martes, 7 de marzo de 2017

La demonización de Putín.


 

Greenwald llama la atención de los lectores al artículo de 'The Guardian' del periodista Keith Gessen en el cual su colega examina la histeria antirrusa de EE.UU. ante Putin y la mezcla de "la ignorancia y la paranoia" que existe en los medios de comunicación y los círculos políticos de EE.UU. Según Gessen, lo que pasa en EE.UU. es la "putinología" que es la "producción de comentarios y análisis sobre Putin" basada en "información necesariamente parcial, incompleta y a veces absolutamente falsa". "En ningún momento de la historia tanta gente con menos conocimientos y más furia ha opinado sobre el presidente de Rusia", resume Gessen. Todo eso se hace –añade– en un intento de "echar la culpa de los problemas profundos y duraderos de nuestro país al poder extranjero".

http://cort.as/uvFu ( hay también enlace más abajo del periodista Keith Gessen )

The Increasingly Unhinged Russia Rhetoric Comes ... - The Intercept

https://theintercept.com/2017/02/23/the-increasingly-unhinged-ru...
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Killer, kleptocrat, genius, spy: the many myths of Vladimir Putin | World ...
 

https://www.theguardian.com › World › Vladimir Putin
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Demonization of Putin - Softpanorama

www.softpanorama.org/Skeptics/Political_skeptic/.../demonizatio...
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lunes, 6 de marzo de 2017

El Tribunal Constitucional y la sentencia sobre el Estatuto de Cataluña.




El Tribunal Constitucional y la autonomía de Cataluña: crónica de un disparate



Conclusiones finales del artículo ( enlace con el texto completo al final )

La STC 31/2010. La quiebra de la constitución territorial

Aunque el Estatuto reformado no fue recurrido exclusivamente por el Partido Popular, ya que también interpusieron recursos el Defensor del Pueblo y cinco Comunidades Autónomas: Murcia, La Rioja, Aragón, la Generalitat Valenciana y el Gobierno de las Islas Baleares, la sentencia decisiva fue la dictada por el Tribunal Constitucional en el recurso interpuesto por el PP: la STC 31/2010.
En esta sentencia el Tribunal Constitucional desautoriza el pacto entre las Cortes Generales y el Parlament de Cataluña y desconoce el resultado del referéndum sobre dicho pacto. A partir del momento en que la sentencia empezó a surtir efecto el Estatuto no es el resultado del pacto entre los dos Parlamentos y del referéndum ciudadano, sino de la voluntad unilateral del Estado a través del Tribunal Constitucional.
La doble garantía diseñada por el constituyente, la que jugaba a favor del Estado de que la nacionalidad no puede imponerle un Estatuto con el que el Estado no esté de acuerdo se mantiene, pero la garantía de que el Estado no puede imponerle a la "nacionalidad" un Estatuto al que sus ciudadanos no hayan dado expresamente su consentimiento desaparece.
Con esta sentencia el Estatuto de Autonomía se convierte en una norma odiosa, no susceptible de generar la más mínima adhesión en Cataluña. Y como consecuencia de ello, pasa a ser una norma estéril.
Porque el Estatuto de Autonomía, como ya ha quedado dicho con anterioridad, es una norma materialmente constitucional y la norma que tiene esta naturaleza exige imperativamente la adhesión ciudadana de manera si no unánime, si muy mayoritaria, casi unánime.
Esta es la diferencia más importante que hay entre la Constitución y la Ley. La ley es aprobada por la mayoría parlamentaria y, aunque lo normal es que tenga un grado de aceptación razonable por parte de los ciudadanos, no es excepcional que no sea así e incluso que se aprueben leyes que no gozan de la aceptación mayoritaria de la ciudadanía o que se mantengan vigentes leyes, que pudieron tener la aceptación ciudadana inicialmente, pero que después la han perdido. La Ley independientemente de su mayor o menor aceptación sigue surtiendo efectos. Y el aparato coactivo del Estado se encarga de que así sea. Una ley no es nunca estéril. Puede ser nociva, pero no estéril.
Con la Constitución y con el Estatuto de Autonomía no es así. Sin la adhesión activa de la inmensa mayoría de los ciudadanos la Constitución y el Estatuto de Autonomía son normas estériles, que dejan de cumplir la función que les corresponde en el Estado democrático: la de ser el eje en torno al cual se ordena la convivencia. Una ley se puede hacer cumplir por la fuerza. Una Constitución o un Estatuto de Autonomía, no.
Puede que inicialmente se piense que esto no tiene demasiada importancia, ya que la Constitución y el Estatuto de Autonomía son normas que no resuelven ninguno de los problemas que se plantean en la convivencia. No es esa función. Nadie siente, pues, individualmente de manera inmediata el vacío de constitucionalidad. Pero con el paso del tiempo es diferente, pues la Constitución y el Estatuto de Autonomía son las normas sin las cuales no se puede resolver ningún problema mediante el debate político jurídicamente ordenado. La Constitución y el Estatuto no resuelven ningún problema, pero sin ellos no se resuelve ninguno.
Sin bloque de constitucionalidad el único horizonte es el desorden. Cataluña ya lleva varios años instalado en él. Y el desorden en Cataluña empieza a gravitar con intensidad en el resto de España. Es posible e incluso probable que el nacionalismo catalán no tenga fuerza suficiente para conseguir la independencia de Cataluña, pero sí tiene tamaño de sobra para hacer ingobernable el Estado.
La integración de Cataluña en el Estado en unos términos que sean aceptable tanto en Cataluña como en el resto de España (no digo en España, porque, en mi manera de ver Cataluña también es España) es el problema constitucional del que depende la gobernabilidad de Cataluña y la gobernabilidad del Estado. Con base en la Constitución de 1978 ya no es posible resolverlo. Esta es la consecuencia de la STC 31/2010.
Aquí reside la dificultad de encontrar una respuesta. No tenemos marco de referencia para hacer política. El nacionalismo catalán se aferra al espejismo de la independencia. Y el Gobierno del PP al Tribunal Constitucional. Esta es la consecuencia inmediata de la decisión del Tribunal Constitucional de considerar que a él le correspondía la tarea de ser el guardián de la constitucionalidad del Estatuto de Autonomía del artículo 151 CE y que podía, en consecuencia, desautorizar el pacto estatuyente y desconocer el referéndum de ratificación del mismo. Nos hemos quedado sin la fórmula constitucional para resolver el problema de la integración de Cataluña en el Estado. Pensar que los ciudadanos de Cataluña se olviden de lo que ha pasado y acepten el Estatuto de Autonomía tal como ha quedado después de la STC 31/2010 o que estén dispuestos a poner en marcha un nuevo proceso de reforma estatutaria para volver a pactar un texto y aprobarlo después en referéndum, es vivir en otro mundo. La STC 31/2010 formalmente se limitó a anular algunos artículos y a imponer la interpretación de otros, pero materialmente destruyó las garantías en las que descansaba la "Constitución Territorial" del 78. Sin pacto y sin referéndum no hay Constitución Territorial, aunque formalmente estén en vigor la Constitución y el Estatuto. La STC 31/2010 es una suerte de "bomba de neutrones" que mantiene intacta las paredes de los edificios, pero que elimina la vida que había en ellos. Antes de esta Sentencia en el bloque integrado por la Constitución y el Estatuto de Autonomía de Cataluña, el de 1979 o el de 2006, había vida. Desde julio de 2010, ya no la hay. El bloque de la constitucionalidad es un edificio hueco, en el que no queda nada de aquello que le hizo ser el punto de referencia para el ejercicio del derecho de autonomía para los ciudadanos de Cataluña y para la definición de sus relaciones con el Estado.
La fórmula de integración de Cataluña en el Estado hay que inventársela.
Catedrático de Derecho Constitucional en la Universidad de Sevilla. 
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sábado, 4 de marzo de 2017

