Hace veinte años, en la Cumbre Mundial de 2005, la Asamblea General de las Naciones Unidas respaldó la doctrina de la «responsabilidad de proteger»
o «R2P». Las principales preocupaciones fueron prevenir el genocidio,
los crímenes de guerra, la limpieza étnica y los crímenes de lesa
humanidad. Siempre que las poblaciones corran el riesgo de sufrir tales
crímenes, la comunidad internacional debe tomar medidas colectivas «de
manera oportuna y decisiva» para evitar que se cometan atrocidades
masivas.
En la práctica, solo importan algunas masacres, bien por posible
amenaza o porque sean reales, y son aquellas que benefician a las
potencias occidentales para promover sus propios intereses
geoestratégicos (aqui y aquí
un ejemplo de como los medios alertan selectivamente). El ataque
liderado por la OTAN contra Libia en 2011 es un ejemplo de libro. Los
políticos occidentales y sus partidarios en todo el «espectro» de los
medios de comunicación declararon que el mundo tenía que actuar para
evitar un «baño de sangre» en Bengasi cuando las fuerzas de Gadafi
supuestamente amenazaban con masacrar a civiles. De hecho, el público
fue sometido a un bombardeo propagandístico para promover la Guerra
Perpetua que ya había causado estragos en Irak, asesinando a más de un millón de personas, la destrucción virtual del estado iraquí y la proliferación de Al-Qaeda y otros grupos de milicias.
En 2016, un informe del
Comité de Asuntos Exteriores de la Cámara de los Comunes del Reino Unido resumió las consecuencias
destructivas de la intervención de la OTAN en Libia en 2011:
«El resultado fue el colapso político y económico, la guerra
entre milicias y tribales, las crisis humanitarias y migratorias, las
violaciones generalizadas de los derechos humanos, la propagación de las
armas del régimen de Gadafi por toda la región y el crecimiento del EI
[Estado Islámico] en el norte de África».
En cuanto a la supuesta amenaza de una masacre por parte de las
fuerzas de Gadafi en Bengasi, que motivó la «intervención humanitaria»
de la OTAN, el informe concluyó
que con «las pruebas disponibles», no había ningún fundamento de dichas
masacres. Del mismo modo, inventaron las afirmaciones de que Gadafi
utilizó mercenarios africanos y empleó violaciones masivas alimentadas
con Viagra como arma de guerra.
Los objetivos reales de la OTAN eran el cambio de régimen y el petróleo de Libia, perseguido durante mucho tiempo por el Reino Unido. Tras unos años en los que Occidente se acercó a Gadafi, incluido Tony Blair, el líder libio se había convertido en un obstáculo para los intereses occidentales.
Como observó el
historiador Mark Curtis:
«Tres semanas después de que Cameron [el
entonces primer ministro del Reino Unido] asegurara al Parlamento en
marzo de 2011 que el objetivo de la intervención no era el cambio de
régimen, firmó una carta conjunta con el presidente Obama y el presidente francés Sarkozy en la que se comprometía a «un futuro sin Gadafi».
Curtis
añadió:
«Que estas políticas eran ilegales lo confirma el propio Cameron.
El 21 de marzo de 2011 dijo al Parlamento que la resolución de la ONU
«no autoriza explicitamente ninguna accion legal que lleve a la salida
de Gadafi del poder por medios militares».
Al igual
que Blair, Cameron debería haber terminado en La Haya por cargos de crímenes de
guerra.
«Genocidio sin remordimientos»
Si la doctrina de la «R2P» fuera auténtica, entonces habría habido
una acción internacional masiva para prevenir el genocidio de los
palestinos en Gaza por parte de Israel, así como detener los actos terroristas israelíes cometidos en la Cisjordania ocupada, incluido el asesinato rutinario de niños y niñas palestinas.
