Venezuela, una guerra electoral de manual
Por Marc Vandepitte
| 23/08/2024 |
Nada de lo ocurrido antes, durante y después de las elecciones
presidenciales de Venezuela fue casual ni cayó del cielo. Todo estaba preparado
a la perfección y fue un magnífico ejemplo de guerra electoral. ¿Sigue siendo
posible la democracia soberana en tales circunstancias?
Para entender lo que está ocurriendo en Venezuela en las
últimas semanas hay que darse cuenta de dos cosas: una, que esas elecciones
presidenciales tuvieron lugar en el «patio trasero» de Estados Unidos y dos,
que el país sigue un rumbo izquierdista.
Todos los países de la región que han adoptado este rumbo
izquierdista en los últimos 20 años se han enfrentado a intentos de
desestabilización y cambio de régimen que iban desde golpes militares, batallas
jurídicas (1) y golpes institucionales (2) hasta intentos de revoluciones de
colores (3). Véase en el anexo del artículo un resumen de esos intentos.
Guerra híbrida
Venezuela no es una excepción, todo lo contrario. Venezuela
está en la mira del Occidente, más que ningún otro país de la región por ser
pionera en la construcción de un mundo multipolar en el que Occidente ya no
puede afirmar su superioridad. Desde que Chávez fue elegido presidente en 1999,
el imperio ha hecho todo lo posible por sabotear este experimento izquierdista.
Hubo, entre otras cosas, dos golpes de Estado, un intento de
asesinato del presidente, provocaciones militares a través de la ayuda al
desarrollo, mortíferos bloqueos callejeros, un bloqueo por parte de los
patrones del petróleo (4), aislamiento diplomático, acaparamiento de bienes
esenciales para crear escasez, fuertes sanciones económicas, congelación de
activos extranjeros e imposibilidad de realizar transacciones financieras.
Cuando pensamos en la guerra, inmediatamente pensamos en
bombas y misiles. Pero en Venezuela, la guerra se libra de otra manera. Todas
las agresiones enumeradas contra el país son ejemplos de lo que se denomina una
guerra híbrida (5). Cada una de estas estrategias aplicadas fue trazada o
financiada desde Estados Unidos.
Los acontecimientos de las últimas semanas en Venezuela tras
las elecciones presidenciales encajan perfectamente en ese cuadro y se pueden
describir como guerra electoral.
Guion preciso
Nada de lo que ocurrió antes, durante y después de las
elecciones fue casual ni cayó del cielo. Todo estaba bien pensado. De hecho, la
oposición de extrema derecha había anunciado con antelación lo que estaba a
punto de ocurrir .
Unas semanas antes de las elecciones el candidato de la
oposición de extrema derecha Edmundo González había anunciado, al igual que
Trump en Estados Unidos en 2020, que no aceptaría los resultados si perdía. En
el pasado esto provocó disturbios y los infames cortes de carretera
(“guarimbas”) en Venezuela. Una vez más, estaba escrito en las estrellas que
esto volvería a suceder.
Las maniobras de la oposición de extrema derecha siguieron
un guion cuidadosamente preparado. Sus partes principales incluso fueron
publicadas previamente por Mark Feierstein, experto en guerra psicológica y
desinformación. Este hombre fue también una figura clave en la guerra sucia
contra Nicaragua en la década de 1980 y en el golpe de Estado contra el
presidente Fernando Lugo en Paraguay.
Enumeramos los elementos clave de su guion.
1. Utilizar hábilmente las sanciones económicas (6). Según
Feierstein, las devastadoras sanciones económicas son una palanca para forzar
concesiones del gobierno izquierdista. Además, las sanciones son una excelente
herramienta de chantaje electoral: un voto de izquierda mantiene las sanciones,
un voto de derechas las hace desaparecer. Es una estrategia que se utilizó con
éxito en las elecciones nicaragüenses de 1990 (7).
En cualquier caso, las sanciones han tenido un efecto
devastador en la economía y las condiciones de vida. Han agotado a la población
venezolana y parte de esta espera y desea que Washington cese su
estrangulamiento económico cuando Maduro deje de ser presidente.
