domingo, 22 de mayo de 2016

Rajoy esconde ajustes de 12 mil millones en sanidad y educación 2016-2019 .


Las cuentas del Gobierno esconden ajustes en educación y sanidad hasta 2019


El Programa de Estabilidad presentado en Bruselas frena la evolución del gasto social en unos 12.000 millones

La Autoridad Fiscal estima que los ingresos y los gastos hasta 2019 están infravalorados por el Ejecutivo del PP


 Rosa Maria Sanchéz

 El Periódico.



El Programa de Estabilidad 2016-2019 que el Gobierno en funciones ha presentado en Bruselas a finales de abril esconde nuevas medidas de ajuste en el gasto autonómico en sanidad y educación hasta el 2019 (que podrían cifrarse en unos 12.000 millones), así como más rebajas de impuestos.
Así se desprende del informe sobre el Programa de Estabilidad que ha elaborado la Autoridad Fiscal Independiente (AIReF) y que ha sido remitido este jueves al Gobierno. En su informe, la Autoridad Fiscal llega a la conclusión de que tanto el conjunto de los ingresos como el de los gastos están infravalorados en las previsiones del Gobierno.
En el 2013, el tijeretazo aplicado en los gastos autonómicos de sanidad y educación se cifró en unos 10.000 millones.

INGRESOS Y GASTOS INFRAVALORADOS

Para el 2016, la Autoridad Fiscal avala las previsiones de ingresos y gastos del Gobierno y considera “factible” que se cumpla el objetivo de rebajar el déficit desde el 5% del PIB del 2015 al 3,6% en el 2016, que es la meta que se ha marcado el propio Ejecutivo (a la espera de que la Comisión Europea otorgue el visto bueno).
“A partir de 2017, y según se avanza en el horizonte, las proyecciones de ingresos fiscales incorporadas pueden considerarse conservadoras mientras que la senda de gasto, en un escenario sin medidas adicionales, parece demasiado optimista”, se afirma en el informe.
Dicho de otro modo, el Gobierno prevé un nivel de ingresos en el 2019 (38,5% del PIB) inferior al que, según la AIReF se podría producir por la pura inercia de la recuperación económica (el 39,3% del PIB). Lo mismo pasa con el gasto. El nivel de gasto programado por el Gobierno en funciones para el 2019 (40,1% del PIB), es inferior al que se llegaría si no se adoptan nuevas medidas de ahorro (41% del PIB, según la AIReF)  

SANIDAD Y EDUCACIÓN

En concreto, el gasto en sanidad podría estar infravalorado entre 5.000 y los 8.000 millones. Y el de educación, entre 3.500 y 4.500 millones de menos. El desfase solo se podría explicar de dos maneras: o bien los modelos de cálculo aplicados por el Gobierno son muy distintos a los de la AIReF; o bien existen medidas para frenar el gasto sanitario y educativo a medio plazo que no han sido explicadas en el texto remitido a Bruselas.








La Autoridad Fiscal en su informe no se decanta ni por una ni por otra interpretación. Solo pone de manifiesto la discrepancia en los números.
En el Programa de Estabilidad se prevé que el gasto en salud pasará desde el 6,17% del PIB en el 205 al 5,74% en el 2019 mientras que el destinado en educación pasará del 4,03% del PIB al 3,76%.
Según la AIReF, para que se cumplan esta proyección del Gobierno el gasto sanitario debería crecer a un promedio del 0,5% entre el 2016 y el 2019 y el de educación, a una media del 0,6%. Estos porcentajes son muy inferiores a los de los últimos años. Entre el 2011 y el 2014 ambas partidas crecieron a un promedio anual del 4,4% y del 4,9% respectivamente.



INERCIA DEMOGRÁFICA DEL GASTO

Los cálculos de la AIReF llevan a que si no se adoptan medidas de ajuste la inercia del crecimiento de los gastos en sanidad y educación es del 4,1% y del 2,9% respectivamente, atendiendo sobre todo a las variables demográficas.

Entre las proyecciones de la AIReF y las del Gobierno media un ajuste de unos 7.600 millones en sanidad y de otros 4.500 en educación. Unos 12.000 millones en total, hasta el 2019.
Lo curioso es que en el mismo Programa de Estabilidad el propio Gobierno (al describir las proyecciones 2013-2060 del gasto asociado al envejecimiento) admite que sin adopción de medidas adicionales el nivel de gasto en educación y sanidad se situaría en el 2020 en niveles muy similares a los que dice la AIReF.

NUEVAS REBAJAS FISCALES

El Programa de Estabilidad estima que, en su conjunto, el nivel de ingresos del conjunto de las administraciones será del 38,5% del PIB en el 2019 , un nivel similar al del 2015 y el 2016 (38,2%). Según la AIReF la recuperación económica lleva a un nivel de ingresos del 39,3% (unos 8.000 millones más).
El ministro de Hacienda en funciones, Cristóbal Montoro, ya ha explicado que un Ejecutivo del PP durante la próxima legislatura compensaría con rebajas fiscales cualquier evolución de los ingresos que llevara a situar estos por encima del 38,5% del PIB. En el caso del gasto no se ha explicado si se adoptarán medidas de ajuste para que el gasto no supere el 40,1% del PIB y alcance el 41% del PIB que proyecta la AIReF (unos 9.000 millones de diferencia).

SENDA DEL DÉFICIT

Como conclusión general, la AIReF considera en su informe que la senda de déficit de las administraciones públicas incluida en el documento del Gobierno es “exigente pero factible” si se instrumentan “de forma estricta” las medidas anunciadas por el Gobierno.
Se considera posible alcanzar el objetivo de déficit del 3,6% del PIB que pretende el Gobierno para el 2016, así como las metas del 2,9%, el 2,2% y el 1,6% para los tres años siguientes, hasta el 2019
Por niveles de administración, las mayores dudas se concentran en torno a las cuentas de la Seguridad Social, cuyo cumplimiento de los objetivos se considera imposible.
“Para el conjunto de las comunidades autónomas podría ser factible alcanzar en 2016 el déficit marcado del 0,7%”, afirma la AIReF en su informe. “No es así para el resto del periodo hasta 2019 porque la senda prevista para el gasto en sanidad y educación en términos de PIB presenta una reducción constante que se considera poco probable” de acuerdo a los modelos de cálculo de la AIReF.


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España .- La deuda ilegítima.



Toussain: “El 65% de la deuda pública española es ilegítima, contratada contra el interés general”

