Entrevista al periodista, Antonio Mestre , autor del libro “Franquismo S.A”
(Akal), que ha salido a la venta esta semana
¿Qué responsabilidad tuvieron las grandes empresas españolas
en el franquismo? Es la pregunta a la que trata de dar respuesta el primer
libro del periodista Antonio Maestre (Getafe, Madrid,1979). Editado por Akal,
Franquismo S.A es un trabajo periodístico altamente documentado de los vínculos
de diferentes familias de empresarios con la dictadura franquista. De
personajes, definidos por Maestre como “cobardes, traidores, criminales y
carroñeros” que se acercaron al poder para mejorar su posición social. En
cuartopoder hablamos con él de todas estas cuestiones.
-¿De dónde te surge la idea de realizar este libro? ¿Cuáles
han sido tus motivaciones?
-Surge un poco de la inquietud personal. Había leído mucho
sobre este tema, me ha interesado desde siempre. Dos de las cuestiones que más
me han interesado siempre han sido la historia de la Segunda Guerra Mundial y
el nazismo, también de la Guerra Civil y la dictadura. Pero veía un desfase
siempre entre lo escrito y contado en el nazismo y el franquismo. Había un
oscuro que era la responsabilidad de las empresas. Si bien hay artículos y
bibliografía sobre esa responsabilidad durante el nazismo, en España no.
Siempre que veía compendios de artículos había temas de política, cultura o
sociedad pero la economía nunca estaba. Nace fruto de ahí, quería enterarme por
que y poco a poco empecé a intentar trazar ese puzle. Es cierto que hay
historiadores locales o gente de la universidad que ha trazado de manera
tangencial el tema. De ahí me puse a construir el puzle.
-Dices en una de las primeras páginas que es un libro sobre
“cobardes, traidores, criminales y carroñeros”. ¿Cómo son ese tipo de
personajes?
-Hay muchos perfiles. Pero lo que hay en esencia es mucha
gente que durante mucho tiempo lo que hizo fue aproximarse al poder para
enriquecerse personalmente, para conseguir una posición social relevante. Hay
algún tipo de personaje que se acercó. Otros que desde el inicio de la Guerra
Civil estuvieron directamente vinculados al franquismo. Pero son personajes que
lo que han hecho ha sido aproximarse a un régimen genocida y criminal para
tener una posición personal desahogada.
-En uno de los capítulos señalas a Julio Muñoz Ramonet como
uno de los paradigmas de la razón de este libro. ¿Quién era?
-Antes de la Guerra Civil no era nadie. Después se dedica,
junto con su madre por las relaciones que traza ella con militares franquistas,
al estraperlo con el algodón. Empieza a montar un pequeño imperio que va
parasitando a empresas que quedaron en mala situación después de la guerra. Las
acaba comprando, como la fábrica de Can Batlló en Barcelona. Es un personaje
que luego se dedica en Barcelona a la buena vida, a vivir como un crápula. Y
acaba haciendo un negocio multimillonario nacido de la corrupción fruto de las
relaciones personales con el franquismo, de su madre primero y luego suyas.
-Mencionas una gran cantidad de empresas en el libro: Gas
Natural, Iberdrola, Acciona, OHL, BBVA, etc. Si tuvieras que elegir uno de los
ejemplos paradigmáticos de la vinculación empresarial con el franquismo, ¿cuál
sería?
-El ejemplo que puede abarcar todo es el de José María de
Oriol Urquijo a través de Hidrola (Hidroeléctrica Española). La actual
Iberdrola nace de la fusión de Hidrola e IberDuero. Oriol Urquijo viene de una
familia de prominentes industriales vascos carlistas y tradicionalistas. Él fue
un falangista convencido, alcalde de Bilbao, se dedicó a hacer listas de
represaliados en los diarios falangistas de la época. Aparte de su vinculación
en la represión y en el Golpe de Estado de 1936 luego trazó una red de
intereses. El representa al empresario de las eléctricas a la vez que era
procurador en las Cortes franquistas, presidente de la patronal de las
eléctricas y el empresario encargado de hacer la legislación y además con trato
directo para ello con Francisco Franco incluso por encima del ministro de
Industria de la época.