2. Unir a la oposición espoleada por Estados Unidos (8). La
oposición estaba muy dividida en el pasado, lo que le daba pocas posibilidades
contra Maduro y antes, contra Chávez. Esta vez Washington ha hecho todo lo
posible para unir a la oposición y ha tenido un éxito razonable.
La influencia de Washington es innegable. En el pasado el
presidente Bush Jr. recibió personalmente en la Casa Blanca a la actual
candidata opositora, Maria Corina Machado, y dos días después de las elecciones
se celebró una reunión entre la oposición de extrema derecha y un alto asesor
de Biden para trazar la estrategia para un futuro próximo.
3. Infiltrarse y
presionar al Consejo Nacional Electoral (CNE) (9). El Consejo Nacional
Electoral, que organiza las elecciones y es responsable de los resultados, es
un organismo independiente que no depende del Gobierno, sino del Parlamento.
Feierstein sugiere infiltrarse en el Consejo y también pide a los países de la
región que presionen al CNE.8
4. La oposición debe presentar sus propios resultados antes
de que la junta electoral anuncie los resultados oficiales (10). En el punto 8
describimos cómo las encuestas manipuladas y los sondeos a pie de urna falsos
pretendían inculcar de antemano al pueblo venezolano y al mundo exterior que la
oposición iba a ganar de todos modos y que si Maduro ganaba, los resultados
oficiales serían el resultado de un fraude.
Sin afirmarlo explícitamente, Feierstein indica que lo mejor
es que esas encuestas y los sondeos a pie de urna sean corroborados por los
llamados «recuentos de la propia oposición», lo que les confiere un carácter
casi oficial. Para ello era necesario retrasar los resultados oficiales. Hubo
un ciberataque masivo (punto 9). Además, también había que publicar los
resultados «propios», lo que requería un sitio web propio (punto 10).
(Este punto fue fundamental , publicaron resultados para invalidar a la CNE y al mismo tiempo la bloquearon como en Bolivia con Evo ,y en parte lo lograron al centrar el resultado solo sobre las actas. Nota del blog )
5. Llamamiento a los países de la región (11). Feierstein es
muy consciente de que Estados Unidos no es el país más adecuado para influir en
los militares y en el Consejo Nacional Electoral, los dos actores fundamentales
en el escrutinio. Incluso hay sectores de la derecha venezolana que consideran
delicada la injerencia directa de Washington y que tampoco sería beneficiosa la
de otras partes del mundo.
Por lo tanto, es mejor implicar a países de la región. Esta
estrategia solo tuvo un éxito parcial (12). Varios países latinoamericanos que
se alinean con la política exterior estadounidense no han reconocido los resultados
oficiales. Pero países clave como Brasil, México y Colombia han indicado que
reconocerán la victoria de Maduro si la confirman las autoridades competentes
del país. Estos países también se oponen a la injerencia estadounidense en
estas elecciones.
6. En caso de disturbios, presionar al ejército (13). Es
poco probable que un alto cargo como Feierstein incite abiertamente a los
disturbios, pero un silbato para perros trasmite igual de claramente el
mensaje. Feierstein indica implícitamente que habrá (o debería haber)
disturbios si Maduro gana. Estados Unidos tiene una larga tradición y mucha
experiencia en organizar este tipo de disturbios.
Feierstein es consciente de que las fuerzas armadas son muy
leales al gobierno de izquierda. Pero aún así espera convencer a una parte del
ejército, sobre todo a los reclutas y a los oficiales inferiores, para que se
pongan del lado de los amotinados.
Mauricio Macri, el expresidente derechista de Argentina,
participó a esta parte del guion. Antes de que se conocieran los resultados,
llamó en un tuit a las fuerzas armadas a volverse contra el presidente Maduro.
Es muy trascendental que un exjefe de Estado extranjero llame a los militares a
sublevarse contra un presidente.
