martes, 14 de abril de 2015

La identidad judía por Shlomo Sand.







He dejado de ser judío
Shlomo Sand · · · · ·
12/10/14

 

Shlomo Sand, uno de los más audaces intelectuales de Israel (al que considera una "etnocracia liberal"), ofrece aquí un extracto editado de su How I Stopped Being a Jew [Cómo dejé de ser judío], que acaba de publicar en Londres la editorial Verso.

A lo largo de la primera mitad del siglo XX, mi padre abandonó la escuela talmúdica, dejó de ir de modo permanente a la sinagoga, y expresó de modo regular su aversión a los rabinos. En este punto de mi propia vida, siento a mi vez la obligación moral de romper definitivamente con el judeocentrismo tribal. Hoy soy plenamente consciente de no haber sido nunca un judío genuinamente secular, al entender que esa característica imaginaria carece de toda base específica o perspectiva cultural, y que su existencia se basa en una visión vacua y etnocéntrica del mundo. Antes creía erróneamente que la cultura yiddish de la familia en la que crecí era la encarnación de la cultura judía. Poco después, inspirado por Bernard Lazare, Mordechai Anielewicz, Marcel Rayman y Marek Edelman, todos los cuales combatieron el antisemitismo, el nazismo y el estalinismo sin adoptar una visión etnocéntrica, me identifiqué como parte de una minoría oprimida y rechazada. En compañía, por así decir, del dirigente socialista Léon Blum, del poeta Julian Tuwim y muchos otros, seguí siendo obstinadamente un judío que había aceptado esta identidad a causa de las persecuciones y los asesinos, los crímenes y sus víctimas.

Hoy, al haberme vuelto dolorosamente consciente de haber experimentado la adhesión a Israel, de haber sido asimilado por ley a un ethnos ficticio de perseguidores y de partidarios suyos, y de haber aparecido en el mundo como alguien de ese exclusivo club de los elegidos y sus acólitos, deseo renunciar y dejar de considerarme judío.

Aunque el Estado de Israel no esté dispuesto a transformar mi nacionalidad oficial de "judío" a "israelí", me atrevo a esperar de los generosamente filosemitas, de los comprometidos sionistas y exaltados antisionistas, todos ellos tan frecuentemente nutridos de concepciones esencialistas, que respeten mi deseo y dejen de catalogarme como judío. El hecho es que me importa poco lo que piensen, y todavía menos lo que piensen los idiotas antisemitas que queden. A la luz de las tragedias históricas del siglo XX, estoy decidido a no seguir siendo más una pequeña minoría en un club exclusivo en el que otros no tienen ni la posibilidad ni las cualificaciones para entrar.

Por mi negativa a ser judío, represento a una especie en trance de desaparición. Sé que al insistir en que sólo mi pasado histórico era judío, mientras que mi presente cotidiano (para bien o para mal) es israelí, y finalmente que mi futuro y el de mis hijos (al menos el futuro que deseo) debe guiarse por principios universales, abiertos y generosos, voy en contra de la moda dominante, que se orienta hacia el etnocentrismo.

Como historiador de la era moderna, adelanto la hipótesis de que la distancia cultural entre mi bisnieto y yo será tan grande o mayor que la que me separa de mi bisabuelo. ¡Mucho mejor! Tengo la mala suerte de vivir hoy entre demasiada gente que cree que sus descendientes se les parecerán en todos los sentidos, porque para ellos los pueblos son eternos…a fortiori una raza-pueblo como los judíos.

Soy consciente de vivir en una de las sociedades más racistas del mundo occidental. El racismo está presente en cierto grado en todas partes, pero en Israel existe profundamente inserto en el espíritu de las leyes. Se enseña en colegios y universidades, se propaga en los medios de comunicación y, por encima de todo y lo más espantoso, en Israel los racistas no saben lo que están haciendo y, debido a esto, no se sienten en modo alguno obligados a disculparse. Esta ausencia de una necesidad de justificación ha convertido a Israel en un punto de referencia particularmente preciado para muchos movimientos de extrema derecha en todo el mundo, movimientos cuya pasada historia de antisemitismo es sobradamente conocida.

Vivir en una sociedad así se ha vuelto cada vez más intolerable para mí, pero debo reconocer también que no es menos difícil hacer mi hogar en otra parte. Yo mismo soy parte de la producción cultural, lingüística e incluso conceptual del empeño sionista, y no puedo deshacer esto. Pero por mi vida cotidiana y mi cultura básica soy israelí. No estoy especialmente orgulloso de esto, del mismo modo que no tengo razón alguna para sentirme orgulloso de ser un hombre de ojos pardos y estatura mediana. A menudo me siento avergonzado de Israel, sobre todo cuando soy testigo de la evidencia de su cruel colonización militar, con sus débiles e indefensas víctimas que no forman parte del "pueblo elegido".

Tiempo atrás en mi vida tuve el fugaz sueño utópico de que un palestino israelí debería sentirse en casa en Tel Aviv como un judío norteamericano en Nueva York. Luché y busqué que la vida civil de un musulmán israelí en Jerusalén fuera semejante a la de una persona judía francesa en París. Quería que los niños israelíes de inmigrantes cristianos africanos fueran tratados como lo son los hijos británicos de los inmigrantes del subcontinente indio en Londres. Esperaba con todo mi corazón que todos los niños israelíes fueran educados juntos en las mismas escuelas. Hoy sé que mi sueño es escandalosamente exigente, que mis demandas son exageradas e impertinentes, que el mismo hecho de formularlas es considerado por los sionistas y sus partidarios como un ataque al carácter judío del Estado de Israel y, por lo tanto, como antisemitismo.  

Sin embargo, por extraño que pueda parecer, por contraposición al carácter cerrado de la identidad secular judía, tratar la identidad israelí como político-cultural en lugar de "étnica" parece ofrecer el potencial de lograr una identidad abierta e inclusiva. De acuerdo con la ley, de hecho, es posible ser ciudadano israelí sin ser un judío "étnico", participar en su "supra-cultura" a la vez que se preserva la propia "infra-cultura", hablar el lenguaje hegemónico y cultivar en paralelo otro lenguaje, mantener formas variadas de vida y fusionar otras diferentes. Para consolidar este potencial político republicano, sería necesario haber abandonado desde hace mucho el hermetismo tribal, aprender a respetar al Otro y recibirlo, a él o a ella, como igual y cambiar las leyes constitucionales de Israel para hacerlas compatibles con principios democráticos. 

Lo más importante, si se ha olvidado momentáneamente: antes de que presentemos ideas para cambiar la política de identidad de Israel, debemos liberarnos primero de la maldita e interminable ocupación que nos lleva camino del infierno. De hecho, nuestra relación con quienes son ciudadanos de segunda está inextricablemente ligada a nuestra relación con los que viven con inmensa aflicción en lo más bajo de la cadena de la operación de rescate sionista. Esa población oprimida, que ha vivido bajo la ocupación durante cerca de cincuenta años, privada de derechos políticos y civiles, en tierra que el "Estado de los judíos" considera propia, sigue abandonada e ignorada por la política internacional,. Hoy reconozco que mi sueño de un final a la ocupación y la creación de una confederación entre las dos repúblicas, una israelí y otra palestina, era una quimera que subestimaba el equilibrio entre las dos partes.

Cada vez más parece que es ya demasiado tarde; todo parece ya perdido y todo enfoque serio de solución política parece estar en punto muerto. Israel se ha acostumbrado a esto, y es incapaz de deshacerse de su dominación colonial sobre otro pueblo. El mundo exterior, por desgracia, no hace tampoco lo que es necesario. Sus remordimientos y mala conciencia le impiden convencer a Israel de que se retire a las fronteras de 1948. Y tampoco está dispuesto Israel a anexionarse oficialmente los territorios ocupados, puesto que supondría otorgar igual ciudadanía a la población ocupada y, sólo mediante ese acto, transformarse en un Estado binacional. Es más bien como la serpiente mitológica que se traga una presa de gran tamaño, pero prefiere ahogarse antes que soltarla.