Amnistía Internacional tardó 14 meses -después de los atentados del 7 de octubre de 2023- en publicar una noticia de indicios de genocidio
contra Israel (5 de diciembre de 2024). Han pasado otros cuatro meses,
desde el 18 de marzo, cuando Israel rompió el alto el fuego que nunca
tuvo la intención de mantener, matando a casi 1.600 palestinos desde entonces. Según el Ministerio de Salud de Gaza, alrededor de 51.000 personas han sido asesinadas por Israel desde octubre de 2023. Es probable que el número real de muertes sea mucho mayor. Israel también ha suspendido toda la entrada de alimentos, combustible y ayuda humanitaria a Gaza.
El asesinato de 15 médicos y trabajadores de emergencia el mes
pasado a manos de soldados israelíes, y el intento de encubrimiento
israelí, con cuerpos y vehículos enterrados en una fosa común poco
profunda, no provocó – hasta donde sabemos- ni una sola condena pública
de Israel por parte de los líderes occidentales.
La BBC News, sin duda consciente del escrutinio público y quizás también bajo la presión interna de algunos de sus propios periodistas, puso
a trabajar a su equipo de ‘BBC Verify’. Esto se produjo tras la
publicación de un horrible vídeo del ataque israelí encontrado en el
teléfono móvil de Rifaat Radwan, una de las víctimas. Desgarradoramente,
se le pudo escuchar decir momentos antes de su asesinato:
«Perdóname, madre, porque elegí este camino de ayudar a la gente. Acepta mi martirio, Dios, perdóname«.
El videoclip de 19 minutos reveló que los vehículos de la Media Luna
Roja Palestina tenían las luces de emergencia encendidas, y que
llevaban chalecos de alta visibilidad, lo que contradice rotundamente
las declaraciones deshonestas de Israel de que el convoy se comportaba
de manera «sospechosa» y constituía una «amenaza».
Los
primeros informes de la BBC llevaban el titular:
«Israel admite errores sobre los asesinatos de médicos en Gaza«
Nuevamente, la BBC, haciendo todo lo posible para minimizar los crímenes de Israel.
Actualizaron el titular más tarde, con un tono más preciso, pero aún suave:
Israel cambia su versión de los asesinatos de médicos en Gaza después de que un video mostrara un ataque mortal
Cabe destacar que la BBC News no utilizó la palabra «masacre» en sus
informes, que fue lo que claramente sucedió. Tampoco explicaron que los
portavoces de Israel hubieran engañado en sus declaraciones. De hecho,
Israel tiene una larga historia
de difusión de desinformación e incluso de mentiras descaradas: un
hecho crucial que está habitualmente ausente de los informes de noticias
«convencionales».
En cambio, la BBC dijo que Israel simplemente había «cambiado su
versión» de lo que había sucedido. Del mismo modo, The Guardian tiuló:
«El ejército israelí cambia la versión de la muerte de médicos en Gaza tras el video del ataque«
Las 15 víctimas no eran más que estadísticas, con poco o ningún intento de nombrarlas o humanizarlas; sin entrevistas con familiares afligidos ni relatos de sus vidas, sus esperanzas, o sus ambiciones.
Owen Jones lo expresó
bien a través de X y, con mayor extensión, en un
video:
«Imagínense que Rusia ejecutase a 15 médicos de la Cruz Roja y socorristas, enterrándolos en una fosa común.
«Imagínense que mintiera sobre este grave crimen de guerra. Imagínese, las imágenes que lo demostraron.
¿Diría la BBC que «Rusia admite errores sobre los asesinatos de médicos en Ucrania»?
– No, no lo haría.
El 7 de abril, en la BBC News at Six, el editor internacional Jeremy Bowen concluyó
su relato de la masacre de los 15 médicos y trabajadores de emergencia
en Israel con una vergonzosa declaracion equilibridada entre ambos
lados:
Israel admite que sus soldados cometieron errores cuando atacaron
el convoy. Niega consecuentemente haber cometido crímenes de guerra en
Gaza. Las pruebas indican que todas las partes beligerantes lo han hecho«. [Énfasis del propio Bowen]
El atroz
falso equilibrio, el hecho de no señalar el largo y desacreditado historial de
mentiras de Israel, y la negativa de la BBC a usar palabras como
«masacre» y «genocidio» son evidentes para el público.
