sábado, 31 de enero de 2015

Al moverse la cadena se irrita el mono .


Primera derrota del neoliberalismo europeo

Alainet


El triunfo de Syriza coloca a la troika ante el dilema de la intransigencia, que puede ser el primer paso hacia la disgregación de la Unión, o el pragmatismo, que implica bajarse del programa de ajuste neoliberal. Para la nueva izquierda se abre un período luminoso pero, a la vez, lleno de obstáculos que pueden socavar su prestigio como alternativa al sistema.

“Grecia deja atrás cinco años de austeridad catastrófica, deja atrás el miedo y el autoritarismo, deja atrás cinco años de humillación y sufrimiento”, dijo Alexis Tsipras en el acto de la victoria en la noche del domingo, cerca de la plaza Syntagma de Atenas, ante miles de votantes de Syriza.

“Grecia tiene que pagar su deuda porque eso forma parte de las reglas del juego en Europa”, declaró Bruno Coeuré, miembro del directorio del Banco Central Europeo (BCE) apenas conocer el resultado. “No hay espacio para un juego unilateral en Europa”, agregó, enseñando las uñas en nombre de la mayor institución financiera europea.

Del mismo modo se pronunciaron los diferentes voceros de la troika, como se llama al trío integrado por el BCE, el FMI y la Comisión Europea, que desde que comenzó la crisis griega vienen monitoreando las sucesivas reformas que exigieron al país. Sólo el presidente francés, François Hollande, esgrimió un tono más amable, al comprometerse a mantener estrechos vínculos con el nuevo gobierno griego “para promover el crecimiento y la estabilidad en la zona euro” (Xinhua, 26 de enero de 2015).

Con las horas, se fue imponiendo un clima menos agresivo hacia la nueva realidad griega. Es que el triunfo de Syriza fue arrollador. Alcanzó el 36,5 por ciento y 149 diputados (99 más 50 de premio al partido más votado), frente al 27,7 y 77 escaños de la derechista Nueva Democracia, del exprimer ministro Georgios Samaras. El tercer lugar lo ocupa el partió nazi Amanecer Dorado con 6 por ciento y 16 escaños. Deetrás el recién creado To Potami (El Rio) con 16 escaños, los comunistas con 15, los socialistas que conocieron su mayor debacle con 13 y los nacionalistas de derecha, Griegos Independientes, con otros 13 escaños.

A dos escaños de la mayoría absoluta, Syriza acordó con Griegos Independientes para que su líder, Alexis Tsipras, fuera ungido el mismo lunes como nuevo primer ministro. Llama la atención que la ultraderecha conserva sus votos pese a que la mayor parte de sus dirigentes están en la cárcel, así como la debacle socialista, incluyendo el monumental fracaso del ex primer ministro Yorgos Papandreu que con su Movimiento de los Socialistas Demócratas no consiguió el tres por ciento mínimo para ingresar al parlamento.

Cuesta arriba

“El problema de los planes de Syriza es que pueden no ser lo suficientemente radicales”, puede leerse en la columna del Nobel de Economía Paul Krugman (The New York Times, 26 de enero de 2015). Semejante frase, escrita por un pensador liberal en el más importante diario estadounidense, debería ser motivo de reflexión para las autoridades europeas. Lo habitual sería que fuera pronunciada por radicales de izquierda que, sin embargo, hoy se muestran más bien pragmáticos y propensos a la negociación.

Según Krugman, para comprender el “terremoto político” griego hay que remontarse al 2010 cuando la troika impuso a Grecia “una combinación de austeridad y reforma”. El vendía al pueblo griego una fantasía económica que se tradujo en recesión, desocupación del 28 por ciento, desempleo juvenil del 60 por ciento, recortes salvajes de los servicios públicos y de los salarios. El país demorará años en volver a los niveles sociales anteriores a la crisis. Con esta política de austeridad, se esperaba reducir el gasto público y ahorrar lo suficiente como para pagar las deudas. No funcionó. “El gobierno griego está recaudando un porcentaje mucho más importante del piben impuestos, pero el pibha caído tanto que la recaudación tributaria se vino abajo”, escribe Krugman.

El resultado es que la deuda griega no dejó crecer, hasta alcanzar un abrumador 175 por ciento del pib, cuando en 2009 era del 100 por ciento. Una historia bien conocida por los latinoamericanos. Sigue el Nobel: “Dos años después de que comenzara el programa griego, el fmi buscó ejemplos históricos donde los programas de tipo griego, habían tenido éxito. No se encontró ninguno”. Concluye que ese programa no podía funcionar nunca y que ahora las soluciones de Syriza pueden quedarse a medio camino.

Una pregunta se impone: ¿porqué la troika impuso un programa que sabía que no iba a funcionar? La respuesta más probable es que nunca buscó la recuperación de Grecia sino su subordinación política al sistema financiero que la misma troika representa. El portal estratégico francésdedefensa.org lo dice sin vueltas: “La sociedad griega ha sido sistemáticamente desestructurada y disuelta en nombre de la austeridad, en beneficio de las fuerzas sistémicas y de los entornos transnacionales, a la vez autores y beneficiarios de la operación” (Dedefensa.org, 27 de enero de 2015). La barbarie financiera que destruye naciones y personas, concluye el portal, está criando movimientos antisistema.

El futuro inmediato es negro para el nuevo gobierno. Entre febrero y julio se concentran vencimientos de deuda por más de 20.000 millones de euros y, hasta el final del año, las amortizaciones avanzan hasta 30.200 millones, lo que coloca a Tsipras contra la pared: o mantiene la austeridad del gasto público para poder pagar a los acreedores (no sólo violando sus promesas electorales sino condenando a los griegos a seguir pasando hambre) o declara la cesación de pagos.

El principal portavoz mediático del capital financiero, Financial Times, apunta que Tsipras debe elegir entre ser “Hugo Chávez, el líder populista venezolano y adversario regional de Estados Unidos” o seguir el ejemplo de “Luiz Inácio Lula da Silva, el expresidente brasileño que al llegar al poder gobernó más como reformista que como izquierdista radical” (Financial Times, 26 de enero de 2015). La demonización del gobierno de Syriza está servida.

Ucrania como telón de fondo

En su primera medida de gobierno Tsipras suprimió ocho ministerios. El diputado y economista Yanis Dragasakis, asumió la vicepresidencia económica del gobierno y será el encargado de negociar con la troika. El economista Yanis Varufakis, que fue asesor del gobierno del socialdemócrata Yorgos Papandreu, asumió la cartera de Finanzas. En su libro El Minotauro global sostiene que Estados Unidos es el responsable de la crisis al haber creado un sistema financiero que le permite vivir de los flujos de capital del resto de economías. La de Defensa fue la única que recayó a su aliado nacionalista.

Entre las primeras medidas, todas destinadas a aliviar la situación de los más pobres, figura el aumento del salario mínimo (de 684 a 751 euros), un proyecto de ley para retornar a la negociación colectiva de los salarios y otro “para que los contribuyentes reciban mejores términos para devolver sus deudas”, que no deben superar el 30 por ciento de sus ingresos (El Economista, 27 de enero de 2015). Además se prevé que unos 300.000 hogares que viven por debajo del umbral de la pobreza reciban electricidad gratuita, muchos de los cuales han sido desconectados por impagos. Medidas apenas socialdemócratas que en el clima actual son tildadas como “radicales”.

Pero el tema central es la negociación de la deuda. El gobierno parece dispuesto a pagar y seguir en la zona euro, pero depende de la flexibilidad de los acreedores. El 60 por ciento de la deuda griega, 315.000 millones de euros, es con la Eurozona. Pero más de la mitad de esa cifra es deuda con Alemania, Francia e Italia. Habrá negociación. El punto son los plazos y las posibles quitas. Ni unos ni otros parecen beneficiarse de una cesación de pagos.