¿Significa esto, también, que debo abandonar la esperanza? Vivo en una profunda  contradicción. Me siento como un exiliado frente a la creciente etnicización judía, mientras que al mismo tiempo la lengua en que hablo, escribo y sueño es abrumadoramente hebrea. Cuando me encuentro en el extranjero, siento nostalgia de este idioma, vehículo de mis emociones y pensamientos. Cuando estoy lejos de Israel, veo la esquina de mi calle en Tel Aviv y siento ansias del momento en que pueda volver. No voy a las sinagogas para disipar esta nostalgia, porque en ellas se reza en un lenguaje que no es el mío, y la gente que me encuentro en ellas no tiene interés en absoluto en comprender lo que significa para mí ser israelí.

En Londres son las universidades y sus estudiantes de ambos sexos, no las escuelas talmúdicas (en las que no hay estudiantes femeninas) las que me recuerdan el campus en el que trabajo. En Nueva York son los cafés de Manhattan, no los enclaves [judíos] de  Brooklyn los que me invitan y atraen, como los de Tel Aviv. Y cuando visito las bulliciosas librerías de París, lo que me viene a la cabeza es la semana del libro hebreo que se organiza cada año en Israel, no la literatura sagrada de mis antepasados.

Mi profundo apego por el lugar sólo sirve para alimentar el pesimismo que siento hacia él. Y así caigo con frecuencia en el abatimiento por el presente y el temor por el futuro.  Estoy cansado y siento que las últimas hojas de la razón van cayendo de nuestro árbol de acción política, dejándonos yermos frente a los caprichos de los hechiceros sonámbulos de la tribu. Pero no puedo permitirme ser del todo fatalista. Me atrevo a creer que si la humanidad consiguió salir con éxito del siglo XX sin una guerra nuclear, todo es posible, hasta en Oriente Medio. Deberíamos recordar las palabras de Theodor Herzl, soñador responsable del hecho de que yo sea israelí: "Si lo quieres, no es leyenda".

Como vástago de los perseguidos que emergieron del infierno europeo de los años 40 sin haber abandonado la esperanza de una vida mejor, no tengo permiso del aterrado arcángel de la historia para renunciar y desesperar. Que es la razón por la cual, con el fin de apresurar a un mañana distinto, y sea lo que fuere que digan mis detractores,  seguiré escribiendo.

Shlomo Sand (1946), nacido en Linz (Austria), emigró a Jaffa (Israel) en 1948. Profesor de la Universidad de Tel Aviv, ha enseñado en Berkeley y París, donde se doctoró con una tesis sobre Jean Jaurès. Célebres libros suyos como La invención del pueblo judío (Akal, Madrid, 2011) y La invención  de la tierra de Israel: de tierra santa a madre patria (Akal, Madrid, 2013) han revolucionado de modo crítico la visión del judaísmo y el moderno Israel.

Traducción para www.sinpermiso.info: Lucas Antón

















Acerca del libro de Shlomo Sand "Cómo dejé de ser judío"
La cuestión de la identidad judía




How I Stopped Being a Jew (en español Cómo dejé de ser judío de próxima aparición en Buenos Aires, editorial Canaan [N. de T.]),  el "símpatico" libro de Shlomo Sand en su versión en inglés, trata acerca de una pregunta que muchos se han hecho, pero han tenido miedo de hacerla: ¿qué hace que alguien sea judío? Si bien ha sido un enigma desde tiempo inmemorial, es más relevante en cuanto que Israel da la bienvenida a todos los que considera judíos independientemente de su nacionalidad o creencias religiosas (o la falta de ellas). Por otro lado los no judíos (25% de los israelíes), aunque nacidos y residentes en Israel no son ciudadanos plenos del Estado judío.
"Si Estados Unidos decidiera mañana que no es el Estado de todos los ciudadanos estadounidenses, sino que es el Estado de las personas de todo el mundo que se identifican como anglosajones protestantes, tendría un sorprendente parecido con el Estado judío de Israel“, (pág. 82).
Sand es israelí y judío laico, definido por su ascendencia judía como tal por el Estado de Israel. Es profesor de la Universidad de Tel Aviv, especializado en Historia de Francia. Es más conocido como autor de dos libros controvertidos, La invención del pueblo judío (2009) y La invención de la Tierra de Israel (2012).
Su argumento principal es que la afirmación de que los judíos de hoy son descendientes de los antiguos israelitas es simplemente un mito de gran utilidad para la causa sionista. Las teorías de Sand están hábilmente expuestas en un artículo de Paul Atwood publicado en CounterPunch en la edición del 14 a 16 febrero de 2014.
En pocas palabras Sand sostiene que los judíos europeos, e incluso muchos de los de Oriente Medio, son descendientes de conversos al judaísmo, sin conexión biológica con los antiguos israelitas. Sin embargo los fundadores del sionismo, en su mayoría judíos seculares y ateos, al tiempo que rechazaban los aspectos sobrenaturales y milagrosos del Antiguo Testamento tomaron sus leyendas como la historia verdadera.
"Para justificar la colonización de Palestina el sionismo apeló sobre todo a la Biblia, señalándola como el título de propiedad legal de la tierra. Se procedió entonces a representar el pasado de diversas comunidades judías no como un fresco denso y variado de los grupos abigarrados que se convirtieron al judaísmo en Asia, Europa y África, sino más bien como una historia lineal de personas de una raza, supuestamente exiliadas por la fuerza de su tierra natal y que aspiraron durante 2.000 años a volver a ella". (p. 48)
Esto proporcionó una dudosa justificación para el "retorno" a la "tierra prometida", la ya habitada Palestina, pero fue suficiente para convencer a las grandes potencias, que se sentían culpables del destino de los judíos en la Segunda Guerra Mundial y también estaban ansiosas por encontrar un lugar alejado de sus costas al que los sobrevivientes pudieran emigrar.
Además proporcionó una identidad y razón de ser a los judíos seculares y ateos de EE.UU. y otros lugares que los instaba al "retorno" a Israel para ayudar a desarrollar y defender la tierra, uniéndose a las granjas colectivas y al ejército.
Sand, que se autoidentifica israelí y desearía que esta fuera la única forma de identidad nacional para todos los habitantes de ese Estado, rechaza las bases históricas, culturales, raciales, étnicas y biológicas del hecho de ser judío. Se cuestiona la definición ortodoxa de un judío: una persona nacida de madre judía, ella misma nacida en ese origen desde tiempos inmemoriales. "Tengo la creciente impresión de que, en ciertos aspectos, Hitler fue el vencedor de la Segunda Guerra Mundial... su ideología perversa infiltrada y resurgida". (p. 5)
Sand explota la idea de una cultura judía común separada de la creencia religiosa, pero no encuentra ninguna evidencia convincente. Los judíos de Europa occidental, África y Oriente Medio pueden haber practicado su religión, pero en la vida cotidiana compartían la cultura y el vecindario con sus compatriotas. (Pág. 35) Por el contrario los de habla yiddish de Europa del Este tenían una cultura propia en el vestir, la comida, el idioma y el fundamentalismo religioso. (Pág. 36) Cierto número de hijos de estos judíos que a menudo se convertían en socialistas ateos en rechazo a la cultura de sus ancestros fundaron el movimiento sionista.
"Los colonos de cultura yiddish [en Israel], de hecho, fueron muy rápidos en descartar su despreciada lengua materna. La primera cosa que necesitaban era un lenguaje que uniera a los judíos de todo el mundo y ni Theodor Herzl ni Edmond de Rothschild podían comunicarse enyiddish. Más tarde los primeros sionistas aspiraron a crear un judío nuevo que rompiera con la cultura popular de sus padres y antepasados, así como con los miserables pueblitos que habitaban". (P. 41)
Sand sostiene que las fiestas judías solo son nostalgia para los judíos seculares y no honran su cultura universalista. Por ejemplo la Hagadátradicional del Séder de Pésaj incluye una "demanda explícita de exterminar a todos los pueblos que no crean en el Dios de los judíos y se atrevan a atacar a Israel... "(Pág. 67). En el Libro del Éxodo (23:23), Dios promete “exterminar a todos los habitantes de Canaán con el fin de hacer espacio en la tierra prometida para los hijos de Israel."(P. 72) En el Libro del Exodo (23:23) el Antiguo Testamento ordena amar a tu prójimo como a ti mismo, que se aplica sólo a los correligionarios judíos. (Pág. 70) El Talmud dice: "Vosotros seréis llamados hombres, pero los idólatras no serán llamados hombres" (Pág. 71).
Sand ofrece una larga lista de judíos que adoptaron una moral universalista (desde Karl Marx a Naomi Klein) y también se distanciaron de la tradición religiosa judía. (P. 73).
El autor refuta a los que dicen que lo que une a todos los judíos es su historia de víctimas exclusivas de las persecuciones: "la retórica sionista [insiste en que] hay ejércitos de asesinos como Hitler y en que nunca ha habido ni habrán víctimas como los judíos" (Pág. 63). Sin embargo, millones de no judíos fueron asesinados por los nazis; persecuciones, genocidios y limpieza étnica han sido y continuarán siendo infligidos a muchos pueblos.
Algunos críticos de Sand argumentan que un motivo para seguir siendo judío a pesar de no disfrutar nada de su cultura o de su religión es la legitimidad para criticar las políticas israelíes, pero esta es una base meramente pragmática para una decisión importante.
Sand concluye: "Deseo renunciar y dejar de verme a mí mismo judío" (Pág. 97). A pesar de que considera a Israel "una de las sociedades más racistas del mundo occidental" y perpetrador de una "colonización militar cruel [de] víctimas débiles e indefensas que no forman parte del 'pueblo elegido'", Sand sigue siendo un israelí en su vida cotidiana y cultural (P 98-99).
Otros han renegado del judaísmo en protesta por la política israelí. Sand sostiene que el motivo principal de la identidad judía es la religión. Los conceptos contemporáneos de la libre elección de la religión y la ideología están consagrados en la Declaración Universal de los Derechos Humanos, calurosamente defendida por los judíos seculares. Entonces, ¿por qué una persona no puede ser capaz de renunciar a cualquiera o todas las religiones y sistemas de creencias? Por el contrario no se puede renunciar a los antecedentes étnicos. Sand reconoce que los suyos son austriacos.
Aunque no tengo la experiencia necesaria para evaluar las afirmaciones históricas de Sand, la postura de los judíos seculares tienen un significado personal y es una cuestión independiente de los exilios, la wmigración y las conversiones de sus antepasados. Uno de los problemas de la elección de Sand es que las autoridades israelíes, los líderes religiosos judíos, el público en general y los antisemitas no van a dejar que él o los demás se aparten de sus antecedentes tan fácilmente. Unirse a otra religión hace la renuncia más convincente, incluso se reconoce legalmente en Israel, pero Sand no quiere hacer esto.
Otra cuestión son las celebraciones, bodas, funerales, compartir cenas, grupos de juventud, comunidades de valores compartidos, etc., si se evitan las instituciones judías. La religión ha sido una fuente de activismo por la justicia social y de consuelo, a pesar de sus defectos. Muchos judíos seculares siguen en la fe sin fe por estas razones. Una solución es unirse a una de las religiones (que brinda lazos grupales) que acojan ateos, como el Unitarismo Universalista, o las florecientes iglesias ateas de Inglaterra.
El sutil y accesible libro de Sand es susceptible de provocar polémica. Y debería hacerlo.
Joan Roelofs es profesora emérita de Ciencias Políticas, en Keene State College, New Hampshire. Ella es la traductora de   Principles of Socialism de Victor Considerant (Maisonneuve Press, 2006), y autora de Foundations and Public Policy: The Mask of Pluralism (SUNY Press, 2003) Greening Cities (Rowman and Littlefield, 1996). www.joanroelofs.wordpress.com ; Contacto: [email protected] 
Fuente: http://www.counterpunch.org/2015/04/06/the-question-of-jewish-identity/

