jueves, 19 de junio de 2025

Ajuste de cuentas colonial .

Ajuste de cuentas colonial

De cómo la guerra de Israel contra Irán reabre viejas heridas

Por Soumaya Ghannoushi

| 19/06/2025 |

Fuentes: Middle East Eye

Traducido del inglés por Sinfo Fernández

 Israel ya no oculta sus crímenes. En Gaza, lleva a cabo un genocidio abierto, arrasando hospitales, escuelas, mezquitas y bloques de apartamentos. Más de 55.000 personas han sido asesinadas. Un asedio total asfixia el territorio demolido.

 Después de caminar kilómetros entre ruinas, agotados y hambrientos, los civiles se apresuran hacia los camiones de ayuda para tener una oportunidad de sobrevivir, sólo para ser abatidos a tiros. Algunos regresan con sacos de harina, otros con los cadáveres ensangrentados de sus seres queridos, abatidos a tiros o bombardeados mientras luchaban por conseguir unos pocos granos.

 Y Gaza es sólo uno de sus frentes.

 En el Líbano, Israel ataca a su antojo: bombardea casas, asesina a través de las fronteras, ocupa pueblos de los que nunca se fue. Mantiene el control de los Altos del Golán sirios, se adentra más en el sur de Siria y lanza misiles a las afueras de Damasco.

 Las fronteras no significan nada. Las leyes significan aún menos. Israel se mueve como quiere, mata a quien quiere.

 Ahora se ha vuelto contra Irán.

 Tras las conversaciones indirectas entre Teherán y Washington en Omán, Israel lanzó a una guerra repentina y sin provocación. Primero, asesinatos: líderes militares, científicos, funcionarios civiles. Luego, ataques aéreos: contra instalaciones militares, centrales eléctricas, aeropuertos, incluso infraestructura pública. ¿La excusa? El programa nuclear pacífico de Irán, que está totalmente supervisado por la Agencia Internacional de Energía Atómica.

 La hipocresía occidental

La hipocresía es de escándalo.

 El presidente francés Emmanuel Macron se apresuró a apoyar a Israel, afirmando que el programa nuclear de Irán es una amenaza para la seguridad mundial, y esto lo dice la misma Francia que ayudó a construir en secreto la central nuclear de Dimona en Israel en las décadas de 1950 y 1960, lo que permitió crear el único arsenal nuclear no declarado de la región, en violación del derecho internacional. Sin inspecciones, sin supervisión, sin rendición de cuentas.

 Se cree que Israel posee ahora entre 80 y 90 ojivas nucleares, además de capacidad de segundo golpe mediante submarinos y aviones. Se niega a las inspecciones y nunca ha firmado el Tratado de No Proliferación. Sin embargo, bombardea sin descanso a Irán en nombre de la no proliferación nuclear.

 Gran Bretaña siguió rápidamente a Francia y envió aviones de la Royal Air Force a Oriente Medio para apoyar a Israel. Estados Unidos intensificó aún más la escalada, desplazando dos destructores hacia el Mediterráneo oriental, aumentando los envíos de armas y sincronizando las operaciones militares con Israel en tiempo real. Washington no está observando, está en guerra.

 La Comisión Europea siguió ciegamente, repitiendo la misma línea: «Israel tiene derecho a defenderse», incluso ahora, cuando es el agresor e Irán se defiende de un ataque extranjero.

 Es el mismo guion utilizado para justificar el genocidio en Gaza; la misma tapadera para los crímenes. El derecho internacional y las normas humanitarias quedan suspendidos para Israel.

 Y así, Occidente sigue armándolo hasta los dientes, no para proteger a los civiles, sino para dominar la región. Para garantizar que Israel siga siendo la única potencia nuclear. Para controlar, aplastar, expandirse.

 Seamos claros: Israel nunca fue sólo un Estado. Fue creado como una colonia de asentamientos de Occidente para sustituir a los imperios en retirada de Gran Bretaña y Francia. Gran Bretaña retiró sus tropas, pero no sus ambiciones. Estados Unidos intervino, asumiendo el papel de garante regional mediante el apoyo a tiranos, la obtención de petróleo y la represión de la resistencia.

 El objetivo nunca ha cambiado: someter a la región, extraer sus riquezas, silenciar a su pueblo.

 Pero, en esta ocasión, el plan está fallando.

 El mundo árabe enfurecido

 Israel está ahora gobernado por fanáticos, abierta y orgullosamente. Los ministros amenazan con la aniquilación. Los colonos corean consignas a favor del genocidio. Los soldados se graban a sí mismos arrasando bloques de apartamentos y posando con la lencería de las mujeres que han desplazado y asesinado. Familias enterradas bajo el hormigón, niños borrados de las aulas, todo en nombre de la «seguridad».

En Jerusalén, la mezquita de Al-Aqsa, uno de los lugares más sagrados del islam, es asaltada repetidamente. Multitudes israelíes marchan por las calles coreando: «Que ardan vuestras aldeas». Celebran la destrucción de escuelas en Gaza. El genocidio ya no se niega, se proclama.

 Y el primer ministro Benjamin Netanyahu, artífice del apartheid y la guerra, se presenta ante las cámaras afirmando defender el «mundo libre».

 En todo el mundo árabe, la gente observa con amargura, repugnancia e ira. Sus líderes estrechan la mano a criminales de guerra. Normalizan la situación mientras Israel incinera. La región ha quedado paralizada, impotente.

 Hasta ahora. Porque esta vez, alguien se ha levantado.

 Irán no es Gaza. Es un Estado soberano de unos 90 millones de habitantes, que se extiende a lo largo de 1,65 millones de kilómetros cuadrados. Su terreno frustra las invasiones, su profundidad absorbe los ataques y sus misiles llegan hasta lo más profundo de Israel. Ha sido sancionado, saboteado, asesinado… y sigue en pie, sigue contraatacando.

 Por primera vez desde 1948, las ciudades israelíes están bajo fuego continuo. La ilusión de inmunidad ha desaparecido.

 E Israel no puede reclamar el papel de víctima, no cuando tiene las bombas, las armas nucleares y el respaldo de todas las potencias occidentales. No cuando ha pasado décadas atacando a otros con impunidad.

 Reabrir viejas heridas 

De hecho, la resistencia de Irán ha destrozado las ilusiones: el mito de la invencibilidad de Israel, el silencio de la región, la mentira de la neutralidad occidental.

 Incluso aquellos que antes eran hostiles a Irán por motivos sectarios o políticos ahora lo aplauden, no porque Irán sea perfecto, sino porque alguien finalmente ha dicho: basta.

 Y dentro de Irán, algo más profundo ha despertado.

 Esta guerra ha reabierto viejas heridas.

 La mayoría conoce lo que ocurrió en 1953, cuando la CIA y el MI6 orquestaron un golpe de Estado contra el primer ministro Mohammad Mosaddegh después de que este nacionalizara el petróleo de Irán. La Operación Ajax derrocó a un gobierno elegido democráticamente y reinstauró a Mohammad Reza Shah, un dictador alineado con Occidente. Lo que siguió fueron 25 años de represión, impuesta por la policía secreta Savak, armada y entrenada por Occidente. .