Sin embargo, el panorama regional es bien complejo. Días antes de las elecciones Brunello Rosa, director para Europa de Roubini Global Economics, destacó la relación que existe entre la caída del petróleo, su impacto en la economía rusa, el conflicto con Ucrania y la posible compra de bonos soberanos por parte del bce. El director del centro de análisis del economista Nouriel Roubini (ex asesor del fmi y del Tesoro estadounidense) destacó que “las repercusiones geopolíticas de una salida de Grecia del euro, podrá tener consecuencias imposibles de manejar”. Se refería a que si Grecia es expulsada de la zona euro, o la abandona, “Rusia podría salir al rescate de Grecia”, como sucedió con Islandia en 2008, “cuando su colapso financiero se mitigó gracias a la intervención rusa” (El Economista, 20 de enero de 2015).

La advertencia parece dirigida a la troika. Le está diciendo que no se olvide que Grecia tiene alternativas y que la intransigencia puede empujarla hacia Rusia. Pero la advertencia no tendría sentido fuera de un contexto en el que Europa (empujada por la Casa Blanca) ha hecho una frenética opción anti-rusa. Una Europa que ampara un gobierno lleno de neonazis como el de Kiev, surgido de un golpe de Estado pergeñado por Estados Unidos y bendecido por Berlín (véase la crónica “La guerra larvada de Ucrania”)*.

Sobre el tema, el reputado periodista Robert Parry, quien descubrió el Irangate, sostiene que The New York Times forma parte de la conspiración para confrontar Europa y Rusia al desinformar gravemente a sus lectores. El periódico omite “la extraordinaria intervención de Estados Unidos en los asuntos políticos de Ucrania” de la mano de neconservadores como la Fundación Nacional para la Democracia y la secretaria para Asuntos Europeos, Victoria Nuland, seguido “con el golpe de Estado respaldado por Estados Unidos el 22 de febrero de 2014, que derrocó al presidente electo Viktor Yanukovich y puso uno de los líderes elegidos de Nuland, Arseniy Yatsenyuk, como primer ministro” (Consortiumnews, 24 de enero de 2015).

Para el Times todo comienza con la “anexión” de Crimea, pasando por alto el referéndum abrumador por la unión con Rusia y obviando que “las tropas rusas estaban ya en Crimea como parte de un acuerdo con Ucrania para el mantenimiento de la base naval rusa en Sebastopol”. Se pregunta si Rusia podía permanecer pasiva ante la posibilidad de que armas nucleares en manos de ultraderechistas se instalen a kilómetros de su frontera. El problema, para Estados Unidos y para el mundo, es que si el Times piensa como el ultraconservador senador John McCain, queda poco margen para otra política que no sea la confrontación abierta.

¿Hacia la desintegración europea?

Es posible que Roubini tuviera algo de esto en mente cuando alertó sobre la posible alianza de Grecia con Rusia. Recordemos que su fama se debe Roubini a sus acertadas previsiones sobre la crisis económica de 2008, desencadenada por la crisis de las hipotecas subprime. Es un ferviente anti-ruso y anti Putin, pero su temor es que la brecha entre la Unión Europea y su país “se está volviendo aún más polarizada” (Time, 13 de junio de 2015).

Un think tank del sistema como el que dirige Roubini, muestra cierta preocupación por la tendencia de la superpotencia a actuar en solitario mediante una amplia gama de mecanismos, que van “desde aviones no tripulados hasta un estilo de gobierno económico que incluye la amenaza de congelación de los activos de las naciones problemáticas (como Rusia o Irán), una estrategia que apoda la militarización de las finanzas”.

A nadie escapa que la Unión Europea, y el euro, están atravesando su peor momento al punto que pueden estllar. Aquí no valen las declaraciones, siempre engañosas, sino los hechos duros y puros. Alemania está repatriando sus reservas de oro. En 2014 fueron 120 toneladas, de ellas 35 fueron retiradas del Banco de Francia en París y 85 toneladas de la Reserva Federal de Nueva York. Para 2020, Alemania tiene la intención de tener la mitad de sus reservas de oro en sus bóvedas, frente a sólo un tercio en la actualidad.

No es el único país europeo que está repatriando masivamente sus reservas. Según varios economistas, ese comportamiento obedece a desconfianza: “El almacenamiento de oro dentro del país puede ser cierto tipo de seguro en caso del retorno a las monedas nacionales en Europa. El hecho de que numerosos países quieran tener un seguro de este tipo significa que estos Estados consideran que hay una posibilidad real del colapso de la eurozona” (Russia Today, 20 de enero de 2015).

Desde que Estados Unidos desató la crisis en Ucrania, la eurozona va de mal en peor. En su resistencia a dar paso a un mundo multipolar, “Occidente en vez de salvarse, parece haber decidido salvar los mecanismos y los actores de su crisis omni-dimensional: los mercados financieros, los bancos, el dólar, la Otan, el unilateralismo, el democratismo ultraliberal”, sostiene el Laboratorio Europeo de Anticipación Política (Geab 91, 15 de enero de 2015). El tránsito hacia un mundo más equilibrado está bloqueado por la parálisis europea, agudizada con la crisis de Ucrania.

Sin embargo, el tránsito hacia ese mundo es inevitable, toda vez que Asia ya es el centro económico del mundo. Lo que está en juego es cómo quedará parada Europa, si consolidará su alianza con Rusia, y con China a través de la Ruta de la Seda o si, apuesta a seguir los dictados del sistema financiero centrado en la City de Londres y en Wall Street, en lo que el Geab considera “un suicidio colectivo que los europeos bien saben lo que significa”.

En una Europa empantanada, el triunfo de Syriza puede ser decisivo. Es la primera derrota del capital financiero. Abre una ventana de oportunidades para forzar un cambio de rumbo, una bifurcación capaz de convertir a Europa en una región más autónoma; capaz de elegir, sin chantajes, sus alianzas necesariamente diversas, sin someterse a ninguna potencia. Un camino que inevitablemente pasa por la democratización de las decisiones, algo que horroriza al capital financiero, devenido en principal obstáculo para la soberanía de los pueblos europeos.

Nota: 


Raúl Zibechi, periodista uruguayo, escribe en Brecha y La Jornada. Integrante del Consejo de ALAI.



ver 







Grecia versus España .- El negocio de la deuda y la deuda del negocio .



Grecia versus España .- El negocio de la deuda y la deuda del negocio .

Los griegos tienen en cuentas suizas 280.000 millones, el 120% del PIB  y la deuda es de 315.000 millones 270 .000 esta manos de estados europeos, el BCE y el FMI, así aun quedaron 164.000 millones  en los bancos griegos,  hay una  oscilación golondrina de 13.000 millones ya que en el pánico del 2012 habían caído  a 151.000...
Por otra parte dependen de la independencia real del BCE, que algo logro con el billón que sacará, si no ningunea a los bancos griegos ayuda y los trata como  cualquier otro país y además se atreviera a la compra de deuda griega a los estados que la han puesto allí, como es el caso de España en austeridad que puso 26.000 mil millones, se podía solucionar rápido sin necesidad de quita, o solo hacerla de los réditos. 800 millones o un poco más  , pero claro la austeridad tiene una función no es solo pagar y devolver dinero prestado a bancos del norte sino aplicar privatizaciones de lo social.. y de la banca pública , que pimero la arruinan y luego la venden barata poniendo encima dinero de todos , para eso cambiaron la Constitución.el modelo así es un negocio no es una administración de las cosas, negocio que se reparten los gobiernos, como el nuestro con ellos como buenos amigos , recordemos las grandes privatizaciones de Aznar y como luego sobrado y con dinero y déficit saneado,  no la deuda ,entro en el euro y arrastro a todo el Sur.
 Grecia (2) además sobre los bancos privados puede sacar bonos propios si el BCE  no les corta el flujo de dinero , por el efecto político como Podemos.(1)




 En realidad no se necesita quita  se necesita que el sistema del euro funcione al servicio de los ciudadanos y no de cuatro  sinvergüenzas políticos que saquean para hacer negocios como hizo Aznar antes del 2000. e igual el PSOE  y luego pasan a sillones giratorios.

