Un mundo multipolar y el dólar
Michael Roberts
Christine Lagarde, directora del Banco Central Europeo (BCE), pronunció un importante discurso la semana pasada ante el Consejo de Relaciones Exteriores de EEUU en Nueva York.
Fue importante porque analizó los desarrollos recientes en el comercio y la inversión globales y evaluó las implicaciones del aparente debilitamiento del dominio hegemónico de la economía estadounidense y del dólar en la economía mundial y la evolución hacia una economía global 'fragmentada' y 'multipolar' – en la que ninguna potencia económica o incluso el actual bloque imperialista del G7-plus dominaría el comercio, la inversión y las monedas mundiales.
Lagarde explicó: “La economía global ha estado atravesando un período de cambio transformador. Después de la pandemia, la guerra injustificada de Rusia contra Ucrania, el uso de la energía como arma, la repentina aceleración de la inflación, así como una creciente rivalidad entre Estados Unidos y China, hace que las placas tectónicas de la geopolítica se estén moviendo más rápido”.
Es posible que no se esté de acuerdo con las causas que ofrece Lagarde, pero concluyó que “Estamos presenciando una fragmentación de la economía global en bloques que compiten, y cada bloque intenta acercar la mayor parte del resto del mundo a sus respectivos intereses estratégicos y valores compartidos. Y esta fragmentación bien puede fusionarse en torno a dos bloques liderados respectivamente por las dos economías más grandes del mundo”.
Así que se trata de fragmentación y reagrupamiento en una batalla entre un bloque liderado por Estados Unidos y un bloque liderado por China. Esta es la preocupación de Lagarde y el bloque imperialista liderado por Estados Unidos: una pérdida de control global y una fragmentación del poder económico global que no se veía desde el período de entreguerras de las décadas de 1920 y 1930.
Lagarde habló con nostalgia del período posterior a 1990 después del colapso de la Unión Soviética, que supuestamente presagió un período de dominio global por parte de los EEUU y su 'alianza de los dispuestos' ('Coalition of the Willing'). “Después de la Guerra Fría, el mundo se benefició de un entorno geopolítico notablemente favorable. Bajo el liderazgo hegemónico de Estados Unidos, florecieron instituciones internacionales basadas en reglas y se expandió el comercio global. Esto condujo a una profundización de las cadenas de valor globales y, a medida que China se unió a la economía mundial, a un aumento masivo en la oferta laboral global”.
¿Significa todo ello que el bloque imperialista está perdiendo el control de la extracción de plusvalía de los trabajadores del mundo? En particular, ¿el papel del dólar estadounidense como emperador de las monedas está amenazado por otras monedas en el comercio y la inversión? Lagarde comentó: “La evidencia anecdótica, incluidas las declaraciones oficiales, sugieren que algunos países tienen la intención de aumentar el uso de alternativas a las principales monedas tradicionales para facturar el comercio internacional, como el renminbi chino o la rupia india. También estamos viendo una mayor acumulación de oro como activo de reserva alternativo, posiblemente impulsado por países con vínculos geopolíticos más estrechos con China y Rusia”.
Lagarde tiene razón. Como he mostrado en varios artículos anteriores, aunque los EEUU y la UE han perdido terreno en su cuota en la producción mundial, el comercio e incluso en las transacciones y reservas de divisas, todavía queda un largo camino por recorrer antes de declarar que la economía mundial se ha 'fragmentado' en ese sentido
Esta fragmentación preocupa a Lagarde, como representante de la hegemonía global EEUU-UE. Y propone: “en la medida en que la geopolítica conduce a una fragmentación de la economía global en bloques que compiten, esto exige una mayor cohesión política. Sin comprometer la independencia, sino reconociendo la interdependencia entre las políticas y cómo cada una puede lograr mejor su objetivo si se alinea detrás de una meta estratégica”. ¿Qué quiere decir Lagarde?: que las principales potencias deben trabajar juntas con medidas fiscales y monetarias similares para garantizar que la 'fragmentación' fracase y se mantenga el orden existente. Pero eso va a ser muy difícil en una economía mundial que se desacelera en el crecimiento del PIB real y de la inversión, y sobre todo, cuando la rentabilidad del capital se mantiene en torno a mínimos históricos.
El dólar estadounidense y su hegemonía aún no están amenazados porque “entre el 50 y el 60 % de los activos estadounidenses a corto plazo en poder de extranjeros están en manos de gobiernos con fuertes lazos con los Estados Unidos, lo que significa que es poco probable que desinviertan por razones geopolíticas” (Lagarde). E incluso se da el caso de que la China 'anti-estadounidense' sigue fuertemente comprometida en sus reservas de divisas con el dólar estadounidense. China informó públicamente que redujo la participación en dólares de sus reservas del 79 % al 58 % entre 2005 y 2014. Pero China no parece haber cambiado la participación en dólares de sus reservas en los últimos diez años.
Hay mucho ruido de que el NBD puede proporcionar un polo alternativo de crédito a las instituciones imperialistas del FMI y el Banco Mundial. Pero hay un largo camino por recorrer para hacerlo. Un exfuncionario del Banco de la Reserva de Sudáfrica (SARB) comentó: “la idea de que las iniciativas de los Brics, de las cuales la más destacada hasta ahora ha sido el NDB, suplantarán a las instituciones financieras multilaterales dominadas por Occidente es una quimera”. Para empezar, los BRICS son muy distintos en términos de población, PIB per cápita, geográficamente y en estructura comercial. Y las élites gobernantes en estos países a menudo están en desacuerdo (China contra India, Brasil contra Rusia).
Como escribió Patrick Bond recientemente: “El papel de los BRICS en las finanzas globales se resume en 'hablar a la izquierda, caminar a la derecha' como demuestra su vigoroso apoyo financiero al Fondo Monetario Internacional durante la década de 2010, y más recientemente la decisión de los BRICS de establecer el Nuevo Banco de Desarrollo (NDB) -supuestamente una alternativa al Banco Mundial- y que este declare un congelamiento de su cartera rusa a principios de marzo, ya que de lo contrario no habría conservado su calificación crediticia occidental de AA+. Y Rusia es accionista del 20% del NDB.
Pero volvamos a Lagarde: “ el factor individual más importante que influye en el uso de una moneda internacional es la “fortaleza de sus fundamentos”. En otras palabras, por un lado, la tendencia al debilitamiento de las economías del bloque imperialista con crecimientos muy débiles y crisis durante el resto de esta década; y por otro, la continua expansión de China e incluso de India. Esto significa que el fuerte dominio militar y financiero de EEUU y sus aliados se sostiene sobre las pies de barro de una productividad, inversión y rentabilidad relativamente bajas. Esa es una receta para la fragmentación y el conflicto global.
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Fuente:
https://thenextrecession.wordpress.com/2023/04/22/a-multipolar-world-and-the-dollar/
Traducción:G. Buster.
Este texto tiene gráficas , para ver , picar aquí en su enlace..
https://www.sinpermiso.info/textos/un-mundo-multipolar-y-el-dolar
Y ver otro artículo comentando el discurso de Lagarde
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