"En el libro sale mucha gente que se aproximó al poder
franquista para enriquecerse"
Es un paradigma porque además luego representa cómo ese
empresariado que nace durante la Guerra Civil, se construye durante el
franquismo y se perpetúa después en la transición. Cuento una anécdota de cómo
se cuadró ante Felipe González cuando ganó las elecciones. Con un taconazo
militar le dijo: “aquí estoy, señor Felipe González, a su servicio”. Después le
pidió que si le podía solucionar algunos problemillas que tenía con la empresa
en Marruecos. Es el paradigma de como se construye ese poder empresarial
durante el franquismo.
-Mencionas una iniciativa de Joan Tardá (ERC) en 2011 para
exigir a las constructoras del Valle de los Caídos que pagaran las exhumaciones
de las víctimas. Eso no llegó a ningún sitio. ¿Ha habido otras iniciativas
políticas parecidas?
-Con las empresas no hay mucho más que eso. Sí es cierto que
ha habido algunas iniciativas, casi siempre desde ERC o IU, relacionadas con la
restitución del patrimonio robado durante el franquismo a los partidos
políticos. Porque si bien al principio hubo una devolución después de la
transición a los sindicatos pero sólo a vinculados al PSOE. Por ejemplo a la
CNT no se le devolvió nada. Ha habido una especie de restitución pero
selectiva. Cada vez que se ha planteado, se ha rechazado. Jesús Caldera, cuando
rechazó esa iniciativa de ERC dijo que supondría unas onerosísimas cargas para
el Estado por la imposibilidad de encontrar a los verdaderos responsables. Al
no encontrar al verdadero responsable, el Estado sería responsable subsidiario.
Son las palabras de Caldera. Y dijo que no era el momento. Además el PSOE
cuando hizo la Ley de Memoria Histórica, tanto Ramón Jáuregui como María Teresa
Fernández de la Vega se negaron en redondo a meter la restitución patrimonial.
Quizás también tuvo que ver con los propios intereses de De La Vega y su
familia, que tenían saltos de agua heredados del franquismo. Siempre ha habido
una negativa porque sería darle una vuelta al calcetín a todo el patrimonio de
las grandes empresas y familias. Es muy difícil encontrar una gran empresa o
familia que tenga ahora dinero en la que no vería concernida su patrimonio.
-En lo que supone señalar y catalogar las responsabilidades
con la dictadura dices que en España no se espera nada parecido en un futuro
próximo. ¿Crees que no es posible? ¿Qué podrían hacer las empresas si quisieran
borrar este tipo de legado?
-Hay dos cuestiones fundamentales. En el libro se infiere un
canto a la esperanza que no aparece, pero sí se puede desencriptar. Los
procesos de reparación homologables al de España, como Alemania, han tardado
mucho. Acabó en 2007, 62 años después de la Segunda Guerra Mundial. Nosotros
hemos sumado 44 años. Todavía estamos a tiempo. Pero es necesario empezar a
hacer una solución integral de reparación porque la conciencia individual de
estas familias y empresas tiene que ver con la concienciación colectiva en la
sociedad. No es casualidad que en Alemania muchos nietos y familiares de estas
empresas hayan pedido perdón o iniciaran un proceso de restitución. Porque
previamente ha habido un proceso de concienciación colectiva de la sociedad. Es
decir, la sociedad ha asumido que aquello estaba mal. Cuando la sociedad asume
eso, los familiares también lo tienen que asumir. En España hasta que no
hagamos un proceso de conciencia colectiva por el cual esté mal visto que
hubiera empresas que se lucraron. Tenemos que hacer un proceso de transición de
la conciencia colectiva para que eso pueda llevar a cabo un proceso de
reparación. Este libro lo que intenta es plantear el debate, ser un paso para
empezar a andar. No va a pasar próximamente porque no existe ese proceso de
conciencia colectiva. Cuando empecemos a andarlo se podrá dar. No habrá
reparación hasta que no haya conciencia colectiva.
