La extraña historia del grupo anarquista
vegano que ha sido absuelto por la Justicia
Alejandro Torrús
El grupo anarquista vegano Straight Edge fue acusado de
terrorismo e incluso uno de sus miembros fue encarcelado durante un año y
cuatro meses. Ahora, la Audiencia Nacional dice que no hay ningún delito y
absuelve a todos sus miembros.
Todo lo que ha sucedido alrededor del grupo anarquista
vegano Straight Edge es tan surrealista que parece difícil de creer. Primero,
fueron procesados por terrorismo por la Audiencia Nacional y uno de sus
miembros, Nahuel, pasó un año y cuatro meses en prisión. Después fueron
acusados de un delito de enaltecimiento del terrorismo con una lista de tuits
que incluía la frase “Goku vive, la lucha sigue”. Y ahora, casi tres años
después, han sido absueltos poniendo fin a una pesadilla judicial que para el
joven Nahuel supuso pasar casi un año y medio en la cárcel sin haber cometido
ningún delito. La jueza que llevó la mayor parte de la instrucción del caso fue
Carmen Lamela, hoy flamante miembro del Tribunal Supremo. ( recordemos que esta jueza es la misma del caso Alsasua y del proceso catalán , en la Audiencia Nacional y otros casos )
“Estoy muy contento con la sentencia. No coincido con el
relato de hechos probados que recoge, pues no todo lo que aparece bajo esta
rúbrica es cierto, pero lo más importante de esta sentencia es su conclusión:
de lo investigado se advierte la existencia de comentarios y afirmaciones en
una posición de rebeldía, pero no por ello son ataques al Estado y sus
instituciones; y por tanto no son delictivos”, ha señalado a Público Daniel
Amelang, abogado de una parte de los acusados.
Todo comenzó en noviembre de 2015. Unos meses después,
Lamela se incorporó al juzgado y retorció el concepto de terrorismo hasta
nuevos límites
Todo comenzó en noviembre de 2015. Unos meses después,
Carmen Lamela se incorporó al Juzgado y retorció el concepto de terrorismohasta
nuevos límites. Consideró, con la inestimable ayuda de los informes de
inteligencia de Policía Nacional, que varios productos de limpieza e incluso
una sopa de lombarda constituían un indicio serio de tenencia de explosivos.
Así, también entendió que el colectivo Straight Edge, al que acusaba de varios
ataques a cajeros automáticos, constituía un comando terrorista.
Con el apoyo de Fiscalía los hechos fueron calificados como
constitutivos de delitos que llevaban aparejadas penas de prisión que sumaban
hasta 35 años. El líder de la organización, Nahuel, fue enviado a prisión
preventiva en régimen F.I.E.S. (Ficheros de Internos de Especial Seguimiento).
En prisión, aunque no siempre en aislamiento, estuvo encerrado durante un año y
cuatro meses. La magistrada consideraba, en su auto de procesamiento, que los
acusados “se constituyen y comportan como una organización criminal con
finalidad terrorista” con vínculos con otras organizaciones terroristas como
los Grapo o el Grupo Anarquista Coordinado.
Con el paso de los meses, sin embargo, la causa de Lamela se
fue desinflando. No había pruebas que pudieran sostener que los acusados habían
perpetrado ataques contra cajeros automáticos y mucho menos que tuvieran
vínculos con una presunta organización internacional anarquista dedicada a
sembrar el terror. De hecho, esa organización no existía, tal y como se demostró
en la Audiencia Nacional en otra de las causas más extrañas que ha vivido la
Audiencia Nacional en los últimos tiempos.
Así, casi tres años después de su detención por parte de la
Policía como un grupo terrorista, la Fiscalía de la Audiencia Nacional rectificó
su propio relato y archivó la acusación de pertenencia a organización
terrorista, daños y tenencia de explosivos. La causa, no obstante, seguía
adelante ya que ahora los miembros del colectivo eran acusados de un delito de
enaltecimiento del terrorismo en redes sociales por 12 mensajes recogidos en la
web del colectivo, 19 de su cuenta de Twitter y varios vídeos.
