Una mala semana para EEUU
TED SNIDER
Cuatro acontecimientos de los últimos días indican, cada uno
de manera significativa, que Biden y su régimen deberían estar bastante
preocupados
Una mala semana para EEUU
TED SNIDER
Cuatro acontecimientos de los últimos días indican, cada uno
de manera significativa, que Biden y su régimen deberían estar bastante
preocupados
Ignacio Ramonet: “El neoliberalismo destruye la clase media, que cae hacia la pobreza y alimenta la extrema derecha”
Catedrático de teoría de la comunicación y exdirector del
mensual 'Le Monde diplomatique', Ignacio Ramonet reflexiona en Santiago de
Compostela sobre las múltiples crisis en curso y los pliegues de las nuevas
tecnologías: “La inteligencia artificial añade una dimensión más en términos de
la incertidumbre de la información, pero eso ya existía antes”
Daniel Salgado
No ve posible, entonces, que la disputa electoral en los Estados europeos se sintetice entre opciones análogas a Macron y Le Pen.
No, no lo creo. Además, la extrema derecha francesa no es neoliberal, es antineoliberal. Están a favor de la intervención del Estado, nostálgicos de un Estado fuerte.
De las dos crisis de las que habla, la del coronavirus ha quedado atrás, pero la guerra de Ucrania continúa. ¿Cómo acabará?
No tenemos la bolita de cristal, ¿verdad? Puede acabar muy mal, con la utilización de un arma nuclear, que sería catastrófico para la humanidad. Pero es muy difícil adivinar el final de la guerra de Ucrania. Mientras esté Putin en Rusia se ve muy difícil que el Gobierno ruso devuelva Crimea o abandone sus pretensiones sobre Crimea como parte estructural de la Rusia eterna. ¿Qué es una victoria ucraniana? ¿Detener la invasión donde está? El discurso de Zelensky no va en esa dirección para nada, sino en recuperar todo el territorio anexionado por Rusia. Eso incluye el Dombás y también Crimea. Cuando algunos Estados dicen hay que sentarse en la mesa a negociar está bien, pero ¿sobre qué bases? Alguno de los dos contendientes va a a tener que hacer concesiones, así se terminan las guerras. Pero por el momento los espíritus no están en esa situación.
¿Por qué?
¿Liderados quizás por Brasil?
Hay una que nos concierne a todos, el cambio climático. Es decisivo. No es que sobredetermine, pero al cambio climático le da igual la guerra de Ucrania o no, sigue con su transformación. Cada uno de nosotros lo puede constatar a su nivel: se encuentre donde se encuentre en el planeta está viendo desde el punto de vista climático cosas que nunca antes había visto, tampoco las personas mayores en su experiencia vital. Y hay preocupaciones muy grandes en torno por ejemplo al agua. ¿Qué va a ocurrir en torno al agua dulce? Hay países que no van a tener agua, lo que va a provocar grandes migraciones. Si el cambio climático provoca migraciones en África del Norte, las migraciones van a venir para Europa. Este fenómeno se sumará a la desaparición de las clases medias y a cómo esta desaparición alimenta el ascenso de la extrema derecha. Lo que está pasando con Vinicius en este momento muestra que el racismo es un tema de actualidad en España. Y no es anecdótico que ocurra en el fútbol.
Los saltos tecnológicos, otro de los temas que está en el centro de su reflexión, ¿afectan a la calidad de la información? La manipulación mediática existía antes de las redes sociales o la inteligencia artificial...
¿Por qué?
Primero, Internet ha permitido realizar algo que durante mucho tiempo pareció imposible: la democratización de la información. En los años 70 el informe McBride –de Seán MacBride, un premio Nobel de la Paz irlandés– pedía no seguir en un mundo en el que cinco agencias de noticias dominaban la información y la mayoría de los medios de comunicación reproducían esas noticias. Había grupos multimedia que poseían la prensa, la radio, la televisión. Eso se terminó, porque ahora con un teléfono cada uno puede hacer su información y difundirla en Twitter o en Facebook o en Instagram. La democratización en la información está hecha. ¿Se ha resuelto el problema? No se ha resuelto el problema, evidentemente.
Han aparecido otros problemas, quizás más complejos.
