sábado, 29 de junio de 2019

Mongo blanco .Carlos Bardem .

Entrevista al escritor y actor Carlos Bardem
“Vivimos en el gran engaño de la libertad de prensa”

CTXT



El escritor Carlos Bardem (Madrid, 1963) es también un analista incisivo de la actualidad que siempre destaca la importancia de la cultura como pólvora de los cambios sociales. “Un pueblo formado es un pueblo crítico”, indica. Bardem, que califica de “peligrosísimos y vergonzosos” los acuerdos con Vox suscritos por el PP y Ciudadanos, tampoco duda al afirmar que vivimos “el gran engaño de la libertad de prensa” porque gran parte de los mensajes que consume la opinión pública se filtran desde el poder. “Ahora están blanqueando una marca fascista como Vox”. Cada época tiene sus miedos. 
Los del siglo XIX, por ejemplo, eran negreros. Así lo narra el actor y guionista en la novela que acaba de presentar, Mongo Blanco (Ed. Plaza & Janés), donde recrea la peripecia de un marino español casi desconocido, Pedro Blanco, que hizo de la trata de personas su modo de vida hasta convertir Cuba en una finca donde se hacía trizas la piel oscura de los esclavos. “Es curioso comprobar cómo elegimos las partes de nuestra historia que podemos o debemos conocer”, afirma. Pero de aquel horror se benefició España. “Pedro Blanco era Mongo Blanco, el nombre con el que se conocía a los grandes reyes del esclavismo en el siglo XIX”.
Fiel a su crítica de la crítica, retrata a un monstruo alentado por el poder político de su tiempo, “la época gloriosa de la esclavitud”, que emprende una aventura histórica repleta de pasajes de una crudeza atroz. “Es una actualización del género porque aunque me crié con Emilio Salgari, Jack London, Herman Melville y Joseph Conrad pertenezco a un mundo que ha conocido Auschwitz, que ha visto cómo lanzaban bombas nucleares sobre la población civil, que ha estudiado el genocidio de Ruanda”, reconoce. Por eso, quizá, en Mongo Blanco no sólo reinterpreta una historia ignorada en España sino que la sazona con dos de las temáticas que más obsesionan a este escritor ilustrado, dos ingredientes perfectamente humanos: la memoria, siempre construida a posteriori para ser indulgente con sus propios pecados; y la locura, ese otro monstruo que tanto asusta a la sociedad de la exigente lucidez que hoy vivimos.
La esclavitud se asocia a los campos de algodón del Misisipí pero usted convierte a un español en el mayor negrero del siglo XIX. ¿Cuánto de cierto hay en la historia de Pedro Blanco?
Relacionar la esclavitud exclusivamente con EE.UU. y con Kunta Kinte es una de las paradojas que me llevaron a escribir Mongo Blanco porque en España siempre se ha omitido que en las plantaciones de caña de azúcar de las colonias de Cuba y Puerto Rico se perpetraban las mismas atrocidades que se cometían a orillas del Misisipí a finales del siglo XVIII y principios del XIX. Era el momento de las grandes revoluciones industriales basadas en la economía de plantación, es decir, la del algodón y de la caña, que necesitaban cientos de miles de esclavos para ser rentables. Y ahí estuvo España. Para que te des cuenta de la dimensión que alcanzó este drama, se calcula que más de 12 millones de personas fueron raptadas en África y vendidas en Louisiana, Puerto Rico, Cuba y Brasil entre 1450 y 1850. Y eso sin contabilizar el tráfico ilegal de esclavos porque, entonces, el volumen total puede elevarse a los 83 millones de seres humanos. De hecho, para los negreros era preferible desembarcar la carga humana en una playa desierta de Matanzas que en el puerto de La Habana ya que así aumentaba sus ingresos al evitar el pago de aranceles y todo tipo de impuestos comerciales. Aquello fue una bestialidad.
EL ORIGEN DE MUCHAS FORTUNAS DE ESTE PAÍS, Y TAMBIÉN DE MUCHAS DE LAS ACTUALES INSTITUCIONES, ESTÁ EN LA SANGRE DE LOS ESCLAVOS
Pocos saben que España fue el último país europeo en acabar con el esclavismo.
