas la participación de la corona real británica a través de la Royal African Company. Marx escribió sobre la participación de los Borbones en la trata de esclavos hasta el punto de afirmar que, hacia 1850, España era “el principal sostén de ese nefasto tráfico” (Karl Marx, “El gobierno británico y la trata de esclavos”, The New York Daily Tribune, 18 de junio de 1858). ¿En qué medida fueron las monarquías europeas beneficiarias de la trata de esclavos?

 Estuvieron profundamente involucradas y se beneficiaron enormemente. No hay otra manera de decirlo. El caso que mejor conozco es el de Inglaterra. El hermano del rey, James, duque de York, presidía la Royal African Company. La familia real estaba involucrada al más alto nivel. De hecho, el duque de York esclavizó a personas marcándolas a fuego con sus iniciales, DY. ¡La prueba de la participación real está en los cuerpos de los mismos esclavos! Permitidme mencionar también que Brooke Newman, una muy buena académica, está estudiando ahora la participación de la familia real británica en la esclavitud y el comercio de esclavos. Y ya ha recibido muchas críticas por este trabajo. Mucha gente está furiosa. La negación es dura, pero creedme, las familias reales estaban metida hasta el cuello en ello.

 ¿Tiene esto algo que ver con que estés en contra del “terracentrismo”? ¿Qué quieres decir con ello? ¿Qué alcance tiene y qué beneficios puede ofrecer para la investigación y la acción política?

 Durante muchos años estudié a los trabajadores del mar. Seguí tratando de descubrir por qué tanto los académicos como el público en general no podían verlos, como si de alguna manera no fueran parte de la historia. No eran parte de las narrativas nacionales. Cuando comencé mi investigación sobre marineros, le contaba a la gente en qué estaba trabajando. Decían: “ay, esa gente marginal”. Y yo diría: “¿marginal a qué? No son marginales en la construcción del capitalismo global. Son absolutamente fundamentales”. Mientras seguía tratando de entender esta invisibilidad, de repente me di cuenta de que había una especie de ceguera en funcionamiento aquí, un sesgo cultural: la gente literalmente no podía ver que la historia sucedió en los océanos del mundo. Cuanto más pensaba en ello, más me daba cuenta de que en realidad se trataba de un aspecto de la historia nacionalista.

 La historia nacionalista dominó la escritura de la historia durante los últimos 300 años. Su premisa ha sido que la historia ocurre en la tierra, en el Estado-nación, que es la forma natural de la historia. Y, por tanto, implícitamente, los mares son vacíos históricos. La historia no sucede allí. Ahora bien, ello es cierto para todos los tipos de historia, como la historia naval, obviamente, y la historia de la exploración, un tema muy importante para España. Ambas saben que la historia ocurre en el mar. Pero lo que quiero decir es que este sesgo terracéntrico impide que la gente vea que procesos históricos muy importantes ocurrieron en el mar. Permitidme dar tres ejemplos: (1) Formación de clases: los marineros eran una vanguardia de la clase trabajadora en los siglos XVII y XVIII. (2) Formación racial: las identidades raciales se imponen en el mar en los barcos de esclavos. (3) Formación cultural: en las cubiertas inferiores de los barcos de esclavos, los africanos multiétnicos aprendieron a cooperar entre sí y a construir un nuevo sistema cultural. Si miras este proceso de formación cultural desde el lado africano, es un sistema panafricano. Si lo miras desde el lado del Atlántico occidental, son los orígenes de Afro-américa. Y me refiero a Estados Unidos en un sentido hemisférico, no nacional. Afrobrasileño, afrocaribeño, afroamericano. Estas son algunas de las cuestiones olvidadas por la historia terracéntrica. Pero sí creo que la historia del Atlántico, la historia del Océano Índico y la historia mundial han logrado grandes avances contra el terracentrismo en los últimos años.

 En La hidra de la revolución, explicas los vínculos entre las luchas por la liberación de las mujeres o los esclavos y los ideales de emancipación, como hicieron Mary Wollstonecraft o Thomas Spence, dos autores que eran partidarios de instaurar la República en Gran Bretaña y en el mundo. ¿Qué papel crees que jugaron las ideas republicanas en esta intersección de pensadores feministas, abolicionistas y anticapitalistas?

 Definitivamente. Creo que jugaron un papel importante. Peter Linebaugh y yo habíamos planeado originalmente al escribir La hidra de la revolución llegar a la política republicana de principios del siglo XIX para mostrar cómo la visión internacional fue suprimida en favor de un republicanismo nacionalista. Una de las ideas del republicanismo —el concepto de “terrateniente”— es que el pueblo tiene una herencia del suelo nacional. Peter y yo no pudimos terminar esa parte del libro. Pero os recomiendo encarecidamente un trabajo de un antiguo estudiante de doctorado mío, ahora colega, llamado Nicholas Frykman, que escribió un libro titulado The Bloody Flag, sobre los motines que estallaron en las armadas británica, francesa y holandesa en la década de 1790. El poder combinado de estos motines rivalizó con el de la Revolución francesa. Cientos de miles de marineros se levantaron.

 Pero ese momento radical se dividió de modo que los historiadores británicos solo conocieron la parte británica de la historia; los historiadores franceses solo conocían la parte francesa; y los historiadores holandeses solo conocían la parte holandesa. Frykman muestra un republicanismo específicamente marítimo que se conformó a bordo de estos barcos, una mezcla de las ideas republicanas de la época, principalmente de la Revolución francesa, combinadas con las tradiciones marítimas democráticas e igualitarias, que se ven en Villanos de todas las naciones y La hidra de la revolución. El republicanismo fue crucial para la era de la revolución y la variante particular del mismo entre los marineros fue realmente importante.

 ¿Qué es lo que hace que los piratas sean tan atractivos y magnéticos? Hasta el punto de que, para ponerte un ejemplo de la historia española y catalana, en 1836 nos encontramos que uno de nuestros revolucionarios del siglo XIX, Ramón Xaudaró (el “Marat de Barcelona”, como se le conocía entonces), colaboró en un periódico republicano llamado El Corsario cuyo subtítulo decía “dedicado especialmente a defender los derechos e intereses del pueblo” ¿Cuáles son los intereses principales que has tenido al abordar el tema de la piratería en tus obras, como Entre el deber y el motín (Levanta Fuego, 2019) y Villanos de todas las naciones?