Pero las heridas se remontan más atrás.

 A principios de la década de 1890, una revuelta sacudió el imperio después de que el shah entregara a una empresa británica el control de toda la industria tabacalera de Irán. Liderados por clérigos como el ayatolá Shirazi, los iraníes lanzaron un boicot a nivel nacional y, finalmente, la concesión fue cancelada. La revuelta debilitó la dinastía Qajar y dejó grabada en la memoria colectiva de Irán una lección dolorosa: nunca más doblegarse al control extranjero.

 Ese recuerdo sigue vivo, en cada canto, en cada protesta, en cada funeral.

 Cada misil lanzado hoy lleva el peso de un siglo de traición y resistencia. Ahora, vuelve a estar a flor de piel.

 Un vídeo se ha vuelto viral: una mujer iraní sin velo, con la voz quebrada por la furia, denuncia el genocidio en Gaza, el silencio de Occidente y las décadas de degradación infligidas a su país. Luego grita: «Queremos una bomba nuclear».

 No se trata de destrucción. Se trata de dignidad. Se trata de decir: no nos volverán a doblegar.

 No es solo un conflicto militar, sino un ajuste de cuentas histórico, una ruptura psicológica.

 Irán no solo está tomando represalias. Está recordando.

 Y el cambio se está extendiendo.

 Aferrándose a la fantasía

 Pakistán, el único país de mayoría musulmana con armas nucleares, ha dado la voz de alarma. Su ministro de Defensa ha advertido de que la región está al borde del abismo y que Pakistán podría ser el siguiente. A medida que Israel profundiza su alianza con la India, Islamabad ve lo que se avecina.

 Turquía también está en alerta. El presidente Recep Tayyip Erdogan advirtió el año pasado que Israel «pondría su mira» en su país si «no se le detenía». Entonces llegó una escalofriante réplica de Netanyahu en la Knesset: «El Imperio otomano no resurgirá en un futuro próximo». No se trata de una lección de historia, sino de una advertencia. Turquía sabe que no se trata sólo de Irán, sino de una campaña para reafirmar el control total sobre la región.

 Israel, envalentonado por el respaldo occidental y su poder sin límites, cree ahora que puede someter a todo el mundo musulmán: bombardearlo, matarlo de hambre, fragmentarlo, humillarlo.

 Sin embargo, la región está despertando. Se trata de una guerra contra la dignidad, contra la idea misma de que alguien en esta región se atreva a mantenerse firme.

 Y, aun así, Occidente se aferra a la fantasía. La BBC entrevista al hijo del shah y le pregunta si los ataques israelíes podrían ayudar a «liberar» Irán. Como si los iraníes estuvieran esperando a ser salvados por el hijo de un dictador, un dictador al que ellos mismos derrocaron. Como si la «libertad» viniera de los misiles y los monarcas.

 Israel pensó que podía repetir el pasado: asesinar, bombardear, proclamar la victoria. Pero ahora Tel Aviv, Haifa y Ashkelon están bajo fuego.

 La guerra ha entrado en territorio israelí. La ilusión de la invulnerabilidad ha terminado.

 E Irán puede resistir. Lleva décadas preparándose para este momento. El sueño de que Israel pudiera destruirlo en cuestión de días se ha esfumado.

 Tel Aviv ha encendido un fuego que no puede contener. ¿Y Occidente? Vuelve a apoyar a Israel, sin disimulo. Armándolo, protegiéndolo, utilizándolo. No por la paz o la justicia, sino por el control.

 Pero esta vez, la región está despierta. Y ha comenzado el ajuste de cuentas.

 La historia está en movimiento. Y puede que no sea favorable a Occidente.

 Soumaya Ghannoushi es una escritora británica de origen tunecino y experta en política de Oriente Medio. Sus trabajos periodísticos han aparecido en The Guardian, The Independent, Corriere della Sera, aljazeera.net y Al Quds. Pueden encontrar una selección de sus escritos: soumayaghannoushi.com y X: @SMGhannoushi.

 Fuente: https://www.middleeasteye.net/opinion/israels-attack-iran-brings-west-closer-its-day-reckoning  

 

 

 

domingo, 15 de junio de 2025

La decadencia del Imperio .

 El imperio de los idiotas

Chris Hedges

La disneyficación de EEUU, la tierra de los eternamente felices, la tierra donde todo es posible, se vende para enmascarar la crueldad del estancamiento económico y la desigualdad social

Los últimos días de los imperios que agonizan están dominados por idiotas. Las dinastías romana, maya, francesa, habsbúrgica, otomana, romanoff, sha de Persia se derrumbaron bajo la estupidez de sus decadentes gobernantes, que se alejaron de la realidad, saquearon sus naciones y se refugiaron en cámaras de eco donde era imposible distinguir entre la realidad y la ficción.

Trump y los bufones aduladores de su administración son versiones actualizadas de los reinados del emperador romano Nerón, que destinó enormes gastos estatales para conseguir poderes mágicos; el emperador chino Qin Shi Huang, que financió repetidas expediciones a una mítica isla de inmortales para traer una poción que le diera la vida eterna; y una corte zarista incompetente que se dedicaba a leer cartas del tarot y asistir a sesiones de espiritismo mientras Rusia era diezmada por una guerra que se cobró más de dos millones de vidas y en las calles se gestaba una revolución.

En «Hitler y los alemanes», el filósofo político Eric Voegelin descarta la idea de que Hitler --dotado para la oratoria y el oportunismo político, pero con escasa formación y vulgar-- hipnotizara y sedujera al pueblo alemán. Los alemanes, escribe, apoyaron a Hitler y a las «figuras grotescas y marginales» que lo rodeaban porque encarnaba las patologías de una sociedad enferma, acosada por el colapso económico y la desesperanza. Voegelin define la estupidez como una «pérdida de la realidad». La pérdida de la realidad significa que una persona «estúpida» no puede «orientar correctamente su acción en el mundo en el que vive». El demagogo, que siempre es un idiota, no es un bicho raro ni una mutación social. El demagogo expresa el espíritu de la época de la sociedad, su alejamiento colectivo de un mundo racional de hechos verificables.

Estos idiotas, que prometen recuperar la gloria y el poder perdidos, no crean. Solo destruyen. Aceleran el colapso. Limitados en su capacidad intelectual, carentes de brújula moral, groseramente incompetentes y llenos de rabia hacia las élites establecidas, a las que consideran que los han menospreciado y rechazado, convierten el mundo en un patio de recreo para estafadores, timadores y megalómanos. Hacen la guerra a las universidades, prohíben la investigación científica, difunden teorías charlatanas sobre las vacunas como pretexto para ampliar la vigilancia masiva y el intercambio de datos, despojan a los residentes legales de sus derechos y dan poder a ejércitos de matones, en lo que se ha convertido el Servicio de Inmigración y Control de Aduanas de EEUU (ICE, por sus siglas en inglés), para sembrar el miedo y garantizar la pasividad. La realidad, ya sea la crisis climática o el empobrecimiento de la clase trabajadora, no afecta a sus fantasías. Cuanto peor se pone, más idiotas se vuelven.

