jueves, 4 de febrero de 2016

Los niños refugiados engorda el PIB de Europa.

La esclavitud sexual de los niños refugiados engorda el PIB de Europa



Por si no fuera suficiente el drama humanitario que padecen los centenares de miles de refugiados sirios, iraquíes y libios, quienes se han visto obligado a escapar de la guerra promovida por occidente en sus países, para desafiar la muerte en el mediterráneo, las bajas temperaturas caminando extensos territorios europeos para intentar buscar refugio en Alemania con la promesa de que podrán vender su fuerza de trabajo a un costo muy, pero muy bajo, hoy, los medios de información europeos han terminado por reconocer un nuevo drama.De acuerdo con la Oficina Europea de Policía (Europol), unos 270.000 niños refugiados llegaron a Europa en 2015. Decenas de miles de estos menores no iban acompañados por adultos, y desaparecieron. Como consecuencia, el bloque de 28 naciones se ha mostrado preocupado por su futuro, puesto que estos podrían haberse convertido en víctimas de traficantes de personas, informa 'The Guardian'.
De la misma manera, los servicios de inteligencia de la cruel y cada día más despiadada y racista Unión Europea (UE) han reconocido la noticia advirtiendo que las mafias del viejo y “civilizado” continente buscan a menores de edad para trabajo sexual y esclavitud en esos países.

Según jefe de personal de Europol, Brian Donald, hay evidencias de que estos niños fueron explotados sexualmente por pandillas vinculadas a la trata de personas, aunque no todos sufrieron de actividad delictiva. Reconocía Donald "no es descabellado decir que se trata de más de 10.000 niños. No todos ellos habrán sido abusados; algunos podrían haber sido devueltos a sus familiares. Simplemente no sabemos dónde están, qué hacen o con quién están" y agregó que los abusos no sucedieron "en medio de los bosques", sino en ciudades y zonas urbanizadas [1].
La espantosa cifra de 10 mil niños refugiados perdidos en Europa no puede ser ocultada por nadie, así como la complicidad oficial tampoco puede ser silenciada. Los mismos medios aseguran que los pobres se irán incorporando al creciente mercado “laboral” más lucrativo de Europa que fuese legalizado recientemente por los miembros de la zona Euro: la llamada economía criminal que hoy reportan legalmente al PIB de Europa.
Hace rato dejó de ser un secreto para la UE que los países miembros del bloque calculan el Producto Interno Bruto (PIB) de sus respectivas economías bajo el método que involucra al creciente y lucrativo mercado “ilegal” o “criminal”. En el llamado “primer mundo” ha sido legalizado la esclavitud sexual, la prostitución y las drogas, y muchos inversiones se destinan para ese sector.
“En 2012, el Banco de Italia cifró el valor de lo que denomina “economía criminal” en 10,9% del PIB. Hace dos semanas, la Oficina de Estadísticas Nacionales de Reino Unido (ONS) informó que la prostitución, el tráfico de drogas y el contrabando suponen unos 12.300 millones de euros de la riqueza nacional, es decir, un 0,6% de su PIB. Y esta semana, España y Portugal también entregaron sus estimaciones. Así, el Instituto de Nacional de Estadística español (INE) calculó que el PIB aumentará entre un 2,7% y un 4,5 % (entre 27.000 y 45.000 millones de euros) incluyendo las actividades ilegales. En tanto, los responsables del INE portugués explicaron que este tipo de negocios elevan en un 0,4% el PIB nacional, o sea, unos 700 millones de euros” [2].
Acaso, ¿es descabellado creer que los 10 mil niños están destinados para engrosar el PIB de esos países?
Mientras los medios europeos tratan de resaltar aquellas noticias que sólo hablan de abusos sexuales cometidos por pandillas de refugiados, y los partidos de extrema derecha aprovechan las mismas noticias para promover la xenofobia en la población europea, la suerte de los refugiados está echada al abismo. La xenofobia, la muerte de los refugiados en el Mediterráneo, la esclavitud laboral y la esclavitud sexual de los menores parece no importar a nadie en el norte.
¿A dónde fue a parar el “primer mundo civilizado”?
La izquierda europea debe hacer bandera de ésta denuncia.

Fuentes:
[1] Se desconoce el destino de los niños refugiados
https://actualidad.rt.com/actualidad/198382-europol-desconocer-destino-ninos-refugiados
[2] El peso de la economía ilegal en el PIB de Europa
http://www.bcr-bestrong.com/2014/06/el-peso-de-la-economia-ilegal-en-el.html?m=1
Voces Contra el Imperio

 y

http://www.lamarea.com/2016/02/04/y-si-hubieran-desaparecido-diez-mil-ninos-alemanes/


Rebelión ha publicado 

miércoles, 3 de febrero de 2016

El sistema del régimen y el tercer hombre.