 Permitidme comenzar diciendo que los piratas siempre han sido extremadamente populares, lo que inmediatamente encendió la imaginación popular. En otras palabras, se escribían libros populares sobre piratas mientras todavía estaban en alta mar capturando barcos. Para ilustrar este punto: un grupo de piratas fue capturado y llevado a Boston, Massachusetts, para ser juzgado en 1717. El famoso ministro puritano Cotton Mather predicó en la horca ante una multitud de miles de personas. Más tarde escribió en su diario: “¿por qué toda esa gente considera héroes a los piratas?” Los piratas eran héroes de la clase trabajadora de su época. Esta fascinación ya existía en aquel entonces. Pero, además, sucedió algo realmente importante cuando Robert Louis Stevenson escribió La isla del tesoro. En ese momento, la piratería entró en la literatura infantil. Y entonces lo que ocurre es que debido a, por ejemplo, este poema que mencionaste [se refiere a “La canción del pirata”, de José de Espronceda], Stevenson y otros cuentos, como Peter Pan, los niños crecen con los piratas como parte de su imaginario. Y los aman. ¿Celebráis Halloween en España?

 Más o menos. Cada vez es más común.

 Bueno, en Estados Unidos muchos niños se disfrazan de piratas. Los piratas se convierten en parte de su vida de fantasía. Luego la industria cultural toma el relevo y produce libros, películas y juguetes de todo tipo. Esta es una de las principales razones por las que tantas personas en todo el mundo están obsesionadas con los piratas. La otra cosa fundamental es que no importa cuánta historia real conozca la gente, todavía puede ver que los piratas se enfrentaron a las personas más poderosas de su época. Hay una especie de respeto que surge de eso. Y creo que eso es parte de lo que hace que los piratas sean una figura romántica. Los piratas se enfrentaron a las personas más poderosas de la época y lo pagaron con sus vidas.

 Los piratas de los siglos XVII y XVIII perdieron la batalla. Fueron ahorcados por centenares. Y cuando los ahorcaban, sus cuerpos solían dejarse colgando a la entrada del puerto para que los marineros recibieran el mensaje de las autoridades: “si os atrevéis a oponeros a nosotros, esto es lo que os haremos”. Esta es una suerte de disciplina de clase. Pero... aunque los piratas perdieron la batalla, ganaron la guerra en el sentido de que la gente todavía está muy interesada en ellos. Todavía estamos hablando de ellos. Eso no es cierto para las personas que los ahorcaron. No estamos hablando de ellos, aunque sí de su uso del poder.

 Cuando publiqué por primera vez un artículo sobre piratas en 1981, probablemente antes de que ninguno de vosotros naciera, el teléfono no dejaba de sonar: recibí llamadas de novelistas, dramaturgos, artistas y cazadores de tesoros. Siempre me divertí con los cazadores de tesoros. Sabía que, si pensaban que los piratas enterraban tesoros, no habían leído mi trabajo porque los piratas no enterraban tesoros. Ese es un mito del siglo XIX. Entonces fingía que tenía mapas secretos. Con el tiempo me cansé de estas interminables llamadas telefónicas. Entonces decidí escribir Villanos de todas las naciones. Puse todo lo que sabía en ese libro y, en un principio, iba a dejar aparcada la cuestión. Me despediría de los piratas, dije. Pero luego descubrí que no se puede hacer eso. Una vez que los piratas te atrapan, te quedas atrapado con ellos para siempre. Aquí estamos, 42 años después de que escribiese ese artículo, todavía hablando de piratas.

 II. HISTORIOGRAFÍA E HISTORIA DESDE ABAJO

 Algunos críticos han dicho que la historia desde abajo puede dar una imagen idealizada de las masas populares, las cuales poseerían ideas políticas progresistas innatas. ¿Dirías que estos críticos pueden tener parte de verdad?

 No tienen parte de verdad. No tienen nada de verdad. Y he aquí por qué lo creo. Algunos han dicho que La hidra de la revolución es una presentación romántica de la clase trabajadora. No le tengo miedo a la palabra “romántico”. Entonces mi pregunta siempre es: ¿qué quieres decir con romántico? ¿Quieres decir falso? Si quieres decir falso, muéstranos en qué es falso. Nadie ha podido hacer eso.

 Si te refieres a una definición diferente de “romántico”, esto es, como el descubrimiento de ideales altos en lugares bajos, entonces sí, los piratas tenían ideales altos. Realizaron un extraordinario experimento social a bordo de sus barcos. Más democrático e igualitario que el que puedas encontrar en cualquier otro lugar. Votaron para elegir a sus capitanes en una época en la que los pobres no tenían derecho a votar en ningún lugar del mundo. Puedes llamar a este retrato “romántico” si quieres, pero tengo los documentos que lo demuestran. O como dicen en la jerga [slang] en Nueva York, “yo tengo los recibos, cariño” [risas] —esto es de mi hija, que es profesora de secundaria en Nueva York; ella me mantiene al tanto de la jerga más reciente—. Tengo los recibos. Esto es lo que hicieron. Puede que no te guste, pero es lo que hicieron. ¿De acuerdo? Entonces, en mi opinión, la última parte de vuestra pregunta implicaba que había algo innato en los ideales progresistas entre la clase trabajadora. Nada podría estar más lejos de mi enfoque. Estudio la historia de estos trabajadores. Demuestro que estos ideales democráticos e igualitarios surgieron de la experiencia laboral de los marineros. No eran innatos a nadie, en ningún lugar. Fueron aprendidos. Eran herramientas de supervivencia. Eran cosas que la gente hacía para intentar vivir. El famoso historiador E. H. Carr dijo una vez: cuando alguien empieza a hablar de la naturaleza humana, inmediatamente sospecho de una baja vitalidad intelectual. Las personas son malas por naturaleza y así es la naturaleza humana, dicen muchos. Lo siento, eso simplemente no es cierto.

 Otra crítica que se ha hecho a esta perspectiva histórica es la que dice que la historia desde abajo tiene que tener cuidado de no convertirse en una “historia de los de abajo”, es decir, que en algunos puntos se puede perder la perspectiva del cuadro completo de una época que se está estudiando y no se logra ver cuándo los de abajo van más allá del resistencialismo y llegan a estar “arriba” por algún tiempo o ser parte determinante del tronco central de la historia. ¿Qué piensas sobre esto?