 
Por Begoña P. Ramírez
 
Los españoles se despertaron el pasado martes con otro récord histórico: los 1,095 billones de euros que deben las administraciones equivalen a la mayor deuda pública del último siglo. Por primera vez supera el 100% del PIB; es decir, el Estado debe más de lo que el país produce. Así que no puede ser más oportuna la visita de Éric Toussaint, portavoz de la red internacional del Comité para la Anulación de la Deuda del Tercer Mundo (CADTM), que este sábado viaja a Santiago de Compostela, invitado por Alternativa Galega de Esquerda, los grupos políticos que integran la coalición gallega En Marea.
Nacido en 1954 en Namur (Bélgica), Toussaint se crió en un pueblo minero y pronto empezó su activismo sindical mientras ejercía de profesor en centros públicos de Lieja. Es doctor en Ciencias Políticas y uno de los fundadores del CADTM y deATTAC (Asociación por la Tasación de las Transacciones financieras y por la Acción Ciudadana). Su último libro,Bancocracia (Icaria Editorial), describe cómo la desregulación financiera condujo a la burbuja y cómo el dinero público ha salvado a los bancos privados con la complicidad de los bancos centrales y los gobiernos. En la capital gallega, el politólogo y activista explicará por qué no es lo mismo deuda pública legal y deuda pública legítima.
PREGUNTA. En 2007 España no tenía un problema de deuda pública –sólo equivalía al 35,5% del PIB–, pero desde entonces ésta no ha dejado de crecer y ya ha superado el 100% del PIB, el nivel más alto desde 1909. ¿Qué ha ocurrido para alcanzar ese registro histórico y qué consecuencias tiene un nivel tan elevado de endeudamiento para la economía de los ciudadanos?
RESPUESTA. La explosión de la deuda es el resultado de la crisis hipotecaria y de la manera que se ha escogido para salir de la crisis, socializando las pérdidas del sector privado. Las decisiones del Gobierno de [José Luis Rodríguez] Zapatero y después la política del PP hicieron explotar la deuda pública y las políticas de austeridad tanto de Zapatero en 2010 como de Rajoy después han provocado un crecimiento económico muy bajo y reducido los ingresos fiscales, por lo que, para equilibrar el presupuesto, se ha hecho necesario aumentar la financiación vía más deuda. En fin, es la resultante de las políticas neoliberales llevadas a cabo tanto por el PSOE como por el PP.
Y tiene consecuencias muy perjudiciales para la población española, aunque la ciudadanía no se dé cuenta necesariamente de que la degradación de sus condiciones de vida tiene que ver con el tipo de manejo de la deuda pública. Pero la relación es clara. La necesidad de limitar el déficit fiscal por imposición de Bruselas y de tener superávit primario hace que los gobiernos fomenten la austeridad, lo que a su vez se traduce en menos inversiones públicas en infraestructuras, en salud pública, y en educación, también en un aumento de los impuestos…
Se trata de una política, además, que tiene aspectos contradictorios. Los gobiernos aumentan la deuda pública y, a continuación, dicen a los ciudadanos que es tan elevada que necesitan implementar políticas de austeridad, como si ellos no fueran los responsables. Intentan aplicar una narración totalmente mentirosa: culpan al gasto público del aumento de la deuda. Pero no es el gasto social el problema, sino el gasto para pagar la deuda.
P. ¿Y que debería hacerse ahora para evitar que siga desbocándose la deuda pública?
R. Una propuesta integral y coherente que incluya cuatro puntos. Primero, hacer una auditoría de la deuda para determinar la parte que es ilegítima. Y, a partir de sus resultados, tomar fuertes medidas para hacer pagar a quienes se beneficiaron de la socialización de las pérdidas bancarias. Me refiero a los bancos españoles y extranjeros, que son los mayores acreedores de la deuda pública y, al mismo tiempo, los responsables de su aumento. Ellos tienen que pagar la factura.
Segundo, hay que reorganizar el sector bancario. Hace unos días firmé con políticos, economistas e intelectuales un documento a favor de la socialización del sector financiero [¿Qué podemos hacer con los bancos? Medidas inmediatas para ir hacia la socialización de la banca, junto con Marina Albiol (IU), Miguel Urbán, (Podemos), el economista francés Michel Husson, entre otros]. Preferimos hablar de “socializar” y no de “nacionalizar”: al servicio de la sociedad y bajo el control organizado de la ciudadanía, no del Estado, a través de mecanismos locales de transparencia obligatoria de las entidades bancarias.
Tercero, otra política de impuestos que haga pagar a quienes se beneficiaron de los regalos fiscales de los últimos 15 años y que se beneficiaron de la crisis. Ellos tienen que pagar más impuestos, mientras se reducen los impuestos al consumo y la actividad de la mayoría de la población, que tiene ingresos bajos o moderados.
Y el cuarto punto debe ser una política de creación masiva de empleos, que incluya una reducción de tiempo de trabajo.
P. ¿Cómo se hace una auditoría de deuda? ¿Qué porcentaje de la deuda pública española podría ser ilegítima?
R. La deuda del Estado español antes de 2006 era muy baja y ahora alcanza niveles históricos. Para mí, la diferencia entre la deuda de 2006 y la actual es deuda ilegítima, porque fue contratada para favorecer el interés particular de una minoría privilegiada de banqueros, extranjeros y españoles. Una deuda ilegítima es la contratada contra el interés general.
La auditoría tiene que analizar por qué aumentó la deuda, quién se benefició de ese crecimiento y después sacar conclusiones. La hipótesis que acabao de hacer sobre la deuda española debe ser comprobada después a través de un proceso de auditoría organizado por la ciudadanía. Y, si llega un Gobierno que quiera realmente romper con las políticas neoliberales, tendrá que lanzar una comisión de auditoría, también con participación ciudadana, como se hizo en Ecuador a partir de 2007. Por eso, en la campaña del 26-J sería importante que los candidatos explicaran a la gente qué es una auditoría y por qué es un asunto fundamental.
P. Hace sólo unos días estuvo en España un economista australiano, Bill Mitchell, para presentar su último libro, La distopía del euro, donde defiende que los países del sur de Europa vuelvan a sus antiguas monedas. Yanis Varufakis también acaba de presentar un libro, Y los débiles sufren lo que deben, donde sostiene la opinión contraria: Grecia, también Reino Unido, deben permanecer en la zona euro. ¿Cuál es su opinión: dentro o fuera?
R. Creo que países como Portugal, España o Grecia tendrían que salir de la eurozona. Lo que debería ser el resultado de una decisión consensuada por la mayoría de la población. A diferencia de Francia, Alemania y los países del Benelux, los de la periferia padecen por su presencia en la zona euro. Al principio, a españoles, portugueses y griegos les pareció muy bien la integración pero, en realidad, los que se benefician del euro son Francia, Alemania, el Benelux… Tienen ventajas para competir en los mercados de la periferia, mientras que portugueses, españoles y griegos no están en condiciones de competir en los mercados alemán, francés o del Benelux. Y, como siendo miembro de la zona euro no es posible ganar competitividad más que bajando salarios, la lógica para los países de la periferia se reduce al recorte de salarios, lo que genera precariedad laboral.
En cualquier caso, salir del euro no es la solución, es necesario el programa integral del que hablaba antes. Porque abandonar la zona euro no es una solución milagrosa, no es una solución per sesi al mismo tiempo no hay una solución sobre la deuda, los bancos y la inversión para crear empleo.
P. ¿Y el Brexit?
R. Bueno, no creo que del referéndum salga una mayoría a favor de la salida de Gran Bretaña del euro.
P. Usted hizo la auditoría de la deuda griega y asesoró a Syriza. ¿Qué opina del viraje que ha dado Alexis Tsipras a su política económica?
R. Pues es muy claro que el Gobierno de Tsipras capituló frente a la Unión Europea. La estrategia del primer gobierno de Tsipras con Yanis Varufakis de ministro de Finanzas llevó a la capitulación. Hicieron demasiadas concesiones a la Comisión Europea y siguieron pagando la deuda: 7.000 millones de euros entre febrero y julio de 2015, sin recibir ninguna compensación financiera. Así vaciaron el tesoro público para pagar la deuda, cuando lo que deberían haber hecho es suspender el pago y obligar entonces a los acreedores a entrar en una verdadera negociación.
Para mí, en todo caso, la diferencia entre Varufakis y Tsipras es que, en un momento dado, el primero se negó a la capitulación, y eso es importante. Dimitió como ministro el 6 de julio frente a la decisión de Tsipras de llegar a un acuerdo con la UE, a pesar del 63% de rechazo a las propuestas de los acreedores europeos en el referéndum del 5 de julio. Cierto que hay una diferencia, porque Varufakis tiene la virtud de, al menos, haber roto con una lógica desastrosa, pero eso no le absuelve de responsabilidad por lo que hizo en los primeros seis meses de gobierno.
Personalmente, no apoyo el manifiesto DiEM 25. Hablé con él pero decidí no firmar porque el documento mantiene de manera deliberada la ilusión de que es posible la reforma de la Unión Europea. Para mí, en cambio, la experiencia griega demostró que no hay posibilidad de reformar la UE. Decir que la hay es crear falsas expectativas. Estoy totalmente a favor de una integración europea, pero debe ser entre pueblos, y eso pasa por un verdadero proceso constituyente en cada país para llegar a una refundación de la UE con nuevos tratados.
P. La deuda griega alcanza ya nada menos que el 180% del PIB. El FMI lleva tiempo diciendo que es “insostenible” y que los objetivos fiscales que se le exigen a Atenas son irrealizables. Sin embargo, la UE, y Alemania, parecen decididas a no perdonarles un euro. ¿Adónde conduce esa política? ¿Qué futuro es el que espera a Grecia los próximos años?
R. Estoy convencido de que va a seguir casi como un protectorado, una semicolonia de las grandes potencias europeas. Ya no tiene soberanía para elaborar su política fiscal, continúa pagando la deuda y cada nuevo desembolso a los acreedores está condicionado a nuevas medidas de austeridad. Por ejemplo, la última reforma de la jubilación deja la pensión mínima en 384 euros al mes, un ingreso por debajo la línea de pobreza absoluta.
P. Usted también asesoró al Gobierno venelozano cuando aún estaba Hugo Chávez en el poder. Las carencias de la población en el país son muy alarmantes. ¿Qué le parecen las últimas medidas adoptadas por Nicolás Maduro?
R. Estoy muy preocupado por Venezuela, que también se enfrenta a una crisis de deuda, aunque se trata primero de una crisis política. Por supuesto, la narrativa de periódicos como El País oEl Mundo en España trastorna totalmente la realidad. Presentan aLeopoldo López como un caballo blanco de la defensa de las libertades democráticas, cuando es un personaje siniestro que apoyó provocaciones e incluso medidas contra el movimiento popular. Yo lo sitúo en el sector golpista duro de Venezuela.
Al mismo tiempo, soy muy crítico respecto a la política económica del chavismo, después de la muerte de Hugo Chávez hubo una deriva funesta. Pero sin equivocarse: creo que es una ilusión pensar que la oposición mayoritaria en la Asamblea Nacional representa una alternativa democrática y favorable al pueblo. Para nada lo es.
P. Explíqueme esa “deriva funesta” que critica en el Gobierno de Maduro.
R. En Venezuela hay una fuga de capitales inmensa. La sociedad venezolana sigue siendo capitalista, no es un país donde el sector público sea hegemónico. Grandes empresas capitalistas, tanto en el sector agroalimentario como en el industrial y financiero, organizan una fuga masiva de capitales que deja sin divisas al Estado y genera ahora grandes dificultades de financiación con el barril de petróleo a 50 dólares, también problemas de abastecimiento en los supermercados y las farmacias que afectan al nivel de vida de la población. Creo que el Gobierno debería haber tomado medidas contundentes para combatir la fuga de capitales y para que se invierta la riqueza producida en Venezuela en favor de los venezolanos. También debería haber diversificado la economía para reducir su dependencia del petróleo. Además, es necesario transparentar las cuentas de la nación. Lo que significaría auditar la deuda pública de Venezuela en relación con este escándalo de la fuga de capitales.
http://www.infolibre.es/noticias/economia/2016/05/21/eric_toussaint_deuda_publica_espanola_ilegitima_fue_contratada_contra_interes_general_50045_1011.html?utm_source=facebook.com&utm_medium=smmshare&utm_campaign=noticias

lunes, 16 de mayo de 2016

El mito de la libertad de información.