El régimen y el sistema

Isidoro Moreno
Rebelión


Es evidente que los resultados de las elecciones de diciembre certificaron la quiebra de uno de los pilares del régimen político construido en la transición al posfranquismo: el bipartidismo de la alternancia (UCD-PSOE en los primeros tiempos y luego PP-PSOE), que ha sido el núcleo central de las instituciones junto con la monarquía borbónica y la visión de España como “Una” (negando legitimidad a la definición plurinacional del Estado que hasta la transición política era parte importante de los programas de los partidos de izquierda, incluidos el PSOE y el PCE).
Durante casi cuarenta años, con mayoría absoluta o con el apoyo de alguna fuerza de las derechas catalana o vasca, los dos partidos se han alternado en el Gobierno dando lugar a un régimen de democracia de baja intensidad que cerró en la práctica toda otra forma de participación política ciudadana que no sea a través de los partidos. Una ley electoral ad hoc favoreció y consolidó este bipartidismo, que ha invadido todas las esferas institucionales y muchos ámbitos de la sociedad civil, incluido el poder judicial, teóricamente independiente, pero donde PP y PSOE colocaron a sus peones o simpatizantes sin rubor alguno. 
Todo ello ha tenido como consecuencia el altísimo nivel de corrupción que se extiende desde miembros de la Familia Real hasta pequeños ayuntamientos, basado en la prepotencia y en la sensación (o certeza) de impunidad, y también la obscena generalización de las “puertas giratorias” por las que personajes y personajillos políticos pasan directamente a ocupar asientos en consejos de administración o puestos de asesores bien pagados de empresas multinacionales, como ocurre con Felipe González, Aznar y un larguísimo etcétera.
En las últimas elecciones, entre los dos partidos no llegaron al 50% de los votos, lo que es insuficiente para la continuidad de la alternancia, ni siquiera si alguno de ellos sumara los del partido “emergente” más cercano, Ciudadanos en el caso del PP (o también del PSOE, que gobierna gracias a este partido en Andalucía) y Podemos en el del PSOE. Necesitarían, además de ello, contar con el apoyo directo (con los votos) o indirecto (con la abstención) de otra u otras fuerzas. 
Lo realmente importante es que el régimen político bipartidista no garantiza ya el mantenimiento eficaz del sistema y por eso la actual situación es definida como de “inestabilidad” por las fuerzas fácticas de éste –la banca, las grandes corporaciones empresariales, las instancias supraestatales de la globalización como el FMI, el Banco Central Europeo o la Troika-, por los mass-media y por los partidos que son los administradores políticos de sus intereses, como el PP, Ciudadanos (para muchos, la nueva expresión política del Íbex-35) y los sectores más determinantes del PSOE, encabezados por González, Guerra, Bono, Rodríguez Ibarra, Corcuera y sus patrocinados más jóvenes, como Susana Díaz.
La tan temida “inestabilidad” consiste precisamente en que el régimen político que fue creado para garantizar la perpetuación del sistema no es capaz ya de cumplir ese papel. Entendiendo por sistema el conjunto de intereses económico-sociales e ideológicos que conforman la verdadera estructura de nuestra sociedad. En él radica, y no en las instituciones del régimen político, el verdadero poder.
 Por eso, los regímenes políticos están organizados de tal manera que siempre gobiernen los partidos o alianzas de partidos que, aunque puedan estar enfrentados, no van a tocar ninguno de los componentes estructurales del sistema. Parafraseando a Lampedusa, podríamos decir que todo, o casi todo, puede cambiar en el régimen político siempre que ello no cuestione el sistema. Entender esto es esencial para interpretar los ahora diarios llamamientos para que los dos partidos de la (hasta ahora) alternancia pacten entre sí, y con quien haga falta, para cerrar el paso a cualquier otro actor que pueda cuestionar el sistema (en la hipótesis de que realmente alguno pretenda hacerlo).
Para conseguir este objetivo, creo que en las próximas semanas serán sacrificados Rajoy y Sánchez, y luego, o tras nuevas elecciones (improbables, pero que en todo caso repetirían con pocas variantes los resultados de las anteriores), el PSOE apoyará a PP más Ciudadanos, mediante su abstención, que es lo que piden Felipe González y la gente de orden de su partido, acusando, a la vez, a Podemos de hacer imposible un Gobierno “de izquierda”. Y este apoyo será presentado no como una exigencia del sistema, sino como un sacrificio “anteponiendo el bien de España a los intereses del partido”. Todo sea, incluido el suicidio del PSOE y el fin del bipartidismo, para garantizar la estabilidad del sistema.

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Isidoro Moreno. Catedrático Emérito de Antropología de la Universidad de Sevilla

Publicado en Diario de Sevilla y otros diarios del Grupo Joly el 2 de febrero de 2016

 y ver 


martes, 2 de febrero de 2016

Paro en España , últimas manipulaciones.

Recordemos que
5/1/ 2016




 Un mes después 2 de febrero, últimas cifras

 Elocuente
Las cifras de la Seguridad Social empeoran las del paro registrado. La caída en la afiliación de 204.043 cotizantes es la mayor caída desde 2013, cuando España todavía estaba en la segunda recesión. De esta forma, el número total de trabajadores afiliados a la Seguridad Social queda en 17.104.357 cotizantes. En 2012 eran de 16.820.000.

 Y en esta información hay algo que no cuadra, o se está manipulando los datos o el M. de Trabajo nos miente: si hay 204.043 cotizantes menos en la S.Social y a las listas del paro sólo han pasado 57.247 ¿Donde están los 146.796 que faltan? Por pura lógica deberían constar en el paro y la cifra correcta sería 57.247+146.796=204.043. Así sería correcto, sin manipulaciones.


Nota..
¿Recordáis que en diciembre dijeron que era el mayor descenso del paro en un año?. Salen los de enero y ya han perdido casi todos el trabajo Los datos de paro en Enero son los mejores de la serie histórica de un mes de Enero desde que comenzó 2016. Los 147.000 parados menos que presumía haber recortado en una legislatura Rajoy hoy ya son 50.000 parados más

lunes, 1 de febrero de 2016

El negocio de la guerra .

¿Quién se lucra con el negocio de la guerra?

