miércoles, 21 de agosto de 2024

Andrée Blouin , la Pasionaria africana .

 

                                                                        



Andrée Madeleine Blouin (16 de diciembre de 1921 - 9 de abril de 1986 República Centroafricana) fue una activista política, defensora de los derechos humanos y escritora.123

Biografía

 

Andreé fue hija de Josephine Wouassimba, una niña banziri de catorce años, y Pierre Gerbillat, un colonizador francés de cuarenta años.4​ A los tres años de edad, su padre y madrastra Henriette Poussart separaron a Andrée de su madre y la internaron en un orfanato para niñas mestizas. En este vivió abuso y maltrato por las hermanas de San José de Cluny.5678​ Este orfanato fue creado para encubrir la evidencia de las "costumbres libertinas" de los europeos (incluido el delito de violación directa) y para "proteger a los niños parcialmente blancos de vivir en condiciones africanas supuestamente primitivas".9​ A los 15 años de edad, las monjas intentaron presionarla para que contrajera un matrimonio arreglado.8​ Pasó 14 años en el orfanato antes de que ella y otras dos niñas huyeran en 1938.67

Desde su juventud mostró diversas formas de activismo. Con frecuencia iba a cines exclusivos para gente blanca hasta que la dejaran entrar. En las tiendas pedía artículos en francés, pero los comerciantes deliberadamente “respondían en lingala o kikongo para humillarla”.10​ Aunque tenía la ciudadanía francesa, no tenía un "derecho" real para usar ese idioma.10

Al escapar del orfanato, Andrée volvió con su madre y comenzó a trabajar como costurera. Durante un viaje por el río Congo, conoció a un aristócrata belga llamado Roger Serruys.7​ Sin embargo, por su cargo y posición económica Serruys buscaba que su relación fuera secreta a lo que Andreé no estuvo de acuerdo y regresó con su madre. Dio a luz a su hija Rita cuando cumplió 19 años, el 16 de diciembre de 1940.7

Posteriormente conoció a Charles Greutz con quien tuvo un hijo. A los dos años el niño enfermó de malaria, pero en los hospitales locales le negaron la medicación de quinina porque “la administración colonial francesa insistió” en que era “solo para europeos”.5​ Blouin “suplicó” al alcalde que hiciera una excepción, pero se negó y al poco tiempo el niño murió por complicaciones relacionadas con la enfermedad.578​ Andrée decidió que Rita no creciera en el África colonial y se mudó a Francia con la familia de Greutz.

Posteriormente tuvo dos hijos, un hijo llamado Patrick y una hija llamada Sylviane con André Blouin 7

A partir de la muerte de su hijo, Blouin se convirtió en activista.6​ Si este hubiera sido atendido adecuadamente, su muerte habría podido evitarse. Como Andreé Blouin fue clasificada como mestiza por su madre africana y su padre europeo, esto le impidió a su hijo recibir el tratamiento contra la malaria.11​ Así es como Blouin lanzó una campaña contra la Ley de la Quinina que prohibía a las personas de ascendencia africana en el África Ecuatorial Francesa recibir medicamentos adecuados para tratar la malaria.6

En la década de 1950, viajó a Guinea para apoyar el movimiento independentista del país.6​ Blouin se unió a Sékou Touré, líder del Partido Democrático de Guinea, en la lucha por la independencia de Francia.2​ En 1958, Guinea fue el único territorio francés que optó por la independencia. A través de este trabajo, conoció a muchos otros activistas, como al Primer Ministro Kwame Nkrumah de Ghana y Félix Houphouet-Boigny.8​ Fue expulsada de Guinea por el presidente francés Charles de Gaulle debido a su activismo político. Regresó a África Central para apoyar la lucha independentista. Andrée organizó y movilizó a mujeres para el Partido de la Solidaridad Africana (PSA),212​ una organización del Congo Belga cuyo objetivo era liberar a África del dominio colonial. Blouin describió cómo después de un mes, en mayo de 1960, inscribió a 45.000 miembros en la PSA. Algunas de sus peticiones fueron:

  • Alfabetizar a todas las mujeres, sin importar la edad.
  • Promover campañas sobre salud e higiene.
  • Combatir el alcoholismo.
  • Trabajar por los derechos de las mujeres.
  • Trabajar por la protección de la mujer y las infancias
  • Trabajar por el progreso social de los africanos.10