 Yo respondería que algunos practicantes de la “historia desde abajo” hacen lo que vosotros habéis descrito: se concentran tanto en un retrato de cualquier grupo que estén estudiando que dejan de lado todo el contexto circundante. Ese no es mi enfoque. La “historia desde abajo”, desde mi perspectiva, siempre tiene que ver con el poder. ¿Quién tiene poder? ¿Cómo se despliega el poder? ¿Cuáles son las múltiples formas de poder? En esa medida, la historia desde abajo siempre está ligada a la historia desde arriba. Los ricos organizaron los barcos de la Royal Navy y la industria del transporte marítimo mercante y dotaron a los capitanes de barcos de un poder extremo para poder mover las mercancías del mundo. Esto es fundamental para el surgimiento del capitalismo. Esas personas tomaron decisiones basadas en sus intereses económicos. Edward Thompson solía decir: “¿quién le hace qué a quién? ¿Qué-quién?". Peter Linebaugh y yo siempre humanizamos las acciones y mostramos la dinámica del poder desde arriba y desde abajo. Esto se puede ver claramente en los barcos negreros, que están diseñados para evitar resistencia de cualquier tipo, desde las cadenas hasta las redes alrededor de las bordas del barco, pasando por las barricadas [barricado] con los cañones montados en la parte superior. Pero aun así los esclavizados resistieron. Las huelgas de hambre eran comunes. De hecho, la trata de esclavos fue en cierto modo una huelga de hambre de 400 años. Las insurrecciones, los levantamientos eran crónicos. Se ve una dialéctica de poder desde arriba y desde abajo. Permitidme agregar: el antropólogo Eric Wolf dijo una vez que, si abstraes una parte de la experiencia humana de la totalidad para investigarla y no la devuelves a esa totalidad, has falsificado lo que estudiaste. Tienes que entender el todo si quieres entender la causalidad, por qué la historia sucede como sucede.

 III. RUEDA DE RECONOCIMIENTO

 a. E. P. Thompson

 Thompson fue probablemente el historiador más creativo del siglo XX. A cada tema que tocaba aportaba algo fundamentalmente nuevo. Poseía unas cualidades mentales extraordinarias.

 b. Peter Linebaugh

 Mi querido amigo y camarada desde hace casi 50 años. Peter tiene una inteligencia histórica inusual y ciertamente es un discípulo de E. P. Thompson en el mejor sentido. Una sensibilidad poética, una capacidad de idear cosas que son completamente nuevas y que nadie más descubrió. Robin D. G. Kelly, otro historiador muy conocido, dice con frecuencia que Peter es el mejor historiador que ejerce en cualquier parte del mundo en este momento.

 c. Christopher Hill

 Se trata de la persona más importante para mí; probablemente el historiador con más conocimientos que he conocido. Había leído todo sobre la Inglaterra del siglo XVII y fue muy modesto en la presentación de ese saber. De hecho, corría el rumor de que había leído todas las fuentes publicadas, pero sé que no es cierto porque leí una que él no había leído. Solía burlarme de él por eso [risas].

 d. Howard Zinn

 Es, en muchos sentidos, el historiador desde abajo de mayor éxito al escribir La otra historia de los Estados Unidos. Fue un modelo de activista académico y llegó a millones de personas con este tipo de historia tan diferente.

 e. C. L. R. James

 Es alguien de quien aprendí mucho. En mi charla en l’Escola d’Estiu de la CUP me oiréis hablar de Thompson, Hill, James y W. E. B. Du Bois. Creo que James era un pensador extremadamente talentoso y alguien que, aunque se ha vuelto mucho más famoso en los últimos 35 o 40 años, todavía no recibe el reconocimiento suficiente por sus ideas teóricas. James es una persona muy importante.

 f. Josep Fontana

 He oído que podría ser el historiador catalán más grande de todos los tiempos.

 El catalán más grande, diríamos [risas].

 Nunca lo llegué a conocer, lamento decirlo. Pero en mi charla voy a mencionar el hecho de que, cuando La hidra de la revolución salió a la luz y fue objeto de una crítica asesina por parte de un historiador muy famoso, Josep Fontana acudió en nuestra ayuda como buen camarada. Me emocioné mucho y desde entonces lo tengo en la más alta estima.

 [1] “Entre 1525 y 1867 llegaron a los dominios españoles en América un total de 2 072 300 cautivos africanos. Eso coloca a España como el segundo actor más importante en la trata atlántica, solo superado por Brasil (a donde llegaron 4 703 000 africanos), aunque algo por encima del Caribe británico (2 051 000) y bastante por encima del Caribe francés (1 101 200), de los Estados Unidos (388 700), del Caribe holandés (328 800) y de las islas danesas en el Caribe (61 200). Además, que 1 026 100 de aquellos cautivos africanos fueron embarcados en pabellón español” (Martín Rodrigo y Alharilla, Del olvido a la memoria. La esclavitud en la España contemporánea, Barcelona, Icària, 2022, p. 8).

 Marcus Rediker  profesor del Departamento de Historia de la Universidad de Pittsburgh y especialista en historia marítima social, de la piratería y de la esclavitud, es autor, junto a Peter Linebaugh de “La hidra de la revolución. Marineros, esclavos y comuneros en la historia oculta del Atlántico” (Traficantes de sueños, Madrid, 2022). En castellano se han publicado también “Entre el deber y el motín” (Antipersona, 2019), “El barco de esclavos. La trata a través del Atlántico” (Capitán Swing, Madrid, 2021) y en Traficantes de Sueños “Villanos de todas las naciones” (2023).

https://www.sinpermiso.info/textos/marcus-rediker-todas-las-monarquias-estuvieron-profundamente-involucradas-en-la-trata-de-esclavos-y.


 Y ver  ... https://www.elsaltodiario.com/historia/entrevista-marcus-rediker-barco-esclavos-piratas

domingo, 15 de octubre de 2023

Milonga Del Moro Judío .


                                                                       


 

Milonga Del Moro Judío ..

Jorge Drexler

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Por cada muro un lamento

En Jerusalén la dorada

Y mil vidas malgastadas

Por cada mandamiento.