Nota . Hay ya también , edición en castellano en la editorial Bellaterra
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Traducido del inglés para Rebelión por J. M.










rCR

lunes, 13 de abril de 2015

Europa y el muro mortífero del Mediterráneo.


El muro mortífero del Mediterráneo: el asesinato en masa institucional de la Unión Europea

InvestigAction



Según la agencia de las Naciones Unidas para los refugiados (1), en 2014 murieron 3.419 migrantes al tratar de cruzar el Mediterráneo. Esta macabra cifra convierte al Mediterráneo en la frontera más mortífera puesto que la cantidad total personas muertas en todo el mundo es de 4.272. En un lapso de tiempo más largo, desde 2000 más de 20.000 migrantes perdieron la vida. Además, la tendencia es a ascender permanentemente puesto que el año 2014 batió todos los récords y dejó muy atrás el anterior pico de 1.500 personas muertas en 2011. Los discursos políticos y mediáticos construyen cada nuevo drama como catástrofes imprevisibles sobre las que los gobiernos europeos no tendrían ninguna influencia ni responsabilidad. El discurso de la catástrofe oculta un proceso de asesinato en masa de la Unión Europea.Los ángulos muertos de las causas estructurales
El primer ángulo muerto de los discursos políticos y mediáticos es el de las causas económicas que empujan a decenas de miles de personas africanas a arriesgar sus vidas en travesías que saben que son mortíferas. Desde las independencias políticas en la década de 1960 unos mecanismos diferentes de la ocupación militar directa han venido a tomar el relevo para garantizar la reproducción del “pacto colonial”, es decir, la construcción de economías africanas según las necesidades de Europa y no según las necesidades de los pueblos africanos. Sin ser exhaustivo, recordemos algunos de estos mecanismos.
Los acuerdos de cooperación económica, financiera y monetaria que los diferentes países europeos impone a los países africanos implican una venta de materias primas a un coste inferior al del mercado mundial y prohíben el gravamen de los productos importados de Europa. Tomemos el ejemplo del último acuerdo firmado entre la Unión Europea y los 15 Estados del África Occidental denominado “Acuerdo de Asociación Económica” (APE, por sus siglas en francés). Este acuerdo prohíbe el gravamen de los 11.900 millones de euros de productos importados por la Unión Europea en 2013. Hace así competir la agricultura de subsistencia local con la agricultura industrial europea y lleva a la miseria a cientos de miles de campesinos. Las consecuencias caen por su propio peso:
Este acuerdo reforzará una migración masiva de poblaciones privadas de futuro en sus países, en una situación en la que la población de África Occidental superará el doble de su población actual de aquí a 2050 hasta alcanzar los 807 millones de habitantes (frente a los 526 millones de habitantes de la UE en el mismo año) y en un contexto de calentamiento climático particularmente acentuado en esta zona .” (2)
Es tal el carácter explotador de estos acuerdos que el profesor Chukwuma Charles Soludo afirmó el 19 de marzo de 2012 que el APE de África Occidental constituye una “segunda esclavitud” (3). Pero el APE no es sino la sistematización a gran escala de lógicas de establecimiento de dependencia anteriores, como la “ayuda vinculada” que impone el recurrir a empresas francesas a cambio de una financiación de proyectos de acondicionamiento, los Planes de Ajuste Estructural que imponen reformas liberales a cambio de un crédito o de un informe de pago de la deuda o, peor aún, la institución del franco CFA que permite el control de las políticas monetarias de la zona franco. Los discursos político y mediático dominantes eliminan estas causas directas de la pauperización africana y de la presión migratoria. Estas desmienten la idea de una catástrofe imprevisible sobre la que el ser humano no tiene influencia alguna. El discurso mediático de la catástrofe no es sino un proceso de ocultación de las causas económicas estructurales.
Por supuesto, estos mecanismos solo son posibles recurriendo directa o indirectamente a la fuerza, desde el asesinato de oponentes a estas políticas pasando por los golpes de Estado o las guerras abiertas. Esa es la razón de la frecuencia de las intervenciones militares europeas directas o indirectas en África. Si Francia es el país más presente en estas aventuras guerreras es sobre la base de una delegación europea. Así, ante el ascenso de las potencias emergentes, ante la competencia económica estadounidense y china, Europa designa a Francia para defender los intereses de “Euráfrica”, es decir, para consolidar un neocolonialismo socializado a escala de la Unión Europea. Esta “Euráfrica” económica y militar es un viejo proyecto de determinadas fracciones del capital financiero europeo. Fue frenado por la competencia entre los diferentes países europeos que se tienden a poner en segundo plano debido a la exacerbación de la competencia vinculada a la globalización capitalista. Así es como ya en enero de 1954 Aimé Césaire alertaba sobre Euráfrica equivocándose únicamente con la nacionalidad del soldado: “ Lo repito, el colonialismo no está muerto. Es experto en renovar sus formas para perpetuarse; después de los tiempos brutales de la política de dominación se han visto los tiempos más hipócritas, pero no menos nefastos, de la llamada política Asociación o Unión. Ahora asistimos a la llamada política de integración, que tiene por objetivo la constitución de Euráfrica. Pero sea cual sea la máscara con la que se atavíe el colonialismo, sigue siendo nocivo. Por mencionar únicamente su último hallazgo, Euroáfrica, está claro que sería la sustitución del viejo colonialismo nacional por un nuevo colonialismo aún más virulento, un colonialismo internacional, cuyo gendarme vigilante sería el soldado alemán (4).”
Estas guerras directas o indirectas (5) son la segunda causa de la presión migratoria. Miles de personas africanas arriesgan sus vidas en el Mediterráneo no solo para sobrevivir económicamente, sino para huir de las guerras europeas y de sus consecuencias en términos de instalación de regímenes dictatoriales o, peor aún, del caos, como en Libia o en Congo con la instalación de “señores de la guerra” con los que el comercio puede continuar. El discurso mediático de la catástrofe oculta también la responsabilidad europea respecto a esta causa de las migraciones contemporáneas.
FRONTEX o la creación de las condiciones de un asesinato en masa
Si las causas antes mencionadas bastan para comprender el aumento de la presión migratoria, no bastan para explicar el aumento de la cantidad de defunciones en el curso de la migración. Para ello hay que orientar la mirada a las respuestas de la Unión Europea a esta presión migratoria. Desde 2005 estas respuestas se concretizan por medio de la Agencia Europea para la Gestión de la Cooperación Operativa en las Fronteras Exteriores de los Estados miembros de la Unión Europea o (FRONTEX [del francés " Frontières extérieures ", fronteras exteriores. N. de la t.]). El estatuto de agencia ofrece una importante autonomía que se reforzó aún más el 10 de octubre de 2011 al autorizarla a poseer su propio material militar. Los medios financieros que se ponen a disposición de FRONTEX aumentan constantemente: 19 millones de euros en 2006 y 88 millones de euros en 2011 (6).