Entre los seis primeros fabricantes de armas, cinco multinacionales estadounidenses y una británica.
29 enero 2016

¿Quién se lucra con el negocio de la guerra?
Las ventas más polémicas de los últimos dos años

Les ponemos nombre. En el dossier de La Marea de febrero detallamos quiénes son los principales fabricantes de material bélico en el mundo, su conexión con los gobiernos y las distintas guerras que se libran  hoy día. Entre los seis primeros, cinco multinacionales estadounidenses y una británica. Asimismo, detallamos cuáles son las ventas más polémicas de los últimos años, entre las que destacan las realizadas a países que violan claramente los Derechos Humanos.
A continuación, algunos extractos de la revista, que ya puedes adquirir en tu punto de venta o desde esta web.
EL FACTOR FRANCÉS
“En los últimos años los gobiernos de las grandes potencias occidentales volvieron a poner sus cuerpos diplomáticos al servicio de los contratistas militares para amortiguar la reducción de sus presupuestos de Defensa. Un ejemplo del éxito de esta medida es el de los últimos viajes del presidente francés, François Hollande, a Oriente Próximo, que sirvieron para que las exportaciones militares de Francia pasaran de 4.800 millones de euros en 2012 a más de 12.000 millones en 2015. En noviembre, menos de 48 horas después de los atentados yihadistas en París, el Gobierno francés empleó 12 aviones Rafale para bombardear Raqqa, capital del Estado Islámico en Siria, “un gesto que permitió mostrar por primera vez la efectividad letal de los cazas franceses y que aumentará su atractivo de cara a nuevos compradores”, afirma a este medio un analista militar que no quiere dar su nombre”.
SOBORNOS MILLONARIOS
En otras ocasiones los sobornos millonarios se realizan sin decoros, como el que protagonizó la italiana Finmeccanica con altos mandos militares indios para asegurar la compra de 12 helicópteros, o el que puso en evidencia a la alemana Heckler & Koch, que en 2011 vendió 9.472 fusiles G-36 a grupos de narcotraficantes mexicanos a través de los gobernadores de Chiapas, Chihuahua, Guerrero y Jalisco. De momento, el antiguo presidente de Finmeccanica está siendo procesado, mientras que el fabricante alemán tuvo que pagar una multa simbólica de 300 euros por cada fusil incautado.
LA RESPONSABILIDAD DE LA OTAN
Para Jordi Calvo, la situación actual que vive el mundo es “un momento paradigmático de miedo, en el que la única respuesta que están dando los Estados es militar, de bombardeo, de mayor esfuerzo bélico”. Una actitud que rechaza de plano ya que, a su juicio, “si lo analizamos con calma, veríamos que una gran parte de la inseguridad que vivimos hoy en día es responsabilidad de la OTAN y de sus intervenciones en Iraq, Afganistán, Libia y Siria”. Y concluye con una frase que suena a broma macabra: “La OTAN quizás sea la organización de promoción del anarquismo más grande del mundo. Allá donde pone el pie se carga al Estado, eso sí, siempre en beneficio propio”.
CRITERIOS MERCANTILISTAS
La legislación en materia de Derechos Humanos está por detrás de los criterios mercantilistas a la hora de decidir qué países pueden adquirir la última tecnología bélica. En 2013 la Unión Europea estableció un embargo sobre la venta de armas a Egipto, pero en marzo de 2015 lo levantó y la administración Obama restableció su programa de asistencia militar, un cheque anual de 1.300 millones canjeable por armas made in USA. Otro país que pronto se beneficiará del levantamiento de sanciones es Irán, que ya ha expresado su intención de invertir sus fondos congelados en el extranjero en tecnología militar rusa



Ejemplos ..






Las falacias del PP sobre el paro .




 Las falacias del PP sobre el paro .


El empleo creado es tan precario y con salarios tan bajos, que ni siquiera alcanza para comer tres platos al día. Más de 3 millones de los que han encontrado trabajo ni siquiera ganan el SMI (645 euros) y 9 millones de trabajadores no superan los 1.000 euros mensuales. En 2015 se pagaron en salarios 40.000 millones de euros menos de los que se pagaron en 2011. Si las pensiones se han mantenido razonablemente estables, es gracias a que Mariano Rajoy ha gastado los casi 70.000 millones que Zapatero nos dejó en la hucha. Lo que no son cuentas son cuentos que solo existen en las calenturientas mentes de los peperos.y la otra falacia que están utilizando es que hay mas contratos fijos. que en 2010. y es una soberana mentira ...http://cort.as/bcer

 Como dice el Gran Wyoming, ya conocemos la noticia, ahora conozcamos la verdad. Y la verdad es que en la actualidad hay trabajando 70.000 españoles menos de los que había en 2011 que han generado un déficit en las cuentas de la Seguridad Social de 35.000 millones de euros- Puede que la lista de parados haya bajado en 600.000 personas pero no es porque han encontrado trabajo, sino porque se han aburrido de buscarlo, han emigrado al Centro de Europa o han regresado a sus países de origen. Más de 500.000 jóvenes bien preparados están despachando salchichas en Alemania o sirviendo cervezas en el Reino Unido. Más de 400.000 inmigrantes han regresado a sus países de origen porque aquí han perdido toda posibilidad. Y si a todo esto le añadimos los 900.000 contratos que se han firmado por una sola hora a la semana, ahí tenemos el empleo que ha creado este gobierno .Frente a  infantiles noticias, la verdad pura y dura. En España se han firmado contratos hasta por ocho minutos al día que son utilizados por el gobierno corrupto del PP para rebajar las listas del paro. http://cort.as/aHt1

