miércoles, 18 de diciembre de 2019

Entrevista al economista Thomas Piketty .



Entrevista al economista Thomas Piketty
"España, Francia, Italia y Alemania deberían formar una coalición basada en fiscalidad común, transición energética y justicia social"

El diario

"Los partidos socialdemócratas se convirtieron en los partidos de los titulados universitarios y las personas con un nivel bajo de educación sintieron que ya no eran su prioridad. No han sido capaces de presentar una alternativa al capitalismo"

- "La cesión a administraciones regionales de parte del impuesto sobre la renta ha provocado una competencia fiscal entre regiones, donde hay una ausencia de solidaridad fiscal y se intensifica una relación perniciosa entre frontera y propiedad"
- "Una de las dificultades de Latinoamérica se da cuando grandes inversores extranjeros, como empresas de EEUU o bancos europeos, generan un discurso político injusto sobre cuál debería ser el nivel de pago de la deuda"
- "Propongo eliminar los impuestos indirectos como el IVA porque en la práctica son muy regresivos, perjudican a los grupos más desfavorecidos que tienen que dedicar la mayoría de su renta al consumo y pierden capacidad de ahorro"
 
 Portada del libro Capital e ideología, de Thomas Piketty. EDITORIAL DEUSTO
El economista Tomas Piketty (Clichy, Francia, 1971) ha roto un tabú cuando se cumplen 30 años de la caída del Muro de Berlín. Con las investigaciones de sus libros ha acabado con el discurso único de que no hay alternativa al capitalismo desregulado que ha marcado el mundo desde los años 80 del siglo pasado. Tras el éxito de ventas de El capital en el siglo XXI (Deusto, 2013), el director de investigación en la École des Hautes Études en Sciences Sociales (EHESS), profesor en la Paris School of Economics y codirector de la World Inequality Database vuelve con Capital e ideología (Ed. Deusto) a realizar una completa investigación de la historia económica, social, intelectual y política de la desigualdad.
La conclusión de Piketty en su nuevo libro es demoledora: "Las desigualdades actuales y las instituciones presentes no son las únicas posibles, pese a lo que puedan pensar los conservadores: ambas están también llamadas a transformarse y a reinventarse permanentemente". El economista francés aporta en 1.200 páginas suficientes datos e investigación para confirmar que la desigualdad es un asunto ideológico y político que se puede cambiar. Además de la investigación, Piketty propone soluciones como subir los impuestos de la renta y del patrimonio, eliminar la imposición indirecta, construir instituciones internacionales que velen por una fiscalidad común además de eliminar la libre circulación de capitales, un papel más determinante de los trabajadores en la gestión y la propiedad de la empresas y ceder 120.000 euros a cada joven cuando cumplan 25 años, entre otros planteamientos.
Se trata de propuestas plausibles, algo que ha puesto nerviosos a ciertas élites. El economista desprecia las críticas conservadoras sin fundamento: "Lo curioso es que la misma gente que me decía '¿qué van a hacer los hijos de los grupos más desfavorecidos con esos 120.000 euros?' o 'va a reducir el incentivo para buscar un trabajo' no tenía ningún tipo de problema con los que tienen sueldos o herencias familiares de un millón o 10 millones, aunque estas personas tampoco sepan qué hacer con ese dinero. Estas reacciones críticas vienen de personas que aseguran defender la libertad, aunque la libertad que realmente les importa es la de una élite de minoritaria de niños ricos. Pero cuando hablamos de la libertad del 50% o 60% más desfavorecido de la población, ¿esa libertad les da miedo?"
En 1960, Daniel Bell publicó El fin de las ideologías, un manual en el que precedió a otros autores conservadores, sobre el final de la dialéctica de la historia y la aparición del pensamiento único. Han tenido que pasar 50 años para que usted devuelva el debate político a la ideología, de manera que la izquierda tenga un asidero con posiciones claras que defender.
Creo que las ideologías han jugado un papel muy importante en las transformaciones históricas y en la evolución económica. La élites creen que hay algo objetivo o natural en la organización de la economía o en la desigualdad social, pero el hecho es que cuando miras cómo ha sido la transformación de la historia se puedes observar una inmensa diversidad ideológica que ha influido directamente en los niveles de desigualdad. Yo lo que quería era que este libro se fijase en la ideología desde un punto de vista positivo, desde el punto de vista de cómo las sociedades utilizaron la imaginación para solventar los problemas, de aportar fórmulas a la hora de organizarse y de justificar esas maneras de organizarse. El problema que tenemos que resolver es la visión de la organización social y política, que son problemas muy complejos y nadie va a tener nunca una respuesta perfecta.
Desde que se implantó el sistema de fronteras hay una gran diversidad de respuestas, lo que no quiere decir que todas las respuestas puedan ser evaluadas. Yo intento siempre evaluarlas, pero para poder comprobar si se pueden aplicar hay que analizar el valor de esas ideologías y reconocer si son posibles.
Cuando critican su libro con frases se utilizan frases como "Thomas Piketty está contra la propiedad privada" o "Piketty quiere regalar a cada joven 120.000 euros", ¿es la forma que tiene el sistema para evitar que el debate se centre en la desigualdad y que estamos hablando de posiciones ideológicas?
He tenido reacciones que calificaría como muy interesantes a las propuestas que detallo en mi libro. Por ejemplo, yo propongo que que cada persona a la edad de 25 años reciba 120.000 euros como herencia, que en Francia correspondería a un 60% de la riqueza media de un adulto. En mi propuesta las personas que obtendrían un millón de euros tras los impuestos recibirían 620.000 euros mientras que las personas sin ingresos obtendrían esos 120.000 euros. No creo que sea una propuesta tan radical, se podría ser más radical, de hecho en la historia ya hemos tenido tipos impositivos mucho más altos.