El movimiento también estableció líneas generales de sedes en todas las provincias y empoderó a las mujeres locales para que asumieran roles de liderazgo en el movimiento.13​ Ese mismo año se convirtió en jefa de protocolo del gobierno de Patrice Lumumba, formado tras la independencia congoleña de Bélgica.105​ Redactaba discursos y era el enlace diplomático con los gobiernos europeos durante la transición a la independencia del Congo.10​ Cuando Lumumba fue asesinado, Blouin se convirtió en un objetivo.5​ Su hija Eve cuenta cómo su madre fue condenada a muerte y obligada a huir del Congo.5

En 1973 se instaló en París.8​ Ahí continuó su trabajo como defensora de la igualdad social y de género, así como de la justicia económica en varios países africanos.614

Su activismo fue criticado; la administración Eisenhower y las autoridades belgas se preocuparon por sus supuestos vínculos comunistas y el New York Times la llamó “defensora del nacionalismo africano extremo”.8​ Sin embargo, se describió a sí misma como una socialista comprometida con el nacionalismo africano.

Obras literarias

 

La autobiografía de Blouin, «Mi país, Africa: Autobiografía de una mujer negra» se publicó en inglés en 1983.615​ Jean MacKellar colaboró con Blouin y realizó entrevistas y la edición del libro.10​ Sin embargo, Blouin rechazó el libro e intentó demandar a MacKellar para bloquear la publicación porque no estaba satisfecha con la presentación de la historia en “términos sociopsicológicos” en lugar de como un “testamento político”.10

Referencias

 

  1.  Internet Archive, Andrée; MacKellar, Jean Scott (1983). My country, Africa : autobiography of the black pasionaria. New York : Praeger Publishers. ISBN 978-0-03-062759-0. Consultado el 30 de julio de 2024.
  2. ↑ Saltar a:a b c «Andrée Blouin»Francophone African Women Writers. University of Western Australia.
  3.  «Andrée Blouin». Consultado el 25 de noviembre de 2018.
  4.  Bouwer, Karen (2010), «Peck'S Hollywood Lumumba: A Masculine Hero»Gender and Decolonization in the Congo (New York: Palgrave Macmillan US): 167-190, ISBN 978-1-349-37925-5doi:10.1057/9780230110403_8, consultado el 7 de junio de 2022.
  5. ↑ Saltar a:a b c d e f «Who was the woman behind Lumumba?»africasacountry.com (en inglés estadounidense). 9 de abril de 2019. Consultado el 7 de junio de 2022.
  6. ↑ Saltar a:a b c d e f g Beverly Ormerod; Jean-Marie Volet (1 de febrero de 1996). «Ecrits autobiographiques et engagement: le cas des Africaines d'expression française». The French Review 3 (3): 426-444.
  7. ↑ Saltar a:a b c d e f Blouin, Andree; MacKellar, Jean (1983). My Country Africa: Autobiography of the Black Pasionaria. New York, NY: Praeger. ISBN 978-0-03-062759-0.
  8. ↑ Saltar a:a b c d e f Reid, Stuart A. (14 de febrero de 2020). «Overlooked No More: Andrée Blouin, Voice for Independence in Africa»The New York Times (en inglés estadounidense)ISSN 0362-4331. Consultado el 7 de agosto de 2020.
  9.  Reid, Stuart A. (14 de febrero de 2020). «Overlooked No More: Andrée Blouin, Voice for Independence in Africa»The New York Times (en inglés estadounidense)ISSN 0362-4331. Consultado el 7 de junio de 2022.
  10. ↑ Saltar a:a b c d e f g Bouwer, Karen (2010). Gender and Decolonization in the Congo: The Legacy of Patrice Lumumba. Springer. pp. 82-83. ISBN 978-0230316294.
  11.  Joseph-Gabriel, Annette K., Reimagining Liberation: How Black Women Transformed Citizenship In the French Empire.
  12.  Joseph-Gabriel, Annette. «Remembering the Congolese women who fought for independence»www.aljazeera.com. Consultado el 7 de agosto de 2020.
  13.  Joseph-Gabriel, Annette. «Remembering the Congolese women who fought for independence»www.aljazeera.com (en inglés). Consultado el 7 de junio de 2022.
  14.  Sheldon, Kathleen (2005). Historical Dictionary of Women in Sub-Saharan Africa. Scarecrow Press. pp. 34-35. ISBN 978-0810865471.
  15.  «African literature»Reading Women Writers and Literatures. Consultado el 25 de noviembre de 2018.