 La inestabilidad en el empleo aumenta incluso entre quienes acaban de firmar un contrato indefinido. La rotación en los puestos de trabajo fijos recién creados crece de forma significativa desde 2012. En 2014 para que se creara un nuevo puesto de trabajo fijo hizo falta que se firmaran 1,42 contratos indefinidos, bastantes más que tres años antes, en 2011 cuando eran necesarios 1,15 o incluso en 2006, en los años finales de la burbuja (1,23).Mientras los contratos temporales alcanzaron el récord de 17,07 millones en 2015...http://cort.as/bckj


Análisis del EPA http://cort.as/bd6g

 2 de febrero últimas cifras

 Elocuente
Las cifras de la Seguridad Social empeoran las del paro registrado. La caída en la afiliación de 204.043 cotizantes es la mayor caída desde 2013, cuando España todavía estaba en la segunda recesión. De esta forma, el número total de trabajadores afiliados a la Seguridad Social queda en 17.104.357 cotizantes. En 2012 eran de 16.820.000





viernes, 29 de enero de 2016

Los barones.


Nobleza política
¿Tras las bambalinas del escenario político qué hay?



"Toda mi vida he intentado subir en la escala social. Quería llegar al lugar en el que todo sería legal y honrado, pero cuanto más alto subo más podrido está el ambiente. ¿Dónde demonios acaba todo?”
El Padrino III
 Los barones
Son poder oculto, están tras los partidos y, algunos medios, se interesan mucho por lo que ellos piensan y dicen, como barones. Se entiende que son los encargados de salvaguardar el panteón del partido. Representan la jerarquía de la casta, sobreviven a los candidatos y ocupan una cómoda segunda fila desde la cual con un chasquido a coro aúpan o hunden a los posibles candidatos.
No son dirigencia del partido, sino, los llamarían dirigentes, son eso, los barones o las baronesas. Defienden los valores de sus partidos, la tradición socialista, o la tradición del partido popular o la tradición del partido provincial al que pertenecen. Representan la foto de esa decadente parte de la democracia, que está detrás de las cajas de ahorro que quebraron, los dispendios fastuosos en obras sin culminar instrumentadas en las comunidades, y los movimientos de hilos que permiten que alguna que otra figura, que parece nueva, se la presente como presidenciable.
Los barones son la clase alta dentro de la clase política. Los barones son quienes mueven a esas marionetas, llamados candidatos de la clase política española. Ellos establecen los matrimonios de conveniencia en las alianzas políticas, apuntan con el dedo y el candidato se casa con unos u otros. Y, si se revela el candidato, -que no la candidata porque además son machistas- generan los trascendidos o rumores necesarios para que caigan.
Son aquellos que tiran la piedra y esconden la mano. Son aquellos que están pero no se nombran. O, ¿ es que acaso hay una lista de barones?. No, son ellos genéricamente hablando. Los barones deciden, con cierta aureola y fama, y deciden en nombre de lo que ellos defienden, que no es España, es salvaguardar el partido de los malos pastos, los hierbajos y las piedras que entorpecen el camino. Su propio camino.
Ya sea un candidato de derecha o izquierda, deciden o no, que ya no sirve a los objetivos del partido. Son el comité de entrada y de salida. Anteponiendo los intereses de los partidos a los intereses nacionales, a los intereses de todos. Anteponiendo los intereses de cuestiones partidistas o nacionalistas a cuestiones que afectan a todo un país. Son los que sacan el talonario y las calculadoras a la hora de negociar. Son los que hacen y reciben las llamadas telefónicas de la banca y las empresas. Son los contactos de los lobbys. Son nuestra propia troika en casa. Son los que no permiten el cambio porque supone perder sus privilegios de barones, son los que están desde siempre cobijados en los butacones escondidos del parlamento o del senado. Son corporativos, es decir salvaguardan a sus colegas de la oposición porque necesitan de los otros barones para sobrevivir, tiene conciencia de superclase, y no les interesa que se sepa. Los barones tienen miedo, porque a fin de cuentas son tan humanos como los humanos, y perciben que los nuevos partidos, al menos por ahora, sustentan su poder con otra arquitectura y no encuentran sus referentes en ellos. Entonces se sienten perdidos porque se ha cambiado el lenguaje político.
Los medios hablan de ellos, los barones, y nos cuentan de si ellos están de acuerdo en tal o cual cuestión y, a partir de allí, los candidatos pueden continuar su carrera o, en caso contrario, veremos a esos candidatos, con esa natural actitud de corregirse la corbata si las cosas apuntan mal. Luego, a los barones, les hacen reportajes y les preguntan qué opinión tienen de esto o aquello, y los barones contestan, sin mojarse mucho, ya que saben en su fuero interno, que después de la cena, luego del postre, ya casi con el puro en la mano, y una copa que los mira desde la mesa, decidirán qué se hace con el candidato. Todo esto no es verdad, pero podría ser así.


......
 La crisis política de fin de ciclo.



lunes, 25 de enero de 2016

Los problemas de la justicia en España.


