jueves, 13 de marzo de 2025

La sombra de la guerra: negociaciones y negocios en Ucrania

 

La sombra de la guerra: negociaciones y negocios en Ucrania

Alejandro Marcó del Pont            

En Riad, los rusos presentaron a los estadounidenses un gráfico con las pérdidas de 324.000 millones de dólares sufridas por las empresas estadounidenses que dejaron el mercado ruso

 El 18 de febrero, funcionarios de Rusia y EEUU se reunieron en Arabia Saudita durante cuatro horas en lo que ambas delegaciones describieron como conversaciones «positivas». Este encuentro fue presentado como un primer paso hacia la normalización de las relaciones entre ambos países y el inicio de discusiones sobre la guerra en Ucrania. Marco Rubio, jefe del estadounidense Departamento de Estado, calificó la reunión como «el primer paso de un viaje largo y difícil». Sin embargo, más allá de las declaraciones diplomáticas, las negociaciones parecen estar en un punto muerto, mientras que las especulaciones y los intereses estratégicos de ambas partes dominan el escenario.

 Rusia tuvo que emprender un periplo diplomático para explicar a sus aliados, como China, Corea del Norte e Irán, los detalles de la reunión. La caída de Siria no pasó desapercibida para estos socios, y el acercamiento de Moscú a Washington ha generado nerviosismo entre ellos. Por otro lado, las verdaderas intenciones de Trump siguen siendo una incógnita para Rusia, dado que tiene poco margen para negociar. Mientras algunos en EEUU creen que Trump debería adoptar una estrategia de negociación que genere dilemas para Moscú, lo único que se ha logrado hasta ahora es instalar un falso relato que aumenta las preocupaciones en Ucrania y Europa.

 Esta situación recuerda a la estrategia de Richard Nixon y Henry Kissinger en 1971, cuando EEUU se acercó a China para debilitar a la Unión Soviética durante la Guerra Fría. La jugada de Nixon terminó de explotar la rivalidad ideológica sino-soviética, dividiendo el bloque comunista y reforzando la posición estratégica de EEUU. Hoy, la idea de Trump con Rusia parece ser similar: distanciar a Moscú lo máximo posible de la órbita china, aunque con muchas menos posibilidades de lograrlo.

 Las especulaciones sobre la reunión giran en torno a los beneficios económicos que ambos países podrían obtener. Para Rusia hay tres componentes clave: el regreso -con condiciones- de las empresas occidentales que abandonaron el mercado ruso, el destino de los 300.000 millones de dólares en activos congelados por Occidente y los beneficios para sus socios chinos en la reconstrucción de las cuatro regiones que votaron en referéndum ser parte de Rusia: Donetsk, Lugansk, Jersón y Zaporiyia.

 Durante la reunión en Riad, los funcionarios rusos presentaron a sus homólogos estadounidenses un gráfico que detallaba las pérdidas de 324.000 millones de dólares sufridas por las empresas estadounidenses que dejaron el mercado ruso. Según el Fondo Ruso de Inversión Directa (RDIF), estas pérdidas se distribuyen en sectores como tecnología y medios (123.000 millones), bienes de consumo (94.000 millones), financiación (71.000 millones), industria (26.000 millones) y energía (10.000 millones). Tres días después de la reunión, el presidente Vladimir Putin anunció que Rusia necesita un mecanismo regulatorio para las compañías occidentales que busquen regresar, asegurando que las empresas rusas no pierdan su ventaja competitiva.

 Uno de los temas más delicados es el destino de los 300.000 millones de dólares en activos soberanos rusos congelados en Europa. Rusia podría aceptar que estos fondos se utilicen para la reconstrucción de Ucrania, pero insistirá en que parte del dinero se destine a las nuevas provincias. Según el Banco Central Ruso, estos activos están distribuidos en euros (207.000 millones), dólares estadounidenses (67.000 millones), libras esterlinas (37.000 millones), yenes japoneses (36.000 millones), dólares canadienses (19.000 millones), dólares australianos (6.000 millones) y dólares singapurenses (1.800 millones).