La solución de un problema plantea nuevos problemas. Ahora el tema no es tanto la capacidad de producir información, sino que el uso de las nuevas tecnologías se ha vuelto tan sofisticado que nadie sabe muy bien ya de qué estamos hablando. ¿Qué certidumbre tengo de que la información que recibo es una información verificada? Ninguna. La inteligencia artificial añade una dimensión más en términos de incertidumbre, pero eso ya existía. Por otra parte, en qué medida toda esa información en forma de puzzle que estoy recibiendo me permite tener una visión del conjunto coherente y que me dé una explicación que me sirva en mi vida cotidiana como ciudadano. Es muy complicado. E Internet, que apareció como una gran solución, gratuita y sin límites, hoy día es una trampa para muchísima gente, que tiene la ilusión de tener información y no está informado. O se informa de cosas que le interesan –la farándula, el deporte, y ojo, no siento ningún desprecio por estas cosas– y tiene mucha información sobre eso, pero nada más. Lo que verifica una cosa que digo desde hace mucho tiempo: la información oculta la información. Mientras, nadie tiene una idea clara de lo que ocurre en Ucrania. ¿Bajmut se tomó por completo o no? Nadie lo sabe, ni siquiera el presidente de los Estados Unidos.
Nota del Blog .- Todo esto es aplicable a España visto además el resultado de las elecciones de ayer, si el mundo en crisis tras crisis está fracturado de hecho, en muchos aspectos. lo político solo es una expresión de ello y a pesar de lo políticos. Así que el PSOE haya perdido Aragón . Extremadura , Valencia o Baleares no tiene lógica en incluso en Cantabria .Si bien se entiende que desapareció el Cs y VOX bajo de 52 a 14 . El PP tendría 138. Y Podemos casi ha desaparecido , no así ni Comunes y Compromis pero no fue al PSOE solo- paso de 120 a 121 . La abstención fue importante
Ver una simulación respecto unas generales ya convocadas. De los resultados electorales en Catalunya y Euskadi -en esta última ha crecido EH Bildu-, demuestran hasta qué punto las élites y los medios de comunicación configuran realidades diferentes. Y como, en último término, las posibilidades de competir en las democracias occidentales no son reales. ¿Qué habrán visto los vascos y catalanes que el resto de los españoles no han sido capaces de percibir?
Savater: crónica de una moral antiética
Vivimos esa experiencia en Uruguay entre 2003 y 2009 y aprendimos además que la venta comercial de libros implica a veces ofrecer productos de dudoso beneficio para el crecimiento espiritual.
Luchando por un mundo a la altura de nuestra especie, cada vez que vendíamos algún libro de Fernando Savater, entre otros, creíamos estar agregando un grano a la noble idea de “Potenciar la razón”, título de una de sus obras. Si esa razón es dotada además de sensibilidad mediante reflexiones éticas, se facilitaría la posibilidad de corregir “entuertos”. En el 2005 (guarden la fecha), “Ética para Amador” (1991) de Savater, seguía vendiéndose como pan caliente. En su prólogo el autor aclara no ser un manual de ética para estudiantes, pero que cualquier educación que se precie debe promover “la reflexión moral”. El libro dirigido a su hijo Amador, es presentado como “personal y subjetivo” desde la relación universal que tiene un padre con su hijo. Agrega además que, lejos de pretender forjar ciudadanos bienpensantes o malpensantes, lo que el libro pretende es “estimular el desarrollo de librepensadores”.
Meses atrás un artículo de Julio César Guanche en rebelión.org (1) nos dio a conocer a Alfonso Sastre y el interés nos llevó a su obra, “La batalla de los intelectuales”. Revisando la edición de Clacso, prologada por Atilio Borón (2), leímos con cierta sorpresa lo que ya muchos sabían. Savater y otros intelectuales mencionados por Sastre, había dejado atrás su pasado izquierdista para encontrarse hoy “sonriente, en las filas de la derecha más patriótica”. ¿De derecha ese demandado filosofo cuyos textos invitaban a pensar? Costó creerlo.
Quiso la vida que a las pocas semanas se nos presentase una ocasión para revelar la verdad del asunto. El Presidente de Colombia Gustavo Petro, estuvo de visita en España y repentinamente, Savater formuló críticas contra el ilustre visitante, como si lo hubiesen estimulado a manifestarse. Sus afirmaciones, aprovechadas y replicadas inmediatamente por los medios de la derecha española, fueron editorialmente catalogadas de “demoledoras”.