-Has señalado como ejemplo a Alemania. Es una parte muy
importante del libro el tratamiento que haces del proceso de desnazificación en
aquel país. ¿Con qué nos tenemos que quedar de eso y con qué no? Dices que no
hay que mitificarlo
-En comparación con el momento actual ellos están mucho más
avanzados. Pero Alemania empezó 30 años antes. La Segunda Guerra Mundial acabó
en 1945 y Franco murió en 1975. Ahí es donde debieran haber empezado los
procesos. Se establece además otra diferencia. Las reparaciones en Alemania se
la hicieron los que ganaron la Guerra, algo que aquí no pasó. Hasta el año 1989
que cayó el Muro de Berlín los nazis fueron integrados con total normalidad en
la República Federal Alemana. Porque sus miembros fueron usados para luchar
contra el comunismo, que en aquel momento era el enemigo por encima de todo. Si
nosotros trazamos la memoria como el proceso final, es una cosa, pero cuidado
porque ellos tuvieron una larga andadura por el desierto. Hay que recordar que
Fritz Bauer, que quiso llevar a juicio a muchos miembros, tuvo que recurrir al
Mossad para que detuvieran a Adolf Eichmann cuando él sabía donde estaba y no
se lo permitieron. Los procesos de Auschwitz fueron muy complicados para Bauer.
Y se cuentan muchas historias sobre cómo se asimiló a los nazis dentro de las
cúpulas de la RFA, incluso altos cargos, con total normalidad. Hay que mirar el
proceso final. Pero el camino traza bastantes similitudes con el nuestro.
-Hay una parte interesante del libro, quizás más desconocida
que otras, que trata sobre las relaciones de la burguesía catalana con el
nazismo.
-
Durante muchísimo tiempo sí se ha hablado de la presencia
de los nazis en Barcelona. De hecho hay hasta un libro de fotografías editado
por el Ayuntamiento de Barcelona. Se conoce también la llegada de uno de los
jerarcas a Montserrat. En cualquier caso lo que yo trazo es cómo esa burguesía
catalana tuvo relación directa con sus empresas. La IG Farben, una empresa
química de las más paradigmáticas en sus vínculos con el nazismo, porque tenía
una fábrica en un campo de concentración de Monowitz, cerca de Auschwitz, en la
que se dedicaba a la extracción de un derivado del carbón. Esa empresa tenía
intereses directos en España, tenia hasta una fábrica en Flix (Tarragona). Hubo
muchas empresas como la Unicolor, la Fábrica Nacional de colorantes, que tenían
relación directa con IG Farben. En el libro salen varios documentos de
contratos firmados entre estos empresarios catalanes. Pero lo que ocurrió fue
que tras la Segunda Guerra Mundial los aliados declararon a IG Farben como una
empresa tan corrupta que no podía ser recuperada por su vinculación con el
nazismo. Y lo que hicieron fue disolver sus intereses en diferentes empresas
que habían tenido también su presencia como Bayer, por ejemplo.
"La burguesía catalana tuvo relación directa con las
empresas del nazismo"
Lo que se hizo en España fue que el accionariado de la IG
Farben pasó en un 51% a diferentes empresarios que habían tenido relación con
ella mediante esos contratos. Esas familias eran los Montseny, los Milá, los
Egarás, los Valls Taberner, etc. A través sobre todo de la cultura consiguieron
relacionarse con estos empresarios nazis y mantener la vida pública sin ningún
problema. Se cuenta la historia del Patronato del Liceo donde se realizaban las
jornadas wagnerianas, una especie de exaltación de la vinculación con lo que
quedaba del nazismo en Barcelona. Esos empresarios siguieron operando y se
traza ese hilo negro desde las empresas nazis a las actuales. Ahora mismo la
empresa que heredó esos intereses en la sociedad catalana es Ercros, una
sociedad química que opera en Barcelona. Con ellos hablé incluso, me dieron
alguna información pero eludieron el tema.
-Precisamente una de las cosas que señalas en el libro son
los silencios. Cómo en las páginas webs corporativas de muchas empresas se
omiten las referencias a la época franquista o el Golpe de Estado de 1936. No
sé si llegaste a hablar con algunas de ellas.