Las principales críticas a esta propuesta eran "¿qué harán los trabajadores con la gestión de las empresas?, "¿qué van a hacer los hijos de los grupos más desfavorecidos con esos 120.000 euros?", "va a reducir el incentivo para buscar un trabajo" o "no van a tener buenas ideas a las que dedicar este dinero". Lo curioso es que la misma gente que me decía esto no tenía ningún tipo de problema con los que tienen sueldos millonarios por estar al frente de compañías o tienen herencias familiares de un millón o 10 millones, aunque estas personas tampoco sepan qué hacer con ese dinero. Estas reacciones críticas vienen de personas que aseguran defender la libertad, aunque la libertad que realmente les importa es la de una élite de minoritaria de niños ricos. Pero cuando hablamos de la libertad del 50% o 60% más desfavorecido de la población, ¿esa libertad les da miedo?
Entre 1980 y 2018 donde menos ha aumentado la desigualdad ha sido en las socialdemocracias europeas, pero ¿por qué no hubo capacidad por parte de la izquierda para responder al pulso ideológico del incremento de la desigualdad que dio pie a las victorias de Margaret Thatcher y Ronald Reagan?
La socialdemocracia consiguió logros muy importantes entre 1950 y 1980, pero quizás confiaban demasiado en su éxito y no se prepararon lo suficiente para el siguiente paso. En concreto, no se prepararon para la regulación de la globalización o para ir más allá de la nación Estado o ni siquiera sabían cómo querían organizar la moneda común europea.
En los 80 y 90, cuando Reagan y Thatcher llegaron al poder e implantaron la desregularización financiera, los socialdemócratas no estaban preparados para responder, intentaron desarrollar tratados para organizar el flujo de capitales pero sin tener una solución real para una fiscalidad común de Europa. Ahora, treinta años más tarde nos hemos dado cuenta de esa falta de respuesta ha creado el caldo de cultivo para un sistema fiscal tremendamente desigual que sufren las clases más desfavorecidas y que hace que sea muy difícil que las personas con altos patrimonio paguen más impuestos.
Este caldo de cultivo ha terminado en una parte muy importante del sentimiento negativo en contra de la integración europea y como base de las dudas de la capacidad de los partidos socialdemócratas para proteger a los grupos más desprotegidos ante la competitividad fiscal.
Se dio una limitación intelectual en los socialdemócratas, en parte porque en el periodo del 50 al 80 creían que era posible el control del capital por parte de cada nación Estado. Era el momento álgido de la Guerra Fría, pero cuando el comunismo fracasó, perdieron a su mejor enemigo y asumieron preceptos políticos capitalistas sin una alternativa para la redistribución de la propiedad, de la organización de la globalización y de la justicia educativa.
¿Y tienen capacidad la socialdemocracia para responder ahora?
A partir de los años 80 los partidos socialdemócratas se convirtieron en los partidos de los titulados universitarios, de aquellos que más éxito habían tenido en el mundo educativo. Las personas con un nivel más bajo de educación han sentido que ya no eran la prioridad para estos partidos. Desde entonces, no han sido capaces de renovar sus planteamientos ni presentar un proyecto alternativo para el capitalismo. A este proyecto alternativo es a lo que yo intento contribuir con este libro.
A los partidos antiguos socialdemócratas les ha salido ahora competencia con partidos nuevos de la izquierda radical —que para mí no son tan radicales—, que han encontrado un hueco entre la gente insatisfecha con la socialdemocracia. Cada partido siente que tiene razón y son incapaces de trascender a esa competición y generar una organización federal para unirse bajo un bajo un tipo de plataforma nueva, de manera que ahora se quedan en formaciones muy pequeñas con lo que va a ser difícil que consigan el poder.
De todas maneras, no soy pesimista porque la derecha también está tremendamente dividida entre el centroderecha y la derecha extrema xenófoba. La situación política es complicada, estamos viviendo un tiempo de división, tanto en la ideologías como en las políticas y el sistema se está construyendo en varias direcciones.
Con la lectura de su libro se saca la conclusión de la necesidad entre las fuerzas progresistas de mantener un combate permanente —ideológico, económico, educativo y social— para que no ocurra que con el incremento del nivel de vida de los votantes cambien sus intereses y los partidos se conviertan en formaciones de "izquierda brahmánica" (de casta).
El mundo no es estático, en la historia se dan cambios constantes. No es que de repente los socialdemócratas hayan decidido apoyar a los ricos y dejar a los pobres. En efecto, los partidos socialdemócratas no fueron capaces de hacer frente a nuevos retos. No estoy intentando culpar a nadie en este libro, simplemente estoy intentando que la gente sea consciente de que ha habido una deriva en el incremento de la desigualdad y problemas en la redistribución de la riqueza que han dañado la credibilidad de la izquierda, de los socialdemócratas y proyectos como la Unión Europea.
La cuestión es: ¿qué vamos a hacer para arreglar los problemas de la sociedad? Si no hay un cuestionamiento profundo de cuál es el programa político y hacia dónde queremos ir, no habrá salida. Es importante tener un programa para decir qué tipo de sociedad alternativa queremos construir, saber cuál es el objetivo final, porque si no se conoce ese objetivo, ¿cómo se puede convencer a nadie de que se una al camino para poder empezarlo juntos?
Desde el punto de vista de sus estudios de la historia qué cree que ha fallado en Latinoamérica para que coincidan un conjunto de gobiernos de izquierdas durante años en diferentes países pero la desigualdad parece que se mantiene intacta.
Ha habido experiencias muy diferentes según los países de Latinoamérica, los niveles de desigualdad en Argentina son diferentes a los que hay en Chile o Brasil. En Argentina pese a todas sus limitaciones ha tenido más éxito a la hora de reducir la desigualdad y de implantar políticas para desarrollar a la clase media en comparación con lo que ha pasado en Chile.
Unas de las grandes dificultades que han vivido estos países —que es diferente a la situación de Europa— es cuando grandes propietarios que vienen del extranjero, como empresas de Estados Unidos o bancos europeos, que invierten y crean oportunidades pero también generan un discurso político sobre cuál debería ser el nivel de pago de la deuda, por ejemplo, que no es justo. Cuando hay graves problemas de desigualdad y carencias educativas o sanitarias, estos grandes propietarios de capital tratan de marcar un discurso en el que es más importante pagar la deuda a los inversores privados que arreglar estos problemas.
