lunes, 29 de diciembre de 2014

El fracking y Arabia Saudita. La burbuja energética ha pinchado.

Guerra de precios: Arabia Saudita y el fracking



Alejandro Nadal · · · · · 28/12/14

La guerra de precios desencadenada por Arabia Saudita y otros de los miembros más poderosos de la Organización de Países Exportadores de Petróleo (OPEP) va a continuar y podría recrudecerse. Los efectos sobre la economía mundial serán múltiples: hay países ganadores y otros perdedores. Los desajustes internacionales serán parte de un proceso de profunda restructuración de la economía global.
La recesión mundial ha estado acompañada de una tendencia a la baja en los precios de los principales productos básicos. El petróleo no es una excepción: el precio se derrumbó de 137 a 35 dólares por barril entre junio y diciembre de 2008. El precio promedió unos 61 dólares por barril en 2009. El cártel de grandes productores administró la oferta hábilmente y la tendencia al alza se recuperó, alcanzando un promedio de 107 dólares por barril entre 2011 y 2013, aunque una fuerte volatilidad marcó el mercado mundial de crudo. Como sucede en muchos mercados con estructuras oligopólicas, las pérdidas por la caída inicial causada por la recesión y la volatilidad abrieron las puertas a una guerra de precios.
Hace dos días el ministro de Energía de Arabia Saudita declaró en Abu Dhabi que ni la OPEP ni su país recortarían los niveles actuales de producción de crudo. En la actualidad la OPEP está inyectando unos 30 millones de barriles de petróleo al mercado mundial, el equivalente a la tercera parte del consumo mundial de crudo. El mercado está saturado y el precio del crudo ha caído de 115 dólares/barril en junio de este año a unos 62 dólares/barril. Es evidente que Riyadh se ha embarcado en una guerra de precios sin cuartel.
¿Por qué insiste Arabia Saudita en mantener sus altos niveles de producción y promover la caída en el precio del petróleo? Hay muchas hipótesis sobre quiénes pueden ser los enemigos a los que se dirige la ofensiva saudita, pero sin duda el principal es la industria estadounidense de extracción de petróleo y gas con el método de fractura hidráulica y perforación direccional. Arabia Saudita busca mantener precios bajos durante el tiempo que sea necesario para romperle el espinazo a la joven industria del fracking en Estados Unidos.
Para lograrlo, Arabia Saudita debe mantener precios inferiores al nivel de costo de producción en los campos de fracking en Estados Unidos durante un tiempo suficientemente largo (la producción ya no es rentable cuando los precios son inferiores al costo de extracción y comercialización). Para tener una idea del nivel de precios necesario para quebrar la industria del fracking es importante contar con datos sobre costos de producción unitarios en los campos más representativos de la industria estadounidense. Los datos revelan lo siguiente: a un precio de 70 dólares/barril, 90 ciento de los campos en Estados Unidos podrían seguir operando con ganancias. Pero las cosas cambian radicalmente cuando los precios llegan a los 60 dólares/barril: alrededor de 40 por ciento de la producción por medio de fractura hidráulica en Estados Unidos se torna no competitiva (el costo de extracción es mayor al precio de venta). Uno de los tres más grandes productores con fracking en Estados Unidos está en el estado de Dakota del Norte, donde el complejo Bakken produjo el año pasado unos 300 mil barriles diarios, convirtiéndose en la estrella del fracking estadounidense. Pero los costos unitarios de producción en Bakken rebasan los 60 dólares/barril. Arabia Saudita lo sabe y está decidida a sacar a estos y otros productores de la jugada.
¿Hasta dónde está decidida a llegar Arabia Saudita? Para ganar una guerra de precios no sólo se necesita tener estructuras de costos eficientes que permitan deprimir los precios sin incurrir en pérdidas. También es necesario contar con reservas profundas que otorguen la capacidad de resistir la reducción en las ganancias. Arabia Saudita tiene ambas cosas. El costo de producción de su Arabian Light es notablemente inferior al West Texas y al Brent International, las dos referencias más importantes en el mercado mundial y sus reservas netas son superiores a los 900 mil millones de dólares.
Por todo lo anterior, no sorprende el pronóstico de muchos analistas y de la misma OPEP de que en 2015 el promedio del precio de petróleo se mantendrá alrededor de 60 o 55 dólares/barril. El objetivo es reventar la industria estadounidense de petróleo a partir de fractura hidráulica. Parece que la estrategia de Riyadh va por buen camino este año el número de solicitudes para abrir nuevos pozos cayó 40 por ciento. Además, hay que considerar que muchos productores estadounidenses se han endeudado para iniciar sus operaciones y ahora las cargas financieras comenzarán a pesarles mucho más, especialmente con los cambios en la política monetaria anunciados para el año que viene. Las cosas no pintan bien para la industria petrolera del fracking. Y en cuanto al problema del cambio climático, ya ni quien se acuerde de la cumbre de Lima de hacen dos semanas.
Alejandro Nadal es miembro del Consejo Editorial de Sinpermiso

La Jornada, 24 de diciembre 2014

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 Nota del blog .. Dicho de otra forma, la burbuja energética ha pinchado

viernes, 19 de diciembre de 2014

La inestabilidad europea .