-La mayoría te suelen decir que son cosas del pasado y que
la actual empresa no tiene nada que ver. Que aquellas eran otras empresas. Si
preguntas por ejemplo a Naturgy te dicen que aquello antes era Fenosa. Intentan
obviar responsabilidades diciendo que eran otras empresas que fueron
absorbidas. Pero hombre, si absorbes sus intereses económicos y su patrimonio
físico también tendrán que tener alguna responsabilidad sobre el deber moral de
todo lo que hicieron. No puedes considerarte con lo que te interesa pero con
las deudas morales no. La mayoría no dicen nada, obvian y ocultan todo en las
páginas. Luego cuando investigas en algunos libros se les escapa alguna
cuestión. Muchas de la información que yo saco son de libros de memorias. Pero
hay que buscarla. En CAMPSA por ejemplo mantiene sus anuarios. Tienes que ir
descargando año a año. En el año 1995 ellos se enorgullecían, cuento algunas
cuestiones de las cuentas llamadas del glorioso alzamiento nacional en algunas
empresas. Es bastante habitual que intenten ocultar, ellos no hacen alarde.
-Este ocultamiento, además en tu caso como documentalista
conoces bien el tema, se traslada también al Diccionario de la Real Academia de
la Historia. Hay omisiones deliberadas.
-Son muy llamativas en algunos casos. Porque además tienen
que ver siempre con el período del franquismo, no ocultan otras cuestiones.
Cuando tú hablas de otros personajes históricos no pasa nada. Pero hay casos en
los que se cuenta la historia desde un punto de vista de todo lo positivo y se
oculta por ejemplo que un personaje como Wenceslao Fernández Olivero había
participado en tribunales de la masonería y contra el comunismo. Eso no se
pone. Le preguntaba yo al que había hecho la entrada y es que se debía sólo al
diccionario moral. Más moral que haberte dedicado a la represión de
comunistas…Tiene que ver con que quienes financian ese diccionario son muchas
veces los mismos que tratan de ocultar su historia. Uno de los que sale en el
libro, Juan Miguel Villar Mir, que forma parte de la OHL, empresa con
vinculación directa con el trabajo esclavo a través de Huarte, si ves lo que
dice de él, eso lo oculta. Pero claro, es que en patronato de este diccionario
esta la Fundación Villar Mir. Dice mucho que sean ellos los que están trazando
la historia, son las fuentes bibliográficas sobre las que tenemos que beber.
-Uno de los conceptos que manejas en el libro es el de
endogamia social. Dices también que el poder se veía bien reflejada en las
páginas de sociedad de ABC. Una imagen que me recuerda por ejemplo a los
asistentes a la boda de la hija de Aznar, donde muchos de ellos fueron
condenados por corrupción. Ese tipo de relaciones endogámicas sigue estando
presente en la sociedad actual y se han ido traspasando las empresas de forma
familiar.
"Son siempre las mismas familias que trazan una red y
están en todos los lugares de poder"
.
-Cito una frase de Félix Millet que decía que en el fondo
somos 400 que nos conocemos todos. Lo que se suele utilizar suele ser como la
aristocratada de segundo nivel. Funcionan en los mismos términos. Si tienen una
hija la casan con esta familia e intentan colocar a cada uno en todos los
estratos de la sociedad, en la política, en la economía, cultura o educación.
Intentan tocar todos los palos para tener una capa en la que todas las familias
se van entrelazando. En el libro se ve que se pasa de una empresa a otra a
través de las familias. Empiezo a hablar de una familia y éste se ha casado con
éste y a través de eso se quedan alguna empresa. Es muy fácil trazar esa
endogamia. Hay a veces que utilizo unos nombres para hablar de una empresa
porque ese mismo nombre está en todas. Por ejemplo Villalonga, que estaba en la
CEPSA, en el Banco Central, etc. Elegías el nombre para trazar la historia de
la empresa pero podías haber elegido otro. Porque en el fondo todas las
familias están en todas las posiciones. Eso se ve también en la corte de Felipe
VI, los Oriol, los Entrecanales, los Primos de Rivera, etc. Son siempre las
mismas familias que trazan una red y están en todos los lugares de poder. De
hecho me planteé si hacer un árbol genealógico pero era completamente imposible
porque se solapaban absolutamente todos.
-Una de las conclusiones que se saca del libro, y también la
comentas, es que la Guerra Civil fue una lucha de clases pura y dura. Al final
las familias ricas son las que se pasaron al bando franquista. Este relato se
ha perdido.
