lunes, 11 de enero de 2016

Cataluña después del 10-E. Una alianza de debilidades .





  En las últimas elecciones generales en Catalunya el independentismo 17 escaños,   constitucionales 19 y el resto referéndum Podemos, que además ganaron con casi un millón de votos pero en minoría  mayoritaria .
Ante esa situación, CC, ERC y Cup les entro el pánico a repetir elecciones, y más cuando en las generales el bloque constitucionalista  del 78, PP. PSOE. CS , CC ,saco mas de 250 diputados, o sea que la crisis de ese régimen no se ve, aunque entrara en crisis el bipartidismo , como en Catalunya .
 La única solución que tendrían sería dividirlos, para dividirlos efectivamente es preciso  buscar un referéndum, pero en cambio en vez de buscar esa salida optaron por mantener la situación y no volver al derecho a decidir y crear un frente nacional de unión sagrada y salvar los muebles como viene haciendo Convergencia después del 2012 administrando tiempos, y pegandose un segundo batacazo en la autonómicas del 2015 con 62 escaños,  JxSI , en donde encima en vez de sumar ,al añadirse con la ANC perdieron la mayoría y apoyándose además en una ley electoral no proporcional, sino fuera por ella ya hubieran perdido la mayoría en escaños, incluida CUP. .
Y hora todo se basa en ganar tiempo.. o sea como el plan de Mas o de Convergencia…pero está política ya ha dado sobradas muestras de dinamitar toda la planificación que en la pizarra puede resultar impecable. Como bien dice al final el texto de más abajo.
El proceso en si mismo perdió su SER por dejarle a Mas CD llevarlo, y arruinarlo cuando adelanto elecciones este año …obligó a ERC a unirse sino no convocaba elecciones y disparó CUP  por su izquierda ,en vez de esperar a las generales y   a partir de los resultados marcar la estrategia  y así de victoria en victoria hasta la derrota final.. por jugarlo todo a un carta , el proceso , un desastre anunciado del cual no me alegro, nada de nada…ya que era un posible mecanismo de cambios necesarios a nivel no solo de Cataluña  sino del estado .
 De todos modos los cambios políticos se hicieron siempre a pesar de los hombres políticos… pero  en Catalunya este último paso se ha convertido en un bloqueo y en el Estado propicia un estatus quo.. 
Y si repiten elecciones generales poco cambiaría, únicamente que en Cataluña Podemos… sacará millón y medio de votos y en el resto pasará por encima  del PSOE .
 Y aun así,  un referéndum de cambio radical no tiene nada.
Y el independentismo ahora no deja de ser una alianza cada vez  más de mutuas debilidades ya que solo se reconocen así mismos y totalmente aislados . Una política ficción que sólo servirá para devolver la ilusión a los fieles independentistas.

 




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El plan B de Mas
M. DOLORES GARCÍA   
  

Fue una sorpresa mayúscula para los dirigentes de Convergència y los consellers. Hasta el pasado viernes Artur Mas aún les repetía que unas nuevas elecciones eran prácticamente inevitables. El presidente de la Generalitat ha compartido con muy pocos su plan B. Desde hacía varias semanas, diversas personas de su entorno encabezadas por David Madí –el mismo que en su día le recomendó encarecidamente la lista conjunta con ERC–, le habían planteado la conveniencia de acceder a las exigencias de la CUP con determinadas condiciones. Le insistían en que era la única forma de evitar unas elecciones que dejarían en muy mal lugar a Convergència y, sobre todo, le subrayaban que no era preciso que se apartara definitivamente de la política, sino sólo dar un paso atrás para volver más adelante. Aunque inicialmente Mas fue reacio a tales influencias, a principios de la semana pasada empezó a planificar esa opción por si los últimos intentos de ablandar a la CUP seguían sin dar frutos. Fue entonces cuando empezó a preparar el plan B con Raül Romeva y con David Fernàndez. Los dirigentes de su partido se enteraron el mismo sábado en una reunión en el Palau de la Generalitat.

