jueves, 20 de junio de 2013

El Ejercito español y la Iglesia Católica.


 



 






19/6/2013

El Estado español y la Iglesia Católica, un enlace eterno. Las Fuerzas Armadas
Arturo Maira Rodríguez El Estado español y la Iglesia Católica parecen formar un enlace eterno.
Esta unión en su versión actual comenzó con el Concordato firmado por el dictador Franco y el papá Pio XII en 1953. El primero, agradecía así a la Iglesia su incondicional apoyo al golpe de estado de julio de 1936 y posterior guerra, y buscaba desesperadamente un apoyo internacional que dignificase su régimen político e hiciese olvidar las atrocidades pasadas y presentes. El segundo, conseguía de un plumazo volverse a hacer dueño de las conciencias del pueblo español, y de paso llenaba su bolsa. El dictador acudía a los actos religiosos solemnes bajo palio, cual dios-faraón del siglo XX. Se firmaba entonces un acuerdo entre un régimen fascista genocida y una Iglesia que había callado o contemporizado ante Mussolini y Hitler.

Ese Concordato sigue vivo, revisado, pero vivo. No parece extraño, pues se firmó en el nombre de la Santísima Trinidad.1 Ningún político en sus cabales parece capaz de contradecir a tal conjunto divino.

Se realizaron revisiones del concordato firmadas el 28 de julio de 1976 y el 3 de enero de 1979. La primera se definió en pleno régimen franquista, y la segunda, la más amplia y profunda, a lo largo del año 1978, antes del referéndum constitucional (diciembre del mismo año), y de las primeras elecciones con la Constitución vigente (marzo de1979). Esto quiere decir que la Constitución no determinó las revisiones del concordato, mas bien parece que pudo ser al revés.

La Constitución Española señala en su artículo 16:

“Se garantiza la libertad ideológica, religiosa y de culto de los individuos y las comunidades…”

“Ninguna confesión tendrá carácter estatal. Los poderes públicos tendrán en cuenta las creencias religiosas de la sociedad española y mantendrán las consiguientes relaciones de cooperación con la Iglesia Católica2 y las demás confesiones “

Se diseña así un modelo de Estado aconfesional, en lugar de un modelo de clara fundamentación laica, indiferente a lo religioso, donde se entienda que la religión es algo propio de la conciencia individual de las personas, violando además, con una referencia expresa a la Iglesia Católica, la neutralidad del Estado.

Puede resultar de interés una somera comparación con las constituciones de otros países de cultura semejante a la nuestra.

La Constitución de la República de Francia dice de forma sencilla y clara:

“Francia es una República indivisible, laica, democrática y social que garantiza la igualdad ante la ley de todos los ciudadanos sin distinción de origen, raza o religión y que respeta todas las creencias”.

La Constitución de los Estados Unidos de América no se refiere en ningún momento a religión alguna, indicando en su Enmienda I que,

“El Congreso no hará ley alguna por la que adopte una religión como oficial del Estado o se prohíba practicarla libremente”

La Constitución alemana de 1949 dice:

“Nadie podrá ser perjudicado ni favorecido a causa de su sexo, su ascendencia, su raza, su idioma, su patria y su origen, sus creencias y sus concepciones religiosas o políticas.”

“Serán inviolables la libertad de creencias y la libertad de profesión religiosa e ideológica.

Se garantiza el libre ejercicio del culto.”

La constitución del Reino de los Países Bajos (Holanda) expresa:

“No se permitirá ninguna discriminación fundada sobre la religión, las convicciones personales, las opiniones políticas, la raza, el sexo o cualquier otro motivo”.

“Todos tienen derecho a manifestar libremente su religión o sus convicciones, individual o colectivamente”

Es decir:

Ninguna de las cuatro constituciones: francesa, norteamericana, alemana u holandesa hacen mención específica a religión alguna.

Todas ellas declaran el respeto y libertad de todas las creencias, y la igualdad de los ciudadanos con independencia de la religión que profesen.

La Constitución Española introduce dos brechas en el principio de neutralidad religiosa que tienen otros estados, y que debería tener y ser efectivo en el nuestro: se apoya en las creencias religiosas de la sociedad española para sugerir una colaboración privilegiada con la Iglesia Católica; e introduce además el concepto genérico de cooperación que lo mismo puede valer para un roto que para un descosido.

El Concordato se mete a saco por ambas brechas, y aprovecha el término genérico de colaboración para abrir cuatro frentes de discriminación religiosa con otros tantos Acuerdos sobre: asuntos jurídicos; enseñanza y asuntos culturales; asistencia religiosa a las Fuerzas Armadas; y asuntos económicos.

Todos estos acuerdos han tenido un tratamiento continuado en los medios de comunicación social, excepto quizás el de Asistencia religiosa a las Fuerzas Armadas.

En este acuerdo se establece una estructura religiosa católica compleja dentro de las Fuerzas Armadas, acumulando su jurisdicción y funciones a la de las Diócesis Ordinarias; es decir tratamiento intensivo católico para las Fuerzas Armadas y su entorno.

Esta estructura está organizada a nivel Arzobispal con su propia Curia formada por eclesiásticos de alto nivel; Vicarios Episcopales; y los Capellanes castrenses que actúan como párrocos.

La jurisdicción incluye a todos los militares y familiares católicos que vivan en su compañía, y a todos los fieles que presten servicios establemente o residan habitualmente en los cuarteles o lugares dependientes de la Jurisdicción Militar. Igualmente, se extiende dicha jurisdicción a los huérfanos menores o pensionistas y a las viudas de militares mientras conserven este estado.

Tras los Acuerdos, paso a paso, con la participación de los dos partidos mayoritarios que se alternan en el poder, se va desarrollando la legislación creando finalmente el Servicio de Asistencia Religiosa en las Fuerzas Armadas3.

Los datos más relevantes de este Servicio son:

Se crea solo para los católicos. Las otras religiones son discriminadas, ninguna de ellas tiene asistencia religiosa dentro de las Fuerzas Armadas.

Está adscrito a la Secretaría de Estado de Administración Militar. Es un servicio más de las FAS y del Estado Español. La Iglesia católica permanece así en la estructura del Estado. Se viola así en la práctica el principio constitucional de, ninguna confesión tendrá carácter estatal.

Sus miembros, arzobispo, obispos y sacerdotes, se vinculan por una relación de servicios profesionales de carácter permanente (los de rango mas alto), y no permanente, al Estado. Se convierten así en funcionarios. Están afiliados al Régimen General de la Seguridad Social.

Tienen la consideración de Oficiales (personal no permanente), y de Oficiales Superiores (personal permanente), disfrutando del mismo sueldo, retribuciones, y otras ventajas que el personal militar.

No son personal militar pero usan uniforme en situaciones de servicio: maniobras, ejercicios, buques, instituciones sanitarias etc. Sus distintivos son semejantes a los de los militares, usan círculos radiados en lugar de estrellas, con las mismas divisiones que las puntas de estas de acuerdo con el grado militar al que están considerados. Se busca así un mimetismo que asocie a los sacerdotes con el respeto jerárquico y el mando.

Todas sus retribuciones y gastos son soportados por la Hacienda Pública, con independencia de la contribución del Estado a la financiación de la Iglesia Católica.

Parece lógico preguntarse ¿Para qué se crea esta estructura? ¿A quién beneficia? ¿Que objetivos persigue?

A mi entender los fines de fondo son los siguientes:



La Iglesia quiere permanecer a todo trance dentro del Estado, y de las estructuras de poder de este. Con este Acuerdo se mantiene dentro de las Fuerzas Armadas, es decir dentro de la espada del Estado. ¿Qué mejor posición para su conocida vocación de permanencia en el poder?

La Iglesia quiere estar dentro de las Fuerzas Armadas y compartir y potenciar en ellas su espíritu elitista, jerarquizado, de oposición de la fe a la razón, y poco democrático4.

La Iglesia busca también la relación frecuente y directa con el Estado Español y con la Monarquía. No hay que olvidar, por ejemplo, que el Vicario General Castrense es nombrado mediante la propuesta de una terna de nombres por la Nunciatura Apostólica y el Ministerio de Asuntos Exteriores, sometida a la aprobación de la Santa Sede, escogiendo después el Rey a uno de ellos para su nombramiento por el Romano Pontífice. Es decir el Estado Español vuelve a participar en el nombramiento de un Arzobispo de la Iglesia, y esta introduce a uno de sus Arzobispados en la estructura del Estado. ¿En qué otro país moderno y democrático pasa esto?

La Iglesia sigue incrementando su bolsa, ya que todo el Servicio de Asistencia Religiosa en las Fuerzas Armadas corre a cargo de las arcas del Estado.
La Constitución Española debería ser modificada para mantener la independencia y la neutralidad real entre la sociedad civil, la sociedad de todos los ciudadanos; y las distintas religiones. Debería eliminarse de la Constitución toda referencia a la Iglesia Católica y a una colaboración no definida del Estado con las religiones. Sería suficiente para ello la eliminación del párrafo,

"Los poderes públicos tendrán en cuenta las creencias religiosas de la sociedad española y mantendrán las consiguientes relaciones de cooperación con la Iglesia Católica y las demás confesiones"

La asistencia religiosa en las Fuerzas Armadas a todas las religiones debería plantearse a través de colaboraciones ad hoc circunstanciales que la regulasen, para casos muy especiales o de conflicto armado. De esta forma no se violaría la neutralidad del Estado frente a las diversas religiones, no se implicaría al Estado con un determinado culto religioso, y se ahorraría mucho dinero al no tener que soportar económicamente una estructura religiosa permanente y compleja.

