El franco CFA, la vergüenza de Francia
Por Alexandre García
Al
igual que el euro para los países de la eurozona, el franco CFA es una
moneda común que condena el desarrollo de los países del África
francófona. Su naturaleza genuinamente neo-colonial es un auténtico
escándalo, y por ello son cada vez más las voces en África a favor de su
eliminación.
Por Alexandre García
¿Sabían
que todavía existen dos monedas coloniales en el mundo? Una es el
franco CFA, que funciona en los antiguos territorios del imperio
colonial de Francia en África –con la excepción de los países del
Magreb, Mauritania, Madagascar, Yibuti y Guinea-Conakry– además de
existir en Guinea-Bissau y Guinea Ecuatorial, que no eran colonias
francesas. La otra es el franco comorense, que funciona en las islas
Comores, y que tiene un valor ligeramente mayor.[1]
Fabricadas en dos pequeñas ciudades de Francia, estas dos monedas son
un verdadero instrumento de explotación neo-colonial de los países del
África francófona.
El antecesor del
franco CFA había sido la “zona franco”, creada en 1939 por Francia para
asegurarse de que, aún en tiempos de guerra, las materias primas fuesen
fácilmente disponibles y al precio más bajo. El 26 de diciembre de 1945
se creó oficialmente el franco CFA, adoptando el nombre de Franco Colonias Francesas de África, para contribuir al esfuerzo de reconstrucción de Francia tras la guerra.
En 1958, su nombre evolucionó en Franco de la Comunidad Francesa de África. Hoy se llama Franco de la Comunidad Financiera en los países de la Unión Económica y Monetaria de África Occidental (UEMOA) y Franco de la Cooperación Financiera en los países de la Comunidad Económica y Monetaria de África Central (CEMAC).
Cuatro fueron los principios de funcionamiento que se establecieron en el momento de crearse el franco CFA:
1) La libre convertibilidad del franco CFA en cualquier otra moneda del mundo. Esto, que parece estar bien, se permitía a condición de que se respeten las restantes condiciones:
2) La centralización de las reservas de cambio.
Se trata de un mecanismo de inspiración nazi que la propia Francia
había sufrido bajo la ocupación alemana. Por medio del mismo, los países
de la zona franco CFA debían depositar la totalidad de sus recetas de
exportación en una cuenta del Tesoro de Francia, llamada “cuenta de
operaciones”. Esto permitía a Francia proveerse gratuitamente con
materias primas. De esta manera, podía decirle a un país africano que
necesitaba madera por un valor de –por ejemplo– 100 millones de euros, y
una vez que el país hubiese exportado, en lugar de pagar por ello, los
franceses cogían un bolígrafo y apuntaban un signo “+” en la cuenta del
Tesoro. En cambio, si el país que exportaba era Ghana o Nigeria, Francia
estaba obligada a sacar 100 millones de euros de las arcas del Estado.
Tras
la descolonización, a partir de 1973 Francia empezó a conceder el 35%
de las reservas de divisas a sus antiguas colonias, pero seguía
llevándose el 65% restante. Esto duró hasta el 20 de septiembre de 2005,
cuando el impuesto pasó a ser “sólo” del 50% (en el caso del franco
comorense, el “impuesto colonial” sigue siendo del 65%). En el momento
actual, si un país como Níger, que apenas puede pagar a sus
funcionarios, exporta uranio a Francia por un valor de 1000 millones de
dólares, automáticamente tiene que dejar 500 millones en Francia.
El
profesor de economía marfileño Nicolas Agbohou relata que cuando le
explicó todo esto al presidente sudafricano Jacob Zuma, éste no se lo
podía creer: “¡Esto es exactamente lo que es el colonialismo, porque
cuando usted es una colonia, usted que paga impuestos a los
colonizadores!”.
