lunes, 10 de julio de 2017

El franco africano impide el desarrollo de las ex colonias francesas.

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 El franco CFA, la vergüenza de Francia

Por Alexandre García
Al igual que el euro para los países de la eurozona, el franco CFA es una moneda común que condena el desarrollo de los países del África francófona. Su naturaleza genuinamente neo-colonial es un auténtico escándalo, y por ello son cada vez más las voces en África a favor de su eliminación.

Por Alexandre García
¿Sabían que todavía existen dos monedas coloniales en el mundo? Una es el franco CFA, que funciona en los antiguos territorios del imperio colonial de Francia en África –con la excepción de los países del Magreb, Mauritania, Madagascar, Yibuti y Guinea-Conakry– además de existir en Guinea-Bissau y Guinea Ecuatorial, que no eran colonias francesas. La otra es el franco comorense, que funciona en las islas Comores, y que tiene un valor ligeramente mayor.[1] Fabricadas en dos pequeñas ciudades de Francia, estas dos monedas son un verdadero instrumento de explotación neo-colonial de los países del África francófona.
El antecesor del franco CFA había sido la “zona franco”, creada en 1939 por Francia para asegurarse de que, aún en tiempos de guerra, las materias primas fuesen fácilmente disponibles y al precio más bajo. El 26 de diciembre de 1945 se creó oficialmente el franco CFA, adoptando el nombre de Franco Colonias Francesas de África, para contribuir al esfuerzo de reconstrucción de Francia tras la guerra.
En 1958, su nombre evolucionó en Franco de la Comunidad Francesa de África. Hoy se llama Franco de la Comunidad Financiera en los países de la Unión Económica y Monetaria de África Occidental (UEMOA) y Franco de la Cooperación Financiera en los países de la Comunidad Económica y Monetaria de África Central (CEMAC).
Cuatro fueron los principios de funcionamiento que se establecieron en el momento de crearse el franco CFA:
1) La libre convertibilidad del franco CFA en cualquier otra moneda del mundo. Esto, que parece estar bien, se permitía a condición de que se respeten las restantes condiciones:
2) La centralización de las reservas de cambio. Se trata de un mecanismo de inspiración nazi que la propia Francia había sufrido bajo la ocupación alemana. Por medio del mismo, los países de la zona franco CFA debían depositar la totalidad de sus recetas de exportación en una cuenta del Tesoro de Francia, llamada “cuenta de operaciones”. Esto permitía a Francia proveerse gratuitamente con materias primas. De esta manera, podía decirle a un país africano que necesitaba madera por un valor de –por ejemplo– 100 millones de euros, y una vez que el país hubiese exportado, en lugar de pagar por ello, los franceses cogían un bolígrafo y apuntaban un signo “+” en la cuenta del Tesoro. En cambio, si el país que exportaba era Ghana o Nigeria, Francia estaba obligada a sacar 100 millones de euros de las arcas del Estado.
Tras la descolonización, a partir de 1973 Francia empezó a conceder el 35% de las reservas de divisas a sus antiguas colonias, pero seguía llevándose el 65% restante. Esto duró hasta el 20 de septiembre de 2005, cuando el impuesto pasó a ser “sólo” del 50% (en el caso del franco comorense, el “impuesto colonial” sigue siendo del 65%). En el momento actual, si un país como Níger, que apenas puede pagar a sus funcionarios, exporta uranio a Francia por un valor de 1000 millones de dólares, automáticamente tiene que dejar 500 millones en Francia.
El profesor de economía marfileño Nicolas Agbohou relata que cuando le explicó todo esto al presidente sudafricano Jacob Zuma, éste no se lo podía creer: “¡Esto es exactamente lo que es el colonialismo, porque cuando usted es una colonia, usted que paga impuestos a los colonizadores!”.
Lo más perverso es que Francia se sirve de las divisas que obtiene mediante este mecanismo para financiar programas de cooperación y ayuda a través de distintos tipos de organismos: Ministerio de Cooperación, Banco Mundial, FMI, Alianza Francesa para el Desarrollo (AFD), Cooperación al desarrollo entre UE y países de África, Caribe y Pacífico (UE-ACP), Unión Africana (UA), Banca Africana para el Desarrollo, (BAD), Comunidad Económica de los Estados de África del Oeste (CEDEAO), asistencia militar a un gobierno en el poder o, si se tercia… a los rebeldes que haya que ayudar para derribarlo. Para que luego la izquierda reformista nos venga a hablar de 0,7% y “ayuda al desarrollo”.
3) La tasa de cambio entre el franco CFA y el franco es fija. Obviamente, esta tasa de cambio ahora es con respecto al euro: 1 euro = 665,957 francos CFA, tasa de cambio que ha sido la misma desde la creación del euro en 1999. La consecuencia de ello es que las fluctuaciones del franco CFA no están ligadas a las evoluciones coyunturales de la zona franco CFA, sino a las evoluciones de la zona euro. Antes de la llegada del euro, sólo Francia tenía derecho de supervisión sobre las economías de la zona franco CFA, pero ahora son todos los países de la eurozona.
Para asegurar la paridad fija con el euro, los países donde de la zona franco CFA están obligados a ejercer un control sobre la inflación: un máximo del 2% para los países de la UEMOA y un máximo del 3% para los países de la CEMAC. La consecuencia es que los bancos centrales prestan muy poco a las empresas locales: los préstamos representan solamente el 23% del PIB en la zona franco CFA, mientras que representan un 150% del PIB en Sudáfrica. Al haber menos crédito, hay menos inversión en infraestructura y por lo tanto menos desarrollo.
