lunes, 20 de febrero de 2017

El mito liberal de la inflacción.

Otro mito liberal que los hechos desmienten

Una de las creencias más firmes de los economistas liberales es que la inflación es el resultado de un crecimiento de la cantidad de dinero en circulación y, sobre todo, que la creación de dinero siempre genera subida de precios. Una creencia tan fuerte como para que uno de los economistas liberales españoles más brillantes, Juan Ramón Rallo, la lleve al subtítulo de su último libro, Contra la Teoría Monetaria Moderna. Por qué imprimir dinero sí genera inflación (Deusto 2017).
Se puede decir que esta última afirmación es una creencia porque los datos, la evidencia empírica e incluso el sentido común, como indicaré más adelante, muestran sin lugar a dudas que no es eso lo que ocurre en la realidad.
El economista Richard Vague, ejecutivo bancario, inversor e investigador académico, ha estudiado lo ocurrido desde 1960 en 47 países cuyo PIB representa el 91% del mundial y sus datos no dejan lugar a dudas (pueden verse con detalle en su texto original: Rapid Money Supply Growth Does Not Cause Inflation).
Vague ha definido diferentes escenarios posibles de expansión monetaria (tomando distintas tasas de crecimiento de la oferta monetaria y periodos de tiempo) y los ha relacionado con lo ocurrido en los índices de precios de todas esas economías en el largo periodo estudiado. Sus conclusiones no dejan lugar a dudas.
En la inmensa mayoría de los casos, después de periodos de gran crecimiento de la oferta monetaria no se han producido episodios o fases de alta inflación y, por otro lado, cuando se han producido fases de alta inflación resulta que en la gran mayoría de las ocasiones no han estado precedidas de incremento de la oferta monetaria. Y eso ha ocurrido tanto en países grandes, medianos o pequeños. No es cierta, por tanto, la creencia de los economistas liberales: no es verdad que el aumento de la oferta de dinero (y mucho menos imprimir dinero, como dice Rallo) genere inflación.
El estudio de Vague ha ido más allá y también echa por alto otras creencias paralelas de los economistas liberales. En concreto, ha demostrado que tampoco es cierto que el aumento de la deuda pública, la caída de los tipos de interés o el aumento del balance de los bancos centrales generen inflación. En la gran mayoría de los casos, cuando todo ello se ha producido no ha habido después fases de alta inflación y, cuando ha habido periodos de alta inflación, en la mayoría de los casos no han estado precedidos ni de crecimiento de la deuda pública, ni de caídas en los tipos de interés ni de aumentos en el balance de los bancos centrales.
Los hechos desmienten la creencia liberal pero también lo hace, como decía más arriba, el simple sentido común.
Para que el incremento de la masa monetaria (y mucho más el del dinero legal al que alude Rallo) genere inflación deben darse inexcusablemente las siguientes condiciones:
  1. a) Que el incremento del dinero no se quede en los balances de los bancos sino que se traslade a la economía.
  2. b) Que el incremento del dinero que se traslade a la economía no se ahorre o se dedique a amortizar deuda sino que se gaste en consumo de bienes y servicios.
  3. c) Que haya pleno empleo de los recursos y no oferta ociosa.
Solo si se dan estas tres condiciones es cierto que aumentar el dinero en circulación producirá una fuerte e indeseable inflación.
Una prueba clara de todo ello es lo que ha pasado en los últimos años cuando las autoridades monetarias tanto en Estados Unidos, como en la Unión Europea o en Japón, han aumentado hasta límites impresionantes la cantidad de dinero sin que haya generado inflación.
En Estados Unidos, por ejemplo, la base monetaria (depósitos de los bancos privados en la Reserva Federal más el dinero legal en manos del público) creció en cuatro meses, de septiembre de 2008 a enero de 2009, 898.000 millones de dólares, es decir, prácticamente lo mismo que aumentó desde 1940 a 2008.
Si la creencia de los economistas liberales fuera cierta los precios tendrían que haberse disparado hasta cifras astronómicas en ese periodo y lo cierto fue, sin embargo, que de 2008 a 2010 se produjo deflación en Estados Unidos, es decir, que bajaron los precios (más o menos desde un 4%  anual a finales de 2008 al -2% a mediados de 2010).
La pregunta que cualquier persona se hará a la vista de lo que acabo de decir es por qué los economistas liberales defienden esta tesis, a pesar de ser tan contrarias a la realidad y al sentido común. Lo he explicado brevemente en otras ocasiones (por ejemplo aquí: Lo que hay detrás de la política liberal contra la inflación) y con más detalle en mi último libro Economía para no dejarse engañar por los economistas (Deusto 2016) así que ahora solo dejaré una pista: siempre que se aplican políticas económicas fundadas en esa creencia liberal equivocada da la casualidad de que quienes salen beneficiados son los grupos sociales de mayor renta y riqueza. Los errores en economía no solo tienen causas sino también propósitos.
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viernes, 17 de febrero de 2017