 No es economía es política y la tienen montada como su propio negocio


Nota 1 . Estamos hablando de una solución ortodoxa por ejemplo y solo eso..un ejemplo.


Pierre Pâris y Charles Wyplosz plantean, en un trabajo de enero de 2014, lo que los autores denominan como PADRE (Politically Acceptable Debt Restructuring). En esencia, la idea es que una agencia (concretamente, el BCE) adquiera una parte de la deuda soberana de los Estados miembros, a cambio de una especie de bono a perpetuidad, pero sin intereses. Por su parte, el BCE va imputando dichas deudas a los intereses que los Estados Miembros reciben por el capital que tienen en el BCE. No se produce transferencia de la deuda hacia otros Estados, se trata más bien de una transferencia “intergeneracional” de la deuda. Hay que decir que ambos autores son considerados como representantes de la ortodoxia económica.( es de un texto del blog anterior)


Nota 2.

Grecia está en suspensión de pagos, en realidad , deuda y mas deuda acumulada en la deuda y el eurogrupo propone lo mismo ,más dinero pagado con más aumento de deuda ¡ están alucinando ! o son unos sinvergüenzas , por eso la deuda griega ya no esta en manos privadas o de inversores , esta en manos de los estados como el español otros, el bce o el fmi ...por eso la amenazan de que la echan , no pueden , o que se vaya , no se va , o que esta creciendo un 0,7 % , que es un puro efecto en PIB por la deflación ,  Grecia no salió de la recesión..










viernes, 30 de enero de 2015

La “Ostpolitik” de Bruselas.

La misma política que ha pilotado el desastre de Ucrania, se propone ahora expulsar a Rusia de la historia europea
Auschwitz y la “Ostpolitik” de Bruselas

La Vanguardia


Extraño 70 aniversario el del martes en Auschwitz. Sin Obama ni Putin. Obama prefirió rendir honores al nuevo rey de los decapitadores saudíes, financieros de la yihad global. Putin fue dejado fuera por el conflicto de Ucrania mediante una intriga polaca que retrata la nuevaOstpolitik de la Unión Europea.
Oficialmente no se invitó a nadie, se dice en Varsovia. Pero el Presidente ucraniano, Petro Poroshenko, sí fue invitado, expresa y solemnemente, cuando la primera ministra polaca, Ewa Kopacz, visitó Kíev el 19 de enero.
Putín se picó porque no se quiso dar un lugar preponderante al Kremlin en el aniversario, explica Łukasz Adamski en Gazeta Wyborcza, antes de concluir que “la Ucrania democrática que lucha contra la agresión rusa representa mucho mejor los ideales de la coalición antihitleriana que Rusia, que usa la guerra en calidad de instrumento para resolver las diferencias políticas”. “Por eso”, decía, “es bueno que Poroshenko venga a la conmemoración”. “El objetivo era ponérselo difícil precisamente a Putin”, escribe Mijail Fishman en la páginaForbes.ua, reproducida por la prensa de Kíev. Y como acompañamiento toda una serie de jugosas declaraciones.
“Hay una guerra en marcha en el Este de Ucrania y en esta situación sería difícil imaginar invitar al presidente de Rusia”, declaró el ministro de justicia polaco, Cezary Grabarcyk al periódicoRzeczpospolita. Su compañero de exteriores, Grzegorz Schetnya, tuvo la desvergüenza de añadir que Auschwitz no fue liberado por el ejército soviético, sino, “por fuerzas del primer frente ucraniano”.
“Frente” era el término utilizado entonces en la URSS para designar los grandes vectores de la contraofensiva soviética. No tenía la menor relación con la composición étnica de los ejércitos -completamente irrelevante en la URSS de entonces. El “Primer Frente Ucraniano” se había llamado antes “Frente de Briansk” y antes “Frente de Voronezh”.
“Los ucranianos eran mayoría entre quienes liberaron Auschwitz”, insistió Valery Chaliy desde la administración presidencial ucraniana. Por el mismo principio, podrían haber mencionado que también eran ucranianos los 2000 o 3000 matarifes voluntarios de los campos de exterminio, muchos de ellos vinculados al nacionalismo “banderovski”, hoy plenamente rehabilitado, y representado, en el gobierno de Kíev.
Esa rehabilitación quedó expuesta en la mención a la contribución ucraniana en el esfuerzo antinazi que la presidencia ucraniana realizó el mismo día del aniversario, mezclando en una misma categoría a “los participantes ucranianos integrados en el ejército soviético, en el movimiento de liberación ucraniano y en las unidades partisanas soviéticas”. Esa mezcla obvia el hecho histórico de que los segundos combatieron junto con los nazis y fueron inicialmente encuadrados por ellos, que después de eso y tras practicar la masacre sistemática de judíos y polacos, algunos de ellos también volvieron sus armas contra los nazis, y que, en cualquier caso, siempre combatieron al ejército soviético, a las unidades partisanas e incluso a la Armia Krajowa, la resistencia nacional en la órbita del gobierno polaco de preguerra exiliado en Londres.
El Presidente ucraniano se permitió realizar en Auschwitz un paralelo entre su actual conflicto con Rusia y, “los acontecimientos en la Europa de los años treinta”. “No hay duda”, dijo, “de que las ambiciones y el apetito del agresor van mucho más allá de Ucrania”. “Para prevenir la repetición de tragedias similares al holocausto y la Segunda Guerra Mundial, debemos oponernos a la nueva locura imperial y a las nuevas pretensiones de dominio en Europa”, concluyó.
Detrás de todo esto se adivina una clase política mediocre y revisionista con respecto a las realidades de la coalición antihitleriana. Politizar de esta manera el aniversario de la liberación de Auschwitz es algo que roza el sacrilegio político en la actual Europa.
Hay que recordar que la Unión Europea está hoy desarbolada como consecuencia del doble efecto de la política económica alemana y de las ambiciones atlantistas por arrinconar a Rusia con el entusiasta aplauso de los gobiernos de antiguas repúblicas víctimas de Stalin. La política alemana de austeridad a favor de los bancos y la política exterior atlantista son los dos grandes carriles por los que avanza el vector disolvente de la Unión Europea. Sur y Este están conectados: la UE ya está repitiendo en Ucrania las mismas fallidas recetas económicas que han fracasado en el Sur de Europa, advierte la nada sospechosa Friedrich Ebert Stiftung. En un contexto de guerra las consecuencias de esa miopía pueden ser, literalmente, explosivas.
Existe una historia rusa y para hacer política europea no se puede uno regir únicamente por la historia de polacos o bálticos. El legítimo dolor polaco por el sufrimiento a manos rusas, simbolizado por la masacre estalinista de presos polacos en Katyn, margina otras memorias y realidades, como la de las de las masacres de presos rusos en Polonia durante la guerra entre polacos y bolcheviques de 1919-1921 -entre 18.000 y 60.000, según las fuentes- los acuerdos de preguerra entre nazis y polacos para quedarse con trozos de Checoslovaquia (las vergüenzas no se acaban en el pacto Molotov-Ribbentrop), además del hecho histórico de que Polonia no fue solo la eterna víctima de Rusia que tan bien se vende hoy en la Europa atlantista para alentar impulsos de guerra fría, sino también una nación agresora con claras ambiciones territoriales, hacia Ucrania y Rusia.
Aunque la actual guerra de Ucrania es, fundamentalmente, un resultado directo de veinte años de geopolítica atlantista en Europa encaminada a excluir a Rusia del esquema de seguridad continental integrado que se dibujó al concluir la guerra fría, Bruselas insiste en la leyenda de unexpansionismo ruso, ignorando que ha colocado a la OTAN cercando todo el entorno ruso y que el Kremlin defiende su última trinchera. De lo que ahora se trata es de continuar con esa Ostpolitik agresiva y disolvente, arrebatándole a Rusia cualquier papel de prestigio en la historia europea. La misma política que ha pilotado el desastre de Ucrania, se propone ahora expulsar a Rusia de la historia europea
El Presidente polaco, Bronislaw Komorowski, planea para el 8 de mayo en Gdansk un nuevo tipo de conmemoración de la Segunda Guerra Mundial: un acto, sin rusos, reservado a miembros de la Unión Europea. La presidencia semestral letona de la UE se ocupará de ello.
En una entrevista con el canal alemán ARD el primer ministro ucraniano, Arseni Yatseniuk, un hombre de Washington como varios de sus ministros -algunos incluso con pasaporte americano- ha condenado ante la televisión alemana “la invasión soviética de Ucrania y Alemania” durante la Segunda Guerra Mundial.
Setenta años después de Auschwitz, ¿pueden realmente estos personajes dar el tono a la Ostpolitik de Bruselas?