El nuevo “arco de inestabilidad” europeo

Information Clearing House/ RT



El Consejo Europeo de Relaciones Exteriores y el gabinete estratégico Friedrich Ebert Stiftung acaban de llegar más o menos a la misma conclusión:
Si el peligroso enfrentamiento entre la UE y Rusia respecto a Ucrania no se resuelve, la UE podría enfrentar, hasta 2030, una concentración militar en Europa oriental, una nueva carrera armamentista con la OTAN como protagonista y una “zona de inestabilidad” semipermanente del Báltico a los Balcanes y el Mar Negro.
Lo que esos dos grupos de expertos no reconocen –y no reconocerán jamás– es que un nuevo “arco de inestabilidad” –del Báltico al Mar Negro, como yo y otros analistas independientes hemos destacado– es exactamente lo que el imperio del caos y su brazo armado –la OTAN– postulan para impedir una integración más estrecha en Eurasia.
A propósito, el Pentágono descuella en la fabricación de “arcos de inestabilidad”. El anterior fue –y sigue siendo– masivo y se extiende del Magreb a Xinjiang en China occidental pasando por Medio Oriente y Asia Central.
Moscú ha identificado totalmente el complot. El Ministro de Exteriores Sergey Lavrov, una vez más, lo dejó bien claro, en detalle.
Y crucialmente, algunos sectores influyentes en Alemania también lo hicieron, como lo hicieron miembros de la elite cultural al destruir la noción de una nueva guerra en Europa: “No en nuestro nombre”.
Lo mismo se aplica a los que siempre predican más cooperación transatlántica, ensalzan el papel “definidor” de EE.UU. en Alemania y elogian efusivamente a Alemania como país más estadounidense en Europa; es el caso del periódico Frankfurter Allgemeine, conocido como centro del establishment político y económico en Alemania.
Todavía se encuentra en un estado embrionario y todavía no ha llevado a la Canciller Angela Merkel a ver la verdad, pero una reingeniería de procesos de las relaciones atlantistas ya está en progreso en Alemania. La guerra de SWIFT.
Mientras tanto, el grupo proverbial de senadores extremistas estadounidenses, más las tristemente célebres mascotas/vasallas de Gran Bretaña y Polonia, no han dejado de cabildear para excluir a Rusia de SWIFT, como hicieron con Irán.
Esto no sería nada más que otra declaración más de guerra (económica) o el contrapunto económico a la histeria de la OTAN. En honor a la verdad, una gran parte de la UE, especialmente Alemania, sabe que esto es demencial.
El principal periódico financiero de Alemania, Handeslsblatt, publicó recientemente una entrevista con el jefe de VTB-Bank, Andrei Kostin, que no se ha traducido en ningún importante periódico en lengua inglesa.
Kostin fue directamente al grano: “Por supuesto, existe un plan B [en caso de que se excluya a Rusia del sistema bancario SWIFT], pero mi opinión personal es que significaría guerra, si ese tipo de sanción se introdujese. EE.UU. y Europa hicieron eso contra Irán pero entonces no había relaciones diplomáticas con Irán, solo contención militar…. Si se prohibiera el acceso de los bancos rusos a SWIFT, el embajador estadounidense tendría que largarse ese mismo día. Las relaciones diplomáticas terminarían. La banca es la parte más vulnerable de la economía rusa porque el sistema se basa tan fuertemente en el dólar y el euro”.
El próximo mes de mayo el Banco Central de Rusia planifica introducir un sistema análogo a SWIFT después de consultas cruciales con China. También es siempre importante tener en cuenta que China estableció un SWIFT paralelo para hacer negocios con Irán bajo las sanciones. Pero todavía habrá un espacio de cuatro meses para quepasen muchas cosas desagradables después que un Senado controlado por los republicanos asuma el poder en enero.
Todo lo que brilla…
Y luego tenemos la regla de oro. ¿Por qué compra Rusia tanto oro? Con el dólar de EE.UU. fortalecido y el oro abaratado, tiene sentido comercial total vender gas por dólares inflados y comprar oro barato. Es lo que los chinos llaman un “win-win” (una situación beneficiosa para todos). Y por cierto, en ambos casos Occidente pierde.
Las elites de Washington/Wall Street son perfectamente conscientes de que tanto Moscú como Pekín ya no acumularán dólares estadounidenses. En cuanto a los plutócratas amos del universo que manipulan/controlan el valor del dólar estadounidense, existen razones poderosas para que uno de sus propósitos sea destruir la base industrial de EE.UU. y las clases medias de la nación.
Moscú, mientras tanto, se ha ajustado a la nueva “inestabilidad”. El débil rublo tiene un efecto positivo –que ya ha sido destacado por el presidente Putin– al obligar a Rusia a diversificar su manufactura y aumentar su autosuficiencia.
Por cierto, sigue existiendo el problema de que Rusia pague el interés extranjero de su deuda en dólares estadounidenses. Es siempre posible que Rusia declare una moratoria en los reembolsos de la deuda. El rublo podría bajar aún más. Pero como todos, de Lukoil a Rosneft, convierten más dólares en rublos, eso volverá a fortalecer el rublo. Además de que el rublo está en venta corta tal y como aparece. El resultado final es que Moscú ha aprendido una lección más para el futuro inmediato: nunca endeudarse con Occidente.
Lo que es seguro es que el imperio del caos no aflojará su estrategia de calentamiento del nuevo arco de inestabilidad –dentro de Europa, en todo el espectro económico-financiero e instrumentalizar su nuevo telón de acero prefabricado desde el Báltico al Mar Negro.
El Kremlin parece que sabe exactamente lo que está en juego. Como me dijo The Saker en un correo electrónico, “Putin está diciendo a Occidente y al pueblo ruso que se desarrolla una larga guerra y que el pueblo ruso tiene que estar moralmente preparado para aceptar sacrificios por la supervivencia de Rusia. Hay un paso más en el ‘debut’ de los que llamo los “soberanicistas eurasiáticos” en el cual ahora EE.UU. se [ha] declarado abiertamente enemigo rusofóbico (que odia a Rusia y teme a Rusia) y a los europeos como una colonia impotente. El poder militar no es directamente un factor en el asunto, el equilibrio del poder interno entre los ‘integracionistas atlánticos’ prooccidentales y los ‘soberanicistas eurasiáticos’ sí lo es.
Todo está presente, desde la debacle de un régimen (Bretton Woods) a la actual crisis provocada, todo explicado brillantemente por Mikhail Khazin. Rusia se prepara para hacer un buen papel. ¿Y Occidente?
El nuevo libro de Pepe Escobar es Empire of Chaos . Seguidlo en Facebook .
Fuente: http://www.informationclearinghouse.info/article40458.htm