Nuestras creencias nos están matando

Admitamos que nuestras creencias nos están matando

CTXT

Paul Romer, nuevo economista jefe del Banco Mundial, demuele los cimientos de la corriente del pensamiento económico neoclásico, la hegemónica en nuestros días, a la que él pertenece

Paul Romer es desde hace unos meses el nuevo economista jefe del Banco Mundial. Desde que Joseph Stiglitz ocupó ese cargo a finales del siglo pasado, el organismo multilateral no había tenido en ese puesto a un economista de relevancia mediática como Romer sino de perfil más discreto. Considerado por la revista Time una de las 25 personas más influyentes de EE.UU., conocido como uno de los pioneros de las teorías del nuevo crecimiento (“crecimiento endógeno”), siendo profesor en lugares como Berkeley o Stanford, Romer ha conmovido los cimientos de la profesión al publicar un texto (del que aquí adjuntamos un resumen al que se han eliminado todos los aspectos técnicos y matemáticos, que corresponden a otro tipo de publicación) en el que demuele los cimientos de la corriente del pensamiento económico neoclásico, la hegemónica en nuestros días, a la que él pertenece. La primera frase de ese artículo resume todo lo demás: “Desde hace tres décadas, la macroeconomía está yendo marcha atrás”.
Romer se ha unido en esta crítica a otros colegas que desde hace ya bastantes años ponen en cuestión la economía neoclásica, aunque la mayor parte de ellos se haya formado dentro de la misma. Recorreremos algunos de esos hitos. En el año 2009, en el momento más duro de la Gran Recesión, Paul Krugman publicó un artículo en The New York Times (“¿Cómo pudieron equivocarse tanto los economistas?”) que dio la vuelta al mundo. Escribió el Nobel de Economía que los economistas creían tener las cosas bajo control antes de la crisis económica y que, siendo importante el error de no ver avanzar las dificultades, mucho más significativa fue su ceguera ante la posibilidad de que hubiera fallos catastróficos en la economía de mercado. No los consideraban factibles. Krugman estableció la famosa distinción entre los economistas “de agua dulce” (neoclásicos) y los economistas “de agua salada” (básicamente keynesianos). Durante dos décadas (1987-2007) ambos grupos firmaron una paz intelectual basada en la confluencia de opiniones que salvaban al mercado de sus fallos; eran los años de la “Gran Moderación” en los que había poca inflación y las recesiones eran relativamente suaves; los economistas “de agua salada” se tranquilizaron pensando que la Reserva Federal [el banco central de EEUU] tenía todo bajo control; los “de agua dulce”, aun sin creer que las políticas de la Reserva Federal fuesen óptimas, como las cosas iban bien miraron hacia otro lado. La Gran Recesión terminó con esa paz postiza durante la cual las fricciones ideológicas entre ambos grupos habían permanecido dormidas aunque no se había producido la mínima convergencia real entre ellos.
Ha sido Steve Keen, profesor australiano de quien se dice que fue el que más se aproximó a los efectos que iba a tener la Gran Recesión y al momento en el que estallaría, uno de los que más eficazmente ha atizado a la economía neoclásica (en la que ha incluido a Krugman, dando sentido a esa frase de que en economía todos somos neoclásicos respecto a alguien). Su libro La economía desenmascarada (Capitán Swing) es pródigo en ejemplos de su tesis principal: que la economía neoclásica es responsable no sólo por no haber anticipado la Gran Recesión sino por ser intrínsecamente errónea y haber contribuido a multiplicar las calamidades que intentaba prever. Si su único fallo hubiera sido no anunciar la crisis con tiempo, para que los ciudadanos pudieran guarecerse, los economistas neoclásicos no se diferenciarían de los meteorólogos que no ven llegar una tormenta: serían culpables de no haber dado la alerta pero no se les podría responsabilizar de la tormenta misma.
En cambio, los economistas neoclásicos tendrían una responsabilidad directa en la tormenta económica ya que convirtieron lo que podría haber sido una crisis financiera y una recesión “del montón” en una crisis mayor del capitalismo; las creencias y las acciones de los neoclásicos lograron que la última crisis económica fuese mucho mayor de lo que hubiera sido sin su intervención.