Yo soy polvo de tu viento

Y aunque sangro de tu herida,

Y cada piedra querida

Guarda mi amor más profundo,

No hay una piedra en el mundo

Que valga lo que una vida.


Yo soy un moro judío

Que vive con los cristianos,

No sé que dios es el mío

Ni cuales son mis hermanos.


No hay muerto que no me duela,

No hay un bando ganador,

No hay nada más que dolor

Y otra vida que se vuela.

La guerra es muy mala escuela

No importa el disfraz que viste,

Perdonen que no me aliste

Bajo ninguna bandera,

Vale más cualquier quimera

Que un trozo de tela triste.


Y a nadie le dí permiso

Para matar en mi nombre,

Un hombre no es más que un hombre

Y si hay dios, así lo quiso.

El mismo suelo que piso

Seguirá, yo me habré ido;

Rumbo también del olvido

No hay doctrina que no vaya,

Y no hay pueblo que no se haya

Creído el pueblo elegido.

sábado, 14 de octubre de 2023

¿Paz sostenida con Rusia?.

 ¿Paz sostenida con Rusia? ¿Es posible?

ALASTAIR CROOKE

A la vieja OTAN, que  los izquierdistas habían odiado una vez como entidad reaccionaria, la ven ahora con un nuevo significado evangélico; ya no reaccionaria, sino revolucionaria

Poca gente conoce siquiera el nombre de Gehlen, y sin embargo Reinhart Gehlen y sus hombres de las SS no sólo dieron forma política a la recién nacida OSS y a la CIA (su sucesora), sino que también determinaron en gran medida las actitudes estadounidenses de posguerra hacia Rusia. Un espíritu de la época ('zeitgeist') que ha permanecido permanecido en gran medida intacto hasta nuestros días, Gehlen, "hombre de la luz y de la oscuridad"; a la vez leal al Führer y traidor, mucho antes de que Hitler le despidiera finalmente. A veces es necesario indagar en la historia profunda para identificar las raíces de los problemas contemporáneos.

Gehlen era experto en persuadir a Hitler de lo débiles que eran las fuerzas rusas adversarias: Cuando el Sexto Ejército del general Paulus se vio rodeado por ejércitos rusos que metódicamente lo aplastaban todo dentro de la caldera, Gulen aseguró que "las concentraciones de tropas enemigas seguían siendo demasiado débiles para operaciones de gran alcance".

Y mientras el Sexto Ejército de 300.000 soldados alemanes era aplastado y los últimos tanques Panzer de Paulus se habían perdido, Gehlen enviaba a Hitler información de inteligencia antigua que no mostraba indicio alguno de movimientos de tropas soviéticas. Finalmente, justo cuando Stalingrado estaba cayendo, y Paulus a punto de rendirse, Gulen admitió ante Hitler que "la situación de Stalingrado podría ser muy grave".

Parece que subestimar a Rusia tiene una larga historia…

Sin embargo, en una asombrosa transformación camaleónica, cuando el Tercer Reich se desmoronaba, Reinhart Gehlen, el jefe de la inteligencia nazi para el Frente Oriental, cogió su tesoro de archivos de inteligencia sobre los soviéticos y se entregó al Cuerpo de Contrainteligencia del ejército estadounidense.

Negoció un acuerdo por el que él y un grupo selecto de sus hombres establecerían un servicio secreto de inteligencia para la Ocupación Aliada. Para evitar confusiones, en una declaración jurada de la CIA de 2001, ésta declaró que "el propio general Gehlen no es considerado un presunto criminal de guerra nazi".

De regreso a Alemania Occidental y con su Organización Gehlen bajo la égida de la CIA, y "financiada con millones de dólares", Gehlen, según el Instituto de Estudios Políticos, reclutó a miles de veteranos de la Gestapo, la Wehrmacht y las SS. A principios de los años cincuenta, se decía que la Organización Gehlen empleaba a unos cuatro mil especialistas en inteligencia en Alemania y a un número similar de agentes encubiertos en toda Europa del Este.

Entre estos "activos", que Gehlen llevó consigo a la mesa estadounidense, se encontraban, como era de esperar, los ucranianos de la 14ª División Waffen de la SS, más tarde reagrupada como Ejército Nacional Ucraniano(UNA). Lo que caracterizaba a UNA, que contaba con unos 200.000 hombres, era su fuerte antipatía hacia la Unión Soviética y "los rusos" (el comunismo).

Fue en el periodo de la Wehrmacht cuando la facción Bandera forjó una "identidad" ucraniana distinta, que afirmaba que los "verdaderos" ucranianos eran los supuestos descendientes de los vikingos, que fundaron la Rus de Kiev.

No existe ninguna base histórica o genética real para esta designación, pero proporcionaba una conveniente confluencia con la ideología nazi, con la que estaban aliados.

Este simulacro de identidad continúa hoy en día: Aleksey Danilov, el jefe del Consejo de Seguridad Nacional y Defensa de Ucrania, ha declarado:

"Me parecen bien los asiáticos, pero los rusos son asiáticos. Tienen una cultura, una visión completamente diferente. Nuestra principal diferencia con ellos es la humanidad". Los ucranianos son humanos, mientras que los rusos, por ser asiáticos, no lo son. O lo que es lo mismo: "Europa termina en Ucrania.

Esta identidad banderista imaginada como "superior, germano-ucraniana" se ha evocado muchas veces durante los combates posteriores al golpe de Estado del Maidán. La Ley de los Pueblos Indígenas de Ucrania afirma que sólo los ucranianos germánicos, los tártaros y los caraítas tienen derecho a disfrutar plenamente de todos los DDHH y de todas las libertades fundamentales.

Fue promulgada por el presidente Zelensky el 21 de julio de 2021. Este "juego" identitario ucraniano tiene un papel crucial en esta historia, de por qué la paz sostenida con Rusia está descartada.

En 1945, la inteligencia estadounidense sobre Rusia era prácticamente inexistente. Cuando la OSS estadounidense en tiempos de guerra renació en 1947 como la CIA, la Organización Gehlen fue una de sus piedras angulares. Gehlen, el hombre que sabía cómo "acariciar" las plumas de sus superiores sobre la debilidad rusa, aportó su conocimiento experto (y sus prejuicios) al pensamiento estadounidense, el 'Washington Post' informó  que Gehlen y los miles a los que empleó en su organización de contraespionaje proporcionaron a la CIA y al Pentágono el 70% de su inteligencia sobre la URSS y Europa del Este.