Algunas culpan a una sociedad que abraza voluntariamente el mal radical por esta «irreflexión» colectiva. Exasperada por escapar del estancamiento en el que ellos y sus hijos están atrapados, angustiada, una población traicionada está condicionada a explotar a todos los que la rodean en una lucha desesperada por avanzar. Las personas son objetos que se pueden utilizar, reflejando la crueldad infligida por la clase dominante.

Una sociedad convulsionada por el desorden y el caos, como señala Voegelin, celebra a los moralmente degenerados, a los astutos, manipuladores, engañosos y violentos. En una sociedad abierta y realmente democrática, estos atributos son despreciados y criminalizados. Quienes los exhiben son condenados como estúpidos; «un hombre [o una mujer] que se comporta de esta manera», señala Voegelin, «será boicoteado socialmente». Pero las normas sociales, culturales y morales en una sociedad enferma se invierten. Los atributos que sostienen una sociedad abierta --la preocupación por el bien común, la honestidad, la confianza y el sacrificio personal-- se ridiculizan. Son perjudiciales para la existencia en una sociedad enferma.

Cuando una sociedad, como señala Platón, abandona el bien común, siempre desata deseos amorales --violencia, codicia y explotación sexual-- y fomenta el pensamiento mágico. Lo único que estos regímenes moribundos saben hacer bien es montar espectáculos. Estas medidas de «pan y circo», como el desfile militar de 40 millones de dólares que Trump celebró el 14 de junio, día de su cumpleaños, mantienen entretenida a una población angustiada.

La disneyficación de EEUU, la tierra de los pensamientos eternamente felices y las actitudes positivas, la tierra donde todo es posible, se vende para enmascarar la crueldad del estancamiento económico y la desigualdad social. La población está condicionada por la cultura de masas, dominada por la mercantilización sexual, el entretenimiento banal y sin sentido y las representaciones gráficas de la violencia, para culparse a sí misma por el fracaso.

Søren Kierkegaard, en «La época actual», advierte que el Estado moderno busca erradicar la conciencia y moldear y manipular a los individuos para convertirlos en un «público» dócil y adoctrinado. Este público no es real. Es, como escribe Kierkegaard, una «abstracción monstruosa, algo que lo abarca todo y que no es nada, un espejismo». En resumen, nos convertimos en parte de un rebaño, «individuos irreales que nunca están ni pueden estar unidos en una situación u organización real, y sin embargo se mantienen unidos como un todo». Aquellos que cuestionan al público, aquellos que denuncian la corrupción de la clase dominante, son tachados de soñadores, bichos raros o traidores. Pero solo ellos, según la definición griega de la polis, pueden considerarse ciudadanos.

Thomas Paine escribe que un gobierno despótico es un hongo que crece a partir de una sociedad civil corrupta. Esto es lo que sucedió con las sociedades del pasado. Es lo que nos ha sucedido a nosotros.

Es tentador personalizar la decadencia, como si deshacernos de Trump nos devolviera la cordura y la sobriedad. Pero la podredumbre y la corrupción han arruinado todas nuestras instituciones democráticas, que funcionan en la forma (algunas), pero no en el fondo. El consentimiento de los gobernados es una broma cruel. El Congreso de EEUU es un club a sueldo de multimillonarios y corporaciones. Los tribunales son apéndices de las corporaciones y los ricos. La prensa es una caja de resonancia de las élites, algunas de las cuales no simpatizan con Trump, pero ninguna de las cuales aboga por las reformas sociales y políticas que podrían salvarnos del despotismo. Se trata de cómo disfrazamos el despotismo, no del despotismo en sí mismo.

El historiador Ramsay MacMullen, en «Corruption and the Decline of Rome» (La corrupción y la decadencia de Roma), escribe que lo que destruyó el Imperio romano fue «el desvío de la fuerza gubernamental, su mala dirección». El poder se convirtió en un medio para enriquecer intereses privados. Esta desviación deja al gobierno sin poder, al menos como institución capaz de atender las necesidades y proteger los derechos de la ciudadanía. Este gobierno, en ese sentido, es impotente. Es una herramienta de las empresas, los bancos, la industria bélica y los oligarcas. Se canibaliza a sí mismo para canalizar la riqueza hacia arriba.

«La decadencia de Roma fue el efecto natural e inevitable de una grandeza desmesurada», escribe Edward Gibbon. «La prosperidad maduró el principio de la decadencia; la causa de la destrucción se multiplicó con el alcance de la conquista; y, tan pronto como el tiempo o el accidente eliminaron los soportes artificiales, la formidable estructura cedió a la presión de su propio peso. La historia de la ruina es simple y obvia: en lugar de preguntarnos por qué se destruyó el Imperio Romano, deberíamos sorprendernos de que subsistiera durante tanto tiempo».

El emperador romano Cómodo, al igual que Trump, estaba embelesado con su propia vanidad. Encargó estatuas de sí mismo como Hércules y tenía poco interés en gobernar. Se creía una estrella de la arena, organizaba combates de gladiadores en los que era coronado vencedor y mataba leones con arco y flechas. El imperio --renombró Roma como Colonia Commodiana-- era un vehículo para saciar su narcisismo insaciable y su ansia de riqueza. Vendía cargos públicos del mismo modo que Trump vende indultos y favores a quienes invierten en sus criptomonedas o donan dinero a su comité de investidura o a su biblioteca presidencial.

Finalmente, los consejeros del emperador dispusieron que un luchador profesional lo estrangulara hasta matarlo en su baño después de que anunciara que asumiría el consulado vestido como un gladiador. Pero su asesinato no sirvió para detener el declive. Cómodo fue sustituido por el reformista Pertinax, que fue asesinado tres meses después. La Guardia Pretoriana subastó el cargo de emperador. El siguiente emperador, Didius Julianus, duró 66 días. En el año 193 d. C., el año siguiente al asesinato de Cómodo, habría cinco emperadores.

Al igual que el Imperio romano tardío, esta república está muerta.

Los derechos constitucionales --el debido proceso, el hábeas corpus, la privacidad, la libertad frente a la explotación, las elecciones justas y la disidencia-- nos han sido arrebatados por decreto judicial y legislativo. Estos derechos sólo existen de nombre. La enorme desconexión entre los supuestos valores de nuestra falsa democracia y la realidad significa que nuestro discurso político, las palabras que utilizamos para describirnos a nosotros mismos y nuestro sistema político, son absurdos. (1)

Walter Benjamin escribió en 1940, en medio del auge del fascismo europeo y la inminente guerra mundial:

Una pintura de Klee titulada Angelus Novus muestra a un ángel que parece estar a punto de alejarse de algo que contempla fijamente. Sus ojos están fijos, su boca está abierta, sus alas están extendidas. Así es como uno se imagina al ángel de la Historia. Su rostro está vuelto hacia el pasado. Donde nosotros percibimos una cadena de acontecimientos, él ve una sola catástrofe, que sigue acumulando escombros sobre escombros y los arroja a sus pies. El ángel querría quedarse, despertar a los muertos y recomponer lo que ha sido destrozado. Pero una tormenta sopla desde el Paraíso; se ha enredado en sus alas con tal violencia que el ángel ya no puede cerrarlas. La tormenta lo empuja irresistiblemente hacia el futuro, al que da la espalda, mientras la pila de escombros ante él crece hacia el cielo. Esta tormenta es lo que llamamos progreso.