https://es.wikipedia.org/wiki/Andr%C3%A9e_Blouin

 Nota del blog .-   No hay traducción al español de su libro , y el autor del blog   ya esta en contacto con traductora y  editorial para hacerlo , merece la pena . al igual no  se encontró ningún artículo  sobre ella  fuera de la wiki . El autor del blog llego a saber  de ella  a través   del  interesante libro , de Kevin  Ochieng Okoth,   África roja   , recuperando la política negra revolucionaria  ,donde da una visión fascinante de su vida  

https://traficantes.net/libros/%C3%A1frica-roja

 

 

domingo, 18 de agosto de 2024

Actas de la oposición venezolana .

 

Las actas presentadas por la oposición venezolana  estan falsificadas

 

Román Cuesta 

Desmontando la página web Resultados con VZLA donde la oposición venezolana colgó las supuestas actas que le daban la victoria.

El gobierno venezolano, que ya ha entregado las que obraban en su poder al Tribunal Supremo, todavía no las ha publicado (la ley le otorga un plazo de 30 días tras los comicios), sería pertinente que lo hiciese para poder cotejar todos los datos.

Antes de empezar a desmontar dichas actas creo necesario explicar, brevemente, cómo se vota en el país caribeño y qué elementos permiten blindar estos documentos para evitar que se manipulen los resultados.

Es preferible empezar por el enlace 2  ya que explica como y cuando empezó a analizarlas

https://www.diario.red/articulo/america-latina/como-manipulo-actas-oposicion-venezuela/20240814145150033966.html


https://www.diario.red/articulo/america-latina/graves-irregularidades-supuestas-actas-publicadas-oposicion-venezuela/20240809101947033778.html.


Resumiendo   https://youtu.be/KKWNZ9wTICI?si=euFYiwoud4KBNglc 


 Contraste entre manifestaciones de apoyo ..


Al gobierno https://www.youtube.com/watch?v=uLXeG0iA1NU&t=2s

A la oposición  . https://x.com/VNVenezuelanews/status/1824838450501013753?ref_src=

lunes, 12 de agosto de 2024

En torno a Judith Butler .

 

En torno a Judith Butler .

Experiencia, identidad y sujeto feminista (I)

 

Por Carmen Heredero, Antonio Antón 

 

 07/08/2024 |  

 Con ocasión de la publicación del último libro de Judith Butler, ¿Quién teme al género?, en esta primera parte, tratamos dos aspectos del pensamiento feminista: el valor del feminismo y la identidad feminista, y cómo avanzar en la liberación y la igualdad femenina. En una segunda parte abordaremos otros dos temas: el sujeto social, imprescindible para la transformación colectiva, y la relevancia de la experiencia vivida e interpretada.

 El valor del feminismo y la identidad feminista

 Hay que diferenciar identidad de género e identidad feminista. La mujer, las mujeres -a veces con una larga y variada tipología-, no son el sujeto del feminismo. No existe un sujeto previo a la experiencia emancipadora, sino que se constituye con ella, con esa práctica sociocultural.

 Ya Simón de Beauvoir decía que la ’mujer se hace, no nace’, poniendo el énfasis en la experiencia vital en la formación de la identificación que, más tarde, se definió de género y que, muchas veces, conllevaba una actitud progresista y liberadora, en el marco de la segunda ola feminista de los años sesenta y setenta.

 Aquí, sin la connotación existencialista, desde un cierto constructivismo social, multidimensional y vital, le damos un contenido sociohistórico y político-cultural, y lo aplicamos al feminismo, como sujeto social, no a la feminidad (o la masculinidad) en cuanto identidad de género. Se es feminista no por ser mujer, sino por participar en los procesos igualitarios por la liberación femenina, y de todas las personas discriminadas por su opción sexual y de género. La composición empírica mayoritaria del feminismo es de mujeres, las más directamente afectadas y sensibles, pero también de varones solidarios. Su identificación feminista, o su ‘orgullo’ de pertenencia, deriva de su comportamiento, su práctica relacional, no de la adscripción a un sexo, género u opción sexual.