El invento norteamericano, de lanzar noticias falsas y acusar a las noticias verdaderas de ser, justamente, falsas llega a Europa.

Las "noticias falsas" llegan a Europa

La Haine
 
Qué mejor que utilizar el invento norteamericano, esto es, lanzar noticias falsas y acusar a las noticias verdaderas de ser, justamente, falsas

Las "noticias falsas" o fake news han sido puestas ante el jurado de los medios corporativos, las redes sociales y los políticos del establishment. Afirman que la filtración de diversas páginas web -entre blogs, medios alternativos y periodistas realmente independientes señalados de ser "agentes de Putin"- ha jugado un papel decisivo en las elecciones estadounidenses, sobre todo en las redes sociales como Facebook, Twitter, Instagram, Tumblr, YouTube.
Dicen que la desinformación ha sido juez y parte en las decisiones electorales del pueblo norteamericano, y omiten toda contradicción que los obligue a confesar sus propios horrores. Algunos medios son expuestos y etiquetados como "prorrusos" o, en su defecto, como "tontos útiles" a las órdenes de Vladimir Putin.
Pero la corrupción, el guerrerismo y los recortes no son propiedad exclusiva de los estadounidenses, también ocurren (y en qué forma) en Europa. Y dado que los pueblos europeos no se chupan el dedo y ven que empresarios y políticos, con ayuda de los medios, se llevan siempre la mayor parte del pastel, hay que buscar una nueva forma de engañarlos.
Qué mejor que utilizar el invento norteamericano, esto es, lanzar noticias falsas y acusar a las noticias verdaderas de ser, justamente, falsas. Y para reforzar el método y darle aires de legitimidad y valor científico, se crean coaliciones de grandes medios, grandes ONGs, redes sociales y grandes empresas de internet (entre las que se encuentran Aministía Internacional y La Sexta TV), que anuncian a bombo y platillo que van a "detectar" las noticias falsas e informar a los pueblos europeos para que sepan cuáles son las que se pueden leer y cuáles no.
Van a seguir utilizando el chivo expiatorio encontrado por los norteamericanos (todo lo ruso: Putín, Russia Today, Sputnik), ya enseñó Hollywood que siempre hay que tener un malo a mano. Aunque lógicamente, una vez se incorpore el concepto a la jerga hegemónica y se regule legalmente (en España ya han empezado), la figura del malo se va a ampliar a los medios alternativos.
De momento se anuncia como opción voluntaria seguir o no las recomendaciones de estos consorcios. En el futuro no sabemos.
Elecciones en Francia
Ante la seguidilla de escándalos políticos y empresariales en Francia, una web para-oficial de UE, www.euvsdisinfo.eu, está lanzando una campaña contra la supuesta ingerencia rusa en las próximas elecciones de ese país. Siguiendo al dedillo el guión escrito para las presidenciales de EEUU, primero acusan al malo para luego tranquilizarnos diciéndo que los poderosos han puesto manos a la obra para protegernos.
En un artículo titulado "A l'action!" del 11 de enero, afirman:
La semana pasada se advirtió que las próximas elecciones presidenciales francesas podrían estar sujetas a interferencias similares a las del voto presidencial de EEUU a finales de 2016. El presidente Putin aprobó un aumento presupuestario de 2 millones de dólares para la red de televisión RT ("Rusia Today"), para lograr llegar a las casas de potenciales votantes franceses. Los analistas ven esto como un intento de influir en el resultado de la elección.