Nuestra decadencia, nuestro analfabetismo y nuestro alejamiento colectivo de la realidad se han ido gestando durante mucho tiempo. La erosión constante de nuestros derechos, especialmente de nuestros derechos como votantes, la transformación de los órganos del Estado en herramientas de explotación, la pauperización de los trabajadores pobres y la clase media, las mentiras que saturan nuestras ondas, la degradación de la educación pública, las guerras interminables e inútiles, la asombrosa deuda pública, el colapso de nuestra infraestructura física, reflejan los últimos días de todos los imperios.

Trump, el pirómano, nos entretiene mientras caemos.

The Chris Hedges Report

https://www.lahaine.org/mundo.php/el-imperio-de-los-idiotas


Nota del blog . (1) https://observatoriocrisis.com/2025/06/11/militarizacion-y-crisis-constitucional-en-estados-unidos/

  

martes, 10 de junio de 2025

El belicismo europeo.

                                        

800.000 mil millones de mentiras

9/6/25

Augusto Zamora R.

Desatados andan los burócratas europeos del atlantismo, anunciando que Rusia se prepara para invadir la pobre, inerme, civilizada y blanca Europa, razón por la cual los europeítos de a pie -convertidos en una letanía de borregos que se lo creen todo-, deben, como Mambrú, ir a la guerra. Para que se vayan preparando, mandan hacerse con un kit de emergencia, que vaya usted a saber de qué serviría si, de verdad, estallaran los artificios nucleares. También predican que deben aligerar los bolsillos porque hay que reunir 800.000 mil millones de euros dizque para rearmar a la Europa atlantista. ¡Ah!, y que vayan asumiendo la idea de reclutamientos masivos, pues hará falta carnita de cañón, fresca, dispuesta y descerebrada, para guerrear con Rusia. Todo eso cacarea el eurogallinero y nadie parece ponerlo en duda. Salvo nosotros, que, ya lo saben, somos rebeldes, irreverentes y escépticos y tenemos el pésimo hábito de pensar mal (y acertar).

Empecemos con los dineros que, también lo saben, dijo Tucídides son la medida de las cosas que mueven las guerras. Para ello, pregonan los pontífices del eurogallinero, lo urgente es reunir los ya citados 800.000 mil millones de euros. Piden y repiten tal cifra así, alegremente, sin anestesia, como si los billetes se cosecharan en los bosques y fuera cosa de agarrar sacos y canastas y salir a recolectarlos, como champiñones y hongos en el dulce otoño, entre enanitos, elfos, ninfas, sátiros y pitufos.

800.000 mil millones equivale a un presupuesto militar como el de EEUU, que, dicho sea de paso -y como quien no quiere la cosa-, ha llevado a los ‘iuesei’ a la ruina, resultando que, hoy, gastan más dinero pagando intereses por la deuda externa acumulada que en la cosa militar. De no enderezar el entuerto, los gringos se quedarán las armas y los acreedores la mantequilla, como ha pasado tantas veces. No está lejos el día en que tendrán que hacer barbacoas asando metralletas y preparar las hamburguesas cocinando pistolas, mientras chinos, japoneses y sauditas asan las carnes con olorosas grasas vacunas, merced a los miles de millones pagados por el tío Sam en intereses.

Sigamos con los dineros. Según estimaciones conservadoras, en la guerra económica contra Rusia, con las 22.000 sanciones impuestas por la UE, la peor parte se la ha llevado la UE, no Rusia. Sólo en el sector energético, las pérdidas acumuladas de la Europa atlantista ascienden a 1,5 billones de euros, a lo que deben sumarse los 200.000 millones de euros gastados en apoyo militar y de otro tipo al régimen de Kiev. Una mayoría de países de la UE -como España-, está en números rojos. Como informa la propia UE, “Grecia, Italia, Francia, España y Bélgica son los países con la deuda más elevada, todos ellos con ratios de deuda en relación con el PIB superiores al 100 %”.

Ojo al parche, pues Francia, Italia y España son tres de las cuatro grandes economías europeas. La principal es Alemania. ¿Y qué pasa con Alemania? Nos lo cuenta El País, periódico adalid del atlantismo: “Por segundo año consecutivo, la mayor economía de Europa volvió a contraerse… La crisis de la industria, un aumento del número de quiebras de empresas, así como las perspectivas sombrías de exportación, todo ello unido a la inquietud que se ha extendido entre los consumidores, provocaron que el producto interno bruto (PIB) cayera en 2024 un 0,2% en comparación con el año anterior”. La primera economía europea no está para llenar las arcas de los 800.000 millones. Si quiere hacer un aporte, tendrá, irremediablemente, que endeudarse más.

Pues bien, si sumamos todas estas cifras (obviando las que ocultan), resulta que la beligerante Europa atlantista tiene un agujero financiero de al menos 3 billones de euros, es decir, 3.000 millones de millones (3.000.000.000.000). Si se le agregan a esa cifra los cacareados 800.000 millones, más los 100.000 millones que le tienen que seguir inyectando al régimen ucraniano para que no termine de desplomarse, nos encontramos con que la UE pasaría a tener un déficit de 3.900.000.000.000 de euros.


¿De dónde sacarán ese dinero? ¿Dónde puede estar? En ninguna parte, salvo en las largas lenguas de los funcionarios europeos, que, dicen, deben sacar ese chorro de plata de alguna parte, que no será en el país de las maravillas de Alicia. Para hacernos una mejor idea, esa cantidad colosal representa más de cuatro veces los presupuestos militares anuales y totales de todos los países de la OTAN, incluyendo a EEUU, lo que aclaramos para no dejar dudas. Dado que esa cantidad de dinero no existe, la única forma de obtenerlo es exprimiendo sin recato alguno los bolsillos de los ya vapuleados europeítos y recortando el gasto en educación, salud, vivienda, pensiones, ciencia, etc. Es decir, tendrían que hacer recortes draconianos con subida de impuestos, sin piedad ni caridad. Vaya, que, por recortar, tendrían que recortar hasta los números de los zapatos. Pero ni aun así reunirían la cifra. Para hacerlo, tendrán que endeudarse hasta el copete; pero, claro, las deudas deben pagarse, con lo que hipotecarían el futuro de sus países.