 Sin embargo, no hay que infravalorar la experiencia vivida. La conexión con la realidad discriminatoria es lo que acerca más a las mujeres y personas con opciones sexuales y de género no normativas a esa sensibilidad, conciencia y actitud transformadora. Pero, para mantener una conducta transformadora, son decisivas su conformación subjetiva, su experiencia relacional, su actitud moral respecto de los tres grandes valores progresistas: libertad, igualdad y solidaridad.

 La conformación del sujeto no deriva mecánicamente de la existencia de una realidad sociodemográfica discriminatoria, tal como dicen las teorías estructuralistas o deterministas, dominantes en décadas pasadas. O sea, la mujer, por su condición objetiva, biológica o de subordinación, no es el sujeto del feminismo; el sujeto del feminismo son las personas que, práctica y sociohistóricamente, han rechazado y combatido, individual y/o colectivamente, una realidad de discriminación y dominación, y han adquirido una experiencia emancipadora, igualitaria y solidaria que refuerza su conciencia feminista.

 Desde este punto de vista, hay que intensificar, no diluir, la identificación feminista, opuesta al machismo. Esta identificación no constriñe una voluntad transformadora, sino que, con espíritu crítico, la refuerza, favorece el sentido de pertenencia colectiva, con articulación de apoyos y alianzas, y es capaz de renovar sus propias características identificadoras y estratégicas.

 La identidad de género femenino (o masculino o indefinido) puede ser ambivalente: negativa, si es que refleja una trayectoria rígida de subordinación resignada o impuesta; o positiva, en la medida que exprese un papel sociocultural, económico-laboral y reproductivo más igualitario y libre, en combinación con otras identificaciones particulares interseccionales con impacto variable en su experiencia vital.

 Una identidad fuerte de género tradicional -de ama de casa dependiente o con la normativización esencialista heterosexual… y dentro del matrimonio- sí se puede decir que constriñe la libertad individual para explorar y cambiar de experiencia, estatus e identificación. Una identidad de género débil o casi nula permite la transición sin ataduras a la nueva personalidad, opción sexual y de género y posición social; es más abierta y ofrece más oportunidades.

 Existen diversas tipologías femeninas: desde la mujer ‘tradicional’, ama de casa, esposa y madre, pero subordinada a una estructura patriarcal y dependiente de una función social subalterna, que el feminismo apuesta por transformar; hasta la mujer ‘liberada’ que se ha ido abriendo paso igualitario y que es objeto de toda la ofensiva conservadora y reaccionaria como causa de la destrucción de su orden social y moral dominador.

 Pero aquí hablamos, sobre todo, de identidad feminista como refuerzo solidario, igualitario, emancipador, como pertenencia colectiva, con una trayectoria transformadora; opuesta al machismo, a su identificación y a la prepotencia relacional, como expresión de dominación y privilegios, o sea, vinculado al poder opresivo y, a veces, violento del orden establecido. En ese sentido, una identidad sociopolítica liberadora y una ética fuerte, anclada en los derechos humanos y la democracia, favorece el compromiso cívico por la igualdad y la libertad; es positiva para las mujeres y para la humanidad, es decir, encierra un contenido universal.

 No se trata, por tanto, de la diferenciación o simple interacción entre géneros más o menos marcados y plurales, con distintas feminidades y masculinidades y posibilidades combinatorias, sino de la diferenciación entre feminismo y machismo y, por otra parte, entre un feminismo elitista o solo retórico, centrado en romper los ‘techos de cristal’, y un feminismo popular, que apuesta por superar los ‘suelos pegajosos’.

 Cómo avanzar en la liberación y la igualdad femenina

 Pues bien, Judith Butler ha tenido y tiene la prioridad por la superación del género y la heteronormatividad obligatoria, como sistema divisivo, discriminatorio y limitador de la libertad humana, la cual debería estar asentada en la propia voluntad. Su enorme aportación crítica ha ido hacia la deslegitimación de las principales trayectorias opresivas contra la libre elección de sexo/género y opción sexual, con garantías para una vida digna.