Fuente: http://blogs.lavanguardia.com/paris-poch/?p=65

 y ver ...

http://www.laarena.com.ar/opinion-hipocresias_en_el_70_aniversario_de_la_liberacion_de_auschwitz-131575-111.html




martes, 27 de enero de 2015

Entrevistas a Varoufakis nuevo ministro de finanzas en Grecia.

Varoufakis se dirige al público alemano-parlante. Entrevista con el más que probable negociador del gobierno de Syriza con la Troika
Yanis Varoufakis · · · · ·
26/01/15


Johanna Jaufer entrevistó para la cadena pública austriaca ORF al economista Yanis Varoufakis, quien con toda probabilidad dirigirá las negociaciones del nuevo gobierno de la izquierda radical griega Syriza con la Troika.
Lleva usted ahora tres semanas como político profesional…
Dos semanas.
¿Se lo ha tenido usted que pensar mucho? En su blog escribió también que la cosa le daba pánico. 
Fue una decisión grave. Por lo pronto, porque yo entraba en política para realizar una tarea que siempre pensé que había que llevar a cabo, y se me ofrecía la oportunidad de poner manos a la obra. Tiene que ver con las negociaciones entre Grecia y la Unión Europea, en caso de victoria de Syriza: se trata de un proyecto y de una perspectiva extremadamente difíciles. Por otra parte, yo soy un académico, soy un ciudadano, un ciudadano activo, de modo que estoy habituado a un tipo de diálogo en el que de lo que se trata es de que yo aprenda realmente de usted y usted de mí: tendremos desacuerdos, pero a través de esos desacuerdos, se enriquecerán nuestros respectivos puntos de vista.
No se trata de que uno se imponga al otro…
Exacto. Pero en la política es peor: cada parte trata de destruir a la otra parte –ante el público—, y eso es algo que me resulta de todo punto ajeno, algo para lo que de ninguna forma estoy dispuesto a servir.
¿Y qué pasa con su trabajo en la universidad? ¿Lo deja en suspenso?
Sí, en efecto. He dejado la Universidad de Texas. Mantengo mi cátedra en la Universidad de Atenas –sin paga—, y espero que no pase mucho tiempo antes de regresar.
¿Estaría usted dispuesto a permanecer en un gobierno por más tiempo?
No. No deseo hacer carrera política. Idealmente, lo que querría es que otro lo hiciera, y que lo hiciera mejor que yo. Sólo que esta era una única para hacer algo que no se habría podido hacer de otro modo. No soy un profeta, de manera que no puedo decirle a usted dónde estaré yo en dos, tres, cinco o diez años. Pero si lo que me pregunta ahora, lo óptimo para mí sería que nuestro gobierno tuviera éxito en la renegociación de un acuerdo con Europa que hiciera sostenible a Grecia, y que luego otras gentes, ya sabe… el poder debe ser rotativo, nadie debería engolosinarse con él.
Algo que salido varias veces en Alemania y en Austria es el asunto de las reparaciones, porque Alemania se escaqueó de pagar reparaciones propiamente dichas luego de la II Guerra Mundial. En su opinión, ¿por qué pasó eso? ¿Quizá porque alegaron que Alemania se hallaba dividida, y esperaban a una reunificación? ¿O es más bien que los norteamericanos alegaron que necesitaban una Alemania capaz de albergar sus bases militares, lo que dejaba colgados a los reclamantes? ¿O fue una combinación de ambas cosas?
Fue una combinación. En los 40, los Aliados habían decidido convertir de nuevo a Alemania en un país campesino. Se propusieron desmantelar 700 plantas industriales, y fueron los norteamericanos quienes frenaron ese plan. De modo que, sí, destruyeron 700, pero luego cambiaron de idea. Cambiaron por razones que tienen que ver con el modo en que los EEUU estaban diseñando el capitalismo global: necesitaban una moneda fuerte en Europa y una moneda fuerte en Asia (que terminaron siendo el marco alemán y el yen japonés), y todo el proyecto de la unión europea se construyó en torno a ese plan. A nosotros nos gusta pensar en Europa que la Unión Europea fue nuestra propia creación. No lo fue. Fue un diseño norteamericano que luego nosotros adoptamos y que, por supuesto, era congruente con lo que deseábamos, con nuestras aspiraciones. Parte de ese diseño entrañaba estimular la economía alemana, sacarla de la depresión, sacarla del pozo en que se encontraba en los 40, y un componente importante de cualquier intento de revitalizar una economía pasa por aliviar su deuda, por una quita importante de deuda, por la condonación de deuda. Así, en 1953 se organizó la Conferencia de la Deuda Londres, de la que resultó una salvaje quita de la deuda alemana en perjuicio de muchas naciones, Grecia entre ellas. Pero Grecia es un caso especial, porque Alemania había contraído con ella una deuda que no tenía con ninguna otra nación: en 1943, la Kommandatur aquí, en Atenas, impuso al Banco de Grecia un acuerdo por el cual este banco imprimiría un montón de dracmas –dracmas de guerra— y lo suministraría a las autoridades alemanas para que éstas pudieran comprar material, financiar sus esfuerzos de guerra y acumular bienes agrícolas para la Wehrmacht, etc. Lo interesante es que las autoridades alemanas firmaron un contrato: dejaron por escrito la suma del dinero que tomaban a préstamo. Prometieron pagar intereses. Fue, así pues, un préstamo formal. Los documentos existen todavía y se hallan en poder del Banco (Central) de Grecia. Nada parecido ocurrió con ningún otro país. Así que esto es como una deuda oficial, como en un bono, contraída con Grecia en tiempo de guerra por el estado nazi alemán.
¿Podría usted poner cifras precisas? 
Cifras precisas. Ni que decir tiene, la dificultad está en traducir esa moneda de guerra, que llegó muy pronto a ser absolutamente inflacionaria a causa de la cantidad de dracmas impresas.  Las autoridades alemanas, al aceptar ese préstamo del Banco de Grecia y hacer compras, devaluaron la moneda, lo que tuvo enormes costes sociales secundarios en toda Grecia. Es muy difícil computar exactamente a cuánto se traduce ese préstamo en términos actuales, cómo compone el interés, cómo conviertes, como calculas el coste de la hiperinflación causada… Mi punto de vista es que somos socios; deberíamos dejar de moralizar, deberíamos dejar de apuntarnos mutuamente con el dedo. La teoría económica bíblica –“ojo por ojo, diente por diente”— deja a todo el mundo ciego y desdentado. Deberíamos, simplemente, sentarnos con el mismo espíritu con que los EEUU se sentaron en 1953, sin plantear cuestiones como: “¿merecen castigo los alemanes?”, “¿es culpa o es pecado?”. Ya sé que en alemán los dos conceptos –“culpa” y “deuda”— se expresan con la misma palabra (Schuld), antónima de crédito. Deberíamos limitarnos a plantear esta simple cuestión: ¿cómo podemos volver a hacer sostenible la economía social griega de modo tal, que se minimicen para el alemán medio, para el austriaco medio, para el europeo medio los costes de la crisis griega.
¿Por qué mucha gente de la Europa septentrional no se temió que los recortes de derechos laborales de los 90 podrían ser présago del mismo tipo de cosas que ahora están ocurriendo aquí (en Grecia)?