Llegar a un consenso democrático sobre cuál es el nivel adecuado de desigualdad o de justicia social es muy complicado. La relación con los grandes propietarios de capital es muy difícil dentro de una comunidad política, pero cuando esos propietarios del capital son externos a la comunidad y se pueden deslocalizar con facilidad o transferir el capital sin problemas, las relaciones políticas son aún más difíciles. Creo que esta es una de las razones más importantes para que se den esos ciclos políticos en Latinoamérica.
Usted en su libro propone como una de las soluciones el federalismo a escala mundial y regional.
La concepción de uniones regionales basadas en la fiscalidad común y la transparencia financiera son relevantes ya que servirían para solventar muchos problemas. Lo que no se puede es aplicar las mismas soluciones sin tener en cuenta la situación de los países de una región del mundo o simplemente sobre la base del libre comercio y la libre circulación de capitales. Necesitamos una regulación común de fiscalidad y esto se puede aplicar a Latinoamérica, Europa y África. Todavía no existe ningún organismo multilateral de países de tipo fiscal en el mundo. En cualquier región del mundo, se puede construir un modelo más igualitario mediante nuevas formas de cooperación o de federalismo, con fiscalidad común y objetivos sociales para el futuro.
Sin embargo, la historia nos ha mostrado que la creación de organismos multilaterales (FMI, Banco Mundial, OMC...) no solo no ha sido la solución sino que para muchos países ha sido una generación de problemas para su población.
Estas organizaciones consiguieron al principio algunos éxitos pero posteriormente se adhirieron a una planteamientos políticos más cercanos a la revolución conservadora de los años 80 del siglo XX, utilizando las quitas de la deuda de países que estaban ahogados económicamente como palanca ideológica, en lo que se puede definir como un chantaje.
Algo similar ocurre con la Unión Europea, cuya construcción ha tenido más en cuenta la libre circulación de capitales que el bienestar de las personas. Por este motivo se genera una desafección contra estas grandes instituciones que realmente no solucionan los problemas de los ciudadanos. Hay que poner en marcha una coalición a nivel europeo con un número reducido de países, por ejemplo, España, Francia, Italia, Alemania, que desarrollen proyectos más ambiciosos en fiscalidad común, transición energética y justicia social. Que las iniciativas de actores más importantes en este grupo reducido pueda servir como ejemplo de lo que se puede hacer. Si funciona, se podrá convencer a más países en Europa y en el mundo. Si esperamos que las cosas sucedan a nivel de las Naciones Unidas, nunca va a funcionar.
Hablando de la sacralización de la propiedad privada, ¿cuál ha sido el papel de la Iglesia en la justificación de la desigualdad? Por ejemplo, en España la iglesia sigue siendo uno de los principales propietarios inmobiliarios.
La iglesia católica ha sido y es un gran propietario inmobiliario aunque se ha reducido muchísimo en el último siglo. Es verdad que sigue siendo una fuerza a tener en cuenta, especialmente en países como Francia o en España. La redistribución de la propiedades de la Iglesia tuvo que pasar por un proceso muy complicado porque alegaron que eran grandes propietarios pero proporcionaban servicios sociales, educativos, etcétera. La realidad es que los logros de la Iglesia en el aumento del nivel educativo o de la sanidad han sido bastante menos exitosos que lo que ha conseguido el Estado o la administración pública local. Uno de los problemas que tenemos hoy en Francia es que las escuelas católicas reciben mucho apoyo económico desde las Administraciones públicas pero no aceptan a cualquier niño, quieren seleccionarlos y en la práctica tienden a admitir a niños de clases más favorecidas, con lo cual se ponen trabas a la escala social.
En España le ha dedicado un capítulo al independentismo catalán.
Creo que el problema político en Catalunya es muy complejo, no tengo dudas de que los motivos políticos del independentismo son muy variados pero me llamó la atención la adhesión de rentas altas al movimiento independentista y su excesivo discurso contra la solidaridad fiscal. No soy contrario a la descentralización política pero la cesión a administraciones regionales de parte del impuesto sobre la renta ha provocado una competencia fiscal entre regiones como ocurre entre países en Europa, donde hay una ausencia total de solidaridad fiscal y donde se intensifica una relación perniciosa entre frontera y propiedad.
¿Cómo se puede luchar contra lo que usted denomina la trampa social-nativista (el discurso de la ultraderecha de prometer medidas sociales solo para los ciudadanos de un país y culpar a los inmigrantes de los problemas)?
El auge del social nativismo o de las fuerzas políticas xenófobas es en gran parte la consecuencia de la falta de ambición política a nivel de la justicia social y de una transformación económica. En cierto modo, esto es como quien dice que no se puede gravar a las grandes fortunas, así que voy a vengarme con los pobres inmigrantes o los pobres trabajadores de países extranjeros. Creo que la única manera de deshacerse de esta trampa social nativista es desarrollar una agenda más extensa, basada en la justicia económica y en la reducción de la desigualdad.
Podría explicar por qué los impuestos indirectos no tienen justificación real (salvo los destinados a corregir externalidades, ya sean medioambientales o de otro tipo).
Porque cuando hablamos de transparencia democrática es mejor tener una fiscalidad progresiva con impuestos que graven a la renta y al patrimonio, ya que así es más fácil determinar qué grupos está pagando según lo que ingresan y según lo que tienen. Propongo eliminar los impuestos indirectos como el IVA porque en la práctica son muy regresivos, perjudican a los grupos más desfavorecidos que tienen que dedicar la mayoría de su renta al consumo y pierden capacidad de ahorro. A veces los impuestos indirectos pueden compensar las desigualdades si son muy altos sobre los bienes de lujo, aunque la realidad es que no frenan el proceso de concentración de riqueza ni cumplen un objetivo de distribución —en los últimos años la tasa de crecimiento de las grandes fortunas ha sido mayor que la tasa de crecimiento de la economía—, sin contar que este tipo de imposiciones son menos precisas y menos efectivas que el impuesto sobre la renta y sobre el patrimonio.
Fuente: https://www.eldiario.es/economia/Thomas-Piketty_0_972903564.html
 y ver  ...
La critica de Marx  a los social demócratas alemanes
http://www.sinpermiso.info/textos/las-duras-criticas-de-marx-a-los-socialdemocratas-alemanes