Sí, los españoles fuimos partícipes destacados de ese periodo de oro de la trata de personas pero es curioso comprobar cómo elegimos las partes de nuestra historia que podemos o debemos conocer y cuáles no.
¿Por qué lo dice?
Porque el origen de muchas fortunas de este país, y también de muchas de las actuales instituciones, está en la sangre de aquellos esclavos y en la trata de seres humanos que se practicó. España abolió la esclavitud en 1846, casi 40 años después que el resto de países europeos. Y lo hizo con una matización muy hipócrita: suprimiendo la esclavitud en la Península pero manteniéndola en Cuba hasta 1886. ¿Por qué? Porque desde los inicios de la conquista, Cuba fue la tierra perfecta para aplicar ese aforismo tan maravilloso, el de “se acata pero no se cumple”. El poder de las élites cubanas, todas ellas inmersas en la trata de seres humanos, llegó a ser tan fuerte e inmenso, generaban tanta riqueza, que se decidió concederles una excepción legal para que prolongaran la esclavitud. Sólo hubo un país en el mundo que lo abolió después que los españoles y fue Brasil, aunque para entonces ya era una república independiente.
Llega a comparar al protagonista de su novela, Pedro Blanco, con el narcotraficante Pablo Escobar. ¿Cuáles fueron sus similitudes?
Hablaría de sus diferencias. El personaje real en el que me basé para escribir Mongo Blancofue un excepcional marino y un aventurero arriesgado que siempre actuó bajo la protección del poder político de su tiempo mientras Escobar terminó muriendo a manos del Ejército colombiano. Pedro Blanco fue un tipo brillantísimo que logró transformar la trata de esclavos mediante un conocimiento detallado de los avances técnicos de su tiempo. La prueba es la construcción del ferrocarril en Cuba. Siempre nos han dicho que el primer tren español fue el Barcelona-Mataró de 1848. No es del todo exacto. La línea La Habana-Bejucal entró en funcionamiento en 1836 para transportar el azúcar y otras mercancías en el instante de mayor expansión económica y, consecuentemente, de mayor necesidad de mano de obra esclava. Ahí surge Pedro Blanco. Y no sólo eso, sino que también solucionó los problemas que había con el flujo de esclavos desde África y que no saciaba la demanda creciente de los negreros. Hasta su llegada al negocio, el tráfico de seres humanos dependía de las guerras tribales y de la estación de lluvias que obligaba a los barcos a esperar anclados frente a la costa durante semanas favoreciendo los brotes de enfermedades tropicales y los motines. Pues bien, Blanco inventó el cash and carry, el paga y llévatelo, mediante un sistema muy complejo de señales codificadas que aceleraban las cargas de los barcos y la creación de almacenes permanentes de esclavos en suelo africano. Yo no creo en las personas excepcionales ni en los grandes monstruos sino que cada momento engendra sus héroes y sus villanos necesarios. Este tipo fue uno de estos.
Es decir, un negrero de fama internacional.
Fue el artífice de la creación de un pequeño reino entre lo que hoy podría ser Sierra Leona y Liberia dedicado a mantener a todos jefes tribales en guerra permanente mediante el suministro de la santa trinidad, es decir, de ron, pólvora y mosquetes. Su estrategia era convencerles de que resultaba más rentable esclavizar al pueblo vecino que cultivar la tierra. Y, claro, el precio que pagaron fue la ruina.
¿Observa similitudes con diferentes formas de explotación que hoy se denuncian?
En todas las sociedades, los momentos de máximo enriquecimiento de las élites han coincidido con las grandes atrocidades y las grandes fracturas morales. Pero por centrarnos en la historia contemporánea de España te diré que hay dos periodos destacados. Uno es durante la época de la trata de esclavos y otro la guerra civil y la postguerra franquista. Fueron dos momentos que abrieron las puertas a la explotación y a la conformación de grandísimas fortunas. Es un hilo rastreable con vasos comunicantes. Cuando escribía esta novela me pregunté varias veces cuánto de siglo XIX tenemos todavía en este país. De aquellos polvos vinieron estos lodos que hoy tenemos.