Para Perfecto Andrés Ibáñez, magistrado emérito del Tribunal Supremo, no hay "democracia constitucional sin una sólida justicia independiente"
"En la lucha contra la corrupción estamos en situación crítica"

Alternativas Económicas


Si nos atenemos a la máxima de Couture de que "el pueblo es el juez de los jueces", la situación de la Justicia en España es más bien desalentadora: los barómetros nacionales e internacionales coinciden en la abrumadora desconfianza de la ciudadanía respecto de aquella. Sin embargo, también hay jueces y fiscales independientes que contra viento y marea comparten los postulados de Von Ihering: "Todos tenemos la misión y el deber de pisotear la hidra de la arbitrariedad y de la ilegalidad donde quiera que se hace presente. Todo el que disfruta de las bendiciones del derecho debe contribuir con su parte para mantener el respeto a la ley. En una palabra: cada cual es un combatiente innato por el derecho en interés de la sociedad".
Curtido en estas lides durante sus más de 40 años como juez, Perfecto Andrés Ibáñez, magistrado emérito de la Sala Segunda del Tribunal Supremo y uno de los juristas más prestigiosos de nuestro país, ha publicado hace unos meses en 'Tercero en discordia' (Trotta) sus lúcidas reflexiones sobre la Justicia, su difícil aceptación por los otros poderes del Estado y las fuertes resistencias de muchos políticos a su efectiva aplicación y desarrollo.