Pero justo cuando Gehlen hacía "su" metamorfosis de enemigo a aliado, EEUU estaba siendo instigado por Winston Churchill, que también cambió su perspectiva al pasar de ver a la Unión Soviética como un aliado a un enemigo existencial. Churchill quería seguir adelante. Recordemos que esto iba a contracorriente de la política tradicional estadounidense (como la de Pat Buchanan), muy escéptica ante los enredos exteriores y las guerras europeas.

La II Guerra Mundial había terminado sin ningún tratado formal, sino más bien con una disputa cancerosa sobre el futuro de Alemania, alimentada por la Guerra Fría. Por un lado, la Unión Soviética había perdido más de 27 millones de personas en la guerra y no quería ver a Alemania remilitarizada. Por otro, EEUU decidió que los tres sectores ocupados del lado occidental formaran una sola entidad y que esos sectores occidentales se convirtieran en el baluarte de una nueva alianza militar: la OTAN.

Como relata Jeffrey Sachs, los soviéticos dijeron "no": "Acabamos de perder 27 millones y ahora, en pocos años, ustedes se están remilitarizando". Nadie en Occidente escuchaba, y a pesar de las garantías anteriores de que "la OTAN no avanzaría ni un milímetro más allá de las fronteras alemanas", la OTAN adoptó la postura (durante la era Clinton) de que el avance de la OTAN para circunscribir a Rusia no era "asunto de Moscú".

Es en esta sensible y quintaesencial laguna ("no es asunto de Rusia"), donde Ucrania ha metido la pata con su falsa afirmación identitaria de que "Europa termina en Ucrania, y más allá se encuentran los eslavos".

En su deseo de apoyar a Kiev, la UE se ha ido deslizando silenciosamente hacia este revisionismo estratégico ucraniano: Ucrania se elabora como "valores europeos" que se defienden frente a los valores "rusos" (asiáticos). (Ambos pueblos, de hecho, son eslavos).

La puerta de entrada en la OTAN se abrió en 2008, a pesar de que el embajador estadounidense advirtió sólo un año antes de que la entrada en la OTAN conduciría a la guerra.

Para cuando el presidente JF Kennedy había llegado al poder, la situación frente a Rusia era completamente tensa: La militarización de la OTAN; la crisis de los U2 derribados por la URSS; la debacle de Bahía de Cochinos y la crisis de los misiles cubanos. La CIA estaba claramente acorralando al presidente, cortándole las salidas, y las cosas se le estaban yendo de las manos. Kennedy estaba fuera de sí de rabia por cómo la CIA había llevado a EEUU (y a Kennedy personalmente) a este lío. Se enfrentó al establishment, despidiendo al director de la CIA Dulles y a Richard Bissell, que había manejado el fiasco de Bahía de Cochinos.

Kennedy había tropezado mucho en los dos primeros años de su presidencia, pero al tercer año, estaba listo para pronunciar aquel famoso discurso diciendo que la paz era posible, incluso con la Unión Soviética: "Son seres humanos como nosotros". "Hablo de la paz como el fin racional necesario de los hombres racionales". Y, sorprendentemente Jruschov estaba escuchando. Se llegó a un acuerdo en semanas y el Senado estadounidense lo aprobó por abrumadora mayoría.

"Bueno… entonces le mataron", dijo Jeffrey Sachs en un debate reciente sobre la última campaña política de JFK: su búsqueda de una paz segura y duradera con la Unión Soviética.

Sin embargo, hay un par de giros más en esta historia de interminable y creciente guerra de identidades culturales contra Rusia.

Uno de los giros se produjo durante la presidencia de Carter, cuando su consejero de Seguridad Nacional, Zbig Brzezinski, persuadió al presidente de que introdujera una cultura radicalizada y yihadista en Afganistán para atentar contra la cultura socialista secular de Kabul, que Moscú (y el pueblo afgano) estaba apoyando.

Al final, la política en Moscú determinó el resultado: la Unión Soviética se autoimplosionó. El meme del Fin de la Historia y el Último Hombre de Fukuyama explotó en todo el mundo, y aquella guerra afgana fue presentada como un gran éxito (que no lo fue). Sin embargo, la afirmación apuntaló la noción de que los insurgentes islámicos eran los disolventes ideales para los proyectos de cambio de régimen. Se convirtió en el piloto de la Primavera Árabe.

¿Aquellos primeros líderes yihadistas moderados en Afganistán? Los mataron y los sustituyeron por hombres cada vez más violentos, que a la postre se convertirían en el forraje del que se alimentaría el 11-S y se expandiría hacia una guerra global.

Pero Brzezinski aún tenía más consejos que dar al presidente Carter. En su Gran Tablero de Ajedrez de 1997, Brzezinski sostenía que Ucrania, en virtud de sus identidades culturales divididas, entrelazadas en viejas complejidades, debía considerarse como la bisagra en torno a la cual giraba el poder del 'heartland': "Sin Ucrania, Rusia nunca se convertiría en la potencia del 'heartland'; pero con Ucrania, Rusia puede y lo haría", insistía. Después de Afganistán, Rusia necesitaba verse envuelta en un atolladero de identidad cultural ucraniana, sugería Brzezinski.

El hilo Gehlen-Banderista de que Ucrania occidental es lingüística y racialmente diferente (germánica) de los "rusos étnicos" se arremolina persistentemente, una y otra vez. El ucraniano (correctamente conocido como ruteno) no es una lengua germánica. Se entiende mejor como un dialecto del ruso y, por tanto, firme y únicamente eslavo. Tampoco se encuentra ADN vikingo (germánico) entre los ucranianos occidentales actuales.

El último giro de la saga cultural-identitaria se centra en Europa, y en cómo la izquierda europea con la guerra de los Balcanes de la OTAN (que la izquierda apoyó con entusiasmo) "cambió de camisa" dramáticamente.

A la vieja OTAN, que los izquierdistas habían odiado una vez como una entidad reaccionaria, llegan a verla ahora con un nuevo significado evangélico; ya no reaccionaria, sino revolucionaria. Siendo su nuevo objetivo "revolucionario" acelerar el advenimiento de una revolución social cuyo subestrato cultural sea la promulgación de los principios Woke: La diversidad, el orgullo, los derechos de los trans y la reparación de las discriminaciones y agravios históricos (pero sólo en Occidente).