Sobre la libertad de información y otros mitos



Un importante grupo informativo prohíbe a sus periodistas asistir a los programas de televisión de una conocida cadena y, además, despide a otro periodista de una radio que pertenece a dicho grupo, por informar que familiares del consejero delegado de ese grupo aparecían en los “papeles de Panamá”, a lo que se había referido también la cadena de televisión… Hechos como estos hacen recordar una realidad tan evidente como inexplicable, pero recurrentemente, olvidada: todos los medios de comunicación tienen dueño, con excepción de los medios de propiedad pública, cuyo «dueño» es el partido de turno en el poder. Son empresas y funcionan como empresas, es decir, no tienen una función social –aunque la cumplen–, sino que deben generar beneficios a sus dueños y servir a los intereses de esos mismos dueños o de quienes representan esos dueños. Mantienen la idea –muchas veces la ficción- de que existe libertad de expresión, pero es la libertad de expresión de los dueños de los medios de comunicación (y de sus socios, cómplices, accionistas o contratantes de publicidad), no la libertad de expresión del ciudadano común, que rara vez tiene acceso a ellos. Los periodistas son empleados que deben cumplir las órdenes de los dueños del medio de comunicación que les contrata y paga, sean de radio, prensa, televisión, agencias noticiosas o de cualquier otro formato en la plataforma que sea. Como personas que reciben un salario, tienen la obligación de ajustarse a la política de la empresa, a riesgo de ser despedidos. Cuando se lee una noticia o un comentario, debe recordarse el verso de Bertolt Brecht en la Ópera de los cuatro cuartos: «Mackie, ¿quién paga la cuenta?». Sólo es posible entender el modelo de prensa existente en un país si se conoce quiénes son los dueños de los medios de comunicación y a qué intereses responden.
El control de los medios de comunicación es una cuestión estratégica en toda sociedad, pues a través de estos medios se puede manipular el pensamiento de una mayoría social y «crear» ideologías. La manipulación informativa, a través de los medios de comunicación, ha sido copiosamente estudiada. Noam Chomsky, en su obra Ilusiones necesarias. Control de pensamiento en las sociedades democráticas, realizó un pormenorizado estudio de la manipulación informativa de hechos en los medios de comunicación de EEUU, demostrando que esos medios informativos, en realidad, no informaban, sino que elaboraban las noticias de forma que sostuvieran la posición del gobierno de EEUU o de las grandes corporaciones que controlan el poder real en ese país. «En resumen –expresa Chomsky–, los principales medios de comunicación […] son grandes empresas que “venden” públicos privilegiados a otras empresas. No podría constituir una sorpresa el hecho de que la imagen del mundo que presentan reflejara las perspectivas y los intereses de los vendedores, de los compradores y del producto».
Los directivos de los medios de comunicación, sigue diciendo Chomsky, «pertenecen a las mismas elites privilegiadas» y es «poco probable que los periodistas que penetran en el sistema se abran camino salvo si se pliegan a estas presiones ideológicas». Esta realidad ya la había descrito Carlos Marx en La ideología alemana, obra en la que afirmaba: «Las ideas de la clase dominante son las ideas dominantes de cada época; o dicho de otro modo, la clase que ejerce el poder material dominante en la sociedad es, al mismo tiempo, su poder espiritual dominante». Para poder ejercer ese «poder espiritual», las clases dominantes necesitan controlar los medios de comunicación de masas, control que, hoy, está alcanzando cotas inimaginables.
Dado su carácter estratégico, las clases dominantes han puesto históricamente gran empeño en controlar la información, de forma que exista libertad de expresión, pero que sea «su» libertad de expresión. O una libertad de expresión dentro de un orden, que jamás cuestione las estructuras de dominio económico y político que defienden. Dicho de otra manera, que exista una apariencia de libertad de expresión, no una libertad de expresión real y accesible a todos los ciudadanos. Este interés por controlar, manejar y dirigir la información ha llevado a la creación de grandes conglomerados de medios informativos, un proceso que es paralelo al de concentración de la riqueza en pocas manos. Puede, incluso, hacerse una ecuación: a mayor concentración de poder en grupos minoritarios, mayor concentración de medios de comunicación controlados, directa e indirectamente, por esos grupos minoritarios.
El conocido diario estadounidense The Washington Post fue adquirido en 2013 por el dueño de Amazon, Jeffrey P. Bezos. El principal accionista de The New York Times, propiedad de la familia Ochs Sulzberger, es el multimillonario mexicano Carlos Slim, con el 19% de las acciones. La empresa es dueña de otras 40 publicaciones, entre ellas International Herald Tribune y The Boston Globe. El Grupo Time Warner de EEUU es dueño de CNN, una de las mayores cadenas de televisión del mundo, que transmite en inglés y en español (CÑN). Es, además, dueña de Chilevisión y CNN Chile, de las revistas Time, Sports Ilustrated, People, Fortune, Money Magazine y del Grupo Expansión, de México, dueño, a su vez, de nueve revistas. El conglomerado alemán Bertelsmann posee 52 canales de televisión y 29 emisoras de radio y «[c]ada día los lectores de Gruner+Jahr tienen la opción de escoger entre 500 revistas en distintos medios en más de 30 países». El Grupo Bertelsmann España es dueño, a través de Atresmedia, de Antena Tres, La Sexta y Onda Cero, en el campo audiovisual y posee doce revistas, entre ellas Muy Interesante, Geo y Autopista, así como las editoriales Alfaguara y Taurus. RCS Mediagroup, conglomerado empresarial italiano, posee los diarios Corriere della Sera, La Gazzetta dello Sport y Corriere Economia –entre otros– en Italia y es dueño de El Mundo, Marca y Expansión en España. En total, un centenar de medios de comunicación. E l Grupo El Comercio, en Perú, controla el 78% de la prensa. “Si se produce una concentración de medios como se está produciendo en el Perú, y esos medios tienen además una línea política muy clara, entonces allí hay una amenaza potencial muy grande contra la democracia”, advirtió Mario Vargas Llosa, a quien nadie puede acusar de comunista. En Brasil, el Grupo Globo controla el 45,2% de la audiencia televisiva y el 73,5% de publicidad, además de poseer 38 canales de pago. Globo ha encabezado la campaña para derribar a la presidenta Dilma Roussef.
Un dato común une a los dueños de conglomerados de medios de comunicación, sean de la nacionalidad que sean: son todos familias o grupos multimillonarios, que comparten el propósito común de defender el sistema económico que les ha permitido alcanzar la condición de multimillonarios. Comparten una ideología común, ideología que sostienen y defienden desde sus medios de comunicación. De esa guisa, sus líneas informativas tienden a preservar el establishment y a desinformar, por una parte, y atacar, por otra, a los gobiernos, grupos, asociaciones, partidos, etc., que promueven ideas progresistas o de izquierda que atacan los fundamentos del sistema. Por esa vía se llega a otro aspecto, no menos medular, pues afecta el corazón de la libertad de expresión: si una vasta mayoría de medios de comunicación defiende el mismo sistema, el pluralismo desaparece. La sociedad se ve saturada de noticias con el mismo o similar contenido o ideología, de forma que se produce una ficción de libertad, negada por el hecho de que esa vasta mayoría de medios coincide en los mismos presupuestos ideológicos. El control pasa desde escoger qué tipos de programas se difunden, hasta seleccionar qué tertulianos o «expertos» son invitados a «impartir su sabiduría». Estamos, así, ante el engaño perfecto y EEUU es el modelo a seguir. Noam Chomsky es una celebridad internacional, pero ninguno de los grandes medios informativos estadounidenses suelen abrirle sus espacios. Chomsky puede decir lo que quiera, pero sus mensajes quedan depositados en los rincones, de forma que la gran mayoría de ciudadanos se ve condenada a escuchar la misma «música», un día sí y otro también. Como ha indicado un informe de la Organización de Estados Americanos,
“uno de los requisitos fundamentales de la libertad de expresión es la necesidad de que exista una amplia pluralidad en la información y opiniones disponibles al público... Cuando las fuentes de información están seriamente reducidas en su cantidad, como es el caso de los oligopolios… se limita la posibilidad de que la información que se difunda cuente con los beneficios de ser confrontada con información procedente de otros sectores limitando, de hecho, el derecho de información de toda la sociedad.”
Las limitaciones a la libertad de expresión no provienen únicamente de la concentración de los medios de comunicación en pocas manos y en que esas manos defiendan un sistema monocolor, sino también de la dependencia de estos medios de los anunciantes. Es de público conocimiento que los medios masivos de comunicación dependen, fundamentalmente, de la cantidad de anunciantes que puedan captar. El círculo se cierra comprendiendo que, en cada país, los mayores anunciantes suelen ser las grandes empresas y el Estado. Las clases dominantes no necesitan cerrar con violencia o con decisiones judiciales un medio de comunicación discrepante. Les basta con negarles cualquier tipo de publicidad para que mueran solos. En España no hay un solo diario de izquierda o progresista en formato de papel. Ese espectro informativo, como el televisivo, lo copan casi enteramente las fuerzas conservadoras.
Afortunadamente, Internet ha abierto espacios de difusión de ideas que han permitido prosperar y proliferar a miles de diarios, revistas y canales informativos discrepantes, que han roto, puede que para siempre, el monopolio ejercido sobre la información por las clases dominantes. Hoy es posible informarse ampliamente sin depender de los medios de comunicación masivos, aunque éstos sigan ejerciendo una presión insoportable sobre amplias capas de las sociedades.
Como puede colegirse, es fácil hablar de libertad de expresión y difícil que tal derecho sea debidamente respetado o sea puesto efectivamente en práctica. También es fácil confundir la libertad de expresión con el hecho de subirse a un banco, en Hyde Park, en Londres, y desahogarse sobre uno o varios temas que gusten o disgusten. La libertad de expresión es eso, pero es muchísimo más que eso. Desde muy antiguo, el control de la información ha sido considerado una cuestión esencial por los grupos en el poder, pues controlar la información es controlar las mentes y quien controla las mentes no necesita de ejércitos. Necesita tertulianos. Pero, como ha expresado la Corte Interamericana de Derechos Humanos, «una sociedad que no está bien informada no es plenamente libre». En esas desinformaciones vivimos y en la manipulación nos ahogan.