Pero hay acción contra la desinformación: First Draft News, una coalición de gigantes de redes sociales y medios de comunicación en línea que luchan contra las noticias falsas, ha identificado ahora las elecciones francesas como un caso de estudio. La coalición utilizará sus recursos comunes para examinar las estructuras que impulsan el trolling sistemático, las noticias falsas y otros intentos de influir en las elecciones por parte de actores externos. Bellingcat, uno de los miembros de First Draft News, utilizará para ello las técnicas de investigación desarrolladas durante su trabajo sobre los conflictos en Ucrania y Siria y el derribo del vuelo MH17.
El objetivo de la coalición es colaborar para mejorar la forma en que la información que emerge en línea es reportada, verificada, distribuida y consumida. La lista de los miembros de la coalición se lee como un impresionante 'quién es quién' de la escena mundial de los medios de comunicación e incluye al New York Times, la BBC, la CNN, Al Jazeera, la cadena de televisión alemana ARD, Svenska Dagbladet de Suecia, la agencia de noticias francesa AFP y los 'revisores de hechos' Les Décodeurs, así como los gigantes de las redes sociales Facebook, Twitter y Google. Lea la lista completa de la red aquí. El plan de acción para 2017 incluye la formación y el desarrollo de mejores prácticas, pero también la creación de una comunidad de verificación virtual. Los miembros de la red trabajarán juntos para investigar los orígenes y la autenticidad de las imágenes, fotografías, vídeos o reclamaciones que se sospecha que son falsas. Los resultados de este trabajo se pondrán a disposición del público.
En un segundo artículo titulado 'La lutte continue', del 13 de febrero, anuncian una nueva superestructura, esta dirigida específicamente a medios franceses:
Como se informó el mes pasado, se están preparando acciones contra la desinformación en la campaña electoral francesa. Como primer paso en el camino hacia un entorno informativo más efectivo para los votantes, First Draft News ha anunciado el lanzamiento de CrossCheck. Este proyecto colaborativo de verificación tiene como objetivo ayudar a los votantes franceses a entender qué y en quién confiar en internet.

CrossCheck es una cooperación entre First Draft News, Google News Lab y diecisiete redacciones en Francia, entre ellas AFP, Le Monde, Les Echos y Libération. Utilizará el software más avanzado para detectar el contenido de las tendencias en internet y, a continuación, comprobar las imágenes, videos, memes y también los comentarios, para lograr que los mitos sean rápidamente desacreditados, y las historias engañosas o confusas sean reportadas con precisión. Además, la renombrada 'revisora de hechos' Bellingcat hará un seguimiento de la propagación de la desinformación como parte de una investigación más amplia relacionada con las elecciones europeas. El proyecto CrossCheck se pondrá en marcha el lunes 27 de febrero.
Pues nada, a mandar.
Texto completo en: http://www.lahaine.org/las-noticias-falsas-llegan-a


  y ver ....


La OTAN y la Unión Europea detrás de Décodex


Red Voltaire . 
El estado mayor militar de la Unión Europea reconoció su papel en la creación de Décodex, un servicio del diario francés Le Monde tendiente a desacreditar otros sitios web de información.
Oficialmente subvencionado por Google y Facebook, ese servicio supuestamente lucha contra la «influencia rusa» en Occidente acusando a los sitios web que cuestionan a la OTAN de no ser serios o de hacerse eco de la «propaganda de Moscú».
Para colaborar con ese proyecto fueron seleccionados varios medios de prensa, que son todos franceses porque, según los promotores de la campaña, el origen del mal no son la agencia rusa Sputnik ni la televisión rusa Russia Today sino… la Red Voltaire
Ver:
- «La lutte continue», [en español, “La lucha continúa] información en inglés del estado mayor militar de la Unión Europea, EU vs disinfo.eu, 13 de febrero de 2017.
- «La campaña de la OTAN contra la libertad de expresión», por Thierry Meyssan, Red Voltaire, 5 de diciembre de 2016.