Steve Keen, que se define a sí mismo como economista poskeynesiano y sraffiano [seguidor del economista italiano Piero Sraffa] comprometido, hace asimismo una denuncia de la penetración de la ortodoxia neoclásica en la docencia (libros de texto, profesorado, cátedras,…), en los servicios de estudio, programas de investigación, organismos multilaterales, selección de las materias principales que se estudian en las facultades de Económicas y Empresariales, medios de comunicación, etcétera. Esta posición de dominio neoclásico se muestra en los nombramientos de las jefaturas de estudios de la Organización de Cooperación y Desarrollo Económico, Fondo Monetario Internacional, Banco Mundial, gobernadores de los principales bancos centrales, ministros de Economía y Hacienda o premios Nobel de Economía.
También analiza Keen si estos economistas han reconocido su fracaso, si han reflexionado sobre las contorsiones ideológicas (las políticas monetarias expansivas, las intervenciones permanentes en la banca privada) hechas para salvarse del descrédito. Nada de nada. Un ejemplo de ello es Ben Bernanke, el anterior gobernador de la Reserva Federal, que ha argumentado que no hay necesidad alguna de revisar la teoría económica como resultado de la crisis, distinguiendo entre “ciencia económica”, “ingeniería económica” y “gestión de la crisis”… para permanecer donde estaba. “La reciente crisis financiera”, escribió Bernanke, “ha tenido más que ver con un fallo en la ingeniería económica y en la gestión económica que en lo que yo he llamado ciencia económica (…), las deficiencias en materia de ciencia económica (…) fueron en su mayor parte menos relevantes de cara a la crisis; es más, aunque la mayoría de los economistas no previeron el colapso del sistema financiero, el análisis económico ha demostrado ser –y lo seguirá demostrando-- de una importancia crítica a la hora de entender la crisis, desarrollar políticas para contenerla y diseñar soluciones de largo plazo para prevenir su recurrencia”.
La conclusión a la que llega Keen es muy significativa para este debate: ¿por qué a pesar de tantos bienintencionados economistas neoclásicos, casi todas sus recomendaciones favorecen a los ricos antes que a los pobres, a los capitalistas antes que a los trabajadores, a los privilegiados antes que a los desposeídos?. “Llegué a la conclusión de que la razón por la que manifestaban estas conductas tan poco intelectuales, tan ideológicas y en apariencia tan destructivas desde el punto de vista social no tenía que ver con patologías personales superficiales, sino que era de naturaleza más profunda: lo que ocurría es que la forma en que habían sido formados les había inculcado las pautas de comportamiento de los fanáticos, más que de intelectuales desapasionados”.
Uno de los aspectos que centran las críticas a los economistas es la utilización excesiva del aparato matemático: la economía trata de la gente, no de las curvas, se dice. El periodista italiano Roberto Petrini, que ha escrito un alegato titulado Proceso a los economistas (Alianza Editorial), acusa al mainstream de esta profesión no sólo de errar continuamente en sus diagnósticos (“la feria de las previsiones”) sino de haber perdido el contacto con la realidad al padecer una sobredosis de matemáticas; los físicos, habitualmente discretos, han sacado del bolsillo el dedo que señala y subrayan los defectos de quienes practican una ciencia social imperfecta. Uno de ellos, Jean-Philippe Bouchard, escribió un artículo incendiario en Nature, cuyo inicio es arrollador: “En comparación con la física se puede decir que los éxitos cuantitativos de la economía son decepcionantes. Los cohetes llegan a la Luna, se extrae la energía del átomo, los satélites permiten que millones de personas encuentren el camino a casa… ¿Cuál es el resultado representativo de la economía si dejamos a un lado la recurrente incapacidad de predicción y de evitar crisis?”.
En el artículo citado, Krugman afirma que los economistas han confundido la belleza, revestida de matemáticas de aspecto imponente, con la verdad. La causa inmediata del error de la profesión fue el deseo de un planteamiento intelectualmente elegante que lo abarcase todo y que, además, brindara a los economistas la oportunidad de presumir de sus proezas matemáticas. Kalle Lasn, coordinador de un libro singular titulado Guerra de memes. La destrucción creativa de la economía neoclásica, editado por Adbusters, una organización canadiense que lleva una cruzada contra el consumismo, se pregunta: “¿Sufren los economistas de un complejo de inferioridad académico denominado `envidia de la física´?”.
En otro momento habrá que abordar la relación simbiótica entre la revolución conservadora y la economía neoclásica.
Joaquín Estefanía Fue director de El País entre 1988 y 1993. Su último libro es Estos años bárbaros (Galaxia Gutenberg) @ESTEFANIAJOAQ
Fuente: http://ctxt.es/es/20170222/Politica/11261/neoliberalismo-paul-romer-paul-krugman-Steve-keen.htm