En concreto, la Agencia organiza patrullas militares para devolver a las personas emigrantes a países vecinos por una parte y, por otra, firma acuerdos con Estados terceros para que sirvan de barrera de los candidatos a emigrar. Para poder realizar su misión la Agencia dispone de unos medios militares en constante aumento que son o bien propios o los ponen a su disposición los Estados miembros: más de una cuarentena de helicópteros y aviones, un centenar de barcos y aproximadamente 400 unidades de equipamiento como radares, sondas, cámaras, etc (7). Es a todas luces una lógica de guerra contra las personas migrantes. En particular, estos medios militares permiten a la Agencia garantizar patrullas frecuentes en las aguas territoriales de los Estados miembros, pero también en aguas internacionales. La Liga Belga de Derechos Humanos describe con razón la Agencia como “ un verdadero ejército al servicio de la política migratoria de una Europa que lleva a cabo con armas desiguales una guerra contra las personas migrantes que no tienen nada de soldado (8)”. Esta lógica de guerra lleva a las personas candidatas a la migración a arriesgarse cada vez más para escapar de la vigilancia de las patrullas de FRONTEX. El aumento de defunciones no se debe a una catástrofe imprevisible, sino que es el resultado de decisiones tomadas con plena conciencia de sus consecuencias mortíferas.
La segunda misión de FRONTEX consistente en firmar acuerdos con los países africanos ribereños del Mediterráneo no es sino una externalización del “trabajo sucio”, por retomar una expresión de la jurista Claire Rodier (9). Las consecuencias de esta externalización son lógicas: “ Esta externalización que consiste en subcontratar a los países limítrofes (Magreb, Europa del Este) para que gestionen la inmigración irregular supone varias ventajas para los Estados europeos: por una parte, transfiere el «trabajo sucio» (deportaciones en masa, detenciones arbitrarias, torturas) a países cuyos estándares son menos elevados que en Europa, lo que permite librarse de las obligaciones que las leyes europeas imponen en materia de respeto de los derechos humanos: por otra parte, participa de la relación de dependencia que mantiene la UE con su vecindario próximo. Y es que, a cambio de su colaboración, se promete a los países concernidos financiar acciones de colaboración o unas contrapartidas de naturaleza política o diplomática (10).”
Por consiguiente, a los muertos del Mediterráneo hay que añadir los malos tratos, la brutalidad y los muertos de esta subcontratación. Por supuesto, este papel de instalación de las condiciones del asesinato en masa institucional está ausente de los reportajes que nuestros medios de comunicación difunden con cada naufragio mortífero.
El discurso mediático sobre quienes trafican con personas migrantes
Tras ocultar las causas estructurales del aumento de la presión migratoria y las causas de su traducción en muertes en el Mediterráneo, al discurso mediático solo le queda centrarse en quienes trafican con personas migrantes . Ellos serían los únicos responsables de la situación y la lucha contra las redes de estos traficantes se presenta como la solución. El centrar el discurso político y mediático únicamente en estos traficantes contribuye una vez más a ocultar las verdaderas razones de los dramas regulares del Mediterráneo.
Está claro que no tenemos ninguna simpatía por quienes trafican con personas migrantes . Con todo, tenemos que recordar que mientras haya una demanda de personas migrantes habrá una oferta de travesías clandestinas. Abordar solo la oferta y ocultar la demanda es lo propio de las políticas que no quieren hacer frente a las causas de un problema social. Atacar solo a los traficantes, sin preguntarse por la demanda de “paraísos artificiales” de una cantidad cada vez mayor de ciudadanos, adoptar una política prohibicionista en materia de alcohol sin hacer frente a las causas de la alcoholización, etc.: son muchos los ejemplos de estas políticas hipócritas que pretenden actuar sobre las consecuencias mientras que las causas permanecen ocultas.
Al tener que hacer frente a un aumento de los riesgos de control, se incita a quienes trafican con personas migrantes a deshacerse lo antes posible de sus cargas molestas y por cualquier medio. “ Nuevos datos obtenidos el martes 16 de septiembre por la Organización Internacional para las Migraciones (OIM) vienen a confirmar la tesis según la cual, efectivamente, son quienes trafican con personas migrantes quienes abarrotaron voluntariamente el barco con cientos de personas migrantes antes de que este se hundiera ”, pone de relieve Elise Vincent en la edición de Le Monde del 16 de septiembre 2014. Si hay que perseguir y juzgar a estos criminales, no es menos cierto que estás prácticas solo son posibles porque la política económica crea las condiciones para ello.
Estas mismas orientaciones políticas proporcionan a la mafia una ocasión de oro de beneficiarse de la explotación de quienes han podido escapar a la muerte. El periodista de la agencia Reuter describe de la siguiente manera esta nueva “gallina de los huevos de oro” de la mafia en Lampedusa: “ Aquí, a ocho horas de barco de Sicila, la mafia ya ha hecho el negocio acogiendo a las personas emigrantes en unos centros explotados por unas sociedades privadas por delegación del Estado. Desde hace años son siembre las mismas quienes ganan las licitaciones. Una persona migrante reporta una treintena de euros al día de subvención. Es un negocio de oro con estas decenas de miles de migrantes, más rentable incluso que el tráfico de droga, según reconoce un gánster al que se le intervino el teléfono durante una investigación sobre la corrupción en Roma. Lo que es cierto en la capital será cierto en toda Italia. Una ilustración de esta organización es el escenario, siempre el mismo, que precede a los rescates. A bordo de los podridos cascarones de nuez que han partido de Libia no hay nada de comer ni de beber ni gasolina, pero sí un teléfono vía satélite para pedir ayuda. Un equipamiento demasiado costoso para quienes trafican con personas migrantes . Una vez en tierra, las personas migrantes proporcionan una mano de obra barata, en la agricultura en el caso de los hombres, en la prostitución en el de las mujeres. Un verdadero tráfico de esclavos y los esclavistas son africanos e italianos (11).”
Las obras de investigación sobre las discriminaciones consideran que una de sus formas es la discriminación sistemática, es decir, consecuencia de un sistema, y no de una decisión voluntaria de discriminar. Podemos tomar el mismo concepto en lo que concierne a las personas muertas en el Mediterráneo. Sin duda el asesinato de estas personas migrantes no es directo. Es, en cambio, el resultado ineluctable de las políticas de la Unión Europea, tanto en su política africana como en su política migratoria, tanto en el aumento de la presión migratoria como en su traducción en muertes a gran escala.
Notas:
(1) http://www.unhcr.fr/54871a45c.html , (2) Comunicado de prensa, “Non à la signature de l’Accord de Partenariat Économique UE-Afrique de l’Ouest par le Conseil de l’Union européenne !”, 11 de diciembre de 2014, http://www.solidarite.asso.fr/IMG/p… ;,
(3) Jacques Berthelot, “Il est urgent d’arrêter d’imposer les APE”, 16 de enero de 2013, http://www.diplomatie.gouv.fr/fr/po… ;,
(4) Aimé Césaire, “Le colonialisme n’est pas mort”, La nouvelle critique, n° 51, enero de 1954, p. 28.
(5) Raphaël Granvaud, Que fait l’armée française en Afrique, Agone, Marsella, 2009. (6) “Frontex, le bras armé de l’Europe Forteresse”, demain le Monde, n° 18, marzo-abril 2013.
(7) Ibid. (8) “Frontex : guerre aux migrants”, documento audio, http://www.liguedh.be/les-fichiers-… ;,
(9) Claire Rodier, Xénophobie Business, à quoi servent les contrôles migratoires, La Découvertes, París, 2012. (10) Entrevista a Claire Rodier,Libération, 1 de octubre de 2012. (11) Antonio Parrinello, Reuters, 17 de enero 2015.
Fuente: http://michelcollon.info/Le-mur-meurtrier-de-la.html?lang=fr