Traducido del inglés para Rebelión por Germán Leyens

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La debilidad de Rusia y su complicado bloque con China

La Vanguardia

 y ver....

jueves, 18 de diciembre de 2014

Greenpeace España .- Los 17 de Cofrentes no irán a la cárcel‏

¡Victoria! Los 17 de Cofrentes no irán a la cárcel

El pasado martes por la tarde recibí una de las llamadas más importantes de mi vida. Era el abogado José Manuel Marraco, uno de los mayores expertos en derecho ambiental de España. Siempre recordaré esa llamada, siempre recordaré la tarde del 16 de diciembre, siempre recordaré sus palabras: “Los 16 activistas han sido absueltos de los delitos de lesiones y de desórdenes públicos, nadie irá a la cárcel, el fotógrafo queda absuelto de todo”. Las palabras de José Manuel tuvieron un efecto inmediato: deshicieron un nudo con el que llevaba casi cuatro años viviendo. Un nudo que se había formado cuando se hicieron públicos los cargos a los que se enfrentaban 16 activistas que llevaron a cabo una acción pacífica de protesta en la central nuclear de Cofrentes (Valencia) junto con el fotoperiodista independiente que cubrió la acción.

Ha sido el juicio más duro de toda la historia de Greenpeace España. Nos enfrentábamos a una multa de casi 360.000 euros y, lo peor, 17 personas se enfrentaban a cerca de tres años de cárcel. Finalmente, la sentencia ha reconocido lo que llevábamos años diciendo: la acción fue totalmente pacífica, no se lesionó a nadie, no se generó ningún desorden público. El único delito que recoge la sentencia para los 16 activistas es el de la rotura de la valla y otros daños menores. Esto significa que la multa inicial solicitada por Iberdrola y las acusaciones de 357.371 euros se rebaja hasta 19.512 euros. El fotoperiodista independiente, cuyo único “delito” fue hacer su trabajo, documentar un acto de protesta y ofrecer sus imágenes a los medios de comunicación, ha sido absuelto de todos los cargos.

Ahora hay que esperar a que sea sentencia firme pero de momento hemos logrado la primera victoria ante quienes intentaban criminalizar el activismo ecologista. Han fracasado en su intento, aunque sabemos que lo volverán a intentar, y estamos convencidos de que volverán a fracasar porque no nos van a callar, porque Greenpeace es la voz de los millones de personas que lo forman. Y no se puede callar a millones de personas. Ni con amenazas de multas millonarias, ni con amenazas de penas de cárcel.

El final de esta carta está dedicado a esas 17 personas que han pasado cerca de cuatro años firmes en sus ideales, firmes en su lucha por la defensa del medio ambiente y la libertad de expresión, a pesar de saber que un día podrían ir a la cárcel por ello. Son 17 personas corrientes, maravillosas y valientes que puedes conocer aquí.

Y por último, quiero dar las gracias a todos los socios y socias, los que siempre están ahí, porque son los que hacen posible que nunca vayan a poder callarnos, por la independencia que nos otorgan. Y gracias a las miles de personas y organizaciones que habéis apoyado a los “17 de Cofrentes”. Ha sido enorme el calor que hemos recibido a través de las redes sociales, el teléfono, las cartas. Y este apoyo nos ha dado fuerzas para no rendirnos. Porque nunca nos vamos a rendir. Siempre seguiremos luchando por el mundo verde y en paz en el que creemos.

Un abrazo,

Mario Rodríguez
Director ejecutivo de Greenpeace España



Sobre el populismo y la nueva oligarquía.









El populismo y la nueva oligarquía | Periódico Diagonal

https://www.diagonalperiodico.net/saberes/25043-populismo-y-la-nueva

miércoles, 17 de diciembre de 2014

España .- El 80% de periodistas recibió presiones en 2014


Más de un 80% de periodistas recibió presiones en 2014
17 /12/ 2014

Eduardo Muriel

MADRID // La Asociación de la Prensa de Madrid (APM) presentó este martes su informe anual sobre el estado de la profesión periodística. Los datos, como viene siendo habitual, sobre todo en estos años de crisis económica, no pueden ser más desalentadores. No sólo en cuanto a los despidos y el aumento de la precariedad, también en cuanto a la independencia con la que los profesionales desempeñan su trabajo.

El estudio de la APM destaca un año más que “aumentan las presiones que reciben los periodistas en el ejercicio de su trabajo para que modifiquen de forma sustancial sus informaciones”. En 2014 ha aumentado en más de un punto el porcentaje de informadores que han sufrido presiones en múltiples ocasiones (del 14’1% al 15’7%). Por otro lado, los periodistas que declaran no haber recibido nunca presiones está ya por debajo del 20%.

En cuanto a la procedencia de las presiones, suelen llegar de la misma empresa en la que trabajan los periodistas o sus propios jefes, en un 80% de los casos. Muy lejos estarían los que afirman que reciben presiones por parte de instancias políticas (un 27’8%), seguido por los anunciantes del medio (19’6%). En términos generales, las presiones que han recibido los periodistas en 2014 ha sido mayor que en 2013.

El aumento de estos condicionantes externos a la independencia del periodista tiene mucho que ver con la crisis económica. Un 70’6% ha sufrido cambios en sus condiciones de trabajo. De estos, un 67’9% dispone ahora de menos medios económicos para realizar su trabajo, un 65’6% tiene menos ayuda de colaboradores, un 66’1% tiene que realizar más funciones que antes y un 49’1% tiene menos tiempo para realizar correctamente su trabajo. La inseguridad y la inestabilidad de su puesto de trabajo es la constante para un 47’8%.

En definitiva, los periodistas valoran con un 4’3, sobre 10, su grado de independencia. Estos datos tienen una repercusión inevitable en la manera en que los ciudadanos perciben la profesión. Aprueba por la mínima, con un 5’3. En lo más alto de la lista de razones de esa desconfianza se encuentran el sensacionalismo (alegada por el 57’5% de los encuestados) y los intereses de los grupos de comunicación y empresarios (por el 50’3%).