La política de Donald Trump contra la migración, ¿responde a la mentalidad de un negrero?
Es horripilante pero igual de terrible que lo que sucede en el mar Mediterráneo, convertido ya una gran fosa común. Curiosamente, todo este drama está marcado por la agenda de populistas y demagogos de extrema derecha que han comprado dirigentes a los que se suponía diferencias ideológicas. El fondo del asunto es absurdo porque tanto nosotros como los estadounidenses necesitamos a los inmigrantes para funcionar, pero en esta ola de fragmentación de las conciencias, de enfrentamiento entre las élites y los arrinconados por la única revolución que tristemente ha triunfado de verdad, la neoliberal, sólo se sostiene con la propagación del odio al diferente y la creación de enemigos imaginarios. El objetivo que persiguen es que nadie gire la cabeza hacia arriba y se revuelva.
¿Siguen existiendo esclavistas al servicio del poder, como Pedro Blanco, en el mundo actual?
Por supuesto que tenemos nuestros pedros blancos. Ostentan los mismos cargos que desempeñaban los negreros de la época de Pedro Blanco. Hablo de esos financieros que nunca pusieron un pie en África pero hacen negocios con la situación de miles de personas. Grandes nombres son ennoblecidos y que vemos en muchas calles y plazas de nuestras ciudades mientras miles de subsaharianos son retenidos en el norte de África bajo un régimen esclavista porque los países europeos pagan dinero para que no puedan llegar a nuestras costas. Me refiero también a la formas de precariedad laboral que se han impuesto. Hace unas semanas escuchábamos decir a una señora que va a ser presidenta de la Comunidad de Madrid que no llamemos contratos basura a los contratos basura porque hay gente que quiere esa basura. Esa es la mentalidad de una negrera.
¿Quiere hablar de la situación política en España?
Sí, hablemos de Mordor.
¿Cómo valora los acuerdos de PP y Ciudadanos con la extrema derecha?
Me parecen peligrosísimos y vergonzosos. Me sorprende el blanqueamiento que hacen los medios de comunicación, los foros de discusión y algunos centros políticos de la marca Vox porque son neofascistas al servicio de la revolución neoliberal. Y aunque es cierto que la democracia lleva el gen de su autodestrucción en su interior, soy un firme defensor de la paradoja de la tolerancia de Karl Popper, aquella que dice que si eres demasiado tolerante con los intolerantes, éstos terminarán aprovechándose para destruirte. Por lo tanto, con el fascista ni se dialoga ni se razona. Al fascista se le combate. Y la obligación de los verdaderos demócratas de este país es combatir a esta gente.
CON EL FASCISTA NI SE DIALOGA NI SE RAZONA. AL FASCISTA SE LE COMBATE
Pero el apriorismo de la democracia dice que todas las ideas son respetables y defendibles mientras no se emplee la violencia.
Esa es una falacia que utilizan para colarnos muchas cosas. No todas las ideas son respetables y la línea que marca su límite son los derechos humanos y los derechos civiles. Si un partido defiende el odio disfrazado de machismo, racismo, xenofobia u homofobia como Vox no puede ser respetado ni puede tener un hueco en nuestra sociedad. Creo que hemos llegado a un punto en el que deberíamos poner pie en tierra y enfrentarnos a esta gente con decisión.
Se refería a los medios de comunicación, ¿qué papel están jugando en este escenario?