 Al ir ‘deshaciendo el género’, se terminaría el problema de la desigualdad de género. Seríamos personas indiferenciadas por sexo/género, es decir, éste no sería un factor relevante, lo cual garantizaría la liberación. Se rompería el pretexto del poder establecido para imponer la división social… aunque ello no evitase la imposición de nuevas segmentaciones y discriminaciones, en particular, a las propias minorías sexuales o de género no binario. La duda es el alcance generalizador de la indiferenciación por sexo/género frente al sistema divisivo en tal categoría sobre la que se asienta el orden establecido, y una vez garantizado el derecho a la libre determinación.

 Pero esa lógica liberadora ya estaba inscrita en el pensamiento feminista y la acción progresista, al menos, desde el siglo XVIII. Se trataba del impulso emancipador e igualitario del revalorizado estatus de ciudadanía, de los derechos humanos y civiles y más tarde políticos y sociales… independientemente del sexo/género, es decir, sin discriminación por sexo, según dictaminan las constituciones modernas. Sabemos, por la experiencia de estos más de dos siglos, que ese relativo igualitarismo retórico, jurídico o formal ha costado mucho esfuerzo feminista y solidario para implementarlo y que queda mucho por hacer.

 No obstante, ese enfoque emancipador sigue siendo acertado: hay que consolidar unas relaciones igualitarias y libres de dominación, independientemente del sexo/género (la raza, el origen nacional o la clase social…), o sea, destacando el elemento común de las personas: los derechos humanos. Así, se supera el sexo/género como factor de desventaja o discriminación, aunque se mantenga la diversidad identitaria.

 Todavía hoy persisten graves lacras sociales que perjudican a la mayoría de mujeres y opciones no normativas sexuales y de género, empezando por la violencia de género, acerca de la que la autora tiene una sensibilidad especial. Precisamente, la indignación cívica y la respuesta feminista, apoyada y legitimada por unos dos tercios de mujeres y un tercio de varones, ha generado en España la cuarta ola feminista, con la prioridad de combatir la violencia machista y garantizar la libertad sexual y el libre consentimiento en las relaciones sexuales e interpersonales en general.

 Junto con ese primer nivel de conciencia feminista existe, propiamente el movimiento feminista, compuesto por unos cuatro millones de personas, la mayoría mujeres, que han participado en las movilizaciones feministas, entre ellas las miles de activistas más estables, pertenecientes a grupos diversos e impulsoras del movimiento social. Esos tres niveles son los que configuran el sujeto colectivo feminista.

 Todo ello ha puesto de relevancia la necesidad de un avance en condiciones y derechos feministas, de la articulación del propio sujeto feminista y, también, del impulso de una teoría crítica que fundamente esta nueva fase de conformación feminista.

 Por tanto, el pensamiento posestructuralista de Judit Butler tiene sus límites para hacer frente a los desafíos que suponen la consecución de la igualdad y la libertad de las mujeres. Desde distintas corrientes feministas se están realizando muchas contribuciones interesantes. Por citar otra feminista eminente, contamos con su colega estadounidense Nancy Fraser, con aportaciones críticas significativas sobre el papel subordinado de las mujeres en la reproducción social y de cuidados y su vinculación con la segmentación capitalista y la división racista.

 Evidente es la situación en España. Por un lado, hemos asistido a una gran movilización feminista y de colectivos LGTBIQ+, masiva y viva, particularmente contra la violencia machista y por la libertad sexual y la igualdad, con una gran participación de base social y asociativa, y hemos conseguido reformas significativas en el ámbito institucional.

 Pero, por otro lado, el movimiento feminista presenta una dinámica fragmentada y sin liderazgos consolidados, lo cual agudiza ciertas tendencias -también desde la política- elitistas, unilaterales, sin arraigo sólido, a apropiarse del movimiento, a hablar en nombre del (no) sujeto social ‘objetivo’ y pasivo, pugnando por su orientación y articulación.

 En definitiva, en el campo feminista hay una rica y variada experiencia, pero bastantes deficiencias en la articulación orgánica y de liderazgo. A ello hay que añadir una relativa orfandad y retraso teórico que el feminismo debería abordar desde un enfoque crítico, multidimensional y relacional.