Sin dejar dudas sobre sus preferencias ideológicas, Savater decretó que a Colombia se le había acabado “la suerte” al haber elegido a su “primer presidente de izquierdas”. Desacreditándolo políticamente y sin argumentos, tildó a Petro de “averiado rebelde institucional”, pretendiendo además humillarlo intelectualmente con la acusación de ser “provocativamente ignorante” en varios asuntos. Savater lamentó incluso que fuera tan incapaz en comparación “con la cantidad de colombianos de talento que uno ha conocido”.
Siendo España el segundo destino de la migración colombiana, después de EEUU, era de suponerse de manera razonable, que alguien informado como Savater estuviese al tanto de la tragedia de muerte, violencia y exclusión que ha convertido a Colombia en el país con la mayor cantidad de desplazados internos del mundo. FARC, ELN, guerrilla y conflicto armado son términos asociados a Colombia, pero también Pablo Escobar, Narcotráfico, Paramilitarismo y Violencia. Uno supondría de un padre deseoso de que su hijo sea un libre pensador, que también estuviese preocupado por los constantes cargamentos de droga que saliendo desde Colombia inundan el “mercado” español, destruyendo la vida de miles de jóvenes. Savater sabe que los responsables por toda esa “mala suerte” han sido los gobiernos de derecha, los únicos que han manejado las riendas de Colombia hasta la llegada de Petro.
Sin precipitarnos, quisimos ver en el fanatismo de sus ataques al Presidente Petro, cierta influencia del ambiente de retroceso y oscurantismo que atraviesa España y toda Europa. Buscamos entonces otros contextos con juicios suyos más equilibrados y objetivos. Tuvimos “mala suerte”. En el 2018, mientras Colombia seguía dirigida por la narcopolítica, con informes de la ONU que confirmaban el aumento en los volúmenes de cocaína que salían de su territorio, Savater tenía ya a Gustavo Petro en sus “reflexiones”. Aunque los informes de DDHH denunciaban la aterradora situación de Colombia, Savater atacaba los planteamientos políticos de Petro por parecerles “un desastre”, mientras guardaba total silencio ante la genocida realidad colombiana. Rara y original manera de potenciar la razón.
Buscando más atrás, 2012, encontramos otra curiosidad. El expresidente colombiano Álvaro Uribe Velez, ampliamente denunciado por sus vínculos con grupos paramilitares, narcotráfico y otros horrores, incluyó a Savater en unas palabras de agradecimiento: “Pensadores como Fernando Savater y Edurne Uriarte y programas políticos como el del Partido Popular inspiraron nuestra política de Seguridad Democrática y nos ratificaron que cuando al terrorismo se le apacigua con concesiones agiganta su capacidad destructora.” (3)
¿El siniestro Álvaro Uribe elogiando al experto en ética? Antes de llevarlos al origen de esta “afinidad electiva”, necesitamos presentar algunos datos de la realidad colombiana.
Según el informe presentado a comienzos del 2021 por la Jurisdicción Especial para la Paz de Colombia (JEP), en las dos primeras décadas del presente siglo, por lo menos, 6.402 jóvenes fueron ejecutados extrajudicialmente. El 78% de estos crímenes (casi 5 mil), ocurrieron entre los años 2002-2008 del gobierno de Álvaro Uribe (2002-2010).
Las muertes quedaban en cierta forma ocultas, mientras el ejército divulgaba partes de guerra con cifras de “guerrilleros muertos en combate”. Fue entonces, gracias a las denuncias de las madres y familiares de esos muchachos que en el 2008 aparece la verdad. La llamada política de “Seguridad Democrática” de Uribe que en su elogio a Savater reivindicaba no dar “concesiones” a los “terroristas”, necesitaba mostrar resultados. Como si fuera una fábrica, la gerencia exigía productividad (más muertos), ofreciendo “incentivos” en forma de premios y ascensos en la carrera militar. Nacen así los “falsos positivos”, jóvenes asesinados, sobre todo campesinos, que luego eran vestidos como guerrilleros. A esas matanzas solo les faltó una organización a escala industrial para que se pareciesen a la “solución final” de los nazis.