Traducido del francés para Rebelión por Beatriz Morales Bastos












Los fondos buitres vuelan cerca...

Los fondos buitres, a la puerta de tu casa
 febrero 6 /2015
Por José Luis Carretero Miramar. Publicado en el blog Economía para Todos, del periódico Diagonal.

El 19 de septiembre de 2014, la Asamblea General de la Organización de Naciones Unidas aprobaba un texto presentado por Bolivia que mandataba al organismo internacional para establecer algún tipo de normativa que limitase la actuación de los llamados “fondos buitres” en las reestructuraciones internacionales de deuda. La Resolución fue aprobada con el voto favorable de 124 países, 41 abstenciones, y sólo 11 votos en contra.

El tema, en esos momentos, estaba en el candelero. Un grupo de 47 “fondos buitres” habían conseguido una sentencia en un tribunal de Nueva York que podía poner  en jaque las reestructuraciónes de deuda realizadas por Argentina  en los años 2005 y 2010, y que habían impedido, en su momento, el colapso económico  del país sudamericano.

¿Quiénes son estos llamados “fondos buitres”? ¿A qué se dedican? ¿Cuál es su importancia en un capitalismo tremendamente financiarizado y globalizado, que no admite fronteras para los flujos transnacionales de capital y que funciona principalmente en base al crédito y la titulización de activos?

Lo cierto es que se trata de fondos conformados por distintos inversores internacionales que se dedican a comprar activos problemáticos para especular con ellos en un entorno global. Su actuación en el ámbito de la deuda pública emitida por países con problemas económicos ha sido paradigmática, así como su inserción en aspectos cada vez más cercanos a nuestra vida cotidiana como la Sanidad o la Vivienda, como también veremos en este texto.

Pongamos un buen ejemplo, todavía de actualidad: Argentina, en medio de un brutal colapso económico y social provocado por las medidas neoliberales llevadas a cabo por sus gobiernos, cesa unilateralmente el pago de 100.000 millones de dólares de su deuda pública en el año 2002. Empieza el tiempo de la negociación con los acreedores y, para 2005, puede llegar a un acuerdo de reestructuración con el 76,15 % de ellos que le permite renegociar 81.800 millones de deuda con quitas de entre el 63 y el 45 %. En el año 2010 lleva a cabo una nueva reestructuración que se resuelve con quitas promedio del 66,3 % con la gran mayoría de los inversores restantes.

Sin embargo, 47 fondos (el 0,45 % de los deudores) tenedores de 4.000 millones de dólares de deuda pública argentina, no aceptan ninguna de las reestructuraciones. Son los llamados “fondos buitres”. Muchos de ellos han comprado la deuda justo cuando el país colapsaba y se entendía que no iba a poder pagar. Entonces los bonos de deuda estaban muy baratos. Ahora, para intentar cobrarlos a su valor nominal original, más los intereses, demandan a Argentina ante el tribunal competente: un organismo judicial neoyorkino (maravillas del Derecho Internacional de los contratos en el entorno neoliberal).

El juez Thomas Griesa les da la razón: Argentina debe pagarles la cantidad original, sin quita alguna. Y, además, el tribunal congela la cuenta del país sudamericano en el Bank of New York Mellon, desde donde se está pagando al resto de inversores que sí entraron en las reestructuraciones. Los acreedores que acordaron quitas no deben tener ninguna prioridad de pago respecto a los “fondos buitres”. El país entra en lo que las agencias de rating calificarán de un “impago parcial” de su deuda pública.

Se trata, efectivamente, de un chantaje en toda regla. Los fondos compraron muy baratos los bonos de deuda porque el país estaba hundiéndose, y ahora se van a aprovechar de la recuperación permitida por el resto de inversores que aceptaron las quitas cobrando más que ellos de dos maneras posibles: obligando directamente al pago mediante la amenaza del default total del país austral, o provocando ese default para obligar a la activación de los llamados CDS (seguros sobre el impago) contratados para los bonos. Un negocio redondo con enormes consecuencias sociales: el encarecimiento de la financiación internacional y el pago de la deuda, que recaerá sobre los hombros de la clase trabajadora y la clase media baja, retraerán cantidades al erario público, lo que se traducirá en pobreza, desmantelamiento de servicios sociales y nuevas rondas de medidas neoliberales y privatizaciones.