El periodista precario se extiende

En los últimos cinco años, el paro entre los periodistas ha aumentado un 33%. Sin embargo, el desempleo no afecta igual a mujeres que a hombres: de los 9.451 profesionales en paro registrados el pasado septiembre, el 64% eran mujeres. En cualquier caso, los datos del informe de la APM muestran un aumento de la precariedad en las condiciones de trabajo. Con respecto a 2013, los periodistas con un sueldo de menos de 1.000 euros pasaron del 12’1% al 14’9%.

La gran mayoría de los periodistas, un 76’3%, ha sufrido reducciones de salarios. Pero también en el terreno de la precariedad, las mujeres se llevan la peor parte: son mayoría en los tramos de sueldo más bajo, una situación que se revierte en los tramos altos. La precariedad viene también con la figura del autónomo: “Prácticamente la mitad de los encuestados que se encuentran en esta situación perdieron la condición de trabajadores fijos”, resalta el informe. Sólo un 28% de los periodistas trabaja en una empresa en la que no ha habido despidos.

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http://www.lamarea.com/2014/12/17/mas-de-un-80-de-periodistas-recibio-presiones-en-2014/

martes, 16 de diciembre de 2014

Informe Comisión del Senado USA sobre la CIA .

 “Study of the CIA’s Detention and Interrogation Program - Foreword, Findings and Conclusions, and Executive Summary”, US Senate Select Committee on Intelligence, 9 de diciembre de 2014.



 Nota . Es muy curioso , está censurado ..



                       
La CIA, las torturas y la “guerra contra el terrorismo” denunciadas por el Senado de EE UU. Dossier
Anthony D. Romero · Patrick Cockburn · · · ·

14/12/14







Perdonar a Bush y a quienes torturaron



Antes de que el presidente George W. Bush dejase el cargo, un grupo de conservadores presionaron a la Casa Blanca para que indultase a los funcionarios que habían planeado y autorizado el programa de tortura de Estados Unidos. Mi organización, la Unión Americana de Libertades Civiles, consideró que la propuesta era repugnante. Junto con otros ocho grupos de derechos humanos, le enviamos una carta al Sr. Bush argumentando que la concesión de tales indultos socavaría el estado de derecho y evitaría que los estadounidenses conocieran lo que se había hecho en su nombre.

Pero con la publicación del informe del Comité de Inteligencia del Senado, he llegado a pensar que el presidente Obama debería indultarlos después de todo: porque puede ser la única manera de establecer, de una vez por todas, que la tortura es ilegal .

No está en discusión que funcionarios de los más altos niveles del gobierno autorizaron y ordenaron las torturas. Bush emitió una orden secreta que autorizó a la CIA a construir prisiones secretas en el extranjero. La CIA solicitó autorización para torturar a los prisioneros en esos "lugares negros". El Consejo de Seguridad Nacional aprobó la solicitud. Y el Departamento de Justicia redactó notas que proporcionaron al brutal programa un barniz de legalidad.

Mi organización y otras han pasado 13 años defendiendo que los responsables debían rendir cuentas por estos crímenes. Hemos pedido la designación de un fiscal especial o la creación de una comisión de verdad y reconciliación, o ambos. Pero esos llamamientos no han sido atendidos. Y ahora, muchos de los responsables de las torturas no pueden ser procesados porque los delitos han prescrito.

Conste en su haber, el Sr. Obama rechazó la tortura inmediatamente después de asumir el cargo, y su Departamento de Justicia retiró los memorandos que habían proporcionado la base para el programa de torturas. En un discurso el año pasado en la Universidad de la Defensa Nacional, Obama dijo que "pusimos en peligro nuestros valores básicos: al hacer uso de la tortura para interrogar a nuestros enemigos y deteniendo a personas de una manera que va en contra de la legalidad".

Pero ni él ni el Departamento de Justicia han mostrado el menor interés a la hora de hacer responsable a nadie por ello. Cuando el departamento hizo una investigación, no pareció entrevistar a ninguno de los prisioneros que fueron torturados. Y abusó reiteradamente del privilegio de clasificación de "secreto de Estado" para desmontar los casos presentados por los presos, incluyendo los estadounidenses que fueron torturados como "combatientes enemigos".

¿Cuál es la diferencia entre esto - esencialmente la concesión de indultos tácitos para las torturas - y el indulto formal a quienes autorizaron las torturas? En ambos casos, los que torturaron escapan a la rendición de cuentas.

Pero con los indultos tácitos, el presidente deja abierta la posibilidad muy real de que los funcionarios resuciten las políticas de tortura en el futuro. De hecho, muchos ex agentes de la CIA y otros funcionarios del gobierno siguen insistiendo en que el ahogamiento simulado y otras formas de tortura eran legales. Si nuestros militares capturaran a un alto dirigente del Estado Islámico que se cree que posee información valiosa, algunos miembros del Congreso sin ninguna duda exigirían que nuestros interrogadores utilizasen precisamente los métodos bárbaros e ilegales que la administración Obama ha denunciado.

La administración Obama todavía podría tomar medidas para hacer rendir cuentas a los funcionarios que autorizaron la tortura. Algunos de los plazos de prescripción se han agotado, pero otros no. Y la publicación del informe del Senado ofrece un modelo para las investigaciones penales, incluso si eso no es lo que el comité de inteligencia se propuso.

Pero seamos sinceros: Obama no está dispuesta a presentar cargos ante los tribunales - no importa cuán grande sea la indignación, en EE UU o en el extranjero, sobre la información revelada - a causa de las consecuencias políticas. Por consiguiente, debería aceptar las consecuencias de esta decisión. Debería reconocer que funcionarios del más alto rango del país autorizaron conductas que violaron leyes fundamentales, y han puesto en peligro nuestra posición en el mundo, así como nuestra seguridad. Si la elección es entre un perdón tácito y uno formal, es mejor uno formal. Un perdón explícito establecería un listón, en el sentido de advertir a aquellos que consideren utilizar la tortura en el futuro que pueden ser procesados.