En 'Tercero en discordia' , usted afirma que la Revolución Francesa fue un punto de no retorno en el largo camino al ideal del "gobierno de las leyes". ¿Por qué?
La Revolución Francesa fue en cierta medida una reacción contra el omnímodo poder de los jueces ancien régime. Por eso la Asamblea Constituyente resultó ser un interesante crisol de ideas en materia de reforma del proceso penal. A ella se debe también la consagración de uno de los ejes del moderno constitucionalismo en el artículo 16 de la Declaración de los Derechos del Hombre y del Ciudadano, que mira a circundar el ejercicio del poder de límites de legalidad para evitar su degradación autocrática: sin garantía de derechos y separación de poderes no hay Constitución. Se entiende que Goebbels proclamase como tarea del nacionalsocialismo borrar 1789 de la historia.
En su lectura de pensadores de la Ilustración como Montesquieu, Constant o Tocqueville, usted pone de manifiesto que coinciden en la necesidad de controles externos de la política debido a una incapacidad de esta para controlarse a sí misma.
Son tres autores a los que se debe, cada uno en su estilo, una reflexión que es parte importante de nuestra actual cultura en la materia. La desmitificación del poder tiene una larguísima historia. Aristóteles, con menos experiencia que nosotros, ya vio en él un componente de "animalidad". Cierto, pues no hay poder bueno per se. El poder lleva inscrita en su ADN la propensión al abuso; y lo que pueda haber en él de bueno lo ponen las garantías, los frenos. Mi amigo Paco Fernández Buey, con su acerada lucidez, escribió (en 1993): "Sabíamos que el poder corrompe, pero hoy sabemos que también corrompe a los que fueron nuestros amigos", apuntando a esa dimensión connatural del poder que se expresa con implacable elocuencia en la acreditada transversalidad de la corrupción política.
¿Por qué los jueces en Europa no pudieron detener la llegada al poder del fascismo?
La justicia del momento en Europa era de estirpe napoleónica. Y Napoleón la había articulado según el patrón de la organización militar, integrando a los jueces en una estructura vertical gobernada por el Ejecutivo. En este (anti)modelo, la justicia era un simple instrumento de gobierno. Por eso los jueces se integraron de una forma natural en aquellas experiencias autoritarias. Hubo claro, excepciones, pero muy minoritarias. La administración de justicia en Alemania, Italia, España fue funcional a esas situaciones: prácticamente no hubo que tocar nada de las legislaciones orgánicas. Y es que el sistema producía, sencillamente, jueces del poder. En 'Tercero en discordia' reproduzco una cita de Luis Vivas Marzal, un antiguo magistrado, de sinceridad encomiable: "Cuando en España no había más que una política, muchos de nosotros la hemos servido, incluso con entusiasmo". Quien así hablaba, en 1976, era uno de aquellos jueces sedicentemente apolíticos y, como es de ver, paradigma de la peor de las politizaciones.
En el año 2013, la Asociación de Magistrados chilena hizo una declaración pública pidiendo perdón por sus "omisiones" en la dictadura de Pinochet. ¿Hubo en España declaración pública de la magistratura por sus omisiones en la dictadura de Franco?
Ni por sus omisiones ni por sus acciones. Habría que aclarar, no obstante, que la implicación más directa fue la de la cúpula judicial y de algún sector activamente politizado de los jueces y fiscales, reclutados por el franquismo para cubrir puestos dentro de sus cuadros, incluidos los de la jurisdicción de Orden Público. Hubo una parte minoritaria de la judicatura, la fiscalía y el secretariado que, a finales de los 60, se organizó en la clandestinidad como Justicia Democrática . Lo hizo por entender que una jurisdicción digna de su nombre requería un contexto de estado de derecho. Algo ciertamente no sentido por la inmensa mayoría, que no se movió de su sitio hasta el momento de formar la Asociación Profesional de la Magistratura, para trasladar su hegemonía a la entonces nueva institución del Consejo General del Poder Judicial.
En su libro señala al sistema de oposiciones en la carrera judicial como una supervivencia del franquismo. ¿Por qué?
El sistema de oposiciones viene de antes del franquismo, pero a este le fue muy útil. Como procedimiento de selección no tiene nada de inocente: produce un tipo de juez fonográfico, formado en la memorización, asimilación acrítica que predispone a la pasividad. Desarrolla una única facultad, la memoria, pero no otras imprescindibles, como la capacidad de reflexión. Esto se refleja muy bien en un dicho de preparador de opositores: "Ahora a estudiar, que de pensar ya tendrás tiempo". Creo que como propuesta de método formativo es una aberración que no propicia el tipo de juez que precisa una sociedad como la actual, ni se corresponde con la especial complejidad de ordenamientos como el vigente. Esto no quiere decir que todos los profesionales de la justicia estén cortados miméticamente por ese recusable patrón, pero en lo que no lo estén, habrá sido gracias a su personal esfuerzo. Curiosamente, el sistema de selección se ha mantenido con las sucesivas mayorías políticas: debe haber un porqué.
Durante la campaña electoral, todas las asociaciones de jueces y magistrados firmaron un documento conjunto, 'La Justicia no puede seguir siendo la gran olvidada', reclamando atención y reformas. ¿Cuál es su opinión al respecto?
La situación actual es tremenda. Ahora, sobre todo, por la enorme carga de trabajo que pesa sobre un gran número de órganos judiciales infradotados. Y por el desánimo que el estado de cosas y las sucesivas erráticas políticas de la justicia han inducido en los jueces. Los problemas son muchos, debidos a la falta de un compromiso de la política con los valores constitucionales de la jurisdicción, a la falta de proyecto y al exceso de oportunismo.
¿Es plausible una solución al problema de la justicia a corto plazo?
Dificilísimo, por no decir imposible. Primero, por la demostrada ausencia de voluntad al respecto. Pero es que, además, no hay uno solo de los grandes problemas de la justicia cuya eliminación quepa en una legislatura, que es el horizonte de las políticas. Y en hipótesis, aunque se diera un cambio en las posiciones de partida, a la luz de la experiencia: ¿puede alguien imaginar un pacto político en aquella dirección, suscrito y mantenido con lealtad?
¿ Es ineficaz la justicia en la lucha contra la corrupción?
Creo que no ha habido ineficacia, sino una eficacia limitada, por las propias limitaciones en la capacidad operativa de la instancia judicial. Y me parece que, vista esta retrospectivamente, se entiende mejor el acreditado interés en mantenerla bajo mínimos. Estamos en situación muy crítica. Con todas las formaciones políticas que han ocupado posiciones de gobierno, literalmente, en el banquillo; con amplísimas zonas del país devoradas por la corrupción. Y con una estadística de criminalidad de la que resulta que las instituciones y la política han competido durante años con la calle en la producción de delincuencia. Los datos son del Consejo General del Poder Judicial: 1.600 procesos por corrupción, 300 de ellos macro-procesos. Esto cuando se sabe que en esta clase de crímenes la cifra oscura suele ser grande. No hay quien dé más.