jueves, 2 de marzo de 2017

Varapalo a la legislación hipotecaria española.

Europa contra la ley hipotecaria española

Saltamos


¿Qué pasaría si la legislación hipotecaria española fuera ilegal desde hace al menos 22 años? ¿Qué pasaría si todas y cada una de las hipotecas firmadas contuvieran al menos una cláusula abusiva que un juez debería haber declarado nula pero que no pudo revisar porque se lo prohibía la legislación española? ¿Y si a causa de esa o esas cláusulas usted hubiera perdido la vivienda? ¿Y si los gobiernos de distinto signo político no hubieran velado en todos estos años por la protección del consumidor a pesar de los reiterados avisos lanzados desde Europa? ¿Y si la mayor instancia judicial europea respaldara lo que la Plataforma de Afectados por la Hipoteca (PAH) viene denunciando desde hace años?
El pasado 26 de enero, el Tribunal de Justicia de la Unión Europea (TJUE) publicaba una sentencia que, al igual que las siete anteriores dictadas en los últimos cuatro años, daba un varapalo a la legislación hipotecaria española.
Pero ésta “no es una sentencia más”, dice la PAH, porque considera abusiva la cláusula de vencimiento anticipado de las hipotecas, una cláusula que no sólo se encuentra en todas las hipotecas firmadas en las últimas décadas, sino que también es la que invocan las entidades financieras para iniciar el procedimiento de ejecución hipotecaria y reclamar de golpe toda la deuda más intereses cuando el cliente haya dejado de pagar tan sólo tres cuotas hipotecarias, condenándolo a la pérdida de su vivienda y a una deuda de por vida.
El TJUE establece que la legislación española no cumple con la Directiva 93/13/CEE relativa a la protección de los consumidores, porque sólo les concede el plazo de un mes para oponerse a la ejecución, y porque impide a los jueces examinar de oficio la abusividad de una cláusula si no ha sido aplicada en la práctica.
La sentencia llega, además, sólo un mes después de otro varapalo del TJUE contra la legislación española. Referente a la cláusula suelo, la sentencia del 26 de diciembre supuso una dura corrección al Tribunal Supremo español, que el 9 de mayo de 2013 reconocía como abusivas las cláusulas suelo pero decidía declarar su nulidad sólo de cara al futuro utilizando como argumento que si los afectados reclamaban todo lo que les había sido sustraído desde el inicio se pondría en peligro “ la estabilidad del sistema financiero”.
Frente a esto, el TJUE es claro: si una cláusula es abusiva y se declara nula, “debe tener como consecuencia el restablecimiento de la situación en que se encontraría el consumidor de no haber existido dicha cláusula”.
Esto obligará a los bancos, si se aplica correctamente la medida, a la devolución de entre 3.000 y 7.000 millones de euros a todos los afectados por esta cláusula, y abre la posibilidad de que miles de familias soliciten la paralización de sus procedimientos de ejecución.
La pelota está ahora en el tejado del Tribunal Supremo, que el 15 de febrero se reunirá en pleno para establecer unos criterios para dar cumplimiento a la sentencia del Tribunal de Luxemburgo.
La clave: la Directiva 93/13/CEE “Podemos afirmar sin ningún temor que todas las ejecuciones hipotecarias y desahucios habidos desde el 1 de enero de 1995, fecha en que debieron haber sido implementadas las medidas contenidas en la Directiva 93/13/CEE, lo han sido mediante la aplicación de una legislación que además de injusta, inhumana y criminal, era también ilegal”, decía la PAH justo después de la publicación de la última sentencia del TJUE.
“La directiva sale en 1993, y los Estados tienen un año para trasponerla [al derecho nacional]. En España no se ha hecho desde Felipe González hasta la actualidad, y lo que se ha hecho ha sido totalmente insuficiente, como la Ley 1/2013 –dice Carlos Macías, portavoz de PAH Barcelona–. Esto nos abre la oportunidad de pedir que los jueces españoles paralicen las ejecuciones hipotecarias en proceso y suspenderlas hasta revisar todas las cláusulas abusivas y eliminarlas, entre ellas la de vencimiento anticipado, que es la que ha llevado a la ejecución hipotecaria de más de 700.000 familias desde 2007”.
¿Y qué pasará con todas estas familias, las que ya han perdido su vivienda? Macías indica que es necesario “abrir un mecanismo de reparación del daño causado a cientos de miles de familias que han sido ejecutadas con una legislación ilegal. No es fácil, estamos trabajando en el cómo”.
Para el abogado Martí Batllorí, “ se abre un periodo de incertidumbre jurídica, pero también de esperanza y oportunidad para muchas familias que están en un procedimiento de ejecución hipotecaria o para quienes han perdido su vivienda de recuperar o compensar el daño sufrido por una ley hipotecaria injusta. Se puede pedir la nulidad de todos los procedimientos, aunque no sabemos si se va a conceder”.
Jurídicamente se sostiene, y hay algunos juzgados que lo han hecho, indica Batllorí, pero la situación es más evidente para los procedimientos en marcha que para aquellos que ya se cerraron. En cualquier caso, “la nulidad de los procedimientos ya finalizados se va a plantear, y los tribunales van a tener que pronunciarse porque, entre otras cosas, la sentencia del 26 de enero hace saltar por los aires la cosa juzgada, la que hace que no puedas volver sobre algo que ya habías discutido”.
Estamos hablando de cientos de miles o millones de casos. “Se habla de seis o siete millones de préstamos con cláusulas suelo, y cientos de miles de ejecuciones hipotecarias finalizadas que tenían estas u otras cláusulas abusivas”, continúa este abogado.
Cláusulas abusivas Los últimos años han sido un goteo de sentencias europeas que han dejado en evidencia a los distintos gobiernos, a las diferentes leyes hipotecarias españolas y a las instituciones judiciales.
El elemento clave en estas sentencias es “ la abusividad”, indica Batllorí: “Se ha abusado por parte de las entidades financieras de la posición de debilidad de los ciudadanos con connivencia del legislador y connivencia judicial en muchos casos, se ha estado abusando de los consumidores, y este abuso es una violación de un derecho fundamental como es el derecho a la vivienda”.
En todo esto, dos elementos importantes que no se han respetado, indica este abogado: primero, los tratados internacionales firmados por España, como la directiva 93/13, obligan a España; segundo, las sentencias del TJUE son jurisprudencia aplicable a nuestro país.