En España hay muchos periódicos y muchos canales de televisión pero, casualmente, todos pertenecen a las mismas personas y grupos. Vivimos en el gran engaño de la libertad de prensa porque gran parte de los mensajes que consumimos se filtran desde el poder. Escuche si no las tertulias. Cada vez que hablan los famosos tertulianos, a quienes yo denomino tontulianos a sueldo, repiten las mismas cosas como alumnos de primero de Goebbels. Insisten en una mentira las veces que sea necesario para que creamos que dicen la verdad. Por ejemplo, se blanquea a Vox pero consideran que ser antifascista es un estigma, casi un insulto. Pues les diré una cosa: todos los antifascistas que he conocido en la historia son héroes, gente que dio su vida por la justicia y la libertad de los demás.
Muchos coinciden que la política está asumiendo el estilo grotesco de algunos formatos de televisión.
Sí, algunos de los tertulianos habituales realizan comparaciones que me resultan aberrantes. Por ejemplo, cuando equiparan a Podemos con Vox. Lo preocupante es que algunos periodistas, a los que guardo un gran respeto profesional, no lo rebatan o no se levanten de la mesa en ese momento.
¿No será que España sigue siendo un poco rehén de su pasado?
Es una anomalía histórica dentro de un entorno cultural y geográfico muy definido. Somos el único país occidental donde una dictadura fascista se mantuvo en el poder 40 años por intereses geoestratégicos principalmente de EE.UU. Eso nos legó un relato falsario, más cerca del cuento mitológico que de una investigación científica y documentada de unos hechos. Hemos aprendido la historia fragmentada de nuestro país, la que nos dice qué podemos saber y qué no. Por eso no sabemos nada de los esclavistas españoles del siglo XIX. Y así nos vendieron la santa transición, con sus luces y sombras, que tuvo mucho más de santa impunidad. En España no se produjo una desfascisficación de la sociedad sino que nos transfirieron instituciones franquistas como el Tribunal Supremo, no se revisó el expolio económico practicado por las élites durante cuatro décadas ni las atrocidades que cometieron mientras el dictador era enterrado en un mausoleo. Todas esas costuras han entrado ahora en contradicción abierta con la modernidad y el progreso.
¿No tiene esperanza en el futuro?
Soy un optimista impenitente, aunque no tenga razones para serlo, y creo que este rebrote de la derecha orgullosa, esta reivindicación del franquismo que han hecho unos jueces paralizando la exhumación de un dictador contra la decisión del Congreso, no aguantará mucho más, pero me resulta inaudito que la voluntad de la familia Franco, de unos magistrados del Supremo y del abad del Valle de los Caídos puedan estar por encima del dictamen de un Parlamento. ¿Dónde queda la sensibilidad hacia millones de españoles a los que nos parece que eso es una injusticia? Eso demuestra que España es una democracia ritual, no real. Hay algo que está mal hecho de partida.
¿Cómo cambiar esta resistente dinámica?
Pues con la formación de un gobierno progresista. Espero un ejecutivo a la portuguesa, de izquierda, de coalición o con la fórmula que sea pero que sirva para avanzar en la dirección del progreso, empezando por el fin de la impunidad que aún existe en España.
¿Es la literatura una forma de combatir la manipulación, de hacer a la gente más libre?
Siempre digo que leer, tener un libro en la mano, es un acto de rebeldía. Y la prueba es que lo primero que recortan los gobiernos de derechas es la cultura. ¿Por qué? Porque lo último que quiere esa gente es tener un pueblo formado, un pueblo crítico. La obligación de la cultura es plantear preguntas y cuestionarlo todo. Así que, como dijo Luis García Montero, no se puede separar la educación de la cultura.
¿Hay algo que no le hayan preguntado en los últimos días?
No, la verdad (risas). Creo que el libro está teniendo una recepción magnífica y me han dado espacio para contar casi lo que he querido. Hombre, siendo un poco detallista entiendo que vivimos en la era del titular–anzuelo, pero me llama la atención que en todas las entrevistas hablamos de literatura pero el titular siempre es de política. Espero que en este caso sea diferente (risas).