Lo más perverso
es que Francia se sirve de las divisas que obtiene mediante este
mecanismo para financiar programas de cooperación y ayuda a través de
distintos tipos de organismos: Ministerio de Cooperación, Banco Mundial,
FMI, Alianza Francesa para el Desarrollo (AFD), Cooperación al
desarrollo entre UE y países de África, Caribe y Pacífico (UE-ACP),
Unión Africana (UA), Banca Africana para el Desarrollo, (BAD), Comunidad
Económica de los Estados de África del Oeste (CEDEAO), asistencia
militar a un gobierno en el poder o, si se tercia… a los rebeldes que
haya que ayudar para derribarlo. Para que luego la izquierda reformista
nos venga a hablar de 0,7% y “ayuda al desarrollo”.
3) La tasa de cambio entre el franco CFA y el franco es fija.
Obviamente, esta tasa de cambio ahora es con respecto al euro: 1 euro =
665,957 francos CFA, tasa de cambio que ha sido la misma desde la
creación del euro en 1999. La consecuencia de ello es que las
fluctuaciones del franco CFA no están ligadas a las evoluciones
coyunturales de la zona franco CFA, sino a las evoluciones de la zona
euro. Antes de la llegada del euro, sólo Francia tenía derecho de
supervisión sobre las economías de la zona franco CFA, pero ahora son
todos los países de la eurozona.
Para
asegurar la paridad fija con el euro, los países donde de la zona
franco CFA están obligados a ejercer un control sobre la inflación: un
máximo del 2% para los países de la UEMOA y un máximo del 3% para los
países de la CEMAC. La consecuencia es que los bancos centrales prestan
muy poco a las empresas locales: los préstamos representan solamente el
23% del PIB en la zona franco CFA, mientras que representan un 150% del
PIB en Sudáfrica. Al haber menos crédito, hay menos inversión en
infraestructura y por lo tanto menos desarrollo.
En
cambio, gracias a la libertad total de circulación de capitales (en los
países de la UE sufrimos el mismo problema por el artículo 63 del
Tratado sobre el Funcionamiento de la Unión Europea), las empresas
extranjeras pueden invertir libremente en África. Por ejemplo, en los
países de la UEMOA, las empresas francesas llegan a representar el 50%
de la inversión extranjera. En 2011, los bancos franceses BNP Paribas,
Société Générale y Crédit Lyonnais representaban el 70% de los
beneficios de toda la zona franco CFA. Acertaba Lenin en 1916 cuando
caracterizaba al imperialismo como el dominio de los monopolios más la
exportación de capitales.
Otro
problema de los países donde circula el franco CFA, también muy familiar
para lo que vivimos en la eurozona, es que el franco CFA está
desconectado del contexto económico de los países donde circula. Al
estar adosado al euro, se ha convertido en una moneda fuerte, lo cual
limita enormemente las exportaciones y la producción local, siendo más
rentable importar masivamente desde países como China. En la UEMOA, las
importaciones desde China han pasado del 3.9% en 2005 al 11% en 2014.
Esto frena el desarrollo de estos países.
Son
muy interesantes al respecto las palabras de Kako Nubukpo, antiguo
Ministro de Prospectiva y Evaluación de Políticas Públicas de Togo:
“Para
el agricultor africano de la zona franco, el franco CFA es un ‘objeto
institucional no identificado’, porque nunca lo ve. Si usted se da una
vuelta por África, en el momento en que sale de las grandes ciudades,
tiene la sensación de encontrarse en economías sin moneda, porque es una
moneda tan fuerte que no existen transacciones en las aldeas a partir
del franco CFA. Esto es dramático, porque significa que la gente no
tiene una cuenta bancaria, no tiene acceso a la circulación monetaria
formal […] estos países sólo subsisten gracias al trabajo de
sus agricultores, gracias a la exportación del café, del algodón, del
cacao… ¿Y quién lo produce? Los agricultores, pero a ellos no les llega
absolutamente nada, en términos de servicios públicos: salud, educación,
infraestructura, y lógicamente en términos de crédito para las
empresas.”[2]
4) Las transferencias de capitales en la zona franco CFA son totalmente libres.