Creo que todo es culpa de Esopo. Suya es la fábula de la hormiga y la cigarra: la hormiga trabaja duro, no disfruta de la vida, guarda dinero (o valor), mientras que la cigarra se limita a holgazanear al sol, a cantar y a no hacer nada, y luego viene el invierno y pone a cada quien en su sitio. Es una buena fábula: desgraciadamente, en Europa predomina la extrañísima idea de que todas la cigarras viven en el Sur y todas las hormigas, en el Norte. Cuando, en realidad, lo que tienes son hormigas y cigarras por doquiera. Lo que ocurrió antes de la crisis –es mi revisión de la fábula de Esopo— es que las cigarras del Norte y las cigarras del Sur, banqueros del Norte y banqueros del Sur, pongamos por caso, se aliaron para crear una burbuja, una burbuja financiera que los enriqueció enormemente, permitiéndoles cantar y holgazanear al sol, mientras que las hormigas del Norte y del Sur trabajaban, en condiciones cada vez más difíciles, incluso en los buenos tiempos: lograr que las cuentas cuadraran en 2003, en 2004, no resultó nada fácil para las hormigas del Norte y del Sur; y luego, cuando la burbuja que las cigarras del Norte y las cigarras del Sur habían creado estalló, las cigarras del Norte y del Sur se pusieron de acuerdo y decidieron que la culpa la tenían las hormigas del Norte y las hormigas del Sur. La mejor forma de hacer eso era enfrentar a las hormigas del Norte con las hormigas del Sur, contándoles que en el Sur sólo vivían cigarras. Así, la Unión Europa comenzó a fragmentarse, y el alemán medio odia al griego medio, el griego medio odia al alemán medio. No tardará el alemán medio en odiar al alemán medio, y el griego medio en odiar al griego medio.
Eso ya ha empezado, ¿no?
Sí, ya se ve. Y es exactamente lo que ocurrió en los años 30, y Karl Marx estaba completamente equivocado cuando dijo que la historia se repite como farsa. Aquí la historia se repite, simplemente.
En lo tocante a la decisión del Sr. Draghi de inundar el mercado con billones de euros, he visto que usted ha dicho que eso es como servirse de una pistolita de agua en un incendio forestal.
Yo creo que el Sr. Draghi tiene buenas intenciones. Quiere mantener unida la Eurozona, y es muy competente. Hace lo que puede, dadas las restricciones que tiene. No tengo la menor duda –aunque él jamás lo admitirá— de que entiende cabalmente que lo que está haciendo es demasiado poco y demasiado tarde: una pistolita de agua ante un gran incendio forestal. Pero él cree que hasta una pistolita de agua es mejor que nada. Si se ha declarado un incendio, él preferiría servirse de un cañón de agua, y habría preferido comenzar a usarlo antes, pero no le estaba permitido porque en Europa tenemos una Carta del BCE que lo ata de pies y manos y lo echa al cuadrilátero a luchar contra el monstruo de la deflación, lo que es muy injusto para el BCE. Y así será mientras Europa no comprenda lo que resulta imperiosamente necesario desde el punto de vista económico para sostener una unión monetaria, mientras no termine de entender por qué se dan toda esta fragmentación y la creciente renacionalización de todo, incluida ahora la flexibilización cuantitativa del señor Draghi (el 80% de las compras de bonos las realizarán los Bancos Centrales nacionales, como si éstos existieran separadamente del BCE). Porque esa fragmentación y esa renacionalización es exactamente lo opuesto a lo que deberíamos estar haciendo, que es ir de la mano, consolidar. ¿Cómo se formaron los EEUU? Pues porque cada vez que tenían una crisis –la Guerra Civil, la Gran Depresión— avanzaban en su unión. Nosotros decimos que estamos haciendo eso con las “uniones bancarias”, con los “Mecanismos Europeos de Estabilización”, pero no es verdad. Creamos una unión bancaria que no es una unión bancaria, es una desunión bancaria, y la llamamos, al modo orwelliano, “unión bancaria”. Europa, así pues, no ha aprendido las lecciones de la historia , y mientras no cambiemos de rumbo, es harto improbable que consigamos mantener el conjunto de la unión.
A propósito de los planes de SYRIZA para revitalizar la industria en Grecia, Theodoros Paraskevopoulos ha dicho que se trata también de recuperar las dimensiones del sector farmacéutico en Grecia, porque tiene una buena base. ¿Cómo es eso?
¡Yo que sé! Por alguna razón, tenemos buenas empresas farmacéuticas que tiene sólidas exportaciones. Necesitamos ayudarlas y necesitamos crear industrias así en otros sectores también.
¿Por ejemplo?
Yo creo que tenemos excelentes programadores informáticos e ingenieros de software, así que deberíamos hacer algo parecido a lo que ha hecho Israel. Crear una red de pequeñas empresas emergentes orientadas internacionalmente a la exportación. Si algunas de ellas terminan compradas por Google, etc., no es una mala cosa. Es el tipo de cosas que deberíamos ensayar y apoyar, si podemos.
Si lo ponemos en términos de que atraer a Grecia a inversores extranjeros, ¿hay alguna idea parecida a asociaciones público-privado, algo que en los países de la Europa septentrional ha conocido muchos problemas en el pasado?
Yo no soy partidario de las empresas público-privadas. Allí donde se han ensayado esas asociaciones, siempre han terminado por drenar recursos del estado sin producir ningún valor añadido significativo. Normalmente, han sido ejercicios de recorte de costes, y al final, sin el menor efecto de desarrollo. A lo que yo creo que debemos tender es al desarrollo de activos públicos ya existentes sin venderlos –ahora mismo estamos liquidando y malvendiendo simplemente para recaudar ingresos—, de modo que el dinero del sector privado, los fondos de inversiones, pueda venir y contribuir al desarrollo de un modo mutuamente beneficioso. Es un tipo de emprendimiento público-privado, pero no al estilo que se ensayó en Gran Bretaña y en otros sitios.
Volviendo a la discusión del memorando: ¿entre qué factores cree usted que está atrapada la Sra. Merkel?
Yo creo que Alemania se halla dividida. Los intereses del la banca en Francfort no son los mismos que los de la banca mediana, lo mismo que los intereses de la pequeña y mediana empresa en la Alemania central no son los mismos que los de la Siemens y la Volkswagen, etc. Es muy distinto tener tu capacidad productiva exclusivamente localizada en Alemania, como las empresas pequeñas y medianas, o estar embarcado en la globalización y tener fábricas en China y en México. Y la Sra. Merkel es una política astuta que se percata –o cree percatarse— de que no hay un consenso entre esos intereses encontrados respecto de lo que hay que hacer con el euro, con nuestro Banco Central, con la periferia, etc. La Sra. Merkel, simplemente, no moverá pieza hasta que haya un consenso que le garantice la supervivencia política.
Pero ese consenso no es posible.
Bueno, mire usted, por ejemplo, lo que pasó en 2012 con el anuncio unilateral por parte del Sr. Draghi de las Operaciones Monetarias sobre Títulos (OMT announcement), o ayer mismo, con la Flexibilización Cuantitativa. Verá que, cuando empiezan a oírse voces que dicen: “ojo, muchachos, que la deflación nos está matando, hay que hacer algo”, entonces la Sra. Merkel puede servirse de esas voces para decir: “apoyaré al Sr. Draghi, hagáis lo que hagáis”. Así pues, no es un consenso-consenso, pero ella está calibrando las movedizas placas tectónicas bajo sus pies. Y el modo en que lo hace es muy astuto. Lo que yo la invitaría es a pensar en su legado más allá de la mera supervivencia, y me gustaría que considerara la posibilidad de que en 10, 20, 100 años, Europa pudiera hablar no sólo de un plan Marshall que salvó a Alemania, sino también de un plan Merkel que salvó al Euro. 
 Yanis Varoufakis es un reconocido economista greco-australiano de reputación científica internacional. Es profesor de política económica en la Universidad de Atenas y consejero del programa económico del partido griego de la izquierda, Syriza. Actualmente enseña en los EEUU, en la Universidad de Texas. Su último libro, El Minotauro Global, para muchos críticos la mejor explicación teórico-económica de la evolución del capitalismo en las últimas 6 décadas, fue publicado en castellano por la editorial española Capitán Swing, a partir de la 2ª edición inglesa revisada. Una extensa y profunda reseña del Minotauro, en SinPermiso Nº 11, Verano-Otoño 2012.
Traducción para www.sinpermiso.info: Estrella Mínima