Augusto Zamora R., Profesor de Relaciones Internacionales, autor de Política y geopolítica para Rebeldes, Irreverentes y Escépticos, Colección Foca, Ediciones Akal, de próxima aparición.

domingo, 15 de mayo de 2016

Brasil .- Las oligarquías ocupan el mando.



El partido de las oligarquías toma las riendas de Brasil.

AGNESE MARRA
   El Público.
SAO PAULO (BRASIL).- Todo tipo de bromas se utilizan para definir al Partido Democrático del Pueblo Brasileño (PMDB), la nueva sigla que gobierna el país tras la destitución temporal (el veredicto del juicio político no se conocerá hasta dentro de 180 días) de la presidenta Dilma Rousseff. Una de las que más circuló estos meses por internet comparaba al partido con el padre que pone a cada uno de sus hijos en una fila del supermercado para unirse al que llegue antes a la caja.

Desde 1994, tras la derrota del pemedebista Orestes Quércia, el PMDB no presenta ningún candidato a la presidencia. Mantienen sus feudos regionales, gobiernan en estados tan poderosos como Rio de Janeiro (el segundo mayor PIB de Brasil) y se alimenta de relaciones clientelares típicas del coronelismo brasileño (caudillismo) vivo hasta el día de hoy.

El PMDB es un partido definido como fisiológico, interesado en acumular cargos de poder para mantener sus redes de negocios a través de intercambio de favores. No tienen un programa ideológico definido. Tampoco les interesa. Funcionan como un partido bisagra que se acerca al que manda en cada momento. Han formado parte de los gobiernos de todos los presidentes desde la redemocratización del país, pero paradójicamente fue el Partido de los Trabajadores (PT) quien les dio mayor cabida.


En el Congreso se mueven como pez en el agua. Desde hace 15 años su número de sillas en la Cámara y en el Senado han ido en aumento, hasta que el pasado 2014 desbancaron al PT con una mayoría mucho más holgada que en otras ocasiones. La gobernabilidad dependía de ellos y por ello Lula y Dilma justifican sus alianzas, las mismas que hoy han hecho que Rousseff sea destituida, y que el PT esté más frágil que nunca, abandonado por una izquierda que no le perdona los socios con los que se juntó, ni las promesas que quedaron en el tintero.

Michel Temer es para muchos el alma del PMDB. Un tipo frío, sibilino, anodino, que apenas cambia el gesto y que no suele decir lo que piensa. Aseguran que ni siquiera es seguidor de algún equipo de fútbol, un hecho que en Brasil se entiende como algo poco menos que sospechoso. Al contrario que Dilma Rousseff, dicen que su mayor habilidad es la de escuchar y negociar con sus colegas. Por algo ha sido presidente del congreso en dos ocasiones, diputado federal hasta en seis legislaturas y presidente de su partido desde 2001.

A sus 76 años ha alcanzado la presidencia de la República a través de una de las acciones más polémicas desde la redemocratización del país: un juicio político a la presidenta Rousseff sin bases jurídicas claras para impugnarla. Quién sabe si su dominio de las leyes le ha ayudado en esta jugada, pero este abogado, especialista en derecho constitucional y que en sus ratos libros escribe poesía, apareció el pasado jueves en el Palacio de Gobierno de Brasilia con sus 23 ministros al lado y se presentó ante Brasil como el nuevo presidente.
Las oligarquías ocupan el mando

Hombres blancos, de mediana edad, ricos y extremamente conservadores son el nuevo equipo del Gobierno Temer. Un gabinete de ministros marcado por graves ausencias. Las redes sociales y los grandes medios del país las denunciaron rápidamente. Por primera vez desde la dictadura no hay una sola mujer que ocupe un cargo ministerial. A pesar de ser el 54% de la población del país, los negros tampoco tienen espacio en este Ejecutivo.

El recién estrenado equipo representa mejor que nadie los intereses de las élites, y al menos diez de ellos ya ocuparon carteras en los mandatos de Lula y Dilma. Entre los 23 ministros se encuentra el conocido rey de la Soja, Blairo Maggi (PMDB), el segundo político más rico de Brasil según la revista Forbes, con una fortuna declarada que asciende a 34 millones de euros. Maggi se encargará del ministerio de Agricultura, que probablemente se unirá (todavía está por confirmar) al de Desarrollo Agrario, destinado entre otras cosas a la reforma agraria. No hay esperanzas de que el nuevo ministro se preocupe por repartir tierra, ya que su especialidad siempre ha sido acumularla. Un total de 225.000 hectáreas (declaradas) con plantaciones de maíz, soja y algodón, forman parte de su fortuna. En 2005 recibió el premio de Greenpeace Motosierra de oro por ser uno de los campeones de deforestación de la selva amazónica, un tema que no le preocupa mucho: “Para mí no significa nada que la deforestación aumente un 40%. No tengo ninguna culpa por lo que estamos haciendo aquí”, dijo en la época.

Maggi no es el único dueño de tierras dentro del nuevo Ejecutivo, aunque sus haciendas no están siempre a nombre de ellos, sino al de alguno de sus familiares directos o de empresas. El periodista Alceu Castilho, autor del libro Partido da Terra (que analiza cómo los políticos brasileños se han adueñado de territorios para sus negocios), señala el ejemplo de Leonardo Picciani, nuevo ministro de Deportes, cuyas tierras están a nombre de la empresa Agrobilara, por la tanto no registradas en la Justicia Electoral. Sin embargo, las de su padre, el también político Jorge Picciani, suman un total 9.974 hectáreas, destinadas en su mayoría a la ganadería. Y es que en el nuevo gabinete las oligarquías familiares son importantes. Helder Barbalho (Integración Nacional), Fernando Coelho (Minas y Energía), Mendonça Filho (Educación), Sarney Filho (Medio Ambiente) o Henrique Eduardo Alves (Turismo) pertenecen a algunas de las familias más ricas del Nordeste del país. Estos clanes a su vez son dueños de diversos medios de comunicación regionales, al menos un tercio de los 23 ministros tienen televisiones y radios entre sus negocios, fenómeno conocido como “coronelismo electrónico”.
Una manifestante contra Temer en Sao Paulo. REUTERS/Nacho Doce

Una manifestante contra Temer en Sao Paulo. REUTERS/Nacho Doce

El conservadurismo es otra de las características del Ejecutivo interino. Michel Temer, que ha eliminado diez ministerios para recortar gastos (el de Cultura es el que ha causado más polémica), ha decidido resucitar una cartera que había sido eliminada por Rousseff, el Gabinete de Seguridad Institucional, que viene desde la dictadura, y que va a ocupar el militar Sérgio Etchegoyen, hijo de uno de los torturadores más conocidos del régimen militar, Léo Etchegoyen, y conocido detractor de la Comisión de la Verdad que se hizo durante el Gobierno Dilma. La cartera de Derechos Humanos (también comprendía Igualdad Racial y Mujer) ha desaparecido de un plumazo para fusionarse con Justicia, dirigida por Alexandre Moraes, otro de los ministros más polémicos del nuevo Gobierno. Moraes, que era Secretario de Seguridad en el estado de Sao Paulo, se hizo famoso por el recrudecimiento de la violencia policial durante su mandato, acusado de orquestar ataques indiscriminados contra estudiantes que hacían huelga en sus institutos. Nada más asumir el cargo aseguró que iba a ser “muy duro” con las manifestaciones que apoyaran a Dilma porque “estaban llenas de guerrilleros”. Moraes, además, tiene en su currículo haber sido abogado del PCC (Primer Comando de la Capital), la mayor mafia del narcotráfico de Sao Paulo, así como por haber defendido al expresidente de la Cámara, Edurado Cunha, reconocido corrupto.