El guion de Feierstein deja poco a la imaginación, pero
faltan algunos elementos porque es difícil ponerlo todo sobre la mesa en un
documento tan abierto (en internet). Los elementos que faltan son los
siguientes:
7. Guerra mediática contra el proyecto bolivariano y Maduro.
Los medios de comunicación en Venezuela siguen en gran medida en manos de
poderosos grupos de capital alineados con Estados Unidos y virulentamente
opuestos al gobierno de izquierdas. Tanto en la prensa nacional como en la
internacional se ha librado durante años una verdadera campaña de desprestigio
contra el proyecto bolivariano. Se guarda un recatado silencio respecto a las
aplastantes sanciones económicas y así se puede culpar al Gobierno de los
problemas económicos.
Aunque Maduro consiguió mantener a su país en orden en
circunstancias extremadamente difíciles, se le retrata como incompetente,
corrupto, narcotraficante e incluso un poco loco. Semejante contexto de guerra
de conciencias es todo menos propicio para presentarse a las elecciones.
8. Encuestas y sondeos a pie de urna manipulados. En el
periodo previo a las elecciones las encuestas se utilizaron como arma. Las
encuestas realizadas por Estados Unidos (Datanálisis, Delphos, Consultores 21 y
ORC Consultores) indicaban que el candidato opositor Edmundo González aventajaba
a Maduro entre 20 y 30 puntos porcentuales.(A)
Los principales medios de comunicación, también los de
Europa adoptaron con entusiasmo estas encuestas, gracias a las cuales la
población venezolana y la ciudadanía del mundo ya estaban convencidos de que
Maduro no podía ganar sin cometer fraude.
Estas supuestas agencias de sondeos a menudo no son más que
máquinas de guerra ideológica camufladas, que invierten fortunas para manipular
a la gente. Son muy claros los vínculos con la CIA directamente o con
organizaciones encubiertas de la CIA.
En cambio, los medios occidentales ocultaron las encuestas
publicadas por Hinterlaces, Paramétrica y Ámbito, que daban ventaja a Maduro
sobre el candidato opositor González. Esta estrategia no es nueva. Incluso
cuando Hugo Chávez era muy popular, estas empresas de sondeos ‘predijeron’ que
perdería las elecciones.
La misma táctica se usó en las encuestas a pie de urna.
A mediodía la prestigiosa Hinterlaces daba a Maduro el 54,6% y a González el 42,8%, muy cerca del resultado oficial.
Edison Research, en cambio, vinculada a
la CIA, dio a González el 65% y a Maduro el 31%.
Este guion tiene grandes similitudes con las maniobras en
torno a las elecciones de 2019 en Bolivia que finalmente desembocaron en el
sangriento golpe de Estado en ese país y en la toma del poder por parte de la
ultraderechista Jeanine Áñez.
9. Desestabilización del voto electrónico. En Venezuela se
vota electrónicamente. El recuento es, por tanto, automático, y se comprueba
dos veces mediante una copia en papel del voto electrónico que se guarda en las
urnas.
La noche del 26 de julio, dos días antes de las elecciones,
hubo un intento de sabotaje en una importante central eléctrica. Un comando
había entrado en la central con todo tipo de explosivos. Pero se pudo evitar el
ataque. Si hubiera tenido éxito, siete provincias del oeste del país se habrían
quedado sin electricidad durante días y, por tanto, no se habría podido
celebrar la votación electrónica.
El día de las elecciones se produjo un ciberataque masivo
desde Colombia y Estados Unidos contra instituciones gubernamentales, entre
ellas el Consejo Nacional Electoral. Esto retrasó el recuento de votos durante
horas, lo que dio a la oposición la oportunidad de salir con sus propios
resultados antes de que hubiera resultados oficiales.
10. Presentar los propios resultados. Para presentar sus
propios resultados, la oposición de extrema derecha creó su propio sitio web la
víspera de las elecciones, en la que supuestamente publicaron 23.000 informes
oficiales, es decir, alrededor del 80% del total. Según esos datos, González
ganó las elecciones con el 63% de los votos, frente al 30% de Maduro.
Sin embargo, el sitio solo contiene unas 9.000 informes, es
decir, menos de un tercio. Muchos nombres están incompletos o solo incluyen
iniciales. Además, bastantes de las personas que figuran en la lista están
muertos… También es curioso que la distribución de los votos en las zonas
urbanas y rurales, en la región amazónica y en la sierra, arroje exactamente
los mismos porcentajes, algo totalmente improbable.