Vayamos a otro tema. La energía es poder y, por extensión, el control de la energía implica el control del poder. Esa es una de las razones fundamentales por las que la OTAN no ha podido con Rusia en Ucrania. Rusia dispone de toda cuanta energía pudiera necesitar, tanto para consumo interno como para exportar. Con el eurogallinero ocurre lo contrario. Es atrozmente deficitario en energía y debe importar casi el 60% de lo que consume. Según datos del think-tank Bruegel, entre enero y noviembre de 2024, la UE importó 19.298 millones de m³ de gas natural licuado (GNL) de Rusia, más que en 2022 (18.949 millones de m³) y que en 2023 (17.801). El problema energético no se detiene aquí. El documento titulado “Informe anual sobre el mercado único y la competitividad de 2025” afirma: “La competitividad de la economía de la UE se enfrenta a una presión creciente desde varios ángulos. Se ve afectada por los precios estructuralmente elevados de la energía y la electricidad, que, en la actualidad son entre dos y tres veces superiores a los de los Estados Unidos”. Los comentarios sobran. La guerra contra Rusia es la ruina económica del gallinero atlantista. Eso no lo cacarean.

Hay más. El comisario europeo de Energía y Vivienda, Dan Jorgensen, tuvo que admitir que las compras de gas ruso por la UE desde 2022 equivalen al precio de 2.400 nuevos cazas F-35 para el Kremlin. En 2024, la UE aumentó un 18% las compras de gas ruso. El descaro es tal que la misma UE debió reconocer que gastó más euros comprando combustibles a Rusia (22.000 millones), que en asistencia al régimen ucraniano (19.000 millones). En la práctica, las sanciones del atlantismo se acatan, pero no se cumplen, como dicen que decían los conquistadores de las ordenanzas del emperador Carlos.

También las grandes potencias necesitan disponer de recursos naturales abundantes, pues son esos recursos los que alimentan la maquinaria de guerra. Con estos recursos pasa como con la energía, que haberlos, no haylos, o haylos en cantidades insuficientes. Deben, por ejemplo, comprar mucho mineral de hierro. ¿A qué país lo compra el eurogallinero? A Rusia. En enero de 2025, “los suministros de arrabio desde Rusia a los países de la UE alcanzaron niveles récord, aumentando más de 12 veces en comparación con el mismo período del año pasado”. Según Eurostat, “el volumen de compras ascendió a 175,95 millones de euros, lo que supone la cifra más alta desde 1999, cuando empezaron a recopilarse datos estadísticos sobre este tipo de productos”, informó RIA Novosti. La Europa atlantista necesita combustibles y minerales rusos para hacerle la guerra a Rusia. Este panorama invita a resucitar al genial humorista español Gila y su célebre “Oiga, ¿es el enemigo? Que necesitamos más gas, que se nos ha acabado y vieran qué frío pasamos en los cuarteles. Ah, y también hierro, que nos quedamos sin cañones, y claro, sin cañones no podemos dispararles. Hala, que muchas gracias”.

Pasemos a otro metal, imprescindible para muchas cosas, pero sobre todo para una que ocupa, ahora, nuestra atención: el tungsteno o wolframio. Este escaso mineral es esencial para la producción de municiones, componentes de motores y semiconductores, además de para otra miríada de artefactos militares. Después de haber casi agotado sus depósitos de municiones para alimentar al ejército ucraniano, el eurogallinero cayó en la cuenta de que debían reponer lo gastado en Ucrania. Pensarlo era fácil, ponerlo en práctica no. Resulta que China genera el 80% de la producción mundial, seguida de Rusia y de Corea del Norte, países que controlan el 90% de los yacimientos totales, lo que deja en cueros a la industria y al sector militar atlantista sin alternativa de solución.

Igual ocurre con el antimonio, mineral imprescindible para producir municiones y blindaje para tanques y similares, entre otras mil aplicaciones. Los mayores yacimientos de este metal, según el Servicio Geológico de Estados Unidos (USGS), se encuentran en China (48%), Tayikistán (25%) y Rusia. Este trío de países genera el 87% de la producción mundial de antimonio. Y los tres son aliados, como la uña y la mugre. Hay más. Hace escasos meses, China decidió cortar la exportación de antimonio, pasando a comprarlo a Rusia, Tailandia y Myammar. China parece haber decidido guardar su producción “para un día lluvioso”, por si acaso hay que darse de garrotes con EEUU (China cortó, también totalmente, el suministro de antimonio, germanio -95% de la producción mundial-, galio -67%- y otros metales raros, a EEUU. Subrayen el dato).

Terminemos en el sector industrial. Según datos oficiales, “Los servicios representan el 72 % del PIB de la UE y la industria representa casi todo el resto del porcentaje”. El “casi” de la frase es obsceno, pues insinúa que el 28% restante es sector industrial, y no es así. Según se indica en el “Informe anual sobre el mercado único y la competitividad de 2025” citado, “la construcción representa el 11 % del PIB de la UE”. Restando 11 a 28 -y obviando otros rubros-, resulta que el sector industrial del eurogallinero representa un magro 17%. Muy poca chicha para asumir el rearme masivo atlantista valorado en 800.0000 millones de euros. ¿De dónde sacarán fábricas, ingenieros, técnicos y demás? ¿Otro cuento de hadas para una triste princesa, sin feliz caballero que la adore sin verla?

Esta cruda y engruda realidad explica las declaraciones del Inspector General de la Bundeswehr, Carsten Breuer, a principios de marzo de 2025, en entrevista al diario alemán Berliner Zeitung: “la Bundeswehr debe estar lista para la guerra y el combate lo antes posible, en 2029. Esto solo se puede lograr si se sigue confiando en la OTAN y se compran armas a Estados Unidos, a pesar de las tensiones actuales con Washington. La industria de defensa europea por sí sola no será capaz de satisfacer la demanda tan rápidamente”. Por supuesto que no es capaz. Representando apenas el 17% de PIB del eurogallinero no hay infraestructura material ni humana capaz de abordar el desafío del milmillonario rearme ni hoy, ni pasado mañana ni dentro de diez años.(1)

Aquí terminamos el cuento. Porque puro cuento es hablar de 800.000 millones en rearme cuando se carece de casi todo, salvo de una rampante estupidez. Y si ocurriera, la ineptocracia que gobierna Bruselas entregaría Europa al dominio absoluto de EEUU, pues EEUU vende las armas, pero se guarda el control de su uso. Ya no se podría hablar de UE, ni siquiera de las nuevas ‘banana republics’. Habría que llamarlas las ‘chicken republics’. Con perdón de las gallinas. Ellas defienden sus huevos. Por aquí ni eso hay.

 https://www.lahaine.org/mundo.php/800-000-mil-millones-de

    

NOTA DEL BLOG  .(1)  https://www.elviejotopo.com/topoexpress/la-autodestruccion-de-europa/




https://cncomunistas.org/?p=2135

sábado, 7 de junio de 2025

¿”Judeo-cristiano”, dicen?



¿”Judeo-cristiano”, dicen?

 . 