martes, 17 de diciembre de 2019

El fiasco chileno de las pensiones.


El fiasco chileno


 El modelo de pensiones que era un ejemplo y hoy camina al fracaso.




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Esta foto es marzo del 2019 ,  cuando comienzan las manifestaciones



Andy Robinson .
 La Vanguardia



El sistema ha regalado 225.000 millones a la banca y ofrece sólo 200 euros a los pensionistas

Después de un mes de manifestaciones, las paredes en el centro de Santiago de Chile son, desde mediados de noviembre, murales psicodélicos de grafitis multicolores. Los dos que mejor resumen la extraordinaria rebelión ciudadana contra el presidente, el empresario multimillonario Santiago Piñera, rezan: “Chile, donde nació el neoliberalismo y donde morirá” y “Hay tantas cosas que cambiar que no sé qué huevada pedir aquí”.
Después de un mes de manifestaciones, las paredes en el centro de Santiago de Chile son, desde mediados de noviembre, murales psicodélicos de grafitis multicolores. Los dos que mejor resumen la extraordinaria rebelión ciudadana contra el presidente, el empresario multimillonario Santiago Piñera, rezan: “Chile, donde nació el neoliberalismo y donde morirá” y “Hay tantas cosas que cambiar que no sé qué huevada pedir aquí”.

Pero el eslogan que sacó más de 1,3 millones de chilenos a las calles en un solo día es otro grafiti: “¡No más AFP!”(1). Se refiere a las 15 administradoras de fondos de pensiones (AFP) que gestionan el sistema de pensiones privatizado por la dictadura de Augusto Pinochet en 1981 bajo los consejos del" chicago boy"  Jose Piñera, hermano del actual presidente, (Piñera en realidad aprendió los principios de la escuela neoliberal de Milton Friedman en Harvard y no Chicago).

De todos los elementos del modelo chileno de desregulación, privatización y ortodoxia fiscal, el que más elogios ha suscitado en las conferencias bancarias ha sido el sistema de capitalización de pensiones, basado en un sistema de ahorro forzado que ha canalizado miles de millones de dólares al sistema financiero.