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 Nota del blog .



En realidad fueron los propios medios, por extraño que parezca, los que habían promocionado al principio de las primarias al candidato Trump, como manera de anular al enemigo no. 1 del establishment estadounidense, el candidato socialista Bernie Sanders, que fue el primero en denunciar el sesgo y manipulación de la mayoría de dichos medios. Una vez anulado Sanders, Trump se les fue de las manos. Nada menos que el director de la cadena CBS había dicho que Trump daba grandes audiencias, lo que representaba unos grandes beneficios empresariales,  . Pero no fue Trump el que inició o se caracterizó por su denuncia de los medios. Fueron las izquierdas en EEUU las que documentaron la sistemática manipulación y sesgo de la realidad por tales medios. Fue la campaña de Bernie Sanders, por ejemplo, la que documentó las falsedades del Washington Post en su campaña de difamación de su candidatura. 



 

miércoles, 15 de febrero de 2017

Laurence Rees.- El holocausto asiático.



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Reseña de “El holocausto asiático. Los crímenes japoneses en la Segunda guerra mundial” de Laurence Rees



Frente a los eternos rebrotes de un pensamiento nacionalista que entiende la historia como algo explicable y valorable sólo en su propio contexto cultural, el profesor Akira Iriye, de la universidad de Harvard, defiende en su prefacio a El holocausto asiático la posibilidad y necesidad de un estudio abierto a referencias humanas universales y capaz de enjuiciar los hechos del pasado con esta perspectiva. En busca de ese “hilo común” que trasciende culturas y naciones, el historiador y documentalista británico Laurence Rees se propone en este libro publicado en 2001 (última versión española en Crítica, 2009, trad. de Ferran Esteve) un análisis e intento de explicación causal de los crímenes japoneses durante la Segunda guerra mundial, a partir sobre todo de entrevistas a sus protagonistas. No son muy conocidas hoy día, pero estamos hablando de atrocidades que superan en número y crueldad a las cometidas en Europa en aquellos mismos años.
Rees nos recuerda los profundos cambios que se produjeron en Japón en la segunda mitad del siglo XIX, cuando tras siglos de aislamiento, el emperador Meiji potencia de forma simultánea la industrialización del país y la institución imperial. La modernización se enfrentaba con un obstáculo importante en la ausencia de colonias, y pronto Corea, Taiwán y el imperio ruso se convirtieron en objetivo del expansionismo japonés. Hay que señalar, sin embargo, que tras la guerra ruso-japonesa de 1904 y la Primera guerra mundial, los prisioneros rusos y alemanes fueron tratados con amabilidad en su cautiverio japonés. Era ese un momento en que Japón buscaba un lugar entre las naciones avanzadas y la imagen a cultivar entre los europeos era esencial. Un edicto imperial de 1880 estipulaba que las fuerzas armadas japonesas debían tratar a sus prisioneros con respeto.
Convertido en un ser divino, el emperador era por entonces la referencia fundamental en la vida de sus súbditos. Hirohito, nieto de Meiji, accede a este inmenso poder en diciembre de 1926, y muy pronto, militares y políticos de derechas, liderados todos por él, asumen una política militarista y expansiva. La invasión de Manchuria en 1931, con la constitución de un estado-títere el año siguiente, fue el primer paso, mientras se emprendía la formación de un gran ejército en el que la violencia física sobre los soldados era inhumana y su sometimiento psicológico se sustentaba en la humillación de su familia si faltaban a su deber. La obediencia al emperador divino era la base de todo el edificio.
La progresiva expansión japonesa en China dio lugar en julio de 1937 a un conflicto abierto en el que las atrocidades de los japoneses, que utilizaron armas químicas y bacteriológicas, fueron algo cotidiano, y alcanzaron su clímax en diciembre de ese año en Nankín con una orgía de fuego y sangre que causó centenares de miles de víctimas civiles. Estos crímenes, que incluían el asesinato de prisioneros en prácticas con armas y experimentos de vivisección, eran resultado sobre todo del convencimiento que se inculcaba a los militares japoneses de librar batalla con seres inferiores, no humanos, y revelan una obediencia escrupulosa de las instrucciones recibidas y sumisión a la voluntad divina del emperador: “La primera vez te sientes mal, pero que te honren y te felicitan te infunde ánimos para hacerlo de nuevo”. Algunos violadores y asesinos confesos que fueron apresados por los chinos y sorprendentemente no fueron ejecutados regresaron a Japón en los años 50 y pudieron aportar sus testimonios en el libro. Respecto a la responsabilidad del propio emperador en todo esto, la discusión de hasta qué punto sabía no tiene mucho sentido, pues en ningún caso puede considerársele tan imbécil como para dejar de ser un canalla.