«Este ensayo de deconstrucción que he intentado emprender tiene por objetivo, retejer los lazos rotos por todos los costados y volver a construir lo viviente y lo real en lugar de las exclusiones mortíferas que proponen a sus pueblos todos los defensores identitarios del Norte y el Sur reunidos en su rechazo del otro, de lo complejo y lo diverso, es decir en el rechazo de toda paz posible»

 

Sophie Bessis (Túnez, 1947) es historiadora, periodista y autora de reseñables obras sobre Occidente y la visión, y dominio que ejerce, sobre los otros, con especial atención a la mitad del cielo, femenino; directora de la revista Jeune Afrique, profesora, investigadora y autora de más de una docena de obras, a las que se ha de añadir la que acaba de publicarse: «La civilisation judéo-chrétienne. Anatomie d´une imposture», publicado por Les Liens qui libèrent.

 

Cinco capítulos encadenados que se van complementando para desenmascarar la falaz e interesada expresión civilización judeo-cristiana. Comienza el recorrido con el Gran Remplazo, que hace que, lo que en sus años escolares, se hablaba de civilización europea, greco-latina, ha pasado a partir de los años 80 a imponerse esta nueva expresión, que pretende dar cuenta de una civilización que nunca ha existido, y que se utiliza y se impone con el fin de ocultar los siglos de antisemitismo cristiano y de paso excluir al islam del tríptico monoteísta, reforzando de ese modo una supuesta identidad occidental, ejemplar ella. Se erige así, una Fábrica del olvido, que borra de un plumazo los pogromos que se sucedían constantemente en los pagos del Viejo Continente, inventándose una historia de fraternidad que nunca se ha dado a lo largo de la historia; así pues, la autora incide en que estamos ante una mentira flagrante de invención reciente. El cristianismo se dio en abierta ruptura con el judaísmo, siendo considerado este último, como perteneciente al pueblo deicida, lo que supuso persecuciones sin cuento, matanzas, marginación y exclusión tanto en barrios aparte en las urbes, guetos, y en el terreno laboral, atribuyéndoles posteriormente la voluntad de diferenciarse y su tendencia a la usura…cuando de hecho eran arrojados a este tipo de actividades debido a la prohibición de ejercer ciertas actividades (me viene a la mente el ejemplo del padre de Karl Marx que para ejercer la abogacía, convirtiéndose así en el primer abogado de origen judío en Alemania, tras convertirse al credo evangélico). Resulta indiscutible, sin lugar a dudas, el papel importante que jugaron judíos en la creación de la modernidad europea (ensayos de Edgar Morin y de Enzo Traverso, ofrecen detalladas precisiones sobre dicha huella), si bien de ahí a unir en una sola expresión los nombres de ambas creencias es un salto mortal y medio.

 

Una época esencial en esta truculenta metamorfosis comenzó a ponerse en marcha tras la segunda guerra mundial, y el espanto ante la carnicería al por mayor, la Shoa, urgió a la necesidad de crear una identidad desculpabilizada, lo que dio lugar, como compensación por los males infringidos, a la instalación en tierra ajena del Estado de Israel, lo que, en parte, hacía que Occidente, el europeo fundamentalmente -si en cuenta se tiene que fue el escenario de la locura asesina- aunque también los USA, sintiese que pagase su deuda con los judíos… y sabido es que confesado el pecado, y pagando la penitencia impuesta…la cosa queda resuelta. Subraya Sophie Bessis que, en especial tras el proceso de Eichmann, se recalcó la singularidad del genocidio judío, al tiempo que se ponía en marcha la conversión de Israel en víctima permanente, eterna, al mismo tiempo que se corría un velo de olvido sobre los crímenes debidos al esclavismo, al colonianismo promovidos por Europa y sus colegas del otro lado del charco; esta calculada estrategia suponía que se considerase a Israel como un Estado diferente, no como los otros, conllevando tal singularidad que no se pueda, ni se deba, tratarle como a los otros, las exigencias que se dan con otros Estados, no rigen para Israel, que, a su vez, se ha convertido en símbolo de Occidente, extensión y baluarte, gendarme de él, lo que ha sido dicho por activa y por pasiva tanto por líderes occidentales como por los propios dirigentes sionistas…tal empeño se ha visto recalcado, una y otra vez, por Netanyahu que presenta al estado que dirige como parte de Europa («Europa acaba en Israel»)…esto hace que, amalgamando, criticar a Israel suponga al tiempo criticar las tropelías occidentales (colonialismo, etnocentrismo, imposición, jerarquía y supuesta superioridad).

 

Esta operación se ha erigido en una Máquina de expulsión, lo que hace que se dé un olvido absoluto sobre el judaísmo oriental, ocultando los tiempos en los que el judaísmo y el islam mantenían unas relaciones de cercanía desde luego mayor que la que mantenía con el cristianismo, lo que hace que resulte pertinente constatar la existencia de una cultura judeo-musulmana que hoy, por supuesto ha desaparecido, al ser eliminadas, a la vez que vilipendiadas, tanto por los nacionalismo árabes como por el sionismo, manteniendo este último una política de desprecio, marginación y apartheid con los árabes, al considerárseles desde antiguo como salvajes, no yidis-parlantes; discriminación reforzada por el judaísmo dominante que se ha empeñado en borrar todas las historias nacionales, ocultando los casos, como el de las revueltas bereberes en la Argelia del siglo VII, que con toda probabilidad estaban integradas por judíos-cristianos y árabes-musulmanes. Esta ignorancia programada se ha visto reforzada por el esquema del choque de civilizaciones, retro-alimentada a su vez por la lucha contra el terrorismo. Saca a relucir Bessis las coincidencias que se dan entre los sionistas cristianos y sus nuevos aliados:coincidiendo los sionistas antisemitas y los evangelistas americanos que sostienen de manera decidida a Israel, con una óptica teñida de mesianismo, de proclamas acerca de la Tierra Santa, posturas que cuentan con el decidido apoyo de la extrema derecha -que ocultando su tradicional antisemitismo- lo presentan como muro contra el islam, dándose una identidad ideológica, iliberal, entre las extremas derechas de distinto pelaje: israelí y foránea, que postulan una defensa acérrima de un nacionalismo étnico que se alza contra el islam. Destaca así, Sophie Bessis, que todos estos giros semánticos e ideológicos resultan una Mentira cómoda, aún en su vacío conceptual, que sirve como arma de ataque y exclusión…Ante todo ello, y ante las estrategias de división, islamofobia galopante a trote, y la conversión de los verdugos en pretendidas víctimas, la ensayista reivindica los valores de unión y concordia que se dieron en otros tiempos.