La crisis económica, social, y política, en la que estamos inmersos, ha hecho que gran número de ciudadanos se pregunten si nuestras leyes y nuestro sistema político son los adecuados para construir un país mucho más democrático, igualitario, justo y humano, donde los servicios básicos para el ciudadano: sanidad, educación, cuidado de los ancianos, de los niños y de los menos capaces, sean públicos y “blindados” en la Constitución; y donde la participación ciudadana en la política sea mucho mayor.

En este sentido muchos de nosotros clamamos en las calles por un cambio profundo de la Constitución. Este artículo ha sido escrito para contribuir en la medida de mis fuerzas a este objetivo.

“La soberanía nacional reside en el pueblo español, del que emanan los poderes del Estado”. Constitución Española.
Arturo Maira Rodríguez. Capitán de Navío Ingeniero retirado

Notas:

1 Si alguien tiene duda de lo anterior, puede comprobarlo en el enlace http://www.vatican.va/roman_curia/secretariat_state/archivio/documents/rc_seg-st_19530827_concordato-spagna_sp.html

2 El subrayado es del autor.

3 Ley Orgánica 7/1980 de Libertad Religiosa; Real Decreto 1145/1990 creando el Servicio de Asistencia Religiosa en las Fuerzas Armadas, y Orden Ministerial 84/2011 fundamentalmente.

4 Me refiero únicamente a la Iglesia Católica como institución. Muchos fieles católicos han ayudado al pueblo llano en la lucha por sus derechos, por su libertad, y por una vida digna.

http://www.rebelion.org/noticia.php?id=169786&titular=el-estado-espa%C3%B1ol-y-la-iglesia-cat%C3%B3lica-un-enlace-eterno.-las-fuerzas-armadas-



miércoles, 19 de junio de 2013

El G8 y el conflicto sirio

 

 

 

 

 

El G8 y el conflicto sirio  

por Gemán Gorraiz Lopez




Análisis de la reciente cumbre del G8 y del acuerdo in extremis sobre el conflicto sirio.
Tras el encuentro bilateral Obama-Putin dentro de la Cumbre del G-8 que se ha desarrollado en Lough Erne (Irlanda del Norte)  y aunque finalmente Putin habría aceptado en el marco de la Cumbre "impulsar la formación de un Gobierno de Transición en Siria para lograr una salida política a la guerra en este país",  es consciente de que juega con ventaja en este pulso diplomático con Obama ante la incapacidad de EE UU y sus aliados europeos de marcar la iniciativa en un nuevo conflicto en Oriente Próximo,  por lo que aprovechará la gran oportunidad que se le presenta en el conflicto sirio de recuperar la influencia internacional que Rusia había perdido en los últimos años.
Así, la nueva geopolítica rusa en Oriente Próximo pasaría por un decidido apoyo al régimen sirio de Al-Assad y al régimen iraní en su contencioso nuclear con los EEUU con el objetivo de fijar su posición como árbitro ineludible en los contenciosos sirios e iraníes, pues Rusia quiere aparecer como colaborador necesario para coadyuvar a una transición sostenible tras el final de Al-Assad que permita la asunción de un régimen sunita moderado que sirva de contrapeso a las ambiciones iraníes y que se englobaría en un escenario de solución global a los contenciosos existentes en Oriente Medio. Recordar que desde el principio de su mandato Presidencial en el 2000, la obsesión de Putin ha sido la renovación de sus obsoletos arsenales armamentísticos con el reto de lograr en el 2020 la equiparación de su potencial militar con el de EEUU, para lo que cuenta con una dotación presupuestaria anual del 20 % del PIB aprovechando los sucesivos superávits conseguidos gracias a los espectaculares aumentos del precio del crudo que pasaron de 10 $ en 1.998 a los más de 100 $ del 2008).
Según el Instituto de Estudios Estratégicos de Londres (IISS), Rusia destinó 45.300 millones de dólares para la defensa en 2012 que comprende el contrato entre el Mindef y la empresa Astilleros Unidos Sevmarch, para la construcción de siete submarinos nucleares de cuarta generación Borei y Yasen, (destinados a portar los novísimos cohetes balísticos intercontinentales de ojivas nucleares múltiples Bulavá y que serán la espina dorsal de la estrategia nuclear rusa para la próxima década). Así, está previsto que en el 2013 la cifra alcance un monto total de 48.650 millones,destacando el nuevo caza de quinta generación Sukhoi T 50 (operativo en el 2015) y el nuevo misil balístico inter-continental de 100 Tm, (“el asesino del escudo antimisiles de EEUU” en palabras del viceprimer ministro ruso Dmitri Rogozin), con el objetivo inequívoco de equipararse a EEUU como super-potencia mundial en el horizonte del 2020, hija de los ideales expansionistas de Pedro el Grande.
La importancia estratégica de Siria:  Tras la intervención de la NATO en Libia, se habría producido un inusual coincidencia de China y Rusia en forma de veto en la ONU, con lo que podríamos asistir al nacimiento de una alianza ruso-china impulsada por Putin que tendría su plasmación con la aparición en el escenario geopolítico mundial de la Unión Euroasiática como alternativa económica y militar al bloque hegemónico occidental. La nueva geopolítica rusa en Oriente Próximo pasaría por un decidido apoyo al régimen sirio de Al-Assad y al régimen iraní en su contencioso nuclear con los EEUU con el objetivo de fijar su posición como colaborador ineludible en la búsqueda de un acuerdo internacional que se plasmaría en la Conferencia de Ginebra 2 y que se englobaría en un escenario de solución global a los contenciosos existentes en Oriente Medio (Siria, Palestina, Irán).Así,según la agencia Itar Tass, Rusia reforzará su base naval en el puerto sirio de Tartus con el objetivo de resucitar la extinta Flota del Mediterráneo, (disuelta en 1992 tras la extinción de la URSS) y cuya columna vertebral estará formada por la Flota del Mar Negro , la del Norte y la del Báltico, estimando que estará operativa para el 2.015.
Superioridad armamentística de Al-Assad: El Director de la Agencia de Inteligencia de la Defensa (DIA) de EEUU, Teniente General, Michael Flynn, en un informe al Comité de Servicios Armados del Senado estadounidense y publicado por la agencia Bloomberg el jueves (18 de abril de 2013), “el arsenal sirio de misiles convencionales es móvil y puede alcanzar gran parte de Israel y grandes proporciones de Iraq, Jordania y Turquía desde lugares bien dentro del país.” añadiendo que “Rusia ha vendido a Siria un misil de crucero supersónico llamado Yajont, un arma con un alcance de 300 km que supone una gran amenaza para los buques que se hallan en el este del Mediterráneo”, lo que haría inviable una zona de exclusión marítima como Libia.