El historiador y comentarista político Assal Rad observó
a través de X que los medios occidentales no tienen reparos en dar
cobertura en los titulares cada vez que ‘Rusia miente’. Pero, en el caso
de Israel, los titulares usan la frase evasiva: ‘Israel cambia su
versión’.
Como se ha mencionado, es posible que tanto la presión pública como
la interna sobre la BBC News estén teniendo ocasionalmente un impacto en
la emisora. Como señaló el sindicalista Howard Beckett, la BBC informó inicialmente del
espantoso ataque israelí del 13 de abril contra el Hospital Árabe Al
Ahli, el último hospital en pleno funcionamiento en la ciudad de Gaza,
con el siguiente titular:
«Hospital de Gaza golpeado por ataque israelí, dice el Ministerio de Salud dirigido por Hamas«
La BBC News incluye sistemáticamente la frase «El ministerio de salud
dirigido por Hamas» en sus titulares, lo que implica que la fuente
puede no ser fiable. El titular se actualizó más tarde a:
«Un ataque aéreo israelí destruye parte del último hospital en funcionamiento en la ciudad de Gaza«
Como siempre con la BBC News, la excusa de Israel para el ataque apareció en la parte superior del artículo:
Las Fuerzas de Defensa de Israel (FDI) dijeron que atacaron el
hospital porque contenía un «centro de comando y control utilizado por
Hamas».
Richard Sanders, un
experimentado periodista y cineasta, señaló a través de X:
La BBC vuelve a informar de la afirmación israelí de que el
hospital bautista Al-Ahli era un «centro de mando y control utilizado
por Hamás», a pesar de que tales afirmaciones en el pasado han
demostrado ser totalmente falsas una y otra vez. Mal, mal periodismo‘.
«Mal, mal periodismo», es decir, propaganda. Pero totalmente estándar para la BBC News y gran parte de lo que pasa por noticias ‘convencionales’.
Los lectores recordarán que este es el mismo hospital donde se
produjo una devastadora explosión el 17 de octubre de 2023, que mató a
471 personas, según
el Ministerio de Salud de Gaza. Israel montó una enorme operación de
propaganda para tratar de convencer al mundo de que la causa fue un
cohete palestino que «falló». Sin embargo, un análisis detallado de
Forensic Architecture, -un grupo de investigación multidisciplinario
con sede en Goldsmiths, Universidad de Londres, que investiga
violaciones de los derechos humanos-, reveló que la conclusión más
probable es que la causa fue la explosión de un misil interceptor
israelí.
Horas después de la explosión, los médicos que atendieron a los
heridos dieron una rueda de prensa en el cercano hospital al-Shifa.
Allí, el cirujano británico-palestino Dr. Ghassan Abu-Sittah, actual
rector de la Universidad de Glasgow, dijo que «esto es una masacre» y vaticinó que «más hospitales serán atacados».
El Dr. Abu-Sittah diría
más tarde que la explosión en el hospital de Al Ahli fue
el momento en que le pareció claro que la campaña militar de Israel «dejó
de ser una guerra y se convirtió en un genocidio».
El corresponsal de Sky News, Alex Crawford, señaló que esta era la quinta vez que el hospital fue bombardeado por las fuerzas militares israelíes desde octubre de 2023.
Como señaló el periodista de investigación
Dan Cohen sobre el último ataque:
«Este es el mismo hospital que Israel bombardeó en octubre de
2023 y emprendió una campaña masiva de desinformación mediática para
echar la culpa a un cohete palestino. Ahora ni siquiera fingen. Un
genocidio sin remordimientos’.
¿Italia tiene derecho a existir?