 Una travesía de una gran pertinencia que cumple con sobradas creces, la pretensión expuesta por la autora, que cito al principio del

https://kaosenlared.net/judeo-cristiano-dice/



 artículo.

jueves, 5 de junio de 2025

Como el M16 apoya a Al-Queda en Siria

 

Cómo el MI6 ayudó a la banda terrorista HTS a tomar control de Siria

Kit Klarenberg  

Una ONG británica de “resolución de conflictos”, Inter Mediate, lideró la operación encubierta occidental de cambio de régimen que llevó a HTS a gobernar hoy Siria con apoyo occidental

El 12 de mayo, el ex-embajador estadounidense en Siria (2011-2014), Robert Ford, dio una charla ante el Consejo de Asuntos Exteriores de Baltimore. Durante su discurso, hizo una revelación impactante: en 2023, una organización no gubernamental británica especializada en resolución de conflictos le hizo una oferta extraordinaria. Solicitaban la ayuda personal de Ford para transformar a Hay'at Tahrir al-Sham --la rama de Al Qaeda y Daesh que ahora afirma gobernar Siria-- de terroristas a políticos.

La ONG estaba particularmente interesada en renovar la imagen de Ahmed Hussein al-Sharaa, también conocido como Abu Mohammad Jolani, quien ahora es el autoproclamado presidente de Siria. Capturado como alto mando de Al Qaeda en Mosul, Irak, en 2006, fue liberado inexplicablemente de la custodia estadounidense en 2011, justo cuando se gestaba la "revolución" siria impulsada desde el extranjero.

Ford explicó que se reunió con Sharaa en dos ocasiones distintas, primero en septiembre de 2023 y luego en enero de 2024, después de que HTS tomara Damasco. Al parecer, no se arrepentía en absoluto de su pasado militante:

Al-Sharaa nunca se disculpó, nunca se disculpó, por los ataques terroristas en Irak o Siria... Pero también dijo: "Ahora gobierno una zona del noroeste de Siria bajo control de la oposición, y estoy aprendiendo que las tácticas y los principios que seguí en Irak no son aplicables cuando en realidad hay que gobernar a cuatro millones de personas"... Este hombre rechazó las elecciones en Irak... estaba haciendo estallar colegios electorales, y no se disculpó por ello. Quiero recalcar eso".

Los comentarios de Ford constituyen una prueba convincente de que, lejos de tomar el poder en Siria a finales de 2024 como un rayo en una noche oscura, HTS había sido preparado, con años de antelación, de forma concertada y encubierta por las potencias occidentales para reemplazar al gobierno de Bashar al-Assad, con Gran Bretaña al frente de la iniciativa. Desde que sus declaraciones se hicieron públicas, se ha especulado sobre qué "organización no gubernamental" era responsable de ayudar al grupo y a Al-Sharaa en su cruzada. El 22 de mayo, Independent Arabia reveló que la empresa en cuestión era Inter Mediate.

El informe en árabe, y su importancia, fue notado por pocos en Occidente, salvo por la periodista independiente Vanessa Beeley. Inter Mediate fue fundada en 2011 por Jonathan Powell, jefe de gabinete del entonces primer ministro británico Tony Blair (1997-2007). En noviembre de 2024, pocos días antes de que HTS tomara el poder en Siria, se convirtió en asesor de Seguridad Nacional del actual primer ministro Keir Starmer, «coordinando toda la política exterior, seguridad, defensa, Europa y asuntos económicos internacionales del Reino Unido desde el número 10 de Downing Street».

El regreso de Powell a Whitehall fue un acontecimiento extraordinario. No solo llevaba dos décadas trabajando lucrativamente en el sector privado, sino que también estuvo íntimamente involucrado en la iniciativa de Blair para la criminal invasión angloamericana de Irak en 2003. La mayoría de los demás funcionarios y apparatchiks estatales implicados en esa desgracia han sido destituidos de sus cargos de poder hace tiempo, sin esperanza de retorno. Ahora, sin embargo, como registra The Spectator, Powell «puede tener más influencia en política exterior que cualquier otra persona en el gobierno después del propio primer ministro»:

Es uno de los pocos altos funcionarios responsables de la guerra de Irak que ha logrado regresar a los pasillos --y a los sofás-- del poder. La historia demuestra que tenía dudas sobre las armas de destrucción masiva de Irak, pero creía que Saddam Hussein debía irse «porque era un dictador despiadado que reprimía a su pueblo». Esto fue, como lo denominó Blair, «intervencionismo liberal»... [Powell] tiene los mismos instintos hoy. Después de Irak y Afganistán, todavía quiere salvar el mundo.

'Nuestro lado'

Esta arrogancia se refleja con claridad en el sitio web de Inter Mediate. La supuesta inspiración de Powell para fundar la firma fue "compartir las lecciones de las conversaciones de paz de Irlanda del Norte y ayudar a otros líderes que enfrentan dilemas similares". La "misión" declarada de la empresa es "promover la resolución de conflictos y la reconciliación mediante el diálogo y la mediación con el objetivo de lograr una solución duradera a conflictos violentos y complejos". Se jacta de su capacidad para "aprovechar" los recursos de "gobiernos e instituciones internacionales que gastan miles de millones de dólares anuales para abordar las consecuencias de los conflictos".

Inter Mediate se compromete simplemente a promover el diálogo entre las partes en conflicto, sin promover la agenda de ninguna de ellas, y busca soluciones sostenibles y duraderas a los conflictos a nivel mundial promoviendo la participación de todas las partes clave en los procesos de diálogo. La firma también se compromete a garantizar la confidencialidad en todo momento, dada la naturaleza delicada de muchos conflictos. Reconoce que, en circunstancias volátiles, el posible coste de las negociaciones, tanto político como para la seguridad personal de los involucrados, implica que a menudo se requiere un proceso confidencial para que las conversaciones iniciales se lleven a cabo.

Lo cual estaría muy bien, salvo que no hubo ningún tipo de diálogo entre HTS y el gobierno de Asad antes de que este último tomara el poder en Damasco. La rama de Al Qaeda derrocó al gobierno popular y ha reinado desde entonces con una fuerza mortífera. Las consultas confidenciales negociadas por Inter Mediate con respecto a Siria se llevaron a cabo, evidentemente, entre altos representantes de HTS y sus homólogos occidentales, con el fin de obtener el consentimiento para el golpe militar del grupo. Esto, a su vez, sugiere firmemente que HTS es cliente de la empresa.

De ser así, la pregunta de quién o qué financiaba HTS sigue siendo obvia. Un candidato convincente es el MI6. Además de que la plantilla de la empresa está compuesta por veteranos diplomáticos en la sombra, y de que los informes de Declassified UK indican que la firma obtuvo más de cuatro millones de libras esterlinas entre 2010 y 2020 del Ministerio de Asuntos Exteriores, los correos electrónicos filtrados de la exsecretaria de Estado estadounidense, Hillary Clinton, indican que Inter Mediate colabora estrechamente con la agencia británica de espionaje exterior.

En marzo de 2012, un correo electrónico interno del Departamento de Estado enviado a Jake Sullivan, asesor principal de Clinton, registró cómo Jonathan Powell había "lanzado una nueva ONG que ya ha iniciado un trabajo muy interesante discretamente" y buscaba presentar sus servicios a altos funcionarios del Departamento. En una misiva adjunta de Powell, declaró que

Inter Mediate había "establecido canales secretos entre insurgentes y gobiernos" en varios países, y se preparaba para comenzar a trabajar en Birmania, Somalia, Siria y Yemen.