Justamente en cuestión de corrupción, el equipo Temer anda sobrado. Al menos un tercio de sus ministros están siendo juzgados por diversos casos de desvío y lavado de dinero o fraude electoral, y tres de ellos están acusados por la operación Lava Jato, que investiga los desvíos millonarios de la estatal Petrobras. Al ser nombrados ministros han obtenido el foro privilegiado que les permite que les investigue el Tribunal Superior Federal (STF), que suele ser un tanto más lento que la justicia ordinaria, y también más politizado.
“Desconectado de la sociedad”

El nuevo ministro de Economía y Hacienda, Henrique Meirelles, niño bonito de los mercados financieros y expresidente del Banco Central en los dos gobiernos de Lula, no tardó en anunciar “drásticos recortes”. El ministro de Sanidad, Ricardo Barros, aseguró que “no habrá recursos” para la Farmacia Popular (que ofrece medicaciones gratuitas para las enfermedades más habituales) y alertó de que en el mes de agosto tampoco habrá dinero para pagar al Samur.

La periodista de El País Brasil Flávia Marreiro cuestionaba el discurso “pacificador” con el que se presentó el nuevo presidente: “¿Con quién exactamente Temer 'el conciliador' quiere hacer acuerdos?”. Marreiro se refería a la falta de diversidad del gabinete elegido, donde además de no haber mujeres tampoco se responde a las expectativas de la sociedad de luchar contra la corrupción, o de mejorar la calidad de la Sanidad y de la Educación, peticiones fundamentales durante las manifestaciones de junio de 2013 y que todavía se escuchaban en las concentraciones a favor y en contra de Dilma: “La elección de sus ministros choca con los deseos mínimamente consensuados por la sociedad brasileña. (…)Temer parece estar desconectado de Brasil 2016”, aseguraba la periodista en un reciente artículo.

Cabe preguntarse si Temer alguna vez estuvo conectado. Un político que apenas tiene el apoyo del 2% de la sociedad, que no ha ganado nunca unas elecciones directas y que lo que pesa en su currículo es su gran habilidad negociadora entre sus iguales. Las calles han empezado a reaccionar ante las primeras decisiones de su Ejecutivo y todavía hay parte de la población que quiere luchar para evitar que se mantenga en el poder hasta 2018. La gobernabilidad en el Congreso la tiene asegurada, pero dentro de la sociedad lo único que tiene garantizado es que las movilizaciones contra su gobierno ya se han puesto en marcha.
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  Y ver ...El presidente interino de Brasil, Michel Temer, fue informante de la inteligencia de EEUU, según informa Wikileaks.Resulta igualmente revelador que la embajadora de Estados Unidos en Brasilia desde 2013, Liliana Ayalde, fue la misma que dirigió la misión diplomática norteamericana en Asunción, Paraguay, hasta unos meses antes del golpe parlamentario sobre el expresidente Fernando Lugo el 22 de junio de 2012.

Ricardo Barros designado por el presidente interino Michel Temer fue condenado por el Tribunal de Justicia estadual por fraude en la venta de colectores y compactadores de basura.

El nuevo ministro brasileño de Salud, Ricardo Barros, enfrenta investigaciones por corrupción, malversación y delitos contra la Ley de Licitaciones, denuncia la Red Brasil Actual.

La lista de 23 ministros de Temer incluye tres políticos contra los que ya existen investigaciones en la corte suprema por su supuesta participación en los desvíos en la petrolera estatal y otros seis que han sido citados por los delatores del escándalo.

Los investigados son los ministros de Turismo, Henrique Alves; Secretaría de Gobierno, Geddel Vieira Lima, y Planificación, Romero Jucá.

En el Gabinete hay otros seis ministros que han sido citados por los delatores que colaboran con la investigación a cambio de reducciones en sus condenas.

Son los ministros de la Presidencia, Eliseu Padilha; Defensa, Raúl Jungmann, Relaciones Exteriores; José Serra; Salud, Ricardo Barros; Educación y Cultura, Mendonça Filho, y Ciudades, Bruno Araújo.

El propio Temer fue citado en una delación, pero la Fiscalía hasta ahora no ha solicitado autorización para investigarlo.
Wikileaks: El sustituto de Rousseff al frente de Brasil fue informante de EEUU

El 15M .-Como ruptura cultural .



 



El 15M como movimiento desobediente.


La negación del orden establecido.



 Diagonal.


La manifestación del 15 de mayo de 2011 fue un primer gran evento en el que la gente descubrió que eran muchos en su afirmación de hastío frente a la clase política y su operancia ante crisis. Sin embargo, poca duda cabe de que el gran acto de fuerza que condujo a que el 15M alcanzase la relevancia política que hoy le reconocemos fue un acto de desobediencia: la ocupación de las plazas.
 Esta acción, en primer lugar, supuso un desafío al orden policial del espacio y a su gestión por poderes públicos y privados. Posteriormente, la masa ignoró descaradamente e impunemente la muy liberal prohibición de manifestarse en la jornada de reflexión electoral, desplazando la deliberación desde la elección entre un número de papeletas al cuestionamiento de la propia capacidad de los políticos profesionales para representar a la gente.
 La permanencia tras el 22 de mayo desbarató todos los pronósticos y expresó el alcance de la crítica del 15M, que no se limitaba a un partido ni a la labor de un gobierno concreto, sino que parecía entonces dirigirse a la raíz del sistema político, cuestionando el carácter real de la democracia, donde el antagonismo político había ido dejando paso a una gestión post-política del Estado.
En su primer año de vida, la desobediencia se convirtió casi en seña de identidad del activismo impulsado a partir del 15M. Tras la disolución de las acampadas, proliferaron las tomas de edificios e instalaciones abandonadas, para su transformación en centros sociales o en vivienda, y no solo en Madrid y Barcelona, también en Cádiz, Sevilla o Zaragoza.
 Al mismo tiempo, se multiplicaron las resistencias contra desahucios, organizadas desde la PAH, desde las plataformas locales contra los desahucios o desde las asambleas del 15M. En pueblos y ciudades la gente colapsaba la calle, se encadenaba a las puertas y se tiraba al suelo para evitar que la policía antidisturbios expulsase familias de sus casas. Mención a parte merece el uso táctico de internet. Podríamos hablar de una toma de las redes sociales y otros instrumentos del espacio virtual, que pasaron a ser foros de debate e instrumentos de convocatoria y organización indispensables.
La respuesta del Estado fue la única posible hacia aquellos que lo niegan: la represión. La resistencia a los desalojos o las ocupaciones de edificios fueron contestadas con una fuerte represión policial y penal en el medio plazo, a pesar de muchas pequeñas batallas que se ganaron.
 En lugar de realizar concesiones el gobierno optó por profundizar el régimen represivo con una nueva Ley de Seguridad Ciudadana. Esta cerrazón, incluso a las demandas más moderadas de los movimientos, está vinculada al propio marco del que emergen las actuales instituciones del Estado: la Transición. Este momento político excepcional, en el que el orden social constituido pudo ser cuestionado y abierto a múltiples posibilidades, se solucionó precisamente con una ruptura radical entre la política de la calle y la vida cotidiana y la política profesional de las instituciones del Estado.
 La protesta y el descontento fueron canalizados a través de iniciativas políticas progresivamente profesionalizadas y ubicadas en una esfera independiente de la sociedad a la que supuestamente representaban. En ese sentido, la fractura entre la política institucional y las masas que se vivió en 2011 se fraguó treinta años atrás.
El impasse al que llegó la protesta y la movilización socio-política a partir de 2012 puede ser explicado por la acción de la represión, pero solo en combinación con las limitaciones propias del movimiento. La realidad es que, ante la falta de avances y logros consistentes, los niveles de confrontación se hicieron poco sostenibles en el tiempo.
 La incapacidad para articular estructuras estables y para desarrollar una agenda política propia, favoreció un progresivo declive de la intensidad de la protesta. El elemento más potente en el 15m fue su orientación desobediente, su negación del orden establecido y, si bien superó ampliamente la posición de resistencia y la marginalidad del activismo radical anterior, la vertiente más constructiva y propositiva del 15m se encontró con fuertes e inevitables limitaciones, conduciendo al movimiento a una ubicación en el campo político puramente oposicional.