La nueva OTAN, inclusiva y políticamente correcta, es vista por los izquierdistas europeos como la herramienta con la que barrer también los obstáculos a la agenda de la UE. Estos "camisas cambiadas" sostienen que la lucha por este "Orden Cultural" es incesante, totalizadora y abarcadora.

En este contexto, no es difícil ver cómo una Ucrania despierta, imaginada como marcando "la extensión física" del europeísmo, puede haberse transformado en un icono de esta guerra total de identidad cultural contra Rusia, una distensión más allá incluso de lo que Gehlen podría haber soñado.

Entonces, ¿está cerrada la "paz sostenible" con Rusia? Si se intentara mantener la Ucrania occidental como un istmo de Europa y sus valores que se extienden a la esfera regresiva eslava, entonces la paz no es posible, porque sería totalmente falsa. Además, sería perjudicial para Europa, ya que legitimaría lo que no era más que una antigua y conveniente congruencia de identidad con la ideología nazi que ha calado entre las capas dirigentes de Europa.

La única forma viable de avanzar sería volver al nudo gordiano original y deshacerlo: es decir, deshacer el nudo de que no exista ningún tratado escrito posterior a la II Guerra Mundial que delimite el movimiento de la OTAN siempre hacia delante y, al hacerlo, acabar con la pretensión de que el desplazamiento de la OTAN a donde quiera que elija no es asunto de nadie más que suyo. Las negociaciones, en última instancia, tratan de intereses, y del ingenio para resolver el enigma de dos partes que perciben cómo la otra se percibe a sí misma siendo percibida.

Strategic Culture Foundation / observatoriodetrabajadores.wordpress.com


----https://www.lahaine.org/mundo.php/ipaz-sostenida-con-rusia-ies


 

viernes, 13 de octubre de 2023

Netanyahu, cadáver político .

 Netanyahu, cadáver político

Siempre ha presumido de ser el garante de que Israel sea una isla de estabilidad en Oriente Medio. Ahora una inmensa mayoría de israelíes hace responsable a Netanyahu de los errores que permitieron el asalto de Hamás

 Iñigo Sáenz de Ugarte

 El anuncio de la campaña de Binyamín Netanyahu en las elecciones de 2019 combinaba dos elementos: algo de sentido del humor y el mensaje estratégico que ha definido su carrera política. El actual primer ministro israelí hacía de socorrista en la playa con un megáfono para mantener a los bañistas “siempre a la derecha”, donde se está más seguro. “Estoy haciendo lo que siempre he hecho”, contaba a unos jóvenes sorprendidos. “Ocupándome de que estéis seguros”.

 Al final, Netanyahu miraba a la cámara y sacaba pecho por su legado: “En el turbulento mar de Oriente Medio, se ha probado que hemos mantenido a Israel como una isla de estabilidad y seguridad”. Cuatro años después y unos días después del asalto de Hamás que ha matado a unos 1.300 israelíes, la isla ha sido anegada por un huracán y los israelíes no dan crédito a lo ocurrido. Tienen claro que hay un responsable político del inmenso fracaso militar y de inteligencia. Ese mismo que presumía en la playa de que los israelíes siempre estarían seguros con él.

 Una encuesta conocida este jueves lo confirma hasta niveles inauditos para Netanyahu y su Gobierno. Cuatro de cada cinco israelíes judíos (es decir, sin contar al 20% de la población que es palestina) sostienen que el Gobierno es el principal responsable de la infiltración de los milicianos palestinos. Ese porcentaje es del 86%, pero además es igualmente abrumador con un 79% en el caso de los votantes de los partidos del Gobierno de coalición.

 Un 56% de los encuestados afirma que Netanyahu, de 73 años, debería dimitir cuando acabe la guerra.

 En muchas ocasiones, se ha dado por muerto políticamente al primer ministro de forma prematura. Sólo así puede entenderse que haya dominado la política de su país durante la mayor parte de los últimos 14 años.

 Su intento de controlar al Tribunal Supremo para que no pueda fiscalizar las acciones del Gobierno o las leyes aprobadas por el Parlamento, que coincide con el juicio pendiente contra él por corrupción, provocaron este año manifestaciones masivas en Israel, pero la derecha y la extrema derecha continuaban confiando en él.

 En las últimas elecciones en noviembre de 2022, los partidos del actual Gobierno obtuvieron 65 de los 120 escaños de la Cámara. El Gobierno que se formó es el más rabiosamente ultranacionalista de la historia del país. Algunos de sus partidos integrantes han progresado en las urnas gracias a sus mensajes racistas contra los árabes.

 Para entender hasta dónde llega el descrédito del Gobierno en los medios israelíes a causa del asalto de Hamás, no hay que escoger medios que han publicado artículos críticos con Netanyahu a lo largo de años. Resulta más revelador uno aparecido en el diario Israel Hayom titulado: “Un fracaso de proporciones inimaginables y empeorado por un vacío de liderazgo”.

 Israel Hayom es un periódico conservador fundado en 2007 por el millonario norteamericano Sheldon Adelson, ya fallecido y conocido en España por el proyecto frustrado del complejo de casinos Eurovegas en Madrid. Es tan partidario de Netanyahu que recibe en Israel el apodo de Bibiton, unión de las palabras 'Bibi', el apodo del líder del Likud, e 'iton', periódico en hebreo. Su aparición tenía como misión apoyar a Netanyahu sin que importara el coste. En sus primeros siete años, perdió el equivalente a 190 millones de dólares.

 El artículo es demoledor para los intereses de Netanyahu. Algunos de los hechos descritos muestran un nivel de incompetencia difícil de creer para sus lectores. En sólo un fin de semana, la unidad de comandos de la Fuerza Aérea perdió más soldados que en toda su historia. Los más conocidos comandos Sayeret Matkal, unidad de élite del Ejército, también sufrieron un alto número de bajas, así como las unidades antiterroristas de la policía. Todos ellos se vieron desbordados por la ofensiva y la falta de refuerzos.