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  “Todo lo que os están contando sobre la recuperación griega es falso: basta de injerencias”. Entrevistas

Yanis Varoufakis · · · ·





NOTA ........
 Los griegos tienen en cuentas suizas 280.000 millones, el 120% del PIB  y la deuda es de 315.000 millones 270 .000 esta manos de estados europeos, el BCE y el FMI, así aun quedaron 164.000 millones    hay una  oscilación golondrina de 13.000 millones ya que en el pánico del 2012 habían caído  a 151.000...
Por otra parte dependen de la independencia real del BCE, que algo logro con el billón que sacará, si no ningunea a los bancos griegos ayuda y los trata como  cualquier otro país y demás se atreviera a la compra de deuda griega a los estados que la han puesto allí, como es el caso de España en austeridad y puso 26.000 mil millones se podía solucionar rápido sin necesidad de quita, o solo hacer de los réditos. 800 millones o un poco más como en el caso de España, pero claro la austeridad tiene una función nos solo pagar y devolver dinero prestado a bancos del norte sino aplicar privatizaciones de los social...el modelo así es un negocio no es una administración de las cosas, negocio que se reparten los gobierno como el nuestro con ellos como buenos amigos , recordemos las grandes privatizaciones de Aznar y como luego sobrado y con dinero y déficit saneado no la deuda ,entro en el euro y arrastro a todo el Sur.
 Grecia además sobre los bancos privados puede sacar bonos propios si el BCE  no les corta el flujo de dinero , por el efecto político como Podemos
 En realidad no se necesita quita  se necesita que el sistema del euro funcione al servicio de los ciudadanos y no de cuatro  sinvergüenzas políticos que saquean para hacer negocios como hizo Aznar antes del 2000. e igual el PSOE  y luego venga sillones giratorios.
 No es economía es política y la tienen montada como su propio negocio





Victoria de Syriza, cambio importante en la correlación de fuerzas en Europa

      




Victoria de Syriza, cambio importante en la correlación de fuerzas en Europa
Publicado por Jesús Sánchez Rodríguez





 Ver el enlace …

http://www.rebelion.org/noticia.php?id=103572


Aquí un artículo http://cort.as/6-M0 sobre el bajón de la esperanza de vida en España por primera vez en este siglo. 
Aquí un artículo en The New York Times sobre el aumento de mortalidad en Grecia: http://cort.as/NImD

  ..

 http://www.eldiario.es/agendapublica/proyecto-europeo/Syriza-pactado-derecha-nacionalista_0_349966002.html


sábado, 24 de enero de 2015

La reestructuración de la deuda y el consenso de los economistas

Repetición .. este post lo puse antes ...lo repito , ya que con el caso de Grecia , la están liando con falacias ..



lunes, 24 de noviembre de 2014



"Podemos", la reestructuración de la deuda y el consenso de los economistas

InfoLibre


Entre los días 16 y 18 de octubre, miles de personas votaron las resoluciones que formarán parte del futuro Programa Electoral de Podemos. Los miembros de Podemos estaban llamados a votar, de entre todas las resoluciones presentadas (casi cien), las cinco que les parecieran más adecuadas. De esas cinco, precisamente la que quedó en quinto lugar es la resolución que aboga por realizar una “auditoría” de la deuda (tanto pública como privada) española y una “reestructuración” de la misma. Esta resolución está firmada por Alberto Montero Soler, Bibiana Medialdea García y Nacho Álvarez Peralta, y recibió el 23,5% de todos los votos emitidos.

Llevamos ya un tiempo debatiendo en España sobre esta cuestión, pero antes de entrar en los contornos que ha adquirido este debate, parece oportuno recordar de nuevo algunos datos. Según Eurostat (datos del primer cuatrimestre de 2014) el volumen de la deuda pública españolaequivale en estos momentos a casi el 100% de nuestro PIB (96,8%, exactamente, aunque faltan por publicarse los datos para España del segundo cuatrimestre en donde sin duda se anunciará que hemos llegado, cuando no rebasado, la barrera del 100%). En euros contantes y sonantes, esto equivale a la friolera de 989.925 millones de euros, es decir, casi un billón de euros. Por su parte, en lo que se refiere a la deuda privada, España debe el equivalente al 214% de su PIB. Los datos de EUROSTAT son datos de 2012, año en el que el PIB español fue de algo más de un billón de euros (1 billón 29 mil millones) con lo que los españoles deberíamos alrededor de 2 billones 200 mil millones de euros, que sumado a los 989 mil millones de deuda pública hacen un total de 3 billones 190 mil millones de euros. Es decir, algo más de tres veces nuestro PIB. Esa es la cifra mágica del endeudamiento español.

A partir de estos datos, Podemos ha planteado dos cosas, una auditoría de la deuda y su eventual reestructuración. Por razones de espacio dejo a un lado lo primero, y me centro en el segundo aspecto, que es el que ha levantado además más ampollas en el debate público español. Podemos ha sido calificado, por realizar esta propuesta (y otras), de populista por José Ignacio Torreblanca, de marxista-leninista por Federico Jiménez Losantos, de caudillista, mesiánico y de nuevo marxista por Francisco Marhuenda, y de “utópicos regresivos” (personalmente es la crítica que más gracia me hace) por el propio Felipe González.

Dejando a un lado los aspectos más técnicos de esta propuesta, que sin duda son complejos, lo que quiero señalar es simplemente que se está gestando un consenso entre economistas de distintas tendencias sobre la necesidad de abordar esta cuestión en la Unión Europea. La idea de que Europa no podrá evitar antes o después reestructurar sus deudas no solamente forma parte de conversaciones privadas, que por tanto no pueden ser desveladas en un medio de comunicación, sino que también forma parte de la investigación publicada que están realizando muchos economistas (a los que se les están añadiendo algunos juristas, que están analizando los aspectos legales que las reestructuraciones conllevarían).

Doy varios ejemplos de ello. Para empezar, Reinhart y Trebesch, en un reciente trabajo de 2014, ofrecen algunos datos históricos sobre reestructuraciones recientes. Por ejemplo, después de la primera guerra mundial, se produjeron amplias reestructuraciones de deuda (en realidad, impagos parciales) a favor de países tan importantes como Francia o Italia, por citar solamente a algunos. Concretamente, las reestructuraciones afectaron, respectivamente, a un 52% y a un 36% de la deuda pública de estos dos países sobre su PIB de 1934. Esta deuda, en su mayor parte, fue, de acuerdo con estos dos autores, “condonada y ampliamente olvidada”. El caso es que según se indica en este estudio, una vez completamente finalizado el proceso de reestructuración, “las condiciones económicas mejoraron en términos de crecimiento, servicio de la deuda, sostenibilidad de la misma y acceso a los mercados”.

Como media, los países tardaron unos seis años en volver a niveles de crecimiento anteriores al evento. Es cierto que estos dos autores son cautos, puesto que advierten de que es mucho más fácil señalar ex post a partir de qué momento se endereza el rumbo macroeconómico de los países beneficiados por la reestructuración, que hacerlo ex ante, esencialmente porque la computación de la sostenibilidad de la deuda depende fuertemente de las asunciones que hagamos sobre crecimiento del PIB y disminución de la prima de riesgo. Por eso no podemos simplemente proyectar los resultados de las reestructuraciones de los años 30 a nuestros días (y dicho sea de paso, por eso es muy difícil estimar en términos económicos qué ocurriría si un país decidiera salir del euro).