Estos años, jueces valientes han puesto cuestiones prejudiciales al TJUE en diferentes puntos, y en cada sentencia el Gobierno español, en vez de adaptarse a la directiva europea, va haciendo un pequeño parche, y sobre cada pequeño parche hay una nueva sentencia, y eso es lo que ha ido pasando desde 2013″, explica Macías.
En marzo de 2013, dos años después de la extensión de las PAH al calor del 15M y con los grupos de Stop Desahucios en plena actividad, el TJUE declaró ilegal y abusiva la legislación española.
La ley vigente no permitía al consumidor oponerse a su ejecución hipotecaria en base a la posible existencia de cláusulas abusivas, ni al juez encargado de la ejecución valorar si existían esas cláusulas y, en ese caso, suspender cautelarmente el procedimiento.
El TJUE determinó que esta situación violaba la directiva europea y generaba una clara vulneración de los derechos del consumidor al situarlo en una situación de indefensión, y determinó que los jueces debían revisar de oficio las cláusulas abusivas.
La sentencia obligaba al Gobierno a modificar la legislación hipotecaria, algo que estaba precisamente en ese momento en el punto de mira con la presentación de la Iniciativa Legislativa Popular de la PAH, que recabó un millón y medio de firmas y proponía una solución al problema de la vivienda mediante tres medidas básicas: la paralización de los desahucios, la dación en pago retroactiva y el alquiler social. Sin embargo, el bloqueo del PP en el Parlamento y la modificación sustancial que proponía del texto llevó a la PAH a la retirada de la ILP porque, “tal y como la pretende aprobar el PP, vulnera su espíritu y sus demandas”, según dijo la entonces portavoz de la plataforma, Ada Colau.
El Gobierno siguió en solitario con su propia agenda y en mayo presentaba la Ley 1/2013 de medidas para reforzar la protección de los deudores hipotecarios. Los afectados la calificaron como un parche, y siguieron frenando los desahucios en la calle y obteniendo daciones y alquileres mediante la presión a los bancos, ya que la ley era tan limitada que protegía a un porcentaje ínfimo de personas afectadas por la crisis hipotecaria, no anulaba las cláusulas abusivas y seguía legitimando la política de desahucios masivos.
Y los varapalos se fueron sucediendo: uno en noviembre de 2013, con un auto del tribunal europeo que volvía a declarar contraria al derecho comunitario la legislación española por seguir considerando a los jueces meros ejecutores de desahucios sin la potestad para valorar y anular cláusulas abusivas como la de vencimiento anticipado. Otra en julio de 2014, con una sentencia que arremetía contra la Ley de Enjuiciamiento Civil por un motivo básico: en caso de obtener una sentencia desfavorable después de denunciar cláusulas abusivas, la persona afectada no podía recurrir, mientras que en el caso de que la sentencia desfavorable fuera para la entidad financiera, ésta sí podía hacerlo.
Ante este último bofetón del TJUE, el Gobierno respondió aprobando dos meses después, el 8 de octubre, “a hurtadillas”, según denunciaba la PAH, el Real Decreto-Ley 11/2014, que daba el plazo de un mes para que las personas a las que no se había permitido recurrir pudieran hacerlo. “¿Por qué un gobierno limita a un mes la posibilidad de recurrir a los estafados por cláusulas abusivas reconocidas como tales por la UE?”, denunciaba entonces la plataforma. Pero nada cambió.
Desde ese momento, cuatro nuevas sentencias han redundado en el mismo sentido: los intereses de demora, la ausencia de notificación individual del plazo de un mes para que los afectados se puedan oponer a la ejecución por la existencia de cláusulas abusivas, las cláusulas suelo y la cláusula de vencimiento anticipado.
Ante los continuos varapalos del TJUE, ¿adaptará el Gobierno una vez más su legislación? ¿Recibirá pronto un nuevo golpe del tribunal europeo?
“El desaguisado es tan importante que ante la emergencia que había [en 2013], en lugar de dar una respuesta, el legislador miró para otro lado y maquilló la normativa vigente. Venimos arrastrando cuatro años de hervor judicial que están dando algunos resultados, y seguirán llegando varapalos porque hay muchos otros pendientes. Sería conveniente que el legislador diera un paso al frente y resolviera el problema, pero no hay voluntad política”, dice Batllorí.
En abril de 2016, la Comisión Europea abrió al Estado español un procedimiento de infracción y le dio un plazo de dos meses para que adaptara su legislación sobre ejecución hipotecaria y cláusulas abusivas a la normativa europea.

“Hace mucho tiempo que se dice que hay una multa encima de la mesa, que al final es triste porque la vamos a tener que pagar todos con recursos públicos. Quien tiene que decidir la sanción es la Comisión y ellos se lo guisan, ellos se lo comen, porque esa sanción hace años que se anuncia y está guardada en un cajón”, dice Macías.
Según este activista, “no sólo necesitamos adaptarnos a la directiva europea, sino que el derecho a la vivienda necesita dar una vuelta de 180 grados en el Estado español: constituir un mecanismo real de segunda oportunidad, como la dación en pago u otro mecanismo, como existen en toda Europa, recuperar la vivienda en manos de las entidades financieras que han sido rescatadas con recursos públicos sin ninguna contrapartida social para que sigan especulando con la vivienda, ampliar el parque de alquiler social del 1% al 15% o 18% de la media europea, limitar los precios del alquiler porque ahora mismo la gran mayoría de los desahucios son por impago de alquiler y una mayor inversión en políticas de vivienda”.
Fuente: http://saltamos.net/europa-contra-la-ley-hipotecaria-espanola/

martes, 28 de febrero de 2017

El espíritu de las tinieblas en el Congo


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50 años después del asesinato de Lumumba, los congoleños siguen sin esperanza