 Algunos proponen que estos fondos se entreguen a Ucrania a través de un complejo «préstamo de repatriación», en el que Rusia y EEUU podrían ser socios, siempre que haya garantías de rendición de cuentas. Aquí entra en juego BlackRock, el gigante financiero que busca participar en los fondos de reconstrucción. Recientemente, BlackRock adquirió Global Infrastructure Partners (GIP), uno de los mayores gestores de activos de infraestructura del mundo, con inversiones en gasoductos, energías renovables, telecomunicaciones, puertos y aeropuertos.

 China, por su parte, también tiene un papel crucial en este escenario. Al menos una docena de empresas privadas chinas cooperan activamente con empresas en las regiones ocupadas de Donetsk y Lugansk, proporcionándoles equipos y otros productos. Un ejemplo es la cantera de Karan, un sitio abandonado por el régimen ucraniano que fue reinaugurado en octubre de 2022. En mayo de 2023 empleaba a 243 personas, y en 2024 se construyeron dos nuevas plantas para la producción de hormigón y trituración de piedra. Estos productos se utilizan para la construcción de carreteras y la producción de hormigón en Donetsk, Jersón y Zaporiyia.

 La idea de recuperar los fondos invertidos por EEUU en Ucrania parece estar tomando forma. El acuerdo, que probablemente no incluirá las garantías de seguridad que Kiev tanto solicita, se centraría en explotar los vastos yacimientos de minerales críticos de Ucrania, como litio y titanio, esenciales para la producción de vehículos eléctricos, energías limpias y defensa. Más del 53% de estos recursos se encuentran en las cuatro nuevas provincias rusas, lo que podría convertirse en otro negocio para los 300.000 millones de dólares congelados.

 Sin embargo, no todos están contentos con este escenario. BlackRock, por ejemplo, necesita que la idea de un ejército europeo, impulsada por la posible retirada de EEUU, se haga realidad. Los dineros del plan Mario Draghi podrían dar a este fondo buitre la opción de participar en la reconstrucción de Ucrania, algo que ya había negociado con Zelensky, aunque ahora eso tenga poco valor. Además, BlackRock es accionista de empresas bélicas como la alemana Rheinmetall, junto con Goldman Sachs, Bank of America y Société Générale.

 En definitiva, todas las oportunidades son motivo de negociación, con guerra o sin ella. La reunión en Arabia Saudita puede haber sido solo el comienzo de un juego mucho más grande, donde los intereses económicos y geopolíticos seguirán dominando el escenario.

 eltabanoeconomista.wordpress.com

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 Texto completo en: https://www.lahaine.org/mundo.php/la-sombra-de-la-guerra-1

 

 y ver   

    https://nuevarevolucion.es/la-industria-armamentistica-y-los-intereses-britanicos-en-ucrania/


 

  

martes, 11 de marzo de 2025

Peligrosa ineptitud europea

 

Peligrosa ineptitud europea

 

Los políticos europeos deberían abrir su propia negociación con Rusia en lugar de mendigar un puesto en la mesa de Trump. Antes, tendrían que reconocer que la única ‘garantía de seguridad’ para Ucrania es su neutralidad.

La élite política europea se caracteriza por su ineptitud. En casi su totalidad se trata de gente que durante décadas externalizó a Estados Unidos la función de pensar políticamente, adoptando el infantilismo político, el narcisismo y la arrogancia de unos “principios y valores” que, desde luego, la Unión Europea no encarna, practicando una política basada en la imagen, y creyéndose su propia propaganda mediática sobre el motivo y origen del conflicto de Ucrania, a saber: el deseo de un malvado dictador de ampliar su imperio y recrear una especie de URSS. 

La Unión Europea no puede resolver un conflicto cuyos motivos no entiende. Es incapaz, por tanto, de negociar, porque desconoce sus propios intereses: no los ha formulado, y se ha limitado a seguir los de Estados Unidos, que ahora gira y la deja en la estacada. 