En las matemáticas del horror, el promedio de jóvenes asesinados durante los 6 años “más productivos” de la presidencia de Uribe, rondaba los 832 al año. Esto quiere decir que para el año 2005, a casi 2.500 jóvenes les fue arrancada la oportunidad de soñar y de convertirse en libres pensadores, como quería Savater para su hijo en “Ética para Amador”. ¿Qué tiene de especial el 2005? Cinismo y perversidad. Ese año Savater visitó Colombia, pero no para solidarizarse con las familias que sufrían, sino para darle legitimidad “intelectual” al gobierno responsable de esos crímenes. Ofreció varias conferencias, incluida la más estelar, promovida y presentada por el mismísimo Álvaro Uribe. O sea, hemos resuelto dos incógnitas. El agradecimiento de Uribe al filósofo en el 2012 y el lamento de Savater al atacar a Petro porque este no era un colombiano de “talento” como otros que ha conocido.
Antes de su conferencia en presencia del talentoso Uribe, Savater logró auto hipnotizarse, abstrayéndose del genocidio llevado adelante por la política de “Seguridad Democrática”. La nueva ideología del ex anarquista, bloqueaba epistemológicamente su libre albedrio, impidiéndole investigar por elemental sensibilidad humana que pasaba de verdad en Colombia. Sin embargo, el horror estaba tan presente en el ambiente que mismo negándose a verlo para no apuntar a sus anfitriones, se animó a decir que Colombia buscaba “casi con desespero, fórmulas eficaces para encontrarse con la democracia, la educación y la ética».
Superada esa recaída retórica en la sensibilidad, Savater volvió a la pedantería de las bellas palabras desconectadas de la realidad, aplicando la máxima hipócrita: «Haz lo que yo digo, pero no lo que yo hago». Como queriendo recordar al público su pasión en promover el pensamiento, aclaró que la ética es “reflexionar si lo que estamos haciendo es humanista».
Darle su espaldarazo al gobierno de un criminal, sin duda, era la quintaesencia de lo humano y por eso aceptó sonrientemente que Uribe hiciese su presentación en la “Tertulia con Fernando Savater” del 28 de abril de 2005 (Bogotá – Cundinamarca) (4).
El anfitrión empezó con un “Mil gracias, maestro, nos honra mucho con su visita”, para luego informar al filósofo que Colombia había pasado “del período de las garantías retóricas al período de las garantías efectivas, gracias a la Seguridad Democrática”. El cierre no pudo ser mejor. Mostrando al gran pensador que estaba ante un presidente de gran generosidad, Uribe habló del futuro que nunca llegó: “En el momento en que cesen los actos de violencia, el Gobierno acepta que se han creado las condiciones mínimas para poder avanzar en un proceso de diálogo”. Aunque los diálogos para la verdadera pacificación de Colombia, solo están ocurriendo ahora con Gustavo Petro, ¡casi veinte años después!, Savater considera que a Colombia se le acabó la suerte. Más miserable no se puede ser.
El cierre de la presentación de Uribe debió llevar al éxtasis de la emoción y la incredulidad al filósofo español. El gran jefe paramilitar, en un acto de magnánima humildad, terminó sus palabras diciendo: “no le digo más, maestro, porque vinimos a escucharlo a usted”.
El filósofo alemán Jürgen Habermas, al confesar su disgusto por la negativa de Martin Heidegger en hacer una autocrítica de su adhesión al nazismo, planteó esta pregunta: “¿La tarea principal de los que se dedican al oficio del pensamiento no es lanzar luz sobre los crímenes cometidos en el pasado y mantener despierta la consciencia sobre ellos?”.
Savater está fuera de esa reflexión. Es un reo, reincidente, en la estupidez del mal.
Notas:
(1) https://rebelion.org/el-tercer-hombre-analisis-de-una-utopia-reflexiva/
(2) http://biblioteca.clacso.edu.ar/clacso/se/20100604034038/sastre.pdf
(3) https://www.larazon.es/historico/9132-espana-ejemplo-de-madurez-por-alvaro-uribe-ULLA_RAZON_443344/
(4) http://historico.presidencia.gov.co/prensa_new/sne/2005/abril/28/13282005.htm – (Palabras del presidente Álvaro Uribe al instalar la tertulia con Fernando Savater)
https://rebelion.org/savater-cronica-de-una-moral-antietica/
Anisio Pires. Sociólogo venezolano graduado por la Universidad Federal de Rio Grande del Sur (UFRGS), Brasil. Profesor de la Universidad Bolivariana de Venezuela (UBV) y articulista de opinión sobre temas de geopolítica, política y comunicación.