 Los recursos militares y de inteligencia habían sido enviados a Cisjordania para proteger a los colonos de los asentamientos, embarcados en una espiral de provocaciones y agresiones contra la población palestina y alentados incluso por algunos de los partidos ultraderechistas del Gobierno. La cifra de soldados en la frontera con Gaza era ínfima y por tanto insuficiente. El Gobierno pensaba que la tecnología era suficiente para controlar una posible amenaza que no esperaba.

 Los pocos avisos que recibió Netanyahu fueron desdeñados por el jefe de Gobierno. “Está secuestrado por políticos extremistas”, dice el diario, que además lo ignoran todo sobre asuntos militares y no saben distinguir “entre un M-16 y un F-16”.

 Otros artículos de la prensa israelí y extranjera ofrecen un balance similar. El poder disuasorio de Israel se vino abajo con sorprendente facilidad. Algunas poblaciones no recibieron ningún apoyo durante ocho horas y el que llegó fue insuficiente. Generales retirados abandonaron sus casas, se presentaron en el frente con una pistola en la mano y descubrieron que las unidades militares carecían de coordinación y de mandos que supieran lo que había que hacer.

 

 El sistema de seguridad de la frontera, pertrechado con sensores de movimiento y ametralladoras autónomas que disparan sin necesidad de que un soldado apriete el gatillo, no sirvió de nada y se quedó ciego. Había costado 1.100 millones de dólares. Se había vendido como una defensa impenetrable gracias a la tecnología y en buena parte se vio anulada por un ataque con drones de bajo precio.

 Los atacantes destruyeron las torres de vigilancia y derribaron las barreras existentes con buldozers. Los comandos, con algunos integrantes subidos a parapentes, penetraron hasta más de veinte kilómetros en territorio israelí para atacar las localidades cercanas.

 Alguien no había estado muy atento a lo que está pasando con los drones en la guerra de Ucrania.

 Hamás había escondido sus intenciones a plena vista de todos. Los miembros de las Brigadas Izzadim Al Qassem llevaban tiempo entrenándose en el asalto a un pueblo o una base militar en escenarios construidos a tal efecto. Hasta difundieron vídeos semanas antes del ataque con los combatientes destruyendo una réplica de la valla fronteriza. Los militares israelíes los vieron y creyeron que todo era puro teatro.

 Netanyahu había prometido a los israelíes que los palestinos ya estaban derrotados. Él era capaz de obtener el reconocimiento diplomático de Emiratos Árabes y Marruecos y de culminar con éxito las negociaciones con Arabia Saudí sin hacer ninguna concesión relevante a los habitantes de Cisjordania y Gaza. Incluso presumía de ello en público, lo que molestaba a los saudíes.

 El mensaje que procedía del Gobierno es que la prioridad de Hamás era la supervivencia de su Gobierno en Gaza y garantizar el apoyo económico procedente de países como Qatar. La única amenaza real procedía del norte con Hizbolá y para eso Israel estaba preparada.

 Nada se movía en Gaza sin que lo supiera Israel. “Nos gastamos miles de millones en reunir inteligencia sobre Hamás”, dijo a The New York Times, Yoel Guzansky, antiguo alto cargo del Consejo de Seguridad Nacional. “Después, en un segundo, todo colapsó como piezas de dominó”.

 En 2018, Netanyahu dio un discurso en el que resumía tanto su mentalidad como sus prioridades: “En Oriente Medio y en muchas partes del mundo, hay una verdad simple: no hay lugar para los débiles. Los débiles quedan hechos pedazos y son masacrados y borrados de la historia, mientras los fuertes, para bien o para mal, sobreviven”.

 El primer ministro ofrece ahora una imagen de debilidad que los votantes israelíes no están dispuestos a tolerar.

 Hay una posible escena final para su futuro político a la que puede agarrarse. La destrucción completa de Gaza le sería de utilidad si aún aspira a ganar una rehabilitación entre sus votantes que hoy parece improbable. El método sería ocasionar un número espantoso de muertes palestinas y demostrar al mundo que atacar a Israel es una locura que sólo provoca tu aniquilación. Netanyahu ya ha demostrado en el pasado que ese no es un precio prohibitivo para él.

https://www.eldiario.es/internacional/netanyahu-cadaver-politico_129_10595782.html..


 Y ver...





miércoles, 11 de octubre de 2023

La guerra de propaganda y la matanza de Kfar Azar

 

                            


Portada de The Times del miércoles 11 de octubre.


La guerra de propaganda y la matanza de Kfar Azar

El testimonio de una periodista a la que dijeron que 40 bebés habían sido decapitados por Hamás se extiende por el mundo sin ninguna confirmación independiente o del Ejército y sin imágenes que lo respalden

Iñigo Sáenz de Ugarte

 El kibbutz Kfar Aza está situado a sólo dos kilómetros de la frontera con Gaza. Fue una de las localidades que recibieron el sábado 7 de octubre el ataque de las milicias de Hamás que habían entrado en territorio israelí y sufrió una de las peores matanzas ocurridas estos días. El Ejército israelí tardó dos días en recuperar el control de la población de unos 700 habitantes, según el general Itai Veruv, que dirigía las tropas. Los militares informaron de que el número de muertos superaba el centenar. “En 40 años de servicio, he visto muchas cosas difíciles, pero nada como esto”, dijo Veruv.

 A partir del martes, comenzó una segunda batalla en torno a lo ocurrido en Kfar Aza, la guerra de la propaganda que siempre ha acompañado al conflicto israelí-palestino. El Ejército invitó a un grupo numeroso de periodistas extranjeros a que visitaran la población para que la noticia se extendiera con rapidez. Varios de los principales medios israelíes no fueron convocados, pero sí por ejemplo un equipo de un canal israelí de noticias, que pasó a ser la primera, y durante unas horas, única fuente de los hechos.

 “He hablado con algunos de los soldados y me dicen que lo que han visto al entrar en las casas ha sido a bebés con la cabeza cortada. Eso es lo que han dicho. Familias halladas en sus camas”, dijo a la cámara la reportera Nicole Zedeck del canal i24News. La cuenta oficial del Estado de Israel en Twitter, que gestiona el Ministerio de Exteriores difundió el vídeo con el testimonio de Zedeck y las palabras “40 bebés asesinados”.

 Un oficial de la unidad que recuperó el kibbutz y que combatió contra los miembros de las Brigadas Izzadim Al Qassem dijo ante la cámara de i24News que se habían producido esas decapitaciones. “Ellos decapitaron a niños. Decapitaron a mujeres”.