Pambazuka News


Joseph Kabila, el dirigente de la República Democrática del Congo, tenía que abandonar su cargo el 19 de diciembre de 2016 según la constitución. No lo hizo. No hubo elecciones. Por el contrario, un acuerdo negociado con la ayuda de la Iglesia Católica ha ampliado el gobierno de Kabila hasta diciembre de este año, cuando se celebrarán las elecciones que designen a su sucesor. En la siguiente entrevista, Maurice Carney, director ejecutivo de Friends of the Congo (Amigos del Congo), explica la situación política en la RDC y la continua intromisión de Estados Unidos.
Ann Garrison: Maurice Carney, ¿podría resumir lo que ha sucedido en la República Democrática del Congo durante estos dos últimos meses, en los que la mayor parte de nuestra atención se centraba en Trump, Rusia y Siria?
Maurice Carney: Por supuesto. El 19 de diciembre, el presidente Joseph Kabila debía cesar en el cargo, de acuerdo con la constitución de la República Democrática del Congo. Durante los últimos años, ha demostrado que iba a permanecer en el poder a cualquier precio, incluso matando a los congoleños. En enero de 2015, cerca de cuatro docenas de congoleños fueron asesinados por las fuerzas de seguridad de Kabila mientras protestaban contra las medidas que éste intentaba poner en marcha para mantenerse en el poder más allá del 19 de diciembre de 2016.
El 19 de septiembre de 2016, mientras los congoleños protestaban en las calles, las fuerzas de seguridad asesinaron a más de 50 personas.
De esta forma, llegó el 19 de diciembre, un gran día en el que los congoleños se esperaba que fueran a estar manifestándose en la calle, Joseph Kabila desplegó sus fuerzas de seguridad por todo el país. Tanques, policía y militares se distribuyeron por toda la capital, Kinshasa, y por otras ciudades importantes del país. Tenía el Congo básicamente bajo ocupación y él permaneció en el poder más allá del 19 de diciembre. La gente volvió a salir a las calles el 20 de diciembre y sus fuerzas de seguridad mataron a unas tres docenas de personas.
Mientras, la Iglesia Católica intervino para intentar negociar un acuerdo entre Kabila y su coalición y las fuerzas de la oposición; lo que consiguieron el 31 de diciembre. La principal clave del acuerdo fue que Kabila permanecería en el poder un año más hasta diciembre de 2017, cuando supuestamente se organizarán unas elecciones.
AG: ¿Tiene algo de fe en este acuerdo?
MC: Muy poca. En primer lugar, el acuerdo en realidad no cumple con las aspiraciones del pueblo congoleño. El pueblo congoleño quería que Kabila acatara la constitución y cesara en el cargo. En segundo lugar, el acuerdo dice que Kabila puede permanecer en el poder hasta que se organicen las elecciones. Sin embargo, si las elecciones no están organizadas para diciembre de 2017, Kabila permanecerá en el poder. Por lo que no existe un gran incentivo para que ponga en marcha las elecciones, ni para que permita su organización.
AG: ¿Qué le gustaría que los lectores tuvieran en cuenta para entender el papel que desempeña EE.UU. en todo esto?
MC: Bueno, actualmente hay mucho debate en torno a la intervención de Rusia en las elecciones de EE.UU. Me gustaría que la gente se diera cuenta del historial de intervenciones de EE.UU. en elecciones extranjeras. El diario Los Angeles Times informó de que, desde la década de 1940, EE.UU. ha intervenido en 81 elecciones extranjeras.
Una de las intervenciones más devastadoras de EE.UU. fue el derrocamiento del primer ministro Patrice Emery Lumumba, líder elegido democráticamente en el Congo, en 1960. Este derrocamiento fue devastador para el pueblo congoleño no solo porque EE.UU. derrocara y asesinara al líder democráticamente electo, sino porque también impuso una dictadura sobre el pueblo congoleño que duró más de tres décadas y que destrozó y destruyó el país y a su gente.