En cambio, gracias a la libertad total de circulación de capitales (en los países de la UE sufrimos el mismo problema por el artículo 63 del Tratado sobre el Funcionamiento de la Unión Europea), las empresas extranjeras pueden invertir libremente en África. Por ejemplo, en los países de la UEMOA, las empresas francesas llegan a representar el 50% de la inversión extranjera. En 2011, los bancos franceses BNP Paribas, Société Générale y Crédit Lyonnais representaban el 70% de los beneficios de toda la zona franco CFA. Acertaba Lenin en 1916 cuando caracterizaba al imperialismo como el dominio de los monopolios más la exportación de capitales.
Otro problema de los países donde circula el franco CFA, también muy familiar para lo que vivimos en la eurozona, es que el franco CFA está desconectado del contexto económico de los países donde circula. Al estar adosado al euro, se ha convertido en una moneda fuerte, lo cual limita enormemente las exportaciones y la producción local, siendo más rentable importar masivamente desde países como China. En la UEMOA, las importaciones desde China han pasado del 3.9% en 2005 al 11% en 2014. Esto frena el desarrollo de estos países.
Son muy interesantes al respecto las palabras de Kako Nubukpo, antiguo Ministro de Prospectiva y Evaluación de Políticas Públicas de Togo:
“Para el agricultor africano de la zona franco, el franco CFA es un ‘objeto institucional no identificado’, porque nunca lo ve. Si usted se da una vuelta por África, en el momento en que sale de las grandes ciudades, tiene la sensación de encontrarse en economías sin moneda, porque es una moneda tan fuerte que no existen transacciones en las aldeas a partir del franco CFA. Esto es dramático, porque significa que la gente no tiene una cuenta bancaria, no tiene acceso a la circulación monetaria formal […] estos países sólo subsisten gracias al trabajo de sus agricultores, gracias a la exportación del café, del algodón, del cacao… ¿Y quién lo produce? Los agricultores, pero a ellos no les llega absolutamente nada, en términos de servicios públicos: salud, educación, infraestructura, y lógicamente en términos de crédito para las empresas.”[2]
4) Las transferencias de capitales en la zona franco CFA son totalmente libres. Esto favorece la huida de capitales, y permite que políticos corruptos puedan viajar hasta París con maletas llenas de francos CFA para luego cambiarlos por euros o dólares. Si a esto le añadimos a) la libre transferencia de los activos de las multinacionales, favorecidas por una legislación que les exime de pagar impuestos, y b) la entrega sistemática del 50% de las recetas de exportación de las antiguas colonias, tenemos la consecuencia de que se limita enormemente la posibilidad de realizar ahorros públicos o privados. Esto obliga a los países de la zona franco CFA a pedir prestados los propios recursos que les han sido confiscados, condenándose a estar permanentemente endeudados. Es ilustrativo señalar que de los 15 países de la zona franco CFA, 13 están clasificados por el FMI como “países pobres altamente endeudados” (Heavily Indebted Poor Countries).[3]
Gracias al franco CFA, Francia obtiene suculentos recursos para colmar su déficit comercial o amortizar su deuda pública. Esto fue sido confirmado en 2008 por una confesión del ex-presidente francés Jacques Chirac:
“Nos olvidamos muchas veces de una cosa, que es que el dinero que está en nuestro monedero proviene precisamente de la explotación, desde hace siglos, de África… No únicamente de África, pero mucho proviene de la explotación de África… Entonces, haría falta tener algo de sentido común… No digo generosidad, sino sentido común, justicia, para devolverles a los africanos lo que les hemos arrebatado. Y es más, esto es necesario si queremos evitar las peores convulsiones y dificultades, con las consecuencias políticas que ello conllevaría en un futuro próximo.”[4]
Al controlar las divisas de los países de la zona franco CFA, Francia tiene el poder de chantajear a sus dirigentes. Si uno se vuelve demasiado rebelde o desobedece a las órdenes de Francia, París puede bloquear su reserva de divisas e incluso cerrar los bancos del país “rebelde”, organizando un caos socio-económico para que la población se vuelva en contra de este dirigente.
Esto fue lo que pasó en Costa de Marfil con Laurent Gbagbo, que ante la imposibilidad de obtener divisas de Francia, decidió crear una moneda nacional marfileña. Esto fue lo que provocó la intervención militar de Francia en Costa de Marfil para colocar en el poder al títere del FMI Alassane Ouattara. Anteriormente esto ya había ocurrido con el dirigente de togolés Sylvanus Olympio, que había tomado la decisión de crear su propia moneda, que debía ser emitida el 15 de diciembre de 1963. Dos días antes, fue asesinado.
Además, Francia está presente en las tres instituciones de franco CFA, a saber en el consejo de administración de sus tres bancos centrales –el Banco Central de los Estados de África Occidental, el Banco de los Estados de África Central y el Banco de las Comores– donde nombra a representantes que tienen un derecho de veto. Los textos que rigen el funcionamiento de estos bancos estipulan que “las decisiones se adoptan por unanimidad”, por lo que jamás podrán adoptarse políticas monetarias favorables a los países africanos que atenten contra los intereses de Francia (cosa que, curiosamente, también recuerda a los tratados europeos, que sólo pueden ser modificados por unanimidad, es decir, nunca).
La conclusión: ningún país africano puede ser emergente si sigue empleando el franco CFA. Tan es así que, haciendo abstracción de los problemas derivados de las relaciones norte-sur, los países de los antiguos imperios británico y portugués en África tienen un promedio de crecimiento mayor que el de los países del África francófona. (ver la siguiente gráfica).