Volviendo a la pregunta, diré que la justicia penal, que no es muy eficaz frente a la delincuencia generada por la necesidad y la miseria, sí lo es, y mucho, cuando delinquir resulta ser una especie de lujo. Por eso, la persecución penal en este ámbito está también justificada por su real eficacia disuasoria.
En 'Tercero en discordia' usted sostiene que la instancia jurisdiccional "se encuentra en la imposibilidad objetiva de procesar, en tiempo y con eficacia, toda esa magmática mole de gravísimas conductas desviadas, con la consiguiente carga de deslegitimación y de desgaste". ¿Por qué?
La de los sujetos públicos es una delincuencia de una complejidad extraordinaria. Primero porque se produce desde el poder, con muchos recursos. Segundo, porque mueve ingentes sumas de dinero, que hoy viaja en tiempo real a cualquier parte, con algunos golpes sobre un teclado. Tercero, porque cuando se delinque desde posiciones de poder son los propios autores o sus próximos los que disponen de la información relevante, y la destruyen o no la sueltan. Todo hace que los delitos de que se trata sean de muy difícil persecución, y que esta requiera mucho tiempo, lo que pone al alcance de los implicados un fácil instrumento de deslegitimación de la administración de justicia. Y con frecuencia eficaces vías de escape.
Según Soraya Sáenz de Santamaría el gobierno "ha puesto en marcha el plan más importante de la democracia" contra la corrupción. ¿Cuál es su opinión?
Se habrán introducido ciertas medidas legales, pero en absoluto el cambio sustancial y de raíz que se necesita, que tendría que empezar por la franca asunción de la responsabilidad de todo lo sucedido. Que el segundo de la lista del PP por Segovia [en las elecciones del 20 de diciembre del 2015] hubiera sido ponente en la elaboración legislativa de alguna de aquellas, mientras se enriquecía con el cobro de comisiones ilegales, es una buena metáfora de lo que hay. Pero es que, además, el estado de cosas tiene una raíz muy profunda, que permanece intacta: es el modo de ser actual del partido político y de la propia política que genera y de la que vive la que le ha llevado, entre otras cosas, a ser un agente de captación ilegal de rentas, como fuente de financiación. Un modo de operar esencialmente corruptor, que ha irradiando sus efectos perversos hacia las instituciones.
Usted apunta que el alto nivel de corrupción se debe a “gravísimos incumplimientos de precisos deberes legales, y antes o a la vez con un intolerable déficit de controles o con la pasividad culpable de ciertas instituciones”...
De no haber fracasado estruendosamente los mecanismos preventivos de control, parlamentarios y político-administrativos, constitucional y legalmente previstos, no se habrían producido las situaciones que padecemos. Hoy se han denunciado fracasos de esta índole en todo un cúmulo de instituciones, desde el Banco de España al Tribunal de Cuentas, pasando por la Comisión Nacional del Mercado de Valores, como instanciastocadas por la degradada política en acto. Lo sucedido en estos años en la Mallorca de Matas, en el País Valenciano de Camps, en la Andalucía de los Ere, en el Madrid de la Púnica, en la Cataluña de los Pujol y Convergencia, en la gestión municipal del urbanismo en tantos espacios del territorio, etcétera, etcétera, habla por sí solo.
Es claro que, en presencia de indicios de delito, la justicia tiene que hacerse cargo de toda esa fenomenología criminal. Pero es también obvio el coste y lo frustrante de la empresa, porque resulta imposible remediar a golpe de procesos tanto descalabro. La justicia penal está pensada para dar respuesta a ocasionales acciones delictivas producidas en medios públicos, en circunstancias de normalidad institucional, no para suplir los masivos incumplimientos de la legalidad registrados en toda una constelación de instancias oficiales y paraoficiales.
El primer capítulo de su libro es una recopilación de varios ataques por parte de la clase política a la instancia jurisdiccional.
La historia de estos años es elocuente. Empezó con el caso Linaza y la juez Huerta en un aparatosísimo supuesto de torturas donde ésta, no obstante lo irreprochable de su actuación, fue literalmente atropellada por la mayoría política. Esto marcó entre nosotros el inicio de una práctica de las "estrategias de ruptura" teorizadas por Jacques Vergès, ahora en versión de nuevo cuño. Este autor las había estudiado donde solían darse, es decir, en los medios de los sujetos antisistema, que se defendían, no en, sino contra el proceso, para hacerlo saltar, con la propia instancia judicial. Aquí, en estos años, hemos visto este modo de operar puesto en juego por sujetos políticos de primer plano. Su imagen, tirando contra actuaciones judiciales cargadas de razón legal, fundadas en sólidos indicios de delito, se ha convertido en una desoladora estampa de nuestro paisaje político. Sobre tal clase de actitudes en relación con los jueces, recuerdo un supuesto bastante ilustrativo. El de Rajoy tachando de "equivocada e injusta" —¡nada menos!— una sentencia como la del Tribunal Europeo de Derechos Humanos en el caso Parot que estaba ciertamente cantada. En vista de cosas así: ¿puede pedirse al ciudadano de a pie que respete las resoluciones judiciales?
¿Los ataques de la clase política a la independencia judicial tiene costes para la democracia ?
Durante mucho tiempo hablar de jurisdicción no era hablar de democracia. Pero hoy la democracia constitucional no se concibe sin una sólida justicia independiente. Ésta, como instancia de tutela de los derechos, es una condición sine qua non de democracia. La democracia, es obvio, se hace, en vía primaria, en las urnas, pero la garantía de los valores democráticos y de los derechos constitucionales frente a las ocasionales (o no tan ocasionales) desviaciones criminales de la política, no puede dejarse en manos de ésta. Exige límites claros de derecho y una instancia autónoma capaz de hacerlos valer. Por otra parte, cuando se enarbola la falacia infracultural del "gobierno de los jueces", la respuesta es por demás fácil: estos no tendrían nada que hacer en ese campo si la propia política se encargase, como es su deber constitucional, de mantenerlo limpio de ilegalidades. Así de simple, así de fácil.
¿Qué nivel de independencia tienen los jueces en España?
Creo que, aun sin ser el ideal, el estatuto del juez español garantiza un nivel razonable su independencia. En España, el marco legal permite a un juez ser tan independiente como él decida serlo. Lo que ha fallado de una manera gravísima, debido a su politización partidista, es el CGPJ como órgano de garantía de la independencia. La independencia es un principio incómodo, nunca asumido como valor en la política de composición del Consejo en los sucesivos mandatos, ni, consecuentemente, en la política de nombramientos y en las actividades de este. De ahí que la calidad de independencia dependa, sobre todo, de la predisposición del juez a complicarse la vida y de su compromiso con los valores constitucionales de la función. Son muchas las ocasiones en que los jueces implicados en causas de trascendencia política han echado de menos con sobrada razón un Consejo beligerante en la defensa de sus actuaciones. Y, es claro, una experiencia tan desoladora como la del Consejo en España no puede darse sin consecuencias.