Obama podría perdonar a George J. Tenet por autorizar la tortura en las prisiones secretas de la CIA en el extranjero, a Donald H. Rumsfeld por autorizar el uso de la tortura en la prisión de la Bahía de Guantánamo, David S. Addington, John C. Yoo y Jay S. Bybee por la elaboración de la cobertura legal de la tortura, y a George W. Bush y Dick Cheney por supervisarlo todo.

Aunque la idea de un indulto preventivo puede parecer una novedad, hay un precedente. Los presidentes Abraham Lincoln y Andrew Johnson indultaron a los soldados confederados como un paso hacia la unidad y la reconstrucción después de la Guerra Civil. Gerald R. Ford perdonó a Richard M. Nixon por los delitos del Watergate. Jimmy Carter perdonó  a los insumisos de la guerra de Vietnam.

El espectáculo de un presidente otorgando indultos a los torturadores me revuelve el estómago. Pero quizás sea la única manera de asegurarse de que el gobierno estadounidense nunca vuelva a torturar. Los indultos evidenciarían que los crímenes se cometieron; que las personas que autorizaron las torturas y las llevaron a cabo eran realmente criminales; y que los futuros arquitectos y autores de torturas deben tener cuidado. Sería preferible llevarles ante los tribunales, pero el indulto puede ser la única manera viable y duradera de cerrar la caja de Pandora de la tortura de una vez por todas.

Anthony D. Romero es el director ejecutivo de la Unión Americana de Libertades Civiles.

New York Times, 9 de diciembre 2014



El verdadero fracaso detrás de las torturas



La controversia sobre el uso de la tortura por la CIA oscurece dos aspectos importantes de la "guerra contra el terror", que la agencia pretende estar librando. La primera es que esta guerra ha fracasado demostrablemente ya que Isis, que son terroristas según cualquier definición del término, hoy gobierna una gran parte de Oriente Medio en el norte de Irak y el este de Siria.

Ha logrado este éxito a pesar de los enormes presupuestos de las agencias de seguridad estadounidenses y europeas después de 9/11. No sólo no han logrado evitar que ocurra: ni siquiera se han dado cuenta que estaba ocurriendo hasta que era demasiado tarde. Eran mucho más felices concentrándose en el núcleo al-Qaeda y Osama bin Laden, que no era muy grande, incluso antes de que perdiese sus bases en Afganistán en 2001.

La continua amenaza de al-Qaeda fue exagerada y la organización fue descrita después de 2001 como una especie de mini-Pentágono con altos funcionarios que podrían ser eliminados o capturados periódicamente, proporcionando a Washington éxitos políticamente útiles. Pero en los últimos trece años las operaciones atribuidas a al-Qaeda eran en su mayoría mezquinas. El resultado final de las operaciones de la CIA ha sido el triunfo de un grupo, que defiende la misma ideología y los objetivos de Bin Laden, y el establecimiento de su propio estado, que se extiende desde la frontera con Irán a las afueras de Alepo.

Un segundo aspecto de la guerra contra el terrorismo es que desde el principio obvió dos países, sin cuya complicidad el 9/11 no podría haber sucedido: Arabia Saudita y Pakistán. Era evidente pocos días después del 9/11 que ciudadanos de Arabia Saudita estaban muy implicados, siendo 15 de los 19 secuestradores sauditas. Bin Laden era parte de la elite saudí y la investigación estadounidense sobre el ataque descubrió que la financiación de al-Qaeda tenía su origen principalmente en donantes privados en el reino saudí. Pero el presidente George W Bush y su administración no solo evitaron cuidadosamente señalar con el dedo a Arabia Saudita, sino que censuraron 28 páginas del informe oficial sobre su papel a pesar de las súplicas de las víctimas del 9/11. El presidente Obama prometió como candidato permitir la publicación de esas páginas, pero nunca lo ha hecho.

Al-Qaeda utilizó Afganistán como su santuario y los EE.UU. derrocaron por ello a los Talibanes en 2001, pero era un secreto a voces que los Talibanes habían sido patrocinados e incluso creados por el ISI, la agencia de inteligencia militar de Pakistán. Una vez que el furor por el 9/11 se extinguió, Pakistán volvió a hacer exactamente lo mismo, y gracias a ello los Talibanes fueron capaces de librar una larga guerra de guerrillas hasta recuperar el poder. Pero, a pesar de que los EE.UU. decían estar luchando contra al-Qaeda, pero nunca se enfrentó a Pakistán, que era el socio silencioso de los talibanes. Cuando Bin Laden fue rastreado hasta Abbottabad, cerca de la academia militar más importante de Pakistán, era muy probable que su presencia fuese conocida por los servicios de seguridad de Pakistán.

Al-Qaeda era un objetivo útil para la CIA porque era el villano del 09/11 y una fuerza demoníaca a los ojos de la opinión pública estadounidense. La destrucción de las Torres Gemelas había agotado su capacidad y podría ser combatido sin gran dificultad. Cuando grupos muy similares a Al Qaeda crecieron y florecieron en Irak, Siria y Libia después de 2011, no fueron identificados como parte del grupo original.

Ahora se anuncian éxitos en la lucha contra al-Qaeda en Yemen, pero sin prestar atención al hecho de que yihadistas que han jurado lealtad a Isis se han apoderado de la ciudad libia de Derna y son una fuerza creciente en todo el país. Es posible que la CIA sea culpable de haber torturado sospechosos, pero solo se trata de un aspecto de un fracaso mucho mayor del que nunca ha tenido que rendir cuentas.