Fuente: https://ctxt.es/es/20190619/Culturas/26910/carlos-bardem-mongo-blanco-esclavitud-cuba-gorka-castillo.htm

jueves, 27 de junio de 2019

El franquismo que no marcha.



Resultado de imagen de El franquisme que no marxa (Edicions Saldonar

EL FRANQUISMO QUE NO MARCHA
 Lucas Salellas
Ediciones Saldonar
Un libro de estas características debería formar parte de una colección de historia. El franquismo que no marcha , sin embargo, es el cuarto volumen de una interesante colección de libros de investigación que promueven Ediciones Saldonar y el Grupo de Periodistas Ramon Barnils . Este hecho nos indica cuál ha sido el camino elegido por las élites españolas a la hora de definir el camino de lo que con gran pomposidad han llamado "la transición modélica".
Como suele pasar, los ganadores de aquella transición de la dictadura franquista a la democracia han escrito su relato. Bueno, tal vez no sería correcto, calificarlos como ganadores, pero sí como beneficiarios. El gran pacto de la transición fue, efectivamente, el "café para todos", pero aplicado a los actores de aquel cambio: tranquilos que habrá para todos. Al comunistas se les reconocía como protagonistas políticos; se creaban nuevas plataformas informativas y de negocio, como los llamados diarios democráticos; los dedos socialistas se incorporaban a la rueda del poder; se creaban estructuras administrativas a todos los niveles imaginables, que permitían un justo reparto de baronías y esquinas, al tiempo que se agüe el papel de dichas comunidades históricas. En fin, todo parecía que cambiaba ... para no cambiar absolutamente nada. A cambio de no molestar, de aceptar el heredero nombrado por el Caudillo y cargar el zurrón con un montón de renuncias.
El periodista y politólogo gerundense Lucas Salellas sintetiza en poco más de 120 páginas una parte de lo que aún queda de herencia del franquismo a la sociedad española. Son nombres que forman parte de sagas familiares que han estado y siguen estando, que durante décadas (algunas incluso en los primeros momentos del golpe de estado franquista) han, como les gusta decir, revuelto las cerezas.
Evidentemente son personajes y sagas que han evolucionado: si bien antes, durante el franquismo, se dedicaban a la política, con la llegada de la democracia se infiltraron en todos los campos de la vida civil, de la universidad, a las altas finanzas , pasando por la judicatura o la carrera diplomática. Lo hicieron con habilidad y sin complejos al mismo tiempo, y aprovechando el determinante hecho de los orígenes y fortuna familiares. Mientras la gente de la calle tiene que demostrar sus capacidades, los hijos del régimen sólo deben acreditar sus influencias. Como una secta se ayudan, se interrelacionan, se crean redes de favores mutuos  
Lo que de transición modélica braman los oráculos de todo tipo, sobre todo los de la progresía articulada alrededor de los Cebrián de turno, no deja de ser una anomalía en la historia democrática europea. Como bien articula Salellas, la transición a la democracia en países como Grecia o Portugal, sí fue, efectivamente, una ruptura con el pasado, con la intencionalidad de construir un nuevo estado vertiablement democrático. En esta países se depuraron elementos políticos y también dentro de la administración y se cambiaron estructuras, lo que no sucedió en el caso español. Este análisis, junto con una introducción sobre lo que fue el periodo franquista y que significó desde el punto de vista político para la población de los Países Catalanes y el resto del estado, conforman las primeras páginas deEl franquismo que no marcha .
El cuerpo del libro está centrado en el análisis de las trayectorias de muchos ministros y prohombres franquistas y sus estirpes, a quien, sin duda, hay que reconocer su capacidad de adaptación a situaciones y gobiernos de todo tipo. Y seguramente uno de los aspectos más dramáticos es que muchos de estos personajes consolidaron su situación, su influencia y su poder tanto político como social y económico durante el mandato del PSOE.
Nombres como los de Samaranch, Fraga Iribarne, Bono, los Borbones mismos, el prohombre socialista imputado Chávez, Trillo, Aznar y un larguísimo etcétera casi tan largo como muchos de sus nombres y apellidos, circulan por las páginas de este libro, didáctico, bien documentado, de ágil lectura y que nos debería hacer reflexionar, o más bien debería hacer reflexionar a muchos españoles que se llaman demócratas, sobre la verdadera calidad de su sistema dedo democrático.
Ramon Moreno

 Y VER ..
   


martes, 25 de junio de 2019

Como blanquear el Imperio Español.


José Luis Villacañas: "Los libros que blanquean el Imperio español constituyen un suicidio de la inteligencia"

El filósofo y catedrático publica Imperiofilia y el populismo nacional-católico como réplica al superventas de Elvira Roca Barea, Imperiofobia y Leyenda Negra, que considera "un importante daño a la salud intelectual de los españoles"

Sobre la polémica medida de Vox en Aragón: "Pensar que Abderramán III está fuera de la civilización europea es una barbaridad de ignorantes"







 eldiario.es
Hace tres años, un libro fue capaz de poner de acuerdo a políticos tan dispares como Felipe González y José María Aznar, a Isabel Coixet y al fundador de Vox, Alejo Vidal Quadras, a Esteban González Pons y a Josep Borrell. El título que obró el milagro fue Imperiofobia y Leyenda Negra, de Elvira Roca Barea. Esta profesora de secundaria y escritora defendía que aún pesa sobre los españoles un "prejuicio histórico" que nos retrata como el paradigma de la irracionalidad, la crueldad y el atraso .

Entre otras cosas, abogaba por no demonizar la Inquisición ni la conquista de América, pues los imperios fueron "un motor de evolución crucial". Así, la Leyenda Negra habría "fabricado imágenes arquetípicas negativas con el fin de perjudicar a las naciones a las que se teme" y, según Roca Barea, esta propaganda no es cosa del pasado.