Pero, ¿quién es esta gente tan avispada que realiza tan suculentos negocios? Respondamos haciendo una pequeña radiografía de los dos principales actores de este drama en el caso argentino:  los Fondos Elliot Management y Dart Management.

Elliot Management es un Fondo propiedad del multimillonario Paul Singer que maneja más de 23 billones (americanos) de dólares y se precia de generar una rentabilidad del 14,6 % anual, frente al 10,9 % de la Bolsa Neoyorkina. Su propietario, Paul Singer, tiene un patrimonio de más de 1,9 billones de dólares, según la revista Forbes. Lleva décadas haciendo este mismo tipo de negocio: en Perú pagó 5 millones y se embolsó 58 especulando con su deuda; en el Congo, con una inversión de 2,3 millones en un momento de colapso económico del país, obtuvo 100 millones. Es uno de los principales donantes a la campaña del político republicano Mitt Romney y el ilustre firmante de un artículo en el Wall Street Journal titulado “Los partidarios del libre mercado deberían dar la bienvenida a algunas regulaciones”.

Dart Management es un fondo radicado en las Islas Caymán, propiedad de Kenneth Dart, que tiene un patrimonio de 6,6 billones (americanos) de dólares. Sus empresas son propietarias del 25 % del negocio inmobiliario de esas islas.  Dart no nació allí, sino que era norteamericano, pero se nacionalizó en ese paradisíaco rincón del Caribe para pagar menos impuestos, tras una extraño asalto a su casa en Miami que las malas lenguas relacionan con su precipitada salida de Rusia, tras las actividades especulativas realizadas por Kenneth con la deuda pública  y otros negocios del país, tras la caída del muro, con las que obtuvo más de 1.000 millones de dólares. Desde 1994 es también ciudadano de Belize, país del que intentó ser cónsul en Florida, lo que le hubiera permitido vivir en Estados Unidos, con inmunidad diplomática, y pagar sus impuestos en el Caribe. No coló. Tras sus intervenciones con la deuda pública brasileña a principios de los 90, en las que obtuvo un 161 % de beneficios, el presidente Bill Clinton dijo de él: “Dart es uno de los hombres de negocios más odiados de Sudamérica”.

“Cosas extrañas de la economía internacional”, dirá usted, “eso está fuera, sin embargo, de mi vida cotidiana, sus efectos sobre mí son indirectos”. Que el propio Banco Mundial avise de que más de un tercio de los países que han procedido a reestructurar sus deudas han sido blanco de los fondos buitres es algo que se mueve fuera de mi ámbito personal de actividad y de intereses. Pero, el caso es que su vivienda no.

Recientemente la Comunidad de Madrid subastaba casi 3000 viviendas públicas que iban a parar a EnCasaCibeles, una empresa participada principalmente por Azora, un fondo de inversión en patrimonio inmobiliario,y en un 98 % por Goldman Sachs. Asimismo, el ayuntamiento de la capital vendía otras 1860 viviendas públicas protegidas a Magic Real Estate-Blackstone, por 128,5 millones de euros. Ambas operaciones están en los tribunales penales por lo irregular de las concesiones y lo exiguo de lo pagado por un negocio con patrimonio público, que permitiría a Azora , por ejemplo, obtener unos beneficios del 211 %

Los efectos del negocio para los inquilinos de EncasaCibeles han sido inmediatos, como denuncia Enrique Villalobos, portavoz de la Asociación de Afectados: cobro del IBI, pérdida de  ayudas sociales imprescindibles para personas en situación de exclusión social, desaparición de las Juntas de Vecinos, abandono de los pisos, desahucios exprés, obligación de ejercitar la opción de compra por precios exorbitantes (acordados en los más alto de la burbuja)…Recordemos que estamos hablando de inquilinos de viviendas de protección oficial, que acreditaron, precisamente, su ausencia de recursos para obtener sus alquileres.

Azora tiene otras 300 viviendas públicas en Barcelona. Fundada en 2003, gestiona más de 3000 millones de euros. Su presidente es Juan del Rivero, que ha trabajado 23 años para Goldman Sachs (de hecho fue el primer español en ser nombrado “partner” de esta empresa global de inversiones). También tiene un alto cargo en Omega Capital, el “family office” de Alicia Koplowitz, y, según los medios, tuvo un gran papel en la ola de privatizaciones de las últimas décadas, tanto con los gobiernos del PP como con los del PSOE. Los proyectos de Telefónica y Repsol pasaron por sus manos. Fue uno de los grandes introductores de la banca de inversión en España e intervino en la primera titulización de créditos hipotecarios realizada en nuestro Estado, por parte del Banco de Santander en 1993.

¿Puede controlarse a los “fondos buitres”? ¿Es posible un “capitalismo racional” que discipline y ponga límites al vértigo transnacional de los derivados y los fondos de inversión? ¿Son pensables políticas públicas reformistas que permitan recuperar el terreno perdido para los Estados frente a los inversores institucionales? Cada vez parece más claro que no, que sólo de maneras muy tímidas y ambivalentes las regulaciones estatales pueden controlar los flujos financieros internacionales. Las reglas del Derecho comercial internacional y de las organizaciones supranacionales como la OMC , así como los acuerdos bilaterales de libre comercio como el TTIP, están hechos, precisamente, para favorecerlos. La respuesta, probablemente, está en otro sitio, en la reapropiación de los medios productivos y de la riqueza social  por parte de las poblaciones, en la construcción de una economía autocentrada, basada en el intercambio comarcal y en formas de colectivización cooperativa del trabajo y la riqueza.


Habla Fernando Gumucio, fundador de Azora: “me parece injusto llamarlos así (fondos buitres), es una descalificación, prefiero el término de oportunistas”.

domingo, 12 de abril de 2015

La actual acumulación primitiva del capital global se hace sobre las mujeres como siempre. .