 
 Cronología del 15M




  y ver ...


  y

https://www.diagonalperiodico.net/global/30347-dormiamos-despertamos.html



  Y más , ver el periódico Diagonal. 


 

viernes, 13 de mayo de 2016

Ni ejecutores ni víctimas

Contra la violencia. Ni ejecutores ni víctimas

El filósofo iraní Ramin Jahanbegloo expone la necesidad de aparcar los deseos de venganza en favor del perdón, ese proceso de la educación moral de la humanidad

 
   Ahora  Semanal.
Los recientes ataques terroristas en París y Bruselas ya han suscitado muchas preguntas sobre el lugar de la venganza y los modos de contraatacar en nuestro mundo. Nuestro siglo ha estado caracterizado, no sin razón, como un siglo vengativo. No podemos captar la esencia de la violencia en el mundo contemporáneo sin reconocer que la venganza y el resentimiento aún son capaces de causar crueldades innombrables. El mundo actual no enfrenta problema más importante que el caracterizado por la idea de no violencia. Con todo, en el momento en que empezamos a pensar y cuestionar la naturaleza de este problema y su respuesta, empezamos a darnos cuenta de lo difícil que es encararlo, tanto filosófica como políticamente. Filósofos, escritores y reformistas se han pasado siglos explorando la verdadera naturaleza de la venganza y el resentimiento y la posibilidad de que el perdón sea la respuesta adecuada. Por desgracia, la humanidad no ha dejado de ser vengativa en sus pensamientos y acciones. Es cualquier cosa menos una novedad reconocer que el odio engendra odio y que la acción vengativa viola nuestras nociones fundamentales del bien y del mal. En 1773, Samuel Johnson escribió: “La venganza es un acto de la pasión, el desquite es justicia”. Estas palabras del famoso ensayista, moralista y lexicógrafo británico parecen ahora darse por sentadas, y la venganza y el desquite se ven como formas honorables de violencia para eliminar el deshonor infligido a la religión o la nación de uno.
Perdón y venganza
Así las cosas, el nivel de violencia de nuestro mundo presente obliga a hacerse preguntas sobre los valores comunes que mantienen unida nuestra civilización. La violencia es frecuentemente el resultado de una pasión humana por desquitarse, pero también de una curiosa percepción de lo que Francis Bacon llamó “justicia salvaje”, que se supone que debe borrar la deshonra sentida por el yo, la familia, la tribu o la nación. Si esa “justicia salvaje” se da por sentada, como es el caso en nuestro siglo, es la perfecta expresión del intercambio de mal por mal. Comprender la violencia en el mundo contemporáneo significa no solo comprender el mal sino también arrojar luz sobre la dialéctica de víctimas y ejecutores. Cuanto más nos acerquemos al mal en respuesta al mal, más se convertirá nuestra vida cotidiana, individual o colectiva, en la vida de un ejecutor, que o bien responde a la emoción personal del odio y la venganza o bien sigue una orden en nombre de una autoridad superior y legítima. Así, una víctima vengativa es un ejecutor que se niega a entender al otro y se percibe solamente como una víctima de la violencia. El dolor de la víctima con frecuencia se convierte en ira y venganza y los conceptos de bien y mal, justo e injusto, se abandonan. Pero un nuevo ciclo de violencia no es necesariamente el resultado de sufrimientos pasados. Se han producido profundos cambios en la historia humana, particularmente aquellos que nos han sacado del ciclo de la violencia. Cuando se piensa sobre el fin de la violencia, no es suficiente considerar la dialéctica de víctimas y ejecutores, por importante que sea. Se debe mirar más allá de la ontología de la violencia, incluyendo sus dimensiones colectivas, y tratar de devolver vida a un sistema roto. Hace falta mucha fortaleza ética y sabiduría política para ser capaz de no olvidar el mal pero perdonar a quienes lo cometen.
El resentimiento político aparece cuando lo público es despojado de sus fundamentos éticos
¿Pero cómo puede un individuo o una nación reconocer la barbarie de una acción y llamar a trascender moralmente un acontecimiento trágico? Aquí, el fin de la violencia significa el fin del espíritu de venganza y desquite. También significa proteger a las víctimas de una sensación de miedo que puede convertir sus heridas históricas en armas políticas de tiranía. Como se ve a lo largo de la historia humana, la venganza es siempre una forma de castigo o represalia. Por decirlo simplemente, la venganza es como arañar a un gato porque el gato te ha arañado. Es una moralidad de ojo por ojo que multiplica la violencia en lugar de restaurar la justicia y la legitimidad. Es una forma negativa de reciprocidad marcada por el rechazo y la destrucción del otro. El perdón, en tanto que opuesto a la venganza, es un noble sentimiento de mutualidad acompañado por una noción de empatía y compasión. Se caracteriza por una serie de cambios que tienen lugar en un individuo o una nación afrentados por otra persona u otra nación. Es la llamada del corazón, especialmente en su relación con la otredad. El perdón es con frecuencia una elección o acto político de carácter individual que consiste en abandonar la venganza y el resentimiento y sustituirlos por la reconciliación y la tolerancia. Se cita con frecuencia a Oscar Wilde: “Perdona siempre a tus enemigos; nada les irrita tanto”. El perdón es redescubrir una dimensión humana del intercambio y la armonía que suma para el futuro sin cambiar el pasado.

Aprendemos de la historia que la humanidad nunca puede mirar hacia el futuro si el pasado no está en manos del perdón. Si la humanidad pretende ganar la carrera por medio del perdón, debe seguir luchando contra su propia invención maligna: la venganza. La historia demuestra que ni los vengativos ni los fanáticos pueden traernos la paz y la no violencia. En lugar de eso, nos traen, a nosotros y al mundo, mezquindad; abandonan el legado de perdón y responsabilidad. El emblema de responsabilidad de nuestro mundo es la disposición a buscar el camino del perdón, un camino difícil. Pero el objetivo del perdón, hoy y mañana, debe dar forma a nuestras obligaciones e inspirar nuestros objetivos. Con frecuencia se dice que Cicerón nos advirtió: “Nada es tan digno de alabanza, nada muestra tan claramente un alma grande y noble, como la clemencia y la disposición a perdonar”.

A diferencia de lo que puedan pensar muchos en Europa y Estados Unidos, no hay salida al terrorismo si se le responde con la demonización y la humillación. La demonización se alimenta del miedo y el odio. Y cuando la demonización se vuelve aceptable, como parte del discurso público mayoritario, crea un clima que es propicio a la violencia. ¿Por qué los individuos o las naciones se demonizan? Porque se temen. Y, como dijo Martin Luther King Jr., “se temen porque no se conocen, no se conocen porque no se comunican”. No es una sorpresa que la lucha de King contra la segregación en la sociedad estadounidense fuera de la mano con un énfasis sobre el amor y la superación del miedo. La concepción de King de una sociedad reconciliada no parece dejar espacio para un bien individual que puede oponerse al bien común. En otras palabras, el yo no puede ignorar de veras a los demás en el seno de su comunidad. Esta idea se basa sobre todo en el hecho de que el reconocimiento mutuo y la reconciliación encarnan no solo una idea de inclusión sino también de dependencia mutua entre los miembros de la comunidad. Es interesante señalar que la noción de inclusividad de King es un imperativo intercultural en lugar de una sensación monocultural de pertenencia. King afirmó: “Todos los hombres son interdependientes. Todas las naciones son herederas de un vasto tesoro de ideas y trabajo al que han contribuido tanto los vivos como los muertos de todas las naciones”.
El individuo y la masa
El resentimiento político cobra ser por razones específicas. Lejos de ser producto de oscuras fuerzas satánicas, aparece cuando y donde el reino público es despojado de sus fundamentos éticos. Por lo tanto, debemos enfrentarnos a la política de la venganza donde más importa: en las masas. Para algunos ha quedado claro que existe una fina línea entre las masas y la violencia, quizá porque las masas, una vez cobran consciencia de sí mismas, afirman saber dónde están el bien y el mal. Y siempre es en el nombre del bien y el mal y lo correcto y lo incorrecto como las masas de todo el mundo son capaces de hacer correr la sangre. Según afirma Gustave Le Bon en La psicología de las masas (1895), “las masas son algo así como la esfinge de la fábula antigua: es necesario llegar a una solución de los problemas ofrecidos por su psicología o resignarnos a ser devorados por ella”. Tenemos que tener consciencia del modelo de política que se basa en los números de las masas y no necesariamente en la inteligencia de los individuos. La mayoría de las grandes tragedias y crueldades políticas ha sido resultado de la dominación de los números sobre el espíritu. Kierkegaard, el filósofo danés, opone la manera “dialógica” de ser a lo que llama el modo de existencia “numérico”. Para él, el individuo siempre está contra la masa. “La masa es incierta”, proclama Kierkegaard en la dedicatoria a Ese individuo, porque la masa destruye la capacidad del individuo de tomar decisiones y la hace completamente irresponsable.