Después de Bajmut ¿qué?. La nueva estrategia de EEUU
M K BHADRAKUMAR
Altos funcionarios imperiales ya han desarrollado un plan
para transformar la guerra de Ucrania en un «conflicto congelado» similar a lo
que ocurre en Corea o en Cachemira
El silencio sepulcral de la declaración del G7 sobre la
contraofensiva ucraniana es comprensible. Esa declaración debe yuxtaponerse con
un informe que apareció en 'Politico' en la víspera de la cumbre de Hiroshima.
La revista, citando a altos funcionarios estadounidenses, explicó que ya hay un
plan para transformar la guerra de Ucrania en un «conflicto congelado» similar
a lo que ocurre en la Península de Corea o en Cachemira.
Lavrov también señaló que expertos militares del G7 está discutiendo abiertamente escenarios destinados a una ruptura territorial de Rusia, y "no ocultan que la existencia de Rusia como un centro independiente es incompatible con el objetivo de la dominación global de Occidente... Tenemos que dar una respuesta firme y consistente a la guerra que se nos ha declarado".
Deuda, déficit y emisión monetaria
Mentiras piadosas estadounidenses
Por Alejandro Marcó del Pont
Con una recesión en puerta, un año de recortes de gasto –en atención médica, cupones de alimentos, seguro de desempleo, ayuda a estados y ciudades–, la discusión ronda justo para los republicanos en torno al paquete de medidas que se necesita para devolver a la presidencia a Donald Trump. Probablemente Biden también lo sabe, ya que sus índices de aprobación (entre 42 y 43%) son apenas iguales que los de Gerald Ford o Jimmy cacahuate Carter. (Como en Argentina, parecería que algunos jugadores clave están menos centrados en las elecciones que en buscar su próximo trabajo).
Nota del blog
Estados Unidos va dejando de ser lo que fue y sólo le queda la fuerza militar, pues ha traicionado el discurso liberal en que se amparaba ideológicamente. De ahí que hable de un mundo basado en reglas y no en el liberalismo económico, que eso precisamente es lo que está exigiendo China: un mundo en que los negocios puedan desarrollarse sin que se inmiscuya el proteccionismo de las sanciones. Ahora los estados Unidos tienen miedo de aplicar el liberalismo económico y han acallado a muchos Think Tanks liberales, ahora no le conviene.
(https://rebelion.org/estados-unidos-desacreditado-por-la-guerra-de-ucrania-y-las-sanciones-a-rusia/).
Cuando la izquierda europea dejó de ser pacifista en Ucrania.
Hasel- París Álvarez
Hace una década, la máxima preocupación de estos ecologistas era proteger al leopardo de la caza furtiva. Ahora ellos son los Leopard, los cazas y los furtivos
Se dice que la guerra de Ucrania ha transformado irreversiblemente el orden mundial, político y económico. Pero lo que más ha cambiado es la cultura izquierdista.
Al inicio de la guerra, el consenso occidental era no enviar a Ucrania armamento ofensivo, para evitar una escalada bélica. Nadie quería cruzar la delgada línea entre «ayudar a los ucranianos a defenderse» y «declararle la guerra a Rusia». Los rusos podrían responder atacando territorio de la OTAN, que a su vez iniciaría una III Guerra Mundial, con posibilidad de lluvia ácida.
Un año después, buena parte de las izquierdas europeas han cambiado el pacifismo y la neutralidad por el envío de tanques pesados, como los Leopard. Entre los gobiernos más comprometidos con esta operación hay varias socialdemocracias: España, Portugal, Alemania, Dinamarca, Noruega y Canadá. Con la escalada ya en marcha, Finlandia (otra socialdemocracia) está debatiendo enviar aviones de combate y entra en la OTAN.