Su intención de recuperar la autoestima española a través de la Historia la convirtió en un best-seller en la calle y en los despachos políticos. Ciudadanos, Vox y el PP han laureado a Imperiofobia, y no son los únicos. Pero tras las loas tenían que aparecer las voces discordantes, y la más severa ha sido la del filósofo y catedrático José Luis Villacañas, que acaba de publicar Imperiofilia y el populismo nacional-católico con Lengua de Trapo como réplica al libro de Roca Barea. 
Su ensayo se divide en una estructura parecida al de Imperiofobia, pero intentando desmontar una tesis, según él, "ajena a los parámetros de la investigación histórica y académica".
De la Corona a la Inquisición, de Castilla a las Indias, el autor trenza los pasajes más controvertidos de nuestra historia para defender que, tras la supuesta incorrección política de Roca Barea, se esconde "un ejercicio de blanqueamiento y manipulación ideológica". eldiario.es ha intentado contar también con ella en este artículo, pero la autora declinó la propuesta.




Imperiofilia
¿Por qué se ha pronunciado un filósofo sobre Imperiofobia y no un historiador, si incurre en errores tan graves?
La respuesta que te dan es que no merece la pena, que no es un libro de Historia de España sino uno de intervención política. Esto puede ser cuestionable, dependiendo de cómo comprendas tu oficio de intelectual.
Por supuesto vivimos en una academia muy fragmentada. Pero el filósofo es el especialista en no tener especialidad. Si tiene alguna misión es la de identificar qué es lo importante. E Imperiofobia es un importante peligro y un importante daño a la salud intelectual de los españoles.
¿A qué nivel?
No es baladí defender la democracia española y este libro es una amenaza contra ella porque impone una única visión de la Historia de España. Es algo inédito desde los años 50. Obliga a posicionarte alrededor de determinadas consignas que ocultan completamente la realidad y te declaran como antiespañol y como esbirro traidor si no las compartes.
Esto es contrario a la Historia, porque la Historia es pluralidad, y es contrario a la democracia, porque la democracia es una conversación de diversos relatos. Quizá antagónicos, quizá diversos, pero en los que se encuentra la propia estructura de la sociedad y de su heterogeneidad básica. Y ese es el motivo por el que he escrito esto.
¿Y no le preocupa que le acusen de oportunista?
Ya lo han hecho. Muchísimas veces nos acusan a los filósofos de no intervenir en la conversación, de no decir nada de nada. Pero luego, cuando intervenimos, nos acusan de buscar protagonismo. Yo llevo 42 años escribiendo. Te puedo asegurar que el protagonismo no me interesa en absoluto.
En el prólogo, Arcadi Espada alababa que Imperiofobia había conseguido que España parezca un "país simpático". ¿Cree que la intención de Roca Barea era alterar el presente en lugar de revisar el pasado?
Ella no está interesada en la Historia de España, pero le sirve de coartada y de excusa para imponer un lineamiento político en el presente. Y no solo en el ámbito interno.
También distribuye una mirada geoestratégica actual que, por una parte, reivindica el papel imperial de Rusia, por otra, establece una alianza estrechísima entre EEUU y el mundo hispano y, finalmente, ve una extraordinaria vinculación a la dimensión sionista de determinados actores del Estado de Israel. Efectivamente, es un libro de propaganda y populismo político.
De hecho, Ciudadanos propuso impartir una "Historia en positivo" en las aulas con ese libro en la mano. ¿Qué peligro tiene empezar a blanquear la educación?
El problema real de Ciudadanos es que habla de publicar un libro en defensa de la Constitución y a la vez defiende Imperiofobia como el libro de Historia compatible con esa Constitución. ¡Pero si Imperiofobia es profundamente anticonstitucional!
La Constitución española se basa en los principios ilustrados del Estado de Derecho: ella es una enemiga acérrima de la Ilustración. Se basa sobre el reconocimiento de la pluralidad específica de España: ella es una enemiga acérrima de todo lo que huela a pluralidad interna de España. Se basa sobre el alineamiento con los países europeos, porque España no habría aprobado su texto sin el arropamiento de Francia y de Alemania: su libro es profundamente antieuropeo.