AG: Ese dictador era Mobutu Sese Seko, pero se deshicieron de él cuando dejó de ser útil, y luego se deshicieron de su sucesor, ¿no? ¿Puede explicar esa serie de acontecimientos?
MC: Cuando Mobutu empezó a suponer una carga en vez de una ventaja, EE.UU. trató de sustituirlo, no a través de un proceso democrático mediante el apoyo al movimiento enérgico, pacífico y pro-democracia, sino que lo hicieron mediante el apoyo a una invasión de lo que entonces era Zaire, dirigida por sus vecinos, Ruanda y Uganda. Los dos aliados de EE.UU. instalaron a Laurent-Désiré Kabila, que posteriormente fue asesinado. Lo sustituyó Jospeh Kabila, de 29 años, quien se aseguró rápidamente el apoyo de EE.UU. y sostuvo dicho apoyo desde 2001 hasta el presente. En última instancia, el apoyo de los Estados Unidos ha sido decisivo en el Congo. Desde el violento derrocamiento de Patrice Lumumba por los Estados Unidos en 1960, ningún líder ha ascendido a jefe de estado sin el respaldo de los Estados Unidos y no ha habido ningún traspaso pacífico del poder.
AG: Mucha gente de su zona o sus vecinos, Uganda, Ruanda y Burundi -y no me refiero a los presidentes, sino a la gente de a pie- muchos de ellos expresaron su alivio al no ser elegida Hillary Clinton, a pesar del hecho de que lo fuera Donald Trump. ¿Podría explicarlo?
MC: Sí, lo entiendo, ya que perciben que los Clinton, no sólo Hillary, sino también su marido Bill, confabulan con los criminales de guerra más sociópatas de la región durante los últimos 20 años. Piensan que si Hillary Clinton hubiera sido elegida como presidenta de los Estados Unidos, ellos habrían continuado simplemente apoyando al presidente Paul Kagame de Ruanda y el presidente Yoweri Museveni de Uganda. Así que sienten un poco de alivio al ver que Clinton no fue elegida. No es que apoyaran a Trump, pero han vivido la era de los Clinton y han visto lo devastador que fue su apoyo a los hombres poderosos en la región de los Grandes Lagos de África para la gente de allí, especialmente para los congoleños.
AG: Friends of the Congo (Amigos del Congo) tiene su base en Washington DC. ¿Qué planearon para el día de la inauguración?
MC: Pues bien, esa semana, el 17 de enero, conmemoraremos el asesinato de Lumumba. El 19 de enero es otro día conmemorativo para nosotros, cuando jóvenes de Telema fueron asesinados a tiros en la calle por las fuerzas de seguridad del Presidente Kabila en enero de 2015. Así que organizamos actos conmemorativos y, al mismo tiempo, también asistimos a otros eventos aquí en la ciudad como a la Marcha de las Mujeres, a la Marcha por los Derechos Civiles y a foros, intentamos reunir lo local y lo mundial. Al mismo tiempo que nos solidarizamos con la gente de aquí que se enfrenta a la entrante administración Trump, también estamos pidiéndoles que se unan a nosotros en nuestra lucha contra el imperialismo, especialmente en el continente africano.
AG: Maurice, gracias por su tiempo.
MC: Un placer.
Ann Garrison es un periodista independiente que también colabora con el periódico San Francisco Bay View, Global Research, Black Agenda Report y la web Black Star News. También trabaja en radio para KPFA en Berkeley y para la WBAI en Nueva York. En 2014, se le concedió el premio Democracia y Paz Victoire Ingabire otorgado por la Red Internacional de Mujeres por la Democracia y la Paz. Se puede contactar con ella a través del correo: ann@afrobeatradio.com. Esta entrevista apareció anteriormente en Counterpunch.
Fuente: Pambazuka News, Fifty-five years after Lumumba’s assassination, Congolese see no relief, publicado el 2 de febrero de 2017.
Traducido para Umoya por Diego González González y Pedro Lama Guerrero. Universidad de Salamanca.