La idea de venganza atrae a una masa entusiasta. En muchos países hay interés por las ejecuciones públicas. Estas, las acciones sociales más crueles, inhumanas y degradantes, perpetúan la cultura de aceptación de la violencia. Es decir, la pena de muerte es una forma legal de banalizar la violencia por medio de un acto de venganza. Es derramar la sangre de un malhechor por su efecto disuasivo sobre futuros malhechores. La pena de muerte no es la justicia de los rectos sino la venganza de la barbarie contra la civilización.

En este contexto, la psicología de masas puede ser considerada el principal generador de hostilidad y violencia política. Hay muchos ejemplos de psicología de masas en la era moderna y contemporánea. La bárbara historia de linchamiento de masas en EE.UU. es la historia de venganza y en ocasiones desquite cometida fuera de los cauces debidos por una masa frenética. La palabra linchamiento procede del nombre de Charles Lynch, un terrateniente de Virginia de finales del siglo XVIII que con frecuencia celebraba juicios ilegales en su propiedad y daba latigazos al acusado. Con el tiempo, el linchamiento sirvió para referirse a todas las formas de vigilantismo ciudadano violento. La masa no solo no presenciaba el acto sino que actuaba como juez y como perpetrador de la violencia. Las víctimas, normalmente negros, eran apaleados, azotados, quemados, desmembrados y colgados.

En su primera película estadounidense, Furia, de 1936, Fritz Lang muestra a un hombre inocente, Joe Wilson (Spencer Tracy), que es casi linchado por una masa airada. Lang no está interesado en reproducir la realidad de la violencia en la sociedad estadounidense. Por el contrario, como cineasta visionario, descubre el instinto de venganza en la masa y en la víctima. Tracy, que al principio de la película es un hombre amable y considerado, sale de su experiencia cercana a la muerte como un hombre consumido por el resentimiento y la venganza. Los principales perpetradores son llevados a juicio por asesinato y Tracy está decidido a hacer que quienes intentaron asesinarlo paguen. Pero, atormentado por la conciencia y persuadido por su novia, Katherine Grant, Joe entra en el tribunal y descubre su aptitud moral en oposición a la tiranía de la masa. Afirma: “No tengo el menor interés en salvarlos. Son asesinos. Sé que la ley dice que no porque yo sigo vivo. Pero eso no es culpa suya. Y la ley no sabe que muchas cosas que eran muy importantes para mí, cosas pequeñas, quizá, como una creencia en la justicia y una idea de que los hombres eran civilizados y una sensación de orgullo de que este país mío era distinto de todos los demás… La ley no sabe que esas cosas ardieron hasta morir esa noche”. La narrativa de venganza de Joe Wilson es vencida por su conciencia y sentimiento de culpa. Huye de sus ganas de venganza con una sensación de culpa que alumbra su camino hacia el futuro.
Más que un simple acto
Fritz Lang muestra en Furia que la venganza, en lugar de arreglar los asuntos, destruye todo lo que toca. En las tragedias de venganza de Shakespeare, los asesinos y los tiranos son siempre vencidos por un sentimiento de culpa. La locura motivada por la culpa de Macbeth le lleva a desmoronarse y morir. Y la intensidad de la culpa de Lady Macbeth, revelada en el grito “¡Lejos de mí esta horrible mancha!”, permanece incluso en su extrema confusión y delirio. En la culpa, como en la vida, toda venganza tiene una reacción igual y opuesta. Al final, el vengativo siempre cae.
La pena de muerte no es la justicia de los rectos sino la venganza de la barbarie contra la civilización
Pero lo que no aparece en todos estos acontecimientos e historias es la idea de empatía. La empatía es más que una simple percepción de las mentes y las vidas de otros seres humanos, es también una manera de coextender la capacidad humana para criticar la barbarie. La capacidad humana para la empatía, pues, es lo que permite a la raza humana luchar contra su capacidad para ejercer la violencia. Porque, en tanto no domemos esta violencia, no habrá un horizonte moral común que compartir entre los seres humanos. Lo que quedará, pues, son las víctimas de violencia, por un lado, y los practicantes de la violencia desnuda, por el otro. Necesitamos salir del juego de suma cero de ser o víctimas o ejecutores. Si hay una lección que la historia de los últimos 100 años nos ha mostrado es que responder a un horror con otro no pone fin a los sufrimientos de individuos y naciones. Es ya muy tarde para preguntar: ¿qué futuro emerge de la venganza? No hace falta decir que si utilizamos la violencia y adoptamos una actitud vengativa hacia nuestros enemigos, nuestra dignidad y nuestra libertad quedarán aminoradas. Si no creamos una duradera armonía común, puede llegar el día en el que ninguno de nosotros esté seguro de un infinito ciclo de resentimiento y venganza. Debemos actuar, por lo tanto, no solo por nuestros propios intereses y para superar nuestro sentimiento de venganza, sino por todos nosotros. Esa es la razón por la que el perdón es más que un simple acto. Es un cambio de paradigma hacia una nueva mirada de los asuntos humanos. El perdón es el proceso de la educación moral de la humanidad. Ese proceso educativo no es posible sin la transformación de las culturas de la violencia en nuestras sociedades. Pero el intento de superar las culturas de la violencia cotidianamente implica la no violencia como contracultura.