Powell añadió que Inter Mediate "trabaja estrechamente" con el Ministerio de Asuntos Exteriores británico, el Consejo de Seguridad Nacional y el MI6. El hecho de que estuviera ofreciendo los servicios de inteligencia de su empresa al Departamento de Estado estadounidense en Siria en ese momento sugiere firmemente que más de una década antes de la caída de Asad, Inter Mediate buscaba reemplazar su gobierno con "insurgentes". Un correo electrónico enviado el mes anterior por Sullivan a Clinton demuestra ampliamente que las potencias occidentales sabían con precisión qué fuerzas luchaban contra Asad en su nombre. El titular era: "AQ" (Al Qaeda) "está de nuestro lado en Siria".

Papel principal

Es posible que la larga relación entre el MI6 y HTS, a través de Inter Mediate, haya hecho que Gran Bretaña fuera el primer país occidental en acoger y reconocer su toma de control en Siria. Starmer recibió con entusiasmo la noticia, declarando que la toma de poder del grupo significaba un papel más activo para Londres en la región. En diciembre de 2024, diplomáticos británicos se reunieron formalmente con representantes de HTS, a pesar de que los medios de comunicación reconocieron que era completamente ilegal, ya que HTS es un grupo terrorista proscrito por la legislación británica.

Además, el 19 de febrero, The National expuso cómo Gran Bretaña ejerce una influencia considerable en la Siria post-Assad, mediante una combinación de conexiones políticas, operaciones benéficas y una diáspora que regresa con una sólida red de contactos. Powell es un componente clave de este nexo, con profundos vínculos con el país desde antes de la guerra sucia de Occidente, que duró una década. Su hermano, Charles Powell, es fideicomisario de la Fundación Said, creada por el empresario y filántropo británico-sirio Wafic Said, quien se reunió con al-Sharaa a mediados de enero en el palacio presidencial de Damasco.

"Esta conexión personal y el trabajo de la Fundación Said" le han otorgado a Powell "un profundo conocimiento del país y los problemas que enfrenta", según The National. El medio también informó que, además de las reuniones presenciales con HTS tras la caída de Assad, se creía que había establecido contacto extraoficial con HTS a través de Inter Mediate, desde hacía tiempo. The National señaló que los proyectos gestionados por la inteligencia británica en Siria continuaron tras la declaración de victoria de Assad en la guerra sucia y persisten hasta la fecha.

Esto incluía a los Cascos Blancos, un falso grupo humanitario creado por la inteligencia británica. Hamish de Bretton-Gordon, previamente desenmascarado por este periodista como agente del MI6, fue citado por The National, rebosante de entusiasmo tras una reciente visita a Siria, proponiendo que los Cascos Blancos "gestionen ahora los servicios de emergencia en todo el país". Añadió que el gobierno de HTS "no necesita que le digamos qué hacer", sino "asesoramiento y recursos" para lograr sus objetivos.

La revolución que derrocó a la vieja guardia en Damasco surgió en el noroeste de Siria, y el presidente interino... parece ser un líder viable. Los sirios que conozco, algunos muy cercanos al nuevo equipo, me dicen que son auténticos. Gran Bretaña está en una posición privilegiada, gracias a la diáspora británico-siria, para marcar una verdadera diferencia, y la apertura de la Embajada Británica en Damasco es una oportunidad ineludible.

Desde al menos 2013, De Bretton-Gordon formó parte de una operación del MI6 para sacar de contrabando muestras de suelo de Siria y demostrar al gobierno estadounidense que las fuerzas de Asad habían empleado armas químicas, con la esperanza de desencadenar una intervención a gran escala, ante la cual Washington se mostraba reticente. Un informe general sobre estos esfuerzos, publicado seis días después del misterioso incidente de Ghouta, citó a una "fuente occidental de alto rango" anónima que afirmó que "el MI6 desempeñó un papel fundamental" en la iniciativa:

El ejército estadounidense quiere más pruebas antes de aceptar que Asad se ha excedido en el uso de armas químicas. La pregunta es ¿qué hará Occidente ahora? Si nadie reacciona, no tenía mucho sentido realizar las pruebas.

Tras la revelación de que una oscura "organización no gubernamental" británica, vinculada al MI6, buscaba preparar a HTS para el gobierno desde 2023, contando con la ayuda de altos funcionarios estadounidenses para tal fin, nos preguntamos si la conspiración para derrocar a Asad siempre se centró en Londres. Si bien el MI6 no logró desencadenar una invasión al estilo de Irak organizando ataques con armas químicas con la ayuda de De Bretton-Gordon y otros,   

 

https://www.lahaine.org/mundo.php/como-el-mi6-ayudo-a

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 La foto de la infamia: el gobierno español y los terroristas sirios mano a mano

   El Ministro de exteriores español y  Ahmed Hussein al-Sharaa, también conocido como Abu Mohammad Jolani, quien ahora es el autoproclamado presidente de Siria. Y llevo ademas 1.000  de euros de ayuda.

SIRIA. El necesario blanqueo para que las empresas occidentales hagan negocios

El delirio de lo que está ocurriendo en Siria es tan deprimente que parece imposible que alcance cotas más altas de repugnancia. La campaña internacional de lavado de imagen de los terroristas islamistas parece no tener fin. Ahí tienen a la gran mafia de «derechos humanos» del mundo, llamada Amnistía Internacional, recibida en persona en Damasco por un representante de Al-Qaeda. ¿De qué fue a hablar la mercenaria del Departamento de Estado USA-Amnistía Internacional, una tal Christine Beckerley, con los esbirros de Al-Qaeda? ¿De los cuantiosos crímenes pasados de esta organización apoyada por Occidente? ¿De las desapariciones de mujeres sirias y de los asesinatos que está cometiendo la banda criminal gobernante en la costa siria? No, la infecta representante de AI fue a hablar de «cuestiones comunes». Un eufemismo para decir que Amnistía Internacional, una marioneta de la política exterior de EE.UU., apoya al régimen islamista-terrorista, pasando por alto las gravísimas violaciones de DDHH de este régimen terrorista, en el pasado y en el presente.

  A.I .y las diferentes sucursales de esta mafia repartidas por todo el mundo solo sirven a los intereses de los Estados que les financian, aunque esta ONG, hipócritamente, solo hace referencia a que se financia con «donantes individuales» y no a través de Estados, intentando ocultar para quién trabajan realmente. AI ha recibido donaciones de: – El Departamento de Desarrollo Internacional del Reino Unido, vinculado al servicio secreto para el exterior MI6 – La Comisión Europea – El Departamento de Estado de Estados Unidos y otras organizaciones gubernamentales. Además, Amnistía Internacional Estados Unidos ha recibido financiación de fundaciones ligadas a la CIA como la Fundación Rockefeller, la Fundación McArthur y la Fundación Ford.