Los datos hablan por sí mismos: de entre los 10 países con mayor previsión de crecimiento para el periodo 2011-2015, 7 son africanos, pero ninguno de ellos pertenece a la zona franco CFA (el Congo siendo la República Democrática del Congo, a no confundir con el Congo-Brazzaville).
Sin embargo, los tiempos que corren invitan al optimismo, porque el movimiento de protesta en África contra el franco CFA es cada vez más fuerte y llega a adquirir dimensiones panafricanistas. Ya en 2015, el presidente de Chad Idriss Déby hizo un llamamiento para deshacerse del franco CFA, haciendo las siguientes declaraciones: “No hay que buscarle tres pies al gato. Seguiremos de todo corazón manteniendo los lazos de amistad con Francia. Pero hará falta tener el valor de decir que ha llegado el momento de cortar con un cordón umbilical que impide el despegue de África.”[5]
En Costa de Marfil se ha creado el Movimiento por la Soberanía Económica y Monetaria Africana (MOSEMA), que ha instalado secciones en toda África. En Camerún se creó la Unión de Poblaciones Africanas, que se define como partido de la “vanguardia panafricanista”, que ya se ha presentado a las elecciones presidenciales en 1997, 2004 y 2011. Su líder Hubert Kamgang propone crear una nueva moneda camerunesa llamada Um, en homenaje al líder independentista Ruben Um Nyobe, asesinado por el ejército francés en 1958.
El pasado 11 de febrero, siguiendo el llamamiento de la ONG Urgences Panafricanistes, presidida por el activista francés de origen beninés Kemi Seba, fueron organizadas varias manifestaciones a lo largo de una treintena de ciudades en 25 países de África y del resto del mundo, en las que los asistentes bajaron pacíficamente por las calles “Stop CFA”. La siguiente etapa de esta campaña, el boicot a los productos franceses sobre el continente africano, ha obtenido rápidamente la adhesión de las masas populares en varios países africanos.
En un artículo reciente sobre la ineluctable explosión del euro, tuve la ocasión de decir que las monedas plurinacionales terminan siempre por desaparecer. Esto también vale para el franco CFA.
[1] Para una mayor sencillez, vamos a prescindir mencionar el franco comorense, para referirnos únicamente al franco CFA, incluyendo implícitamente el franco comorense en la misma categoría.
[4] Michaël Gosselin, 10 mai Africaphonie, 2008 https://www.youtube.com/watch?v=Qo7IxdzywXk
Fuentes:
  • Le franc CFA, une monnaie de plomb, Henri Poulain, Data Gueule, http://www.lidd.fr/lidd/21388-data-gueule-le-franc-cfa-monnaie-plomb
  • Le franc CFA, arme de destruction massive contre le développement africain, Ahoua Don Mello, Journal de l’Afrique nº30, Investigac’tion, 13 de abril de 2017.
  • Les derniers jours du franc CFA, Olivier Ndenkop et Carlos Sielenou, Journal de l’Afrique nº28, Investigac’tion, 28 de enero de 2017.
  • Les arguments politiques et juridiques pour se débarrasser du franc CFA, Hubert Kamgang, Journal de l’Afrique nº17, Investig’action, 5 de enero de 2016.
  • Aucun pays africain ne peut être émergent avec le franc CFA, entrevista a Nicolas Agbohou, Journal de l’Afrique nº03, Investig’action, 24 de octubre de 2014.
  • Je persiste et signe qu’il faut, au plus vite, répudier le franc CFA, entrevista a Nicolas Agbohou, Dakaractu, 27 de marzo de 2012.
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1 comentario:

Per Gaztelu dijo...

Estupendo artículo, es realmente una pena que en el S XXI sigamos permitiendo esta lacra de colonialismo. Me toca viajar a Costa de Marfil en unos días, a ver qué me encuentro. Un saludo y enhorabiena, Per.