El pasado
mes de noviembre, un periodista desafió a Francesca Albanese, la relatora
especial de la ONU sobre los territorios palestinos ocupados, con la pregunta
cliché: «¿Tiene Israel derecho a existir?».
Vale la pena contemplar la convincente respuesta de Albanese:
«Israel sí existe. Israel
es un miembro reconocido de las Naciones Unidas. Además, no existe en el
derecho internacional nada sobre el derecho de un Estado a existir.
¿Italia tiene derecho a existir? Italia existe. Ahora, si mañana, Italia
y Francia quieren fusionarse y convertirse en Ita-France, está bien,
eso no depende de nosotros. Lo que está consagrado en el derecho
internacional es el derecho de un pueblo a
existir. Entonces, está el Estado. El Estado de Israel está ahí. Y está
protegido como miembro de las Naciones Unidas. ¿Justifica esto la
eliminación de otro pueblo? Claro que no. Ni hace 75 años. Ni hace 57
años. Ni hoy tampoco. ¿Dónde está la protección del pueblo palestino
contra su eliminación, la anexión, la ocupación ilegal y el apartheid?
Esto es lo que tenemos que discutir».
Una respuesta contundente, sin duda. ¿Dónde está la tan cacareada
«R2P» cuando se trata de Palestina? En lugar de discutir la mejor manera
de proteger al pueblo palestino y, lo que es más importante, tomar
medidas decisivas inmediatas para hacerlo, Occidente continúa apoyando
al apartheid y al estado genocida de Israel: armándolo, proporcionando cobertura diplomática, colaborando con las fuerzas aéreas israelíes con vuelos de espionaje de las Fuerzas Reales Aéreas (RAF, Reino Unido) sobre Gaza y con operaciones de guerra, incluyendo el suministro secreto de armas a Israel, que se lleva a cabo desde la base de la RAF en Chipre.
Como ya se sabe, la Corte Internacional de Justicia de La Haya está
deliberando sobre un caso de genocidio contra Israel. El año pasado, la
CIJ declaró que la ocupación israelí de los territorios palestinos –Gaza
y Cisjordania, incluida Jerusalén Este– es ilegal.
Y la Corte Penal Internacional emitió órdenes de arresto contra el
primer ministro israelí Benjamin Netanyahu y el ex ministro de Defensa
israelí Yoav Gallant. Y, sin embargo, Netanyahu fue recibido
recientemente con los brazos abiertos en Washington, DC, después de
haber volado a través del espacio aéreo de Francia y otros países
europeos que, en virtud de sus obligaciones con la CPI, deberían haberle negado ese privilegio.
La periodista palestina
Lubna Masarwa, jefa de la oficina de
Palestina e Israel de Middle East Eye, observó que:
«Para los líderes occidentales no hay líneas rojas para la
matanza de Israel. Envalentonado por Estados Unidos y otras potencias
occidentales, Israel siente que puede salirse con la suya desatando el
infierno sobre todos los palestinos.
Y añadió:
«La inhumanidad de estos tiempos me asusta, como periodista y como persona«.
El viernes pasado,
Mirjana Spoljaric, jefa del Comité Internacional de la Cruz Roja, dijo que Gaza se ha convertido en
«el infierno en la tierra». Israel estaba «amenazando la
viabilidad de que los palestinos siguieran viviendo en Gaza». Lo que está
ocurriendo en Gaza es, dijo, un «vaciamiento
extremo» del derecho internacional.
Como Andrew Feinstein, el
autor, activista y ex parlamentario sudafricano, declaró en un reciente y poderoso
video para Double Down News:
«Occidente tiene una opción, dejar de apoyar el genocidio, o
bien transformar sus propias democracias y destruir el derecho
internacional para siempre. Occidente ha optado por lo segundo«.
Fuente: https://www.medialens.org/2025/global-charade-israel-palestine-and-the-rules-based-order/
Traducido por Marwan Pérez para Rebelión
https://rebelion.org/la-gran-farsa-israel-palestina-y-el-orden-basado-en-reglas/