Europa no quiere acabar la guerra de Ucrania, porque su burocracia oligárquica ha encontrado en la confrontación con Rusia la fórmula para consolidar su poder, su razón de ser. Este cúmulo de circunstancias explica su actual despropósito: pretender ganar sin Estados Unidos una guerra, que en su actual estado y a lo largo de tres años ha perdido con Estados Unidos. ¿De dónde van a salir los 800.000 millones anunciados para el rearme? Alemania, su principal potencia, está a las puertas de otro año de recesión. ¿De dónde saldrán los hombres dispuestos a morir en la enésima cruzada de la historia europea contra Rusia? Sus principales potencias militares –Inglaterra, Alemania y Francia– apenas cuentan, cada una, con una decena de sistemas de defensa antiaérea y antimisiles, pero para cubrir mínimamente el espacio ucraniano (ciudades e industrias clave). En la época soviética, allí se disponía de centenares de esos sistemas. Es solo un ejemplo. 

Es verdad que los presupuestos de defensa combinados de los Estados europeos suman cifras enormes, bien superiores a las de Rusia, pero eso no cambia la realidad de un mosaico operativamente incoherente de retazos de diferentes sistemas de armas, cuya complicada interacción ha demostrado la  estrategia militar occidental en Ucrania. Respecto a la invocada “invasión rusa de Europa”, es una fantasía. Choca con la propia realidad del lento y penoso avance militar ruso en Ucrania y con la propia narrativa europea. Durante años, la UE ha mantenido que la inclusión de Ucrania en la OTAN es la garantía de seguridad, porque Rusia no se atrevería a atacar a la OTAN, pero al mismo tiempo se afirma esa posibilidad al agitar el “que vienen los rusos”. 

Lo que deberían hacer los políticos europeos es abrir su propia negociación con Rusia en lugar de mendigar un puesto en la mesa de Trump. Antes, deberían reconocer que la única “garantía de seguridad” para Ucrania es su neutralidad. Seguramente es pedirles demasiado… 

A poco más de seis semanas desde que Trump asumió la presidencia –cuando se escriben estas líneas– y en medio de una desconcertante y a veces contradictoria sucesión de declaraciones y anuncios, sigue sin haber apenas perspectiva para pronósticos y conclusiones. Es difícil imaginar que se cumpla, por ejemplo, lo que dice el ayudante presidencial Elon Musk de que Estados Unidos se vaya de esa OTAN que el propio secretario de Defensa, Pete Hegseth, quiere “más fuerte y letal”. Aún más que abandone Europa, pieza fundamental de la proyección del poder americano en el mundo. Sin embargo, el mero hecho de que el primero en la cadena de mando de la guerra entre la OTAN y Rusia que se libra en Ucrania exprese comprensión hacia los intereses rusos e insista en acabar la guerra, ha quebrado la narrativa occidental sobre el conflicto y crea una enorme confusión en las filas europeas, unidas en su hostilidad a Rusia, lo que abre una ventana de oportunidad a Moscú. 

En el Kremlin se preguntan hasta qué punto es firme esa oportunidad. Tras décadas de deslocalización y desindustrialización en busca del máximo beneficio cortoplacista, la dependencia de la economía de Estados Unidos de sus suministradores es grande. Los castigos arancelarios anunciados pueden crear rupturas y carestías. El mundo ya conoció, en la Rusia de Boris Yeltsin de los años noventa, grandes promesas de “volver a hacer grande” el país que se saldaron con un fenomenal desbarajuste. En los inicios de Trump, el presidente (recordemos que sufrió dos atentados durante la campaña electoral) tiene a su favor la inercia del shock que provoca el frenético anuncio de sus iniciativas políticas entre sus adversarios en Estados Unidos y en Europa, pero su posición está lejos de ser firme. Su mayoría en el Congreso es exigua, de solo tres votos. En el dossier ucraniano, todo el partido demócrata y parte del republicano no sintonizan con el giro hacia un acuerdo con Rusia. En el probable caso de que la economía se le tuerza, Trump perderá en dos años la mayoría en las elecciones de midterm y recibirá la suma de la energía opositora que ya se está gestando contra él. Desconocemos también cuánto durará la unidad en su bizarro equipo, formado por criterios de fidelidad. 