En cualquier caso, lo que Reinhart y Trebesch nos dicen son dos cosas: primero, que de producirse una reestructuración, esta no sería la primera vez que ocurriría en la historia económica contemporánea reciente; y segundo, que los casos más recientes de reestructuración lo que nos dicen es, precisamente, que en determinadas circunstancias y condiciones, la misma puede ser la clave para volver a retomar una senda de crecimiento mucho más sostenible y razonable.

Por su parte, Pierre Pâris y Charles Wyplosz plantean, en un trabajo de enero de 2014, lo que los autores denominan como PADRE (Politically Acceptable Debt Restructuring). En esencia, la idea es que una agencia (concretamente, el BCE) adquiera una parte de la deuda soberana de los Estados miembros, a cambio de una especie de bono a perpetuidad, pero sin intereses. Por su parte, el BCE va imputando dichas deudas a los intereses que los Estados Miembros reciben por el capital que tienen en el BCE. No se produce transferencia de la deuda hacia otros Estados, se trata más bien de una transferencia “intergeneracional” de la deuda. Hay que decir que ambos autores son considerados como representantes de la ortodoxia económica.

Por ejemplo, Pierre Pâris es un banquero (concretamente, el consejero delegado del Banque Pâris Bertrand Sturdza). Y Wyplosz es una autor que defiende que, al igual que ha pasado con la política monetaria, la política presupuestaria debería ser delegada a una agencia independiente y extraída por tanto del circuito político. No son un par de marxistas, precisamente. Su propuesta es interesante porque, a diferencia de Paul de Grauwe (quien también aboga por una reestructuración, pero para resolver problemas de insolvencia, no de falta de liquidez) los dos autores anteriores plantean el problema de la reestructuración como un problema de “sostenibilidad” de la deuda: no es tanto que ésta no se pueda pagar, sino que pagarla reduce mucho las posibilidades de crecimiento de aquellas economías que están ya fuertemente asediadas por la crisis.

El documento más interesante que se ha producido en esta materia es, en mi opinión, el de Ashoka Mody, un miembro del servicio de estudios del FMI (actualmente profesor visitante de la Universidad de Princeton). Mody plantea un sistema de canje de deuda soberana por títulos que serían considerados equity (capital), lo que en la práctica implicaría un derecho residual a la reclamación de dichos títulos sobre el soberano. Lo más interesante del análisis del Mody es precisamente la parte que toca al corazón de este problema. De acuerdo con Mody, “la investigación histórica en materia de impagos muestra que los mercados, en determinadas circunstancias, entienden que la restructuración redunda en su propio interés”. Dicho de otra manera: son los mercados –y no sólo los Estados– los que piden las reestructuraciones de deuda. En efecto, a partir de un cierto punto, los mercados prefieren planes de restructuración creíbles (y en consecuencia, la posibilidad de cobrar algo, al menos) que los intentos no-creíbles de los Estados por pagar, sobre todo cuando ello se hace añadiendo políticas de austeridad.

La pregunta es: ¿es Mody un peligroso marxista? ¿es de Grauwe un temible populista? ¿son Reinhart y Trebesch los líderes de un grupo secreto leninista? ¿son Pierre Pâris y Charles Wyplosz un par de utópicos regresivos sin salvación? Quizá sea así y algún día salgan del armario y lo confiesen. Pero hasta que llegue ese día, lo que tenemos que pensar es que sus propuestas sobre reestructuración son de simple sentido común; como las de Podemos, el único partido político que se ha atrevido hasta ahora a hablar sin tapujos de esta cuestión en España.
Antonio Estella es catedrático Jean Monnet ad personam de Gobernanza Económica Global y Europea en la Universidad Carlos III de Madrid. Ha publicado recientemente España y Europa. Hacia una nueva relación (Tirant Ediciones, 2014).
Fuente: http://www.infolibre.es/noticias/luces_rojas/2014/11/18/podemos_reestructuracion_deuda_consenso_los_economistas_24064_1121.html

viernes, 23 de enero de 2015

España.- El Código Penal se carga el Estado social y democrático de derecho.












La reforma del Código Penal no tiene desperdicio



"Ahora, como siempre, la Ley es un instrumento para someter y reprimir al pueblo, limitando sus derechos, en defensa de la propiedad e intereses de la clase dominante"
(Antonio José Gil Padilla) 


Ya tenemos nuevo Código Penal, el del PP, que como viene siendo habitual, ha sido rechazado por todos los grupos parlamentarios del Congreso, constituyendo un nuevo frente a derogar en la legislación de la era Rajoy. De entrada, es una reforma que constituye un claro fraude de ley, pues ha sido introducida por la vía de urgencia, para ahorrarse los preceptivos informes del Consejo de Estado y del Consejo Fiscal cuando se trata de leyes orgánicas. Es un texto que bebe de las fuentes jurídicas más reaccionarias y autoritarias, planteando un nuevo contexto penal para el Estado Español más propio de un estado de excepción encubierto. Introducción de la cadena perpetua, aumento de penas para muchos delitos, represión de la protesta ciudadana, parches variados para asuntos de suma importancia, y guante de terciopelo para los delitos de corrupción. Ésta podría ser la foto rápida de la nueva reforma penal. El nuevo Código Penal va a ser populista, oportunista, hipócrita, vengativo, autoritario y represor. Pero es lo lógico que podríamos esperar, después de un Gobierno que ha desmontado la Justicia Universal en nuestro país, y ha intentado (entre otras barbaridades) impedir el derecho de las mujeres al aborto, y aún se niega a investigar y castigar los crímenes franquistas. Activistas, inmigrantes y personas sin recursos son el gran blanco de las maldades del nuevo Código Penal.

Y como ya nos tienen acostumbrados, es una reforma del Código Penal que no tiene absolutamente ningún desperdicio. Como aseguran desde la Plataforma "No Somos Delito": "El nuevo Código Penal vulnera importantes principios amparados por los estándares internacionales de los Derechos Humanos y del Derecho Penal, como son la legalidad, la intervención mínima, la proporcionalidad, la justificación y necesidad, o la no discriminación". Con la que está cayendo, el Partido Popular (que más bien pudiera ser llamado Populista en este asunto) propone una reforma en caliente, a golpe de telediario, para sacar el máximo rédito electoral, así como una profunda involución democrática en la aplicación de las penas, que se endurecen injustificadamente, salvo las que tienen que ver con la corrupción, con lo cual se constata, una vez más, los claros intereses del partido que está en el Gobierno. Quizá la medida "estrella", ya propuesta en su momento por el ex Ministro Gallardón, es la denominada "prisión permanente revisable", una suerte camuflada de cadena perpetua, pensada para delitos de "excepcional gravedad", tales como genocidio, asesinos/as en serie, asesinato infantil, y algunas otras situaciones. Estamos hablando de un retroceso histórico en la concepción garantista de nuestro derecho penal.

Bajo el engañoso mantra de que hay que endurecer las penas para ciertos delitos, argumento falaz donde los haya, y enlazando con el grado de protesta social motivada por los propios recortes en todos los ámbitos del PP, el Gobierno ha querido utilizar esta reforma para plantear un endurecimiento injustificado de muchas penas y delitos, muchos de ellos también situados bajo la órbita de influencia de los nuevos atentados del terrorismo yihadista. Pero en vez de aprovechar la ocasión para ampliar y extender el Código Penal a los nuevos delitos de corrupción, cada vez más frecuentes, numerosos y sofisticados, justamente este apartado es el que más brilla por su ausencia. No sólo tendremos un Código Penal más antidemocrático y desproporcionado, sino que está pensado para ofrecer una excesiva dureza por una parte, mientras exhibe una tremenda permisividad por otra. Como no podía ser menos, todos los grupos de la oposición han clamado contra la imposición de la prisión permanente revisable, medida que rompe por primera vez con la función resocializadora de la pena de privación de libertad, que prevee nuestro ordenamiento jurídico, y así consta en la Constitución.