 Carmen Heredero es feminista y sindicalista, autora del libro Género y coeducación (Morata, 2019). Antonio Antón es sociólogo y politólogo, autor de Feminismos. Retos y teorías (Dyskolo, 2023). 

https://rebelion.org/experiencia-identidad-y-sujeto-feminista-i/

Segunda parte

https://rebelion.org/experiencia-identidad-y-sujeto-feminista-y-ii/


viernes, 9 de agosto de 2024

Al otro lado de la modernidad, de Enrique Dussel

                                                                       


 Reseña de Al otro lado de la modernidad, de Enrique Dussel (Bellaterra, 2024)

Bases para un diálogo no eurocéntrico sobre la historia mundial

 

Por Jesús Aller | 08/08/2024  

Fuentes: Rebelión

En este libro el historiador Javier García Fernández ha reunido una selección de textos del recientemente fallecido Enrique Dussel, correspondientes a la época entre 1995 y 2012 en la que éste se centró en el estudio de las fases tempranas de la modernidad occidental y el efecto en ellas de la conquista de América.

 Se presentan así de forma concisa contribuciones esenciales de Dussel al ideario decolonial, como su reivindicación de los cambios civilizatorios, y no sólo económicos, del período entre 1492 y el siglo XVII, o el carácter decisivo de este tiempo en el desarrollo del capitalismo. Otra aportación valiosa de estos textos es el énfasis en la superación del eurocentrismo como límite que constriñe nuestro pensamiento. El libro trae un prólogo de García Fernández y un epílogo con una nota biográfica sobre su autor de Katya Colmenares Lizárraga.

 Enrique Dussel nació en Mendoza (Argentina) en 1934 y elaboró una ingente obra en la que la historia latinoamericana es campo de reflexión recurrente, abordada desde una perspectiva en la que late siempre un compromiso humanista con los vencidos y los excluidos. Él fue uno de los principales impulsores de la Filosofía de la liberación en los 70, época en la que la represión en su país le obligó a exiliarse en México. Dussel residió hasta su fallecimiento en 2023 en el país azteca, y en sus últimos años colaboró con el partido MORENA, que alcanzó el poder en 2018.

 Los dos primeros textos recogidos en el volumen corresponden a conferencias impartidas en Fráncfort que pasaron luego a ser capítulos del libro: 1492. La ocultación del otro. El origen del mito de la modernidad (1995). En ellos se reflexiona sobre el “descubrimiento” como una “negación del Otro americano” por parte de un “Ego moderno europeo” que nace en ese momento. A esta relación asimétrica de reconocimiento frustrado, la “conquista” superpone la aún más rotunda asimetría de la dominación, y el Otro es forzado a asimilarse al colonizador. Repasar la historia de Hernán Cortés en México sirve a Dussel para comprobar cómo no se trata del “encuentro de dos mundos” que se ha querido ver a veces, sino de la destrucción de uno por otro que lo obliga a parecerse a él. El varón conquistador impone trabajo esclavo a la población india y dominación sexual a sus mujeres, y construye una sociedad basada en esta opresión.

 Una historia no eurocéntrica

 Se incluye después un fragmento del prólogo añadido por Dussel a una reedición en 1998 de su Ética de la liberación, en el que utilizando algunos datos de otros autores, como Immanuel Wallerstein, se propone una periodización de la historia universal que trata de ir más allá del eurocentrismo. Según este análisis, en el siglo XV Europa no tenía ninguna superioridad tecnológica, política ni comercial sobre China, y el hecho de que fuera en la primera donde se desarrolló la modernidad fue debido exclusivamente a la conquista de América, que produjo una reconfiguración del sistema-mundo en la que Europa se constituyó como centro. Las 18 000 toneladas de plata que a ella llegan entre 1503 y 1660 de las minas mexicanas y peruanas y el valor —en sentido marxista— extraído de las plantaciones con trabajo esclavo, van a financiar una estructura en la que España es la potencia hegemónica al comienzo, y en seguida es relevada por Holanda y Gran Bretaña.

 La fase de dominio español representa una modernidad renacentista con un proyecto de “imperio-mundo” basado en poder militar y económico e imposición de una lengua y una religión. Esta etapa tiene gran trascendencia pues en ella se plantea una discusión sobre el “derecho a la conquista” de los europeos que desaparece después. Cuando la tentativa del “imperio-mundo” fracasa con la abdicación de Carlos V, es sustituido por un “sistema-mundo”, más simple, fundado en el imperativo económico y para cuya gestión surge la modernidad científica, en un principio con base en la Ámsterdam de Descartes y Spinoza. Entramos en el mundo de la razón instrumental.