La guerra con Occidente fue el siguiente escenario de la tragedia comenzada en 1931. La voluntad de expansión de los japoneses los lleva a una alianza con Alemania e Italia, con quienes compartían enemigos, y tras los éxitos iniciales de la Operación Barbarroja no dudan en ir a una confrontación abierta con las potencias occidentales atacando Pearl Harbor. La fulminante conquista de Hong Kong, Filipinas y todo el sudeste de Asia ha de entenderse como una acometida a un adversario reconocido como superior, en busca de una paz rápida y ventajosa. En estos primeros meses de lucha, los japoneses hicieron cerca de cien mil prisioneros, que según los testimonios de algunos de los supervivientes recogidos en el libro, fueron sometidos a condiciones de una extrema brutalidad. Lo mismo puede decirse del trato dado a la población de las regiones ocupadas. La crueldad fue en aumento con el desarrollo de la guerra y el declinar de las posibilidades de una victoria japonesa. En este sentido, los datos aportados sobre prácticas generalizadas de canibalismo, en ocasiones no forzado por el hambre, en Nueva Guinea son estremecedores.
Los norteamericanos toman la iniciativa tras el punto de inflexión de Midway (junio de 1942), donde hunden cuatro portaaviones japoneses, y a comienzos de 1943 tienen ya una base de operaciones consolidada en Guadalcanal (islas Salomón). Hirohito forzó a partir de entonces una lucha desesperada por una victoria que le permitiera salvar la institución que encarnaba. Se sirvió para ello del código de honor japonés, que no contemplaba la rendición como una opción posible, mientras que la muerte al servicio del dios-emperador era el medio para compartir su condición divina. Los kamikazes son el ejemplo más conocido de a dónde llevó este fanatismo poco después, pero ya en julio de 1944 en Saipán (Marianas), los civiles japoneses, mujeres y niños incluidos, buscaron la muerte arrojándose desde un acantilado ante la inminente ocupación de la isla. A partir de ese momento los suicidios de civiles fueron comunes, pero sólo en las islas con guarnición militar.
Tras los salvajes ataques a ciudades japonesas con bombas incendiarias a comienzos de 1945, Hirohito sigue obsesionado por buscar la quimérica victoria que salve la monarquía. Su arma favorita son los kamikazes, jóvenes a los que fuerza a inmolarse sobre todo el miedo al rechazo del grupo, como muestran las entrevistas realizadas a supervivientes. En verano, con la ocupación de Okinawa, la derrota resulta ya inevitable, pero las condiciones que ofrecen los japoneses para una capitulación son inaceptables. Por fin, tras las bombas de Hiroshima y Nagasaki, y sabiendo que se le dejaría seguir en el trono, Hirohito, contra la opinión de algunos de sus militares, acepta la rendición. De esta forma, metamorfoseado en monarca constitucional, permanecerá al frente del estado hasta su fallecimiento en 1989.
Toda la política imperialista del Japón entre 1931 y 1945 es ejecutada por un sistema social rígidamente autoritario y basado en la ideología del geri, el deber ético insoslayable que impone el grupo y al otro lado del cual existen sólo la deshonra y la exclusión. En este sentido, resulta sorprendente que el único elemento que podemos considerar “libre” en este esquema, situado en su cúspide, el emperador divino, clave de bóveda de todos los desmanes cometidos, es precisamente el que se reutiliza, sin que se le atribuya ninguna responsabilidad, para consolidar el nuevo orden establecido tras la ocupación. Es difícil hallar otro episodio en la historia universal de la infamia que arrastre más abajo los símbolos de la democracia burguesa.
Laurence Rees reconoce al final del libro que la conclusión alcanzada en él, tras centenares de conversaciones con los protagonistas de los hechos, no es la que esperaba. Los “peores asesinos” resultan ser paradójicamente las personas más “normales”, las más dóciles y aplicadas ante los dictados del poder, las que habitualmente consideraríamos “buena gente”, y no las conflictivas o antisociales. Es esta la misma “banalidad del mal” que ha sido constatada en otros casos y sólo se puede concluir que la borreguez del ser humano parece ser una de sus condiciones innatas y alumbra perspectivas inquietantes a cada momento.
El holocausto asiático , repleto de experiencias al límite, provoca una reflexión incómoda sobre nuestra propia naturaleza, y honra la memoria de las víctimas de uno de los capítulos más terribles y desconocidos de la Segunda guerra mundial.