Las cinco estrategias del capitalismo contra los movimientos sociales

Silvia Federici
Debemos rechazar la afirmación de que la indiferencia de la clase capitalista frente a la pérdida de vidas es una prueba de que el capital ya no necesita el trabajo vivo
La reestructuración de la economía mundial ha adoptado cinco estrategias básicas para dar respuesta al ciclo de luchas sociales que entre los años sesenta y los setenta transformaron la organización de la reproducción y las relaciones de clase. Primero, se ha producido una expansión del mercado de trabajo. La globalización ha producido un salto histórico en el tamaño del mundo proletario, tanto mediante un proceso global de «cercamiento» que ha provocado la separación de millones de personas de sus tierras, sus trabajos y sus «derechos consuetudinarios», como mediante el aumento del empleo de las mujeres. No es sorprendente que la globalización se nos aparezca como un proceso de acumulación primitiva, que ha asumido formas variadas.
Mediante la destrucción de las economías de subsistencia y la separación de los productores de los medios de subsistencia, al provocar la dependencia de ingresos monetarios a millones de personas, incluso a aquellas imposibilitadas para adquirir un trabajo asalariado, la clase capitalista ha relanzado el proceso de acumulación y recortado los costes de la producción laboral. Dos mil millones de personas han sido arrojados al mercado laboral demostrando la falacia de las teorías que defienden que el capitalismo ya no necesita cantidades masivas de trabajo vivo, porque presumiblemente descansa en la creciente automatización del trabajo.
Segundo, la desterritorialización del capital y la financiarización de las actividades económicas, posibilitadas por la «revolución informática», han creado las condiciones económicas por las que la acumulación primitiva se ha convertido en un proceso permanente, mediante el movimiento casi instantáneo del capital a lo largo del planeta, al haber derribado una y otra vez las barreras levantadas contra el capital por la resistencia de los trabajadores a la explotación.
Tercero, hemos sido testigos de la desinversión sistemática que el Estado ha llevado a cabo en la reproducción de la fuerza de trabajo, implementada mediante los programas de ajuste estructural y el desmantelamiento del «Estado de bienestar». Como se ha mencionado anteriormente, las luchas llevadas a cabo durante los años sesenta han enseñado a la clase capitalista que la inversión en la reproducción de la fuerza de trabajo no se traduce necesariamente en una mayor productividad laboral.
Como resultado de esto, surgen ciertas políticas y una ideología que resignifica a los trabajadores como microemprendedores, supuestamente responsables de la inversión en ellos mismos y únicos beneficiarios de las actividades reproductivas en ellos materializadas. En consecuencia se ha producido un cambio en los ejes temporales existentes entre reproducción y acumulación. Los trabajadores se ven obligados a hacerse cargo de los costes de su reproducción en la medida en que se han reducido los subsidios en sanidad, educación, pensiones y transporte público, además de sufrir un aumento de los impuestos, con lo que cada articulación de la reproducción de la fuerza de trabajo ha devenido un momento de acumulación inmediata.
Cuarto, la apropiación empresarial y la destrucción de bosques, océanos, aguas, bancos de peces, arrecifes de coral y de especies animales y vegetales han alcanzado un pico histórico. País tras país, de África a las islas del Pacífico, inmensas áreas agrícolas y aguas costeras -el hogar y los medios de subsistencia de extensas poblaciones- han sido privatizadas y hechas accesibles para la agroindustria, la extracción mineral o la pesca industrial. La globalización ha revelado, sin lugar a dudas, el coste real de la producción capitalista y de la tecnología lo que hace imposible hablar, tal y como Marx hizo en los Grundrisse, de «la gran influencia civilizadora del capital» que surge de su «apropiación universal tanto de la naturaleza como de la relación social misma» donde «la naturaleza se convierte puramente en objeto para el hombre, en cosa puramente útil; cesa de reconocérsele como poder para sí; incluso el reconocimiento teórico de sus leyes autónomas aparece solo como una artimaña para someterla a las necesidades humanas, sea como objeto del consumo, sea como medio de la producción».
En el año 2011, tras el derrame de petróleo de BP y el desastre de Fukushima -entre otros desastres producidos por los negocios corporativos-, cuando los océanos agonizan, atrapados entre islas de basura, y el espacio se ha convertido en un vertedero además de en un depósito armamentístico, estas palabras no pueden sonar más que como ominosas reverberaciones. Este desarrollo ha afectado, en diferentes grados, a todas las poblaciones del planeta. Aun así, como mejor se define el Nuevo Orden Mundial es como un proceso de recolonización. Lejos de comprimir el planeta en una red de circuitos interdependientes, lo ha reconstruido como un sistema de estructura piramidal, al aumentar las desigualdades y la polarización social y económica, y al profundizar las jerarquías que históricamente han caracterizado la división sexual e internacional del trabajo, y que se habían visto socavadas gracias a las luchas anticoloniales y feministas.
Si además tenemos en cuenta que, mediante la deuda y el ajuste estructural, los países del «Tercer Mundo» se han visto obligados a desviar la producción alimentaria del mercado doméstico al mercado de exportación, convertir tierras arables y cultivables para el consumo humano en terrenos de extracción mineral, deforestar tierras, y convertirse en vertederos de todo tipo de desechos así como en campo de depredación para las corporaciones cazadoras de genes, entonces, debemos concluir que, en los planes del capital internacional, existen zonas del planeta destinadas a una «reproducción cercana a cero». De hecho, la destrucción de la vida en todas sus formas es hoy tan importante como la fuerza productiva del biopoder en la estructuración de las relaciones capitalistas, destrucción dirigida a adquirir materias primas, «desacumular» trabajadores no deseados, debilitar la resistencia y disminuir los costes de la producción laboral.
Hasta qué punto ha llegado el subdesarrollo de la reproducción de la fuerza de trabajo mundial se refleja en los millones de personas que frente a la necesidad de emigrar se arriesgan a dificultades indecibles y a la perspectiva de la muerte y el encarcelamiento. Ciertamente la migración no es tan solo una necesidad, sino también un éxodo hacia niveles más altos de resistencia, un camino hacia la reapropiación de la riqueza robada. Esta es la razón por la que la migración ha adquirido un carácter tan autónomo que dificulta su utilización como mecanismo regulador de la reestructuración del mercado laboral. Pero no hay duda alguna de que si millones de personas abandonan su país hacia un destino incierto, a cientos de kilómetros de sus hogares, es porque no pueden reproducirse por sí mismas, al menos no bajo las condiciones necesarias.
Esto se hace especialmente evidente cuando consideramos que la mitad de los migrantes son mujeres, muchas con hijos que deben dejar atrás. Desde un punto de vista histórico esta práctica es altamente inusual. Las mujeres son habitualmente las que se quedan, y no debido a falta de iniciativa o por impedimentos tradicionalistas, sino porque son aquellas a las que se ha hecho sentir más responsables de la reproducción de sus familias. Son las que deben garantizar que sus hijos tengan comida, a menudo quedándose ellas mismas sin comer, y las que se cercioran de que los ancianos y los enfermos reciben cuidados. Por eso cuando cientos de miles de ellas abandonan sus hogares para enfrentarse a años de humillaciones y aislamiento, viviendo con la angustia de no ser capaces de proporcionarles a sus seres queridos los mismos cuidados que les dan a extraños en otras partes del mundo, sabemos que algo dramático está sucediendo en la organización del mundo reproductivo.
Debemos rechazar, de todas maneras, la afirmación de que la indiferencia de la clase capitalista internacional frente a la pérdida de vidas que produce el capitalismo es una prueba de que el capital ya no necesita el trabajo vivo. Más cuando en realidad la destrucción a gran escala de la vida ha sido un componente estructural del capitalismo desde sus inicios, como necesaria contrapartida a la acumulación de la fuerza de trabajo, acumulación que inevitablemente supone un proceso violento. La recurrente «crisis reproductiva» de la que hemos sido testigos en África durante las últimas décadas se encuentra enraizada en esta dialéctica de acumulación y destrucción de trabajo. También la expansión del trabajo no contractual y otros fenómenos que deberían ser considerados como abominaciones en un «mundo moderno» -como las encarcelaciones masivas, el tráfico de sangre, órganos y otras partes del cuerpo humano- deben ser leídas dentro de este contexto.
El capitalismo promueve una crisis reproductiva permanente. Si esto no ha sido más visible en nuestras vidas, por lo menos en muchas partes del Norte Global, es porque las catástrofes humanas que ha causado han sido en su mayor parte externalizadas, confinadas a las colonias y racionalizadas como un efecto de una cultura retrógrada o un apego a tradiciones erróneas y «tribales». Pero observado desde el punto de vista de la totalidad de las relaciones capital-trabajo, este desarrollo demuestra el esfuerzo continuo del capital de dispersar a los trabajadores y de minar los esfuerzos organizativos de los obreros dentro de los lugares de trabajo. Combinadas, estas tendencias han abolido los contratos sociales, desregulado las relaciones laborales, reintroducido modelos laborales no contractuales destruyendo no solo los resquicios de comunismo que las luchas obreras habían logrado sino amenazando también la creación de los nuevos comunes.
Junto con el empobrecimiento, el desempleo, las horas extras, el número de personas sin hogar y la deuda, se ha producido un incremento de la criminalización de la clase trabajadora, mediante una política de encarcelamiento masivo de la clase obrera que recuerda al Gran Encierro del siglo XVII, y la formación de un proletariado, constituido por inmigrantes indocumentados, estudiantes que no pueden pagar sus créditos, productores o vendedores de mercancías ilícitas, trabajadoras del sexo. Es una multitud de proletarios, que existen y trabajan en las sombras, que nos recuerda que la producción de poblaciones sin derechos -esclavos, sirvientes sin contrato, peones, convictos, sans papiers- permanece como una necesidad estructural de la acumulación capitalista.
Página Popular
Texto completo en: http://www.lahaine.org/las-cinco-estrategias-del-capitalismo





y ver una entrevista ...sobre la actualidad de Marx donde hay referencias sobre el mismo tema..