En otras palabras, se trata de datos fabricados de forma
bastante burda. Pero a ninguno de los partidarios de la derecha les llama la
atención ni tampoco, al parecer, a los grandes medios de comunicación
occidentales.
Democracia soberana
El conjunto de estos 10 mecanismos es un poderoso manual
estratégico. Dejan claro que a la derecha y a Washington no les interesan en
absoluto la democracia ni unas elecciones justas. Solo buscan un cambio de
régimen que vuelva a poner al país en línea con la oligarquía venezolana,
Estados unidos y Occidente.
Este manual hace prácticamente imposible la celebración de
elecciones soberanas y lleva casi inevitablemente a la violencia. Si estos
mecanismos se aplicaran a las próximas elecciones presidenciales
estadounidenses, podría desencadenarse una guerra civil. El asalto al Capitolio
el 6 de enero de 2021 fue un posible anticipo en ese sentido.
Cabe preguntarse hasta qué punto es útil convocar elecciones
en tales circunstancias. En los países occidentales ya hay histeria sobre una
posible influencia de Rusia en las elecciones. Pero, si la hubiera, sería nimio
comparado con la injerencia y agresión masivas que tiene que soportar
Venezuela.
¿Cómo puede un sistema político protegerse de tantas
hostilidades externas e internas sin socavar su naturaleza democrática? No es
tarea fácil construir una ‘democracia soberana’ (14). Por el momento en
Venezuela lo han conseguido gracias a la sólida expansión y movilización de las
organizaciones populares. Pero eso no impide que la polarización en el país sea
y siga siendo muy alta, y organizar elecciones en un contexto de guerra
electoral es una empresa muy arriesgada. El proyecto bolivariano se enfrenta a
retos muy grandes y necesita más que nunca nuestra solidaridad.
Anexo: desestabilización y golpes de Estado contra gobiernos
de izquierda en América Latina en los últimos 20 años
Argentina:
(2022): guerra jurídica contra la vicepresidenta Cristina
Kirchner, que le impide presentarse a las elecciones presidenciales de 2023.
Bolivia:
(2019): golpe de Estado que obliga al presidente Evo Morales
a abandonar el país.
Brasil:
(2016): guerra judicial contra el expresidente Lula y la
presidenta en ejercicio Dilma Rousseff. Lula es encarcelado y Rousseff
destituida.
Colombia:
(2023-4): el presidente Gustavo Petro está acusado de
financiar ilegalmente su campaña electoral.
Cuba:
(2021): campaña digital destinada a provocar disturbios en
el país.
Ecuador:
(2010): intento de golpe de Estado para derrocar al
presidente Rafael Correa. En 2020 fue acusado de soborno, lo que le eliminó
políticamente.
Honduras:
(2009): tras un golpe militar, el presidente Manuel Zelaya
es expulsado del país.
México:
(2018): campaña digital para impedir que el izquierdista
Andrés Manuel López Obrador sea elegido presidente.
Nicaragua:
(2018): estallan grandes protestas tras la decisión del
presidente Daniel Ortega de recortar las pensiones y aumentar las cotizaciones
a la seguridad social.
Paraguay:
(2012): golpe institucional derrocamiento del presidente
Lugo.
Perú:
(2022): golpe de Estado que provoca la destitución del
presidente Castillo.
Venezuela:
(2002): golpe de Estado contra el presidente Chávez. Cierre patronal
de la industria petrolera.
(2014 y 2017): Violentos bloqueos de carreteras bloquean el
país.
(2017): fuertes sanciones económicas estadounidenses.
(2018): Atentado contra el presidente Maduro.
(2019): provocación militar a través de la ayuda al
desarrollo. (2019): reconocimiento por parte de Estados Unidos y de la UE de un
presidente interino no electo.
(2020):golpe militar fallido.
El hecho de que Chile no aparezca en la lista probablemente
dice mucho del rumbo que está tomando el gobierno de Boric.
Notas:
(1) Lawfare o guerra jurídica es el uso de subterfugios
legales para eliminar a un líder político.
(2) En un golpe institucional se manipula a la estructura
política existente para deponer a un líder político manteniendo la apariencia
de legitimidad constitucional.