Ucrania pide más: misiles de mayor alcance, buques de guerra, submarinos. Y, quizás en un futuro, como ha augurado Zelensky, «que los países miembros de la OTAN también envíen a sus hijos a morir en la guerra»
La progresía occidental ya pone más esfuerzo en mandar armamento al campo de batalla que en mandar diplomáticos a la mesa de negociaciones. Y ese paso no lo ha dado solamente la socialdemocracia, sino también varios partidos a su izquierda: desde la Lewica («izquierda») polaca hasta la danesa Rød-Grønne («roja y verde»), pasando por la Vasemmistoliitto («Alianza de izquierda») finesa y concluyendo con el espacio de Yolanda Díaz en España.
Además, la izquierda alemana, traumatizada con la «memoria antinazi» (como la izquierda española con su «alerta antifascista») y obsesionada con no repetir el pasado, ahora envía sus panzer en dirección a la estepa oriental como si estuviese en pleno 1941.
Otra novedad cultural: hace solamente un año, nuestras izquierdas estaban empeñadas en expulsar de la Unión Europea a Polonia, por no permitir que se casen sus homosexuales ni aborten sus mujeres. Ahora esa misma izquierda celebra el liderazgo europeo de Polonia, dispuesta a inmolar en el altar de la guerra sus tanques, sus aviones y, si fuera menester, sus homosexuales y sus mujeres.
La izquierda cosmopolita, sin-fronterista y postpatriótica, que nos decía que «la tierra no es de nadie más que del viento», de pronto quiere empeñar la vida y el patrimonio (ajenos) no solamente en nombre de la soberanía nacional ucraniana, sino de la reintegración territorial de hasta el último centímetro de Crimea. El propio ejército ucraniano afirma que nuestros tanques no bastan para alcanzar tal objetivo, lo cual hace aún más vana la esperanza de Occidente.
¡Qué decir de la socialdemocracia nórdica, allá en Suecia y Finlandia! Tanto que habían combatido la proliferación de armas atómicas, para acabar teniendo por principal aspiración engrosar la OTAN, que se compromete con ser «una alianza atómica hasta el día en que dejen de existir armas atómicas».
¿Y los Verdes en Alemania? Los primeros en hablar del calentamiento global se han convertido en los responsables primeros de calentar la Nueva Guerra Fría, con declaraciones como la de Annalena Baerbock: «Los europeos estamos en guerra contra Rusia». ¿Querrán compensar dicho calentamiento global buscando un invierno nuclear? Hace una década, la máxima preocupación de estos ecologistas y animalistas era proteger al leopardo de la caza furtiva. Ahora ellos son los Leopard, los cazas y los furtivos.
La izquierda internacionalista que criticaba el bloqueo a Cuba o a Palestina actualmente apoya el uso de sanciones como arma de guerra económica. La izquierda del Black Lives Matter está consiguiendo que tales sanciones dañen la capacidad de los países africanos de traer de Rusia alimentos básicos y fertilizantes agrícolas (en palabras de Macky Sall, líder de la Unión Africana).
La izquierda multicultural que predicaba la «alianza de civilizaciones» ya dedica casi el doble de presupuesto a la guerra que a ayudar a los países pobres del mundo.
Todo aquel con una mínima conciencia social en la segunda mitad del siglo XX sufrió el macartismo. Es decir, la persecución y la acusación falsaria de ser «prosoviético». Pues en pleno siglo XXI sus hijos repiten la idéntica acusación de «prorruso» contra todo aquel con una mínima conciencia geopolítica.
El progresismo bobaliconamente europeísta, que solía ser más bruselense que las coles, ahora aplaude un envío de tanques forzosamente impuesto al eje franco-alemán. Una victoria sobre la Unión Europea por parte de su rival (EEUU), su desertor (Reino Unido) y su bestia negra (Polonia). Todo ello en beneficio de que puedan vender nuestras armas países ajenos a las regulaciones de seguridad de la UE (Canadá, Noruega, Turquía). ¡Que suene el Himno a la Alegría!
Los que antaño se manifestaban contra la OTAN, por tratarse según denunciaban de una organización expansionista al servicio del imperialismo yanqui, hoy la ven con ojos cada vez mejores.
Putin es tan machuno y patriarcal, es tan caucásico (nunca mejor dicho) y tan contaminante (con todo ese petróleo y carbón y gas natural), que en comparación la OTAN empieza a resultarles «progresista». Al fin y al cabo, ahora en el Pentágono hay mujeres, incluso varias de ellas están «racializadas».