Sea como sea, nadie puede garantizar que el siguiente presidente de Estados Unidos se vuelva a parecer más a Joe Biden que a Donald Trump. Ese escenario de “paréntesis anómalo” en Washington puede ser la esperanza de futuro de los ineptos dirigentes europeos que buscan en la continuidad de la guerra una loca salida a su debacle. ¿Podría coordinarse ese loco belicismo europeo con la oposición a Trump en el establishment de la seguridad de Estados Unidos y del Partido Demócrata para hacer fracasar el vector de una negociación en Ucrania? Por supuesto, el propio Trump parece consciente de tal peligro. En sus recepciones en la Casa Blanca maltrató a Zelenski, pero se cuidó mucho de hacer lo mismo con Macron y Starmer, gente que, aliada con sus enemigos en Estados Unidos, puede ser peligrosa.

En términos históricos, parece que el hegemonismo occidental se está desmoronando en el mundo. La conducta de los que van a menos en el actual tránsito está plagada de peligros. Eso incluye a Rusia, pero en el ámbito de los objetivos, los de Moscú están claros: 1- restablecer la neutralidad de Ucrania y evitar allí el despliegue de bases y armas de la OTAN, 2- restablecer los derechos de la población rusófila de la región y 3- renegociar un sistema de seguridad europeo integrado en el que los intereses de Rusia sean tenidos en cuenta. Los objetivos estadounidenses están menos claros, aunque entre todo lo declarado, se extrae una lógica de economía de recursos para poder seguir dominando el mundo. En el caso de Europa, no hay objetivos definidos. Hay un partido de la guerra, con gran peso de bálticos, polacos y nórdicos, que arrastra al resto y que podría degenerar fácilmente en una guerra del norte en el área del Mar Báltico. Mientras todo eso se cuece, es indudable que se ha abierto una ventana de oportunidad para la distensión entre Estados Unidos y Rusia, en la que Moscú podría retirar sus tropas de Bielorrusia a cambio de una retirada de tropas americanas de Europa del Este, así como una retirada mutua de misiles de medio alcance de ambos espacios. El planeta tiene otras prioridades urgentes perfectamente claras y definidas. Europa debe dejar de ser la vanguardia del despropósito. 

Fuente: https://ctxt.es/es/20250301/Firmas/48782/Rafael-Poch-ineptitud-europea-negocacion-Rusia-Ucrania-Trump.htm

domingo, 2 de marzo de 2025

La geopolítica de la paz .

 

 

La geopolítica de la paz

 

Por Jeffrey Sachs | 03/03/2025

 

  Transcripción editada del discurso del profesor Jeffrey Sachs en el Parlamento Europeo en un evento titulado “La geopolítica de la paz”, organizado por el ex secretario general adjunto de la ONU y actual eurodiputado por BSW Michael von der Schulenburg, el 19 de febrero de 2025. La transcripción ha sido editada para mayor claridad y anotada en notas a pie de página e hipervínculos. La transcripción sin editar y la versión en audio se encuentran aquí:  https://singjupost.com/transcript-jeffrey-sachs-on-the-geopolitics-of-peace-in-the-european-parliament/

  Leer ..

https://rebelion.org/la-geopolitica-de-la-paz/


sábado, 1 de marzo de 2025

Europa y Ucrania, en pánico .

 

 

Europa y Ucrania, en pánico ante el desastre del encuentro entre Trump y Zelenski

 Los aliados europeos de Kiev intentan a contrarreloj amortiguar el choque entre Trump y Zelenski, y evitar que el destino de Ucrania quede en manos de EEUU y Rusia.