Patrick Cockburn es un periodista irlandés, corresponsal en Oriente Próximo del Financial Times y actualmente de The Independent. Es autor de varias obras sobre Oriente Próximo, las más recientes The Occupation: War, resistance and daily life in Iraq y Muqtada! Muqtada al-Sadr, the Shia revival and the struggle for Iraq.

http://www.independent.co.uk/voices/comment/the-cias-real-failure-it-pursued-the-wrong-targets-9913730.html


Selección y traducción para www.sinpermiso.info: Enrique García














lunes, 15 de diciembre de 2014

Guerra , periodismo y propaganda.


Secreto, vigilancia y censura
La guerra a través de los medios de comunicación y el triunfo de la propaganda




¿Por qué ha sucumbido una parte tan grande del periodismo ante la propaganda? ¿Por qué la censura y la distorsión se han convertido en una práctica estándar? ¿Por qué es la BBC un vocero del poder rapaz? ¿Por qué engañan a sus lectores el New York Times y el Washington Post?
¿Por qué no se enseña a los jóvenes periodistas a comprender los propósitos de los medios y a cuestionar las pretensiones y las malas intenciones de la falsa objetividad? ¿Y por qué no se les enseña que la esencia de una parte tan importante de lo que se llama medios dominantes no es información, sino poder?
Se trata de cuestiones urgentes. El mundo enfrenta la perspectiva de una gran guerra, tal vez una guerra nuclear, con EE.UU. determinado a aislar y provocar a Rusia y eventualmente a China. La verdad está siendo puesta cabeza abajo y al revés por los periodistas, incluyendo aquellos que promovieron las mentiras que llevaron al baño de sangre en Irak en 2003.
Los tiempos en los que vivimos son tan peligrosos y están tan distorsionados en la percepción pública que la propaganda ya no es, como la llamó Edward Bernays, un “gobierno invisible”. Es el gobierno. Dirige directamente sin temor a contradicción y su principal objetivo es conquistarnos: conquistar nuestro sentido del mundo, nuestra capacidad de separar la verdad de las mentiras.
La era de la información es realmente la era de los medios. A través de los medios se hace la guerra, se ejecuta la censura, se imparten la retribución y la diversión, una cadena de montale surrealista de clichés obedientes y suposiciones falsas.
Este poder de crear una nueva “realidad” se ha hecho durante mucho tiempo. Hace 45 años, un libro titulado The Greening of America causó sensación. En la portada estaban las palabras: “Viene una revolución. No será como las revoluciones del pasado. Se originará con el individuo”.
Yo era corresponsal en EE.UU. en la época y recuerdo la elevación del autor al estatus de gurú, era un joven académico de Yale, Charles Reich. Su mensaje era que decir la verdad y la acción política habían fracasado y que solo la “cultura” y la introspección podían cambiar el mundo.
En pocos años, impulsado por las fuerzas del lucro, el culto del “yoismo” había casi agobiado nuestro sentido de la acción conjunta, nuestro sentido de la justicia social y del internacionalismo.
La clase, el género y la raza fueron separados. Lo personal era lo político y los medios eran el mensaje.
Después de la Guerra Fría, la fabricación de nuevas “amenazas” completó la desorientación política de aquellos que 20 años antes habrían formado una vehemente oposición.
En 2003, filmé una entrevista en Washington con Charles Lewis, el distinguido periodista de investigación estadounidense. Discutimos sobre la invasión de Irak de unos meses antes. Le pregunté, “¿Qué habría pasado si los medios más libres en el mundo hubieran cuestionado seriamente a George Bush y Donald Rumsfeld e investigado sus afirmaciones, en lugar de transmitir lo que resultó ser burda propaganda?”
Respondió que si nosotros, los periodistas, hubiésemos cumplido nuestra tarea “hay una probabilidad muy, muy buena de que no habríamos iniciado la guerra en Irak”.
Es una declaración inquietante y apoyada por otros famosos periodistas a los que hice la misma pregunta. Dan Rather, anteriormente de CBS, me dio la misma respuesta. David Rose del Observer e importantes periodistas y productores en la BBC, que prefirieron no ser nombrados, me dieron la misma respuesta.
En otras palabras, si los periodistas hubieran cumplido su tarea, si hubiesen cuestionado e investigado la propaganda en lugar de amplificarla, cientos de miles de hombres, mujeres y niños estarían todavía vivos; y millones de personas no habrían huido de sus casas; la guerra sectaria entre suníes y chiíes podría no haber estallado y el infame Estado Islámico podría no existir actualmente.
Incluso ahora, a pesar de los millones de personas que salieron a las calles en señal de protesta, la mayoría del público en los países occidentales tiene poca idea de la magnitud del crimen cometido por nuestros gobiernos en Irak. Incluso menos saben que en los 12 años antes de la invasión los gobiernos de EE.UU. y Gran Bretaña iniciaron un holocausto al negar a la población civil de Irak los medios para subsistir.
Son las palabras del alto funcionario británico responsable de las sanciones en Irak en la década de los 90, un sitio medieval que causó las muertes de medio millón de niños de menos de cinco años, informó Unicef. El nombre del funcionario es Carne Ross. En el Foreign Office[Ministerio de Exteriores] en Londres, era conocido como “míster Irak”. Actualmente, es un revelador de la verdad de cómo engañan los gobiernos y de cómo los periodistas están dispuestos a propagar el engaño. “Entregábamos a los periodistas información falsa de inteligencia modificada”, me dijo, “o los excluíamos”.
El principal denunciante, durante este terrible y silencioso período fue Denis Halliday. Entonces Secretario General Adjunto de las Naciones Unidas y alto funcionario de la ONU en Irak, Halliday prefirió renunciar antes de implementar políticas que describió como genocidas. Calcula que las sanciones mataron a más de un millón de iraquíes.