Para los condenados a esta pena, les será revisada, tras el cumplimiento de 25 a 35 años, para verificar si el pronóstico es favorable o no a la reinserción social. Los jueces examinarán si debe mantenerse la prisión cada dos años de oficio o a petición del recluso, si bien no se puede dar curso a nuevas solicitudes durante un año. Dureza en este frente, y dureza también en el frente de la "prevención" de los delitos de "terrorismo", así como en el frente de la movilización popular. Existe una desproporcionada dureza contra los supuestos tipos delictivos referidos a manifestaciones y reuniones, y suprime el Libro III relativo a las faltas, que ahora se convertirán en delitos leves o en sanciones administrativas, siguiendo la estela de la Ley de Seguridad Ciudadana del Ministro Fernández Díaz. Como sabemos, se trata de acallar la protesta ciudadana, mediante el mecanismo de la multa desproporcioinada, impidiendo la libre expresión popular, indignada ante el constante recorte al Estado del Bienestar que este gobierno practica. Incluso la organización pacifista Greenpeace ha criticado que la reforma penal despenalice faltas para incorporarlas a la Ley de Seguridad Ciudadana. Mientras se protege la corrupción, se reprimen la disidencia y la pobreza. Es un Código Penal que distingue claramente entre ricos y pobres.

Y por tanto, toda la fortaleza exhibida en algunos ámbitos, contrasta con la tibieza en el planteamiento de las nuevos delitos que tienen que ver con la corrupción, con la delincuencia económica, y con los delitos de cuello blanco. En cuanto al delito de financiación ilegal de partidos políticos, fija en 500.000 euros (¡medio millón de euros!) la cuantía mínima para imponer pena de cárcel por financiación ilegal, así como mantiene en 120.000 euros la mínima cantidad defraudada a la Hacienda Pública para que pueda constituirse en delito fiscal. Es completamente absurdo que se quiera luchar contra la financiación ilegal de los partidos si no se aborda en serio el control sobre sus Fundaciones, y el límite establecido para considerar financiación ilegal es una auténtica tomadura de pelo, pues sabemos perfectamente que las típicas donaciones empresariales o de terceros nunca llegan a estos montantes, y en caso de querer llegar, basta con hacer donaciones parciales o troceadas.

Como puede comprobarse, no existe voluntad política (¿alguien esperaba otra cosa?) de luchar realmente contra la corrupción. El PP sigue legislando para favorecer a sus amigos, los grandes empresarios y las grandes fortunas de este país. Por ejemplo, todos los donantes de la famosa red de corrupción Gürtel, según la nueva norma legal, no pisarían la cárcel. Tampoco se toca lo referente a la prescripción de los delitos. El Gobierno ha elevado sólo los que afectan a los delitos más graves, es decir, los que ya tenían un plazo de prescripción de 10 años: prevaricación administrativa, fraudes y exacciones legales, negociaciones y actividades prohibidas a los funcionarios, y prevaricación judicial. Pero en cambio no ha tocado el plazo de prescripción de los delitos de cohecho, malversación o tráfico de influencias. Así por ejemplo, el delito fiscal dejará de ser perseguido a los 5 años de su comisión. Tampoco se crean nuevos tipos delictivos acordes a la nueva casuística de corruptelas que nos inunda (parece que aquí la legislación en caliente sí que no va con ellos), pues continúan sin contemplar delitos para la situación de existencia de contabilidad paralela o "Caja B", o para penalizar las desorbitadas e indecentes retribuciones (indemnizaciones, jubilaciones, etc.) que se autoasignan los altos directivos procedentes, sobre todo, del mundo de la banca privada.

Pero esta reforma del Código Penal esconde todavía muchos aspectos interesantes. Como argumenta Ana Gómez en su artículo "Cinco motivos por los que podrías ser delincuente...o terrorista", esta reforma introduce disposiciones penales que podrían convertir en acto criminal la simple participación en una protesta. En efecto, se han presentado, paralelamente a la reforma, doce enmiendas sobre terrorismo en las que, violando la presunción de inocencia, se da la vuelta a la responsabilidad, de tal forma que ya no es el Estado quien tiene que demostrar la culpabilidad, sino el ciudadano quien debe justificar su inocencia. Se ha buscado expresamente que la ambigüedad de la norma pueda ser usada para reprimir derechos fundamentales y libertades públicas, como la libertad de expresión, reunión y manifestación, que como sabemos, soportan muy mal esta gentuza del PP. Así que habrá que tener mucho cuidado con la difusión de mensajes (según ellos, "que inciten a la alteración del orden público", con prisión de 3 meses a 1 año), con perturbar la actividad (no podemos interrumpir el devenir cotidiano de una oficina bancaria, o de una delegación gubernamental), con las típicas sentadas callejeras (la reforma convierte la resistencia a la autoridad en delito de atentado), con las consignas "peligrosas" en las redes sociales (las autoridades pueden creer que pueden inducir a otros a realizar actos vandálicos o terroristas), o con las consultas a páginas web (las consideradas de contenido "idóneo" para reforzar la disposición de otros a cometer actos terroristas también pueden ser delito). Como vemos, redacción y expresiones vagas e imprecisas, generalistas, que abren el abanico interpretativo a actividades normales dentro de un Estado social, democrático y de derecho, que ahora podrán ser consideradas como delito.

La reforma propuesta sigue sin contemplar los delitos de tortura y desaparición forzosa, tal y como sugieren diversas asociaciones y organismos,así como el derecho internacional. Por su parte, la única modificación que se propone para los indultos sólo contempla que un alto cargo del Ministerio de Justicia comparezca cada seis meses para informar sobre estos expedientes en sede parlamentaria. El tema del indulto, como ya hemos expuesto en otros artículos, requeriría una reforma mucho más profunda, por su carácter anacrónico y antidemocrático. Por fin, otras modificaciones que se proponen son la elevación de la edad (hasta los 16 años) para no considerar delito las relaciones sexuales consentidas (algo que representa una clara contradicción con la posibilidad legal de poder contraer matrimonio desde los 14 años), se aumenta la persecución del maltrato, abandono y explotación sexual de animales (de nuevo un parcheo insuficiente, ya que necesitamos una Ley Integral de Protección Animal, completa, seria y rigurosa), se multa a quienes maltraten "cruelmente" (¿se puede maltratar no cruelmente?) a animales en peleas, como las de gallos o perros (aunque sorprendentemente no a los organizadores de estos eventos), y se tipifican nuevos delitos tales como el matrimonio forzado, el hostigamiento, la divulgación no autorizada de imágenes o grabaciones íntimas obtenidas con la anuencia de la persona afectada, o la manipulación de los dispositivos de control que sirven para vigilar el cumplimiento de las penas.

También se trasladan normativas europeas sobre pornografía infantil, explotación sexual de menores, trata de seres humanos, o inmigración ilegal. Se agravan también las penas por delitos de hurto y robo (donde el límite pasa de 400 a 500 euros) para aumentar la persecución de los multirreincidentes, butrones, alunizajes o robo de cables de cobre o de suministro eléctrico. El panorama que se abre con la aprobación de este nuevo Código Penal es tan preocupante, que un total de 63 Catedráticos de Derecho Penal ya han acusado formalmente al PP de "pisotear la dignidad humana" con esta normativa, y han solicitado al próximo Gobierno que derogue la norma. Aseguran estos expertos que "los ciudadanos van a verse entregados, no a la seguridad de la norma, sino a la indeterminación de los criterios personales con los que se va a administrar la peligrosidad". Se puede decir más alto, pero no más claro. No es por tanto un Código Penal que ofrezca seguridad jurídica a las personas, sino abandono al libre criterio e interpretación de la norma. Y como siempre, un supremo culto al "orden público" y a la "paz social", expresados en sentido fascista y totalitario, claro signo de la acción de este Gobierno, y de sus fundamentos ideológicos. Junto a la Ley de Seguridad Ciudadana (conocida como "Ley Mordaza") y a la Ley de Enjuiciamiento Criminal (actualmente en trámite en el Senado), se apuntalan los tres vértices que atacan los derechos fundamentales de una ciudadanía que ya no puede resistir más tanta corrupción, tanto recorte, tanto paro, tanta precariedad y tanta miseria.

Blog del autor: http://rafaelsilva.over-blog.es