Por su parte, según aurora-israel.co.il , el viceministro israelí de Exteriores Zeev Elkin, advirtió a Rusia de que los misiles antiaéreos rusos S-300 destinados a Siria amenazan la seguridad nacional del país, pues señaló que "los S-300 son un arma de alcance estratégico, apenas son relevantes para el conflicto interno sirio, pero son capaces de derribar objetivos en el espacio aéreo y marítimo israelí", por lo que Israel se reserva el derecho a la intervención armada en el escenario sirio si ve amenazado su espacio vital , aunque fuentes de inteligencia israelí estiman que los sistemas de misiles antiaéreos rusos S-300 no llegarán al régimen de Bachar al Asad hasta 2014. Además, según el diario Kommersant, Rusia planea entregar este año a Siria los primeros cazas MiG-29M/M2, de un total de doce contratados en 2007, suministro aplazado tras el inicio del conflicto en Siria pero que podría efectuarse en cualquier momento tras la decisión de la UE de levantar el embargo de armas a los rebeldes, de lo que se deduce que la superioridad militar del Ejército oficial sirio es abrumadora .y deja pocos resquicios a las fuerzas opositoras al régimen de Al-Assad.
Las maltrechas y variopintas fuerzas rebeldes: Según el diario alemán Die Welt , solo un cinco por ciento de las bandas opositoras armadas que tratan de derrocar al presidente Bashar al-Assad estarían integradas por sirios del Ejército Libre Sirio (ELS), estando el resto de la “insurgencia armada” compuesto por grupos extremistas procedentes de Libia y de países de África que vinieron a Siria para la llamada Yihad o Guerra Santa, como el Frente al Nusra, vinculado a Al Qaeda en Irak, o Anhar al Sham, que propugna un tipo de Gobierno para Siria similar al que impusieron los talibanes en Afganistán. Por su parte, el Secretario de Estado de EEUU, John Kerry culpó de los reveses sufridos por las fuerzas aliadas de Washington en la batalla por Qusayr, del papel desempeñado por los combatientes de Hezbolá, ( milicia libanesa alineada con el gobierno de Assad), así como el presunto apoyo de Irán al régimen. La oposición siria ha sufrido en las últimas semanas varios reveses significativos en el campo de batalla y tiene actualmente dificultades para mantener bajo su control la ciudad de Alepo ante el empuje del Ejército de Assad, apoyado por milicianos de Hezbolah .
Cambio de estrategia de EEUU : Según elpais.com, Ben Rhodes, viceconsejero de Seguridad Nacional de la Casa Blanca anunció la decisión de la Administración norteamericana de proveer ayuda militar a la oposición después de haber certificado que el Gobierno de Siria ha usado armas químicas a pequeña escala contra sus rivales “el Gobierno de Bashar al Assad ha cruzado la línea roja al usar armas químicas en el conflicto sirio, por lo que EE.UU. se ve en la obligación de responder" ( el Gobierno y la oposición armada en Siria se acusan mutuamente de emplear armas prohibidas en el conflicto que afecta a ese país que, según la ONU, se ha cobrado ya 93.000 vidas humanas). 
Así, la CIA estadounidense se prepara para hacer llegar armas y municiones a los rebeldes sirios en las próximas semanas a partir de bases secretas localizadas en Turquía y Jordania, según reveló el diario The Washington Post, aunque los primeros envíos de material consistirán en armas ligeras y municiones, pero según el diario Der Spiegel, EEUU usaría a Arabia Saudí como intermediario para entregar a los rebeldes sirios misiles tierra-aire de corto alcance de tipo MANPADS, (misiles portátiles que pueden alcanzar aviones o helicópteros que vuelen a baja altura y que ya fueron utilizados en 1.980 por los muyahidines afganos contra las tropas soviéticas), aunque entre las cancillerías europeas existe el temor de que dicho sofisticado armamento caigan en manos de seguidores de Al Qaeda o del wahhabísmo salafista pudiendo luego ser utilizadas contra los intereses occidentales.
Por otra parte, EE.UU. estaría considerando la introducción de una zona de exclusión aérea en Siria,(posiblemente cerca de la frontera con Jordania mediante armas tele-dirigidas y misiles Patriot en Turquía, según informó Reuters citando a diplomáticos occidentales), pero tal decisión sólo puede ser implementada por el Consejo de Seguridad de la ONU y Rusia como miembro , puede bloquear esta decisión . Así, el Ministro de Exteriores ruso, Serguéi Lavrov en declaraciones a Ria Novosti, expresó su frontal oposición a dicha zona de exclusión aérea, con lo que de implementarse por EEUU estaría incumpliendo la legalidad internacional.
La situación se presenta compleja con el riesgo de convertir el avispero sirio en un conflicto regional, pues aunque el pasado 7 de mayo Rusia y Estados Unidos acordaron en Moscú impulsar la iniciativa para la celebración de la Conferencia Internacional Ginebra II sobre Siria como seguimiento de la primera que se celebró el 30 de junio de 2012 , podría retrasarse “sine die” pues la Administración norteamericana cree que el régimen sirio llegaría actualmente a una reunión de esas características en una posición de fuerza , por lo que es partidario de retrasarla hasta que se equilibre la situación militar. 
El papel de Irán : El fracaso de las fuerzas opositoras a Al-Asad aunado con el acuerdo de cooperación energética del 2010 entre Irak, Irán y Siria para la construcción de un gasoducto (South Pars a Homms) que conectaría el Golfo Pérsico con el Mar Mediterráneo que relativizarían la importancia estratégica de las vías energéticas turcas y con que un posible bloqueo del estrecho de Ormuz por el que pasa un tercio del tráfico energético mundial  podría agravar la recesión económica mundial y debilitar profundamente todo el sistema político internacional, obligará a EEUU a reconsiderar el papel de Irán como potencia regional y posible árbitro en la contienda siria.
Irán adquirió una dimensión de potencia regional gracias a la política errática de Estados Unidos en Iraq, (fruto de la miopía política de la Administración Busch obsesionada con el Eje del Mal ) al eliminar a sus rivales ideológicos, los radicales talibanes suníes y a Sadam Husein con el subsiguiente vacío de poder en la zona, por lo que  ha reafirmado su derecho inalienable a la nuclearización, pero tras la reciente elección de Hasan Rowhani como nuevo Presidente electo de Irán se abriría un escenario nuevo y una oportunidad para la resolución del contencioso nuclear EEUU-Israel-Irán.
Así, Rowhani, clérigo educado en Gran Bretaña, encabezó el equipo de negociación nuclear iraní de 2003 a 2005 y es conocido por su pragmatismo nuclear que en esa época llevó al acuerdo de Irán a una suspensión total de actividades nucleares conflictivas y caso de lograrse la resolución del contencioso nuclear de EEUU-Irán y el restablecimiento de relaciones diplomáticas entre ambos países , Rowhani conseguiría su objetivo de que  se reconozca el papel de Irán como potencia regional, (rememorando el papel de “gendarme del Golfo “ que los estadounidenses confiaron al Sha de Persia), logrando de paso el incremento de cooperación irano-estadounidense relativa a la seguridad en Iraq y Afganistán y la resolución del avispero sirio.
GERMÁN GORRAIZ LOPEZ