-Forma parte del relato oficial el intentar transmitir que
lo que allí ocurrió fue una guerra fraticida. No una guerra para intentar
mantener los privilegios y el estatus quo. Cito la frase de Franco en el
discurso de Lugo de 1942 porque creo que es paradigmática: “Nuestra guerra es
la única en la que los ricos que fueron a la guerra salieron más ricos de
ella”. Eso lo dijo Franco. Porque sin ser el período republicano un tiempo en
el que se hicieran medidas de calado, sí hubo medidas que se atisbaban que iban
contra los patrimonios, sobre todo lo que tenía que ver con la reforma agraria,
que no se llevó a cabo. Pero sí había un miedo en esas clases pudientes. Por
eso precisamente fueron en bloque todas las grandes familias al bando fascista.
En el caso de Andalucía que habló de los caballistas negros de la burguesía es
un caso significativo. Todas las grandes familias de dedicaban a cazar
directamente a republicanos a caballo. Porque es verdad que fue una guerra de
clases para perpetuar los privilegios que habían sido puestos en cuestión solo
de forma discursiva. Ese miedo existía. Lo que hicieron fue llevar a cabo el
Golpe para dejar claro que los privilegios tenían que mantenerse .La Guerra Civil fue una lucha de clases
-Te quería preguntar, saliendo un poco del libro, cómo viste
la exhumación de Franco. Ha habido debate en la izquierda sobre la
escenificación.
-El hecho es algo que llevamos mucho tiempo pidiendo. Parece
que no se puede criticar cuando llevamos tiempo diciendo que la exhumación tenía
que llevarse a cabo. Entonces ese día no tocaba no analizar el hecho de la
exhumación sino cómo se hace. Porque ya el hecho estaba analizado. Y cómo se
hizo es paradigmático de lo impregnada que está la sociedad del relato del
franquismo. Se vio con normalidad, y se criticó a quien criticó ese hecho, que
hubiera gritos de vivas a Franco en el único lugar de España en el que está
prohibido por ley. Se televisó y normalizó. Se vio como algo normal que la
familia portara en brazos el cadáver. Se vio como algo normal que pueda llevar
una honra militar o las enseñas de todos los españoles. Se vio como algo normal
llevar simbología fascista, porque el llevar las cinco puntas de la Falange es
exaltación del fascismo. Eso no se puede llevar a cabo. El hecho de que hasta
se critique hasta a los que lo veíamos mal, es un hecho de que todavía vivimos
en esa anomalía. Hasta cuando se hace algo bien, se hace mal. Y son multitud de
afrentas las que se vivieron y es un proceso que no se toleraría en otros
países.
-
“Soy consciente del riesgo que esto conlleva pero no tengo
ningún miedo”, dices en el libro. ¿Qué riesgos conlleva la publicación?
-Pongo todos los nombres del poder económico en el libro.
Vinculándolos a un régimen genocida y franquista. Soy consciente de que esos
nombres están ahí. Lo que pasa es que yo no sé no contar lo que sé o lo que
encuentro. De hecho, cuando yo iba trabajando en el libro y encontraba alguna
información relevante primero me alegraba y luego decía “uff”. Porque yo vivo
de esto. Y yo sé que todo el poder económico es el de donde yo vivo, el que
tiene el poder y donde me desarrollo laboralmente. Pero una vez en marcha yo no
sé no contar todo lo que sé. Entonces miedo no tengo, pero si soy consciente de
que puedo pisar algún callo peligroso. No sé cuál. Y a veces puede ser alguno
en el que menos piensas. La posición que tengo en el periodismo, sea la que
sea, la he conseguido contando lo que sé. Haciendo esto. Si ahora me perjudica
antes también me ha podido beneficiar.
-De momento sí que hemos visto que hay varias librerías que
no quieren venderlo. Te han contado varios casos.
-Sí, me han contado casos. Pero creo que tiene que ver más
con mi persona que con el contenido, porque no lo han leído. Hay gente que por
mi trabajo me tiene manía ideológica y por tanto no va a vender nada que haya
escrito. Aprenderían del libro porque creo que si algo tiene es que va a
aprender hasta el que no este de acuerdo con lo que pienso. Otra cosa no, pero
tiene muchísima información.
https://www.cuartopoder.es/cultura/libros/2019/11/09/antonio-maestre-no-habra-reparacion-del-franquismo-si-no-hay-concienciacion-colectiva/
Otra entrevista con mas datos del libro
https://www.elconfidencial.com/cultura/2019-11-01/antonio-maestre-franquismo-sa-libro-politica-ibex_2306812/