 La evolución posterior viene marcada por el desarrollo paralelo de capitalismo y modernidad que nos ha traído a la penosa situación actual. Cuál debería ser entonces nuestra postura hoy respecto a la modernidad, si asumimos una perspectiva que pretenda la liberación de los seres humanos. Para Dussel se trataría de salvar de ella su racionalidad, para orientarla a una superación cabal de la estructura perniciosa del sistema-mundo en un proceso en el que el rol de la periferia ha de ser esencial. Sólo así puede enfrentarse el desastre ecológico y social que amenaza el planeta en estos momentos. Con este planteamiento y refutado el eurocentrismo se afronta el reto de poner en su valor las tradiciones de pensamiento que desde todas las esquinas del sistema-mundo aportan sus análisis para construir un proyecto global emancipador.

 Visiones de la modernidad

 Se incluyen también en el volumen dos capítulos de Política de la liberación: historia mundial y crítica (2007), en los que se insiste en la trascendencia de la incorporación de América a la historia de Occidente y el rol decisivo de personajes como Juan Ginés de Sepúlveda, Bartolomé de las Casas, Francisco de Vitoria o Francisco Suárez, a la hora de definir el pensamiento de la primera fase de la modernidad, caracterizada por el establecimiento de una economía basada en la explotación de indios y negros. Se repasa luego la historia del esclavismo en África ya desde el siglo IX, y como a ella se suman los portugueses en 1441 y después casi toda Europa.

 En un capítulo recogido de Marx y la modernidad (1995) se analizan las ideas de este autor sobre la conquista, que según él aporta, con base en trabajo esclavo, la primera moneda mundial, el oro y la plata americanas. La visión del de Tréveris sobre la dinámica del capital resulta también esencial, pues profetiza cómo, de no ser detenida, conduce a la destrucción del planeta, inmolado en el altar de la tasa de ganancia. Y el desastre para la humanidad no sólo es por la explotación, que a veces se convierte en un privilegio, sino también en muchos casos por la exclusión de grandes masas de población de la maquinaria económica.

 Sistema-mundo y transmodernidad (2004) define este último concepto como un más allá trascendente de la modernidad occidental, en el que todas las culturas mundiales asumen el reto de expresarse en lo que podría ser un lenguaje interinteligible, sensible a múltiples esquemas comunes y con riqueza infinita de matices. Se muestra el carácter aún eurocéntrico de la postmodernidad, y se ve la civilización china como un ejemplo del objetivo que se pretende. Pujante hasta el siglo XIX, esta rica cultura experimenta entonces un declive debido al colonialismo, pero se recupera actualmente, reivindicando sus raíces y buscando su lugar en un diálogo entre iguales.

 Sobre estos asuntos se insiste en los trabajos que cierran el volumen, en los que se aportan ideas para un diálogo entre tradiciones filosóficas diversas, basado en el reconocimiento de problemas universales. Resulta muy interesante en este sentido la comparación de textos presocráticos con otros de la tradición taoísta o hinduista, o la caracterización de elementos míticos en autores tenidos como filósofos “pata negra” de Occidente, como Kant o Hegel. El colonialismo filosófico es una triste realidad que impregna nuestro pensamiento, y debe ser combatido paralelamente a la explotación económica que lo ha acompañado históricamente.

 Al otro lado de la modernidad espiga la vasta producción de Enrique Dussel y consigue reunir en un libro de apenas doscientas páginas los textos esenciales que sintetizan su acercamiento al rol crucial de la conquista de América en la historia mundial y a la necesidad de superar el eurocentrismo, así como a las vías para lograrlo. Tenemos que agradecer a Javier García Fernández el trabajo realizado en la selección de estos textos, pues a través de ellos accedemos a los momentos clave en la evolución de un pensamiento valioso para comprender cómo se incubaron todos los problemas del presente.

 Blog del autor: http://www.jesusaller.com/  En él puede descargarse ya su último poemario: Los libros muertos .

https://rebelion.org/bases-para-un-dialogo-no-eurocentrico-sobre-la-historia-mundial/