Texto completo en: http://www.lahaine.org/anderson-los-posmodernos-atacan-a

jueves, 9 de abril de 2015

Operación Ciudadanos .- FEDEA el lobby de la patronal.

Los vínculos de Ciudadanos con FEDEA, el lobby de la patronal


Antonio Maestre 

La Marea.

09 de abril de 2015
MADRID// Josep Oliu, director del Banco Sabadell, declaró el pasado mes de junio que el Podemos actual le daba un poco de miedo y que abogaba por la creación de “una especie de Podemos de derechas”. El banquero es también el presidente del patronato de FEDEA, el think tank de las grandes empresas del IBEX 35, del que proviene Luis Garicano, el economista que está confeccionando el programa económico de Ciudadanos.
FEDEA es una fundación promovida por el Banco de España en 1985 y su objetivo es “el de influir positivamente en la sociedad, investigando sobre las cuestiones económicas y sociales más importantes de nuestro tiempo”. La organización está impulsada por las empresas y bancos más importantes de nuestro país. En su patronato se encuentran, además de Oliu, representantes de la aristocracia económica del panorama nacional, entre los que destaca el nombre de Rodrigo Rato.
En su página web también aparecen los patronos: empresas como Abertis, BBVA, Banco Sabadell, Banco de España, La Caixa, Banco Popular, Iberdrola, Bolsa de Madrid, Fundación Ramón Areces, BANKIA, Banco Santander, Repsol, Corporación Financiera Alba, S.A., Telefónica y Fundación ACS.
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Luis Garicano era hasta marzo uno de los principales economistas de FEDEA. El actual cerebro económico de Ciudadanos se granjeó una notable influencia con el blog Nada es Gratis, en el que también colaboraba Diego Comín- otro de los economistas de este partido-. Garicano, junto a Fernández-Villaverde y Tano Santos, se encargó de dar golpes severos a la política económica de Mariano Rajoy desde las páginas de Financial Times y El País.
Los vínculos entre FEDEA y el partido de Albert Rivera no se circunscriben sólo a Luis Garicano y Diego Comín o a los deseos políticos de Josep Oliu. El actual director de la fundación es el economista Ángel de la Fuente, que sustituyó en marzo de 2014 a Michele Boldrin. De la Fuente es uno de los fundadores, en la segunda ola, de Ciutadans. Llegó incluso a firmar artículos en 2006 como miembro de este partido en Cataluña y ha seguido mostrando cercanía con la formación de Albert Rivera tras abandonarla.
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Medidas económicas de Ciudadanos y FEDEA
El grueso de las medidas económicas que ha ido presentando Ciudadanos en los últimos meses han sido propuestas en el pasado por FEDEA. Medidas como el tipo único de IVA, la necesidad de eliminar las inversiones en infraestructuras de AVE o el contrato único se encuentran en los documentos económicos del think tank.
Tipo único de IVA y reforma del IRPF
En las medidas sobre fiscalidad que el partido de Albert Rivera incluye en su página web y que especificarán el próximo día 21 de abril se encuentra un tipo único de IVA: “Nuestra propuesta de reforma del IVA pasa por movernos hacia un tipo único en el que la mayoría de los bienes y servicios tributen al tipo general que estableceríamos entre el 16 y el 19%. Para compensar de esta media a las familias con renta baja, aumentaríamos el mínimo exento en el IRPF”.
La misma propuesta del tipo único se encuentra en un documento de FEDEA de este pasado mes de febrero titulado Una reforma fiscal para España. En el documento se incide en que la medida pasa por la introducción de un tipo único de IVA y la eliminación de los tipos reducidos y superreducidos. En el caso de FEDEA, el tipo único se fijaría en el 21%. Al igual que en el documento de Ciudadanos se propone la compensación de esta subida del IVA de los productos básicos con otras acciones: “Esta medida se complementaría con un sistema de ayuda para compensar a los hogares de menor nivel de renta. Una posibilidad para este sistema de ayudas es aumentar aún más el mínimo exento. Alternativamente o de forma complementaria se debería contemplar medidas de gasto adicionales para ayudar a las familias con menos recursos”.
No es la única coincidencia que se encuentra en el documento de FEDEA sobre la reforma fiscal. La reducción del tipo marginal del IRPF y la eliminación de las deducciones y exenciones que incluyen las propuestas económicas de Ciudadanos también se incluyen en el documento del think tank del pasado mes de febrero.
Documento Ciudadanos: “En el IRPF se debe rebajar el tipo marginal situándolo en el 40% a la vez que se deben aumentar las bases impositivas eliminando las deducciones y exenciones”.
Documento FEDEA: “Nuestra propuesta se centra en bajar tipos marginales y eliminar beneficios fiscales”.
Contrato único
Una de las medidas económicas principales que en materia de empleo presentó Ciudadanos el pasado  febrero era la propuesta de un contrato único indefinido con indemnización creciente. Una vez más, se trata de una propuesta que nace de la fundación de las grandes empresas. Un documento de FEDEA del 2011 firmado por Conde-Ruiz, Felgueroso y García-Pérez ya propugnaba la implantación del contrato único con indemnización creciente:
“Es necesario retornar a un sistema mucho más simple y unificado, con un contrato único (con coste indemnizatorio creciente) para todas las nuevas contrataciones. Esta solución se ha reclamado persistentemente desde el mundo académico, pero se ha enfrentado en la práctica a
las dificultades que supone su implementación desde la perspectiva de la economía política”.
AVE
Albert Rivera declaraba en 2013 que el AVE era la mejor solución contra el separatismo. En la inauguración de la línea entre Barcelona, Girona y Figueres, declaró que “infraestructuras como el AVE son la mejor manera de vertebrar España y de combatir el separatismo” y “ejemplos de cómo entender una España descentralizada y a la vez vertebrada como fórmula de integrar Cataluña y, por tanto, España con Europa”. A pesar de que lo que pensaba el líder de Ciudadanos sobre la alta velocidad española, Luis Garicano y Ciudadanos han declarado que hay que acabar con el AVEporque no es rentable y se ha convertido en otra de sus medidas estrella: “Estamos hipotecando nuestro futuro con un gasto suntuario. Si ya somos el segundo país del mundo en AVE. ¿Tenemos que ser el primero? Con el presupuesto de 3.500 millones de este año pagaríamos la política de innovación que presentamos el miércoles.”
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No sabemos si el cambio de opinión de Albert Rivera con respecto al AVE se debe a la influencia de FEDEA, pero también esta medida se encuentra entre las propuestas de la fundación. “El análisis confirma y extiende los resultados y las conclusiones de evaluaciones anteriores: todas las líneas de alta velocidad existentes en España presentan una rentabilidad social o financiera negativa y, por lo tanto, no deberían haberse construido”.
Las similitudes de FEDEA con Ciudadanos son muchas, en algunos casos porque son las mismas personas, y es preciso recordar algunas de las propuestas que se esconden entre quienes tienen el visto bueno de los grandes empresarios e imperios mediáticos. Los tres de FEDEA (Garicano, Villaverde y Santos) llegaron a pedir en 2012 un gobierno de concentración para España, obviando los mínimos conceptos que rigen las democracias occidentales: “Necesitamos urgentemente un nuevo gobierno, con apoyo de todos los partidos mayoritarios y de nuestros expresidentes, compuesto por políticos competentes y técnicos intachables con amplios conocimientos de su cartera”.

ver ...
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