"Esta escalada militarista del presidente estadounidense ha sido bien
recibida por la prensa occidental.
"Esta escalada militarista del presidente estadounidense ha sido bien
recibida por la prensa occidental. El constante placaje de los medios a
Trump a través de las repetidas acusaciones de xenofobia y machismo, las
dudas sobre su estado de salud mental y las piezas de denuncia por sus
supuestas conexiones y trato de favoritismo hacia Rusia desaparecieron
por completo. “En el ataque a Siria, el corazón de Trump fue lo
primero”, titulaba The New York Times (el titular fue posteriormente
corregido, probablemente debido a las numerosas burlas en las redes
sociales). Téngase en cuenta que se trata de la misma cabecera que había
pedido el voto para Hillary Clinton durante una campaña electoral en la
que intercambió constantemente golpes con el candidato republicano,
quien, a su vez, se refirió a este periódico como un diario en declive
('failing') y de noticias falsas (fake news). The Washington Post,
propiedad del dueño de Amazon Jeff Bezos, y que mantuvo posiciones
idénticas a las de The New York Times durante la campaña, publicó textos
con titulares como “La oportunidad de Trump de entrar en el vacío de
liderazgo mundial” o “Trump tiene una oportunidad para corregir los
errores de Obama en Siria”. Para USA Today, “El ataque de misiles a
Siria podría conducir a una solución política”.
“En muy
poco tiempo el presidente asestó un golpe contra el mal por el que le
felicito […] creo que Donald Trump se convirtió hoy en el presidente de
EEUU”, afirmaba en la CNN el periodista Fareed Zakaria. Según el
observatorio de medios estadounidense FAIR, cinco diarios
estadounidenses de gran circulación –The New York Times, The Washington
Post, USA Today, The Wall Street Journal y The New York Daily News– no
ofrecieron ningún espacio a analistas opuestos al ataque, es más, estos
mismos medios publicaron hasta 18 piezas de opinión, columnas o análisis
que elogiaban la decisión o incluso la criticaban por no ser
suficientemente dura.
En Alemania, el semanario Der
Spiegel, que había publicado portadas en las que Trump aparecía como un
meteorito a punto de chocar contra la Tierra o sujetando la cabeza
decapitada de la Estatua de la Libertad, afirmó que “Donald Trump ha
hecho lo correcto”, y otros medios europeos se expresaban en términos
similares. “Debido al consenso político hacia los ataques, era de algún
modo predecible que los medios de comunicación corporativos lo
secundasen”, analizaba Adam Johnson en FAIR. “No hubo ninguna necesidad
de debatir la utilidad o moralidad de los ataques porque el escenario se
desarrolló como de costumbre: un dictador comete supuestamente una
violación de los derechos humanos, los medios de comunicación apelan a
quienes están en el poder a 'hacer algo' y la situación a contrarreloj
empuja a tomar una acción inmediata, no en el último de los casos para
demostrar que no aparezcamos como 'débiles' en la 'arena internacional'.
Cualquier cosa que se aleje de esta narrativa aparece, en el mejor de
los casos, como accesoria.” En otro artículo, FAIR ha señalado que de
los 100 principales diarios estadounidenses, 47 publicaron editoriales
sobre el bombardeo: de éstos 39 lo hicieron a favor, 7 con una posición
ambivalente y solamente uno, The Houston Chronicle, se opuso al ataque
en base a su legitimidad constitucional.
“Si Trump es
inteligente, aprenderá, y lanzará todavía más bombas”, observaba Jakob
Augstein en su columna en la edición digital de Der Spiegel. En realidad
Trump ya ha aprendido, y rápidamente. En el espacio de una semana ha
adaptado la doctrina de Jamie Shea, vicesecretario general de la OTAN
durante los bombardeos contra Yugoslavia: “A los periodistas hay que
mantenerlos ocupados, darles muchas noticias insignificantes, para que
no puedan profundizar.”"
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