 Juan Antonio Sanz

 01/03/2025  

 Tras la humillación a la que le sometió ante todo el planeta el presidente de Estados Unidos, Donald Trump, el líder ucraniano, Volodímir Zelenski, busca este fin de semana en Londres una salida de emergencia que puedan abrir sus aliados europeos para evitar que el fin de la guerra lo dicten Washington y Moscú, y que la suerte de Ucrania quede a merced de los oligarcas estadounidenses y los autócratas rusos.

 “Ucrania nunca ha estado tan cerca del colapso total”, afirmó en la red social X Yulia Mendel, exportavoz de Zelenski. “Hay pánico en el país” tras lo ocurrido en la Casa Blanca entre el presidente ucraniano y su homólogo estadounidense, agregó.

 En este sentido, Estados Unidos ya está considerando detener los envíos de ayuda militar que estaban a punto de salir para Ucrania, valorados en miles de millones de dólares, según indicó a The Washington Post un alto cargo de la Administración Trump.

 En tales circunstancias, y salvo que Zelenski no reaccione y se humille ante Trump, Europa tiene ante sí la difícil y urgente tarea de intentar restañar la herida abierta entre la Casa Blanca y el Gobierno de Kiev. Pero también ha de cerrar la brecha que se expande entre las posiciones de EEUU y la Unión Europea, junto con Reino Unido, respecto a la manera de poner fin a la guerra de Ucrania, que podría devenir en una derrota total del país invadido.

 Hasta el momento, los aliados europeos han sido excluidos del proceso de conversaciones entre representantes rusos y estadounidenses abierto el 12 de febrero.

¿Abocada Ucrania a la rendición de mano de Trump?

 Trump quiere “ya” la paz y no está dispuesto a disquisiciones sobre si Ucrania va a perder más o menos territorio ocupado por las tropas rusas, si aquel país en un futuro será un cortafuegos neutral entre Occidente y Rusia, o si acabará convertido en un Estado satélite de Moscú. Para sus amigos europeos, en esa “disquisición” está en juego el futuro de Europa.

 El espectáculo montado el viernes en la Casa Blanca ha dejado a unos EEUU totalmente rebotados contra Ucrania y sus amigos europeos, y ahora quedan las dudas de si tal situación no estaba de hecho planeada por Washington para acelerar unas conversaciones de paz en la que Kiev estaría obligado a aceptar las condiciones rusas. Es decir, la rendición.

 El espectáculo montado el viernes en la Casa Blanca ha dejado a unos EEUU totalmente rebotados contra Ucrania y sus amigos europeos

 A Trump no le acababan de convencer ni el acuerdo para explotar los minerales y recursos estratégicos entre Ucrania y EEUU que se iba a firmar esa misma tarde y que no se ratificó, ni el riesgo de enfadar a los rusos con ese documento, que daba a Washington buena parte de las riquezas ucranianas.

El mayor escollo era que Zelenski, a cambio del aparentemente suculento contrato (o quizá no tanto, pues muchos de los yacimientos contemplados para la explotación conjunta están en territorios controlados ya por el ejército ruso), exigía garantías de seguridad concretas por parte de EEUU y no solo para después de la guerra. Esto habría socavado el acercamiento estadounidense a Rusia que es prioritario ahora mismo para la Casa Blanca.

Por eso fue tajante Trump: usted “no está preparado para la paz”, le dijo al mandatario ucraniano. Entre muchas otras cosas, también le acusó de querer aprovecharse de EEUU para alcanzar la paz. El plan de paz de Zelenski, o de la victoria, incluye demandas que ya nunca podrán cumplirse, como la retirada de las tropas rusas del este de Ucrania o su entrada en la OTAN, que Trump ha rechazado tajantemente y que Kiev sigue reclamando con apoyo de algunos países europeos.