domingo, 16 de junio de 2013

¡Goodbye Hollande!

 




 Emmanuel Todd:



 ¡Goodbye Hollande!


 Entrevista
Un año después de las elecciones presidenciales, el intelectual, coautor del Le Mystère français, traza para el semanario Marianne un balance de las esperanzas traicionadas entrevistado por Aude Lancelin y Laurent Neumann.
Marianne: Cuando nos vimos hace seis meses, evocó usted la hipótesis de que al final de su quinquenio, François Hollande pudiera transformarse en una suerte de gigante a lo Roosevelt…Hoy, un año casi exactamente, ¿considera usted que a partir de ahora ha fracasado?
Emmanuel Todd: No hago falta yo para saberlo. Hollande ha tenido su oportunidad, tal vez tenga una segunda. Me gusta mucho la noción americana de "segunda oportunidad". Respecto a la primera, ya está hecho. Puedo decirles lo que me ha hecho admitir la evidencia. En principio, la incapacidad de gravar la imposición fiscal al 75%. Un presidente de la República Francesa dispone del arma del referéndum, pero se ha plegado.  
Segunda cosa: la reforma del mercado de trabajo, que sitúa a Hollande a la derecha de Sarkozy. Tercera cosa: la reforma bancaria se ha vaciado de contenido. Están en curso algunas modificaciones cosméticas, pero en el grueso y en la práctica el Estado va a seguir siendo garante de la especulación de los cuatro grandes bancos sistémicos franceses. Aparece el asunto Cahuzac [1]. Para empezar, esta historia me ha parecido ideológicamente genial. Resulta que el garante de la austeridad es, pues, un corrupto: ¡una argucia de la historia para dejar al desnudo el sistema! Si reflexionamos, en efecto, sus alter ego europeos mantienen igualmente turbios lazos con el sistema bancario. El italiano Mario Monti, que han tratado de vendernos como un padre virtuoso, estaba en relación, por ejemplo, con Goldman Sachs. Cahuzac no era un átomo solitario de corrupción sino una pieza de un sistema.  
¿Y cuál es, según usted, la naturaleza de este sistema?
E. T. : Cahuzac nos revela lo que es la deuda pública. El préstamo a los estados supone una protección del dinero de los ricos. Karl Marx lo había visto. ¡La deuda de los estados es una invención de las finanzas privadas! La austeridad, el "restablecer las cuentas públicas", es mantener al Estado en situación de pagar los intereses y de incapacidad de hacer la única cosa que deberá hacer algún día, inevitablemente: la suspensión de pagos de la deuda. Negarse a pagar. En esto estoy en las antípodas de la ideología dominante, en lo impensable de una época en la que el dinero es la religión y la divinidad, el euro. Sin embargo, la parada de las economías desarrolladas se debe desde luego a la acumulación de dinero inútil en lo alto de la estructura social. Para relanzar la máquina y refundar la democracia, hará falta volver a poner los contadores a cero. Sólo parcialmente, no soy un revolucionario. Que un tipo como Cahuzac se deje agarrar aporta, por tanto, su granito de arena a la resolución del problema. A continuación, he seguido reflexionando. Soy lo contrario de un fino psicólogo, pero yo mismo habría anticipado que un médico que prefiere los implantes capilares a curar a la gente tenía que ser un adorador del dinero. Lo ha elegido Hollande. Es un error moral. Esa elección sugiere en el presidente una insuficiencia del instinto de moralidad. Cuando supe que el tesorero de su campaña, Jean-Jacques Augier, tenía una cuenta en las Islas Caimán, en el mismo momento en que Hollande hacía su discurso de Bourget contra los ricos, eso me encantó…
A este respecto, la respuesta enloquecida del gobierno pidiendo la publicación del patrimonio de los representantes electos, ¿le ha parecido pertinente en relación a la crisis abierta por el fraude y las mentiras del exministro del Presupuesto?
E. T.: Lo peor es esta tentativa de arrojar humo sobre la transparencia. Ahí Hollande se convierte en una amenaza. Cahuzac, a quien había nombrado él mismo, se deja coger, y ¿qué hace él? ¡Designa al conjunto de la clase política como sospechosa! Es un acto antidemocrático primordial. Desde luego, hemos escapado al ambiente fétido del sarkozysmo, antimusulmán, antiextranjeros, antiroms. Hace un año, la prioridad consistía en desembarazarse de Sarkozy. ¡Por eso es por lo que nunca pediría perdón por haber apoyado a Hollande! Pero lo que tienen de mágico los socialistas es que, al dejar de designar chivos expiatorios, estrategia de diversión específica del sarkozysmo, Hollande y el PS se han quedado en cueros. Nos dejan ver las relaciones de fuerza reales entre el Estado y la banca, sobre todo. Pienso en ese sketch del Café de la Gare [célebre café-teatro parisino dedicado a la sátira]: una escena en completa obscuridad, un proyector que se enciende, un tipo que aparece iluminado en el centro, totalmente desnudo. Es lo que acaba de sucederle a Hollande.
Al inicio de su quinquenio, el chivo expiatorio eran los ricos, y las finanzas, el enemigo al que se apuntaba con el dedo. La prensa de derechas juega todavía hoy, con esta obsesión de la matraca fiscal. El voto sobre el impuesto a las transacciones financieras, por ejemplo, ¿es a sus ojos un completo bluff?
E.T.: Los ricos no son el chivo expiatorio, ¡son el problema! (Risas). El fracaso de la reforma de los bancos ha sido bien analizado por economistas como Gaël Giraud. Ese giro me lleva a la conclusión de que existe en el PS una verdadera "tendencia bancaria", que se opone no solamente a la izquierda del partido sino a una mayoría de parlamentarios implantados en las regiones. La reforma fue neutralizada por la flamante diputada del PS Karine Berger, que, cito de la Wikipedia, había trabajado antes para Euler Hermes, filial del grupo alemán Allianz, ayudada por su socia, Valérie Rabault, que proviene de la Société Génerale y del BNP Paribas. Juntas han firmado un libro de título visionario: Les Trente Glorieuses sont devant nous [2]. Se podría citar también a gente como Emmanuel Macron, joven secretario general adjunto del Elíseo, que proviene de la Banca Rothschild. El pasado de estas personas y, sin duda, su futuro, a partir de 2017, cuando ya no quede más que un puñado de diputados del PS en la Asamblea, están en el sistema bancario. La operación "manos limpias" es, por lo tanto, un escándalo.
¿Debemos saber cuánto posee de Mobylette la ministra de Juventud y Deportes? Lo que resultaría decisivo sería disponer del organigrama de las interacciones entre los bancos y la Inspección de Finanzas o el Tribunal de Cuentas. En términos de ciencia política, el poder reside en esos vínculos entre las altas finanzas del Estado y las altas finanzas privadas. Partiendo de esta cuestión, se puede desarrollar la historia del "neoliberalismo" a la francesa desde los años 80. El poder financiero, ejercido en su origen por altos financieros gaullistas, honestos y patriotas, ha pasado al sector privado. La única cosa que se ha conservado es el carácter hiperconcentrado del sistema.  
Un poco al estilo del modelo de lo que ha pasado en los años 90 en Rusia, tras la caída del Muro…
E.T.: Desde luego. El Estado lo era todo en Rusia y, después del final de la URSS, siguieron al mando las mismas personas de lo que se privatizó. La encarnación totémica del sistema francés es Michel Pébereau [3], convertido en padrino de este pequeño mundo. Cito una vez más la Wikipedia, dice su entrada: "Michel Pébereau deja la administración para reingresar en el Crédit Commerciel de France en 1982. Lleva a buen término la privatización de dos bancos, con los que se formará el PDG: el Crédit Commercial de France, de 1986 a 1993, y luego la Banque Nationale de Paris (1993), convertida en BNP Paribas en 2000, que preside de 1993 a 2003". En cuanto a los jóvenes que salen mejor clasificados de la ENA [École Nationale d´Administration] – no los mejores sino los más aptos, moral y socialmente, para hacer la pelota-, los volvemos a encontrar en la Inspección de Finanzas, en el Tribunal de Cuentas, luego en los gabinetes ministeriales, y desde luego en el Ministerio de Finanzas. Los ministros importantes no tienen libertad para elegir a sus directores de gabinete y viven bajo su vigilancia. El porvenir de estos jóvenes está en lo privado. Entierran las reformas de los bancos. Pasarán a esos bancos y a las grandes empresas privadas, cooptados por sus padrinos. Lo que nos hace falta es transparencia en esta mecánica. La verdad hoy revelada -¡el hollandismo, gracias a sus torpezas, sigue siendo revolucionario!- es que los bancos controlan el sistema.