 SIGUE ...
https://www.lavanguardia.com/economia/20191217/472259400031/pensiones-modelo-espana-chile-jubilacion-pensionistas-afp.html


Nota del blog (1)  

Una de las cosas que  ocultan las informaciones  y las fotos en la prensa es esta protesta  ,  la de las camisetas amarillas chilenas  contra la pensiones , se ve  que  mucha de nuestra  prensa ,  es bien bancaria.  Desde luego este artículo no lo publica el  País con el Banco Santander de copropietarios y la banca Morgan tras el  Santander  . Mientras publicaba los artículos de Vargas Llosa , alabando el sistema chileno de pensiones   .Y no deja de ser  la intención oculta de la reforma de Macron en Francia . Un ex banquero de Rothschild,  que paso a ser presidente  . Al igual en Chile , los militares como bien dice el artículo tienen un sistema propio ,  y añado yo , basado  directamente en la venta del  cobre chileno . De la  parte que no ha sido privatizada  ...
. https://www.meneame.net/m/actualidad/santander-pais-privatizacion-fondos-pensiones







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lunes, 16 de diciembre de 2019

Por qué la clase trabajadora votó al partido del brexit .


 Por qué la clase trabajadora votó al partido del brexit

Vicenç Navarro



diciembre 16, 2019

La noticia más llamativa de las elecciones británicas de este pasado jueves 12 de diciembre es que la mayoría absoluta en el Parlamento Británico conseguida por el Partido Conservador no se habría producido sin el voto masivo de amplios sectores de la clase trabajadora británica a este partido, una situación semejante a la que ocurrió en EEUU en las elecciones presidenciales de noviembre de 2015, que dieron como resultado la victoria de Trump. La predecible respuesta del establishment mediático liberal español ha sido atribuir la victoria del Partido Conservador a un rechazo del programa del Partido Laborista, percibido como excesivamente izquierdoso (el editorial de El País del 14.12.19 lo definió como paleoizquierdista), alentando a las fuerzas progresistas a que aprendan de lo ocurrido y vuelvan al centro (que quiere decir al socioliberalismo).

Los datos, sin embargo, no confirman esta lectura de lo ocurrido. En realidad, las encuestas fiables afirmaban que la gran mayoría de las propuestas del Partido Laborista eran valoradas positivamente por la mayoría de la población. Según la encuesta de YouGOV (compañía altamente reputada en círculos de análisis de opinión), el 64% de la población estaba de acuerdo, por ejemplo, en subir los impuestos sobre la renta a las personas que ganan anualmente más de 80.000 libras (equivalentes a más de 95.000 euros). A su vez, el 56% estaba a favor de la nacionalización de los ferrocarriles y de las compañías de agua de energía y de gas (medida definida como antigualla por el articulista neoliberal de El País Xavier Vidal-Folch); el 54% estaba a favor de que los trabajadores y empleados de una empresa ocuparan un tercio del órgano ejecutivo de una empresa; el 81% apoyaba un aumento del gasto público sanitario de un 4,3%; un 73% apoyaba un crecimiento del salario mínimo a 10 libras esterlinas por hora (unos 12 euros); un 59% estaba a favor de un New Green Deal, y así un largo etcétera. No es creíble, por lo tanto, que el programa del Partido Laborista asustara a la población. Asustó a las clases pudientes, pero no a las clases populares.





¿Cuál, pues, fue la causa? Fue el Brexit, esto es, salir o no de la Unión Europea. Este fue el tema central de la campaña y la población lo sabía. Y el candidato conservador se centró casi exclusivamente en resaltar que llevaría a cabo la salida del Reino Unido de la Unión Europea (UE), tal y como la población había votado en el referéndum del 23 de junio de 2016. Aquel día la sorpresa fue que la mayoría de la clase trabajadora votó a favor de salir de la UE. En realidad, el resultado entonces fue bastante equilibrado, con la mitad de la población de renta superior a favor de la permanencia, y con la mitad de la población de renta inferior en contra (el resultado global fue de un 51,9% de la población en contra de continuar en la UE, y de un 48,1% a favor de continuar en ella). Pero fue interesante ver que, dentro de la clase trabajadora, los que más favorecieron el Brexit fueron los parados y los que no tenían trabajo. En aquel referéndum se vio, así pues, una relación directa entre nivel de renta y apoyo a la permanencia en la UE. A más renta, mayor apoyo a dicha permanencia.

¿Por qué la clase trabajadora votó a favor del Brexit en el referéndum de 2016 y ahora ha apoyado al partido del Brexit?


La explicación más frecuente de este comportamiento en el referéndum (explicación que se ha sido dada también por algunos teóricos de izquierdas) es que las clases menos educadas votaron en contra de la permanencia y las más educadas votaron a favor. Tal visión –derivada de los trabajos sobre capital humano de Bourdieu en Europa y Lipset en EEUU– está muy generalizada en los círculos del establishment político-mediático del país y refleja un cierto desprecio hacia aquellos sectores de la población que no comulgan con la sabiduría convencional de dicho establishment (que estaba a favor de la permanencia en la UE), que son definidos como ignorantes o poco educados y carentes de cultura (el famoso capital humano).