Lo que entonces sucedió a Halliday es instructivo. Fue borrado. O fue vilipendiado. En el programa Newsnight de la BBC, el presentador Jeremy Paxman le gritó: “¿No es usted otra cosa que un apólogo de Sadam Hussein?” The Guardian recientemente describió esto como uno de los “momentos memorables” de Paxman. La semana pasada, Paxman firmó un contrato de un millón de libras por escribir un libro.
Los siervos de la supresión han hecho buen trabajo. Consideremos los efectos. En 2013, un sondeo de ComRes estableció que una mayoría del público británico creía que la cantidad de víctimas en Irak era menos de 10.000, una fracción mínima de la verdad. Una pista de sangre que lleva de Irak a Londres ha sido borrada casi por completo.
Se dice que Rupert Murdoch es el padrino de la mafia de los medios, y nadie debe dudar del aumento del poder de sus periódicos, 127 en total, con una circulación combinada de 40 millones, y su red Fox. Pero la influencia del imperio de Murdoch no es mayor que su reflejo en los medios en general.
La propaganda más efectiva no en encuentra en el Sun o en Fox News, sino tras un halo liberal. Cuando The NewYork Times publicó afirmaciones de que Sadam Hussein tenía armas de destrucción masiva, se creyó en su falsa evidencia, porque no era Fox News, era el New York Times.
Lo mismo vale para el Washington Post y el Guardian, que han desempeñado un papel crítico en el condicionamiento de sus lectores para que acepten una nueva y peligrosa guerra fría. Los tres periódicos liberales han distorsionado los sucesos de Ucrania como un acto maligno de Rusia cuando, en realidad el golpe dirigido por los fascistas en Ucrania fue obra de EE.UU., con la ayuda de Alemania y de la OTAN.
Esta inversión de la realidad es tan dominante que el cerco militar de Washington y la intimidación de Rusia no son contenciosos. Ni siquiera constituyen noticias, sino que se suprimen tras una campaña de calumnias y temor del tipo con el que crecí durante la Guerra Fría.
Una vez más el imperio del mal nos persigue, dirigido por otro Stalin o, perversamente, por un nuevo Hitler. Nombra tu demonio y dale con todo.
La supresión de la verdad sobre Ucrania es uno de los apagones noticiosos más completos que pueda recordar. La mayor concentración militar occidental en el Cáucaso y Europa occidental desde la Segunda Guerra Mundial es suprimida. La ayuda secreta de Washington a Kiev y sus brigadas neonazis responsables de crímenes de guerra contra la población de Ucrania oriental es suprimida. La evidencia que contradice la propaganda de que Rusia fue responsable del derribo de un avión comercial malasio es suprimida.
Y de nuevo, medios supuestamente liberales son los censores. Sin citar ningún hecho, ninguna evidencia, un periodista identificó a un dirigente prorruso en Ucrania como el hombre que derribó el avión. Ese hombre, escribió, era conocido como "El Demonio". Era un hombre temible que atemorizó al periodista. Esa fue la evidencia.
Muchos en los medios occidentales se han esforzado por presentar a la población étnica rusa de Ucrania como forasteros en su propio país, casi nunca como ucranios que buscaban una federación dentro de Ucrania y como ciudadanos ucranios que resistían a un golpe orquestado en el extranjero contra su gobierno elegido.
Lo que tiene que decir el presidente ruso no cuenta; es un villano de pantomima a quien se puede ultrajar impunemente. Un general estadounidense que dirige la OTAN y sale directamente de Dr. Strangelove –un General Breedlove– habla rutinariamente de invasiones rusas sin una pizca de evidencia visual. Su personificación del General Jack D. Ripper de Stanley Kubrick es absolutamente perfecta.
40.000 rusos se estaban concentrando en la frontera, según Breedlove. Fue suficiente para el New York Times, el Washington Post y el Observer,este último se distinguió previamente con mentiras y patrañas que respaldaron la invasión de Irak de Blair, como reveló su antiguo periodista, David Rose.
Es casi el ambiente alegre de una reunión de clase. Los tamborileros del Washington Post son los mismos editorialistas que declararon que la existencia de las armas de destrucción masiva de Sadam era un “hecho indiscutible”.
“Si os preguntáis”, escribió Robert Parry, “cómo podría caer el mundo a ciegas en la tercera guerra mundial, como cayó en la primera hace un siglo, todo lo tenéis que hacer es considerar la locura que ha envuelto prácticamente a toda la estructura política/mediática de EE.UU. respecto a Ucrania en la que una falsa narrativa de sombreros blancos contra sombreros negros se impuso rápidamente y se ha mostrado resistente a los hechos o a la razón”.
Parry, el periodista que reveló Irán-Contra, es uno de los pocos que investigan el rol central de los medios en este “juego de pollos”, como lo calificó el ministro ruso de Exteriores. ¿Pero es un juego? Mientras escribo estas líneas, el Congreso de EE.UU. vota la Resolución 758 que, en pocas palabras, dice: “Preparémonos para la guerra contra Rusia”.
En el Siglo XIX, el escritor Alexander Herzen describió el liberalismo secular como “la última religión, aunque su iglesia no es del otro mundo sino de éste”. Hoy ese derecho divino es mucho más violento y peligroso que cualquier cosa que genere el mundo musulmán, aunque tal vez su mayor triunfo sea la ilusión de información libre y abierta.
En las noticias se hacen desaparecer países enteros. Arabia Saudí, la fuente de extremismo y terror respaldado por Occidente no interesa, excepto cuando hace bajar el precio del petróleo. Yemen ha sufrido doce años de ataques de drones estadounidenses. ¿Quién lo sabe? ¿A quién le importa?
En 2009, la Universidad del Oeste de Inglaterra publicó los resultados de un estudio decenal de la cobertura de Venezuela en la BBC. De 304 informes transmitidos, solo tres mencionaron alguna de las políticas positivas introducidas por el gobierno de Hugo Chávez. El mayor programa de alfabetización de la historia de la humanidad apenas mereció una referencia pasajera.