Lo que usted describe es exactamente el reproche que ya se le hacía a Nicolas Sarkozy. En el momento de la gran crisis de 2008, se apuntó así el hecho de que inventó la salida de la crisis con los banqueros. Esos reproches son también los mismos que se le dirigen hoy a Obama… 
E. T.: La crisis pone al desnudo a la oligarquía. Si se lleva el análisis hasta el final, no es el ejecutivo el que ataca al Parlamento exigiéndole transparencia, es el sistema bancario. Tiene razón Patrick Weil: dejemos de perseguir la acumulación de cargos [4], acumulación que, al asegurar a los diputados una base regional, les ayuda a resistir al poder ejecutivo y bancario.
Teniendo en cuenta la degradación espectacular del crédito concedido a François Hollande en menos de un año, ¿Cuáles son los recursos de los que dispone de ahora en adelante?
E.T.: Si seguimos en la zona euro, toda pretensión de actuar es una broma. Hollande es un presidente local en la zona marco. La realidad es que hemos vuelto a la situación en la que el Banco de Francia era cosa de 200 familias. Salvo que ahora ya no son ni siquiera 200 familias francesas las que hacen la ley, ¡es Alemania!
¿Subscribe usted pues esa idea del pulso necesario con la canciller Angela Merkel para salir del bache económico, recuperar el crecimiento y soldar de nuevo la izquierda?
E.T.: Atacar a Merkel es la última ilusión socialista, con eso se vuelve a atacar a un apoderado. Es la patronal alemana la que no quiere una explosión de la zona euro. Son esos patrones, organizados a la alemana, los que le permiten a Mario Draghi [presidente del Banco Central Europeo] realizar políticas de salvamento de los bancos. Les hacen falta todavía cuatro años para freír a la industria francesa. La duración de la presidencia de Hollande, justamente. La situación podríamos esquematizarla así (Todd saca una hoja de papel y dibuja un diagrama). Arriba del todo: la patronal alemana. Justo debajo, desfasada, Merkel: ¡encargada de la gestión de los protectorados europeos! Directamente a las órdenes de la patronal alemana: el Banco Central Europeo. A las órdenes del BCE: los bancos franceses. Controlados por los bancos: los inspectores de finanzas de Bercy [el ministerio de Finanzas, por el barrio parisino en el que se ubica] con Pierre Moscovici [5] como agregado de prensa. Y debajo del todo: François Hollande. No le encuentro a Hollande ninguna función identificable, así que anoto: "Nada" (Risas).
Pero no ha respondido usted del todo…Teniendo en cuenta lo que dice usted, ¿es una intuición tan mala por parte del PS ir a enfrentarse así con Alemania?
Nuestros socialistas quieren creer que el retorno al poder de los socialdemócratas alemanes supondría una gran diferencia. Karine Berger ya me había amagado con ello antes de las presidenciales, durante un debate en una agrupación socialista. ¡Pero sí las reformas más duras en Alemania las ha hecho Schröder! La socialdemocracia alemana, histórica y geográficamente, se inscribe en la continuidad del protestantismo, y por tanto, del nacionalismo. Con ellos, sería peor. Por tanto, evidentemente, Alemania es el problema. Las políticas francesas, tan duras con su población y sus pequeñas y medianas empresas, están en fase "osos amorosos" en lo que toca a la amistad franco-alemana. Pero Alemania, que ya ha arramplado dos veces con el continente, es una de las cimas de la irracionalidad humana. Sus rendimientos económicos "excepcionales" son la prueba de que es siempre excepcional. Alemania es una cultura inmensa, pero terrible por desequilibrada, que pierde de vista la complejidad de la existencia humana. Su obstinación en imponer la austeridad, que hace de Europa el agujero negro del a economía mundial, nos impone una pregunta: ¿no sería Europa, desde inicios del siglo XX, ese continente que se suicida a intervalos regulares bajo dirección alemana? ¡Sí, hay que aplicarle a Alemania un "principio de precaución"! Decirlo no significa ser un cerdo xenófobo, es tan sólo buen sentido histórico. Tanto más cuando este país se inscribe, a espaldas de nuestros jefes, en una lógica de potencia. El único obstáculo para Alemania a una hegemonía duradera en Europa es Francia, mientras no se venga definitivamente abajo en lo económico. Pero comprendo que sea difícil para nosotros admitir la evidencia: nunca pensamos que volveríamos a ver así estas relaciones de fuerza.
El presidente le invitó a desayunar al Elíseo hace algunos meses. ¿Qué le aconsejó usted?  
E.T.: Una de las raras cosas de las que me acuerdo es de que había tomado él consciencia de la existencia de una Europa protestante y bromeaba sobre el hecho de que los finlandeses eran todavía más rígidos que los alemanes. Le sugerí que haría falta reunir una comisión de reflexión sobre la viabilidad del euro que mezclara economistas ortodoxos con economistas críticos como Jacques Sapir, Jean-Luc Gréau, Gaël Giraud, Paul Jorion o Frédéric Lordon. La sola existencia de esta comisión habría intimidado a los alemanes y hecho bajar el euro. Pero ahí está la prueba de la insuficiencia última de las clases superiores francesas: nadie osa, aparte del Frente Nacional, plantear la cuestión de la viabilidad del euro, esta moneda que hay que salvar sin cesar, con una tasa de paro desbocada e ingresos que se desploman. Ni siquiera Mélenchon llega hasta ahí.
La izquierda del PS, los Marie-Noëlle Lienemann y Emmanuel Maurel, son incapaces de ello y nos proponen políticas de relanzamiento imposibles en una economía librecambista, que terminan por no hacer otra cosa que reforzar todavía más la industria alemana. ¿Y qué decir del conformismo eurófilo de esta institución central que es Le Monde o de revistas como No hay alternativas económicas [alusión irónica a la publicación mensual Alternatives économiques]? Para llegar a un punto de inflexión en esto haría falta que Hollande fuera más que De Gaulle. Pero, ya lo ha dicho él, sólo es normal. Corriente incluso. La única esperanza que me queda la pondría más bien en una revuelta del Parlamento. ¿Mi fantasma? Una Cámara de Diputados que, disuelta por el presidente, perdón, por el sistema bancario, se negara a dispersarse, apoyada por una sociedad exasperada. Pero ¿se puede tomar en serio a alguien que se haya tomado en serio a Hollande?
NOTAS T:
[1] Jérôme Cahuzac (1952), cirujano plástico de profesión, fue ministro delegado del presupuesto hasta marzo de 2013 cuando dimitió pa causa de las acusaciones de fraude fiscal.
[2] Les Trente Glorieuses sont devant nous [Los treinta gloriosos ante nosotros] hace referencia a los 30 años de crecimiento, prosperidad y estabilidad en Europa Occidental tras la II Guerra Mundial.
[3] Michel Pébereau (1942), alto funcionario, presidente y directivo de diversas empresas, fue además el consejero más influyente de Sarkozy en materia financiera.
[4] Recuérdese que es sumamente común en Francia aunar los puestos de diputado o ministro con la alcaldía de una ciudad o presidencia de una región.
[5] Pierre Moscovici (1957), actual ministro de Economía y Finanzas del gobierno francés. Dirigió la campaña presidencial de Hollande en 2012. 
Emmanuel Todd (1951), célebre historiador, demógrafo, sociólogo y politólogo francés, trabaja en el Instituto Nacional de Estudios Demográficos de París. Entre sus obras más conocidas publicadas en español se encuentran Después del imperio. Ensayo sobre la descomposición del sistema norteamericano (Foca, Madrid, 2003), Encuentro de civilizaciones, (Foca, Madrid, 2009), y Después de la democracia, (Akal, Madrid, 2010).
Fuente: Marianne, 4-10 de mayo de 2013
Traducción para www.sinpermiso.info: Lucas Antón