Blog del autor: http://www.jesusaller.com/

martes, 14 de febrero de 2017

Trump .- La frontera final del neoliberalismo.

El gabinete de amiguitos de Trump puede parecer fuerte, pero tiene miedo

  Naomi Klein
La razón por la que se ha caído la máscara y estamos ante un gobierno empresarial manifiesto no se debe a que estas empresas se sintieran todopoderosas: es que tenían pánico

Retrocedamos con la cámara y hagamos un reconocimiento de lo que está sucediendo en Washington ahora mismo. La gente que ya posee una porción absolutamente obscena de la riqueza del planeta, y cuya parte crece cada vez más cada año que pasa --en el último recuento, ocho hombres poseían tanta riqueza como la mitad del mundo -- está determinada a quedarse todavía con más. Las figuras clave que pueblan el gabinete de Donald Trump no sólo son megarricos, son individuos que hicieron su dinero a sabiendas de que se perjudicaba a las personas más vulnerables de este planeta y al planeta mismo. Parece ser una especie de requisito para el puesto de trabajo.
Tenemos al banquero basura Steve Mnuchin, elección de Trump para Secretario del Tesoro, cuya "máquina de ejecuciones hipotecarias" sin ley arrancó a decenas de miles de personas de sus hogares.
Y de las hipotecas basuras a la comida basura, ahí encontramos al designado por Trump como Secrretario de Trabajo, Andrew Puzder. Como director ejecutivo de su imperio de comida rápida, no le bastaba pagar a sus trabajadores sueldos abusivos que no daban para vivir. Varias demandas judiciales acusan además a su empresa de robar salarios a los trabajadores al no pagarles trabajos y horas extraordinarias.
Y pasando de la comida basura a la ciencia basura, aquí está el escogido por Trump para Secretario de Estado, Rex Tillerson. Como ejecutivo primero, y director ejecutivo después, de Exxon, su empresa costeó y dio mayor volumen a la basura científica, y presionó ferozmente entre bastidores en contra de las acciones internaciones significativas contra el cambio climático. Y debido no poco a estos esfuerzos, el mundo perdió decenas de años, cuando deberíamos haber estado quitándonos de encima nuestra adicción a los combustibles fósiles, acelerando por el contrario la crisis del clima. Debido a estos nombramientos, un número incontable de personas está perdiendo ya su hogar a causa de tormentas y de los mares en ascenso, pierde ya la vida por las olas de calor y las sequías, y en última instancia serán millones los que verán desaparecer su tierra natal bajo las olas. Como de costumbre, la gente que primero y peor sufre las consecuencias es la gente más pobre, de piel negra y morena en una abrumadora mayoría.
Casas robadas. Salarios robados. Culturas y países robados. Todo inmoral. Todo extremadamente rentable.
Pero la reacción popular iba aumentando, que es precisamente la razón por la cual esta banda de directores ejecutivos --y los sectores de los que provienen -- andaba con razón preocupada de que la fiesta estuviera a punto de acabarse. Tenían miedo. Banqueros como Mnuchin se acuerdan del derrumbe financiero de 2008 y la forma franca en que se habló de nacionalizar bancos. Fueron testigos del ascenso de Occupy y después de la resonancia que alcanzó el mensaje contra la banca de Bernie Sander durante la campaña.