Esto favorece la huida de capitales, y permite que políticos corruptos
puedan viajar hasta París con maletas llenas de francos CFA para luego
cambiarlos por euros o dólares. Si a esto le añadimos a) la libre
transferencia de los activos de las multinacionales, favorecidas por una
legislación que les exime de pagar impuestos, y b) la entrega
sistemática del 50% de las recetas de exportación de las antiguas
colonias, tenemos la consecuencia de que se limita enormemente la
posibilidad de realizar ahorros públicos o privados. Esto obliga a los
países de la zona franco CFA a pedir prestados los propios recursos que
les han sido confiscados, condenándose a estar permanentemente
endeudados. Es ilustrativo señalar que de los 15 países de la zona
franco CFA, 13 están clasificados por el FMI como “países pobres
altamente endeudados” (Heavily Indebted Poor Countries).[3]
Gracias
al franco CFA, Francia obtiene suculentos recursos para colmar su
déficit comercial o amortizar su deuda pública. Esto fue sido confirmado
en 2008 por una confesión del ex-presidente francés Jacques Chirac:
“Nos
olvidamos muchas veces de una cosa, que es que el dinero que está en
nuestro monedero proviene precisamente de la explotación, desde hace
siglos, de África… No únicamente de África, pero mucho proviene de la
explotación de África… Entonces, haría falta tener algo de sentido
común… No digo generosidad, sino sentido común, justicia, para
devolverles a los africanos lo que les hemos arrebatado. Y es más, esto
es necesario si queremos evitar las peores convulsiones y dificultades,
con las consecuencias políticas que ello conllevaría en un futuro
próximo.”[4]
Al
controlar las divisas de los países de la zona franco CFA, Francia
tiene el poder de chantajear a sus dirigentes. Si uno se vuelve
demasiado rebelde o desobedece a las órdenes de Francia, París puede
bloquear su reserva de divisas e incluso cerrar los bancos del país
“rebelde”, organizando un caos socio-económico para que la población se
vuelva en contra de este dirigente.
Esto
fue lo que pasó en Costa de Marfil con Laurent Gbagbo, que ante la
imposibilidad de obtener divisas de Francia, decidió crear una moneda
nacional marfileña. Esto fue lo que provocó la intervención militar de
Francia en Costa de Marfil para colocar en el poder al títere del FMI
Alassane Ouattara. Anteriormente esto ya había ocurrido con el dirigente
de togolés Sylvanus Olympio, que había tomado la decisión de crear su
propia moneda, que debía ser emitida el 15 de diciembre de 1963. Dos
días antes, fue asesinado.
Además,
Francia está presente en las tres instituciones de franco CFA, a saber
en el consejo de administración de sus tres bancos centrales –el Banco
Central de los Estados de África Occidental, el Banco de los Estados de
África Central y el Banco de las Comores– donde nombra a representantes
que tienen un derecho de veto. Los textos que rigen el funcionamiento de
estos bancos estipulan que “las decisiones se adoptan por unanimidad”,
por lo que jamás podrán adoptarse políticas monetarias favorables a los
países africanos que atenten contra los intereses de Francia (cosa que,
curiosamente, también recuerda a los tratados europeos, que sólo pueden
ser modificados por unanimidad, es decir, nunca).
La
conclusión: ningún país africano puede ser emergente si sigue empleando
el franco CFA. Tan es así que, haciendo abstracción de los problemas
derivados de las relaciones norte-sur, los países de los antiguos
imperios británico y portugués en África tienen un promedio de
crecimiento mayor que el de los países del África francófona. (ver la
siguiente gráfica).
Los
datos hablan por sí mismos: de entre los 10 países con mayor previsión
de crecimiento para el periodo 2011-2015, 7 son africanos, pero ninguno
de ellos pertenece a la zona franco CFA (el Congo siendo la República
Democrática del Congo, a no confundir con el Congo-Brazzaville).