Los jesuitas, empresarios coloniales

 

 

 

 

 

 

 

Los jesuitas, empresarios coloniales

www.banrepcultural.org/blaavirtual/.../boletin/boleti3/.../jesuitas.htm

jueves, 13 de junio de 2013

La quinta Alemania .



Rafael Poch: "España está pagando indirectamente el enorme gasto de la reunificación alemana"

 









 







Jueves, 13 de Junio de 2013 10:01


El corresponsal de 'La Vanguardia' en Berlín analiza en 'La quinta Alemania' cómo Merkel ha dinamitado el sistema socio-laboral aprovechando el shock de la crisis. Básicamente, ha consistido en dinamitar el sistema socio-laboral y en imponer el pacto fiscal y el tope de deuda.
Vivió durante dos décadas en Moscú y Pekín, donde ejerció como corresponsal del diario La Vanguardia, antes de instalarse en Berlín. Allí ha sido testigo de cómo la canciller, Angela Merkel, está exportando a la Europa mediterránea el "experimento alemán", iniciado por Helmut Kohl en la RDA y, tras la reunificación, extendido por Gerhard Schröder a lo que había sido la Alemania Occidental.
Básicamente, ha consistido en dinamitar el sistema socio-laboral, aprovechando el shock que ha supuesto la crisis para la ciudadanía, y en imponer el pacto fiscal y el tope de deuda.  Rafael Poch (Barcelona, 1956) explica la forja de este modelo en su último libro, La quinta Alemania (Icaria), escrito a tres manos junto a Ángel Ferrero y Carmela Negrete.
Merkel es la diana de las críticas de los países del sur por someterlos a la austeridad, pero usted sostiene que las primeras víctimas han sido los propios ciudadanos alemanes.
Ha sido un movimiento en tres tiempos, que parte de la reunificación. En primer lugar, Alemania llegó tarde al proceso que se conoce como Gran Divergencia o Gran Desigualdad. Es decir, a lo que en el mundo anglosajón comenzó a finales de los setenta, con Carter y Reagan en Estados Unidos y con Thatcher en Reino Unido, y que más tarde se exportó de una u otra forma al resto de Europa. En esa operación, Alemania se retrasó porque estaba en primera línea de la Guerra Fría y tenía enfrente una Alemania alternativa, la RDA, con la que mantenía una competición en lo social. La RFA debía serlo tanto como su enemigo histórico, lo que condicionó al establishment y determinó la economía social de mercado. En 1990, eso se disuelve, por lo que el poder se siente con las manos libres y decide ponerse a tono rápidamente con el resto del mundo. El problema es que esto lo empieza a aplicar en el Este, donde se produce un desmonte industrial sin precedentes y se aplican nuevas relaciones laborales. Y, al mismo tiempo, se gasta una ingente cantidad de dinero, unos dos billones de euros, en la absorción de la RDA. Un fardo que lastra la economía y la política alemana.
"Los asalariados alemanes sufren mucho y sólo salen ganando los ricos" 
Diez años después, en 2000, entramos en el segundo momento de esta operación. Por un lado, la Estrategia de Lisboa de la UE, que es una agenda neoliberal para Europa. Por otro, tres años después, la Agenda 2010 del canciller socialdemócrata Schröder, que extiende al conjunto de Alemania las relaciones laborales que se habían introducido ya en el Este, basadas en la precariedad.
Esto nos lleva a la eurocrisis actual y, con Merkel, llegamos al tercer episodio, cuando Alemania exporta al resto de Europa esa agenda como modelo, en el contexto de la crisis.
Y, en el camino, los alemanes también han salido perdiendo.
Los asalariados sufren mucho en este proceso y salen ganando los ricos y las grandes empresas. Al mismo tiempo, con esta agenda se consigue una competitividad (que no ha sido lograda a base de productividad e innovación sino de recortar costes salariales, lo que se llama dumping salarial) que deja fuera de juego al resto de las economías de Europa. Después de Maastricht, ya no estamos en un marco de economías nacionales sino en un mercado común con una moneda única. Por tanto, tú ya no puedes practicar una política económica nacional (por ejemplo, el citado dumping salarial) sin perjudicar a tus socios.
¿Han terminado pagando España, Grecia y Portugal el alto coste de la reunificación alemana?
Indirectamente, sí. El enorme gasto de la reunificación fue uno de los grandes elementos que determinaron que Alemania practicara una política económica y monetaria muy agresiva.
¿Es tal el "milagro del empleo alemán" o responde a la proliferación de trabajos precarios, mal pagados y a tiempo parcial? ¿Cuajará la fórmula en España?
En Alemania no ha habido ningún milagro del empleo, aunque el Gobierno lo airea así. Medido en horas, se trabaja lo mismo que en 1990. No hay más trabajo sino que se ha repartido entre más gente. Al precarizarse, con esos sueldos tan exiguos esos ciudadanos no llegan a fin de mes y viven en parte de los salarios y, muchos de ellos, de las ayudas sociales. Es un estadio posiblemente mejor que el paro, pero no es un modelo.
"En Alemania no ha habido ningún milagro del empleo sino que el trabajo se ha precarizado y repartido entre más gente" 
¿Se puede trasladar éste a España? Bueno, es como comparar peras con manzanas. Alemania es una economía industrial y exportadora muy potente que ha podido plantear una estrategia de este tipo, errónea o no. En España se está recortando en nombre de pagar las deudas de los bancos, no hay ninguna estrategia detrás.
Respecto al futuro de los minijobs en España (entendidos como explotación, bajo salario y feudalismo laboral), ya los teníamos antes de todo esto. Le están poniendo nombre a una relación laboral que en España es tradicional.
Si Alemania aprieta, las exportaciones al resto de países de la UE se ahogan. ¿Cómo ha previsto su Gobierno vadear este problema?
Lo que ha dejado de vender en el sur de Europa lo ha compensado con creces en los BRICS, en Estados Unidos y en Europa del Este. Si la coyuntura global no se enfría, puede funcionar, pero como ocurra las exportaciones pueden hundirse con facilidad. En China ya hay síntomas de ello y en el resto del mundo la situación es incierta.
Paralelamente, la pérdida del poder adquisitivo en la propia Alemania frena las importaciones desde los países del sur.
No todo el trabajo está precarizado. El sector exportador alemán, las joyas de la corona, siguen teniendo unas relaciones laborales decentes. Lo que pasa es que se ha creado un segundo mercado laboral enorme, sobre todo en el sector servicios. Ahí es donde realmente la gente está muy mal pagada y, por lo tanto, son malos consumidores. Por eso el consumo interno alemán es raquítico y no tiene ningún efecto de arrastre sobre el resto de Europa, siendo el país más poblado de la zona euro. La precarización laboral tiene consecuencias en la configuración general de la economía: bajo consumo, compra de productos baratos y, por extensión, fabricación de artículos con poco valor añadido. Esto está empezando, pero tiene un gran futuro a medio y largo plazo.
¿Cree que los mensajes apocalípticos de los gobernantes alemanes o españoles respecto a la insostenibilidad de los servicios sociales responden a una campaña propagandística?
"Las situaciones de gran desconcierto social son idóneas para imponer agendas impopulares" 
Totalmente. La financiación de los servicios sociales bebe de diversas fuentes: la situación demográfica, la productividad, el sistema fiscal... La ideología neoliberal pretende anularlos, sólo se fija en la demografía menguante y, a partir de ahí, saca conclusiones definitivas. En este contexto, hay que recordar que el estado social europeo nació y se desarrolló en una época histórica en la que la pirámide social europea conoció el mayor envejecimiento de la historia.
¿Podría la canciller llevar a cabo lo que ha venido a llamarse como "austericidio" sin el shock de la crisis?
Las situaciones de gran desconcierto social son idóneas para imponer agendas impopulares. A una sociedad paralizada, que no sabe y asustada es muy fácil venderle ese discurso: "Recortamos porque hay consideraciones de fuerza mayor y no queda otra alternativa".
El crédito alemán alimentó la burbuja del ladrillo. ¿En qué medida es Berlín responsable, dado que conocía en qué se iba a invertir el dinero que prestaba, de la crisis económica en España?
"Tenemos un sistema financiero internacional absolutamente insostenible e injusto" 
El problema es convertir una situación sistémica (o sea, un sistema ladrón y totalmente pasado de rosca como era y sigue siendo el sistema financiero internacional) en una cuestión de peleas entre naciones: las que hacen bien las cosas y las que las hacen mal. Este discurso nacionalista o nacional-populista es la alternativa a reconocer la realidad. Hay que afrontar que tenemos un sistema financiero internacional absolutamente insostenible e injusto.
Los españoles creamos la burbuja, que era lo que Franco nos enseñó a hacer y hemos seguido haciendo desde el posfranquismo hasta hoy, y los alemanes financiaron eso, sin preguntar para qué era el dinero. Simplemente pensaban en meter sus enormes excedentes comerciales allí donde les daban un punto porcentual de interés más. Así, entre 2005 y 2008, bancos alemanes y franceses colocaron en España 320.000 millones de euros, gran parte de ellos en el sector inmobiliario. Por eso, la responsabilidad, no ya del inmobiliario sino de esta crisis sistémica, es general. Diría incluso que han tenido más culpa los sectores financieros situados en el centro que los de la periferia. Desde ese punto de vista, Estados Unidos, Alemania y Reino Unido son más responsables que Grecia, Italia o España, por más que no haya palabras para describir nuestra economía política, el ladrillo.
Alemania primero presta dinero para comenzar la casa por el tejado, sin cimientos, lo que conduce a un estadio de euforia y falsa riqueza en España. Luego, cuando se derrumba el castillo, compra deuda. A los intereses iniciales (superiores a los que obtendría en su propio país) se suman ahora los que le reportan los bonos. ¿Ha sido así de maquiavélico?
"Estados Unidos, Alemania y Reino Unido son más responsables de la crisis que Grecia, Italia o España" 
Ante la situación de penuria que había en España, los bancos han preferido retirar a puertos seguros el poco capital español que había, en lugar de destinarlo a dar créditos. Y el puerto más seguro es el del bono alemán, con lo cual hemos tenido no sólo una ruina por la situación que se creó en España sino también una ruina agravada por la emigración hacia el norte del capital que teníamos.
Le decía que hace años se embolsaron los intereses del crédito que alimentó la burbuja y luego, cuando se fastidió todo, han comprado deuda española por los altos porcentuales que le reportaba.
No podemos hablar en pasado, porque esto es un presente. Los bancos alemanes y franceses siguen empantanados en el sur de Europa. Siguen teniendo mucho dinero en riesgo aquí y por eso insisten en que todo se focalice al pago de esta deuda bancaria a costa del sacrificio de las clases medias y bajas de los países concernidos.
Más allá de la deuda, ¿tiene Berlín la suficiente envergadura política y económica para imponer su hegemonía en la Unión?
No. Es la gran conclusión: Alemania, siendo más poderosa que sus vecinos, no lo es tanto como para ser el nuevo hegemón de Europa, porque le falta potencia para eso. Si no hay una corrección significativa, todo se derrumbará encima de Alemania en forma de una disolución de la Unión Europea. Es una perspectiva desintegradora.
A la chita callando y pese al antimilitarismo de la sociedad, los gobernantes alemanes han devuelto a su país a la senda del imperialismo, que en última instancia busca el control de los recursos energéticos y las materias primas de otras naciones.
"Si en 2009 hubiésemos tenido tres o cuatro Grecias en Europa, el austericidio no habría tenido lugar" 
Alemania era una sociedad alérgica al imperialismo, tras haber sido protagonista de la ola imperialista más criminal de la historia, pero a partir de los noventa eso ha cambiado, lo cual es una pésima noticia. Sigue por detrás de Francia y Reino Unido, pero progresivamente se está implicando más: mantiene tropas en diversos lugares, es el tercer contingente en Afganistán y cada vez habla con más desparpajo y menos vergüenza de la necesidad de controlar los recursos globales... Es decir, está aceptando el discurso estándar noratlántico en la materia.
Usted considera que los movimientos de protesta que han surgido en España son "exhibicionistas" (sobre todo en internet), pero no "transformadores". ¿Qué elementos cree que necesitan para cambiar el estado de las cosas?
Dicho de una forma simple, si en 2009 hubiésemos tenido tres o cuatro Grecias en Europa (es decir, países que hacen diecisiete huelgas generales en dos años y donde surgen nuevas fuerzas políticas de izquierda que amenazan con llegar al poder), esto no habría tenido lugar, sencillamente se cortaría ahí. Hemos tenido a Grecia, sí, con un nivel de contestación muy fuerte, pero eso no ha pasado en Italia, España o Portugal. Es un hecho. Otra cosa es entrar a calificar al 15-M. Me voy a guardar muy mucho de ningunear a estos movimientos. Es lo que tenemos, son importantísimos y hay que cuidarlos, pero hoy por hoy son demasiado poco. Se necesita más.
Con "esto no habría tenido lugar", se refiere a los recortes, ¿no?
"En España ya había minijobs antes de la reforma, simplemente le han puesto nombre a una relación laboral tradicional"  
Claro. Si Bruselas hubiese visto el peligro de la existencia de tres o cuatro Syrizas en esos países, le entraría miedo y se vería obligada a moderarse. Esto es un juego de fuerzas. Tú metes metes el dedo en el ojo de la clase media y baja: si reacciona gritando, no pasa nada; si da un puñetazo en la mesa, es más alarmante; si te lo dan en las narices, ya estamos en otro estadio. Y no se ha aplicado la fuerza necesaria... En Grecia sí que se hizo, pero un solo país ha resultado insuficiente para parar todo lo que se nos ha venido encima, ¿no crees?
Enlace con el artículo