Zelenski recibe el apoyo de Ucrania y Europa

 El presidente de Ucrania ha recibido un gran apoyo en su país por aguantar la cara ante las duras palabras de Trump y su vicepresidente, JD Vance. Pero son también muchas las voces que le reprochan no haber tenido más “pragmatismo” y sangre fría sabiendo cómo se las gasta el mandatario estadounidense.

 Y sobre todo, ante las sospechas de que esa reunión, convocada originalmente para firmar un acuerdo de explotación conjunta de las reservas minerales estratégicas de Ucrania, en realidad pudo haber sido una celada para sacar definitivamente al líder ucraniano de la negociación de paz, ahora en manos de Moscú y Washington.

 El presidente estadounidense, Donald Trump, habla con el presidente ucraniano Volodimir Zelenski, durante una reunión este viernes, en la Casa Blanca en Washington.

 El mayor respaldo lo ha tenido Zelenski en Europa, donde se ha rechazado de forma casi unánime la acusación de Trump de que no quiere la paz y que no tiene ningún plan realista para conseguirla, y de que, por el contrario, sus acciones desde el comienzo de la invasión rusa han puesto en riesgo a Europa de una guerra nuclear.

 El problema es que los europeos no saben en este momento qué pasos dar para contener la hemorragia que ha provocado Trump en la alianza occidental contra Rusia desde que llegó en enero al poder. Y menos aún tras la tormenta desatada este viernes en el Despacho Oval de la Casa Blanca, que puede implicar el relegamiento total de Zelenski como eventual interlocutor en la búsqueda de la paz en Ucrania.

Cumbre en Londres este domingo

 

Por eso quieren aprovechar la cumbre de catorce países europeos, incluida Ucrania, y Canadá, que este domingo acogerá Londres, para buscar una salida a esta complicada situación, después de que Trump quemara los últimos puentes tendidos con Ucrania a favor de su creciente y positiva relación con el presidente ruso, Vladímir Putin.

La inmensa mayoría de los países europeos le hicieron llegar a Zelenski y Ucrania el mensaje de que no están solos y que todos apoyan una paz justa y duradera. El problema es que, con la lentitud del dinosaurio europeo para reaccionar en la práctica, cualquier tipo de ayuda militar puede llegar demasiado tarde, debido a la situación actual del campo de batalla, con una imparable iniciativa bélica rusa.

 Como preámbulo de la cumbre del domingo, Zelenski llegó la víspera a Londres para reunirse inmediatamente con el primer ministro británico, Keir Starmer. Reino Unido ha sido uno de los principales defensores de Ucrania en la arena internacional, le ha enviado miles de millones de libras en armas, incluidos los misiles de largo alcance Storm Shadow, y se ha declarado dispuesto a despachar incluso tropas de interposición para detener la agresión rusa e impedir futuras ofensivas militares del Kremlin si se firma algún tipo de alto el fuego.

 Reino Unido ha sido uno de los principales defensores de Ucrania en la arena internacional

 En cualquier caso, los mandatarios europeos acuden a Londres con el miedo en los huesos, pues se van cerrando las puertas a un amplio entendimiento que incluya a Ucrania y Europa en la mesa de las negociaciones, mientras crecen las posibilidades de que solo vaya a haber un pacto entre su perpotencias.

Temor en Ucrania a la suspensión de la ayuda estadounidense

 El temor es mayor en Ucrania, donde, en medio de una doble ofensiva del Kremlin en la región de Donetsk, este del país, y en la región rusa de Kursk, donde hay desplegadas tropas ucranianas, se teme con mucha lógica que el fin de la ayuda armamentística estadounidense podría verse precedido por la suspensión del apoyo logístico y de inteligencia, sin el cual Kiev estaría literalmente perdido.

 Esta amenaza ya la vertió posiblemente Trump el viernes a Zelenski en uno de los momentos de más acaloramiento en el Despacho Oval: “Sus problemas comienzan ahora mismo”, le espetó.