El comportamiento electoral de la clase trabajadora es lógico y predecible


Pero no estamos ante una cuestión de capital humano. Veamos el porqué del rechazo a la UE. Y para ello hay que tener en cuenta que el proyecto de establecer la Unión Europea no ha sido popular entre las clases trabajadoras de la Europa Occidental. Solo hay que recordar que en prácticamente todos los países europeos donde se sometió a referéndum la fallida Constitución Europea (Francia, Países Bajos y Luxemburgo), la clase trabajadora votó en contra de forma muy mayoritaria. En Francia, el 79% de trabajadores manuales, el 67% de los trabajadores de servicios y el 98% de los trabajadores sindicalistas votaron en contra; en los Países Bajos lo hizo el 68% de los trabajadores; y en Luxemburgo el 69% de los trabajadores. Y lo que es también interesante es que en países donde no hubo referéndums pero se preguntó a la población qué hubiera votado en caso de haberlo se registraron cifras similares: en Alemania, el 68% de los trabajadores manuales y el 57% de los trabajadores de servicios estaban en contra de aquella constitución; en Dinamarca lo estaban el 72% de trabajadores manuales; y en Suecia lo estaban el 74% de trabajadores manuales y el 54% de los trabajadores de servicios. Y toda la evidencia existente muestra que esta animosidad hacia la UE no ha descendido. Al contrario, ha aumentado. Y lo que es también interesante es que las asociaciones patronales, el gran capital y las clases medias de renta alta y media alta (profesionales con educación superior) estaban entonces, y continúan estando ahora, a favor de la UE.

Repito, ello tiene muy poco que ver con el nivel de capital humano y con los que sostienen la tesis de que la clase trabajadora no está dotada de tal capital y, por lo tanto, es más vulnerable a ser engatusada por demagogos o figuras semejantes. Y si analizamos los datos en la distribución de las rentas vemos dos cosas. Una es que en cada uno de estos países –incluyendo el Reino Unido– ha habido un claro descenso desde que se fundó la UE del porcentaje de las rentas derivadas del trabajo sobre el total de rentas (siendo este hecho incluso más acentuado en los países de la Eurozona), hecho que se debe a la imposición de las políticas neoliberales (y digo imposición pues no estaban en sus programas electorales) por parte de los partidos gobernantes. El descenso de esta masa salarial fue el reflejo de un descenso de la estabilidad y de la calidad de los puestos de trabajo para la mayoría de los trabajadores, un descenso en el que la desregulación de la movilidad del capital y de la fuerza del trabajo que ha caracterizado el establecimiento de la UE jugó un papel clave.

Pero este descenso no fue uniforme, pues junto al aumento de las rentas derivadas del capital hubo un crecimiento de los salarios del sector profesional asalariado de alto nivel educativo, acentuándose todavía más la polarización social, siendo la clase media alta cosmopolita uno de los sectores beneficiados de tal movilidad y globalización (europeización), un fenómeno que afectó muy negativamente la calidad de vida y el bienestar de las clases populares, puesto que al deterioro de su salario y condiciones de trabajo, se añadía la destrucción y pérdida de la protección social como consecuencia de los recortes de sus derechos sociales (con los recortes del gasto público social) resultado del neoliberalismo imperante en las instituciones europeas. Es totalmente lógico (y nada tiene que ver con su supuesta falta de cultura o educación) que tales clases trabajadoras estén en contra de la globalización económica y contra la Unión Europea, y que tengan miedo de que los inmigrantes les quiten su puesto de trabajo (o que les abaraten el sueldo, pues es conocido que el empresario se aprovecha de tener trabajadores inmigrantes para bajar los salarios de su empresa).

Añádase a ello que otro elemento clave de su inseguridad es el miedo a perder su identidad. El nacionalismo es la respuesta identitaria previsible frente al internacionalismo de la globalización liberal. Hoy, el liberalismo, la ideología dominante, y la democracia liberal están deslegitimados en los sectores más victimizados por la aplicación de las políticas públicas neoliberales. Por lo tanto, era lógico y predecible que ganara el Brexit en el Reino Unido, algo que podría ocurrir en otros países también. De ahí que, como ya se ha indicado, sea comprensible el surgimiento de un nacionalismo identitario que representa el deseo de que no se diluya la identidad de uno, y todavía más si se ve a los inmigrantes como una variable que daña su seguridad. Así pues, el racismo y el clasismo no son la causa, sino la consecuencia de dicha inseguridad. Para revertir lo primero hay que resolver lo segundo. De lo que incluso amplios sectores de las izquierdas no parecen ser conscientes es que el auge de la ultraderecha no es consecuencia de un aumento del racismo, del nacionalismo y del machismo. Este aumento es la consecuencia y el síntoma de la principal causa: la inestabilidad e inseguridad de los sectores más vulnerables de la población. Sin ir más lejos, en Suecia surgió un partido de ultraderecha a partir de la aplicación que las derechas liberales y conservadoras hicieron de legislación neoliberal, la cual causó un gran deterioro del mercado laboral, origen del gran crecimiento de la ultraderecha.