Burt Lancaster, lo más rojo de Hollywood .

 

Burt Lancaster, lo más rojo de Hollywood (*)  

por Pepe Gutiérrez-Álvarez
Jueves, 13 de Junio de 2013 16:00

En los años 50-60, fuimos muchos los que encontramos en la pantalla otros mundos y otros referentes, incluso en lo personal. Burt Lancaster un referente excepcional, alguien muy especial…
Para mi generación, la que nació en la larga posguerra, y ya era mayor cuando llegó la caja tonta, el cine fue en muchos casos, un auténtico hechizo. Nos lo metimos en vena, y no hemos querido desengancharnos, más bien lo contrario. Hemos aprovechado el video y el DVD para rememorar los recuerdos hasta el punto de que vemos con benevolencia películas mediocres que antaño nos sedujeron. A esta fascinación ayudaron muchos componentes –todo el ruido de las películas, los carteles, los programas,  la sala oscura, el “estar dentro” de un mundo paralelo. etc-, y sin duda uno de estos atractivos fue el star system por mucho que. Con el paso del tiempo, lo asumimos con cierta crítica e ironía, pero no con menos pasión, al menos en los casos más arraigados, con actores a los que nos unía afinidades que podría explicar bien un psicoanalista.
Ni que decir tiene, en mi infancia y juventud me gustaban todas las películas, y los héroes y heroínas me parecían gente de otro planeta, lo cual era evidente si te ponías a contrastar los niveles de vida y libertad de los Estados Unidos y el vertedero moral que era el franquismo. Con el tiempo, comencé a tener claro que los ídolos de la pantalla vivían también en el planeta de una imaginación que variaba en cada película, y que sus preocupaciones no eran en nada parecidas a las mías. Quizás acabé cultivando una  mitomanía laica que, básicamente, comenzaba y acababa en la sala oscura. Es por eso que no me afectó mayormente haberme encontrado a Ava Gardner paseando por París o que François Truffaut  me diera un pisotón en la filmoteca de París: sentí, claro está, alguna morbosidad, pero no le dí más importancia que le hubiera dado por ejemplo a encontrarme a alguien que me hubiera sorprendido por algo, por ejemplo por una parecido sorprendente con un lejano conocido. Es más, estaba convencido de que la mayoría de ellos no podían ser referentes personales para nada por más que me satisfaciera que James Cagney fuese un antifranquista notorio, que Gary Cooper hiciera una película republicana, o que Errol Flynn  produjera una película a favor de la revolución cubana, etcétera. O sea eran “majos” un poco en la medida en que se acercaban a tal como yo  entendía las cosas.
Entre estos ídolos cabría distinguir actores como  Gary Cooper, sobre todo en sus últimos western (Tambores lejanos, Solo ante el peligro, El honor del capitán Lex, El jardín del diablo,  Vera Cruz, etc.), pero no sucedió lo mismo con el grueso de su filmografía que me resultaba un tanto lejana; Gregory Peck por su versatilidad, con interpretaciones tan inolvidables como la del abogado Atticus Finch en Matar un ruiseñor,  que ofendió al régimen franquista por encarnar en Behold a Pale Horse (1964) a un trasunto de “Quico” Sabater, una de las cumbres del “maquis” anarquista, pero al que me cuesta perdonarle el haberle puesto “rostro humano” al fascistón general McArthur. Algo similar me sucede con Kirk Douglas,  otro que encaja en mi época, que fue nada menos que Espartaco para recordar que la lucha contra la esclavitud seguía siendo actual, amén del vaquero con inquietudes claramente anarquistas de Los valientes andan solos  (Lonely are the Brave, 1962). Esta última fue una iluminación precoz, intuida cuando apenas sí sabía de que iba, una intuición confirmada cuando descubrí que estaba basada en una obra de Edward Abbey, pero a veces lo encontré sobreactuado, y tampoco le perdonó su deriva del general Markus, el primer alto mando del ejército sionista ocupante en la infame y mediocre,  La sombra de un gigante (Cast a Giant Shadow, 1966)..    
En la infancia habría citado sin dudarlo nombres entonces mágicos como los de Stewart Granger, Robert Taylor, y sin duda a Burt Lancaster, quizás los tres rostros más emblemáticos del gran cine de aventuras en technicolor, pero por encima de todos escogería sin dudarlo a Burton Stephen Lancaster conocido por Burt Lancaster (Nueva York, 1913-Los Ángeles, 1949), y las razones habría que buscarlas  en una singular suma de elementos que no tenían los demás.
El primero es la coincidencia, mi época naciente de cinéfilo es plenamente coincidente con la del actor,  comenzando por el detalle menor de que la película que le llevó a la fama, Forajidos (The Killers), fue rodada por Robert Siodmak el año de mi nacimiento, y que en ella comió de la mano de Ava Gardner que sin ser mi primera dama, ocupa un espacio especial en mi particular imaginario femenino, sobre todo después de ver La noche que no se acaba, de Isaki Lacuesta.
Al hablar de cronología lo hago también de un seguimiento en el que las  distintas fases del actor-productor me tuvieron como un espectador seducido de manera que no sabría decir una cifra aproximada de las veces que he visto algunas de sus películas más importantes.
También tuvo mucho que ver su biografía, mucho más atrayente que la de otros actores, Burt venía de los de abajo, y nunca pareció renunciar a sus orígenes. Leí en alguna parte que nació en los sótanos de un local del sindicato de correos del IWW, el “Industrial Workers of the World”  o sea, los Trabajadores Industriales del Mundo, también conocidos como los "Wobblies" (los míos en el imaginario), en el que militaba su padre, trabajador de correos. El barrio era conocido como el Harlem español o chicano, pero a Burt le sonrió la Diosa Fortuna convirtiéndolo en un atleta consumado. A los 9 años conoció en un campamento de verano a Nicola Cuccia, hijo de inmigrantes italianos que sería su colega por todo un tiempo. Nicola pasó a llamarse Nick Cravat, y se decía que era mudo, pero eso solamente sucedía en las películas, en realidad  era tan mudo como Harpo Marx, o sea nada. Gracia a su habilidades en el trapecio comenzaron a trabajar en el circo con el nombre de "Lang and Cravat" hasta que Burt sufrió un accidente. En la biografía también se habla de diversos empleos, así como de una participación en la II Guerra Mundial, en la que actuó también como animador.
Burt ascendió nada más poner la planta en Hollywood. Fue un actor autodidacta que se tomó muy en serio el oficio. Desde siempre fue reconocido como defensor de la causa “liberal” (“rojo” en los EE.UU), tanto en sus compromisos como por títulos tan radicales como Brute Force (1947), uno de los mayores logros del “comunista” Jules Dassin, amén de uno de los clásicos del cine carcelario escrito por Richard Brooks, y que es un potente alegato libertario contra el orden carcelario que dibujaba con veracidad la parte fascista de su país  Le atribuyeron ideas comunistas,  pero el senador Joe McCarthy optó por no acusarle, aunque sí lo hizo con su alter ego, Harold Hecht, que fue su “descubridor” y con el que creó una productora. En este cometido, Burt fue uno de los promotores del neorrealismo norteamericano, de Marty (1955) que “descubrió” al inmenso Ernest Bornigne y que fue una de las pocas oportunidades para Betsy Blir, amén de otros títulos, algunos tan potentes e ignorados como Sweet Smell of Success (1947), estrenada aquí muchos años más tarde como Chantaje en Broadway, fue escrita por el mejor Clifford Odets con Alexander Mackendrick detrás de la cámara. El resultado fue una descripción despiadada de un medio, el de la prensa, sobre el que raramente penetra la mirada crítica.
Durante bastantes años, Burt presidió la ACLU (American Civil Libertes Unión), organismo en defensa de los derechos humanos. También tomó parte de la campaña de los Derechos Civiles, se manifestó contra la guerra del Vietnam,  y que yo sepa, nunca intervino en una producción de la cual avergonzarse. Era  bastante expeditivo en sus opiniones, así cuando William Wyler le ofreció el papel de Ben-Hur, le preguntó porqué se prestaba a trabajar en semejante mierda.  Cuando se estrenó Aeropuerto (1970), la productora lo retiró de las ruedas de prensa porque en la primera declaró que, a pesar de su éxito, (provocó un montón de secuelas), la película era “una birria”.
Este es un “currículum” bastante singular que superó la prueba de la ”caza de brujas” desatada por Joe MacCarthy y la derecha, por lo que Burt se vino a Europa a rodar El temible burlón (The Crimson Pirate, 1952), una película de aventuras memorable que incide en las líneas maestras e izquierdistas de El halcón y la flecha. Por lo visto, su director, Robert Siodmak, que hizo con Burt dos joyas del “cine negro”, dejó dicho que acabó hasta el gorro de su “vedetismo”, pero lo cierto es que esa no fue una queja generalizada, y también lo es que Siodmak no hizo luego nada interesante. Estaba claro que Burt no podía salirse del sistema, por lo tanto trataba sencillamente de ser coherente siguiendo unos criterios que el mismo definió con estas palabras: “La vida tiene que ser vivida en los límites de tu conocimiento y bajo el concepto claro de cómo te gustaría verte a ti mismo”.
Sus películas de principios de los cincuenta, ya me sedujeron de una vez por todas. Disfruté hasta el delirio con El halcón y la flecha (1950), y lo volví a hacer en cada visionad, sobre todo desde que percibí su contenido revolucionario, y el sentido militante de su personaje Dardo, que pasa del individualismo estrecho al solidario; algo por  el estilo me sucedió con Su majestad de los mares del Sur (1953), que contribuyó a mi enamoramiento por los “buenos salvajes” expoliados y embrutecidos por el maldito “American Way Life”; Vera Cruz (1953), fue uno de los títulos que por aquella época pude ver al menos tres veces casi seguidas sin el menor agotamiento. Obviamente, en su momento solamente me importó la aventura, pero como sucedió con Apache, o con el antirracismo de Fugitivos, (1958) de Stanley Kramer, algo quedó del “mensaje”, que recuerde, siempre simpaticé con la revolución mexicana, y la única explicación eran aquellas películas que nos abrían otras ventanas a la vida…
De aquí a la eternidad (1953), fue una conmoción entre los mayores en la época. Aunque cortada por la censura más odiada, me planteó un principio de mirada crítica hacia el nefasto “establishement” militar, y a Deborah Kerr que se convirtió en mi dama favorita, al menos en lo que se refiere al talento  y la capacidad de registros; Apache (1954), influyó más que cualquier otra a mi reconocimiento del valor de la insumisión de los nativos norteamericanos; Trapecio (1956), significó muchas cosas, primero un mayor conocimiento de su biografía ya que su pasado cirquense acompañó a esta película en la que aparecía la Lollo en su esplendor. Los carteles y los programas perturbaron a los jóvenes clientes del billar del abuelo. En ulteriores visiones –que siempre te hacen recordar la primera-, pude entender que había una línea gai soterrada en la relación de los dos protagonistas…Por cierto, cuando con el drama de Rock Hudson con el Sida, comenzaron a abrirse los armarios de Hollywood, se comentó que Burt era bisexual, lo mismo que Tony Curtis. Lo cierto es que Burt llevó tales inclinaciones discretamente, se casó tres veces y dejó seis hijos, uno de ellos adoptado.