Jefazos del sector servicios como Andrew Puzder están aterrados por el creciente poder de la "Lucha por los 15 dólares" [principal campaña por el aumento del salario mínimo] que ha ido consiguiendo victorias en ciudades y estados de todo el país. Y si hubiera ganado Bernie lo que fueron unas primarias sorprendentemente reñidas, la campaña bien podía haber tenido a su adalid en la Casa Blanca. Imaginemos lo espantoso que resulta esto para un sector que depende de modo tan esencial de la explotación en el lugar de trabajo para mantener bajos los precios y elevados los beneficios.
Y nadie tiene más razones que Tillerson para temer a movimientos sociales en ascenso. Debido al creciente poder del movimiento climático global, Exxon se ve sometida a ataques en todos los frentes. Los oleoductos que transportan su petróleo se ven bloqueados, no sólo en los Estados Unidos sino en todo el mundo. Las campañas de desinversión se extienden como el fuego, lo que provoca incertidumbre en los mercados. Y en el último año, los engaños diversos de Exxon acabaron siendo investigados por la SEC [Comisión de Bolsas de Valores de los EE.UU.] y múltiples fiscales generales de los estados. La amenaza que plantea a Exxon el que se actúe contra el cambio climático es existencial. Los objetivos de temperatura del acuerdo de París sobre el clima resultan totalmente incompatibles con quemar el carbono que empresas como Exxon tienen en sus reservas, fuente de su valoración mercantil. Esa es la razón por la que los mismos accionistas de Exxon han ido haciendo preguntas cada vez más incómodas acerca de si estaban a punto de quedarse con todo un montón de activos sin valor.
Este es el telón de fondo del ascenso de Trump al poder: que nuestros movimientos empezaban a ganar. No estoy diciendo que fueran suficientemente fuertes, que no lo eran. No estoy diciendo que estuviéramos suficientemente unidos, que no lo estábamos. Pero algo estaba muy decididamente moviéndose. Y en lugar de arriesgarse a la posibilidad de que hubiera un avance aun mayor, esta banda de boquillas de los combustibles fósiles, mercachifles de comida rápida y prestamistas depredadores se ha congregado para hacerse con el poder y proteger su mal adquirida riqueza. Seamos claros: no se trata de una pacífica transición de poder. Se trata de una absorción empresarial. Los intereses que ya desde hace tanto llevan untando a los dos partidos principales para que cumplan sus órdenes han decidido que se han cansado del juego. Aparentemente, todo esto de tratar a los políticos a cuerpo de rey, toda esa lisonja y esos sobornos legalizados eran un insulto a su sensación de estar investidos de un derecho divino.
De modo que se están ahorrando al intermediario y hacen lo que todo mandamás cuando quiere que algo se haga bien: lo están haciendo ellos mismos. Exxon, de Secretario de Estado. Hardee's [cadena de restaurant de comida rápida], de Secretario de Trabajo. General Dynamics, de Secretario de Defensa. Después de decenios de privatizar el Estado por piezas y a trocitos, se han decidido a ir a por el gobierno mismo. La frontera final del neoliberalismo. Por eso es por lo que Trump y los designados por él se ríen de las débiles objeciones que se ponen a los conflictos de interés: conflicto de interés es todo, esa es toda la cuestión.