La Audiencia Nacional rechaza las acusaciones de
enaltecimiento y absuelve a los seis miembros del Straight Edge de los cargos
El escrito de acusación, al que tuvo acceso Público, recogía
mensajes de ideología anarquista revolucionaria como “muerte al capital”,
“capitalismo asesino”, o “fuego y muerte al estado y que viva la anarquía”. El
texto también recogía que algunos de los acusados vendían camisetas en el
Rastro con el mensaje “la resistencia no es violencia, es autodefensa” o tuits
un tanto desconcertantes en una causa por terrorismo como “Goku vive, la lucha
sigue” o citas del filósofo Hervert Marcuse.
Sin embargo, según la sentencia que se ha conocido este
jueves, la Audiencia Nacional rechaza las acusaciones de enaltecimiento y
absuelve a los seis miembros del Straight Edge de los cargos. La sentencia
señala que los mensajes del colectivo son “una posición de rebeldía, pero que
en modo alguno puede considerarse como un ataque directo o indirecto al Estado
y sus instituciones”.De esta manera, la Audiencia Nacional pone, de momento, el
punto y final a una pesadilla judicial que costó un año y cuatro meses de
prisión a un joven hoy declarado inocente.
Persecución del anarquismo
“La causa por enaltecimiento trató de equiparar la ideología
anarquista anticapitalista con el enaltecimiento del terrorismo. El anarquismo
aboga por la acción directa, pero esa acción no tiene por qué ser violenta e
incluso siendo violenta no tiene por qué ser ser terrorista. Y hacer un
llamamiento a acabar con el capitalismo no tiene por qué ser un llamamiento a
la violencia o al terrorismo”, explicaba antes del juicio Daniel Amelang, de la
Red Jurídica, como abogado defensor de parte de los acusados.
La causa abierta contra el grupo Straight Edge no fue la
única que la Audiencia Nacional ha desarrollado contra grupos anarquistas en
los últimos años. Muy al contrario, han coincidido en el tiempo diversas
operaciones que vinculaban a grupos anarquistas con el terrorismo y con un
supuesto grupo terrorista internacional. Sin embargo, a excepción de esta causa
por presunto enaltecimiento de Straight Edge, todas las demás han sido archivadas.
Se ha acabado el fantasma del terrorismo anarquista”,
concluye Daniel Amelang
La primera gran operación policial que relacionó terrorismo
y anarquismo se desarrolló la madrugada del 16 de diciembre de 2014. Once
personas fueron detenidas y siete de ellas entran rápidamente en prisión
incondicional. Era el inicio de lo que se conoció como Operación Pandora I. El
magistrado de la Audiencia Nacional Gómez Bérmudez les atribuyó la comisión de
delitos de constitución, promoción, dirección y pertenencia a organización
terrorista en relación con delitos de tenencia y depósito de sustancias o
aparatos explosivos y daños y estragos con finalidad terrorista.
Después vendría la Operación Piñata, en la que serían
detenidas 15 personas y cinco entrarían en prisión; y la Operación Pandora II,
en la que fueron detenidas otras nueve personas. Los cargos y la base de la
acusación son prácticamente idénticos: pertenencia a organización terrorista,
daños y tenencia ilícita de armas para uso terrorista.
En total, 33 personas fueron detenidas y 12 encarceladas en
apenas un año, acusadas, en su mayoría, de participar de uno u otro modo en una
presunta organización terrorista a la que se responsabiliza de ser el brazo
operativo en España de la FAI-FRI (Federación Anarquista Informal-Frente
Revolucionario Internacional) y actuar bajo el nombre de Grupos Anarquistas
Coordinados (G.A.C.).
Sin embargo, ninguna de estas acusaciones pudo probarse.
Todos los encarcelados están en libertad sin cargos y todas las causas abiertas
han sido cerradas. Solo queda el caso contra Straight Edge por enaltecimiento
en redes sociales, una acusación que dista mucho de la de integración en banda
armada.
“Han sido tres años duros para decenas de activistas
anarquistas, pero se ha conseguido acreditar que el concepto de terrorismo
anarquista del que se les acusa no existe. En cambio, sí hemos vivido unos años
de persecución de esta ideología en lo que algunas personas han interpretado
como la búsqueda de un nuevo enemigo interno. Se ha acreditado, no obstante,
que ese enemigo interno no existe. Se ha acabado el fantasma del terrorismo
anarquista”, concluye Daniel Amelang.
y ver ..