Los ejércitos otanistas ya no luchan por combustibles y tierras raras, como antes, sino para que Eurovisión y el ‘Kyiv Pride’ puedan celebrarse en la capital ucraniana. Por no hablar de las ventajas ecológicas: cuantos más Leopard pongamos a destruir y a ser destruidos, menos vehículos de altas emisiones quedan en activo. Y menos humanos con vida consumiendo recursos escasos.
¿Cómo ser progre hoy en día sin ser otanista?
Sin embargo, todas estas transformaciones en la izquierda parecen demasiado profundas como para ser una mera reacción a la Rusia de Putin [esa que, comparada con estas socialdemocracias, es mucho más progresista]. Aquí, en la España del PSOE, ya habíamos visto antes el milagro de la transustanciación. Pasar del OTAN no a estar directamente en primera línea de bombardeo sobre Yugoslavia.
Lo que está ocurriendo en las filas progresistas occidentales es, en realidad, la culminación de un proceso iniciado desde Mayo del 68 hasta la caída del muro de Berlín del 89.
Es la absoluta absorción de la izquierda por parte del capitalismo, al que ya no aspira seriamente a derribar. Solamente se busca hacerlo más políticamente correcto, más sostenible, más diverso e inclusivo.
La izquierda realmente existente ha quedado para aplicar el desmantelamiento productivo que dicte la transición energética del BCE. Y las recetas migratorias que dicte el FMI. Y la compra de coches que dicte la Agenda 2030 de la ONU. Y el «ser feliz sin nada» que dicte el Foro de Davos.
Como no puede ser de otra forma, la consecuencia de rendirse así al capitalismo es acabar también rendido ante su brazo armado: la OTAN. Primero la plata y luego el plomo. Y esto lo harán poco a poco sin excusa, o más rápido con la excusa de Rusia, de China o de la Cochinchina.
Podemos bautizar a esta progresía con el título de «izquierda leoparda», un hallazgo de Julián Jiménez. El profesor la define como «aquella que en Venezuela apoya a la extrema derecha diciendo que Maduro es un dictador, en Ucrania apoya a Azov con el mismo argumento y, en general, apoya a EEUU en cualquier conflicto».
Son «los Antonio Maestre, Pedro Vallín, Estefanía Molina, Santiago Alba, la intelectualidad de PRISA y El País«, que «están contra la guerra hasta que llega el PSOE al Gobierno y toca apoyar su acción militar, desde Afganistán a Libia».
El concepto de «izquierda leoparda» tiene algo de irónico. Rima con «rojipardo», que es precisamente el término peyorativo que esta izquierda usa para insultar a quien se salga de su estrechísimo marco mental, ya sea por la izquierda («roji-«) o por la derecha («-pardo»).
«Se ha llamado ‘tanquista’ a quien se solidariza con pueblos que realmente sufren tanques, invasiones y bloqueos»
También les gusta usar el mote de «tanquista». Un invento de liberales y progres británicos para descalificar a socialistas y comunistas. Se les asociaba con los tanques soviéticos en Budapest y los tanques chinos en Tiananmen, para así tacharlos de violentos enemigos del civilizado Occidente.
Todo esto en los años ochenta, mientras Margaret Thatcher mandaba armas nucleares contra los argentinos en Malvinas y vehículos blindados contra los mineros en su propio país. De manera trágica, se ha llamado «tanquista» precisamente a quien se solidariza con cubanos, vietnamitas, coreanos o sirios. Es decir, con pueblos que realmente sufren tanques, invasiones y bloqueos.
En un bello giro de la Historia, por fin se le puede llamar «tanquistas» a quienes realmente lo son y han sido siempre: la «izquierda leoparda». Lo merecen por sus queridos tanques Leopard, claro, pero también por sus semejanzas con el animal que les da nombre.
Es un depredador oportunista, capaz de tragarse cualquier cosa, especialista en adaptarse al entorno que sea. Mientras está el sol fuera, duerme sin importarle el ajetreo diurno, despertándose solamente para cazar en cuanto cae la noche.
Así es la «izquierda leoparda»: sus ojos están cerrados durante la jornada laboral, dejando hacer al mercado con indiferencia. Pero ¡ay cuando llega la noche oscura del imperialismo! Allí saca sus garras y colmillos.
Hasel- París Álvarez
almendron.com.
Y ver ..
La izquierda otanista (lahaine.org) https://lahaine.org/gD9I