(3) Según el manual de las revoluciones de colores, las ONG,
las organizaciones estudiantiles y las organizaciones locales reciben
financiación, formación y adiestramiento para organizar disturbios callejeros
con la mayor eficacia posible. La violencia callejera debe desestabilizar el
país hasta el punto de que el gobierno se vea obligado a dimitir o intervenga
el ejército y lo destituya.
(4) Un cierre patronal es una situación en la que el
empresario impide o prohíbe a los empleados trabajar o entrar en el lugar de
trabajo.
(5) La guerra híbrida es una forma de guerra encubierta que
utiliza toda una gama de medios: bulos, manipulación a través de las redes
sociales, presión diplomática, subterfugios legales contra líderes políticos
(lawfare), manipulación y dirección del descontento popular, presión nacional y
extranjera sobre las elecciones, etc.
(6) «Hábil aprovechamiento de las sanciones económicas».
( Las sanciones a Venezuela son nada menos que 913-nota del blog )
(7) En Nicaragua se trataba de una guerra sucia llevada a
cabo desde la vecina Honduras por brigadas terroristas (llamadas «contras»)
contratadas por Estados Unidos. Al votar a la oposición, la población
nicaragüense esperaba que acabara esta guerra sucia. Así se impuso Violeta Chamorro
a Daniel Ortega por un estrecho margen.
(8) «Cohesión sin precedentes en la coalición de la
oposición […] también resultado de la astuta diplomacia estadounidense».
(9) «Un buen lugar para empezar podría ser el Consejo
Nacional Electoral.[…]. El Consejo […] podría estar sujeto a la influencia de
homólogos de la región […]. Estados Unidos podría ayudar a fomentar ese
acercamiento regional».
(10) «La campaña de González debería recibir copias impresas
de los resultados en casi todos los colegios electorales […]. Eso también
permitiría a la oposición y a los observadores independientes realizar los
llamados recuentos rápidos […] que podrían revelar el probable ganador antes de
que el régimen tenga la oportunidad de mentir sobre los recuentos de votos o
desacreditar el proceso”.
(11) «Puede que Estados Unidos no sea el actor más eficaz
para despertar los instintos democráticos de los militares venezolanos. Pero
Washington podría fomentar el acercamiento de los mandos militares de la región
que han mantenido vínculos con altos oficiales venezolanos […] Por esa razón,
Estados Unidos y sus socios en Europa, Brasil, Colombia y otras naciones
democráticas deben señalar enfáticamente su repudio a cualquier medida
adicional que socave la candidatura de González».
(12) Las principales son Argentina, Chile, Perú, Guatemala,
Ecuador, El Salvador, Uruguay y Costa Rica.
(13) “No está claro que los reclutas rasos y los oficiales
de bajo y medio rango repriman a los manifestantes en nombre de un presidente
que el electorado acabara de rechazar rotundamente. También podría ser una
oportunidad para convencer al mando militar de que proteja los derechos de los
votantes».
(14) El concepto de «democracia soberana» es del ruso
Vladislav Surkov. Se desarrolló en respuesta a la injerencia occidental en los
procesos electorales de los antiguos países de la Unión Soviética. Véase Zie
Hiro D., After Empire. The Birth of a Multipolar World, Nueva York 2010, pp.
101-103.
Nota del blog .—(A) Los medios desconocieron que sondeos a pie de urna de prestigiosas empresas el día 28J, como Hinterlaces, que arrojaron un resultado muy próximo al oficial 54,6 a favor de Maduro por 42,8 a favor de Edmundo y hay mas como Ámbito y Panametrica que dijeron al igual todo lo contrario se acercaron bastante a los resultados oficiales. .
Y la perla
Traducido del neerlandés para Rebelión por Sven Magnus
Texto original: https://www.dewereldmorgen.be/artikel/2024/08/14/venezuela-electorale-oorlogsvoering-volgens-het-boekje
/
https://rebelion.org/venezuela-una-guerra-electoral-de-manual/
Marc Vandepitte es miembro de la Red de Intelectuales y
Artistas en Defensa de la Humanidad y fue observador durante las elecciones
presidenciales presidenciales en Venezuela..