 Por mucho que la cifra de víctimas fuera mucho mayor en el ataque al festival rave en el desierto del Neguev, donde fallecieron tiroteadas en torno a 250 personas, la noticia de Kfar Aza tenía un impacto aun más dramático al haber niños o bebés entre los asesinados, como también lo tienen las imágenes de niños rescatados sin vida de los escombros de los edificios bombardeados en Gaza. Desde ese punto de vista, la gran cobertura recibida en las primeras horas no era extraña ni el valor que tenía para el Gobierno como arma de propaganda en un momento en que las televisiones difunden imágenes de los ataques masivos de Gaza.

 Sin embargo, el relato de los hechos se limitaba al testimonio de soldados que no había sido confirmado por el Ejército de forma oficial, algo que no suele tardar mucho tiempo. Los periodistas no vieron esos cadáveres decapitados. Sí observaron seis cadáveres de víctimas israelíes introducidos en bolsas negras en la entrada del pueblo, otros cuatro en una pista de baloncesto, más cuerpos cubiertos con mantas y otros de los asaltantes.

La agencia turca Anadolu se puso en contacto con los portavoces habituales del Ejército, que no confirmaron la existencia de bebés entre los asesinados ni el dato macabro de que habían sido decapitados. “Hemos visto las noticias, pero no contamos con detalles o confirmación sobre ellas”, respondió una portavoz en la tarde del martes.

 Otro portavoz dijo al diario francés Libération que se habían producido atrocidades, pero que no podía “confirmar estas decapitaciones ampliamente difundidas”. Es la misma respuesta que recibió un periodista de CNN.

 La crónica sobre el terreno del equipo de la cadena británica Sky News contó lo que pudo ver el reportero y las dimensiones de la tragedia sin entrar en detalles que aún no podía confirmar, como la cifra total de muertos y el estado de las víctimas.

 “Ayer estuve en Kfar Aza”, escribió el miércoles el periodista francés Samuel Forey, que escribe para Le Monde: “Nadie me habló de decapitaciones, aún menos de niños decapitados, aún menos de 40 niños decapitados”. Habló con varios militares y ninguno le dijo nada sobre cadáveres sin cabeza. No pretendía minimizar lo que presenció: “Lo que vi ayer en Kfar Aza fue terrible”.

 El periodista israelí Oren Ziv también estuvo en Kfar Aza. Afirma que no vio ninguna prueba de las alegaciones sobre decapitaciones ni los mandos militares y soldados con los que habló le comentaron nada de ello. “Las escenas eran horribles con decenas de cadáveres de israelíes asesinados en sus casas”, dice. Un portavoz militar le dijo: “En este momento, no podemos confirmarlo. Somos conscientes de los actos terribles de los que Hamás es capaz”. El Ejército dio el miércoles la misma respuesta o similar a todos los periodistas que preguntaron.

 En España, la noticia sin confirmar fue utilizada con rapidez por algunos medios de comunicación y políticos. Con el único testimonio de la periodista de i24News, El Mundo y ABC publicaron sendas noticias en la tarde del martes. El Partido Popular fue más agresivo y empleó la matanza para atacar al Gobierno de Pedro Sánchez y a los partidos que lo apoyan. “Cuarenta bebés decapitados y el gobierno de Sánchez anda en la equidistancia entre los terroristas y las víctimas”, escribió Isabel Díaz Ayuso.

“Hamás decapitó bebés en sus cunas. BEBÉS EN SUS CUNAS. Y no voy a decir nada más. Los contextualizadores y equidistantes os podéis ir a la mierda, eso sí” (mayúsculas en el original), dijo el diputado y portavoz del PP, Borja Sémper.

La tarea de retirada de cadáveres no comenzó hasta el martes ante la necesidad de asegurar la zona y limpiarla de granadas y trampas explosivas. Sin embargo, medios y políticos de fuera de Israel ya decían saber lo que había ocurrido e incluso ofrecían cifras que no habían sido confirmadas por el Ejército.

 La noticia se extendió por rapidez por todo el mundo, siempre con la única fuente de i24News. Un recuento de su alcance en Twitter suma 44 millones de impresiones, 300.000 'likes' y 100.000 retuits. El medio de la oposición bielorrusa Nexta, muy activo en las noticias sobre Ucrania con un millón de seguidores en Twitter, dijo que “Israel había mostrado al mundo los cuerpos de 40 bebés israelíes decapitados encontrados después de una masacre”, un dato que era falso. Los periodistas no llegaron a ver ningún cadáver de un niño o bebé ni ninguna imagen o vídeo facilitada por los militares.

La noticia encabezó las portadas de muchos periódicos europeos. En el caso de los británicos, dando por hecho elementos que no estaban confirmados. “Hamás 'cortó la garganta a bebés' en una masacre”, tituló The Times. “Matanza de bebés y niños por Hamás”, fue el titular de The Daily Telegraph.

Mucho después de que aparecieran estas noticias, en la tarde del miércoles, un portavoz del Ejército dejó claro que los militares no tienen interés en ofrecer más datos. Le preguntaron sobre el asunto que había monopolizado el interés de medios y políticos, la existencia de bebés decapitados como símbolo del horror ocurrido. “No vamos a investigar el estado de los cuerpos e, incluso si lo hiciéramos, no comentaríamos en público el estado de los cuerpos de nuestros civiles. Y de los bebés”, dijo el mayor Nir Dinar a Business Insider.

Tampoco iba a facilitar el número de bebés muertos. “Los crímenes de guerra cometidos por Hamás son obvios para el mundo. No necesito entregar pruebas y no lo voy a hacer. Sería una falta de respeto hacia los muertos”.

La matanza había existido y sus dimensiones eran estremecedoras. Ningún medio conocía con exactitud datos esenciales para justificar los titulares. Pero la noticia ha cumplido su misión como herramienta de propaganda justo cuando el Ejército se prepara para el futuro asalto por tierra sobre Gaza. Para el Ejército, ya no es necesario entrar en detalles.

 El principio es muy conocido. Quien controla la información sobre una guerra, controlará lo que piense la opinión pública sobre esa guerra.

 https://www.eldiario.es/internacional/guerra-propaganda-matanza-kfar-azar_129_10589525.html

No  solo de The Times   ,  The  Guardian lo mismo