Así pues, ¿qué hacemos con esto? En primer lugar, recordar siempre sus debilidades, aunque ejerzan un poder puro y duro. La razón por la que se ha caído la máscara y estamos siendo hoy testigos de un gobierno empresarial manifiesto no se debe a que estas empresas se sintieran todopoderosas: es que tenían pánico.
Además, la mayoría de los norteamericanos no votó a Trump. El 40% se quedó en casa y, de la gente que votó, hubo una clara mayoría a favor de Hillary Clinton. Ganó él dentro de un sistema muy amañado. E incluso dentro de ese sistema, tampoco ganó él. Perdieron Clinton y el estamento de poder del Partido Demócrata. Trump no ganó en medio de una abrumadora emoción y con grandes cifras. Ganó porque Hillary deprimió las cifras y por su falta de entusiasmo. El estamento de poder del Partido Demócrata no creyó que fuera importante hacer campaña sobre mejoras tangibles en la vida de la gente. No tenían prácticamente nada que ofrecerle a gente cuya vida se había visto desgarrada por los ataques del neoliberalismo. Creyeron que podían cabalgar sobre el miedo a Trump, y esto no funcionó.
Y esta es la buena noticia: todo esto vuelve a Donald Trump increíblemente vulnerable. Es este el tipo que llegó al poder contando las mentiras más impúdicas y descaradas, vendiéndose como un defensor del trabajador que por fin se alzaría frente al poder y la influencia empresariales en Washington. Una parte de sus bases sufre ya el arrepentimiento del comprador, y esa parte no va a hacer más que crecer.
¿Alguna otra cosa por lo que a nosotros respecta? Esta administración va a ir a por todas de una vez. Hay informes de un presupuesto de los de conmoción-y-espanto destinado a recortar 10 billones de dólares en diez años, pasándole la sierra mecánica a todo, lo que va de programas contra la violencia contra las mujeres a programas de arte, del apoyo a las energías renovables a la protección policial de comunidades. Está claro que piensan que nos arrollará esta estrategia de "blitzkrieg". Pero pueden verse sorprendidos. Bien podría unirnos en una causa común. Y si sirve de indicativo el volumen de las manifestaciones de mujeres, hemos empezado con buen pie.
Levantar robustas coaliciones en un momento de política de capillitas supone un trabajo duro. Hay que afrontar historias dolorosas antes de llegar a progresar. Y la cultura de financiación de las fundaciones y de la cultura de la fama en el activismo tiende a enfrentar entre sí a la gente y los movimientos, en lugar de animar a la colaboración. Pero las dificultades no pueden dejar sitio a la desesperación. Por citar un dicho popular entre la izquierda francesa: "La hora pide optimismo; dejemos el pesimismo para tiempos". ("L'heure est à l'optimisme, laissons le pessimisme pour des temps meilleurs.")
Personalmente, no puedo hacer mucho acopio de optimismo. Pero en este momento en el que todo está en juego, podemos y debemos encontrar nuestra más firme determinación.
The Nation, 6 de febrero de 2017. Traducción: Lucas Antón para Sinpermiso


  ver  otra opinión pero complementaria.



 Nota del blog ..
El eslogan "Make America Great Again" fue creado y utilizado por primera vez por Ronald Reagan en 1980. Por esa razón, muchos apuntaron que Donald Trump era su fiel continuador. Pero se ve mucho más como su sepulturero o como administrar la crisis de hegemonia económica ante China y los emergentes. Pero además tiene su lógica que con la misma consigna que se administró su auge se administre  su crisis como covertura.