¿En qué ha fallado el CGPJ?
El CGPJ en el modelo constitucional, en contra de lo tantas veces sugerido para justificar su colonización política, no encarna un poder del estado. Es una institución de garantía de la independencia de la jurisdicción, ésta sí instancia de poder, de un poder difuso, fundado en el derecho, que reside en cada juez que ejerce su competencia en el caso concreto. Al Consejo le corresponde gestionar con lealtad constitucional y sin ataduras el estatuto judicial, sin más interés que el de asegurar la calidad constitucionalidad de esa función frente a todos. Un momento de particular importancia dentro de ese papel es el de la línea de nombramientos, a través de la cual se propone y propicia un modelo ideal de juez. Para ello, el Consejo debería operar, con transparencia, con los solos criterios de capacidad y mérito. Pero no ha habido tal, nunca ha sido sensible a esos valores y sí, en cambio, al juego de diversas influencias, políticas y de otra índole. No hace falta que diga lo desmoralizador y desmovilizador que esto resulta para los buenos profesionales de la justicia, que son muchos. Este no es el único fallo del Consejo, pero me parece que sugiere bien lo que cabe responder a la pregunta sobre calidad de su papel real en estos años.
¿Qué solución propone?
El CGPJ fue frustrado en su función de garantía antes de nacer. La derecha judicial hizo, en 1980, un primer desarrollo constitucional fraudulento. A este siguió la ley orgánica socialista de 1985, que lo entregó directamente a los partidos. Y estos se apoderaron de él, contando lamentablemente con la colaboración de los propios jueces en los sucesivos mandatos. Con excepciones, ciertamente pocas. Ahora, ¿cuál es el problema? Pues que se han perdidos años cruciales para el desarrollo constitucional ambicioso necesario. El mal está hecho y no hay manera de rebobinar y poner el contador a cero, en el supuesto de que existiera alguna voluntad de hacerlo, que no la hay en absoluto. Lo demuestra la última reforma, que ha desnaturalizado más aún la institución, para mayor desolación de los jueces. Por eso, siendo realista, no veo solución. Aunque sí podría darse un cambio importante si, ya que no los políticos, los propios jueces experimentasen un cambio radical de actitud en la materia.
¿Está preparada nuestra Constitución para hacer frente a los poderes económicos?
El inaugurado en Italia con la Constitución de 1948, asumido luego en otras constituciones, creo que es un buen diseño, pensando en el tipo de poder político presente en ese momento. El problema es que este evolucionó enseguida con la entrada en escena del Ejecutivo intervencionista, para cuyo modo de operar en la intersección de la política con la economía no se habían previsto controles eficaces. Además, la reforma constitucional se había quedado a las puertas del partido político. Así, estas dos carencias, de democracia interna en los partidos y de controles preventivos desde el derecho para ese poder enorme, capaz de adoptar decisiones de extraordinario relieve económico, contribuyeron a formar el caldo de cultivo de la corrupción, que se ha apoderado del sistema. Para salir de tal atolladero haría falta refundar el Estado constitucional, poniendo su régimen de garantías a la hora de la verdadera realidad actual del poder, incluyendo un constitucionalismo de derecho privado, en la línea de lo sugerido por Ferrajoli para frenar a los que con razón trata de "poderes salvajes".
En cuanto a los poderes del mercado, en este momento, la smithiana "mano invisible" es como nunca una mano al cuello de los más desfavorecidos. La mano de una política directamente gobernada por la economía. Por ese poder financiero transnacional insaciable que se alimenta de auténticos sacrificios humanos. Pero el problema, como tantas veces, es quién pone el cascabel al gato. Al menos por ahora, no parece vislumbrarse un sujeto histórico a la altura de este papel imprescindible.
En el año 2013, el fiscal general de EE.UU. dijo que algunos banqueros que habían delinquido eran "demasiado poderosos para ir a la cárcel". ¿Es cierto?
El fiscal tenía razón, pero dentro de la lógica a la que acabo de referirme, y por la claudicación y la dependencia de la política. Si esta decidiera ser otra, dejar de ser el brazo ejecutor de las estrategias neoliberales, EEUU, como la propia Unión Europea, podrían, con importantísimos apoyos ciudadanos, contribuir a dar un giro a la situación. El "no podemos" del fiscal yanqui es, en realidad un "no queremos". El mismo "no queremos" que reina en esta patética UE, la de un Juncker que, luego de haber orquestado un fraude fiscal de dimensiones planetarias, pasó a presidir la Comisión. Todo un símbolo.
En 'Tercero en discordia' recuerda que "ningún derecho es para siempre".
Se sabe bien. La historia de los derechos es una historia de avances siempre limitados y frecuentes retrocesos, aunque algo quede. Y sí, ningún derecho está ganado para siempre, y la evidencia la tenemos ahora mismo en nuestras constituciones, vaciadas de contenido en aspectos importantísimos de su parte dogmática, sorteando los procedimientos previstos para su reforma. Luciano Gallino, un lucidísimo sociólogo italiano, habla de "golpe de Estado a plazos". Cierto. Hasta ahora,el golpe de estado clásico pasaba primero por desarbolar la parte orgánica de la Constitución. Pero sucede que la parte dogmática es, por lo menos, tan importante, y si nuestras constituciones tienen un cimiento, está en la pretensión de efectividad de los derechos fundamentales. Hoy estos empiezan a ser ya irreconocibles. Un buen ejemplo lo brinda el derecho al trabajo. Ganado con un esfuerzo ímprobo en decenios, está siendo desmontando sin tocar formalmente un precepto constitucional. De seguir esa marcha volveremos no tardando a la regulación del trabajo asalariado mediante los tres o cuatro artículos del Código Civil napoleónico.
Citando al filósofo Paolo Flores d’Arcais, usted señala que "una política de la legalidad sería hoy la más radical de las revoluciones posibles, además de la primera de las revoluciones deseables"...
Es algo bien real. Acabamos de ver a líderes con posiciones de poder, en campaña electoral, haciendo profesión de fidelidad a valores y principios, luego de haber hecho bien patente que las fuerzas que encabezan precisan de un coeficiente de ilegalidad para llevar a cabo políticas, que no soportan su propio derecho. Y no se trata de infracciones ocasionales, lo que tenemos ante los ojos, cualquiera que sea el punto cardinal hacia el que se mire, es una grave ruptura del orden jurídico. Por eso dotar de vigencia real, con sentido constitucional, a esa legalidad defraudada, sería algo radicalmente transformador. Por poner un ejemplo gráfico: ¿se imagina un sistema impositivo eficaz, progresivo y sin fraude, y una gestión de los recursos públicos así obtenidos no depredadora, igualitaria y racional, al servicio del interés común? Esto, que el revolucionario histórico habría tachado de "reformismo", tendría hoy el efecto de una revolución profunda. Así estamos.
[Este artículo pertenece a la revista Alternativas Económicas. Ayúdanos a sostener este proyecto de periodismo independiente con una suscripción]