Y esto explica en gran parte el Brexit. El establishment británico (desde la City al gran mundo empresarial, pasando por las clases medias profesionales) estaba a favor de la UE, mientras que gran parte de la clase trabajadora estaba en contra. El Partido Conservador ganó en partes del Reino Unido donde nunca antes lo habían hecho, ciudades y regiones con mayoría de clase trabajadora industrial (incluidas las cuencas mineras) del norte y oeste de Inglaterra (que habían votado a favor del Brexit). Ha sido, pues, una protesta de las víctimas del neoliberalismo, que las ha dañado. Parece paradójico que hayan votado al partido que ha llevado a cabo tales políticas, pero la gran astucia de Boris Johnson ha sido, precisamente, presentarse como el antiestablishment, incluso contra su partido, el Partido Conservador. Trump también se presentó (y ganó) como la voz del antiestablishment, tanto del Partido Republicano como del Partido Demócrata, y esa es la razón por la que lo votaron grandes sectores de la clase trabajadora.

Podría ocurrir el Brexit en otros países de la UE

La ideología neoliberal ha sido la dominante en las instituciones de gobernanza de la UE, desde el Consejo Europeo hasta el Banco Central Europeo, pasando por la Comisión Europea y el Parlamento Europeo. Y como era predecible, su aplicación a lo largo de esta comunidad ha tenido un impacto muy negativo en la calidad de vida y el bienestar de sus clases populares. La evidencia es clara. En un reciente estudio del profesor Javier Arregui, del UPF-JHU Public Policy Center, documenta y analiza quién ha ganado y quién ha perdido con el establecimiento de la UE (“Ganadores y perdedores en el proceso de integración: repensando la Unión desde una perspectiva de ciudadanía europea”), corroborando los resultados de estudios anteriores: las desigualdades sociales han crecido en prácticamente todos los Estados de la UE, con un aumento en el crecimiento de las rentas de las clases más pudientes a costa de un descenso en las rentas de las clases populares. Este es el fruto del neoliberalismo, que ha sido promovido por los mayores medios de información españoles durante todos estos años, los mismos que ahora acusan al Partido Laborista de tener un programa económico y social extremista -supuesta causa de su derrota-, silenciando que la principal causa fue la ambivalencia que este partido mostró hacia el Brexit. Mientras tales medios continúan aconsejando la aplicación de las políticas públicas neoliberales, que están causando el gran rechazo hacia la Unión Europea que ellos mismos han promovido. La única solución hubiera sido un cambio de 180º de las políticas realizadas por el establishment de la UE, lo cual es improbable que ocurra en un futuro próximo. En realidad, dicho establishment se está moviendo más y más hacia la derecha. La pérdida de legitimidad es inevitable, abriéndose un futuro muy incierto. Así de claro
https://blogs.publico.es/vicenc-navarro/2019/12/16/por-que-la-clase-trabajadora-voto-al-partido-del-brexit/

Y ver  ...Los británicos no solo han votado brexit,
https://www.rebelion.org/noticia.php?id=263592


La trastienda de las pensiones en Francia.


Emmanuel Macron representado como un monarca del siglo XVIII  durante la manifestación del 5 de diciembre en París. Thomas SAMSON / AFP . Público .

BlackRock. Un gigante financiero estadounidense ataca las pensiones francesas



Miércoles 11 de diciembre de 2019

Sébastien Crépel

Fondos de pensiones. El gigantesco administrador de activos BlackRock está considerando los ahorros franceses, que le gustaría transformar en una jubilación financiada. Está esperando que se apruebe la ley del Pacto en la primavera y la reforma Delevoye para abrirle las puertas de este mercado.



No es necesario buscar el nombre de BlackRock en la agenda de consultas ministeriales sobre pensiones: no aparece en ningún lado. Esto no impide que este gigante de la Bolsa de Valores de Estados Unidos, presente en la capital de las mayores empresas francesas y que gestiona los ahorros de millones de empleados en todo el mundo, se interese mucho en la reforma de las pensiones, proporcionando sus "recomendaciones" al gobierno y al presidente de la República. En junio de 2019, unos días antes de la entrega del informe de Jean-Paul Delevoye sobre el proyecto del "esquema universal" , el fondo de inversión detalló, en un documento de aproximadamente quince páginas , todas las ganancias que espera sacar provecho de una reforma de pensiones que da un gran lugar a la capitalización, basada en particular en la ley Pacte aprobada en la primavera bajo el liderazgo de Bruno Le Maire.

El documento completo: "Loi Pacte: Le bon plan Retraite" (sic)  (1)

Esta ley, que es muy poco conocida por el público en general, ha allanado el camino, creando las condiciones para el aumento de los productos de ahorro para la jubilación en los próximos años. La reforma de Delevoye se presenta como un complemento a esto, las recomendaciones de BlackRock iluminan notablemente el contexto de los ataques ofensivos en el mundo de los seguros privados en los que forma parte. Una operación facilitada por la adhesión al Elíseo de Emmanuel Macron, quien cultiva sus relaciones con el CEO de BlackRock, Larry Fink.