 Incluso el secretario general de la OTAN, Mark Rutte, quien participará en la reunión de Londres, llamó este sábado la atención a Zelenski y le recordó todo lo que ha hecho por Ucrania el armamento estadounidense, proporcionado incluso antes de la invasión. Sin esas armas, dijo Rutte y citó expresamente a los lanzamisiles portátiles Javelin, Ucrania “no habría tenido ninguna oportunidad” al comenzar la invasión rusa en febrero de 2022.

 Al presidente Trump “hay que darle crédito, por eso y por todo lo que todavía está haciendo”, manifestó Rutte. El secretario general de la OTAN instó a Zelenski a “encontrar una forma de recomponer su relación con Trump”, a quien felicitó por su iniciativa de hablar con Rusia y así “romper el bloqueo” de la guerra.

 Este novedoso posicionamiento de Rutte define mucho el grado de inquietud que lo ocurrido entre Zelenski y Trump ha causado en Bruselas. Rutte siempre se ha mostrado a favor de continuar la guerra hasta la derrota rusa, pero en esta ocasión parece haber reculado ante la catástrofe que se puede venir encima si EEUU retira todo su apoyo, financiero, armamentístico y de inteligencia.  (1)

Una catástrofe si EEUU retira su apoyo de inteligencia a Ucrania

 Sin el apoyo de los satélites estadounidenses, por ejemplo, Ucrania no podría siquiera disparar con precisión sus misiles de largo alcance contra el interior de Rusia, ni anticiparse a las oleadas de drones lanzadas por los rusos continuamente y menos aún recargar regularmente sus sistemas antimisiles que protegen no tanto las ciudades, como sus bases militares.

 El diputado ucraniano Oleksí Goncharenko, del opositor partido Solidaridad Europea liderado por el expresidente Petró Poroshenko (uno de los rivales de Zelenski en unas eventuales elecciones), advirtió este sábado sobre las “consecuencias muy negativas” que puede tener la confrontación con EEUU.

 Y aunque agradeció todas las muestras de apoyo europeas en las redes sociales o en comunicados, Goncharenko fue realista: “El problema es que no se puede interceptar un misil ruso con una declaración en X. No se puede detener un tanque ruso con un comunicado o con unas palabras. Necesitamos armas, necesitamos inteligencia y buena parte de ellas las recibimos de Estados Unidos"

 El problema es que no se puede interceptar un misil ruso con una declaración en X

 En este sentido, manifestó su temor de que Washington pueda bloquear para Ucrania el internet de alta velocidad Starlink, así como toda la información de inteligencia que presta EEUU a Kiev. Una posibilidad muy real, pues, según la citada información de The Washington Post, la Casa Blanca ya contempla parar los “miles de millones de dólares en radares, vehículos, municiones y misiles que esperan ser enviados a Ucrania”.

Si esto ocurriera, la resistencia ucraniana tendría los meses contados, si no las semanas. Es, seguramente, el escenario que previó Trump cuando en medio de la campaña electoral, y también antes, prometió acabar con la guerra de Ucrania en 24 horas. La excusa de la confrontación con Zelenski le ha dado ya el pretexto.

https://www.publico.es/internacional/europa-ucrania-panico-desastre-encuentro-trump-zelenski.html

 (1) Nota del BLOG  .-  El secretario general de la OTAN, Mark Rutte, acaba de pedir al presidente de Ucrania, Volodimir Zelenski, que repare su relación con Donald Trump después de la acalorada discusión pública de ayer tras la que no se produjo ningún acuerdo que acerque la paz a su país. El dirigente de la organización atlántica añadió que Zelenski debe  «respete todo lo que ha hecho» el estadounidense por el país europeo ya que, según ha afirmado en una entrevista con la BBC, Ucrania «no habría tenido ni una sola oportunidad» de no ser por el apoyo de EEUU, apoyando así la tesis de Trump. En medios diplomáticos se asegura que esta declaración de Rutte constituye el final militar de Ucrania.