Es decir, Roca Barea promueve un Estado confesional católico donde las únicas élites legítimas para definir lo que es el bien y lo que es el mal en conciencia es la jerarquía de la Iglesia católica, y esto es un principio anticonstitucional. Por lo tanto, a pesar de lo que diga Ciudadanos, Imperiofobia es precisamente la bomba que haría estallar la Constitución.
Y no solo Ciudadanos, la candidatura de Roca Barea al Princesa de Asturias la apoyaron desde Felipe González hasta José María Aznar, por ejemplo.
Mucha atención a los que piden para la señora Roca Barea el Princesa de Asturias. Porque además de hacer el ridículo a nivel internacional e insultar a la inteligencia, están alentando una posición que destruye radicalmente todos los principios sobre los que se basa el ordenamiento constitucional español en el presente.
Aquí no podemos decir que no es mi negociado académico, que no es mi cátedra. No. Estamos hablando de algo que, si se impone, nos haría regresar a un estado donde la Iglesia Católica estará en condiciones de imponer la agenda política.
Pero como decíamos, Imperiofobia no ha sido aplaudido solo por parte de la derecha, la misma Isabel Coixet lo ha recomendado. ¿Qué testimonia que sea capaz de unir visiones políticas opuestas?
También el gobierno socialista de Pedro Sánchez organizó una intervención en la embajada de Austria y en la Escuela Diplomática de Viena, una mesa sobre los 500 años de fake news y Leyenda Negra, y llevó como representante del pueblo español al eurodiputado de Vox German Tersch y a la señora Roca Barea.
Esto testimonia que estamos ante muchísima gente que no tiene ni idea de lo que es España y la rellena con ese tipo de cuestiones. Pero también testimonia que hay una responsabilidad específica de la ciencia española, de las universidades, de dotar a la ciudadanía de una idea razonable y fundada de lo que es la Historia de España. Y si no se hace, se ocupará ese vacío con este tipo de ideas.
Lo hemos visto con la memoria histórica. ¿Se ha convertido la imperiofilia en un filón para conseguir votos?
Creo que es un fenómeno muy importante y que tiene íntimamente que ver con la inseguridad política del electorado español. En un momento determinado, Podemos pareció estabilizar a los críticos con la estructura de la representación española, pero no estuvieron a la altura de ofrecer una idea de Estado y unidad de España. Fue ahí donde los partidos vieron la oportunidad de captar al electorado flotante a través de las tradiciones españolas.
Roca Barea dice que ella es católica pero no es creyente. Porque el ser español es ser católico. Esto ha permitido recomponer el vínculo con la Iglesia Católica, pero no a través del credo, sino de las tradiciones. Las procesiones, la Navidad, las Cruces de mayo...todo eso.
Al fin y al cabo, España tiene un 20 por ciento de creyentes católicos, pero un 80 por ciento de usuarios de tradiciones católicas. Y ese electorado lo querían todos: el PP, el PSOE, Vox y Ciudadanos.
Hablando de Vox, además del ridículo, la retirada del busto de Abderramán III lanzó un mensaje racista sobre la forma única de "ser español" que comentaba. ¿Menospreciamos el peligro de alterar la Historia?
Tenemos que quitarnos de la cabeza la idea de una guerra eterna, multisecular y de ocho siglos entre cristianos y musulmanes. Porque si hay alguien que se parece como dos gotas de agua a Abderramán III es cualquiera de los reyes cristianos. Es nuestro primo, lo llevamos en los hábitos de poder. Pensar que Abderramán III está fuera de la civilización europea es una barbaridad de ignorantes completa.
¿Queremos ir a un país de fanáticos ignorantes o no? ¿Vamos a reducir la inteligencia hispana a un exabrupto, un insulto y una confusión permanente? Un país no puede regirse por una autonegación y libros como el de Roca Barea, que blanquean el Imperio español, constituyen un suicidio de la inteligencia. Con ellos no se podrá formar una élite más que de salvajes.
En su prólogo, usted dice que algunos han usado Imperiofobia como argumento contra el independentismo. ¿Cómo es eso?
Claro. Cubre la herida catalana, la autoestima y la humillación que nos produce esa herida. La de alguien que dice, "no quiero estar con vosotros". Pero, ¿cómo? Si somos un gran pueblo, somos una gran nación. En realidad no quieren estar con nosotros, algo que a mí también me humilla, porque creen que todos los españoles son como Roca Barea (y yo también me iría si fuese así).