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lunes, 27 de febrero de 2017

Los Oscar: Premian al documental sobre los criticados Cascos Blancos en Siria




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https://forocontralaguerra.files.wordpress.com/2017/01/los-cascos-blancos-no-son-tan-blancos.pdf


 
 Y ver  ..


John McCain otra vez ilegalmente en Siria
 

 http://www.voltairenet.org/article195421.html

 Nota sobre  John McCain


 Él no es deTrump, en las elecciones  primarias  fue el que pidió el falso informe al ex agente  del M15  sobre Trump y su viaje a Rusia y lo de las prostitutas, lo intento publicar en la prensa, pero lo vieron tan falso que no lo hicieron, pero al salir Trump entonces la prensa  pero afin a los demócratas lo sacó. Tampoco era  de Obama, o si lo era , era dejar pasar dejar hacer , claro está, sino más bien un resentido con él al perder ante él , aliado con el estado profundo USA, contra  él, tanto en el Maidan de Ucrania como en Siria con el Ejército  libre sirio y los “rebeldes moderados”   , es como el preparador del" incidente" necesario  para intervenir... bien conectado  con algunos servicios secretos americanos , por eso    Trump , los saco  del Consejo, ya que incluso se reservaban la información secreta . Pero ahora tampoco se sabe , " si es dejar pasar dejar hacer." o para quién trabaja  aparte del lobby de vender armas . Recordemos el negocio americano en Este  de substitución de  las armas de l Pacto de Varsovia por  las de la OTAN. Y no solo allí. Las armas del este para Siria ...http://cort.as/uZeI