Llegado el momento de la verdad, cuando cada hora que pasa es una hora menos para la convocatoria de elecciones, cuando el abismo se abre bajo sus pies, Mas acaba por activar el plan B. No figura el nombre de Carles Puigdemont como primera opción para sustituirle. La candidata es y sigue siendo Neus Munté. Pero la vicepresidenta declina dar el paso en este momento. Lo que no significa que decline tener un papel relevante en el futuro. En Convergència, las actuaciones encaminadas a situar a Munté en el delfinato ya son conocidas como “la operación reina madre”. Y, aunque ahora no se ha podido poner en marcha, no se renuncia a hacerlo más adelante. La negativa de Munté reorienta las gestiones hacia el alcalde de Girona y presidente de la Associació de Municipis per la Independència (AMI). Todo se pone en marcha. Acuden al Palau los dirigentes de CDC Josep Rull, Lluís Corominas y Jordi Turull. Se convoca también de urgencia una reunión del partido el sábado por la noche, en la que sólo el alcalde de Tortosa, Ferran Bel, y el conseller Felip Puig se muestran críticos con la negociación con la CUP llevada a cabo en los últimos dos meses, mientras que Ferran
Falcó, concejal de Badalona, hace algún comentario sobre si se había elegido adecuadamente al sustituto.

¿Qué ha hecho cambiar de opinión al president? Al fin y al cabo, por mucho rapapolvo a la CUP que se incluya en el acuerdo, los anticapitalistas han conseguido cobrarse la pieza mayor. En la partida de ajedrez se han cobrado un rey por dos peones. Muy necesarios, pero peones. La perspectiva de unas nuevas elecciones catalanas en el contexto actual era muy nociva para Mas. El partido dispone de alguna encuesta en la que, según algunas fuentes, rozaría los 30 diputados. Pero más que el resultado en sí, lo que preocupa a Mas es que la aritmética volvería a ser endemoniada, con el agravante de una posible alianza de las izquierdas en perspectiva. Evitar las elecciones es esencial, pero es un elemento que ya estaba sobre la mesa y no parecía amilanar al president. Finalmente, Mas se ha convencido de que fuera del Govern tiene las manos libres para renovar el partido. Por cierto, cada vez más el president habla de renovación y no tanto de refundación. Quizá ya no sea necesario arrasar con todo, incluido el nombre... Mas quiere pilotar el resurgimiento de CDC, a pesar de que su nombre esté ligado al pujolismo. No descarta ni mucho menos volver a presentarse a la presidencia después.


¿Cuándo es “después”? .En principio, la legislatura de la ruptura con el España tendría que durar 18 meses. Pero pocos en CDC creen que se vaya a agotar. Legalmente tampoco podrán convocarse elecciones antes de un año. En ese tiempo, no sólo Puigdemont estará en el foco de atención. Lo estará, y mucho, Oriol Junqueras, nuevo vicepresidente y responsable de Economía, según el reparto de áreas pactado entre CDC y ERC. Mas y su entorno creen que Junqueras no lo va a tener fácil. Incluso es posible que tenga que ser él quien aminore el ritmo de cumplimiento de la hoja de ruta hacia la independencia o bien afrontar una dinámica de duro choque con las más altas instituciones del Estado. Mientras Mas disfruta del cómodo estatus del héroe que acepta sacrificarse por el país, Junqueras deberá apechugar con el tramo más desagradable del conflicto institucional y político, además de las carencias de tesorería de la Generalitat. El plan B es aprovecharlo para rehacer Convergència y estar en mejores condiciones para afrontar unas elecciones dentro de un año. El plan B es ganar tiempo. Esa es la estrategia, pero la realidad suele esconder muchas sorpresas por el camino. Mas no descarta volver, como Nicolas Sarkozy. Y, si no lo hiciera, Puigdemont no es en estos momentos quien más posibilidades tiene de convertirse en el delfín, pero ya se sabe que la pompa de la presidencia suele imbuir de un deseo irrefrenable por mantenerse en el poder, así que nada es descartable. La política catalana ya ha dado sobradas muestras de dinamitar toda la planificación que en la pizarra resulta impecable.

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