Traducción del inglés de Luisa Bonilla





jueves, 12 de mayo de 2016

Brasil .- La revancha de las élites y el teatro del golpe

La revancha de las élites y el teatro del golpe

CELAG


La votación en Diputados que aprobó, por un amplio márgen, el inicio del juicio político a la Presidenta Rousseff se mostró como un teatro de sombras. Con un trasfondo de de discutida legalidad en el proceso, la dinámica del impeachment resulta bastante obscura por sus personajes, los momentos elegidos para perpetrarlo, las consignas y argumentos esgrimidos para apoyarlo. Y, asunto no menor, los propósitos detrás del mismo. Las “pedaladas fiscales”, hecho por el que se pretende destituir a Rousseff por, según los impulsores del impeachment, constituir un crimen de responsabilidad, prácticamente no aparecieron ni en los debates en Diputados ni en los que actualmente se desarrollan en el Senado. Ideología triple equis y explícita y argumentos comodín para condenar a la Presidenta y al mismo tiempo despegar al Vice -su sucesor en caso de destitución- del pretendido delito, son sólo el adelanto del estreno de un golpe ya consumado. Basta ver la impotencia de los parlamentarios opositores al impeachment en los recintos cuando exponen sus argumentos: saben que digan lo que digan, y presenten las pruebas que presenten, este nuevo proceso destituyente no tiene chances de revertirse y el establishment conseguirá el poder que no obtuvo por respaldo popular durante más de una década. Los ensayos
El golpe en curso en Brasil comenzó a gestarse hace poco más de un año, apenas comenzado el segundo mandato de Dilma Rousseff. El principal partido de la oposición, el PSDB, inició una cruzada tendiente a revertir lo que las urnas habían expresado ya en cuatro oportunidades tejiendo distintas alianzas: con los medios de comunicación hegemónicos para sesgar la información a su favor; con los diversos “órganos de control” -que han sustituido en su capacidad de fuego a las Fuerzas Armadas en golpes anteriores- como la Policía Federal, el Tribunal de Cuentas de la Unión, el Ministerio Público Federal, juzgados de varias instancias comandados por opositores al gobierno, y, también, con el principal partido aliado del gobierno, el PMDB, cuyos líderes -especialmente el multi-imputado por corrupción Eduardo Cunha, Presidente de la Cámara de los Diputados- mantiene un férreo control sobre los votos de un significativo número de legisladores de distintos partidos.
Esa trama no es improvisada y resultado sólo de la capacidad de la oposición política para articular alianzas. Cabe desentrañarla, por un lado, atendiendo a los intereses de clase de unas élites que comandan todas las instituciones del Estado, la mayoría de los partidos políticos, y digitan los principales hilos de la economía y las finanzas. Estas élites aceptaron un pacto de gobernabilidad con el PT mientras sus principales intereses no fueran tocados y, también, mientras el boom de las commodities permitió crecimiento y mejorar la calidad de vida de los excluidos -también de la clase media- sin recurrir demasiado a la redistribución. Por otro, porque estas élites brasileñas tienen los mismos intereses que el resto de las élites de la región y de las que dirigen las principales corporaciones extranjeras y/o multinacionales que operan en estas latitudes, particularmente las del histórico bloque aliado EEUU-UE. Esta red de grupos de poder se mantuvo agazapada mientras duró la fortaleza de los gobiernos progresistas de la región, interna y asociadamente en diversos organismos regionales contrahegemónicos, y las alianzas entre éstos y otros bloques de poder mundial (como China y Rusia) se mantuvieron sólidas y prósperas.
Pero, a partir de 2008, con el comienzo de la crisis económica global y la incapacidad de las izquierdas para conseguir el poder en otros países clave de la región -es decir, con una región ideológicamente fragmentada-, un nuevo abanico de posibilidades para recuperar la hegemonía perdida de las élites se abrió. El deterioro del precio de las materias primas, insumo principal de las economías regionales, ralentizó no sólo el crecimiento del producto interno sino el éxito del modelo de inclusión via consumo sobre amplias capas sociales. Con ello, las demandas sociales se complejizaron, el clima de malestar social aumentó por la falta de respuesta a las mismas, y las esperanzas de “cambio” calaron hondo.
El programa económico de “equilibrio” y “racionalización” con el que asumio Rousseff su segundo mandato fue el hecho que sirvió en bandeja al establishment la llave para abrir las puertas de su retorno. Implementar un programa moderado de ajuste, flexibilización y apertura comercial fue bienvenido por las élites, pero ellas podrían hacerlo mejor. Y un plan de ajuste promovido por Rousseff, por más moderado que fuese, significó el desconcierto y el rechazo de las bases sociales de su partido y de otros sectores sociales que -con reparos- habían votado la continuidad del PT. El telón estaba listo para abrirse.
El Guion
El papel de los medios hegemónicos en estos procesos abruptos de viraje ideológico y programático hacia la derecha es de principal importancia. En el caso de Brasil, la poderosa multimedios Rede O Globo, periódicos como Estado de Sao Paulo y Folha de Sao Paulo, revistas como Veja e Istoé, consiguieron, a lo largo de los años del gobierno del PT, predisponer lentamente a buena parte de la población no sólo contra ese partido sino contra la política misma. La principal vía, como sucede en otros países de la región, fue diseminar el odio; un rechazo cuasi físico, personal, contra los funcionarios, el partido, sus militantes y sus políticas. Las élites con influencia en la comunicación han procurado explotar el odio de clase -que no aminoró aun cuando no se han tocado los principales pivotes estructurales de la desigualdad-; insuflar un odio “moralista” -vinculado a la cantinela de la corrupción del partido gobernante, omitiendo selectivamente la del resto de la clase política-, racista y misógino, en amplias capas de la población. Este rechazo extendido ha conseguido que los intereses de las élites se transformen en demandas mayoritarias: el fin del gobierno del PT, acabar con el “despilfarro” de recursos hacia programas sociales que “fomentan el parasitismo”, regresar a los valores tradicionales de “familia” y “orden” -alterados en todos estos años por la promoción del empoderamiento de la mujer, derechos LGBT, cupos para minorías en todos los niveles educativos, y protección social para las grandes mayorías-; y el fin del alineamiento con “comunistas” y “bolivarianos”. Los expectadores del show del golpe están ya sentados en sus butacas
Los actores
Sin pretender ser exhaustivos, varios actores destacan además del corifeo encarnado en la prensa hegemónica -encargado de musicalizar la obra con la Sonata Patética de Beethoven, el Réquiem de Mozart o el Ave Maria de Shubert, según la parte de la obra que se considere-. Quizás las tres piezas musicales encarnen en la llamada bancada “BBB” del Congreso de los Diputados, que sumó casi la mitad de votos a favor del impeachment. Los diputados Boi (Buey: agronegocios), Bala (industria armamentística y de la seguridad privada) y Biblia (pastores o fanáticos evangélicos), miembros de casi todos los partidos políticos, son la más evidente expresión de la representatividad política de las grandes corporaciones en el escenario republicano y, también, de la fortaleza de la corrupción que se pretende combatir. Esta amplia bancada responde, sin ningún tipo de esfuerzo por ocultarlo, a poderosos grupos de poder que han financiado sus campañas millonarias, como Joao Campos (PRB), presidente del Frente Parlamentario Evangélico en la Cámara, que recibió para tal fin, en 2014, 400 mil reales de una empresa de seguridad privada.
Desde dentro, operaron para bloquear el éxito de cualquier propuesta legislativa que promueva la amplitud de derechos civiles, la protección de espacios naturales frente a la explotación minera y del agrobusiness -muchos de ellos hogar de poblaciones indígenas-, acceso a la tierra y mejoras en las condiciones laborales de campesinos, etc. También fueron el bastión opositor -junto a parlamentarios de otras siglas- a toda iniciativa del gobierno durante el pasado año, a instancias de Cunha, con el fin de impedir la gobernabilidad de la Presidenta y convertirla para la opinión pública en una mandataria incapaz y débil.
Las justificaciones de la oposición legislativa para apoyar el impeachment de la Presidenta fueron, quizás, la parte más dantesca de este teatro de golpe en Diputados: todos horrorizados con la corrupción -aunque más de la mitad de la Cámara tiene cuentas pendientes con la justicia- exclamaron que su voto se basaba en “la paz de Jerusalén”, “los militares del 64”, “contra la dictadura bolivariana”, “por el sector generador de renta, el sector agropecuario”, por los innumerables tíos, hijos, esposas abnegadas y nietos de los parlamentarios y por los “chicos del MBL”, entre otras republicanas razones.
El MBL (Movimiento Brasil Libre) es otro actor importante del elenco, que debe analizarse dentro de un fenómeno más amplio de juventud de clase media politizada, de marcado carácter liberal en lo económico y lo político, y que cuenta -no sólo en Brasil- con el millonario respaldo financiero de organizaciones “filantrópicas” y educativas estadouidenses. Estos jóvenes conforman el principal bastión del golpe en las calles, aunque sus líderes tienen espacios de opinión fijos en los principales medios y “pase libre” a las sesiones del Congreso, otorgado por Cunha.
Sergio Moro fue, hasta hace un par de meses, el actor principal de este vaudeville. Joven juez federal de primera instancia, comandó la famosa operación Lava Jato-, que ha destapado la endémica corrupción del sistema político brasileño y ha llevado la imagen de la estatal Petrobrás al abismo. Una operación, cabe destacar, de la que ha salido herido sólo el PT por el carácter inquisitorial de los procedimientos, y la selectividad partidaria de las detenciones y de las filtraciones de información a la prensa. Paradójicamente, fue el impulso dado por los gobiernos Lula-Dilma al combate contra la corrupción lo que ha destapado la extensión de la pandemia, el “efecto boomerang” contra el PT y, tema no menor en este momento, la necesidad de la clase política implicada de acabar con el gobierno y, con él, las investigaciones y procesos judiciales que salpican a casi todos.
Moro desapareció de la escena cuando entró Temer, otra de las estrellas del elenco. Vicepresidente de la República, consiguió meses atrás la salida de su partido de la coalición gobernante y es hoy quien representa la esperanza de las élites. Aunque éstas se conformarían con cualquiera de la línea sucesoria, en caso de que Temer fuera enjuiciado también (si se demuestra su co-responsabilidad en las llamadas “pedaladas fiscales”). a él le siguen Eduardo Cunha (como Presidente de Diputados), Renan Calheiros (PMDB, Presidente del Senado) y Ricardo Lewandowski, Presidente de un cómplice Supremo Tribunal que tiene “cajoneado” el pedido de destitución de Cunha por corrupción y lavado de dinero. También podría surgir un escenario de elecciones anticipadas -via referendum, porque un proyecto en el Congreso sería desestimado, dadas las ventajas de gobernar sin tener que recurrir al voto popular-. En cualquier caso, las perspectivas de gobierno del PT son casi nulas. El Senado no revertirá la decisión de sus aliados en Diputados, y una nueva elección sin que Lula pueda presentarse, más la fiscalización excesiva de los órganos de control sobre el financiamiento electoral del PT, hacen prácticamente imposible que las élites no vuelvan a gobernar por un tiempo.
Las secuelas del show
Michel Temer hace rato que viene negociando futuros cargos y otros beneficios con los principales impulsores del impeachment, prometiendo tras bambalinas frenos a las investigaciones por corrupción -a modo de devolución de favores por llevarlo a la Presidencia- y elaborando un plan de gobierno al gusto de las élites. “Regeneración del Estado”, “Nuevo modelo de relaciones con el sector privado” y, particularmente en materia social “transferir todo lo que sea posible para el empresariado en materia de infraestructura” son algunas de las propuestas que anticipan lo que será un nuevo espectáculo en el teatro de las sombras. Dilma no logró convencer a los grupos económicos como sí parece haberlo hecho Temer. Se verá si, además, convence a la audiencia más importante: el electorado.
Fuente: http://www.celag.org/brasil-la-revancha-de-las-elites-y-el-teatro-del-golpe-por-camila-vollenweider/




 Y  ver ...





 Nota .-- El presidente interino de Brasil, Michel Temer, fue informante de la inteligencia de EEUU, según informa Wikileaks. Resulta igualmente revelador que la embajadora de Estados Unidos en Brasilia desde 2013, Liliana Ayalde, fue la misma que dirigió la misión diplomática norteamericana en Asunción, Paraguay, hasta unos meses antes del golpe parlamentario sobre el expresidente Fernando Lugo el 22 de junio de 2012.