Sin
embargo, los tiempos que corren invitan al optimismo, porque el
movimiento de protesta en África contra el franco CFA es cada vez más
fuerte y llega a adquirir dimensiones panafricanistas. Ya en 2015, el
presidente de Chad Idriss Déby hizo un llamamiento para deshacerse del
franco CFA, haciendo las siguientes declaraciones: “No hay que
buscarle tres pies al gato. Seguiremos de todo corazón manteniendo los
lazos de amistad con Francia. Pero hará falta tener el valor de decir
que ha llegado el momento de cortar con un cordón umbilical que impide
el despegue de África.”[5]
En
Costa de Marfil se ha creado el Movimiento por la Soberanía Económica y
Monetaria Africana (MOSEMA), que ha instalado secciones en toda África.
En Camerún se creó la Unión de Poblaciones Africanas, que se define
como partido de la “vanguardia panafricanista”, que ya se ha presentado a
las elecciones presidenciales en 1997, 2004 y 2011. Su líder Hubert
Kamgang propone crear una nueva moneda camerunesa llamada Um, en
homenaje al líder independentista Ruben Um Nyobe, asesinado por el
ejército francés en 1958.
El pasado 11 de febrero, siguiendo el llamamiento de la ONG Urgences Panafricanistes,
presidida por el activista francés de origen beninés Kemi Seba, fueron
organizadas varias manifestaciones a lo largo de una treintena de
ciudades en 25 países de África y del resto del mundo, en las que los
asistentes bajaron pacíficamente por las calles “Stop CFA”. La siguiente
etapa de esta campaña, el boicot a los productos franceses sobre el
continente africano, ha obtenido rápidamente la adhesión de las masas
populares en varios países africanos.
En
un artículo reciente sobre la ineluctable explosión del euro, tuve la
ocasión de decir que las monedas plurinacionales terminan siempre por
desaparecer. Esto también vale para el franco CFA.
[1]
Para una mayor sencillez, vamos a prescindir mencionar el franco
comorense, para referirnos únicamente al franco CFA, incluyendo
implícitamente el franco comorense en la misma categoría.
[4] Michaël Gosselin, 10 mai Africaphonie, 2008 https://www.youtube.com/watch?v=Qo7IxdzywXk
Fuentes:
- Le franc CFA, une monnaie de plomb, Henri Poulain, Data Gueule, http://www.lidd.fr/lidd/21388-data-gueule-le-franc-cfa-monnaie-plomb
- Le franc CFA, arme de destruction massive contre le développement africain, Ahoua Don Mello, Journal de l’Afrique nº30, Investigac’tion, 13 de abril de 2017.
- Les derniers jours du franc CFA, Olivier Ndenkop et Carlos Sielenou, Journal de l’Afrique nº28, Investigac’tion, 28 de enero de 2017.
- Les arguments politiques et juridiques pour se débarrasser du franc CFA, Hubert Kamgang, Journal de l’Afrique nº17, Investig’action, 5 de enero de 2016.
- Aucun pays africain ne peut être émergent avec le franc CFA, entrevista a Nicolas Agbohou, Journal de l’Afrique nº03, Investig’action, 24 de octubre de 2014.
- Je persiste et signe qu’il faut, au plus vite, répudier le franc CFA, entrevista a Nicolas Agbohou, Dakaractu, 27 de marzo de 2012.
http://kaosenlared.net/franco-cfa-la-verguenza-francia/
Nota .- Para ver la zonas del franco africano y su fracaso . ver:
Nota .- Para ver la zonas del franco africano y su fracaso . ver:
1 comentario:
Estupendo artículo, es realmente una pena que en el S XXI sigamos permitiendo esta lacra de colonialismo. Me toca viajar a Costa de Marfil en unos días, a ver qué me encuentro. Un saludo y enhorabiena, Per.
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