Para el fondo estadounidense, el Hexagon representa un mercado esencial: "Los franceses se distinguen en todo el mundo por una alta tasa de ahorro, el 14% de sus ingresos disponibles cada año", señala BlackRock. Esto representa una riqueza acumulada, todos los activos combinados, de 13.125 millones de euros en 2016, incluidos 5.400 millones en activos financieros. En Europa, solo los alemanes ahorran más. A BlackRock le gustaría apoderarse de esta montaña de activos, pero para hacerlo debe eliminar un obstáculo importante: la desconfianza histórica de los franceses por los productos financieros, y en particular por las pensiones de los fondos de pensiones, considerados inseguros. El 63% de ellos considera que invertir en acciones es demasiado arriesgado, según el barómetro de la Autorité des Marchés Financiers. "Las diversas crisis financieras han anclado en la mente que los mercados financieros son las primeras fuentes de riesgo antes de ser fuentes de rendimiento" , lamenta BlackRock. Y los 15 años de reformas de pensiones anteriores no han logrado abrir el tan esperado mercado.

El "pilar" de la capitalización ya está en el corazón de la reforma

Por lo tanto, el fondo espera que el gobierno lo ayude a superar esta aversión reformando profundamente los mecanismos de ahorro para la jubilación. Lo que comenzó a hacer la ley Pacte, "al permitir que los ahorradores se beneficien de la desgravación fiscal" y la "gestión administrada" de su plan de ahorro para la jubilación, una herramienta programada para aumentar la participación inversiones arriesgadas, como las acciones del mercado de valores, para los ahorradores más jóvenes. Para BlackRock, en un momento en que las autoridades se preparan para reformar los "pilares 1 y 2" de la jubilación (los planes básicos y complementarios), es urgente "integrar el pilar 3 en su ámbito de reflexión" (el capitalización) "unificando los diferentes aspectos de la reforma de pensiones" .

De hecho, el "pilar" de la capitalización ya está en el corazón de la reforma, incluso si el Alto Comisionado de Pensiones, cuyos vínculos con el mundo de los seguros acaban de ser expuestos, lo niega. Su plan para un esquema universal es un "sistema de distribución por contribución que cubra un máximo de activos" , argumenta, ya que contribuirán para su jubilación con una base salarial de hasta 10.000 euros por mes. Casi todos los activos ... pero no todos. Todo es sutileza. Como recordatorio, hasta entonces, las pensiones complementarias de reparto de Agirc-Arrco permitieron contribuir con hasta 27,000 euros de salario mensual. Por lo tanto, es un espacio adicional para la capitalización que acaba de abrirse para los más favorecidos, en beneficio de las aseguradoras. Además, esto está escrito en su totalidad en el informe de Jean-Paul Delevoye: “Los empleadores y empleados que lo deseen pueden complementar el nivel de jubilación estableciendo esquemas colectivos de ahorro para la jubilación. "

Es esta ventaja la que BlackRock quiere impulsar, al proporcionar quince recomendaciones al gobierno. El objetivo es vender productos de ahorro a los ricos, pero más allá de eso, el documento propone, por ejemplo, una "contribución automática" del 5% de los salarios a los planes de ahorro de la compañía, complementada por un "dispositivo aumento automático " en caso de un aumento de la remuneración ... Llega a prever un " crédito fiscal " de 1.000 euros por año " accesible a hogares no sujetos a impuestos " , que " constituiría una forma de contribución pública " para "democratizar el modelo mucho más allá de los hogares con interés fiscal en generar ahorros para la jubilación" . O cómo financiar la facturación de las aseguradoras con fondos públicos vendiendo productos de ahorro a los más pobres.

  Fuente ..

 https://www.humanite.fr/blackrock-un-geant-americain-de-la-finance-lassaut-des-retraites-des-francais-681673

  Nota del blog .. (1)

 [PDF]

Loi Pacte: Le bon plan Retraite - BlackRock


https://www.blackrock.com › literature › whitepaper
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  Nota  del blog  (2) ..PERO  HAN TENIDO  UN ACCIDENTE
El alto comisario francés para la reforma de las pensiones, Jean-Paul Delevoye, que tenía rango de ministro, ha dimitido como consecuencia del escándalo por no haber declarado 13 cargos –la mayoría honoríficos, pero dos muy bien remunerados– que simultaneaba en empresas e instituciones, en contra de la legislación sobre incompatibilidades y conflictos de interés. La renuncia de Delevoye, de 72 años, es un duro golpe al Gobierno y al presidente Emmanuel Macron en el pulso que libran desde hace casi dos semanas con los sindicatos y en plena huelga.

A Delevoye se le reprochó asimismo sus estrechos contactos con el sector de las aseguradoras, potenciales beneficiarias de un debilitamiento del sistema público de pensiones. Y que no tuvo inconveniente, en edad de jubilación, de embolsarse más de 200.000 euros, en un periodo de dos años, como consejero. El hecho de que devolviera el dinero no solventó el daño hecho.
https://www.lavanguardia.com/internacional/20191216/472260725065/dimite-ministro-frances-encargado-reforma-pensiones.html