Pero a diferencia de otros actores, el cambio de registro de Lancaster en los sesenta me pareció tanto o más apasionante que en la década anterior. Con una particularidad: algunos de los personajes que interpretó me cautivaron personalmente, o sea, que fueron muy importantes para modelar mi crecimiento, que se desarrolló bastante a contracorriente. 
En el caso de Vencedores o vencidos, cínica titulación castellana de Judgment at Nuremberg (1961), el motivo fue otro: me desveló el horror del nazismo, tanto fue así que por aquellos días leí mi primer libro sobre tal cuestión, creo que La indagación, la obra de teatro de Peter Weiss. El régimen no quiso prohibirla porque habría quedado demasiado en evidencia con una película tan reconocida y protagonizada por un plantel de actores impresionante. Ya se comenzaban a filtrar los datos del “judeocidio”, un clamor que los propagandistas del régimen trataban de negar o al menor diluir (todavía con ocasión del estreno tardío en TVE de la célebre serie Holocausto, que abordaba abiertamente el genocidio nazi, el nostálgico escritor franquista Vizcaíno Casas, incidió en esta actitud en un debate televisado), de manera que cortaron el metraje a placer. 
Por entonces, yo comenzaba a darme por enterado de estas cosas, de que Franco contó con el apoyo directo de Hitler y Mussolini (e indirecto de Churchill), aunque no sabía todavía que en el momento de estos juicios, la prensa del “Movimiento” trató de que se juzgara también…a las autoridades republicanas en el exilio. La película me conmovió de pies a cabeza, y mi reacción espontánea fue identificarme con el fiscal encarnado por Richard Widmark. Después de sucesivas visiones, todavía sigo por ahí, echando de menos un juicio como el de Nüremberg contra los genocidas, estén en España, en Rusia o en los Estados Unidos.
Pero la película que más me influyó en aquel entonces fue El hombre de Alcatraz  (1962), cuyo contenido  encajaba como un guante con mis preocupaciones. Evoca la dura trayectoria de un convicto (Robert Strout),  un desgraciado violento se rebela ciegamente contra las autoridades, y que es condenado a cadena perpetua para redimirse; que se esfuerza por superar el foso carcelario gracias a su tenacidad y su amor por los pájaros, y me cautivó. Era un ejemplo rotundo de alguien que le da la vuelta a sus desdichas, y que acaba encontrando otra dimensión en la vida.  No fue hasta la tercera o cuarta visión que me percibí que se trataba de una película muy larga, porque en ningún momento me sentí fatigado, claro que por entonces podía estar muchas horas sin vaciar la orina. Pero ver esta película ya no era un ejercicio más de un enfermo de cine, era una manera de entrar en el terreno de mi carácter y de lo que quería ser, alguien que aunque lo metieran en una celda de por vida, buscaría algo a través de lo que realizarse. 
Sus otras colaboraciones con John Frankeheimer,  Siete días de mayo (1964) y El tren (1965) acentuaron tales afinidades. La primera por cuanto apunta hacia la existencia de un militar-fascismo en los Estados Unidos (y coherentemente, Burt interpreta a un fascista en una película antifascista), la segunda porque se acerca mucho más rigurosamente a lo que significó el nazismo, y lo que fue la resistencia con un ferroviario como héroe que lucha por la cultura.
En este cuadro se inscribe su encarnación del pastor místico y sensual de Elmer Gantry (1960), una obra maestra en la que Burt estuvo implicado desde todos los niveles y que le reportó uno de los Oscar más merecidos que se recuerda, pero como era de esperar, aquí se estrenó tarde.  Se trataba de una esmerada adaptación de uno de los títulos mayores y más escabrosos de Sinclair Lewis, el autor de Babitt, uno de los mejores retratos de la naturalaza retrógrada  de la burguesía norteamericana, capaz de manejar las empresas más complejas mientras sigue con una mentalidad religiosa integrista. 
Esta fase tan impactante contribuyó a realzar a mis ojos la importancia de El gatopardo (1963), creo que la primera película que no pude esperar que llegara a los cines de barrio por los que me movía.
Esta magistral adaptación marcó  un salto en mi incipiente evolución política, por primera vez me quedaban claras toda una serie de ideas que había comenzado a conocer, el marxismo en especial. Aparte de su derroche de inteligencia, de las grandes escenas, los decorados, las pinceladas sobre el grupo humano, me subyugó la imponente presencia señorial de Burt Lancaster en un papel para el que no concibo a nadie más, ni tan siquiera al aristocrático Laurence Olivier, la película llegaba en un momento en el que su descubrimiento me llevaría a la exaltación. En aquellos momentos ya había crecido lo suficiente para comprender que el motor de la historia era la lucha de clases, que la burguesía iniciaba por entonces su decadencia, y que lo único que buscaba era mantener sus privilegios aunque fuese estableciendo un “compromiso histórico” con la burguesía más ruín. Por entonces ya leía y releía la revista de voluntad  marxista Nuestro cine, y aunque veía de rodillas las películas de John Ford y de Howard Hawks, no me convencían ideológicamente, y no tuve ninguna atracción por la idea del “cine por el cine” que blandía como bandera Films Ideal que, para colmo, ni tan siquiera era antifranquista, y en mis cuentas, eso significaba ser cómplice.
No hay duda de que Lancaster fue consciente de la oportunidad de participar en una obra artística de alcance superior, y seguramente también lo era del atraso cultural de los EE. UU donde la obra maestra de Visconti se estrenó amputada con la mitad de su duración original y constituyó un rotundo fracaso. Ya con los años pudimos ver el montaje definitivo en dos partes diferenciadas con largos fragmentos en versión original subtitulada, toda una cita que nos deparó a mi compañera de entonces y a mí, dos tardes de domingo seguidas en verdad inolvidables.
En los sesenta, Burt comenzó a gestionar una decadencia desde la que todavía hizo su aporte a unas cuantas obras mayores.
En esta categoría crepuscular entra de pleno Los profesionales (1966), otra vez con Richard Brooks y con un reparto excepcional para una historia de exaltación revolucionaria sin idealismos,  en el fondo un alegato a favor de la lucha del pueblo vietnamita con la revolución mexicana como trasfondo histórico y paisajístico. A continuación, Burt hizo su última gran aportación al  “western” de la mano de Robert Aldrich, La venganza de Ulzana (1972), que venía a ser algo así como la cara más cruel de Apache ya que describe la última resistencia apache como especialmente cruel sin por ello querer desautorizarla. Fue con Aldrich  con el que trabajó en un potente modesto pero no por ello menos certero alegato antinuclear en Alerta misiles (Twilight's Last Gleaming, 1977), encarnando a un militar con un tono político verdaderamente audaz, cuestionando las razones últimas de la guerra de Vietnam, y mostrando -como por otra parte era característico en Aldrich- una radical desconfianza hacia el poder y quienes lo representan o sirven.  La película fue masacrada por  nuestra querida censura.
Burt regresó a Italia por la puerta grande con dos interpretaciones memorables.  En una volvió a trabajar con el marxista Luchino Visconti, Confidencias (Gruno di fiamiglia in un interno, 1975), título crepuscular, donde volvió a estar soberbio en el papel de un solitario profesor que se convierte en voz del propio autor meditando sobre los cambios operados en su larga vida y en la sociedad italiana. Se trató de la penúltima obra de Visconti, y fue gracias a un Lancaster agradecido que Luchino pudo conseguir el capital necesario para su producción que, como era de esperar,  los distribuidores yanquis consideraron de explotación imposible. En la otra sobresalió en un papel secundario en el fresco socialista de Bertolucci, Novecento (1976), que de alguna manera conectaba con El gatopardo,  y que al menos para mí, sería seguramente lo más recordado de este ambicioso fresco social, por otro lado tan en consonancia con la época. 
Aunque trabajó en varios proyectos más, Burt consiguió una despedida a su medida de la mano de otro realizador europeo, Louis Malle, con Atlantic City (1980), donde da vida al viejo gangster Lou Pasco, un viejo canalla consciente de que la vida se le acaba, y que disfruta con deleite de la visión furtiva de los pechos de una primeriza Susan Sarandon.  Todavía estuvo a punto de encarnar al viejo conservador Ambroce Bierce  convertido al final de su vida en un voluntario a favor de la revolución siguiendo al ejército de Pancho Villa en Viejo gringo (Old Gringo, 1989), pero las compañías de seguro se negaron a firmar sus pólizas, y fue sustituido por Gregory Peck, que estuvo tan memorable como sin duda lo hubiera estado Burt de haberlo hecho.
Falleció de un ataque cardiaco, y según declaró Alain Delon “iba en silla de ruedas, estaba parcialmente paralizado”, de manera que tuvo el tipo de muerte que él hubiera deseado (…) la muerte le ha supuesto un cierto alivio, ya que en estos últimos cuatro años ha sufrido mucho”. Alguien recordó que en uno de los cuadernos de Giusseppe Tomasi di Lampedusa, este anotó la siguiente cita de Thomas Carlyle. “Nuestra vida está delimita por dos silencios: el silencio de las estrellas y el de las tumbas”.
Lancaster murió en un tiempo en que reinaban canallas integrales, de mala gente que interpretaban por lo habitual héroes violentos cuyo único objetivo era escalar en una cima social cada vez más escandalosamente privilegiada, y de “actores” de la estirpe neoliberal, como Silvestre Stallone, Arnold Schwarzenegger o Bruce Willis, entre otros y otras. Recuerdo que hasta entonces, había sido una revista de inequívoca trayectoria “liberal” como Fotogramas, publicó una extensa lista de entrevistas con estrellas que al mismo tiempo eran grandes fortunas entre la que también puedo citar a Sandra Bullock y al escritor Tom Clancy, y en todas ellas el mensaje era el mismo: todos pagaban demasiados impuestos. La Bullock hasta proclamaba que lo que ganaba haciendo –pésimas- películas,  se lo merecía. Un tiempo desde el que uno no podía por menos que pensar que después del tiempo de los leones había llegado el de las hienas, dicho sea con el mayor respeto por las hienas. Ni que decir que esta panorama no hizo más que reforzar más aún mi aprecio por  la leyenda de Burt Lancaster, y claro está, por aquellas grandes títulos que, en muchos casos,  para mí fueron mucho más que cine. 

(*) Esta trabajo estaba en principio destinado a ser un capítulo de mi libro, Lo que aprendí del cine, publicado en La Cosecha anticapitalisla, la editorial virtual de Kaos.