Pero creo que Catalunya no debe jugar con esto para tener una excusa para irse de España. Es una irresponsabilidad histórica que también es denunciable. Catalunya no puede generar un caos de manera que se acabe imponiendo una irracionalidad completa en España donde la mentalidad de Roca Barea sea la dominante y entonces puedan decirle al mundo, "nosotros somos seres civilizados, con este pueblo incívico no queremos estar".
Es la prueba de que los independentistas son igualmente arcaicos, porque buscan el conflicto como coartada para alcanzar unos fines sectarios. En el fondo se comportan con la misma barbarie y la misma tradición política dogmática -pero con formas más refinadas- que Roca Barea. El problema es que no hemos tenido la fuerza para crear una Historia de España que esté a la altura de la Constitución española. Nada más. Y esto es una catástrofe desde el punto de vista de la inteligencia.
Pero, también admite que hay una parte de verdad. ¿Dónde empieza y acaba la Leyenda Negra?
Por supuesto que hubo Leyenda Negra. Fue una lucha ideológica y propagandística iniciada por los intelectuales que en el s.XVII combatían contra España: calvinistas y anglicanos que distorsionaron la imagen del pueblo español en una época de lucha política imperial. Esto tuvo como momento álgido el inicio del reinado de Felipe II, pero antes de Carlos V no se puede hablar de Leyenda Negra.
Naturalmente nadie cree que sea verdadera. El problema es pensar que refutándola conocemos la verdad de la Historia de España. Son dos cosas distintas. Pero donde la Leyenda Negra dice "no" decir "sí" es igualmente mentira. Por lo tanto, la Leyenda Negra tiene que ser reconocida como el índice de un problema. Y es que España no logró ofrecer un relato histórico alternativo al de los demás pueblos por una voluntad de los propios reyes y de las élites.
Aunque preocupa la imagen que tenga Europa de nosotros, indigna mucho más que se nos afee el colonialismo, como demostró la reacción ante la petición de perdón del presidente de México.
Esto es la hipersensibilidad del suceptible. Hay que leer los textos de Gandhi sobre la colonización inglesa de la India. Su justicia es de tal índole que ningún historiador inglés ha podido negarlo. Incorporan de una manera natural las barbaridades que hicieron sus antepasados y nadie se rasga las vestiduras.
Todos los pueblos colonizados han hablado mal de sus pueblos imperiales. Y todos ellos han tenido élites subalternas que han hablado bien de los imperios. En estos momentos, las repúblicas latinoamericanas reconocen claramente la herencia civilizatoria hispana y no tienen un prejuicio general contra España. Pero tampoco pueden olvidar que el régimen racial sobre el que se constituyen lo impusieron los españoles.
¿No fue también una forma de negar un racismo que sigue implantado en la sociedad española hacia los migrantes latinoamericanos?
Justo. No nos pedían que reflexionásemos sobre lo que hicimos hace 500 años, sino sobre el hecho de que el régimen racial que implantamos sigue teniendo efectos en la actualidad para su pueblo. Si miras bien el discurso del presidente de México, lo que dice es que tanto España como México deberían pedir perdón a los indígenas.
Ellos lo mantienen y lo han mantenido dos siglos hasta ahora. Dijeron que hoy, aquí y ahora había que posicionarse contra un régimen racial injusto y que se implantó con la Conquista. Pero no piden que los españoles les demos una indemnización. La posición ante la Historia es una posición moral ante el presente. Siempre. Y cuando dices que el imperio español lo hizo todo bien, lo que estás diciendo es que volverías a hacerlo.


  Nota  del Blog .-  Cuando  hablan de la profesora Roca Barea  suelen apuntar  que  fue profesora en Harvard , para darle  nivel. Y si  dio clases en Harvard pero ella es profesora de secundaria y no de historia sino de  Lengua y Literatura  . Por otra parte comparar el currículum de Villacañas con el de ella no tiene color , tanto en filosofía como de  Historia de España.  Desde la historia  del Imperio Español a la de la Monarquía  Hispánica . Sorprendido me he quedado de este detalle ." También el gobierno socialista de Pedro Sánchez organizó una intervención en la embajada de Austria y en la Escuela Diplomática de Viena, una mesa sobre los 500 años de fake news y Leyenda Negra, y llevó como representante del pueblo español al eurodiputado de Vox German Tersch y a la señora Roca Barea.  "   No me lo puedo creer  que sean tan torpes , quien se puede creer esa unión de las fake news  y la leyenda negra de nuevo ,  como si  España fue un país excepcional dentro de  Europa   .¿ Son como Vox ?