En Europa y EE.UU., millones de lectores y televidentes no saben casi nada de los notables y vigorizantes cambios implementados en Latinoamérica, muchos de ellos inspirados por Chávez. Como la BBC, los informes del New York Times, el Washington Post, el Guardian y el resto de los respetables medios occidentales se destacaron por su mala fe. Se burlaron de Chávez hasta en su lecho de muerte. ¿Cómo se explica algo semejante, me pregunto, en las escuelas de periodismo?
¿Por qué millones de personas en Gran Bretaña son persuadidas de que es necesario un castigo colectivo llamado “austeridad”?
Después del crac económico de 2008 quedó al descubierto un sistema podrido. Durante la fracción de un segundo los bancos fueron alineados como delincuentes con obligaciones hacia el público que habían traicionado.
Pero a los pocos meses –aparte de unas pocas piedras lanzadas por excesivas “bonificaciones” corporativas”– el mensaje cambió. Las fotos de archivo policial de banqueros culpables desaparecieron de los tabloides y algo llamado “austeridad” se convirtió en el agobio de millones de personas de a pie. ¿Ha habido alguna vez un engaño tan descarado?
Actualmente muchas de las premisas de vida civilizada en Gran Bretaña se están desmantelando con el fin de pagar una deuda fraudulenta, la deuda de unos delincuentes. Se dice que los recortes por la “austeridad” ascienden a 83.000 millones de libras esterlinas. Es casi exactamente la suma de impuestos evitados por los mismos bancos y por corporaciones como Amazon y por News UK de Murdoch. Además, los bancos deshonestos reciben un subsidio anual de 100.000 millones de libras en seguro gratuito y garantías, una cifra que financiaría todo el Servicio Nacional de Salud.
La crisis económica es pura propaganda. Las políticas extremas rigen ahora Gran Bretaña, EE.UU., gran parte de Europa, Canadá y Australia. ¿Quién defiende a la mayoría? ¿Quién cuenta su historia? ¿Quién hace constar la realidad? ¿No es lo que supuestamente deben hacer los periodistas?
En 1977 Carl Bernstein, famoso por el Watergate, reveló que más de 400 periodistas y ejecutivos de las noticias trabajaban para la CIA. Incluye a periodistas del New York TimesTime y las redes de televisión. En 1991, Richard Norton Taylor del Guardian reveló algo similar en este país.
Nada de esto es necesario en la actualidad. Dudo de que alguien pagase al Washington Post y a muchos otros medios noticiosos para que acusaran a Edward Snowden de ayuda al terrorismo. Dudo que de alguien pague a los que rutinariamente calumnian a Julian Assange, aunque muchas otras recompensas pueden ser cuantiosas.
Tengo claro que la razón principal por la que Assange ha atraído tanto veneno, rencor y celos es que WikiLeaks arrancó la careta de una elite política corrupta sostenida en pie por los periodistas. Al anunciar una extraordinaria era de revelaciones, Assange se hizo de enemigos al iluminar y avergonzar a los guardavallas de los medios, no solo en el periódico que publicó y se apropió de su gran revelación. Se convirtió no solo en un objetivo, sino en un ganso de oro.
Lucrativos negocios con libros y cintas de Hollywood se hicieron y carreras en los medios fueron lanzadas o estimuladas apoyándose enWikiLeaks y su fundador. Hubo gente que ganó mucho dinero mientras WikiLeaks lucha por sobrevivir.
Nada de esto se mencionó en Estocolmo el 1º de diciembre cuando el editor del Guardian, Alan Rusbridger, compartió con Edward Snowden el Premio Nobel alternativo de la Paz. Lo chocante en este evento fue que Assange y WikiLeaks no fueron mencionados. No existían. Eran no-gente.
Nadie habló por el hombre que había marcado nuevos rumbos en la denuncia digital y que entregó al Guardian una de las noticias más sensacionales de la historia. Además, fueron Assange y su equipo de WikiLeaks quienes efectiva –y brillantemente– rescataron a Edward Snowden y lo condujeron a la seguridad. Ni una palabra.
Lo que hizo que esa censura por omisión fuera tan irónica, impactante y afrentosa fue que la ceremonia se realizó en el Parlamento sueco, cuyo cobarde silencio en el caso de Assange se ha coludido con un grotesco error judicial en Estocolmo.
“Cuando la verdad es reemplazada por el silencio”, dijo el disidente soviético Yevtushenko, “el silencio es una mentira”.
Este tipo de silencio es el que debemos romper los periodistas. Tenemos que mirar al espejo. Tenemos que hacer rendir cuentas a medios que no rinden cuentas a nadie, que sirven al poder y a una psicosis que amenaza con la guerra mundial.
En el Siglo XVIII, Edmund Burke describió el papel de la prensa como el Cuarto Poder que controla a los poderosos. ¿Fue verdad algún día? Ciertamente ya no vale. Lo que necesitamos es un Quinto Poder: un periodismo que controle, analice y se oponga a la propaganda y enseñe a los jóvenes a ser agentes del pueblo, no del poder. Necesitamos lo que los rusos llamaron perestroika, una insurrección de conocimiento subyugado. Lo llamaría verdadero periodismo.
Hace 100 años desde la Primera Guerra Mundial, los periodistas han sido recompensados y honrados por su silencio y colusión. En el clímax de la matanza, el primer ministro británico David Lloyd George dijo en confianza a C.P. Scott, editor del Manchester Guardian: “Si la gente realmente conociera [la verdad] la guerra se pararía mañana, pero por supuesto no la conocen y no pueden conocerla”.
Es hora de que la sepan.
Este fue el discurso de John Pilger en el Simposio Logan, “Construyendo una alianza contra el secreto, la vigilancia y la censura”, organizado por el Centro para el Periodismo de Investigación, en Londres, 5-7 de diciembre de 2014. Contacto: www.johnpilger.com
Fuente: http://www.counterpunch.org/2014/12/05/war-by-media-and-the-triumph-of-propaganda/


Traducido del inglés para Rebelión por Germán Leyens